Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

No temeré°



Isaías 41:10. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 1 Juan 4:18. En el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.

El temor es una emoción propia del ser humano. Es necesaria para su supervivencia porque le indica cuando el peligro está cerca. Puede nacer de estímulos externos o internos que habitan en su mundo interior como los malos recuerdos, traumas, carencias etc. Hay diferentes tipos de temores. Entre los más comunes están: El temor al abandono, temor al rechazo, temor a la crítica y fracaso, temor al hombre, temor a lo desconocido, temor a la muerte, temor al futuro, temor a las enfermedades... Todos estos temores son manifestaciones de desamparo e impotencia porque no podemos tener control sobre la situación.

La mayoría de tus temores desaparecen cuando crece la confianza en la fidelidad y poder de Dios. Sin embargo algunos temores no desaparecen a pesar de la fe. Esto se debe a tus recuerdos y traumas del pasado que han creado inseguridades en tu personalidad e imágenes exageradas y desvirtuadas sobre el hecho del pasado. El temor más destructivo es del que no conoces su procedencia, porque actúa en el fondo de tu corazón. Puede nacer también de imágenes de temor creadas en tu mente y en tus recuerdos ocultos. Los temores a situaciones específicas como a la oscuridad, a los insectos, a las alturas, al permanecer encerrado, si son muy fuertes y paralizantes son llamados fobias.

El temor, entonces puede nacer de situaciones pasadas que están reprimidas, de situaciones presentes y también de pensamientos destructivos acerca del futuro y que solo están en tu imaginación y te traen afán, ansiedad y te hacen perder seguridad en tu comportamiento ante los demás provocando complejos, tartamudez y muchas enfermedades sin causa física porque el temor altera tus reacciones físicas, tu metabolismo y tus períodos de sueño.

Para liberarse de esos temores es necesario conocer la raíz de lo que lo produce y apropiarse de la palabra de Dios. La única forma de que un temor desaparezca es enfrentándosele. El temor hace a la persona incapaz para enfrentar la vida. Le pone grandes obstáculos para superarse y le produce ansiedad y tensión interna que le genera enfermedades. Una persona con temor no se enfrentará a riesgos para crecer ni cambiar porque lo desconocido le produce inseguridad.

Tener un temor específico constante puede desencadenar que se haga realidad porque la mente tratará de construir lo que se tiene presente en los pensamientos. Ejemplo de ello es temer a una enfermedad específica y que esta se desarrolle realmente. En el siguiente versículo vemos esta situación en la experiencia de Job: Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía. Job 3:25.

Las reacciones ante el temor pueden ser: tratar de huir, evadirlo o paralizarte. En el siguiente versículo vemos como el salmista trata de huir ante el temor que lo invade internamente. Sin embargo debes saber que la solución no es huir sino enfrentarlo. Pasar el túnel de una crisis y atravesarlo para luego ver la luz, pero esto solo es posible en compañía del poder, de la fuerza que te dé la seguridad y la victoria. Esto solo es posible con Dios porque El habita dentro de tu mente y corazón donde se anida el temor.

En el siguiente versículo vemos cómo el salmista se siente agobiado por el temor y la única respuesta que encuentra es huir lejos de la situación. Si la situación es externa esto puede ser una solución, pero si la situación está dentro de tu mente, no importa cuán lejos huyas siempre te acompañará, por eso deberás enfrentarlo.

Angustiado está mi corazón dentro de mí y sobre mí han caído los terrores de la muerte. Terror y temblor me invaden, y horror me ha cubierto. Y dije: Quién me diera alas como la paloma, volaría y hallaría el reposo. Salmo 55:4-6.

Para vencer el temor debes aferrarte a las promesas de Dios específicas para cada caso y confiar en su poder y fidelidad. Hay momentos de lucha espiritual donde se establece una verdadera batalla en la que tu voluntad, la calidad de tu corazón y la perseverancia en la fe y en la palabra de Dios, son indispensables para liberarte de las cadenas del temor. El temor puede ser usado por el enemigo cuando trates de dejar una atadura, un mal hábito o pecado poniendo dudas en tu corazón. Este temor es a lo desconocido. Cuando trates de restaurar tu vida en tu mente surgirán grandes dudas nacidas de la inseguridad de poder enfrentar nuevas situaciones y necesidades.

Por eso es muy importante estar decidido a creerle a Dios y a sus promesas bíblicas y no a tus pensamientos negativos que afectan tus emociones y sentimientos. Recuerda que Dios tiene una respuesta para vencer cualquier clase de temor por eso debes escudriñar siempre la Biblia. El Espíritu Santo te dará el pasaje bíblico o versículo que necesitas y que debes interiorizar en tu corazón. Sentir temor en situaciones peligrosas reales es normal, pero estar atado al temor te impide libertad interior. Cuando estés en ese trance debes recordar lo siguiente: El Señor es tu guardador, El Señor es tu sombra a tu mano derecha. Salmo. 121:5.

Por eso es muy importante confiar plenamente en Dios. Debes recordar, para vencer, que no estás solo pues cuentas con la presencia de Dios cuando duermes y cuando estás despierto: ¡Siempre! Si temes debes permitir que Dios trabaje en tu corazón y te perfeccione en su amor. Para eso es necesario que confíes. Él tiene el control de todas las cosas en tu mundo interior y el mundo que te rodea. Para ser libre del temor debes enfrentarlo y declararle la Palabra de Dios específica que tiene poder para vencer. También debes buscar apoyo en la oración y en el compañerismo con hermanos espirituales con una sana doctrina.

Tienes la palabra de poder que vence el temor y te transforma. ¡Porque tienes el poder, respaldo, protección de Dios y puedes confiar en Él. Esto es lo que te dice el Señor y debes asumir su palabra para actuar y en temores específicos y momentos de crisis. Sal del polvo, levántate, cautiva Jerusalén: "Líbrate, de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sión. Isaías 52:2. Yo, yo soy vuestro consolador. Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierva es tratado; has olvidado al Señor, tu hacedor, que extendió los cielos y puso los cimientos de la tierra, para que estés temblando sin cesar todo el día ante la furia del opresor mientras este se prepara para destruir? Pero, dónde está la furia del opresor. Isaías 51:12-13.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. Josué 1:9. Yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas. Yo te ayudo. Isaías 41:13. No temas, sigue hablando y no calles; porque yo estoy contigo y nadie te atacará para hacerte daño porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Hechos 18: 9-10. Aunque pase por el valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. Salmo 23:4.

Cuando intentas hacer algo importante, te detienes porque te sientes inseguro de poder terminarlo? No sabes a qué se debe el temor que te asalta sin previo aviso? Está afectando tu salud física, sueño y relaciones con los demás algún temor específico? Sientes que los fracasos del pasado te perseguirán en el presente, por eso no realizas proyectos que te gustaría hacer?

Jehová es mi luz y mi salvación, de quien temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, de quien he de atemorizarme? Salmo 27:1. He aquí Dios es salvación mía, me aseguraré y no temeré, porque mi fortaleza y mi canción es Jehová, quien ha sido mi salvación para mí. Isaías 12:2. Dios fortaleza mía, roca, valuarte, libertador, refugio, escudo, cuerno de mi salvación, altura inexpugnable. Salmo 18:1-2. Él está en medio de mí y es guerrero victorioso. Sofonías 3:17.

Porque ha oído la voz de mis suplicas, el Señor es mi fuerza y mi escudo. En el confía mi corazón, y soy socorrido, por tanto, mi corazón se regocija y le daré gracias con mi cántico. Salmo 28:6-7. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !Abba, Padre!  Romanos 8:15. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7. Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tú has visto mi aflicción, has conocido mi alma en las angustias y no me entregaste en mano del enemigo, hiciste que mis pies se posasen en lugar espacioso. Salmo 31: 7-8.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor? Cuando para devorar mis carnes, vinieron sobre mí lo malhechores, mis adversarios y mis enemigos, ellos tropezaron y cayeron.

Aunque un ejército acampe contra mi, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello estaré confiado. Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré; que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo, porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto.

Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor. Ten piedad de mí y respóndeme. Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro Señor buscaré no escondas tu rostro de mí; no rechaces con ira a tu siervo; tú has sido mi ayuda, no me abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación. Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el Señor me recogerá.

Señor enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia. Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que habría de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor. Salmo 27.

En un momento de gran angustia, vemos a Jesús en el Huerto de Getsemaní orando toda la noche. Está teniendo una gran lucha. Sabe que la única manera de traer redención a la humanidad es siguiendo el plan que el Padre le encargó de entregarse como sacrificio perfecto, en pago por todos los pecados del mundo. Sin embargo, siendo hombre mismo. Jesús sabía que lo que le esperaba sería extremadamente difícil. Su naturaleza divina no sufrió, sino su naturaleza humana. Jesús entendía que estar colgado en la Cruz del Calvario sería uno de los dolores más intensos y horribles que, como humano, tendría que experimentar.

En la vida nos encontraremos en muchas situaciones donde no tendremos otra opción que salir adelante. Tendremos que hacer ciertas cosas a pesar de tener miedo. Tendremos que actuar con fe y valor a pesar de lo difícil de ciertas situaciones, haciendo nuestro mayor esfuerzo de no prestarle atención a nuestros temores. Es parte de la decisión de vivir. ¡Hágalo… aunque tenga miedo!

Algunas preguntas Para Reflexionar. ¿Estoy enfrentando valientemente mis compromisos y dándole la cara a los desafíos? ¿Me intimidan los compromisos y me da miedo hacerlos? ¿Estoy perdiendo la oportunidad de disfrutar la vida por estar siempre analizándola? ¿Qué metas aún no he logrado a causa de mis temores? ¿Qué decisiones puedo empezar a tomar para disipar estos temores y alcanzar mis sueños? ¿Qué tipo de palabras son parte de mi vocabulario? ¿Están mis palabras llenas de fe y optimismo? ¿Qué clase de pensamientos estoy permitiendo que entren en mi mente? ¿Tengo una actitud optimista hacia mis metas? Piense en frases optimistas que pueda pronunciar en voz alta para disipar sus temores y comience a hacerlo.

Podemos Orar de la siguiente manera. “Señor, ayúdame a enfrentar mis compromisos y a vencer todo temor, inseguridad e intimidación. Quita de mi toda parálisis mental y psicológica y ayúdame a actuar en pos de mis sueños. Cambia mi forma de hablar; haz que mi vocabulario esté siempre lleno de fe, optimismo y palabras positivas. Llévate todo pensamiento pesimista que quiera invadir mi mente y todo sentimiento negativo que quiera llegar a mi corazón. Gracias porque me has prometido que sí creo, todo me será posible”.

Ah!, que lindas palabras de Dios para nuestras vidas, “no temas”, como si supiese que sentimos temor de lo que nos rodea, “no desmayes”, como que conociera nuestro corazón que cuando tenemos temor estamos propensos a desmayar, pero que lindo es saber que “yo soy tu Dios que te esfuerzo”, quiere decir que no es que yo quiera esforzarme, sino que es El en persona a través de su Espíritu Santo quien me esfuerza, luego viene una promesa preciosa: “siempre te ayudare”, en pocas palabras confirmándote que estará ahí siempre aun cuando todo parece desierto, luego te dice: “siempre te sustentare con la diestra de mi justicia”, quiere decir que aun cuando nos encontremos en sequedales espirituales, El vendrá y nos sustentara, nuestra alma no morirá de sed de Él, nuestro espíritu no se puede secar, pues Él es la fuente de agua viva.

Posiblemente estés pasando por momentos en los cuales pareciera que todo está en tu contra, tienes una sed espiritual tremenda y no encuentras nada en medio del desierto, es ahí en donde Dios propicia el momento idóneo para encontrarse contigo, para tener uno de esos momentos inolvidables en tu vida, en donde a lo mejor estarás derramando lágrimas y sintiendo como nunca su presencia, Él te ama y jamás te ha dejado, solamente quería recordarte que cuando lo buscas de corazón, lo encuentras. Dios es Fiel y no puede negarse a sí mismo, es por eso que Él te ama con amor eterno y aun cuando tú eres infiel, El permanece Fiel a ti y esta vez no será la excepción, así que te digo en el Nombre del Señor: No temas, ni desmayes, porque Él es tu Dios y mi Dios.

Cuando Isaías escribió estas palabras el pueblo de Dios se encontraba cautivo en Babilonia. Su ciudad estaba prácticamente destruida y sólo quedó desorden, ruinas y desorganización. Muchos hombres y mujeres murieron; esposos tuvieron que ver como sus esposas eran violadas; otros como sus hijos eran arrancados de sus brazos, etc. El pueblo estaba respirando un aire de derrota; miraban sus aspiraciones rotas: sus sueños fueron eliminados, su energía desgastada y su futuro su futuro se veía oscuro. Fue en esta atmósfera que el salmista escribió el salmo 137, en el cual se describe el desconsuelo del pueblo en el cautiverio. Es en medio de esta situación de desconsuelo y desesperanza que Dios le dice a su pueblo que no tienen por qué temer porque Él es más grande que sus circunstancias; Él es más grande que sus enemigos; Él es más grande que sus temores.

En este pasaje Dios nos presenta cuatro razones por las cuales su pueblo no debe temer. ¿Por qué el pueblo de Dios no debe temer? Porque somos hechura especial de Dios. La palabra "formador" que aparece en el versículo 1, es traducida en la Biblia de Jerusalén como "plasmador". La palabra que se usa aquí es la misma que se usa en Génesis 2:7, donde dice que Dios "formó al hombre del polvo de la tierra" El salmo 139:13-16, también nos presenta una hermosa descripción de la actividad y cuidado de Dios en nuestra creación El creyente no debe temer porque él no es un accidente de la naturaleza, ni llegó a este mundo por error.

Independientemente de lo que creamos, hemos salido de las manos de un Dios sabio, que nos ha creado con un propósito: "para que seamos para alabanza de su gracia" Porque Dios ha prometido estar presente en medio de los mayores peligros y dificultades. No importa que tan grande sea la situación por la cual tú estés pasando: Que tu hogar se esté haciendo pedazos, que tu matrimonio esté pasando por dificultades, que tengas un ser querido en el lecho de muerte, que sientas que nadie te comprende, que tu situación económica se venga abajo.

No importa cuán amarga o difícil sea nuestra situación, Dios ha dicho que no nos ahogará y que el fuego no nos quemará. Pero también hay otra razón por la que el creyente no debe temer: Porque somos objetos de su amor especial. vs. 4. Una de las declaraciones más hermosas del amor se encuentra en Cantares 8:7 "Las muchas aguas no podrán apagar el amor ni lo ahogaran los ríos". Pero una de las más impresionantes se encuentra en Óseas 11 donde se describe el inmutable amor de Dios hacia su pueblo obstinado. Siendo, pues, nosotros objetos de tal amor no hay razón para temer.

Consideremos, en último lugar, otra razón por la que el creyente no debe temer. Porque Dios quitara todo obstáculo que impida que su pueblo alcance lo que Él ha prometido. vs. 9. Luego de recordar a su pueblo los milagros que hizo en el pasado para llevarle a la tierra prometida, Dios promete convertir el desierto en un oasis. No importa que tan árido parezca nuestro desierto, podemos tener la seguridad de que Dios, a su tiempo, lo convertirá en un oasis. No hay obstáculos, por grande que parezca, que pueda impedir que el pueblo de Dios alcance la realización a la cual Él los ha llamado. Bendiciones.

Volveos a la fortaleza°




Nuestra Fortaleza está en nuestro Señor Jesucristo.

Isaías 26:4. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.

Salmos 46. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.

Hoy asistimos como testigos al deterioro de valores fundamentales como: la familia, el derecho a la vida, el trabajo, la política y muchas cosas más. En poco tiempo se han desmantelado derechos y privilegios que costaron años en conseguir, y los niveles morales están deteriorados. Pocos podían imaginar que esto llegara a suceder tan rápidamente. Los expertos y analistas coinciden en señalar que los cambios se están produciendo cada vez más deprisa. Lo cierto es que las alteraciones y movimientos son propios de la condición humana. Dios que conoce al hombre mejor que nadie, puesto que nos creó y nos advierte en su Palabra a no poner nuestra confianza en los hombres, ya que su condición es mutable y cambiante.

Isaías 57:20. "Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.

Judas.12-13. "Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. 

Jeremías.17:5-6. "Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.

Aún como creyentes somos cambiantes e inestables. Pedro confiesa a Jesús como Cristo Mateo 16:16, y más tarde le pide no muera en la cruz Mateo16:22-23. De la revelación a la tentación en un instante. Los demás discípulos, junto con Pedro, se comprometen a no escandalizarse de Jesús, ni abandonarlo Mateo.26.56; poco más tarde lo dejan sólo y Pedro lo niega tres veces Mateo 26:69-75. A diferencia de nosotros, Dios no está sujeto a cambio alguno. Él es eterno e inmutable. No puede cambiar porque es perfecto. No puede ser menos de lo que es, y debido a que Él llena todas las cosas, no puede ser más de lo que es.

DIOS ES INMUTABLE. Veamos como expresa esta verdad la Biblia...“PORQUE YO JEHOVÁ NO CAMBIO; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos” (Malaquías 3:6). “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, EN EL NO HAY MUDANZA NI SOMBRA DE VARIACIÓN” (Santiago 1:17). “Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero Tú ERES EL MISMO, y tus años no se acabarán. Y los hijos de tus siervos habitarán seguros” (Salmo 102.25-28a)

Hay una relación entre el carácter inmutable de Dios y la bendición que recibimos de Él. Porque Jehová no cambia (su amor, su misericordia inmutable) nosotros no hemos sido consumidos. Malaquías 3:6. Los perfectos dones y las buenas dádivas (su providencia, su provisión) que descienden sobre nosotros de lo alto, son posibles porque en Él no hay mudanza, ni sombra de variación. Dios es la Roca. Santiago 1.17. Porque el Señor es eterno e inmutable, y sus designios permanecen (su poder), podemos vivir y habitar seguros. Salmo.102.25-28. Es muy esperanzador para nosotros confiar en un Dios autosuficiente, eterno, todopoderoso y que no cambia (Inmutable).

Hay una diferencia notable entre el pensamiento hebreo, y el pensamiento greco romano del que se nutre nuestra cultura occidental. El pensamiento greco romano es conceptual y abstracto, mientras que el hebreo es concreto y rico en símbolos. Cuando un hebreo quería expresar la firmeza e inmutabilidad de Dios buscaba una manera sencilla de comunicarlo. Jacob, Moisés y David se refieren al Dios Inmutable con el nombre de La Roca. Hay montañas como el pico sacro a las afueras de Santiago que han permanecido estables desde tiempos inmemorables. Muchas generaciones de gallegos han visto este monte permanecer estable en el mismo lugar. Hasta los romanos y los celtas vieron este monte que permanece como testigo de los años.

Dios, para los hebreos La Roca, ha permanecido Inmutable desde el principio y hasta el fin. De hecho, Él es el principio y el fin, antes de Él no hubo dios, y después de él tampoco habrá. En Génesis 49:24 Jacob llama a Dios La Roca. Jacob que huyó de sus padres porque su hermano Esaú lo quería matar; que vivió durante veinte años en Mesopotamia lejos de sus hogar; que trabajó catorce años para conseguir a la mujer que quería, y seis años más para tener su propio ganado. Al que se le cambió el salario 10 veces, luchó con el Ángel del Señor en Peniel, temió la venganza de su hermano al regresar, sufrió gran tristeza por causa de sus hijos. Este Jacob que vivió una vida intensísima de 147 años reconoció haber aprendido algo muy importante: Dios era “La Roca”.

En Deuteronomio 32:4, es Moisés quien llama al Señor "La Roca". Al igual que Jacob vivió una vida intensa. Desde su rescate milagroso del río Nilo, hasta su muerte poco antes de que Israel entrase en la tierra prometida. 40 años creyéndose alguien, 40 años viviendo como si fuese nada; y 40 años siendo útil en manos de Dios. Toda una vida de cambios y desafíos. En palacio, en el desierto, en la cumbre del monte, en su encuentro con Dios... En su debilidad y en su fortaleza, en todo tiempo, Moisés reconoce que Dios fue para él "La Roca".

Por último el rey David dejó en su testamento la afirmación de que Dios era: "La Roca" 2 Samuel 23:3. David un pastor de ovejas que llegó a Rey; que mató a Goliat, que fue perseguido por Saúl, traicionado por su hijo Absalón, que vivió la amargura de pecar contra Dios, reconoce a Dios como "La Roca de Israel". Cuando uno cumplimenta su testamento pone en él cosas de suma importancia, ya que es su última voluntad. La última voluntad de un hombre que fue conforme al corazón de Dios, es que se supiera que el único en quien podemos depositar nuestra confianza es Dios "La Roca". Nuestra fortaleza más segura.

Estos tres hombres tuvieron llamados y misiones distintas. A Moisés Dios lo llama directamente desde la zarza que ardía y no se consumía; a David la palabra de Dios le llegó por un profeta llamado Samuel. Jacob hizo un pacto con Dios en Betel. Diferentes misiones, características ministeriales, y funciones. Moisés un estadista militar; David un rey compositor, y Jacob un patriarca peregrino. Cada uno de ellos hizo de Dios su Roca. Cada uno de nosotros tiene un llamado, una misión, y una experiencia singular. Dios es el la fuente de nuestra confianza y nuestra fortaleza. Lo importante no es ser, o parecerse alguien famoso, sino depositar toda nuestra confianza en Dios, y cumplir con aquello que Dios nos pide. Nuestro enfoque no debe centrarse en las personas sino en Dios.

Ante la perspectiva de un Dios tan confiable, el profeta nos insta a volvernos... a la Fortaleza. ¿Qué es una fortaleza? Un recinto fortificado, cerrado, protegido. En la frontera portuguesa está la fortaleza, un lugar construido como refugio. Fortaleza también hace referencia a la capacidad de resistir problemas y adversidades (como cuando decimos supo afrontarlo con fortaleza)

Fortaleza puede ser sinónimo de valor o fuerza. Con estas acepciones volverse a la fortaleza puede ser sinónimo de estar protegido y tener la fuerza para resistir adversidades. Para Zacarías volver a la fortaleza es volverse a Dios nuestro refugio más seguro, quien tiene y nos da el valor y la fuerza que necesitamos para resistir. Es volvernos al Todopoderoso; a la Roca de Jacob, Moisés, y David. Al Dios que tiene en sí todos los recursos para proteger y bendecir a su pueblo.

Volvamos a la fortaleza. De su gracia. Amamos a Dios porque él nos amó a nosotros primero 1 Juan 4:19. Nuestro impulso de buscar a Dios, parte de él. Jesús dijo: "Nadie puede venir a mí, si mi Padre no le trajere" Juan.6.44. Mientras andamos en pos de él, estamos en sus manos, y su diestra no ha sostenido

Salmo 63:8. Viviendo en las "riquezas de su gracia" tenemos la capacidad y oportunidad de crecer en nuestra relación con Dios, porque Él nos amó, nos dio vida, nos resucitó y nos hizo sentar en lugares celestiales. Efesios 2:4-6. De la manera que recibisteis a Cristo andad en él Colosenses 2:6. Al recibir a Cristo toda la obra fue hecha por él. Recibimos su perdón sin merecerlo. Nos amó aun siendo pecadores, nos transformó por la Palabra y el Espíritu. Después de tiempo de seguirle nada ha cambiado: es por su gracia. Él produce en nosotros tanto "el querer como el hacer por su buena voluntad" (Filipenses 2.13) Si su yugo fácil y ligera su carga...Mateo 11:30. ¿Por qué hay creyentes que viven con una carga tremenda? Quizá no hemos descubierto la verdad de entrar y vivir en su reposo. O tal vez no estemos llevando su yugo, sino el nuestro.

En Efesios hay tres verbos, que según el pastor Watchman Nee dan la clave de una vida cristiana victoriosa. Nuestra vida cristiana comienza con nuestra posición: "Sentados" Efesios 2:6. Continúa con nuestra vida en el mundo: "andad" Efesios 4:1; y permanece sabiendo tener la actitud correcta ante el enemigo "estar firmes" Efesios 6:11. Pablo librado en Éfeso, donde pensó que moría, pero Dios los libró y los consoló 2 Corintios.1.8-11. En su gracia, no en nuestros esfuerzos, encontramos el refugio necesario para afrontar cualquier situación que se presente.

No se trata de un poder almático que nosotros podamos producir por sugestión, concentración o meditación, sino de una invasión de lo alto. Y recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. Poder para testificar Hechos 1:8; para vivir en santidad Romanos 8:2; para ver manifestaciones sobrenaturales Marcos 16:16-18; Hechos 19:11; para que el reino de las tinieblas retroceda ante el avance de la iglesia Lucas 11:20. Nueve veces aparece la palabra "poder" en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Si exceptuamos las tres ocasiones en que la palabra poder no se menciona por la iglesia (8.10; 8.19); o no se refiere a la acción sobrenatural de Dios (Hechos 5:4). Todas las veces que aparece se relaciona, o con la acción de Dios: en Hechos 1:8 en referencia al Espíritu Santo que habían de recibir y en Hechos 10:38 en relación con el Espíritu Santo en Jesús. O con la gracia de Dios: en Hechos 3:12 los apóstoles reconocen y proclaman la fuente del poder, y en Hechos 4:33; Hechos 6:8; 20:32 aparecen juntos poder y gracia.

Si nos volvemos a la Fortaleza de nuestro Dios que es Inmutable, quien tiene todos los recursos en su mano, podremos por su gracia y poder afrontar cualquier desafío que se nos presente. La nube de testigos es grande. Hombres y mujeres que hicieron de Dios el fundamento de su vida; hombres y mujeres que edificando sobre su Palabra resistieron vientos y tempestades Mateo 7 Y sus vidas permanecieron fieles a Dios.

Mateo 7:24-27. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Bendiciones.