Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

La Palabra encarnada de Dios: Jesucristo°



Jesucristo, El Hijo de Dios es: El Verbo, El Creador de la vida, El Ser y la Esencia de la vida.

La encarnación del Señor Jesucristo es el acontecimiento más extraordinario de la historia humana, que solo se verá superado por el día final de la historia cuando Él «Aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación» (Hebreos 9:28b. RVR60).

Juan 1:1-5. Palabra de Dios para Todos (PDT). Jesucristo viene al mundo. Antes del comienzo del mundo ya existía la Palabra, la Palabra estaba con Dios y era Dios. Estaba ahí con Dios en el comienzo. Todo se hizo por aquel que es la Palabra; sin él, nada se habría hecho. En él estaba la vida, y esa vida era la luz de los seres humanos. La Luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad no ha podido contra ella.

Juan 1:14-17. Palabra de Dios para Todos (PDT). Jesucristo viene al mundo. La Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de generoso amor y verdad. Vimos su esplendor, ese esplendor que pertenece al Hijo único del Padre. Juan dio testimonio de él diciéndole abiertamente a la gente: «Este es el del que yo les hablaba. Era de él que les decía: “El que va a venir después de mí es más importante que yo, porque existía antes que yo”». Todos hemos recibido de él muchas bendiciones porque él está lleno de generoso amor y verdad. Dios dio la ley por medio de Moisés, pero el generoso amor y la verdad llegaron por medio de Jesucristo.

Juan describe este extraordinario suceso en términos sencillos, aunque de gran profundidad. Empieza su Evangelio presentando al Señor Jesucristo como el Verbo eterno y vivo de Padre, y nos dice aquí que ese Verbo eterno, la revelación eterna del Padre se hizo carne.

Desde ese momento en adelante, Él fue y siempre será Dios manifestado en la carne, y, a lo largo de una eternidad que nunca tendrá fin, Su nombre será Emanuel, Dios con nosotros. Sin embargo, el Señor Jesucristo no solo era Dios y hombre en la unidad de Su divina Persona cuando estaba en el estado de Su humillación, sino que también en el estado de Su exaltación será para siempre Dios manifestado en la carne. La unión de la naturaleza divina y la humana en la persona del Señor Jesucristo es, pues, una unión eterna e inquebrantable.

Por tanto, las palabras «Y el Verbo fue hecho carne», rebosan con la rica verdad del evangelio, porque la encarnación del Señor Jesucristo desvela, de la forma más gloriosa, la buena voluntad de Su Padre para con los hijos e hijas de Adán. Al reunir la naturaleza humana con la naturaleza divina de Su Hijo, Dios revela el propósito para el que lo envió al mundo, es decir, para restaurar la relación de pacto quebrantada entre Él y los hijos de los hombres. En Su Hijo Dios ha encontrado una forma de vincularse al hombre, y unir a este consigo; en Su naturaleza divina, Cristo representa a toda la Trinidad y, en Su perfecta humanidad, representa a una humanidad elegida.

Por consiguiente, en Cristo, un Dios trino se ha unido para siempre con Su pueblo, y en Cristo, el pueblo de Dios está para siempre unido a Dios. Y, dado que el vínculo entre el Verbo viviente y Su carne es inquebrantable y durará para siempre, y así será con el vínculo que une a Dios con Su pueblo.

Hebreos 4:12-13. Palabra de Dios para Todos (PDT). La palabra de Dios vive, es poderosa y es más cortante que cualquier espada de dos filos, penetra tan profundo que divide el alma y el espíritu, las coyunturas y los huesos, y juzga los pensamientos y sentimientos de nuestro corazón. No hay nada creado en el mundo que se pueda esconder de Dios; todo está desnudo y expuesto a su vista. Es a él a quien tendremos que rendirle cuentas de nuestra vida.

Si Dios no se hubiera manifestado en la carne, solo habría habido condenación y perdición eterna par todos los hijos e hijas de Adán, porque a un Dios santo le habría resultado imposible reconciliarse con pecadores caídos. ¡Qué revelación tan extraordinaria del corazón de Dios, saber que dentro de Él ha tenido eternamente el propósito de entregar a su Hijo unigénito para que fuera el sacrificio por el pecado

Juan 3:14-21. RVR60. Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

De este modo, basándose en ese sacrificio perfecto, los pecadores pueden ser reconciliados con su Creador. 1 Timoteo 3:16. NTV. Sin duda alguna, el gran misterio de nuestra fe es el siguiente: Cristo fue revelado en un cuerpo humano y vindicado por el Espíritu. Fue visto por ángeles y anunciado a las naciones. Fue creído en todo el mundo y llevado al cielo en gloria.

Esencialmente, lo que Juan está haciendo al presentar a Jesús como el LOGOS de Dios Padre. (Griego común empleado como  el título de Cristo en los escritos del Apóstol Juan. En la LXXLXX Septuaginta se usa logos para traducir el hebreo daµb_aµr. La raíz de esta voz significa “lo que está por detrás”, de modo que cuando se la traduce como “palabra” también significa sonido significativo; también puede significar “cosa”. De acuerdo con una característica común de la psicología hebrea, se considera al daµb_aµr de un hombre en cierto sentido como una extensión de su personalidad, y además como con existencia sustantiva propia.

La Palabra de Dios es, entonces, su autorrevelación a través de Moisés y los profetas; puede emplearse para designar tanto visiones y oráculos aislados como todo el contenido de la revelación total, y por consiguiente en forma especial el Pentateuco.

Otro posible factor determinante en el uso de Logos en los pasajes que tenemos que considerar es el uso del término para significar el mensaje del evangelio. El término se emplea absolutamente (por ejemplo para predicar la Palabra) y con un número de genitivos (la Palabra de Dios, de Cristo, de la cruz, de reconciliación, de vida, etc.). Todas estas demuestran que en el Nuevo Testamento se considera el evangelio esencialmente como una presentación de Jesús mismo; él es la Palabra que se predica.

Pero Juan va más allá del concepto familiar de logos que tendrían sus lectores judíos y gentiles, y presenta a JESUCRISTO no solo como un principio mediador como lo percibían los griegos, sino como un ser personal, totalmente divino y sin embargo totalmente humano. Además, Cristo no era simplemente una personificación de la revelación de Dios como pensaban los judíos, sino de hecho era la perfecta revelación de Dios de Él mismo en la carne, tanto es así, que Juan registró las palabras que el mismo Jesús dijo a Felipe: “Jesús le dijo; ¿Tanto tiempo he estado con vosotros y todavía no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’?” (Juan 14:9. RVR60) 

Al usar el término “Palabra” en Juan 1:1, Juan está amplificando y aplicando un concepto que era familiar para su audiencia y usándolo para introducir a sus lectores a la verdadera logos de Dios en Jesucristo, la Palabra de Dios Viva, totalmente Dios y sin embargo totalmente hombre, quien vino a revelar a Dios al hombre y a redimir de sus pecados a todos los que crean en Él.

Esto es lo que sucede cuando, a través de nuestros labios, se desata la Palabra de Dios: Su eterna Palabra es viva, y por lo tanto da vida a todo nuestro ser. Jesús dijo que el espíritu da vida y que la carne para nada aprovecha. Su Palabra es espíritu y es vida. La vida de la Palabra de Dios está en el Espíritu Santo. Dios anda buscando adoradores en espíritu y en verdad que crean y acepten el señorío de su Palabra Viva dentro de sus corazones, para introducirnos de lleno en los ríos de agua viva que saltan para vida eterna; también para bendecirnos, fortalecernos y afirmarnos en Jesucristo en los lugares celestiales, pues el crecer en la palabra no es una opción para nosotros, sino una necesidad que nos lleva al destino eterno el Padre Celestial.

La Palabra de Dios es Viva, su Palabra ordena y llena. (Génesis 1:1-21). En el primer libro de la Biblia y en su primer capítulo podemos ver que la palabra que sale de la boca de Dios es viva.

En el principio todo era un caos, pues la tierra se encontraba desordenada y vacía. ¿Qué fue lo que trajo orden y llenó la tierra? La palabra que salió de la boca de Dios, pues de continuo vemos la frase: “y dijo Dios”. El libro de Juan dice: “todas las cosas por él fueron hechas”. Nosotros éramos tierra desordenada y vacía, siendo la palabra de Dios la que obró el milagro en nuestras vidas. Conocer la Palabra Viva de Dios es trascendental para nosotros, para no seguir desordenados y vacíos. Cuando entendemos que la Palabra es viva y crecemos en esta palabra, no hay nada que pueda estorbar nuestro desarrollo en los caminos y voluntad de Dios.

La palabra de Dios es viva porque Dios dijo y todo fue creado e hizo todo cuanto quiso (Sal.115:3). Es importante saber, conocer, entender y discernir todo aquello que Dios tiene para nosotros, comprendiendo que es a través del “Verbo de Dios”, la acción de Dios a nuestro favor. Su poderosa Palabra es eficaz (griego – Energues). Es operante o dinámica; actúa cargada de toda la energía divina y cumple el propósito para el cual Dios la ha enviado. “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11. RVR60).

Cada palabra que sale de la boca del siervo de Dios está destinada a cumplir su propósito, aquello para lo cual ha sido enviada. La Biblia es el único libro que puede traer sabiduría a su vida, esperanza para su familia y la proyección de una gloria eterna. El cristiano puede alcanzar la madurez espiritual si se ejercita en el estudio de la Palabra de Dios: La Biblia. Cuanto más estudie y profundice en las Escrituras, más sus sentidos se fortalecerán para un desarrollo sobrenatural.

Jesucristo, El Hijo de Dios es: El Verbo, El Creador de la vida, El Ser y la Esencia de la vida.

Estas tres verdades deben analizarse profundamente para poder llegar a entenderlas. Sin embargo, la importancia de las verdades yacen en la misma creación de la vida; por lo tanto, no deben exagerarse ya que determinan el destino del hombre. Si Jesucristo es el Verbo de Dios, entonces los hombres deben escuchar y entender ese Verbo, de lo contrario se perderán sin conocer a Dios.

Lucas 2:39-52. Dios Habla Hoy (DHH). Después de haber cumplido con todo lo que manda la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret. Y el niño crecía y se hacía más fuerte, estaba lleno de sabiduría y gozaba del favor de Dios. Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y así, cuando Jesús cumplió doce años, fueron allá todos ellos, como era costumbre en esa fiesta. Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarlo entre los parientes y conocidos, no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí. Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.

Y todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo: Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Jesús les contestó: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no entendieron lo que les decía. Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba todo esto en su corazón. Y Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba del favor de Dios y de los hombres.

El problema más grave que Juan enfrentó al escribir a los gentiles fue que estos no eran parte del mundo judío. La mayoría nunca había escuchado acerca del Mesías o del Salvador esperado por los judíos; por esa razón, toda esta idea les parecía extraña. No obstante, el Mesías era el centro del Cristianismo, entonces ¿cómo Juan iba a hablar acerca de Cristo de una forma en que los gentiles pudieran entenderlo? Juan obtendría la respuesta utilizando el concepto del verbo, ya que los gentiles y judíos comprendían muy bien este concepto.

Los judíos entendían al verbo como algo más que un simple sonido. Para ellos significaba acción, existencia y fuerza ya que con él se podía expresar o hacer algo. Esto se puede comprobar en muchos pasajes del Antiguo Testamento donde el Verbo de Dios era percibido como la fuerza creativa del Padre, el poder que creó y dio luz y vida al mundo (Génesis 1:3, 6, 11; Salmo 33:6; Salmo 107:20; Salmo 147:15; Isaías 55:11)Juan enfatiza la comunión de los creyentes; esta comunión (Gr. KOINONÌA) se basa en la vida común en Cristo y la obra del Espíritu Santo que une a los creyentes unos con otros y con Dios.  

Colosenses 1:15-20. Dios Habla Hoy (DHH). Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito, anterior a todo lo creado. En él Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, tanto lo visible como lo invisible, así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder. Todo fue creado por medio de él y para él. Cristo existe antes que todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden. Además, Cristo es la cabeza de la iglesia, que es su cuerpo. Él, que es el principio, fue el primero en resucitar, para tener así el primer puesto en todo. Pues en Cristo quiso residir todo el poder divino, y por medio de él Dios reconcilió a todo el universo ordenándolo hacia él, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz.

Los gentiles o griegos percibían al Verbo desde un punto de vista filosófico. Cuando estudiaban a la naturaleza, se daban cuenta de que todo era ordenado en vez de caótico. Cada cosa tenía su lugar y se movía o crecía de una manera ordenada, desde las estrellas en el cielo hasta la vegetación en la tierra. Por lo tanto, los griegos afirmaban que detrás del mundo había una mente creativa y sustentadora, una razón suprema, y una fuerza ilimitada que creó y mantuvo todo en su lugar, y todo eso era el Verbo.

El Verbo era también percibido como ese poder que permitió a los hombres pensar y razonar. Este poder trajo luz y entendimiento a la mente del hombre para que sus pensamientos enredados se expresaran de una manera ordenada. Aún más importante, el Verbo era la forma por el cual los hombres podían contactarse con Dios y expresarle sus sentimientos.

Filipenses 2:5-11. Dios Habla Hoy (DHH). Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él,  sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz. Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres,  para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todas las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Este pasaje es un himno de alabanza a Cristo compuesto anteriormente y utilizado por Pablo. Veamos ahora el término Gr. KENOSÍS que se usa frecuentemente en la encarnación de Cristo; al tomar forma de siervo se “vació”, se “despojó” de todas sus prerrogativas y poderes como Dios Hijo; asumió las limitaciones humanas inherentes a la condición de verdadero hombre. Fue una limitación voluntaria y autoimpuesta: Jesucristo era tanto Dios como hombre, dos naturalezas distintas unidas en una persona. Las Escrituras no aclaran las implicaciones totales de la KENOSIS. Hay misterios divinos que no podemos sondear como seres humanos.    
  
Apocalipsis 19:11-16. Dios Habla Hoy (DHH). Vi el cielo abierto; y apareció un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, porque con rectitud gobernaba y hacía la guerra. Sus ojos brillaban como llamas de fuego, llevaba en la cabeza muchas coronas y tenía un nombre escrito que solamente él conocía. Iba vestido con ropa teñida de sangre, y su nombre era: LA PALABRA DE DIOS. Lo seguían los ejércitos del cielo, vestidos de lino fino, blanco y limpio, y montados en caballos blancos. Le salía de la boca una espada afilada, para herir con ella a las naciones. Las gobernará con cetro de hierro. Y él mismo pisará las uvas para sacar el vino de la ira terrible del Dios todopoderoso. En su manto y sobre el muslo llevaba escrito este título: «REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES».

Juan se aferró a esa idea tan común entre los gentiles y judíos para proclamar a Jesucristo como el Verbo. Este siervo de Dios comprendía que un verbo era la expresión de una idea, un pensamiento, una imagen que describía lo que había en la cabeza de una persona. De esta manera, proclamó que, por medio de la vida de Jesucristo, Dios estaba hablando y demostrando el mensaje que quería enviar al mundo.

Juan afirmó tres aspectos: Dios nos ha dado más que simples palabras en las Santas Escrituras, nos ha dado a Jesucristo, el Verbo. Para el Mundo, Jesucristo es la fotografía, la expresión, el modelo, la misma imagen que Dios desea mostrarle al hombre. Es la propia imagen dentro de la mente de Dios, la vida de Jesucristo refleja al Ser Humano Ideal. Él es la expresión perfecta de todo aquello que el Padre deseaba para la humanidad. Jesucristo es la declaración, discurso, y el Verbo de Dios que vino a este mundo hecho carne para llevar a los hombres hasta una relación cara a cara con Dios (Juan 1:1-2).

Jesús es el Verbo de Dios que vino al mundo para vivir fuera de la Palabra de Dios escrita. El Hijo del Hombre es la Mente creativa y sustentadora, la Razón Suprema y la Fuerza ilimitada que hizo y mantiene todas las cosas en orden (Juan 1:3). Jesucristo es la Luz, la Lumbrera, y el Poder que penetra en la oscuridad de este mundo. Él, la Vida y Luz, es el que le da sentido a las cosas y permite que los hombres entiendan este mundo (Juan 1:4-5).

Hebreos 1:1-4. Dios Habla Hoy (DHH). En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo, mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de todas las cosas. Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de limpiarnos de nuestros pecados, se ha sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios, y ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido en herencia un título mucho más importante que el de ellos.

1 Juan 5:7. (RVR60). Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Hebreos 11:3 (RVR60). Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 

Bendiciones. 

Dios conoce a sus hijos en medio de las circunstancias y adversidades.

Hebreos 12:1-11. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

Juan 15:16. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Dios conoce todo de todos y nos acepta tal como somos. A Él no le importa nuestra apariencia física, ni lo que seamos por fuera. A Él le importa nuestra condición espiritual, por tanto, desea que cada uno de nosotros, permitamos que Dios nos use como sus instrumentos para predicar el Evangelio de Jesucristo en todo lugar. Los niños comprenderán que ellos también pueden ser usados por el Señor, para llevar el mensaje de salvación a otras personas que aún no lo conocen.

Éxodo 33:19. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Romanos 9:15. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.

1 Pedro 1:5-9. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,  para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;  obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

“Mas Jehová dijo a Moisés:….. has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre” (Ex 33:17). “Antes que te formase en el vientre te conocí [Jeremías], y antes que nacieses te santifique” (Jeremías 1:5) “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen…y pongo mi vida por las ovejas…Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco….y no perecerán jamás” (Juan 10:14ss, 27s).

Lo que interesa por sobre todo, por lo tanto, no es, en última instancia, el que yo conozca a Dios, sino el hecho más grande que está en la base de todo esto: el hecho de que él me conoce a mí. Estoy esculpido en las palmas de sus manos. Estoy siempre presente en su mente. Todo el conocimiento que yo tengo de él depende de la sostenida iniciativa de él de conocerme a mí. Yo lo conozco a él porque él me conoció primero, y sigue conociéndome. Me conoce como amigo, como uno que me ama; y no hay momento en que su mirada no está sobre mí, o que su ojo se distraiga de mí; no hay momento, por consecuencia, en que su cuidado de mí flaquee.

Se trata de conocimiento trascendental, hay un consuelo indecible –ese tipo de consuelo que proporciona energía, téngase presente, no el que enerva- en el hecho de saber que Dios toma conocimiento de mí en amor en forma constante, y que me cuida para bien. Produce un tremendo alivio el saber que el amor que me tiene es eminentemente realista, basado invariablemente en un conocimiento previo de lo peor que hay en mí, de manera que nada de lo que pueda descubrir en cuanto a mí en adelante puede desilusionarlo, ni anular su decisión de bendecirme, Hay, por cierto, un gran motivo para la humildad en el pensamiento de que él ve todas las cosas torcida que hay en mí y los demás no ven (¡de lo cual me alegro!), y que él ve más corrupción en mí de la que yo mismo veo (pero lo que veo me basta). Pero hay, también, un gran incentivo para adorar y amar a Dios en el pensamiento de que, por alguna razón que no comprendo, él me quiere como amigo, que anhela ser mi amigo, y que ha entregado a su Hijo a morir por mí a fin de concretar este propósito.

En medio de las muchas pruebas y aflicciones Dios está ahí, él conoce a cada uno de sus hijos, aquellos que hemos creído en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La gran mayoría no quiere ser probados. Otra mayoría quiere evadirlas. Muchos piden que les sean quitadas. Otros quieren que sean rebajadas / mermadas. A muchos les causan dudas espirituales. Ciertas personas cuando son probadas se apartan (Lucas 8:13). Una minoría las acepta como la voluntad de Dios. No miremos las pruebas como castigos.  Tal vez sean una manera que Dios usa para disciplinarnos pero no para castigarnos. La Victoria sobre una prueba nos eleva y nos hace más expertos.  Descargarla, mermarla o evadirla nos deja inconclusos y de seguro que se repetirá.

 ¿Algunos ejemplos de como debemos enfrentar las pruebas?

 ABRAHAM. (Génesis Cap. 22). Probado directamente por Dios en la parte que más puede sentir un padre: un hijo  (22:1,2).
Con obediencia - se levantó, enalbardó, tomó, cortó y fue al lugar -        (vs. 1-3). La tomó Como un medio para adorar - yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos - (vs. 5). Con esperanza - volveremos a vosotros - (vs. 5). Confió, tuvo fe todo el tiempo en Dios - Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío - (8b). Llegó hasta el final - Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo - (vs. 9-10). EL RESULTADO: Aprobación y provisión sin fallo en el tiempo de Dios (vs. 12-14).

JOB. (Job Caps. 1,2). Dios permitió la prueba por el conducto del Diablo en las partes más vulnerables de la vida: propiedades, familia y física.
En medio del dolor adoró se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró - (vs. 1:20-21). Aceptó la prueba con obediencia y sumisión - Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó - (1:21). Con dominio propio - En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno - (1:22). EL RESULTADO: Prosperidad y un real mejor conocimiento de Dios  (Job 42:5).

DAVID. (Salmos 42). David está pasando una prueba intensa de sufrimiento en un tiempo difícil y que le hace recordar que hubo tiempos mejores.
Enfrenta la prueba Clamando a Dios Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía - (vs. 1). Hay que esperar en Dios - ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí, Espera en Dios - (vs.5). Dios consuela y fortalece en todo tiempo a sus hijos - Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida - (vs. 8). EL RESULTADO: No hay que dejarse abatir por el alma, hay que esperar en Dios, quien siempre es nuestra salvación  (vs. 11).

¿Cómo estar preparado para sobrevivir en cualquier prueba? Todos los días somos probados, pero las pruebas aflictivas no dan aviso, las pruebas no vienen por accidente, Dios las maneja y las permite (Salmo 138:8; Romanos 8:28). Dios siempre avisa, el problema muchas veces es que nuestros oídos y sentidos no están sintonizados a los avisos de Dios.

Estarás preparado para enfrentar cualquier prueba si tienes buena comunicación entre tú y Dios. Permite que él te hable todos los días por su palabra, mantén comunicación continua por medio de la oración, aprende a escuchar el concejo de los siervos de Dios ya que por medio de una buena comunicación Dios te dará instrucciones, salidas e información para buenas decisiones. Por medio de una buena comunión, dios te dará fortaleza, te quitará el temor y su paz te dará confianza aún en medio de las tormentas. La Biblia dice: “mas el justo por la fe vivirá  (Romanos 1:17). La fe es necesaria para sentirnos seguros y con un alma quieta y sin tribulación en medio de la tormenta.

No solamente los tiempos de aflicción son pruebas. Siempre estamos siendo probados en nuestra fe. Las pruebas siempre tienen un propósito divino y todas cooperan para bien (Salmo 138:8; Romanos 8:28). Hay pruebas que son de término corto, otras duran años, y algunas solamente terminarán con la muerte (Esta fue la prueba del Señor Jesucristo). Dios estará contigo siempre que estés atravesando el valle de sombra o de muerte (Salmo 23:4). Dios no va a permitir una prueba más grande de la que tú seas capaz de soportar (1 Corintios 10:13). La victoria sobre cualquier prueba nos eleva a un grado superior de madurez, y nos da un deleite inigualable. En cada nivel de prueba conoceremos una parte de Dios que antes no conocíamos.

Cuando pasamos por el valle de sombra de muerte también nos sentimos solos y sin fuerzas. Hoy Dios te dice: "Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, dice el Señor, que de ti se compadece." Isaías 54:10 (Nueva Versión Internacional). "Porque el Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados." Deuteronomio 4:31 (NVI). "Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas." Isaías 43:2 (NVI). "Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa." Isaías 41:10 (NVI).

Hijo mío, hija mía, recuerda que "el Dios sempiterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos.  Expulsará de tu presencia al enemigo..." Deuteronomio 33:27 (NVI). "Por amor a su gran nombre, el Señor no rechazará a su pueblo; de hecho él se ha dignado hacerte a ti Su propio pueblo." 1 Samuel 12:22 (NVI). Recuerda que Jesús te dejó dicho: "No voy a dejarlos solos; volveré a estar con ustedes." Juan 14:18 (Traducción Lenguaje Actual) y también: "Yo estaré siempre con ustedes, todos los días, hasta el fin del mundo". Mateo 28:20 (TLA).

Mira lo que dice el autor de la carta a los hebreos: "No vivan preocupados por tener más dinero. Estén contentos con lo que tienen, porque Dios ha dicho en la Biblia: "Nunca te dejaré abandonado". Hebreos 13:5 (TLA). Así que te animo a que seas "fuerte y valiente. No temas ni te asustes ante esas naciones, pues el Señor tu Dios siempre te acompañará; nunca te dejará ni te abandonará." Deuteronomio 31:6 (NVI). Hoy Dios te dice como a Josué: "Nadie podrá derrotarte jamás, porque yo te ayudaré, así como ayudé a Moisés. Nunca te fallaré ni te abandonaré. Pero tú debes ser fuerte y valiente, porque serás tú quien guíe al pueblo de Israel para que reciba el territorio que les prometí a sus antepasados. Sólo te pido que seas muy fuerte y valiente. Así podrás obedecer siempre todas las leyes que te dio mi servidor Moisés. No desobedezcas ni una sola de ellas, y te irá bien por dondequiera que vayas. Nunca dejes de leer el libro de la Ley; estúdialo de día y de noche, y ponlo en práctica, para que tengas éxito en todo lo que hagas. No te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas." Josué 1:5-9 (TLA).
 
Bendiciones.


Lobos vestidos de ovejas°

Un falso maestro, por definición, es alguien que enseña doctrinas falsas dentro de un grupo o comunidad particular de personas. En el caso de la fe cristiana, la verdad y el error se establecen sobre la base de las Sagradas Escrituras, la Biblia; por lo que un falso maestro, dentro de las filas del cristianismo, es alguien que enseña doctrinas que son contrarias a la Palabra de Dios.

Mateo 7:15. (NVI). Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Sofonías 3:3. (NVI). Las autoridades que están en ella son leones rugientes, sus gobernantes son lobos nocturnos que no dejan nada para la mañana.

2 Timoteo 3:1-9 (NVI). La impiedad en los últimos días. Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, *blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas! Así son los que van de casa en casa cautivando a mujeres débiles cargadas de pecados, que se dejan llevar de toda clase de pasiones. Ellas siempre están aprendiendo, pero nunca logran conocer la verdad. Del mismo modo que Janes y Jambres se opusieron a Moisés, también esa gente se opone a la verdad. Son personas de mente depravada, reprobadas en la fe. Pero no llegarán muy lejos, porque todo el mundo se dará cuenta de su insensatez, como pasó con aquellos dos.

Cuando el Señor se va acercando al final del Sermón del Monte, nos advierte sobre la importancia de estar en guardia para no ser seducidos  por los engañadores. Para ello utiliza la figura de los “lobos vestidos de ovejas”. ¿Qué  hace usted cuando al llegar a una casa ve un letrero que dice “cuidado con el perro?”. Bueno, tendría que ser muy despistado para no tomar en cuenta esa advertencia. Pero, ¿qué tal si en lugar de un perro lo que encuentra es  un  lobo en el patio? ¿Saltaría usted la cerca para acariciarle la cabeza?

Los que estudian el comportamiento de los animales salvajes han encontrado que los lobos son los animales más  feroces y voraces al momento de atacar. Así que, a nadie teme más el pastor de ovejas que al aullido de un lobo. Se dice que es el animal que más se excita con la sangre.

Habacuc 1:8. (NVI). Sus caballos son más veloces que leopardos, más feroces que lobos nocturnos. Su caballería se lanza a todo galope; sus jinetes vienen de muy lejos.    ¡Caen como buitres sobre su presa!

Algunos  indios los cazaban poniendo un puñal en medio de un trozo de carne, de manera que mientras el lobo se comía la carne también mordía el puñal, produciendo un desangramiento hasta el punto de enfurecerse y morir tragándose su propia sangre. ¿No le parece extraño que Jesús haya dicho que los falsos profetas son como los lobos? La palabra “guardaos”, que aquí usa el Maestro, equivale a decir: “tenga cuidado”, “sea precavido” con ellos. Ellos vienen con una vestimenta de oveja. 

La idea es que al vestirse así no despiertan mucho la atención. Pero, ¿por qué Jesús dijo que vienen con vestimenta de ovejas? Porque las ovejas son los animales más inocentes, inofensivos y hasta crédulos que existen. Ningún animal es más manso que ellos. Al vestirse como ovejas su camuflaje no  descubra sus reales intenciones. ¿Existieron estos faltos profetas en el tiempo de Jesús? ¡Sí! ¿Los tenemos  hoy? ¡Sí! ¿Siguen engañando? ¡Sí!

Déjeme decirle que si alguna vez existió una generación que necesita ser advertida acerca de los falsos profetas, es ésta. Tome en cuenta esto: el peligro de la iglesia moderna no es la persecución, como se originó en los primeros tiempos del cristianismo, sino la infiltración de los que se dicen ser  piadosos, pero que detrás de ellos hay una piel de lobos que se va poniendo al descubierto. Uno de los textos que la iglesia debe tomar en cuenta. 

2 Corintios 11:13-15. (NVI). Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. Por eso no es de sorprenderse que sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su fin corresponderá con lo que merecen sus acciones. Satanás es el genio del camuflaje. Pero, ¿cómo identificar a los falsos profetas? ¿Cómo desenmascararlos?

A- Estos lobos se les identifica por la ropa que se ponen.


Jeremías 23:16 (NVI). Así dice el Señor Todopoderoso: No hagan caso de lo que dicen los profetas, pues alientan en ustedes falsas esperanzas; cuentan visiones que se han imaginado y que no proceden de la boca del Señor. Mateo 24:11 (NVI). Y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Mateo 24:24 (NVI). Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. 2 Pedro 2:1 (NVI). En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción.

1- El vestido de la piedad. ¿Qué es lo difícil en esta identificación? Que necesitamos usar mucha precaución porque las pretensiones de los engañadores parecen buenas y plausibles. Y en eso consiste su engaño porque al principio no vemos nada malo. Nos puede seducir la forma como hablan, como cantan, como predican, como enseñan y hasta la forma cómo nos tratan. Todo esto pudiera ser parte de su ropaje y eso dificulta conocer lo que ellos llevan por dentro.  El  reto que tenemos por delante es que podamos quitarle a los engañadores la piel de oveja,  para que veamos al lobo que está debajo. Note que Jesús dijo que ellos “vienen a vosotros” con esa vestimenta. ¿Por qué no van a otro sitio? ¿Por qué buscan  la iglesia? ¿Por qué no entran a otro lugar? Vienen a nosotros con inocencia, con cierta piedad, mansos, cubriendo su falsedad con un traje de elocuencia, con una palabrerío hasta ponderar su “sabiduría”. Bien pudieran sus errores estar barnizados con una capa de santidad y devoción; pero en la Biblia a los tales se les identifica como “lobos rapaces”.

De esta manera los calificó Pablo en la serie de consejos que le dio a los pastores de Éfeso en su mensaje de despedida. Hechos 20:29 (NVI). Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño. Pero fíjese que en este caso Pablo no habló que ellos venían como lo dijo Cristo, si no que los tales saldrían dentro de la iglesia misma, lo cual es más peligroso. ¿Qué actitud debemos tener? No dejar de demostrar nuestro amor a cada uno, pero atentos y cuidadosos.

2. Una aparente espiritualidad. Judas 11 (NVI). Ay de los que siguieron el camino de Caín! Por ganar dinero se entregaron al error de Balám y perecieron en la rebelión de Coré. 1 Juan 4:1. Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.  Y en el presente versículo encontramos la más fiel y reveladora descripción de los falsos profetas. 

Tres personajes históricos: Cain, Balaam y Coré. “El camino de Caín” nos presenta a aquellos que valiéndose del  evangelio, lo pervierten. ¿Cuál fue la situación de estos dos hermanos? Ambos vinieron al culto. Ambos ofrecieron sus ofrendas. Ambos adoraron. Pero en uno, su ofrecimiento fue solo para aparentar. Presentó el fruto de sus manos, pero no del corazón. Sin embargo, la ofrenda de Abel fue elegida porque ofreció una víctima para el sacrificio.

En el camino de Caín transitan lobos vestidos de ovejas que van a la perdición, en el de Abel los que van a la vida eterna. Se nos habla también del “error de Balaam”. Este fue un profeta apóstata, con una apariencia de piedad quien al no poder maldecir a Israel, según la petición de Balac rey de Moab, incitó a Israel a  corromperse, quienes al final fornicaron y adulteraron con ellos trayendo la ruina a miles de ellos. Fue un profeta que lo que le interesaba era el lucro, el dinero más no el avance de la obra del Señor. Y el otro fue la “contradicción de Coré”. Este es un caso aún más patético. Siendo un levita, príncipe del pueblo, se rebeló contra la autoridad de Moisés y de Aarón. Gozaba de tantos privilegios, sin embargo no se sujetó al liderazgo establecido. 

Muchos de los engañadores que nos vienen, o que surgen, tienen la tendencia a descalificar al liderazgo establecido. Pero el fin de estos tres ejemplos nos pose sobre aviso de lo que les espera a los engañadores.

Mateo 10:16 (NVI). Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.

B. Estos se les  reconoce por el fruto que dejan.

Mateo 7:15-23 (NVI). Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos? Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán. No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!”

1. La semilla es la que determina el fruto. Romanos 16:19 (NVI). Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho; pero quiero que sean sagaces para el bien e inocentes para el mal. Apocalipsis 16:13 (NVI). Y vi salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta tres espíritus malignos que parecían ranas. 

Note que ahora hay un cambio de metáfora en la enseñanza de Jesús. Del vestido pasó al fruto. Al hacer esto, el Señor nos está diciendo que si bien es cierto que al principio estos falsos profetas nos pueden engañar, los resultados de su actuación (sus frutos), nos revelarán cuáles fueron sus reales intensiones. Jesús nos dice: “Por sus frutos los conoceréis” v 16. La idea es que el engaño no puede permanecer tanto tiempo encubierto porque al final veremos los frutos.

El árbol es conocido por su fruto, pero también por su condición. Si se conoce la clase de fruto, entonces se sabrá qué clase de fruto vendrá. La pregunta lógica de Jesús nos enseña esto: “¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” v. 16. ¿Pero a quién representan los espinos y los abrojos? Representan a esos corazones viciosos, corrompidos, no santificados; sin provechos, nocivos y destinados en todo caso para el fuego. La verdad es que sería una gran cosa si sucediera así, pues tendríamos uvas e higos por todas partes. Pero ambas frutas vienen de su semilla original. ¿Qué es lo que el Señor nos está mostrando con esto? Que el evangelio de una persona se conoce por su fruto.  Eso es lo que al final cuenta.

La vida adornada con frutos es lo que indicará si ese “árbol” es malo o bueno. Jesucristo ha dicho que la mejor manera de reconocer el evangelio de alguien es si lleva frutos; eso fue lo que nos dice Juan 15:16. Una de las cosas que el mismo Señor ha dicho es que si permanecemos en él tenemos la garantía de dar esos frutos. Por Jesús mismo conocemos que esa semilla, la que determina el fruto, es la palabra de Dios.

2. El buen fruto no se puede esperar de un hombre malo. El Señor nos dice que “todo buen árbol da buenos frutos, pero el  árbol malo da malos frutos”. De esta manera vemos que la ecuación de Jesús, además de ser lógica, es lo que al final se ve. ¿Cómo puede una persona mala producir frutos buenos? Y de igual manera,  no puede esperar que una persona buena produzca frutos malos. Es como si esperáramos uvas de los espinos o  higos de los abrojos. ¿Qué representan las uvas y los higos? Las buenas obras de las personas. Así como ambas frutas son agradables, se espera que nuestros frutos sean agradables. Los falsos profetas, considerados dentro del renglón de estos malos hombres, no pueden producir uvas ni higos. Lo que ellos al final producen son espinos y abrojos. Esto es: maleza, mala hierba, cuyo resultado será ser llevado al horno para ser quemado. Hay árboles que fueron creados para ser frutales, mientras que otros fueron creados para dar sombra y mantener el equilibrio natural. Pero si un árbol que siendo sembrado para dar frutos no cumple con tal función, entonces habrá que cortarlo. Eso es lo que el Señor nos muestra con este principio cuando habla de los engañadores.  

C. Estos lobos les aguarda un destino inesperado.

Apocalipsis 19:20 (NVI). Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Éste es el que hacía señales milagrosas en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego y azufre. Apocalipsis 20:10 (NVI). El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

1. “No todo el que me dice: Señor, Señor entrará al reino de los cielos…”. Este es uno de los textos más fuertes de la palabra. Aquí vemos a Cristo rechazando a aquellos que se dedicaron a engañar. En aquel día, cuando Cristo venga no habrá alegatos ni informe que valga. Aun cuando se hayan hecho tantas cosas en su nombre, al final Jesús sentenciará a los tales porque ellos eran “hacedores de maldad”. La sentencia más horrible que alguien pueda escuchar es que el propio Señor le diga: “Nunca os conocí…”. Cuando los discípulos regresaron de su primer trabajo evangelístico, hablaron cómo fueron usados para sanar y sacar demonios, lo cual constituía un gran éxito, pero Jesús les dijo que no se gozaran tanto por esto sino porque sus nombres estuvieran inscritos en el libro de la vida. Esa es la lista que un día será leída en el cielo. ¿Qué le espera los engañadores considerados por el Señor como falsos profetas? Que todos serán cortados y quemados. El juicio del Señor es cosa seria.  

2. En los tales no ha habido arrepentimiento. En este pasaje el asunto que uno ve no es el de alguien que perdió la salvación, sino la descripción de alguien que jamás la tuvo. Hermanos, la advertencia hecha por Jesús es para que nos probemos si estamos en la fe. Tales palabras deben llevarnos a  profundizar nuestra fe para que tenga raíces profundas,  a mostrar nuestra  fe en los frutos, a defender la fe por la palabra, a apoyar la fe, sosteniendo su obra; y sobre todo, a compartir nuestra fe a través del testimonio hablado y vivido. Y si usted tuviera hoy dudas acerca de su fe, déjeme decirle que hay un salvador que le espera.

Cuando usted se acerca a Jesús por fe y le recibe, usted tiene la seguridad que  ha sido salvo. Nadie le podrá mover de allí. Le digo que la seguridad de su salvación le pone en capacidad para saber distinguir quien es un engañador y cuál es su destino. Le da la absoluta certeza que nada ni nadie le podrá separar del amor de Dios que es Cristo Jesús. Los nombres de los falsos profetas no se escriben en ninguna parte, pues su destino será su perdición; el suyo ya fue escrito. ¡Cuidado con los lobos vestidos con piel de ovejas! Que ninguno de nosotros resulte al final mostrando la piel de lobo. Sea una oveja por siempre.

Malaquías 3:13-18 (NVI). Ustedes profieren insolencias contra mí —dice el Señor—. »Y encima preguntan: “¿Qué insolencias hemos dicho contra ti?” »Ustedes han dicho: “Servir a Dios no vale la pena. ¿Qué ganamos con cumplir sus mandatos y vestirnos de luto delante del Señor Todopoderoso si nos toca llamar dichosos a los soberbios, y los que hacen lo malo no sólo prosperan sino que incluso desafían a Dios y se salen con la suya?” » Los que temían al Señor hablaron entre sí, y él los escuchó y les prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre. «El día que yo actúe ellos serán mi propiedad exclusiva —dice el Señor Todopoderoso—. Tendré compasión de ellos, como se compadece un hombre del hijo que le sirve. Y ustedes volverán a distinguir entre los buenos y los malos, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven.

Es bueno que escuchemos las advertencias, y eso es lo que Jesús nos está mostrando acá. El capitán Smith, el piloto del muy famoso Titanic, recibió varias advertencias y mensajes donde se le decía que estaban entrando en aguas repletas de glaciares. Cuenta la historia que este capitán cuando le llevaron el mensaje en un papel, lo arrugó y se lo metió en un bolsillo y el barco siguió su rumbo. Por no haber hecho caso a la advertencia, 1400 personas encontraron su tumba en las heladas aguas del atlántico. No es extraño que Jesús nos dejara esta advertencia casi al final de su Sermón del Monte. Hermanos, la mejor manera para verle la “piel de lobo” a los engañadores, es viviendo muy cerca del mismo que nos ha dicho: “Guardaos de los falsos profetas…”.

2 Timoteo 3:10-17. Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito, mi fe, mi paciencia, mi amor, mi constancia, mis persecuciones y mis sufrimientos. Estás enterado de lo que sufrí en Antioquía, Iconio y Listra, y de las persecuciones que soporté. Y de todas ellas me libró el Señor. Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús,  mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.

Bendiciones.
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