Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

El bautismo del Espíritu Santo°


Nuestro Señor Jesucristo dijo a los discípulos la obra que tenían que hacer, pero les hizo entender que sin Dios no la podían hacer, que humanamente, por más y mejores intenciones, no se lograría: los apóstoles se reunieron en Jerusalén y se les ordenó que no se fueran de ahí hasta que viniera el derramamiento del Espíritu Santo sobre sus vidas. Esto sería un bautismo por el Espíritu Santo, que les daría poder para vivir la vida cristiana que agrada a Dios y cumplir la gran comisión: la salvación de almas y la extensión del Reino de los cielos en medio de las naciones de la tierra.


Esto confirma la promesa divina y nos anima para depender de ella, porque la oímos del Señor Jesucristo y en Dios todas las promesas son sí y amén. El bautismo en agua de los cristianos es un mandamiento para testimonio de lo que ocurre en el ámbito Espiritual; representa la unidad y la identificación con Cristo que se establece por medio del bautismo con el Espíritu Santo: es nuestro testimonio de fe.

Hechos 1:1-9. En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?

Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

Cuando somos bautizados en agua públicamente, estamos dando testimonio de que estamos unidos al Señor Jesucristo y tomamos parte en su muerte y su resurrección.

Para vivir la vida cristiana bíblica en estos tiempos finales y peligrosos de cumplimiento de la Palabra de Dios, nosotros, los que hacemos parte de la iglesia de Cristo en las naciones de la tierra, nos es necesario ser llenos del presencia del Espíritu Santo, nos es necesario recibir la unción de Dios, no es necesario ser enseñados y guiados por Dios, nos es necesario recibir la sabiduría divina y el entendimiento espiritual para poder enfrentar todas las circunstancias y situaciones que se nos presenten en nuestro diario vivir. Es necesario que seamos bautizados en el Espíritu Santo

Necesitamos la llenura del Espíritu Santo, porque sin Dios nada podemos hacer conforme a la voluntad del Padre Celestial. Necesitamos la presencia de Dios en nosotros y con nosotros para cumplir con el llamado y los propósitos de Dios en nuestras vidas y también poder enfrentar todos los ataques del diablo; no debemos ignorar que el enemigo de Dios quiere destruir las vidas de todos aquellos que hemos aceptado al Señor Jesucristo como nuestro Salvador personal, quienes voluntariamente hemos decidido que el Reino de los cielos gobierne nuestros corazones por Jesucristo y su Palabra.

Una de las cosas que genera gozo y fuerza en el cristiano es el poder hacer la voluntad de Dios en medio de todas las circunstancias que nos rodean. 

1 Corintios 12:13. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Romanos 6:3-4. ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 

Cuando el Creyente recibe a Cristo como Salvador de su vida, se identifica con Él en su muerte y resurrección, (El mensaje del Evangelio) y el mismo Cristo le bautiza en el agua (simbólica) del Espíritu Santo y lo identifica consigo mismo (la cabeza) y con la iglesia (su cuerpo) y le da a beber el agua del Espíritu Santo; Él hace su morada dentro del creyente, El Cual (El Espíritu Santo) corre como ríos de agua viva en su interior, llenando (controlando), limpiando, redarguyendo, santificando, dando vida, guiando, aconsejando y consolando; esta es la nueva vida en Cristo. 

Con el llamado de salvación de parte de Dios para cada creyente, viene la implicación de recibir el poder sobrenatural del Espíritu Santo para vivir la vida que agrada a Dios y también con ello viene el llamado a servirle al Señor dentro del cuerpo de Cristo que es su iglesia.

Hechos 1:8. LBLA. Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Este llamado está acompañado de los dones ministeriales y de los dones espirituales los cuales son para la edificación del cuerpo de Cristo, pues somos sólo administradores de la gracia divina, quienes tenemos que dar cuentas de nuestra mayordomía en el tribunal de Cristo. Pero es necesario entender que no es en nuestras capacidades y nuestros esfuerzos humanos por mas buenos que parezcan, es en realidad con la presencia, la ayuda y el poder del Espíritu Santo en cada uno de nosotros como lo vemos en el siguiente texto. Es necesario que sepamos que es la unción que Dios da a su pueblo, la iglesia de Cristo y para qué es.

Zacarías 4:6. Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

La Biblia nos enseña y nos revela como vino el Espíritu Santo sobre la persona de nuestro Señor Jesucristo en el evangelio de Lucas 4:14-21. Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.

Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Podemos ver también como se cumplió lo que fue profetizado por Isaías en el Antiguo Testamento. Isaías 61:1-6. El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes;  

Pedro en su sermón en el día del Pentecostés en Hechos 2 declarando que el derramamiento del Espíritu fue un cumplimiento de la promesa.

Hechos 2:16-18. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

Pedro termina su poderoso sermón ofreciendo la promesa del Espíritu Santo a aquellos que se arrepintieran y fueran bautizados. 

Hechos 2:38-44. Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas.
 
Encontramos tres frases que nos muestran esta gran verdad de Dios para nuestras vidas.

"Él os bautizará en Espíritu Santo" Mateo 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16.

"El que bautiza con el Espíritu Santo" Juan 1:33.

"Vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo" Hechos 1:5; 11:16.

¿Cómo y cuándo ocurre el bautismo en el Espíritu Santo? El bautismo en el Espíritu Santo ocurre en todos los que verdaderamente ponen su fe en Cristo como su salvador.  El bautismo del Espíritu Santo es la promesa del Padre, profetizada por Juan el Bautista y anunciada por el mismo Jesucristo.  Aunque el bautismo es efectuado por Jesús, no puede ocurrir sin el Espíritu Santo. 

Todos los creyentes que han creído en la muerte y resurrección de Cristo, han participado con el Señor Jesucristo a través del bautismo.  Así fueron sepultados y levantados a novedad de vida junto con Él.  La vida que tenemos en Cristo es más que la vida que tuvo el pueblo con Moisés y más que la vida que tenían o tienen los prosélitos Judíos y aún más que la vida que tenían aquellos que eran bautizados por Juan para arrepentimiento. Esta vida es eterna en unión a Cristo. 

La Superioridad del Bautismo en El Espíritu Santo. A diferencia del bautismo de Moisés, del bautismo de los convertidos al judaísmo y del bautismo de Juan, el bautismo en el Espíritu Santo, además de unir al creyente al cuerpo de Cristo, le hace participe en su interior de ese Espíritu.  

Cuando una persona es bautizada en agua, su exterior se "lava" pero su interior queda igual.  En el bautismo efectuado por Jesucristo, el del Espíritu Santo, la persona recibe el Espíritu Santo dentro de sí.  Por lo tanto dice: 1 Corintios 12:13. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

"A todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu". Esta oración tiene que ver con el lugar que toma el Espíritu Santo haciendo morada dentro de cada creyente.  Es de acuerdo con la promesa de Jesús: Juan 14:16-17. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y ESTARÁ  EN VOSOTROS.

Jesús les asegura a los discípulos que 'creen' en él que el Espíritu Santo no solamente mora (vive dentro) con los creyentes individualmente en el presente sino que "estará" (permanecerá permanentemente) morando corporativamente "dentro" de los creyentes después de su partida.  El Espíritu Santo es comparado con el agua, el agua es tipo del  Señor el Espíritu Santo: Juan 7:37-39ª.  En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.  El que cree en mí, como dice la Escritura, DE SU INTERIOR CORRERAN RIOS DE AGUA VIVA.   ESTO DIJO DEL ESPÍRITU QUE HABIAN DE RECIBIR LOS QUE CREYESEN EN ÉL...

El Ministerio el Espíritu Santo nos muestra la gran realidad para todo creyente, ya que la regeneración solo puede ser posible por Él, por el nuevo nacimiento: eso es lo que produce un estilo de vida en el reino de los cielos. Es el mismo poder y autoridad del Espíritu Santo que operó en nuestro Señor Jesucristo, el que hoy en día actúa en los hijos de Dios, capacitándolos para predicar las buenas nuevas de salvación, para la sanidad de los enfermos, para ejercer con la autoridad divina la expulsión de demonios y la liberación de los cautivos, en otras palabras cumplir con lo que se conoce como la gran comisión. Mateo 28:16-20. Marcos 16:14-20. Lucas 24:44-49.

Tito 3:4-7. "Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna." 

Nosotros recibimos el Espíritu Santo cuando recibimos a Jesucristo. El bautismo del Espíritu Santo debe entenderse a la luz de su obra total en los cristianos. El Espíritu Santo marca el comienzo de la experiencia cristiana. No podemos pertenecer a Cristo sin su Espíritu. Romanos 8:9. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

No podemos estar unidos a Cristo sin su Espíritu. 1 Corintios 6:17. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.

No podemos ser adoptados como sus hijos sin su Espíritu. Romanos 8:14-17. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.  

Gálatas 4:6-7. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

No podemos estar en el cuerpo de Cristo excepto por el Espíritu. 1 Corintios 12:13. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

El Espíritu es el poder de nuestra nueva vida. Empieza el largo proceso de una vida de cambios para asemejarnos más a Cristo. Gálatas 3:3. ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? Filipenses 1:6. Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Cuando recibimos a Cristo por la fe, empezamos una relación personal e inmediata con Dios. El Espíritu Santo obra en nosotros para ayudarnos a ser como Cristo. Es el Espíritu Santo quien une a todos los creyentes en Jesucristo. 

Efesios 2:19-22. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Todos los creyentes pueden experimentar la presencia del Espíritu Santo y el obrar a través de todos los miembros del cuerpo del Cuerpo de Cristo, a través de los dones y la llenura de su presencia. 1 Corintios 12:11. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Efesios 4:4. Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación

Jesús instruyó a sus discípulos para que fueran testigos a las personas de todas las naciones acerca de Él, pero se les dijo que debían esperar antes la venida del Espíritu Santo. Dios tiene una labor importante que quiere que usted haga en su nombre, pero debe desarrollarla por el poder del Espíritu Santo. A menudo nos gusta cumplir con la tarea, aunque esto signifique ir delante de Dios. Pero algunas veces la espera es parte del plan de Dios. ¿Está esperando y escuchando las instrucciones completas de Dios o se antepone a sus planes? Necesitamos el tiempo y el poder de Dios para ser en verdad eficaces.

Es en su presencia que vamos a encontrar el poder para llevar una vida fructífera delante de Dios, es en dependencia a Dios que podemos encontrar la verdadera vida espiritual, es por el deseo de su buena voluntad que Dios coloca en nuestro ser, que seremos hacedores de los planes Dios en estos tiempos, es en su presencia en el lugar secreto que lo vamos a encontrar, es bebiendo de la fuente de vida eterna, es en lo íntimo de nuestro ser, de nuestro corazón que podemos recibir esa unción y poder del Espíritu Santo para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.

El poder del Espíritu Santo nos da la energía que proviene de Dios e involucra valor, entrega, confianza, conocimiento, habilidad y autoridad. Nosotros como discípulos, necesitamos de todo esto para cumplir con su misión, necesitamos ser llenos del Señor el Espíritu Santo. Necesitamos mostrar y decirle a otros lo que Dios ha hecho por nosotros, lo que es revelado en la Biblia para la humanidad.

Colosenses 1.  Versión Biblia en lenguaje sencillo. BLS. Queridos hermanos de la iglesia de Colosas: Nosotros, Pablo y Timoteo, les enviamos nuestros saludos. Ustedes son parte del pueblo especial de Dios y han puesto su confianza en Cristo. Yo soy apóstol de Jesucristo porque Dios, nuestro Padre, así lo quiso. Deseo de todo corazón que Dios y el Señor Jesucristo les den mucho amor y paz.

Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues hemos sabido que ustedes confían mucho en Cristo y aman a todos los que forman parte del pueblo de Dios. Ustedes se comportan así porque, desde que oyeron el mensaje verdadero de la buena noticia, saben bien lo que Dios les tiene guardado en el cielo. Esta buena noticia se está anunciando por todo el Imperio Romano, y está dando buenos resultados. Así ocurrió entre ustedes desde el día en que supieron de verdad cuánto los ama Dios.

Eso lo aprendieron de labios de Epafras, nuestro querido compañero de trabajo, que tan fielmente les sirve por amor a Jesucristo. Él nos ha traído noticias de ustedes, y nos ha contado cómo el Espíritu Santo les hace amar a los demás.

Desde el momento en que supimos todo eso, no hemos dejado de orar por ustedes. Y siempre le pedimos a Dios que puedan conocer su voluntad, y que tengan toda la sabiduría y la inteligencia que da el Espíritu Santo. Así podrán vivir de acuerdo con lo que el Señor quiere, y le agradarán al hacer toda clase de buenas acciones y al aumentar su conocimiento de Dios; por su gran poder cobrarán nuevas fuerzas, y podrán soportar con paciencia todas las dificultades. Así, con gran alegría, darán gracias a Dios, el Padre. Porque él nos ha preparado para que recibamos, en su reino de luz, la herencia que él ha prometido a su pueblo elegido.

Dios nos rescató de la oscuridad en que vivíamos, y nos llevó al reino de su amado Hijo, quien por su muerte nos salvó y perdonó nuestros pecados.

Cristo es el Hijo de Dios, y existe desde antes de la creación del mundo; él es la imagen del Dios que no podemos ver. Por medio de él, Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, lo que puede verse y lo que no se puede ver, y también los espíritus poderosos que tienen dominio y autoridad. En pocas palabras: Dios creó todo por medio de Cristo y para Cristo. Cristo existía antes de todas las cosas. Por medio de él, todo se mantiene en orden, y él gobierna a su iglesia y le da vida. Él es la cabeza, y la iglesia es su cuerpo. Cristo es el principio de todas las cosas. Por eso él fue el primero en resucitar, para que ocupe el primer lugar en todo.

Y en él se encuentra todo el poder divino. Por medio de Cristo, Dios hizo que todo el universo volviera a estar en paz con él. Y esto lo hizo posible por medio de la muerte de su Hijo en la cruz. Antes, ustedes estaban lejos de Dios y eran sus enemigos, pues pensaban y hacían lo malo. Sin embargo, ahora Dios los ha hecho sus amigos por medio de la muerte de su Hijo, quien se hizo hombre. Dios lo hizo así para que ustedes pudieran presentarse ante él sin pecado y libres de culpa.

Pero esto será así, sólo si mantienen su confianza en Cristo y siguen creyendo en lo que nos promete el mensaje de la buena noticia. Este mensaje ha sido anunciado por todo el Imperio Romano, y yo colaboro anunciándolo.

Ahora me alegro de sufrir por ustedes, pues así voy completando en mi propio cuerpo los sufrimientos del cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Por el bien de ustedes, Dios me ha hecho servidor de la iglesia y me ha enviado a anunciar su mensaje. Este mensaje habla del plan que, desde hacía muchos siglos, Dios había mantenido en secreto, pero que ahora ha revelado a su pueblo elegido. Dios decidió darles a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las naciones, y que es el siguiente: Dios envió a Cristo, para que habite en ustedes y les dé la seguridad de que van a compartir el poder y la gloria de Dios. Nosotros anunciamos a Cristo, y con toda sabiduría aconsejamos y enseñamos a todos, para que lleguen a ser perfectos como Cristo. Para esto trabajo y lucho con la fuerza y el poder que Cristo me da.

Bendiciones.


La promesa el Espíritu Santo°


El Espíritu Santo es el Consolador que el Padre ha enviado para que esté con nosotros para siempre, es el Espíritu de verdad que el mundo no conocía, pero que mora con todo aquél que ama a Dios. El Espíritu Santo es quien nos lleva por el camino que el nuestro Señor Jesucristo, es quien nos conducirá hacia el destino Eterno: nuestro Padre Celestial, el Creador de todas las cosas que existen en los cielos, en el universo y en esta tierra.

Juan 14:15-31. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. 

No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.


Fue enviado en el nombre de Jesús para enseñarnos todas las cosas y recordarnos su palabra. Está escrito en la Biblia que el Señor Jesucristo se presentó vivo con muchas pruebas apareciéndoseles durante cuarenta días. El ministerio de nuestro Señor Jesucristo durante 40 días tenía un doble objetivo. Primero: dar una demostración positiva de la realidad de su resurrección. Segundo: ampliar más la enseñanza acerca del reino de Dios.

Lucas nos dice que los discípulos fueron testigos presenciales de todo lo que le sucedió a Jesucristo, su vida antes de la crucifixión y los 40 días donde les enseño más cerca del reino de Dios. Los preparo. Jesús dijo os conviene que yo me valla. (Juan 16:7). Si Jesús se hubiera quedado en la tierra hubiera estado limitado por su cuerpo físico. Pero después de su ascensión podría estar presente espiritualmente en todo lugar a través del Espíritu Santo.

La Promesa del Espíritu Santo. Vamos a ver la importancia que nuestro Salvador le da a la comunión entre nosotros sus hijos, y Dios; esa relación es real, y la llenura y presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas también es real. El Señor Jesucristo ha enseñado de manera clara y contundente sobre el amor de Dios hacia los discípulos y también el deber de amarse los unos a los otros; nos habla a todos que el amarlo a Él constantemente debe ser con acciones demostrativas de parte nuestra, es guardando sus mandamientos con un corazón sincero que mostramos verdaderamente que amamos al Señor. Veamos el llamado de atención que nos hace Dios a través de su palabra en el siguiente texto bíblico.

Mateo 15:7-14. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí.

Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.

Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

El amor a Dios, y el guardar sus mandamientos son una misma cosa. Sería engañarse a uno mismo si se piensa que el amor a Dios y el guardar Sus Mandamientos no son esenciales, o que son dos asuntos muy diferentes. La verdadera relación con Dios no es por actos religiosos, el evangelio eterno de nuestro Señor Jesucristo debe ser vivido de una manera práctica y con un corazón recto; no es un evangelio religioso, o un evangelio místico o romántico.

Hay tantos que creen que el Señor Jesucristo nunca habló de ciertos pecados, y que solamente habló del amor. Los que creen así, casi siempre defienden un comportamiento inmoral delante de Dios. El Señor muchas veces habló e hizo énfasis en la obediencia, y el comportamiento de cada uno de nosotros frente a cada una de las situaciones y circunstancias que se nos presenten, es el resultado de una vida en sujeción a Dios por la Palabra y la presencia del Espíritu Santo.

El Señor Jesucristo tuvo miles y miles de personas que asistían a sus enseñanzas y lo rodeaban, pero que no llegaron a ser “discípulos”, en la forma que el discípulo Bíblico es. Eso quiere decir que hubo miles que no decidieron hacerse sus discípulos, por no querer comprometerse con una vida de obediencia en santidad, con una vida consagrada a Dios, con una vida con un corazón dispuesto a cambiar a la manera de Dios.

Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

La Biblia nos enseña que el Señor Jesucristo, pidió al Padre a favor nuestro que enviara otro Consolador. Uno que es igual, y no diferente, el precioso y poderoso Espíritu Santo que es Dios sobre todas las cosas.

El Parakletos prometido: El Espíritu Santo. Esta palabra parakletos en el Texto griego quiere decir: Intercesor, Auxiliador, Consolador. (Parakletos, “alguien que es llamado al lado de uno -como abogado advocatus”.  Una persona llamada a abogar por uno.JESUCRISTO es también un Pakletos, que ABOGA por nosotros. El Espíritu Santo es OTRO Parakletos, enviado para nuestra Ayuda. El Mundo, o el sistema del mundo, no pueden conocer al Espíritu Santo, porque no conocen al Señor Jesucristo.

El Espíritu Santo nos es dado para auxiliarnos, y reargüir al mundo de pecado. Aquellos que nos hacen la vida imposible en el mundo, son reargüidos por el Espíritu Santo que mora en nosotros. 1 Juan 5:7.  Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. En este Texto Sagrado se encuentra una Explicación de la Trinidad clara, y nos muestra que hay un orden en la Deidad: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, pero los Tres son Eternos y co-iguales.

El Espíritu Santo Cambia a la Persona en el Nuevo Nacimiento. Romanos 8:5-17. Dios Habla Hoy (DHH).

Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil, sólo se preocupan por seguirlas; pero los que viven conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu. Y preocuparse por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la vida y a la paz. Los que se preocupan por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley. Por eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil no pueden agradar a Dios.

Pero ustedes ya no viven según esas inclinaciones, sino según el Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios los ha hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del pecado. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes.

Así pues, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir según las inclinaciones de la naturaleza débil. Porque si viven ustedes conforme a tales inclinaciones, morirán; pero si por medio del Espíritu hacen ustedes morir esas inclinaciones, vivirán.

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios. Y puesto que somos sus hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria.

Para el que ha nacido de nuevo, la ayuda del Espíritu Santo produce un CAMBIO en su vida. Ahora el estilo de vida va cambiando, porque el Espíritu Santo empieza a obrar y a cambiar los pensamientos y los deseos de la carne. En primer lugar el llevar el estilo de vida del mundo, es obra de la carne, eso no es solamente la parte nuestra del cuerpo que es carne, sino que es la naturaleza pecaminosa. Eso es parte del viejo hombre, del pasado pecaminoso. Seguir practicando las cosas del pasado, es seguir en el mismo estilo de vida, sin evidencia de una cambio. Por eso podemos decir con toda seguridad, que las acciones muestran nuestra obediencia o desobediencia a las Palabras de Nuestro Señor. 

Se hacen morir los deseos de la carne por medio del Espíritu Santo. Él es quien nos ayuda a cambiar. Nadie puede hacerlo por sí solo; todos necesitamos la ayuda del Espíritu Santo. De ahí que El Espíritu Santo sea nuestro Parakletos, nuestro Ayudador, nuestro, Abogado, nuestro Auxilio. 

Una Promesa de Vida Eterna. Juan 14:19. Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán. Fijémonos en las palabras de nuestro Salvador en Presente: “Porque Yo vivo, también ustedes vivirán.” “El que tiene la vida en sí mismo sabe que la muerte que va a soportar no tendrá el poder de destruir esa vida.” La Promesa de Vida Eterna para TODOS Sus discípulos. El que es la Resurrección y la Vida, tiene el control de la vida y la muerte. Y porque Él es el Dios Eterno, el Gran YO Soy, tenemos Vida Eterna. No es cualquier cosa ser un Seguidor de JESUCRISTO. El que Sigue a JESUCRISTO, tiene Vida Eterna.

El que no ama a Jesucristo, no guarda Su Palabra. Juan 14:23-24: “Le contestó Jesús: -El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padres que me envió.” 

Este Texto lo dice todo: El que ama a JESÚS, guarda; esto es que obedece su Palabra, el que no ama a Jesús, es el que no guarda Su Palabra. Quiere decir que no se puede llevar una vida al antojo de uno, y pensar que se está agradando a Dios, y que no importa porque siempre se es salvo. El creer así, es creer al antojo de uno mismo. No tiene que ver en realidad sobre la salvación eterna, porque uno no puede hacer las cosas al antojo de uno mismo. 

Somos salvos, porque hemos creído en JESUCRISTO, y para creer en JESUCRISTO, hay que amarle. Si le amamos, como dice JESÚS, entonces GUARDAMOS sus mandamientos. No puede ser como uno diga, sino como ha dicho el SEÑOR.

El Maestro Divino. Juan 14:26: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.”

El Señor Jesús ahora nos presenta al Maestro Divino. Él es quien nos guía a Toda Verdad y por eso los que seguimos a JESUCRISTO, no tenemos por qué descarriarnos, ni irnos a oír palabras de error. El Mismo Espíritu Santo nos guía por donde Él quiere que vayamos. Veamos ahora Romanos 8:26-27. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.  

Veamos como el Espíritu Santo conoce nuestra Debilidad, e Intercede por Nosotros, esto es usándonos a nosotros mismo para interceder. Él nos usa a nosotros para orar por nosotros mismos, y por otros. Recordemos Santiago 5:13: “¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore.” Cuando uno se siente débil, triste, deprimido, es tiempo de ir en oración al SEÑOR porque tenemos la ayuda del Espíritu Santo en todo tiempo.

La Paz de Cristo.  Juan 14:27: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.” “La Paz (shalom) esté contigo” era y es el saludo usual de los Judíos, cuando se encontraban con amigos o cuando se iban.” Esta despedida era mucho más que usual. JESUCRISTO no les estaba ofreciendo la paz común de la gente, o la que el mundo ofrecía. Por eso JESUCRISTO dice: “Mi paz les doy.”

Recordemos lo que dice Filipenses 4:7: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” ¿De qué paz está hablando? La Paz de saber que uno tiene vida eterna. La Paz de saber que los pecados han sido lavados en la Sangre de JESÚS. La Paz, que nos dice que Él guarda nuestras vidas.

¿Tienes esa Paz? ¿Has encontrado al Salvador? ¿Has hecho del Espíritu Santo tu amigo y tu ayuda? Porque no te das una oportunidad de recibir la ayuda divina. 

Si ya tienes una relación con nuestro Salvador y el Espíritu Santo sigue creciendo en ella hasta el día que Dios te llame a su presencia. Bendiciones.

La naturaleza Divina de Espíritu Santo°


1 Juan 5:7. La Nueva Biblia de los Hispanos. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo (Jesucristo), y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra.
Vamos a profundizar en los ríos de nuestro Creador para llenarnos de su Espíritu Santo y de su Perfecto Amor: Dios quiere que escudriñemos su Palabra para conocer más al Espíritu Santo y lo que él hace a favor nuestro. La palabra pneumatología se deriva de la palabra griega, pneuma, que significa "espíritu," "viento," "aliento." Por tanto, pneumatología es la doctrina del Espíritu Santo. La doctrina del Espíritu Santo es una doctrina bíblica. La Biblia es la única fuente de donde nosotros podemos obtener cualquier información con respecto a Él.


El Espíritu Santo es una persona de la deidad tanto como el Padre y como el Hijo (Jesucristo), el cual tiene características de mente y de conocimiento Romanos 8:27. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 1 Corintios 2:10-11. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios; de amor Romanos 15:30. Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios; y posee voluntad 1 Corintios 12:11. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.  

La Biblia habla del Espíritu Santo; Dios ejerce su obra en la tierra por intermedio de Él. La manera en que se relación e interactúan las tres personas de la Deidad está más allá del entendimiento humano. Nos revela lo que podemos comprender mientras estamos en esta tierra como peregrinos y extranjeros cumpliendo los propósitos del Padre en nuestras vidas. 

Hechos 5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. 

El testimonio del Espíritu. 1 Juan 5:6-12.  Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

Juan 16:1-15. La obra del Espíritu Santo. Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.

Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 

Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. 

Nuestro estudio de esta semana lo vamos a dividir en dos partes. A medida que estudiamos la doctrina del Espíritu Santo, téngase en cuenta que Cristo es el centro de la Biblia, el tema principal de las Sagradas Escrituras en su totalidad. Si nosotros fuéramos a colocar algún otro en su lugar, el resultado sería una verdadera confusión. El Espíritu Santo no puede desplazar al Hijo de Dios. El Espíritu Santo no vino un hablar de sí mismo, sino de Cristo. El individuo que habla continuamente acerca del Espíritu y omite al Hijo demuestra que realmente no tiene el Espíritu Santo morando en él. 

1. La naturaleza del Espíritu Santo. 

2. La obra del Espíritu Santo. 

1. La naturaleza del Espíritu Santo. Hechos 5:3-4. (Es Dios mismo) Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. 

Hebreos 9:14. ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? (Es eterno) siempre ha existido, siempre existirá, es el Espíritu Eterno; es Omnipresente, está en todas partes al mismo tiempo Salmo 139:7-10. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. 

Es Omnisciente, todo lo sabe, todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios 1 Corintios 2:10. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 

Es Omnipotente, es Todo Poderoso, Isaías 11:2. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová; el profeta se refiere a Él como el Espíritu de Poder.  

En el nombre SANTO su mismo nombre da testimonio de su santidad Isaías 6:1-8. En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 

Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.  

Hechos 28:25-28. Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane. Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. 

La Verdad, en Juan 14:17. El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. El Señor Jesucristo le llama el Espíritu de Verdad y Juan dio testimonio en 1 Juan 5:6. Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. 

Tiene existencia propia, Romanos 8:2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte, en este versículo se le llama el Espíritu de Vida; también se le llama el Espíritu del Dios Vivo 2 Corintios 3:3. Siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. Y el glorioso Espíritu de Dios 1 Pedro 4:14. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 

Él actúa como una persona, Juan 14:26. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho; da testimonio, Juan 15:26. Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. 

Él nos guía, Juan 16:13. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 

Testifica, Hechos 5:32. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. 
Hace milagros, Hechos 8:38-39. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.   

Habla, da órdenes, escoge, envía, Hechos 13:2-4. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Ellos, entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron guiados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. 

Prohíbe, Hechos 16:6. Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia. 

Intercede Romanos 8:26. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 

Escudriña, 1 Corintios 2:10. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 

Mantiene comunión, 2 Corintios 13:14. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. 

Se lo trata como a una persona y puede ser contristado, Efesios 4:30. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.  

Hay personas que se rebelan y enojan en contra de Él, Isaías 63:10. Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.  

Se le puede afrentar, Hebreos 10:29. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 

Algunos le mienten, Hechos 5:3. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Y aún le blasfeman Marcos 3:29. Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.  

Otras referencias bíblicas que hablan de Él son:  

Génesis 1:2, 1 Corintios 3:16, el Espíritu de Dios; Jueces 3:10, Isaías 11:2, el Espíritu de Jehová; Tu Espíritu, Salmo 139:7; Tu buen Espíritu, Nehemías 9:20; Santo Espíritu, Salmo 51:11; El Espíritu de Jehová el Señor, Isaías 61:1; el Espíritu de vuestro Padre, Mateo 10:20; El Espíritu del señor, Lucas 4:18; El Espíritu de Aquel, Romanos 8:11; El Espíritu de nuestro Dios 1 Corintios 6:11; El Espíritu de Dios 2 Corintios 3:3; El Espíritu Santo de Dios, Efesios 4:30; El espíritu de Jesús, Hechos 16:7; El Espíritu de Cristo Romanos 8:9; El Espíritu de Jesucristo, Filipenses 1:19.          

2. La obra del Espíritu Santo. Junto con el Padre y con el Hijo, tuvo parte en la creación, Génesis 1:1-2. En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Salmo 33:6. Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. 

Por medio del Espíritu Santo, Dios inspiró a los hombres a que escribieran el A.T. y el N.T. 1 Pedro 1:21. Y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 1 Timoteo 3:16. E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria. 

El Señor Jesucristo prometió a sus seguidores que el Espíritu Santo les enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho, Juan 14:26. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho; se relaciona con toda la humanidad, Juan 16:7-11. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado; redarguye al mundo de pecado, de justicia, Hechos 2:33. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís; de juicio porque Satanás ya ha sido juzgado. La vida justa y la muerte expiatoria de Cristo constituyen el juicio de Satanás.  

En resumen la venida del Espíritu Santo es una prueba convincente del pecado de incredulidad en Cristo, de la justicia de Cristo y del juicio de Satanás ya cumplido. 

El Espíritu Santo está edificando a la iglesia como el cuerpo de Cristo 1 Corintios 12:13. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu; habita en la iglesia, Efesios 2:21-22. En quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. 2 Corintios 6:16. En quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. 

Redarguye a la iglesia por el bien de ella misma, no solo redarguye a los pecadores, sino que además lo hace con los creyentes cuando estos no andan y viven conforme a la Palabra de Dios y nos advierte cuando nos debilitamos espiritualmente. El Espíritu Santo otorga poder a la iglesia, Hechos 13:2-4. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre, Hechos 20:28. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 

En ningún otro lado es más prominente la obra del Espíritu Santo que en la vida del creyente; regenera y renueva, Juan 3:5. Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Romanos 8:10-11. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 

Libra del pecado y de la muerte, Romanos 8:1-2. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 

Mora en el creyente 1 Corintios 3:16. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?, Romanos 8:11. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 

Santifica produciendo fruto en la vida del creyente, 2 Tesalonicenses 2:13. Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, Gálatas 5:22-23. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 

Fortalece al hombre interior, Efesios 3:16. Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; asiste en la oración, la alabanza, la acción de gracias y la adoración, Romanos 8:26. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles, Efesios 5:18-20. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Filipenses 3:3. Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. 

Ilumina las Escrituras, 1 Corintios 2:12. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

Llena y bautiza capacitando al creyente con poder para servir, Hechos 1:8. Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 2:1-4. Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.  

Hechos 11:16. Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo, Hechos 13:52. Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo, Hechos 19:6. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban, 1 Corintios 2:4. Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 1 Tesalonicenses 1:5. Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. 

Y si realmente hemos nacido de nuevo, entonces él nos dirige, Romanos 8:14. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Salmo 34:14. Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. 

El Espíritu Santo es nuestra ayuda y nuestro apoyo, junto con su Palabra, mientras andemos en esta tierra, por el camino de Dios teniendo como nuestra gran meta cumplir los propósitos de Padre para nuestras vidas y llegar a estar en su presencia por la eternidad. Bendiciones.