Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Cosas nuevas de parte de Dios para nosotros°



Isaías 43:18-19. No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Salmos 100:4. Entrad por Sus puertas con acción de gracias, y a Sus atrios con alabanza. Dadle gracias, bendecid Su nombre.

La vida cristiana normal, bajo el punto de vista de la Palabra de Dios, es una vida de victoria, no de acuerdo a los parámetros humanos sino a los de Dios. La vida de victoria sobrenatural es aquella que triunfa en medio de las dificultades y luchas de la vida. A los ojos de Dios la victoria no es necesariamente resultadista sino cuestión de carácter. Cualquier persona cuando todo le sale bien está contenta y se siente un "gigante triunfador", pero Dios se agrada más de aquél que aún en medio de su problema o dolor mantiene una actitud victoriosa. Esa actitud de victoria es la que necesitamos aprender, independientemente de las circunstancias que nos rodean. VICTORIA es firmeza para no caer; constancia para no detenerse; crecimiento para no debilitarse.


Veamos la definición de “Victoria”: “Es la actitud interior de fe que nos impulsa a vivir independientemente de las circunstancias que nos rodean, creyendo en el cumplimiento de las promesas fieles de Dios”

Quiero compartir la siguiente ilustración: Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y seria extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y revisó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. 

Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó, entonces, la difícil decisión: Determinó que el capataz sacrificase al animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo. Y así se hizo. Los empleados, comandados por el capataz, comenzaron a lanzar tierra adentro del pozo de forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal, éste la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente, consiguió salir! 

Si estas "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y los otros lanzan sobre ti la tierra de la incomprensión, la falta de oportunidad y de apoyo, recuerda el caballo de esta historia. No aceptes la tierra que tiraron sobre ti, sacúdela y sube sobre ella. Y cuanto más tiraren, más iras subiendo, subiendo, subiendo... alabando y adorando a Dios con todo tu corazón, confiando en el que todo lo puede por nosotros: nuestro Hacedor y Dios, Padre, Hijo (Jesucristo) y Espíritu Santo.

Muchos creen que estar atribulados, en apuros, perseguidos y derribados significa estar derrotados, pero no; podemos evitar la derrota si nos levantamos con el Espíritu de victoria en Cristo Jesús. Una cosa es perder un round de una pelea, y otra muy distinta es perder toda la pelea. No nos dejemos asustar e intimar por las tribulaciones, apuros, persecuciones y todo lo que nos quiere derribar, sino resistamos en el Nombre del Señor sabiendo que nuestra actitud de victoria nos guiará a la puerta de la victoria final.

Proverbios 24:16. Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse. Salmo 37:23-24. Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado porque Jehová sostiene su mano. No importa cuales sean las situaciones que hoy nos quieren derrotar y abatir, en el Nombre del Señor, y por obediencia a la Palabra de Dios, cambiemos la actitud de derrota, negativa por una nueva y bendecida: El Espíritu de victoria de nuestro Dios. No importa lo que estés atravesando, por más difícil que parezca, decidamos ahora mismo levantarnos en el Nombre del Señor Jesucristo y adoptar una actitud victoriosa en medio de los tiempos difíciles. Esa es la actitud que el Señor espera de aquellos que anhelan llegar a disfrutar la bendición final.

Demos una mirada a la vida de un personaje de la Biblia al que en algún momento de la vida tuvo en contra todas las circunstancias. La Biblia nos dice que Josafat amaba mucho a Dios. Josafat seguía a Dios con todo su corazón. Un día cuando Josafat era rey de Israel, tuvo la oportunidad de verdaderamente confiar en Dios. El rey Josafat recibió unas noticias que causaron temor. Un día el guardia que estaba como atalaya de la ciudad trajo una nuevas muy terribles. Un enemigo venía. Estaban muy cerca de la ciudad los soldados de ese enemigo. El ejército era grande y poderoso. La situación aparentaba ser temerosa. Lo primero que hizo Josafat fue orar y pedir la ayuda de Dios. Josafat le pidió a toda la gente que no comiera por un día entero. En lugar de comer iban a orar y pedir la ayuda de Dios. Después Josafat se paró ante el pueblo y oró a Dios. Josafat alabó a Dios porque es poderoso y maravilloso. Pidió a Dios que le ayudara a derrotar a su enemigo. Josafat le dijo a Dios que no haría nada sin la ayuda de Dios.

Dios escuchó la oración de Josafat. Dios envió un mensajero llamado Jahaziel para hablar con toda la gente. Les dijo que escucharan el mensaje de Dios. Dijo: No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes sino mía. Dios les dijo que esperaran hasta al día siguiente para pelear. Dios les dijo que cuando marcharan a la pelea iban a ver como Dios iba a ganar la batalla por ellos. Cuando Josafat escuchó las nuevas, se arrodilló y adoró a Dios. Estaba muy agradecido por la ayuda de Dios y por la benignidad de Dios para con él y con el pueblo. Le dio gracias a Dios por ser maravilloso. Temprano la siguiente mañana, Josafat y su ejército fueron a la pelea como les había dicho Dios. El rey Josafat le dijo al pueblo que tuvieran confianza en Dios y que le obedecieran. La gente salió a cantar cantos a Dios y empezaron a tocar música muy hermosa. Cantaron ante el ejército de enemigos. Los músicos dijeron: “Den gracias al Señor; su gran amor perdura para siempre.”

Mientras cantaban Dios puso emboscadas contra los enemigos. Esto quiere decir que vino otro enemigo y peleó en contra de ellos. Estaban sorprendidos. Los dos enemigos pelearon hasta que habían sido derrotados los dos. Cuando Josafat y su ejército llegaron a la orilla donde podían ver, quedaron atónitos con lo que Dios hizo. Dios había ganado la batalla. Cuando el ejército regresó a la ciudad, alabaron a Dios y le dieron gracias por haber ganado la batalla por ellos. Tocaron flautas, panderos y arpas en el templo como alabanza a Dios y para darle las gracias por haber liberado al pueblo de sus enemigos.

Porque Josafat amaba a Dios, tuvo paz durante su vida y su reinado. Como Josafat, hay veces que tenemos miedo. Cuando estamos en esta situación, debemos orar y pedir la ayuda de Dios como lo hizo Josafat. Josafat no solo pidió la ayuda de Dios sino que también alabó a Dios diciéndole que era bueno y maravilloso por todas las cosas que había hecho. También cuando Dios les dijo que hicieran, obedecieron. Cuando Dios les dijo que esperaran hasta al día siguiente para marchar a la pelea en contra de sus enemigos, confiaron en Dios y obedecieron sus mandamientos. Ellos siguieron a Dios y vieron a Dios obrar un milagro.

Josafat amaba a Dios con todo su corazón. Josafat sabía que Dios es el único que podía salvar al pueblo de su enemigo. Dios ha proveído la manera de salvarnos a nosotros también. Nosotros no tenemos un enemigo como Josafat. Nuestro pecado nos separa de Dios. Para salvarnos y quitar la pared que nos separa de Él envió a Cristo a morir en la cruz por nuestros pecados. Si creemos en Cristo y que Dios lo resucitó, Él vendrá a nuestras vidas y nos perdonara. Un día nos llevará al cielo.

Ayer ya es pasado, ¿Llorar por lo pasado, traerá resultados positivos?, no lo creo, y es que somos número uno para recordarnos del pasado y permitir que eso nos afecte para mal. Tu mejor que nadie sabes que no te fue bien, que hubieras querido que las cosas fueran de otra manera, que nunca te imaginaste el resultado que daría todo lo que se veía venir, pero ya está, se dio, sucedió, las cosas se dieron no como pensaste, pero ahora el panorama es otro.

Quizá en algún momento te preguntes: ¿Por qué Dios permitió?, pero yo te invito a que puedas hacerte otra pregunta: ¿Qué decisiones o acciones tuyas propiciaron esto?, y es que a veces pareciera que le queremos echar la culpa a Dios por lo que nosotros mismos hemos decidido, como que Dios tuviera la culpa de que me haya equivocado o que las cosas me hubieran salido totalmente contrarias a como hubiera querido. Y es que Dios no tiene la culpa de tus decisiones, tu eres libre de decidir qué es lo que quieres hacer o no, y eso también implica que cada decisión que tomes traerá consecuencias; buenas, si son decisiones buenas; malas, si son decisiones malas, lo más recomendable es ir delante del Señor y pedirle que nos guie y esperar a que pueda responder. Lastimosamente la mayoría de veces tomamos nuestras propias decisiones basados en lo que creemos que es lo correcto, olvidándonos de consultar a Dios y esperar una respuesta de Él.

Algunos otros se enojan con Dios porque dicen que le consultaron, y es que hay una gran diferencia entre consultar a Dios y esperar a que El responda a la consulta. La mayoría quizá pueda consultarle al Señor sobre algo en específico, pero son pocos los que esperan la respuesta de Dios para esa decisión y se dejan llevar por lo que creen que es lo mejor. Por todo eso quizá últimamente te sientes un poco derrotado, como que al no salir las cosas como quisieras te has sentido defraudado y con un sentimiento de impotencia frente a todo, mas Dios en este día en especial a través de los versos que leímos al inicio te dice lo siguiente:

Primero, “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”, en pocas palabras, olvida de una vez por todas esos malos episodios, su voluntad no es que estés lamentándote todo el tiempo sobre “lo que hubiera sido”. 

Segundo, “He aquí que yo hago cosa nueva…”, que difícil asimilar lo que Dios puede y quiere hacer, mas cuando nuestra mente esta nublada por recuerdos del pasado, por eso el Señor en primera lugar nos insta a olvidar lo pasado, y ahora nos promete que “hará cosa nueva”. Y es que así es el Señor, mi Dios es un Dios de nuevas oportunidades, que a pesar de nuestros constantes errores está dispuesto a hacer nuevamente algo precioso en nuestra vida. 

Tercero, “Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”, además de prometernos que hará algo nuevo, también nos recuerda su poder sobrenatural, en pocas palabras para El no hay nada imposible, lo que para nosotros puede ser algo que jamás podrá volver a ser, para Dios es de lo más fácil y lo puede volver a hacer y aun mejor que lo primero. Hoy Dios quiere que olvides el pasado, te promete que hará algo nuevo y te confirma que su poder es un Poder Sobrenatural, frente a todo esto, ¿Por qué temer?, ¿Por qué dudar?, ¿Por qué desfallecer?, lo que Dios dice, lo cumple.

¡Vamos! es hora de levantarnos y comenzar a creer en lo que Dios puede hacer en nuestra vida, no limitemos el Poder de Dios, no pensemos que todo está perdido pues El hace de lo perdido algo NUEVO. Sonríe, sécate las lágrimas, date cuenta que tu Dios es un Dios Poderosos, Omnipotente y Soberano. La Palabra que Dios quiere que tu mente y corazón guarden en este día es: “He aquí que yo hago cosa nueva”.

La Biblia dice que el cristiano puede vivir en victoria constante: 2 Corintios 2:14. Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 1 Corintios 15:57. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria. Dios nos impregna de victoria para que manifestemos en todo lugar olor a victoria. El olor “espiritual” es la fragancia percibida por los demás, y no depende de lo que uno haga sino de lo que fluye de su ser.

Esto es lo que diferencia al cristiano que vive sobre sus dificultades de aquél que se rinde vencido debajo de sus dificultades. Deuteronomio 28:1 y 13 dicen: Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltara sobre todas las naciones de la tierra. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedeciereis los mandamientos.

Como creyentes podemos caracterizarnos por tener una actitud diferente ante las adversidades de la vida. Esta es una actitud que puede ser aprendida. La vida del Apóstol Pablo también es un ejemplo de aquellos que vivieron una vida de victoria. Este hombre de Dios tuvo todo para ser un derrotado y miserable en su vida, pero vamos a ver en los siguientes pasajes, que de su vida fluía un espíritu de victoria (no exitista o resultadista, que es otra cosa). El pasaje de 2 Corintios 4:7-10 revela varias actitudes victoriosas que podemos aprender:

2 Corintios 4:8. Atribulados en todo, mas no angustiados. 2 Corintios 7:5 dice: En todo fuimos atribulados de fuera, conflictos; de dentro, temores. 2 Corintios 4:8. En apuros, mas no desesperados. 2 Corintios 4:9. Perseguidos, mas no desamparados. Cuando el enemigo nos separa del rebaño, no da el zarpazo final. 2 Corintios 4:9. Derribados, pero no destruidos. 

Entonces, según la Biblia podemos como creyentes estar: 

Atribulados mas NO ANGUSTIADOS; 
En apuros, mas NO DESESPERADOS; 
Perseguidos, mas NO DESAMPARADOS; 
Derribados, mas NO DESTRUIDOS. 

Isaías 42:9. Las cosas pasadas se han cumplido, y ahora anuncio cosas nuevas; las anuncio antes que sucedan. Isaías 48:6. De todo esto has tenido noticia, ¿y no vas a proclamarlo? Desde ahora te haré conocer cosas nuevas; cosas que te son ocultas y desconocidas. Lamentaciones 3:21-23. Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!

¡Es posible tener una nueva vida a partir de una vieja historia! Solo cree, obedece y declara que hay cielos abiertos para ti. 

Las promesas del Señor son eternas y grandiosas. Él no hace remodelaciones, sino que hace cosas nuevas, diferentes y mejores. Por eso, cuando decidimos entregarle nuestro corazón, decimos que nacemos de nuevo, porque somos formados otra vez, según Su propósito. Por supuesto que no es posible salir otra vez del vientre de nuestra madre, pero es casi como eso, porque nuestro pensamiento, espíritu y corazón cambian tan radicalmente que pareciera que somos otra persona. Incluso rejuvenecemos porque hay tanta esperanza al ver la vida desde otra perspectiva que nos llenamos de vitalidad y de proyectos. Justo eso es lo que el Señor promete cuando dice que saldrá la luz, se abrirán nuevos caminos y ríos.

Es necesario comprender esto para apreciar y aprovechar en toda su dimensión aquello que Dios nos ofrece: ver cielos abiertos a la posibilidad de hacer realidad aquello que Él desea, es decir, desarrollar todo nuestro potencial para alcanzar grandes conquistas. Pero todo es cuestión de que nos dispongamos a aprender de Su Palabra para abrir los ojos de la fe y descubrir esa nueva perspectiva que nos enfrenta a la realidad y nos reta a buscar cada vez algo mejor. Por ejemplo, cuando vemos un vaso con agua, si no está al tope, podemos decir que está medio lleno o que está medio vacío, no importa. 

Claro que algunos aconsejan decir que está medio lleno porque decir que está medio vacío implica concentrarse más en lo que no se tiene. Está bien, pero lo importante es reconocer que no está lleno y que por lo tanto, se está desperdiciando su propósito que es contener algún líquido. Lo mismo sucede con nosotros. Si no estamos desarrollando todo nuestro potencial, significa que lo estamos desperdiciando, así de sencillo. ¡Acepta el reto de comenzar de nuevo!

Si entramos en la dimensión del Espíritu, nuestra verdad comienza a cambiar. La vida nueva en el Señor no está basada en la percepción natural, sino en aspirar a todo lo que nos ha prometido, que es, nada más y nada menos, que cielo nuevo y tierra nueva ahora, si te decides a aceptar tu naturaleza de pueblo escogido y linaje bendito, a quien Dios escucha y favorece.

Levanta tus ojos al cielo, porque eso es lo que Dios quiere que hagamos. Los hombres que alcanzaron grandes proezas aprendieron a ver cielos nuevos, vieron hacia arriba. Por eso, Jesús, en el Padre Nuestro, pidió que se hiciera la voluntad de Dios en la tierra, como sucede en el cielo. Por eso, la promesa para Abraham fue que su descendencia sería tan abundante como las estrellas del cielo; por eso, Jesús inició su ministerio luego de ser bautizado, cuando el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo sobre Él. Así que no bajes tu mirada, mantén tus ojos puestos en lo alto, en el Señor.

Proverbios 3:1-2 enseña: Hijo mío, no te olvides de mí ley y  tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida? Y paz te aumentarán. Proverbios 4:24 aconseja: Aparta de ti la perversidad de la boca? Y aleja de ti la iniquidad de los labios.

Por supuesto que tener esa actitud no significa que debemos esperar que todo caiga del cielo, sino que implica que nuestra esperanza está puesta en Dios, quien nos abrirá paso, incluso para superar las dificultades que se nos puedan presentar. Aprendamos a obedecer a Dios y dejarnos guiar por el Espíritu Santo. Honrrémosle en todos nuestros caminos y tengamos cuidado con las palabras que salen de nuestra boca. Bendiciones.



La visión espiritual del cristiano°


¿Qué es la visión espiritual del cristiano? Es observar lo que Dios está haciendo, o quiere hacer en nuestra comunidad y unirnos a Él. Esto es lo contrario a que Dios bendiga nuestros planes, sueños o proyectos por muy nobles o muy buenos que sean. Visión es descubrir los sueños de Dios para nuestra vida, para nuestra familia, para nuestra comunidad o nación y trabajar para su cumplimiento. ¿Dónde comienza la obra de Dios? Del lado de Dios: el punto de partida se encuentra en el momento en que recibimos una revelación de la necesidad de la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Marcos 16:14-18. RVR1960. Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

El comienzo de una obra verdadera de Dios con nosotros no es cuando nos consagramos a él, sino cuando vemos lo que él quiere para nuestras vidas dentro de los planes de salvación para la humanidad. La consagración debe provenir de la visión espiritual que nos ha sido revelada. Allí es donde comienza la obra de Dios. Nuestra obra puede comenzar en cualquier momento; la obra de Dios a través de nosotros sólo puede surgir de una visión divinamente inspirada. Amós 3:7. LBLA.  Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. Nosotros debemos ver en Cristo la meta de Dios. Sin esa visión, nuestro servicio para Dios seguirá el impulso de nuestras propias ideas, pero no estará de acuerdo con el plan de Dios.

Juan 3:14-21. RVR1960. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Dios nos liberta del pecado, de la maldad y de la muerte espiritual a través de nuestro Señor Jesucristo y su obra redentora en la cruz del calvario, para darnos vida eterna y ser parte del reino de los cielos en esta tierra y por la eternidad. Es de manera voluntaria que nos rendimos ante el señorío de Dios y su voluntad. Todo lo que ha sido revelado en la Biblia y todos los acontecimientos ocurridos hasta este momento en toda la tierra tienen como un único propósito que es la salvación de las almas.

1 Pedro 1:3-12. RVR1960. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

Levantémonos, salgamos de nuestro lugar, alcemos el vuelo como las águilas hacia los lugares espirituales en Cristo que Dios tiene preparados desde antes de la fundación del mundo para quienes hemos creído en él y en su Hijo Jesucristo. Estas palabras son buenas nuevas de salvación para aquellos que están atrapados o esclavizados por el pecado y el diablo. Sin embargo, algunos se resisten a la orden de marchar y prefieren el ambiente que los rodea, antes que uno nuevo y desconocido ofrecido por Dios. No es sencillo cambiar la seguridad y la comodidad de lo conocido por un futuro incierto. Pero, ¿qué sucedería si Dios diera la orden de mudarse? ¿Seguiríamos su guía?

El libro del Éxodo describe una serie de llamados que Dios hace y las respuestas de su pueblo. Han pasado cuatrocientos años desde que José se trasladó con su familia a Egipto. Estos descendientes de Abraham han crecido a más de dos millones de individuos. Para el nuevo Faraón de Egipto, estos hebreos eran extranjeros y su número era alarmante. Faraón decidió hacerlos esclavos para que no pudieran desequilibrar su poder. Como después se vio, este fue su mayor error, ya que Dios vino a rescatar a su pueblo. A través de una serie de sucesos extraños, un niño hebreo llamado Moisés llega a ser príncipe en el palacio de Faraón y luego un paria en una tierra desierta. Dios visitó a Moisés en las llamas misteriosas de una zarza ardiente y, después de un poco de discusión, Moisés aceptó regresar a Egipto para sacar de la esclavitud al pueblo de Dios.

En el libro del Éxodo 25:40 hay una expresa advertencia para Moisés. “Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte”. Nada fue dejado a su propia imaginación, o a la de los obreros o del pueblo; la voluntad de Dios debía observarse y cumplirse en cada detalle. La instrucción de Cristo a nosotros sus discípulos en el evangelio de Mateo 28:18. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén., tiene el mismo sentido: Guarden todas las cosas que os he mandado. —Recordemos que somos los templos del Espíritu Santo, que tenemos la ley de Dios en nuestros corazones, que tenemos que llevar una vida de comunión con Dios, celebrar sus ordenanzas y ser luz del mundo, si, verdaderamente somos seguidores de Cristo. 

Jeremías 29:11-14. DHH1996. Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a mí en oración y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. Sí, yo dejaré que ustedes me encuentren, y haré que cambie su suerte: los sacaré de todas las naciones y de todos los lugares por donde los dispersé, y los reuniré y haré que vuelvan a este lugar de donde los desterré. Yo, el Señor, lo afirmo.

La Biblia ocasionalmente usa la figura de la oveja, otras veces la del pez, también el león, el buey, el ciervo y el águila para representar al cristiano. Todos estos con un denominador común, sus características parecidas al cristiano. Estudiemos algunas características del águila para aprender cómo desarrollar al igual que el águila, el potencial y la visión que nos ha sido dado de parte de Dios. Tomemos también como referencia la vida Moisés, quien fue caudillo de la nación de Israel, mediador del pacto de la Ley, profeta, juez, comandante, historiador y escritor. Para lograr todo esto este hombre pasó por muchas situaciones y circunstancias hasta que su carácter fue moldeado para ser un instrumento de los planes y propósitos divinos de salvación para Israel y de la humanidad en las manos de Dios.

Uno de los mayores ejemplos de la revelación divina y de la visión espiritual para una persona y un pueblo la encontramos en la vida de Moisés e Israel. Es bueno recordar que cada uno de nosotros tiene un propósito dentro de los planes divinos de salvación para la humanidad y que Dios espera que nos esforcemos por hallarlo y dar fruto en abundancia. Es por eso que también nos ha dado talentos, dones espirituales y dones ministeriales, pero necesitamos de la sabiduría divina y la inteligencia espiritual para ser efectivos.

El águila es símbolo de fuerza poder y majestad, así debe ser la vida cristiana. Los hijos de Dios estamos llamados a vivir como las águilas. Dios nos capacita con su Espíritu Santo para vivir con sabiduría y poder. Es en nuestra dependencia a Dios y su buena y perfecta voluntad revelada en la Palabra de Dios por su Espíritu Santo con la que logramos alcanzar las alturas espirituales para las que hemos sido creados.

¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:28-31. RVR1960.

En estos momentos de nuestras vidas y en estos tiempos finales de cumplimiento profético para la humanidad es necesario anhelar y pedir a Dios que nos de la visión espiritual que él tiene para cada uno de nosotros y así poder entender su voluntad para nuestras vidas y nuestras familias.

Salmo 40:1-13. BAD (La Biblia al día). Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor. Dichoso el que pone su confianza en el Señor y no recurre a los idólatras ni a los que adoran dioses falsos. Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar. A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.

Por eso dije: «Aquí me tienes—como el libro dice de mí—. Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí.» En medio de la gran asamblea he dado a conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios. No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad. No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Muchos males me han rodeado; tantos son que no puedo contarlos. Me han alcanzado mis iniquidades, y ya ni puedo ver. Son más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón desfallece. Por favor, Señor, ¡ven a librarme! ¡Ven pronto, Señor, en mi auxilio!

Necesitamos buscar la presencia del Señor y el lugar secreto del que nos habla nuestro Señor Jesucristo; necesitamos su guía, necesitamos más que nunca ser pastoreados por su Espíritu Santo, necesitamos ser fortalecidos a través de su Hijo Jesucristo, necesitamos la vida que nos imparte su Palabra eterna, necesitamos la presencia de Dios en todo nuestro ser y en todos nuestros caminos.

Mateo 6:5-15. RVR1960.  Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Veamos algunos aspectos de la vida del águila para tener como referencia en lo que Dios quiere de nosotros y para nosotros. Las águilas comen alimento fresco, no cosas muertas: como cristianos debemos alimentarnos de la comida fresca de la Palabra de Dios. A veces estamos intoxicados espiritualmente porque comemos comida muerta de la religión y tradición, o mensajes cargados de humanismo que mueven solamente nuestras emociones que también están enfocados en la prosperidad material y el liderazgo de estrategias humanas.

Las águilas construyen relaciones fuertes para toda su vida: un águila tiene un solo compañero para toda su vida, hace un solo nido y vive en él. Dios no quiere que vayamos de aquí para allá como unos nómadas de iglesia en iglesia, a menos que sea imposible que nos quedemos por diversas circunstancias. Dios quiere que formemos relaciones significativas dentro de la familia de la fe y que nos comprometamos con él a servir en la iglesia local, en el lugar que él tiene preparado para cada uno de nosotros y nuestras familias.

Las águilas Son una fuente de inspiración. Debemos ser personas de influencia por nuestra conducta cristiana, si los otros hacen lo malo, tú debes mostrar un estilo de vida que refleje los valores del reino de Dios. Las águilas tienen una gran visión. Nosotros podemos ver oportunidad, potencial y grandes cosas en el futuro, o sólo ver potencial limitado. Dios desea que tengamos gran visión, que veamos la vida desde su perspectiva y voluntad.

Hebreos 12:1-7. DHH2002. Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús sufrió en la cruz, despreciando la vergüenza de semejante muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y está sentado a la derecha del trono de Dios. Por lo tanto, meditad en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción por parte de los pecadores; por eso, no os canséis ni os desaniméis. Pues aún no habéis tenido que llegar hasta la muerte en vuestra lucha contra el pecado, y habéis olvidado ya lo que Dios os aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura: “No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a quien él ama y castiga a aquel a quien recibe como hijo.” Soportad la corrección, y así Dios os tratará como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija?

Las águilas enfrentan tormentas sin miedo, es uno de los pocos animales que no temen a la tormenta, vuela sin temor porque conserva su visión y se remonta sobre la tormenta. Si conservamos una perspectiva correcta en la tormenta, lo que significa no concentrarnos en la prueba sino en Jesucristo, y pedimos la ayuda del Señor, las presiones y desafíos de la vida serán oportunidades de crecimiento y madurez. Traerán más gloria a Jesucristo, y más bendiciones para nosotros, si las vemos en forma adecuada. 2 Corintios 4:16-18. RVR1960. Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Encaremos las tormentas de la vida con visión no con emoción, ante ella tenemos tres opciones: escondernos de ella, dejarnos destruir por ella o levantarnos por encima de ella y cuando hacemos esto último, alzamos vuelo cada vez más alto. Si somos sabios como el águila, No jugaremos con el diablo. Huyamos de las situaciones que nos pueden colocar en peligro espiritual así como nos dio ejemplo José, no nos expongamos deliberadamente en lugares o situaciones donde podemos ser tentados. Santiago 4:7. RVR1960. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 2 Timoteo 2:22. RVR1960.  Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 1 Tesalonicenses 5.21-22. RVR1960. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal.

Las águilas constantemente se renuevan, limpian sus plumas y sacan todo lo que está deteriorado y dañado; Dios desea que constantemente nos renovemos espiritualmente. ¿Pero cómo ser renovados constantemente para poder ver los planes que Dios tiene para cada una de nuestras vidas?

Mantengamos una diaria relación con el Señor, comprometámonos a permanecer en el Señor renovando nuestra mente constantemente. Romanos 12:1-2. DHH2002. Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer. No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Dejemos todas aquellas actitudes y comportamientos que al Señor no le agradan y que Él nos muestra a través de la revelación de su Palabra por su Espíritu Santo muestra que nos pueden hacer daño y hacerle daño a otras personas. Salmo 103:1-5. RVR1960. Bendice, alma mía, a Jehová,  y bendiga mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.

El águila, tiene ocho veces más células visuales por centímetro cúbico que el ojo humano. Eso se traduce en aptitudes asombrosas. Por ejemplo volando a una altura de 183 metros, un águila puede ver un objeto del tamaño de una moneda de diez centavos moverse entre la hierba de quince centímetros de alto; el águila puede ver saltar en un lago a un pez de siete centímetros y medio a ocho kilómetros de distancia.

Las personas que son como las águilas pueden ver lo que la mayoría se pierden. Los creyentes águilas no miran los problemas, ven las soluciones. No temen arriesgarse en actualizar su visión. La mayoría de visionarios fracasan muchas veces enfrentan mucha oposición y mucha resistencia, son malinterpretados, los critican con mucha frecuencia; pero no ceden y proceden conforme a su visión. Su visión es mayor que los obstáculos, que los fracasos y en vez de rendirse creen siempre en darse una nueva oportunidad.

Cuando no podamos conquistar la montaña, es cuando debemos rodearla y si no podemos rodearla, hagamos un túnel y atravesémosla.

Los creyentes en Jesucristo y en su evangelio debemos enfocar nuestra visión para ver aquello que es necesario y eterno y no desviarnos de la Palabra de Dios, de la oración, del ayuno, de la comunión con los hermanos, de la consagración, de la voluntad de Dios. Nuestro deber es enfocarnos en agradar al Padre Celestial, al Señor Jesucristo y al Señor el Espíritu Santo en todos nuestros caminos. 1 Corintios 2:14. RVR1960. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. El creyente con la visión espiritual revelada por el Padre Celestial a través de su Palabra eterna  por el Espíritu Santo, ve y entiende que hay almas que necesitan a Cristo. Y su vida sirve de puente para alcanzarlas para el reino de los cielos. El creyente sube primero a las alturas, para desde allí tener una visión celestial de lo que quiere alcanzar. Cuanto más se asciende en la vida espiritual, mayor será la visión de Dios en nuestra vida y ministerio.


Dios dirigió a Moisés y a la nación de Israel, y quiere guiarnos a nosotros también. ¿Acaso lo está preparando a usted y a mí, como a Moisés, para una tarea específica? Él estará con nosotros; obedezcámoslo y sigámoslo. ¿Está librándolo de algún enemigo o de alguna tentación? Confíe en Él y haga lo que dice. ¿Ha escuchado sus claras instrucciones de parte de Dios para su vida? Lea, estudie y obedezca la Palabra de Dios. ¿Está llamándolo a una verdadera adoración? Descubra la presencia de Dios en su vida, en su hogar y en la iglesia. Bendiciones.

El pecado nos hace daño°


La palabra pecado es mencionada en la Biblia aproximadamente 590 veces desde el libro del Génesis capítulo 4:7. RVR1960. Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el PECADO está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él; hasta el libro del Apocalipsis 18:5. RVR1960. Porque sus PECADOS han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.

El pecado hace referencia a quebrantar la ley de Dios revelada en su Palabra. Se usa también como una expresión que se emplea para describir el efecto del pecado de Adán sobre toda su descendencia. La traducción literal es errar en el blanco. El origen del pecado se encuentra en la rebelión de Satanás en contra de Dios, en como su corazón se enorgulleció, en otras palabras el diablo es el padre del pecado como nos lo enseña el Señor Jesucristo.

En Ezequiel 28:11-19, vemos que fue Lucifer quien introdujo el pecado en el universo: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. (v. 17)”. No había pecado antes que Lucifer pecara y se convirtiera en Satanás.  Su pecado, el primero en el universo, fue cuando el eligió su voluntad por encima de la voluntad de Dios, deseando ser igual a Dios. 

Es por eso que para cada uno de cristianos en todas las naciones de la tierra es muy importante darle la relevancia del caso en nuestras vidas porque sus consecuencias se viven en esta tierra y son para toda la eternidad. Que mejor que estudiemos los textos de la Biblia acerca de este asunto y que sea Dios el Espíritu Santo enseñándonos, redarguyéndonos y ayudándonos para apartarnos de toda clase de pecado que nos puede separar de la presencia de Dios, que se alcanza cuando aceptamos al Señor Jesucristo como Señor y Salvador y le entregamos todo nuestro ser.

Así como hay pecado en la raza humana, debe haber habido un principio del pecado. Si no hubiese un principio para el pecado, el hombre hubiese sido creado en pecado, y entonces, Dios sería el creador del pecado; pero no lo es.  El pecado entró en la raza humana a través del engaño y la desobediencia, motivados por la incredulidad o la duda.  “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión.” (1 Timoteo 2:14 RVA1960). 

Juan 8:43-45. Dios Habla Hoy (DHH). ¿Por qué no pueden entender ustedes mi mensaje? Pues simplemente porque no pueden escuchar mi palabra. El padre de ustedes es el diablo; ustedes le pertenecen, y tratan de hacer lo que él quiere. El diablo ha sido un asesino desde el principio. No se mantiene en la verdad, y nunca dice la verdad. Cuando dice mentiras, habla como lo que es; porque es mentiroso y es el padre de la mentira. Pero como yo digo la verdad, ustedes no me creen.

El pecado de naturaleza es la pre-disposición del ser humano y su inclinación a hacer cosas que se oponen a Dios y a su voluntad.  El   hombre y la mujer sin Dios están controlados por el diablo quien es dueño de su naturaleza, su mente y su corazón; su mente está en oscuridad y su corazón tiene tendencia a hacer lo malo (a cometer pecado). En 2 Corintios 4:4. RVR1960 dice: "en los cuales el dios de este siglo [el diablo] cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo".  En Efesios 4:18. RVR1960 dice: "teniendo el entendimiento oscurecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón". El ser humano nace predispuesto a pecar, esa es su naturaleza. Dios refiriéndose a la actitud del hombre en Génesis 8:21 dice: "porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud"; en el Salmo 51:5, el salmista dice: "He aquí en maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre".  El pecado está ligado al ser humano desde su niñez, en Proverbios 22:6. RVR1960 dice: "La necedad está ligada en el corazón del muchacho".

Romanos 5:12-21. Traducción en lenguaje actual (TLA). El primer pecado en el mundo fue la desobediencia de Adán. Así, en castigo por el pecado, apareció la muerte en el mundo. Y como todos hemos pecado, todos tenemos que morir.  Antes de que Dios diera la ley, todo el mundo pecaba. Pero cuando no hay ley, no se puede acusar a nadie de desobedecerla. Sin embargo, los que vivieron desde Adán hasta Moisés tuvieron que morir, porque pecaron, aun cuando su pecado no fue la desobediencia a un mandato específico de Dios, como en el caso de Adán.

En algunas cosas, Adán se parece a Cristo. Sin embargo, no hay comparación entre el pecado de Adán y el regalo que Dios nos ha dado. Por culpa de Adán, muchos murieron; pero por medio de Jesucristo Dios nos ha dado un regalo mucho más importante, y para el bien de todos. El pecado de Adán no puede compararse con el regalo de Dios. El pecado de Adán hizo que Dios lo declarara culpable. Pero gracias al regalo de Dios, ahora él declara inocentes a los pecadores, aunque no lo merezcan. Si por el pecado de Adán, la muerte reina en el mundo, con mayor razón, por medio de Jesucristo, nosotros reinaremos en la nueva vida, pues Dios nos ama y nos ha aceptado, sin pedirnos nada a cambio.

Por el pecado de Adán, Dios declaró que todos merecemos morir; pero gracias a Jesucristo, que murió por nosotros, Dios nos declara inocentes y nos da la vida eterna. O sea, que la desobediencia de uno solo hizo que muchos desobedecieran, pero por la obediencia de Jesús, Dios declaró inocentes a muchos.

La ley apareció para que el pecado se hiciera fuerte; pero si bien el pecado se hizo fuerte, el amor de Dios lo superó. Y si el pecado reinó sobre la muerte, el amor de Dios reinó sobre la vida. Por eso Dios nos ha declarado inocentes, y nos ha dado vida eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo.

El pecado nos puede llevar al lago de fuego y azufre que arde por la eternidad. Cada uno de nosotros elegimos nuestro destino eterno: el cielo o el infierno. Dios ya ha realizado su gran obra de salvación a través de nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario. Juan 3:16-21. Dios Habla Hoy (DHH). Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. "El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, y a ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. Los que no creen, y a han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz. Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.

La Biblia nos muestra que tenemos al menos una cosa en común con cada hombre, mujer y niño que haya vivido alguna vez: Romanos 3:23. RVR1960. Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.

El pecado comienza en la mente. Lo que pensamos eventualmente se convierte en lo que hacemos. Proverbios 23:7a. RVR1960. Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Pero lo que sale de la boca, del corazón [mente] sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios [Sexto Mandamiento], los adulterios [Séptimo Mandamiento], las fornicaciones, los hurtos [Octavo Mandamiento], los falsos testimonios [Noveno Mandamiento], las blasfemias [Tercer Mandamiento]. Estas son las cosas que contaminan al hombre” Mateo 15:18-20. RVR1960.

Santiago 1:14-15 muestra que cuando los hombres tienen malos pensamientos, ellos eventualmente producirán malas acciones. “Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte [la paga del pecado]”.

Pecar — quebrantar la ley espiritual de Dios — nos corta de Dios. “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros Su rostro para no oír” Isaías 59:2. RVR1960. Y en libro de Jeremías 5:25 está escrito: “Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien”

Cuando permitimos que el pecado tome fuerza en nuestras vidas, nos lleva a la destrucción y es algo que, sencillamente, no podemos permitir. Dios desea que rompamos definitivamente con aquello que nos destruye. Él no ha hecho saber que necesitamos de su ayuda para ser transformados y Dios desea ayudarnos en este proceso.

Veamos diez cosas que son el pecado (Les invito a leer y estudiar cada una de la citas bíblicas para profundizar más sobre el tema):

1. Pecado es perder la marca, errar al blanco. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Romanos 3:23.  Romanos 5:12. Pecado significa “no acertar con la divina puntería”

2. Pecado es Trasgresión. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” 1 Juan 3:4La transgresión de la Ley puede ser casual o intencional.  Aun así, en ambos casos es pecado. Había pecado antes de la Ley, pero no era transgresiónNúmeros 4:15; Josué 7:11, 15; Isaías 24:5; Daniel 9:11; Oséas 6:7; Oséas 8:1.

3. Pecado es la distorsión de lo que es recto. “Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.” (2 Samuel 24:17). Romanos 1:18; 6:13; 2 Tesalonicenses 2:12; 2 Pedro 2:15; 1 Juan 5:17.

4. Pecado es rebelión contra Dios. “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí” (Isaías 1:2). 2 Tesalonicenses 2:4,8.

5. Pecado es una deuda.  “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:12).  Lucas 11:4. Las palabras “debéis” (Juan 13:14) y “debemos” (2 Tesalonicenses 2:13) provienen todas de una misma raíz en el griego que denota deuda.

6. Pecado es desobediencia.  Pecado es una falta en responder a Dios. “En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2). Efesios 5:6; Juan 3:36.

7. Pecado es una desviación ante los requerimientos de Dios. Esto significa una caída; cada ofensa contra Dios es una caída.  Pecado es siempre una caída que hiere. “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial” (Mateo 6:14).  Gálatas 6:1; Romanos 5:15-20.

8. Pecado es incredulidad. “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.” (1 Juan 5:10).

9. Pecado es impiedad. “Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Romanos 4:5).  “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.” (Romanos 5:6). 1 Timoteo 1:9; 1 Pedro 4:18; 2 Pedro 2:5, 7; Judas 4,15.

10. Pecado es iniquidad.  Esto significa un proceder equivocado ante el orden moral del universo. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gálatas 5:19-21). Colosenses 3:5-9; Marcos 7:19, 20.

Dios ha provisto un remedio de modo que el hombre no necesite sufrir la condenación eterna por sus pecados. Él envió a Su Hijo Jesucristo a este mundo para proveer una vía de escape para el hombre.

El Señor Jesucristo nació de la virgen María, quien concibió por el Espíritu Santo, este nacimiento virginal fue absolutamente necesario a fin de que Él naciera sin pecado y de este modo no heredar la naturaleza pecaminosa de Adán. Él es el único hombre sin pecado que ha existido. En la cruz sufrió voluntariamente la paga del pecado y satisfizo todas las demandas santas de Dios. Desde que la pena por el pecado ha sido pagada, Dios puede dar vida eterna a todo pecador que se confiesa como tal y recibe al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador. 2 Corintios 5:21. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Cuando una persona confía en Cristo, esa persona es salva de la pena y del poder del pecado. Esto no significa que no cometerá más pecado, sino que quiere decir que todos sus pecados, pasados, presentes y futuros han sido perdonados y que nunca más será juzgado por ellos. Recordemos que todos nuestros pecados eran futuros cuando Cristo murió.

En Cristo, cada persona tiene el poder para vivir en victoria sobre el pecado en vez de vivir para los placeres, poder del pecado y Satanás. Por esto es que Cristo Jesús murió en la cruz. “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia” 1 Pedro 2:24.

Algunos dicen que las palabras “por siempre” y  “eterno” significan “una larga vida, una edad”,  en otras palabras, dicen que los pecadores culpables sufrirán el fuego del infierno solamente por un tiempo; y después de ser purificados, disfrutaran vida eterna con el resto de los santos de Dios.  Pero a esto decimos, “si el infierno y la condenación no son por siempre y eternos, entonces tampoco hay tal cosa como vida eterna, ni eterna salvación.”  Es que la misma palabra “eterna,” o “para siempre,” es usada para referirse a Dios, “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” Hebreos 9:14. “Pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” Romanos 16:26.


La decisión de nuestro destino eterno está en nosotros mismos. Dios ya ha provisto el perdón de pecados y la salvación. Bendiciones.