Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

SRV Clase 48. El Juicio de Israel y el juicio de las Naciones°


Es tiempo de sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina Valera: TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.

Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

Clase 48. El Juicio De Israel y de las Naciones por Lewis Sperry Chafer.


En conexión con la segunda venida de Cristo se incluyen juicios sobre Israel y las naciones entre los grandes acontecimientos que establecerán el reino sobre la tierra. Los juicios comienzan con el juicio de los santos resucitados del Antiguo Testamento, israelitas y gentiles, y los santos de la tribulación, israelitas y gentiles. Sin embargo, estarán presentes en este suceso, en juicios separados, los israelitas y los gentiles que todavía estén viviendo sobre la tierra. Estos últimos juicios tienen que ver con la separación de los que han sido contados por dignos de entrar en el reino y de los que han sido considerados indignos y quedan excluidos.

A. El juicio de Israel resucitado y de los gentiles.

La doctrina de la resurrección es una verdad familiar en el Antiguo Testamento, como se dijo en el capítulo anterior. Además de la resurrección que ocurre en el arrebatamiento de la iglesia, hay también una resurrección de muertos justos en conexión con la segunda venida de Cristo para establecer su reino. Como se dijo anteriormente, esto es mencionado en Dn. 12:2. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Is. 26:19. Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos. Job 19:25-26. Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios.

También se ve la resurrección de Israel en conexión con su restauración como nación en el tiempo de su segunda venida. En Ezequiel 37, en la visión del valle de los huesos secos, aprendemos que aunque la restauración de los huesos secos para ser un cuerpo vivo es simbólica de la restauración de Israel, es también el tiempo en que Israel saldrá de sus tumbas.

Ez. 37:7-14. Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

Aquí parece combinarse lo simbólico y lo literal. En el mismo capítulo se presenta a David como una persona resucitada que sirve como rey sobre Israel bajo Cristo. En general, el Antiguo Testamento da una fe firme a todos los que creen en la resurrección de los muertos.

En Apocalipsis 20 se dice que la resurrección de los mártires de la tribulación ocurrirá en relación con la segunda venida de Cristo. Probablemente esté conectada con la resurrección de los santos del Antiguo Testamento. Se dice que los resucitados vivirán y reinarán con Cristo mil años y aparentemente serán recompensados del mismo modo que la iglesia fue galardonada en el tribunal de Cristo.

Ap. 20:4. Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
La fidelidad a Dios hasta la muerte en el servicio brindado se les reconoce dándoles parte en el reinado con Cristo sobre la tierra.

Ha surgido alguna confusión por el hecho de que también se dice que la iglesia reinará con Cristo. Las Escrituras parecen indicar que todos los justos resucitados antes del milenio compartirán en alguna forma el reino milenial, cada uno en su orden y de acuerdo con el propósito soberano de Dios. La Iglesia reinará como esposa de Cristo; los santos resucitados reinarán en sus diversas capacidades como israelitas salvados o como gentiles salvados. Una ilustración es proporcionada por el libro de Ester, donde Ester reinó como reina, mientras Mardoqueo reinó como primer ministro del rey. Tanto Ester como Mardoqueo reinaron, pero de diferentes maneras y en diferentes capacidades. Así será en el milenio.

Consecuentemente, puede concluirse que los justos muertos de Israel y los gentiles serán resucitados en el tiempo de la segunda venida de Cristo, y esta resurrección incluirá a todos los que no están incluidos en la resurrección y traslación realizada en el arrebatamiento de la iglesia.

B. El juicio de Israel viviente.

Cuando Cristo vuelva en su segunda venida también librará a su pueblo de los perseguidores. Muchos ya habrán sido asesinados, pero los que sobrevivan serán liberados por Cristo cuando El venga.

Zac. 13:8. Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella.

Ro. 11:26. Y luego todo Israel será salvo, como está escrito: vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.

Los israelitas que son librados de sus enemigos, sin embargo no son todos dignos de entrar en el reino, puesto que algunos no son salvos. Primero se cumplirá la reunión de todos los israelitas de todo el mundo.

Ez. 39:28. Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos.

Serán congregados ante el Señor y serán juzgados. En Ezequiel 20:35-38 el Señor dice: «Os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor. Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.»

Sobre la base de este texto, el Israel congregado se divide en dos clases de personas, los que han aceptado a Jesús como Salvador y Mesías y se cuentan por dignos de entrar en el reino, y los que todavía son rebeldes, incrédulos y son excluidos y muertos. Aunque Israel es una nación favorecida y aunque Dios le ha dado abundantes bendiciones especiales, la salvación personal aún depende de la fe y la relación individual con Dios.

Como ha sido en los tiempos pasados, en este tiempo también hay quienes son considerados el «verdadero Israel» (esto es, salvados) y los que son israelitas sólo de nombre y no son salvos. Como Pablo lo expresa en Ro. 9:6: «porque no todos los que descienden de Israel son israelitas». En Romanos 9:8 describe a los no salvos como «hijos según la carne» y que no son hijos de Dios. La purga de los rebeldes dejará en Israel solamente a los verdaderamente redimidos, y será privilegio de ellos entrar en la tierra y poseerla, en contraste con los no salvados, de los cuales Dios dice: «No entrarán en la tierra de Israel» (Ez. 20:38).

C. El juicio de los gentiles vivos.

El juicio de las naciones concierne al juicio individual de Dios sobre los gentiles, en contraste con su juicio sobre Israel. Este juicio lo describe nuestro Señor en Mateo 25:31-46 como un juicio que seguirá inmediatamente a su segunda venida.

Mt. 25:31-46. 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

En el versículo 31 se dice que ocurre de este modo: «Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos sus santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria.»

En la descripción que sigue los gentiles son descritos como ovejas y cabritos reunidos y mezclados ante el pastor. Siendo diferentes en especie, son separados unos de otros, las ovejas a la mano derecha del Rey y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey invita a las ovejas a entrar en el reino. A ellas les dice: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?» (vv. 34-37).

Cuando las ovejas preguntan cuándo fueron hechas las acciones justas, el rey les responde en Mateo 25:40: «De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.»

En seguida el Rey se vuelve hacia los de la izquierda y les dice: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles» (y. 41). El Rey sigue diciendo que ellos no han hecho las obras de misericordia realizadas por las ovejas. Los cabritos responden: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en la cárcel y no te servimos?» (y. 44). El Rey les responde: «De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis» (y. 45). Entonces se declara que los cabritos serán lanzados al tormento eterno, pero los justos son introducidos a las bendiciones de la vida eterna.

Este pasaje ha creado algunos malentendidos debido a su énfasis en las obras. Un estudio superficial parecería indicar que las ovejas se salvan a causa de sus obras y que los cabritos se pierden por su falta de obras. Sin embargo, la Biblia deja en claro que la salvación no es por obras en ninguna dispensación. Aun la ley mosaica que enfatizaba las obras jamás tuvo entre sus promesas la salvación como una recompensa por las obras fieles. Más bien la norma para todas las dispensaciones la declara Efesios 2:8-9: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.»

Debido a la depravación innata del hombre, que ha nacido con una naturaleza pecaminosa, y debido a su posición en Adán, su primer padre que pecó contra Dios, todos los hombres han nacido perdidos y sin esperanza en sí mismos. Solamente sobre la base del sacrificio de Cristo podría alguien ser salvo en el Antiguo o Nuevo Testamento.

Ro. 3: 25-26. A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

La ley de las obras es solamente un camino de condenación, mientras que la ley de la fe es el camino de salvación.

Ro. 3:27-28. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

Si esto está bien establecido en otros pasajes, ¿cómo podría explicarse el juicio de las ovejas y los cabritos?

El principio comprendido en este juicio es el de las obras como una evidencia de salvación, y no como una base de la salvación. Aunque la fe solamente puede salvar, también es cierto que la fe sin obras es muerta, es decir, no es una fe verdadera. Stg. 2:26. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

Las obras de las ovejas son especialmente significativas en el contexto de la Gran Tribulación por la que estos pueblos habrán pasado. En este período habrá un antisemitismo mundial y muchos israelitas serán muertos. Bajo tales circunstancias será muy significativo que un gentil proteja a un judío, «a uno de estos mis hermanos más pequeños»

Mt. 25:40. Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

En realidad, que un gentil proteja a un judío en un tiempo en que los judíos están siendo perseguidos hasta la muerte sería poner en peligro la propia vida y libertad. La única razón posible para tal bondad bajo tales circunstancias, en un tiempo de gran engaño satánico y odio hacia los judíos, será que el gentil es un creyente en Cristo y las Escrituras reconocen una posición peculiar de Israel como pueblo escogido de Dios.

Consecuentemente, aunque la bondad hacia un judío pudiera no ser especialmente significativa en circunstancias especiales, en este contexto de sufrimiento mundial para Israel la bondad hacia un judío se convierte en una marca inconfundible de salvación verdadera en Cristo. Así, aunque las ovejas no se salvan sobre la base de sus obras, sus obras demuestran que son salvas. Es el principio de ser conocidos por sus frutos.

En este juicio se permite que los gentiles justos entren en el reino. No se les da la tierra prometida, que pertenece solamente a Israel, pero se les permite vivir en la tierra milenial, en un tiempo de bendiciones sin precedentes para gentiles e israelitas.

Por otra parte, los cabritos son echados al fuego eterno. Si esto se refiere a que son echados en el Hades, para ser resucitados después y ser echados en el lago de fuego, o si se refiere a la entrada inmediata en el lago de fuego, no es completamente claro; en cualquier caso, pasan por el castigo eterno y se les niega el privilegio de ser ciudadanos del reino milenial. El juicio de Dios sobre los gentiles es otro recordatorio de que Dios observa nuestras obras y que nuestras obras deben demostrar nuestra fe.

Aun pequeñas acciones como la de dar un vaso de agua al sediento o dar de comer al hambriento no pasan desapercibidos para un Dios amante que está siempre atento al cuidado de su pueblo. Este pasaje es otro recordatorio de que el reconocimiento adecuado de la necesidad humana que nos rodea y la bondad y buena voluntad hacia nuestros congéneres es una de las evidencias más selectas de un corazón transformado que es producto de la fe en Jesucristo. El Dios que no permite que un gorrión caiga a tierra sin su voluntad también está preocupado de todos los problemas pequeños de sus criaturas. Quien tiene el corazón de Cristo tendrá un corazón sensible hacia el pueblo de Dios.

Como resumen, digamos que las Escrituras enseñan claramente que en la segunda venida de Cristo todos los justos serán resucitados y juzgados antes que el reino milenial sea completamente iniciado. Solamente los malvados permanecerán en la tumba, esperando su juicio ante el gran trono blanco al final del milenio.

PREGUNTAS

1. ¿Qué juicios ocurrirán en conexión con la segunda venida de Cristo?

2. ¿Qué resurrecciones habrá en conexión con los juicios en la segunda venida de Cristo?

3. ¿Cuál es la naturaleza de la recompensa dada a los que son juzgados?

4. ¿Cómo explicar que la iglesia y los demás santos reinarán con Cristo?

5. ¿Qué juicio particular se realizará sobre los israelitas vivos en la segunda venida
de Cristo?

6. Describir el juicio de las ovejas y los cabritos.

7. Explicar la diferencia entre las obras como evidencia de salvación y las obras como base de salvación.

8. ¿Enseña este juicio la salvación por las obras?

9. ¿Por qué son tan especialmente significativas las obras atribuidas a las ovejas en vista de la Gran Tribulación?

10. ¿Qué aplicaciones prácticas pueden hacerse del hecho de que Dios considere de importancia las pequeñas acciones de bondad?


11. ¿Qué muertos quedan en sus sepulcros después de empezado el milenio? 

SRV Clase 47. Las Resurrecciones°

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Es tiempo de sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina Valera: TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.

Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

Clase 47. Las Resurrecciones por Lewis Sperry Chafer

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La interpretación profética ha sido víctima de mucha confusión debido a la teoría sin apoyo bíblico de que los hombres serán todos resucitados al mismo tiempo. Este programa profético simplista ignora los detalles dados en los pasajes proféticos acerca de las diversas resurrecciones. En vez de una sola resurrección general, las Escrituras presentan siete resurrecciones, algunas de las cuales se encuentran en el pasado, otras separadas por largos períodos tales como las resurrecciones que preceden y siguen al reinado de Cristo de mil años. Las Escrituras enseñan claramente que todos serán resucitados a su tiempo y en su lugar y que la existencia humana sigue para siempre. El estudio de las resurrecciones proporciona un importante bosquejo del programa profético relacionado con esta verdad central de la fe y esperanza cristiana.

A. La resurrección de Jesucristo.

En el orden de las resurrecciones la primera es la de Jesucristo, anunciada en la profecía del Antiguo Testamento, presentada históricamente en los cuatro evangelios, y tratada teológicamente en el Nuevo Testamento a partir del libro de los Hechos. Sal. 16:9-10. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente; porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.

Indudablemente la doctrina de la resurrección de Cristo es una doctrina de importancia central sobre la que descansa toda la fe y esperanza del cristiano, como expone extensamente Pablo en 1 Corintios 15:1-58.

En consideración de los hechos que apoyan la conclusión de que hay más de una resurrección, es importante notar que todos deben estar de acuerdo en que la resurrección de Cristo es un acontecimiento distinto y que ya ha ocurrido.

B. La resurrección de los santos en Jerusalén.

En el tiempo de la resurrección de Cristo ocurrió una resurrección que fue como una prenda, según Mateo 27:52-53. Este pasaje afirma que «en el tiempo de la muerte y resurrección de Cristo se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos».

En ningún lugar se da explicación alguna acerca de este suceso fuera de lo común. Aunque los sepulcros fueron abiertos en el momento de la muerte de Cristo, parece que los santos mismos no salieron de los sepulcros hasta que Cristo resucitó, porque la Escritura deja en claro que Cristo es la primicia, el primer resucitado de entre los muertos en un cuerpo resucitado que no volverá a ser destruido. En contraste con otras personas resucitadas, como en el caso de Lázaro, que indudablemente volvió a morir y volvió a ser sepultado, Cristo resucitó para no volver jamás a un sepulcro.

El significado probable de la resurrección de santos en el tiempo de la resurrección de Cristo, número relativamente pequeño de individuos, puede hallarse en el cumplimiento de lo tipificado en una ofrenda levítica. La tercera de las fiestas de Jehová incluye una ceremonia en que, al comienzo de la cosecha, los israelitas debían llevar un puñado de grano no trillado para mecerlo delante de Jehová y ofrecer los sacrificios adecuados en reconocimiento de sus esperanzas puestas en la cosecha venidera. Lv. 23:9-14.

La resurrección de santos en Jerusalén en el tiempo de la resurrección de Cristo constituyó las primicias y demostró que Cristo no estaba solo en su resurrección, sino que era el precursor de la gran cosecha venidera, de la cual estos santos eran una muestra.

Aunque algunos han interpretado las referencias de Lucas como sólo una restauración a la vida como la ocurrida en el caso de Lázaro, el hecho de que haya ocurrido en el tiempo de la resurrección de Cristo indicaría una resurrección permanente, e indudablemente estos santos fueron llevados vivos al cielo después que hubieron cumplido su misión. En cualquier caso, es otra resurrección histórica que confirma el concepto de que todas las resurrecciones no pueden reunirse en un solo gran acontecimiento futuro.

C. La resurrección de la Iglesia.

Como se dijo en los estudios de la venida de Cristo por sus santos, y la doctrina del arrebatamiento, los muertos en Cristo serán resucitados en el tiempo de la venida de Cristo por los suyos y, junto con los cristianos vivos que serán transformados, se encontrarán con el Señor en el aire y subirán al cielo. Según 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:51-58, tanto los santos resucitados como los trasladados recibirán cuerpos de resurrección similares al cuerpo resucitado de Cristo. 1 Co. 15:51-58.

1Ts. 4:13-18. 13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.


1 Jn. 3:2. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

La resurrección de la iglesia es la primera resurrección en gran escala y es precursora de las demás.

D. La resurrección de los santos del antiguo testamento.

Aunque el. Antiguo Testamento constantemente supone la doctrina de la resurrección, como se afirma en Job 19:25-26, por ejemplo, no es esta doctrina un tema de profecías extensas. Sin embargo, las referencias que se encuentran parecen poner la resurrección de los santos del Antiguo Testamento en el tiempo de la segunda venida de Cristo a la tierra y no en el de su venida por sus santos en el arrebatamiento. Daniel 12 describe la Gran Tribulación en el versículo 1 y la resurrección en el versículo 2 como un suceso inmediatamente posterior y que constituye un clímax en relación con ella; en este caso, sería claro que los santos del Antiguo Testamento no son resucitados en el arrebatamiento, sino en el tiempo del establecimiento del reino.

Dn. 12:1-2. En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

La misma implicación se encuentra en el pasaje de Job, donde la resurrección está conectada con el tiempo en que el Redentor está en pie sobre la tierra.
En forma similar, la doctrina de la resurrección presentada en Isaías 26:19-21 relaciona el despertar de los cuerpos muertos con el momento en que Cristo juzgue al mundo.

Is. 26:19-21. Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos. Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.  Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.

También es significativo que la frase particular de «los muertos en Cristo» sea usada para describir a los que son resucitados en el arrebatamiento.

1 Ts. 4:16. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

La expresión «en Cristo» describe la posición actual de los creyentes en Cristo debido al bautismo del Espíritu, que ocurrió por primera vez en Hechos 2 y que no aparece en relación con los santos del Antiguo Testamento. Aunque habrá intérpretes de las Escrituras que discrepen de esta posición, e incluirán la resurrección de los santos del Antiguo Testamento con el arrebatamiento, el peso de la evidencia parece relacionarla con la segunda venida de Cristo a la tierra. En cualquier caso, todos los santos del Antiguo Testamento y los de la iglesia serán resucitados antes del milenio.

E. La resurrección de los santos de la tribulación.

Se hace mención especial de los que murieron como mártires de la tribulación, diciendo que serán resucitados en conexión con la segunda venida de Cristo para establecer el reino. En Apocalipsis 20:4 Juan escribe que vio «las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años». Esta afirmación es explícita en el sentido de que los mártires de la tribulación serán resucitados cuando Cristo venga a establecer su reino. Apocalipsis 20:5 declara: «Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección». Surge, naturalmente, la pregunta de cómo puede ser ésta la primera resurrección de los santos del Antiguo Testamento.

La respuesta es que la expresión «primera resurrección» se refiere a todas las resurrecciones de los justos aun cuando se encuentren ampliamente separadas por el tiempo. Todas ellas son primeras, esto es, antes que la resurrección final de los impíos. Consecuentemente, la expresión «primera resurrección» se aplica a todas las resurrecciones de los santos sin consideración de cuándo ocurrían, incluyendo la resurrección Cristo mismo.

F. La resurrección de los santos del milenio.

Ningún pasaje de las Escrituras predice la resurrección de los santos del milenio, y algunos han sacado la conclusión que los santos que entren en el milenio no morirán. Por supuesto, las Escrituras guardan silencio acerca de un arrebatamiento de los santos vivos al final del milenio. Estos dos apartados de la profecía no caen dentro de la esfera de preocupación inmediata de los santos que viven en la actualidad, y la verdad acerca de ella podrá ser revelada después de la venida de Cristo para establecer su reino.

Sin embargo, cabe suponer que algunos santos que sobrevivirán a la tribulación ya serán de edad avanzada, y en cualquier caso es dudoso si alguien sobrevivirá durante todo el reinado de mil años. Ni Adán ni los cristianos primitivos lograron vivir mil años. En consecuencia, se puede suponer que aun los salvados morirán en el milenio aun cuando la vida de ellos será muy larga.

Según Isaías 65:20, «no habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito». Esta afirmación, por otra parte, indica que la vida será prolongada mucho, esto es, que a la edad de 100 años una persona será todavía joven. En el milenio, los creyentes que sean viejos cumplirán sus años, con lo que se quiere decir que alcanzarán una edad muy avanzada. En contraste, la persona que muera de 100 años será porque es pecador, y la muerte le vendrá como un juicio.

Subsiste la evidencia de que en el milenio habrá santos que morirán y que serán resucitados al final del reinado milenial. Sin embargo, esta doctrina no está fundada sobre un pasaje específico de las Escrituras, pero es probablemente la mejor explicación. Al mismo tiempo que sean resucitados los santos del milenio serán arrebatados los santos que estén vivos, esto es, serán llevados de la tierra sin morir, del mismo modo que la iglesia cuando fue arrebatada. Esto será en preparación para la destrucción de la tierra y los cielos que ahora son.

G. La resurrección de los impíos.

La resurrección final está relacionada solamente con los impíos. En conexión con el juicio del gran trono blanco, todos los muertos que no hayan resucitado antes serán resucitados y comparecerán ante Dios para ser juzgados.

Ap. 20:11-15. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Esta es la resurrección final antes de la creación de los nuevos cielos y la nueva tierra. Los detalles de este juicio serán considerados en un capítulo posterior.

Resumiendo, las Escrituras claramente enseñan que todos los hombres resucitarán. Como lo resume Daniel: «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua» (Dn. 12:2). Aunque los hombres mueren, todos resucitarán, pero las resurrecciones no serán las mismas. La resurrección de vida es una gloriosa resurrección en que los cuerpos de los creyentes serán conformados al cuerpo de resurrección de Cristo.
Sin embargo, la resurrección de condenación es un espectáculo terrible. Los hombres recibirán cuerpos que les durarán para siempre, pero cuerpos que son pecaminosos y sujetos al dolor y el sufrimiento. Como el diablo y sus ángeles, existirán para siempre en el lago de fuego. Este hecho conmovedor ha hecho que los hombres lleven el evangelio hasta los fines de la tierra a fin de que la mayor cantidad posible de personas pueda ser arrebatada del fuego y sea liberada de la ira de Dios que ciertamente vendrá sobre los impíos.

Jud. 23. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.

Sin embargo, para el justo la doctrina de la resurrección es la base de nuestra esperanza, y aunque la última generación de la iglesia será arrebatada sin morir, para la gran mayoría del mundo la resurrección de la tumba ha sido el método divino para transformar un cuerpo que era para la tierra en un cuerpo adecuado para su gloriosa presencia.

PREGUNTAS

1. ¿Resucitarán de entre los muertos todos los que mueran?

2. ¿Quién es la primera persona en ser resucitada de entre los muertos?

3. Explicar la resurrección mencionada en Mateo 27:52-53.

4. Describir la resurrección de la iglesia.

5. ¿Qué evidencia apoya la conclusión de que los santos del Antiguo Testamento resucitarán en el tiempo de la venida de Cristo a la tierra?

6. ¿Qué revela la Escritura acerca de la resurrección de los santos de la tribulación?

7. ¿Morirán los santos en el milenio?

8. ¿Qué les ocurrirá a los santos que estén vivos al final del reino milenial?

9. Describir la resurrección de los impíos.

10. Hacer un contraste entre los cuerpos de resurrección de los salvados y de los perdidos.


11. ¿Por qué la doctrina del castigo eterno constituye un motivo que impele a predicar el evangelio a toda criatura?