Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

El Camino al Padre Celestial: Jesucristo°


¿Cuantos de nosotros sabemos lo que queremos? Hoy veremos por cuantos caminos hemos pasado en nuestra vida sin rumbo sin saber lo que queremos.

Salmos 25:4-5. La Biblia de las Américas (LBLA). Señor, muéstrame tus caminos y enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día.

Hay muchos caminos que conducen a diferentes lugares, pero el único que nos conduce al cielo se llama JESUCRISTO (Juan 14:6. RVR1960. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí). Hay quien dice que al cielo se llega por diversos caminos; respetamos sus creencias, pero eso no es lo que dice Dios en su Palabra, la Biblia.  

Mateo 7:13. La Biblia de las Américas (LBLA). Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella.

El camino angosto y la puerta estrecha, este camino no es nada fácil, pues el mismo hecho de ser angosto es señal de que necesitaras esforzarte para caminar en él y más aún para entrar por la puerta estrecha, lo lindo de este camino es que no estarás solo, sino que tendrás un ayudador, alguien que estará contigo en las buenas y en las malas, en la abundancia y en la escasez, en pocas palabras: siempre estará contigo. Este camino angosto no es muy popular, pues se requerirá una vida santa apartada de los deseos de la carne y que sea incompatible con las corrientes de este mundo.

La mayoría de gente le huye a este camino, porque no se trata de satisfacer al hombre carnal que todos llevamos dentro, sino más bien de mantenerlo atado. Este camino es el camino que nuestro Señor Jesucristo nos vino a mostrar, un camino en donde será necesario que hallan tropiezos, pero que de todos ellos nos librara el Señor, lo más especial de este camino es su final, puesto que la puerta por la que tendremos que pasar pese a ser angosta detrás suya tiene una vida eterna por heredar.

Hay infinidad de  religiones, sectas, doctrinas, diferentes creencias y filosofías que profesan tener la verdad, y cada una, a su manera, expone y enseña lo que tiene que hacer el hombre para salvarse o prepararse para una vida mejor en la eternidad.  Pero... el camino hacia Dios no lo traza, ni lo alcanza el hombre con sus religiones, creencias, rituales, conocimientos, tradiciones, esfuerzo propio, o buenas obras; lo trazó Dios en su infinito amor y misericordia, para alcanzarnos por medio de la fe en su Hijo Jesucristo. 

No es lo que el hombre haga o deje de hacer lo que nos lleva camino al cielo, sino, lo que el Señor Jesucristo hizo ya. No es hacer, es creer. No son las obras, producto del esfuerzo humano, lo que nos garantiza salvación eterna: es la obra de la fe.

Efesios 2:8-9. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Santiago 2:23. La Biblia de las Américas (LBLA). Y se cumplió la Escritura que dice: y Abraham creyó a Dios y él fue contado por  justicia y fue llamado amigo de Dios.

Romanos 5:1. La Biblia de las Américas (LBLA). Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

El verdadero camino no implica una ruta trazada o creada por los hombres en manera alguna; el camino por el cual debemos de andar para alcanzar la meta, que es llegar a Dios el Padre, es una persona: JESUCRISTO. 

Juan 17:3. La Biblia de las Américas (LBLA). Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, ya Jesucristo, quien ha presentado.

Muchos son influenciados por doctrinas aprendidas desde la niñez, las cuales, si se detienen a analizarlas, encontrarán que ninguna de ellas ha podido hacer una diferencia en sus vidas. Por el contrario, han sido impedimento para que puedan llegar a la verdad. Y es que, aunque tú no lo creas, la religión, fundamentada en tradiciones, mandamientos y doctrinas de hombres, no es una bendición como tú piensas, sino todo lo contrario, es maldición y abominación a Dios.  Si tú eres religioso o religiosa, te entiendo perfectamente, pues yo también lo era, hasta aquel hermoso día en que se hizo la luz en mi vida.

El conocimiento que tenía de  Dios dejó de ser meras palabras huecas y vacías y se hicieron vida. Salí del cementerio espiritual para resucitar juntamente con Cristo y sentarme con Él en los lugares celestiales.

Efesios 2:5-7. La Biblia de las Américas (LBLA). Aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

Mis ojos fueron abiertos para ver lo que antes no podía ver. Es eso lo que deseo para ti; anhelo que tú también disfrutes de lo que ya por varios años, yo he estado disfrutando. Job 42:2-4. La Biblia de las Américas (LBLA). Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado. “¿Quién es éste que oculta el consejo sin entendimiento?” Por tanto, he declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía. “Escucha ahora, y hablaré; te preguntaré y tú me instruirás.”

No es la religión, no son los santos ni las santas, no es el espiritismo ni la santería, no es la astrología, no es la filosofía ni el libre pensamiento, no son los Rosacruces, ni los mormones, ni los Testigos de Jehová, ni Buda, ni Confucio ni Mahoma, lo que te lleva a Dios y a la verdad....... Es el Nombre que es sobre todo nombre, ante el cual se tiene que doblar toda rodilla, el único que fue a la cruz y derramó toda su sangre para pagar por tus pecados y los míos:
JESUCRISTO, el Hijo del Dios Viviente.

Isaías 9:6. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Es JESUCRISTO el camino, la verdad, y la vida y nadie jamás llegará al Padre sino por Él.

Desarráigate de todo lastre de mente y corazón, que por años ha estado cauterizando tú conciencia, y piensa por ti mismo.  Pon en balanza todo lo que estimes digno de considerar y permite que ésta se incline hacia aquello que te quiere mostrar la verdad para que puedas disfrutar de la verdadera libertad en el tiempo que te quede en esta tierra. Permite que tu sed espiritual sea satisfecha con la fuente de agua que salta para vida eterna. Recuerda... no es una mayoría la que se dispone a aceptar el reto; es una minoría sabia y entendida la que permite que sus ojos espirituales se abran para ver lo que Dios les quiere mostrar. ¡Sal del grupo de los ciegos y añádete a la familia de Dios; sé sabio, se sabia y toma la decisión más importante de toda tu vida ahora! Mañana podría ser demasiado tarde.

Mateo 7:13-14. La Biblia de las Américas (LBLA). Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Pero en la vida encontraremos dos caminos que llevan a dos puertas muy diferentes y de las cuales esta vez quiero que reflexionemos. El camino espacioso y la puerta ancha que lleva a la perdición: ¿Qué hacer para ir al infierno?, pues absolutamente nada, puesto que traer la herencia del pecado en tu vida, por lo cual si vives tu vida como la mayoría lo hace, satisfaciendo los deseos de la carne, entonces no te preocupes, puesto que tienes un pasaje todo pagado para el infierno.

El camino espacioso es el mundo y sus deleites, ¿Por qué espacioso?, pues porque hay mucho por donde perderse, el mundo está lleno de deseos engañosos que llevan al pecado, es decir a la desobediencia a Dios. Hay una enorme porque no decirlo, gigantesca gama de pecados en este camino espacioso, a donde quiera que veas, veras pecado, a donde quiera que vayas encontraras deleites carnales, este camino es el que la mayoría recurren, dizque por ser el más “divertido”, pero como toda compra tiene su factura, así también este camino espacioso te pasara la factura en momento determinado y el pago será tu vida, puesto que la perderás por causa de tus deseos carnales.

Esta camino tiene como fin una puerta muy pero muy ancha, una puerta tan ancha que no necesitas ningún esfuerzo para entrar en ella, esta puerta es la puerta de la perdición o la puerta de la muerte eterna, aparentemente no es así, pues su camino es fácil y “divertido”, no encontraras tropiezos en él, no vendrán pruebas a tu vida, sino que todo te será puesto en bandeja de oro para que logres llegar y entrar a través de esa puerta de perdición.

Cuando medito sobre estos dos caminos, me doy cuenta que el más fácil a seguir es el ancho, pero al darme cuenta de su final, prefiero elegir el angosto, sé que por mi elección habrán momentos en los cuales pensare que no voy a poder, pero que lindo saber que en esos momentos de debilidad estará ahí el Señor para fortalecerme y darme nuevas fuerzas, para proseguir. Sé también que muchos se burlaran de mi elección, pero prefiero pagar toda clase de precio por mi elección y un día heredar la vida eterna.

¿Qué camino estas tomando?, ¿Qué final deseas?, no puedes andar sobre el camino ancho y querer entrar en la puerta angosta, eso es incompatible, cada camino esta trazado para un solo final y eso jamás cambiara, por lo que el camino angosto siempre te llevara a la puerta estrecha y el camino espacioso te llevara a la puerta ancha, eso siempre será así. Pero mi pregunta sería: ¿Qué final deseas para tu vida?

Es por esa razón que te invito a meditar sobre tu camino, para que evalúes si es el correcto o el incorrecto, aún es tiempo para volver al camino angosto si estas caminando sobre el espacioso, pero tú decides sobre tu futuro, pero una cosa tienes que tener muy claro: El final de cada camino, es decir la puerta nunca cambiara, a menos que decidas elegir el camino correcto.

Los discípulos estaban ya tres años con Jesús, habían visto sus milagros y su poder, habían recibido toda su enseñanza, y aún decían: (v.5) “…Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?..”
Dos cosas que indudablemente nos pueden separar del camino que es Cristo son estas que hemos visto: La Turbación, que trae consigo alteración e interrupción de lo natural y lo establecido por Dios, y algo peor, nunca te podrás deleitar en el Señor; La Incredulidad la cual produce la duda y por consecuencia pecado, te hace dudar y trae confusión y haces diferencia de la Deidad de Jesús, y lo peor del caso es que tu vida pierde su rumbo.

Si tú estás en esta situación, no olvides que Jesús dijo a estos quienes eran dos de sus discípulos, pero que también nos lo dice a nosotros: (v.6) “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí…”

Quizás tienes mucho tiempo en Jesús o mejor dicho con Jesús, pero estas en ocasiones como estos discípulos cuestionando, inquieto, turbado, lleno de dudas, sin rumbo fijo, con incertidumbre, lo único que tienes que hacer es reconsiderar esto que tú ya sabes, Jesús es el camino a seguir, Él es el único que te puede llevar a esas moradas eternas que ya está preparando para que tú y yo las habitemos. Nadie puede sacarte de la desesperación ni llevarte al Padre Celestial sino Jesús. Bendiciones.

Jesucristo poder y sabiduría de Dios para todo aquel que cree en el°


Para aquéllos llamados por Dios, la cruz de repente tiene sentido. Lo que parecía una locura cuando estábamos afuera mirando hacia dentro, de repente se aclara al mirarlo desde dentro. Podemos ver que la cruz no es una tontería, sino la fuerza y la sabiduría de Dios. Es fuerte porque tiene el poder de salvar. Es sabia porque la muerte de Cristo en la cruz dice más claro que nada que el amor de Dios para nosotros no tiene límites.

1 Corintios 1:18-31. RVR10960. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.     


Vamos el contexto de esta porción de las Escrituras: Corintio era una ciudad importante y abundante en el istmo (una franja estrecha de tierra) que separa el norte del sur de Grecia. El Apóstol Pablo pasó allí 18 meses durante su Segundo Viaje de Misionero y fundó allí una iglesia. Hechos 18 relata la obra de Pablo en Corintio durante ese tiempo en bastante detalle. Al terminar su visita a Corintio, Pablo se marchó para visitar Éfeso, Jerusalén, Antioquía, y Galacia (Hechos 18:18-23). Después de salir de Corintio, Pablo escribió una carta a los cristianos en Corintio avisándoles, “no os envolváis con los fornicarios” (5:9), pero esa carta se ha perdido.

Pablo escribe esta carta para responder a un informe de la gente de Cloé sobre los problemas existentes en la iglesia de Corintio (1:11). En esta carta, Pablo se dirige a estos problemas por medio de enseñanza apostólica. El primer problema se trata de las divisiones en la iglesia, al cual se dirige en versículos 10-17 y del que hablará en más detalle en capítulo 3.

Ahora Pablo vuelve su atención a la cruz de Cristo. Con la cruz surgen preguntas para ambos judíos y griegos (gentiles). Corintio es una ciudad griega, pero tiene una población judía bastante grande. Mientras vivía en Corintio, Pablo trabajó con judíos y griegos, y ambos estaban representados en la iglesia corintia. La cruz de Cristo parecía una tontería para los judíos, que esperaban un Mesías fuerte y poderoso y para los griegos, que ponían mucho valor en la sabiduría humana (griego: sophia). Para los judíos, la cruz reflejaba debilidad, no fortaleza. Para los griegos, la cruz parecía un sinsentido, algo que no representaba sabiduría. En estos versículos Pablo responde a estas dos maneras que ellos tienen de ver la cruz.

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden” (v. 18a). Este versículo introduce el resto del capítulo, donde Pablo contrasta la sabiduría del mundo (sabiduría humana) con la sabiduría de Dios, cuya máxima expresión se encuentra en la aparente tontería de la cruz de Cristo. Para los que se enorgullecen de su sabiduría, la cruz parece una tontería, un sinsentido. ¿Por qué mandaría Dios a su Hijo a morir en una cruz? Según los estándares de sabiduría humana, esto no tiene sentido. Pero sabiduría humana, por atractiva que parezca en la superficie, no tiene el poder de salvar. No importa cuán importante sea, la gente que solo depende de sabiduría humana perece. Son como personas cuyo barco se ha hundido en medio de un gran océano. Aunque sean nadadores olímpicos, ninguno de ellos podría llegar a la orilla por sí mismo. Necesitan un bote salvavidas o, mejor aún, un barco para salvarles. La mayor tontería para ellos sería rehusar la ayuda de un barco que acude a ayudarles.

“Mas a los que se salvan, es a saber, a nosotros, es potencia de Dios” (v. 18b). Los que han sido salvados han reconocido su propia impotencia y la potencia de Dios. Aceptan que no pueden vencer el pecado que amenaza con dominar sus vidas, y han aprendido a confiar en la gracia de Dios. Esta gracia se manifestó plenamente en la cruz de Cristo, cuando Cristo no solo oró para que Dios perdonase a los que le crucificaron, pero también abrió las puertas del perdón para todos que creyeran en él. La cruz, entonces, que puede parecer una tontería para aquéllos que se hunden en sabiduría humana, es realmente el instrumento que salva a los a los que creen en su nombre.

“Porque está escrito: Destruiré la sabiduría (sophia) de los sabios, y desecharé (atheteo) la inteligencia (synesis) de los entendidos” (synetos) (v. 19). Corintio es griego, y los griegos de la antigüedad estaban muy orgullosos de su sabiduría y de sus grandes filósofos, Sócrates, Platón, y Aristóteles. La palabra filosofía viene de dos palabras griegas, phileo, que significa “amar” y sophia, que significa “sabiduría.” Los griegos aman la sabiduría y se enorgullecen de su sabiduría y entendimiento.

Pero Pablo cita al profeta Isaías para decirle a la iglesia corintia que Dios, “hará perecer la sabiduría de los sabios” y hará desvanecer el discernimiento de los que disciernen. La cita viene de Isaías 29:14b, donde dice: “porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la prudencia de sus prudentes.” La sabiduría humana (sophia) y el discernimiento (synesis: entendimiento) tienen raíces en disciplinas como la historia y las ciencias. Estas disciplinas prometen iluminarnos para que nuestro futuro brille más que el pasado.

Este tipo de sabiduría nos trae verdadera esperanza. Disfrutamos de una buena calidad de vida, con fontanería y calefacción y automóviles. Estas cosas hubieran sido la envidia de príncipes y reyes de las generaciones anteriores. Nuevas técnicas de perforación nos permiten extraer petróleo de lugares que hasta hace solo una década, hubieran sido inaccesibles. La tecnología moderna hace posible que encontremos terroristas antes de que puedan atacar. La medicina moderna hace posible que vivamos más tiempo y libres de dolor.

No obstante, lo que que hemos aprendido de la historia y las ciencias no nos ha traído verdadera seguridad. Nuevas soluciones a menudo crean problemas que antes no teníamos. No nos hemos acercado más a la solución del problema del mal de lo que estaban nuestros antepasados hace mil años. Destapar los secretos del átomo nos ha dado energía barata pero, al mismo tiempo, ha creado montañas enormes de desperdicio nuclear y nos ha dado razones para temer la aniquilación. Todavía hay guerras y comienzos de guerras.

Tiranos siguen dominando naciones grandes y pequeñas alrededor del mundo. Nuestras armas sofisticadas nos dan una ventaja temporánea sobre nuestros enemigos, pero a menudo son obstruidas por tecnologías primitivas y de bajo coste. Comodidades como la calefacción, el aire acondicionado, y los automóviles han salido gracias a los recursos preciosos de la tierra y han contaminado el aire. Hasta la medicina moderna nos ha traído problemas.

Entonces Dios (por medio de Isaías y Pablo) dice, “Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé la inteligencia de los entendidos.” ¿Podemos dudar que Dios haya hecho exactamente eso? No es que venga para destituirnos cada vez que avanzamos un paso. En cambio, parece que ha ideado una ley de la naturaleza tan real como la gravedad, que la sabiduría humana es siempre finita y que a menudo crea más problemas de los que resuelve.

“¿Qué es del sabio (sophos)? ¿qué del escriba (grammateus)? ¿qué del escudriñador (suzetetes) de este siglo (houtos ho aion)? (v. 20a). Pablo continúa su argumento con algunos ejemplos de gente conocida por su sabiduría:

En el libro de Romanos, Pablo dice que Dios se ha revelado para que hasta los malvados le puedan ver claramente. No obstante, muchos prefieren ignorar esta revelación. No honran a Dios, “Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos, y trocaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes” (Romanos 1:22-23). ¿Cómo puede una persona que adora ídolos de madera o de piedra presumir de ser sabio?

“Agradó  a Dios salvar á los creyentes por la locura de la predicación” (kerygma) (v. 21b). Dios, en su sabiduría, decidió revelarse a sí mismo, no por medio de sabiduría humana, sino por la aparente tontería de la predicación (kerygma). La kerygma del Nuevo Testamento se puede resumir en “la proclamación de la muerte, la resurrección, y la exaltación de Jesús que elevó Su persona como ambos Señor y Cristo (confrontando) al hombre con la necesidad del arrepentimiento y (prometiendo) el perdón de los pecados”. Por lo tanto, el kerygma se centra en la muerte, resurrección, y ascensión de Jesús. Es por medio de estas acciones que Dios redime al mundo.

La cruz de Cristo no tiene sentido para aquéllos que rehúsan creer. ¿Por qué mandaría Dios a su Hijo a morir en una cruz? ¿Por qué no enviarle encabezando un ejército? ¿Por qué no enviarle con poderes mágicos para resolver todo? La respuesta, claro, es que aunque Dios quiere salvar el mundo, lo quiere hacer ganándose a la gente en lugar de coaccionándola. Quiere que seamos libres para escoger.

“Porque los Judíos piden señales” (v. 22a). Exigir señales es un tipo de idolatría. Exigir una señal es insistirle a Dios que se demuestre. Es insistir que Dios calme nuestras dudas y que lo haga de nuestra manera. Jesús obró milagros, pero no necesitaba de aquéllos que pedían señales (Mateo 16:1-4; Juan 2:23-25; 4:48).

Pablo dice que los judíos piden señales, pero personas de todo tipo piden señales y milagros. Algunos exigen milagros médicos. Otros esperan que Dios les encuentre un lugar donde estacionar el coche en una ciudad llena de gente o un nuevo trabajo o cualquier cosa que necesiten en ese momento. Quieren que Dios sea su botones, un sirviente que haga lo que quieran.

“Y los Griegos buscan sabiduría” (v. 22b). Como se anota arriba, los griegos premiaban su sophia (su sabiduría) sus filósofos (su sofisticación). Esta es la tentación a la que los griegos son más susceptibles, pero su sabiduría no tiene el poder de salvar.

De nuevo, debemos anotar que hoy nosotros estamos tentados de la misma manera. A menudo nos dejamos convencer por gente que parece sabia pero que solo resulta ser gente charlatana. Muchas veces somos convencidos por diferentes expresiones de sabiduría humana. Nos impresionan mucho los títulos académicos. Desmantelamos demasiado pronto nuestras defensas al oír, “estudios científicos revelan…”

La crucifixión era una manera de morir cruel y vergonzosa. Los romanos guardaban la crucifixión para los peores ofensores. Una crucifixión pública estaba diseñada para inspirar miedo y odio. Entonces, no es sorprendente que los judíos vieran la crucifixión de Cristo como un tropiezo y que los gentiles la vieran como una tontería un error llevado al nivel más alto. Pero Cristo crucificado es lo que Dios nos dio.

Para aquéllos llamados por Dios, la cruz de repente tiene sentido. Lo que parecía una locura cuando estábamos afuera mirando hacia dentro, de repente se aclara al mirarlo desde dentro. Podemos ver que la cruz no es una tontería, sino la fuerza y la sabiduría de Dios. Es fuerte porque tiene el poder de salvar. Es sabia porque la muerte de Cristo en la cruz dice más claro que nada que el amor de Dios para nosotros no tiene límites.

“Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres” (v. 25). La cruz es sabia y fuerte por ser iniciativa de Dios. Dios es sabio y fuerte, entonces, cualquier iniciativa que viene de la voluntad de Dios viene de su sabiduría y tiene un gran efecto. Esto no se puede decir de las confabulaciones humanas que proceden de nuestro entendimiento limitado y que a menudo no logran su propósito. Pero para muchos es difícil ver esto. Han invertido en su sabiduría o fuerza personal y no encuentran una razón en su corazón para fiarse del plan de salvación de Dios.

Pablo, como hombre sumamente educado y como apóstol, claramente es superior a ellos en todo sentido, pero se dirige a los cristianos corintios como hermanos y hermanas. La tierra al pie de la cruz es plana. Aunque los cristianos corintios reconocen la autoridad de Pablo como apóstol y aprecian su papel como fundador de la iglesia en Corintio, también necesitan entender que son sus hermanos y hermanas cristianos, no sus súbditos.

Pablo dice que Dios llamó a estos cristianos corintios por su origen y estatus humilde. Dios no les llamó porque eran sabios o fuertes o de noble linaje. Dios no necesitaba que fueran sabios y poderosos porque Dios es sabio y poderoso (v. 24b). Dios les ha pedido que se unan a él, y de esa manera hacerse sabios, poderosos, y nobles por medio de su relación con él.

“Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte” (v. 27). Dios no necesitaba que estos cristianos corintios fueran sabios, poderosos, o miembros de la nobleza. Les escogió a propósito porque no eran ninguna de esas cosas. Si hubieran estado entre “los sabios” del mundo, gente les hubiera dado crédito a ellos y no hubiera reconocido la mano de Dios obrando en sus vidas.

Pero ya que los cristianos corintios son gente común y corriente, nadie sería distraído por su inteligencia o talentos excepcionales. Cuando Dios les hizo personas de sustancia y profundidad espiritual, es probable que nadie pudiera ignorar la mano de Dios obrando en ellos. Entonces Dios, en su sabiduría, escogió los insensatos y débiles para avergonzar a los sabios y fuertes. Nadie será distraído por la presencia importante de los corintios, porque no son importantes. Si algo bueno ocurre en sus vidas, gente asignará a Dios la gloria y será atraída al Dios que hace cosas maravillosas para gente tan marginada.

“Y lo vil del mundo y lo menos preciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es” (v. 28). Dentro de nosotros hay algo que disfruta ver desinflarse el ego de alguien que se cree mucho. No nos gusta la gente arrogante que piensa muy bien de sí misma y muy mal de los demás.

En varias ocasiones, Jesús nos dijo que los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros (Mateo 19:30; 20:16; Marcos 10:31; Lucas 13:30)  y “cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo de todos” (Marcos 10:44). “Para que ninguna carne se jacte en su presencia” (v. 29). Al seguir leyendo esta carta, queda claro que estos cristianos corintios tienen poco de que jactarse. Su iglesia está plagada de divisiones (capítulo 3). Son culpables de ignorar la inmoralidad sexual a su alrededor (capítulo 5). Se demandan unos a otros con pleitos (capítulo 6). Se han comportado mal durante la Última Cena del Señor (capítulo 11).

Dios pide que pongamos nuestros cimientos en él para poder andar con confianza, no gracias a nuestras propias habilidades, pero gracias a su poder y a nuestra relación con él. De la misma manera, encontramos fuerza en la presencia de Dios. Al hacerlo, no tenemos nada de que jactarnos, porque es la fuerza de Dios y no la nuestra la que provee una fundación sólida en nuestras vidas.

“Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús” (v. 30a). El griego dice de ex autou humeis este en Christos. Una traducción literal sería “Pero es por Él (Dios) que estáis en Cristo Jesús.” Fue la iniciativa de Dios que impulsó a estos cristianos corintios a tener una relación con Cristo Jesús. Estar “en Cristo” significa una relación con Cristo Jesús que abarca todo, una relación que tiene el poder de salvar. Esta relación incluye justificación como don de Dios en lugar de ser un logro personal. Esto nos iguala al pie de la cruz, por eso “no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra.” Cuando estamos “en Cristo,” no hay lugar para jactarse ya que todos hemos recibido el mismo don.

“El cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría” (v. 30b). El Evangelio de Juan empieza con estas palabras: “En el principio era el Verbo (griego: logos), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Nos hacemos sabios en espíritu al absorber las verdades que Jesús vino a revelarnos. Ahora, en esta carta a la iglesia en Corintio, Pablo dice que Jesús “ha sido hecho por Dios sabiduría.” Era la encarnación de Dios y su sabiduría.

“Y justificación (dikaiosyne), y santificación (hagiasmos), y redención” (apolytrosis) (v. 30c). Cada una de estas palabras tiene un significado importante:

Justificación (dikaiosyne): Esta palabra tiene raíces en el Antiguo Testamento, y aparece frecuentemente en la versión griega del Antiguo Testamento, tanto como en el Nuevo Testamento. En ambos, significa el encuentro entre altos estándares éticos y el ser encontrado inocente. Su uso bíblico, sin embargo, va más allá de eso, porque justificación es posible solo por medio de un de pacto con Dios. Esta relación de un pacto (y la justificación que se deriva de esa relación) es don de Dios.

Santificación (hagiasmos): Esta palabra tiene que ver con hacer santa a una persona. Se relaciona estrechamente con la palabra hagios, que generalmente se traduce como “santo” en el Nuevo Testamento. La santificación también es don de Dios. Nosotros mismos no somos capaces de hacernos santos.

Redención” (apolytrosis): La redención incluye la liberación de un cautivo, generalmente por medio del pago de un rescate. Ley levítica requería que los israelitas pagaran (redimieran) por un miembro de la familia que se había visto forzado a vencerse a la esclavitud (Levítico 25:47-49). También requería que compraran (redimieran) tierra familiar que había caído en manos de otros a causa de la pobreza (Levítico 25:25,33). El Nuevo Testamento presenta la muerte de Jesús en la cruz como una obra que redime la humanidad para “dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45). Pablo habla de “la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24). Nos dice que “tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia” (Efesios 1:14) y que Jesucristo es “en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados” (Colosenses 1:14).

Entonces, Pablo dice que además de ser sabiduría de Dios en nuestro propio entorno, Jesucristo también encarna justificación, santificación, y redención a nuestro alrededor. Hace posible que nosotros seamos justos, santos, y redimidos.

Somos culpables, destinados al justo castigo; pero, es hecho justicia, nuestra gran expiación y sacrificio. Somos depravados y corruptos; Él es hecho santificación, la fuente de nuestra vida espiritual: de Él, la Cabeza, es dada a su cuerpo por su Espíritu Santo. Estamos esclavizados, y nos es hecho redención, nuestro Salvador y Libertador. Donde Cristo sea hecho justicia para un alma, también es hecho santificación. Nunca absuelve de la culpa del pecado sin liberar de su poder; es hecho justicia y santificación, para que, al final, sea hecho redención completa; pueda liberar al alma del ser de pecado, y librar el cuerpo de las cadenas del sepulcro. Esto es para que toda carne, conforme a la profecía de Jeremías 9:23-24.  Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

Para aquéllos llamados por Dios, la cruz de repente tiene sentido. Lo que parecía una locura cuando estábamos afuera mirando hacia dentro, de repente se aclara al mirarlo desde dentro. Podemos ver que la cruz no es una tontería, sino la fuerza y la sabiduría de Dios. Es fuerte porque tiene el poder de salvar. Es sabia porque la muerte de Cristo en la cruz dice más claro que nada que el amor de Dios para nosotros no tiene límites. “Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (v. 31). Si todas las cosas mencionadas en versículo 30 son obra de Cristo y no resultado de nuestros logros personales, ¿de qué nos jactamos? Nuestra sabiduría, justificación, santificación, y redención son obra de Cristo, no nuestra.  Solo podemos recibirlas como don de Dios.  

Entonces, ¿qué motivos tenemos para jactarnos?  Ninguno. Solo podemos jactarnos de que Dios ha sido bueno con nosotros, que no tenemos nada en nuestras propias manos que nos encomiende a Dios. Bendiciones.

El primer Amor°


Apocalipsis 2:4. TLA. Sin embargo, hay algo que no me gusta de ti, y es que ya no me amas tanto como me amabas cuando te hiciste cristiano.

Apocalipsis 2:4. LBLA. Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor.

El ser humano por naturaleza se adapta, se habitúa, se acostumbra al entorno donde vive, donde trabaja, donde estudia. Mayormente cuando las personas comienzan a realizar una actividad nueva, sea un proyecto, un trabajo, un negocio, una dieta o un plan determinado, inician con mucho entusiasmo. Comienzan con gran ánimo y con mucha dedicación. Sus esperanzas y sueños lo fundamentan en esto que están comenzando. Calcula, evalúa y determina como hacer mejor lo que está comenzando, en sus inicios dedica mucho tiempo a cumplir su  meta.

Una pequeña parte de los seres humanos lo que determinan terminar, lo concluyen, pero una gran mayoría no concluyen lo que comenzaron, se desaniman, pierden interés o por diversas razones no continúan. Y Abandonan sus sueños, sus esperanzas. Otro grupo de personas inician con gran entusiasmo pero ese entusiasmo se va perdiendo en el tiempo por problemas, dificultades o por diversas razones. Siguen trabajando en lo que empezaron pero ya no lo hacen con entusiasmo, no están motivados, ya lo hacen por obligación.

Cuando un hombre y una mujer se conocen y se enamoran, los primeros tiempos del noviazgo son maravillosos, se aman, desean pasar mucho tiempo, juntos. Comparten alimentos, pasan mucho tiempo juntos y se profesan el amor que se tienen. Cuando deciden casarse los primeros años de matrimonio son maravillosos, pero con el tiempo muchas parejas van perdiendo el entusiasmo y el matrimonio para muchos se hace una carga, una costumbre y una obligación.


Cuando nos hacemos cristianos la mayoría de nosotros tenemos un deseo de servir a Dios, de aprender, de crecer, queremos conocer a los hermanos, participamos de todas las actividades que realiza los hermanos en la evangelización, en la comunión entre hermanos, ese es nuestro primer amor por Dios, por Cristo, por la iglesia. Pero con los años los cristianos pierden el entusiasmo, pierden el primer amor, y ya lo que le damos a Dios, a la iglesia es lo mínimo, lo básico.  Cristo le reclamo a la iglesia de Éfeso por haber perdido su primer amor.

Lucas 4:8. LBLA. Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: “Al Señor tu Dios adoraras, y a Él solo servirás.”

¿Cómo cristiano hemos perdido el primer amor? ¿Cómo iglesia hemos perdido el primer amor?

Juan 14:15. RVR1960. Si me amáis, guardad mis mandamientos.

Juan 14:15. BLS. Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos.

Mateo 22:34-40. RVR1960. El gran mandamiento. Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

El mensaje a Éfeso. La iglesia que dejó el primer amor.

Éfeso fue la capital de Asia Menor, un centro de comercio de tierra y mar y, junto a Alejandría y Antioquía en Siria, una de las tres ciudades con mayor influencia en la parte oriental del imperio Romano. El templo de Diana (Artemisa), una de las maravillas del mundo antiguo, se hallaba en esta ciudad, y una importante industria era la creación de imágenes de esta diosa (Hechos 29:21-41). Era un centro religioso y de todo tipo de prácticas supersticiosas y era famosa por todo el mundo por sus artes mágicas. A pesar de todo este ambiente contrario, allí se levantó una iglesia cristiana. Éfeso significa deseo ardiente. Y describe el primer siglo de la historia de la iglesia, el cual se caracterizó por un profundo amor, un ardiente celo por Cristo y una inflexible oposición a los falsos maestros y a doctrinas erradas.

Pablo ministró en Éfeso por tres años y advirtió a los efesios que falsos maestros tratarían de apartar de la fe a la gente (Hechos 20:29-31). Los falsos maestros llegaron a causar problemas en la iglesia de Éfeso, pero la iglesia los resistió, como podemos ver en la carta de Pablo a los Efesios. Juan pasó mucho de su ministerio en esta ciudad.

Pablo había elogiado a la iglesia de Éfeso por su amor a Dios y a los demás (Efesios 1:15. RVR1960. Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos), pero muchos de los fundadores de la iglesia habían muerto, y la segunda generación de creyentes había perdido su fervor espiritual. Era una iglesia muy activa y sus miembros hacían mucho en beneficio propio y de la comunidad, pero por motivos equivocados. El hacer algo por Dios debe estar motivado por el amor a Dios, o no perdurará.

La vitalidad espiritual que se desprende del amor al Señor había degenerado en rutina, Éfeso era una iglesia carente de amor en la más importante ciudad proconsular de Asia y de acuerdo con algunos testimonios antiguos, la residencia de Juan antes y después de su prisión en Patmos.

En un mundo convulsionado como el que estamos viviendo, necesita de más cristianos que vuelvan al primer amor. Lamentablemente el conformismo, y la religiosidad no nos permite ver que en estos últimos tiempos la iglesia debe despertar a volver a ese encuentro profundo con Dios que transforme la realidad de nuestro tiempo.

Los siete mensajes, fueron escritas a las siete iglesias históricas que existieron en Asia. Siguen un patrón en común y se distinguen por rasgos específicos. En ellas va actuando las cualidades antes descritas de Jesucristo, quien conoce las situaciones de las iglesias, reprocha y amonesta, promete pide atención e interpela.

Mateo 24:12. RVR1960. Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

Apocalipsis 2:1-7. RVR1960. Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 

Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

Me propongo hoy a analizar el mensaje a la iglesia de los efesios y sacar algunas enseñanzas eternas que hay en ella y que nos servirán para saber si también hemos perdido o dejado el primer amor. Cada iglesia tiene su mensajero o pastor, que es responsable delante de dios (Apocalipsis 2:1). La responsabilidad de los pastores se menciona en Hebreos 13:17. RVR1960. Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Dios cuida a sus mensajeros: Salmo 105:15. RVR1960. No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.

Jesucristo está activo en medio de su iglesia (Apocalipsis 2:1c). Aquí nos dice que Jesús camina (participio presente) en medio de los candeleros, que representan a las 7 iglesias (Apocalipsis 1:20). Vemos que Él está activo en medio de ellas, cumpliendo su palabra (Mateo 18:20; Mateo 28:20). Podemos notar que Jesús se interesa por lo que ocurre en Su iglesia.

El señor sabe lo que hacemos (Apocalipsis 2:2-4). Conoce nuestras obras: el servicio que prestamos o dejamos de hacer. Conoce nuestro trabajo: la palabra griega que se emplea aquí, describe el trabajo que nos hace sudar; el trabajo duro; el que nos deja exhaustos; que demanda toda nuestra energía y concentración mental. Conoce nuestra paciencia: paciencia, en el idioma original del N.T., significa permanecer debajo; sostenerse firme frente a cualquier dificultad. Es la valentía que acepta los sufrimientos y las dificultades y siempre sale victoriosa. ¡Cuánta falta nos hace la paciencia!

Conoce la defensa que hacemos del evangelio: Pablo había predicho que lobos rapaces causarían dificultades en la iglesia de Éfeso (Hechos 20:29-30) y aquí vemos el cumplimiento de esa palabra. Conoce nuestro sufrimiento: Todo aquel que se ha propuesto seguir a Jesús se expone al sufrimiento.

Pablo dijo: (Hechos 14:22; Salmo 56:8) Conoce nuestra constancia: La palabra que se traduce no has desmayado, también se puede traducir: no te has cansado de trabajar. ¡Hermanos, todavía no ha terminado la batalla! (Hebreos 12:3-4) Conoce nuestra apatía (Apocalipsis 2:4): Esta es la terrible acusación que se le lanza a la iglesia de Éfeso. La palabra has dejado, se puede traducir has abandonado. Puede ser que hayan perdido su primer amor hacia Cristo; o que lo hayan perdido hacia sus hermanos en la fe.

El Señor había enseñado que el amor mutuo debía ser la señal de la cristiandad (Juan 13:34-35) Pero ellos habían abandonado el amor, sin el cual todo lo demás de nada sirve (1 Corintios 13:1-3) 

¿Somos tan ardientes y fervorosos en el Señor hoy como lo éramos en los primeros días de nuestra vida cristiana? Esto nos debe hacer reflexionar.

Jesús nos presenta la solución para volver a ese primer amor (Apocalipsis 2:5a). Jesús exhorta a los efesios a dar los tres pasos de retorno al primer amor. Estos son:

Recordar: Este es el primer paso en el camino de regreso. Jesús no está hablando a inconversos, sino a miembros de iglesia que habían extraviado el camino de regreso. En un país lejano el hijo pródigo recordó su hogar. Lucas 15:17. RVR1960. Y volviendo en sí, dijo: !Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

Arrepentimiento: Esta es una orden dada en tiempo aoristo, es decir, que destaca la determinante ruptura con el mal. Los cristianos nunca debemos entretenernos con el mal. Arrepentirnos significa admitir, reconocer que tuvimos la culpa. Pero aquí no termina esto.

Hacer las primeras obras: es decir, debemos producir el fruto, que indica que en verdad estamos arrepentidos y que hemos cambiado. Este pasaje nos enseña que podemos ir deslizándonos gradualmente, poco a poco, sin darnos cuenta de lo que está sucediendo en nuestra vida (Hebreos 2:1; 1 Corintios 10:12)

Jesús nos advierte del peligro que corremos si somos indiferentes a su voz (Apocalipsis 2:5). Cuando Dios habla debemos creer lo que dice. El Señor amenazó con quitar el candelero de la iglesia de Éfeso y lo cumplió, porque la iglesia no se arrepintió. Un desierto, cubierto de ruinas es todo lo que queda de la antigua ciudad de Éfeso. Las palabras vendré pronto se traducen mejor estoy yendo (pues está en tiempo presente en el griego). 

Es decir, el Señor les dijo que estaba caminando hacia allá para quitarlos de en medio porque no estaban cumpliendo con el propósito para el cual Él los había llamado. ¿Estará Jesús caminando hacia ti porque no estás cumpliendo con el propósito para el cual te llamó? Si hay arrepentimiento hay esperanza; pero si no lo hay vendrá el juicio.

El mensaje de Éfeso es también para nosotros hoy (Apocalipsis 2:7). Es para todo el que tenga oído para oír. Es para todas las iglesias. Jesús da aliento o ánimo para que venzamos (Apocalipsis 2:7b). Después del pecado de Adán el camino al árbol de la vida fue cerrado y quedó bajo la custodia de querubines (Génesis 3:24. RVR1960. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida); pero ahora, Cristo lo entrega a sus seguidores que triunfen.

El árbol de la vida simboliza la vida eterna y el paraíso simboliza nuestra entrada a la presencia de Dios. ¿No es éste un buen aliciente para continuar la batalla contra el mal? Que en este momento, muchos de nosotros que estábamos desanimados por los problemas de la vida, continuemos con nuevos bríos la carrera hacia el hogar celestial por el camino que Jesucristo y con la ayuda del Señor el Espíritu Santo.

En nuestra vida diaria, cada uno de nosotros podemos haber perdido el primer amor. 

Cuando comenzamos nuestra vida cristiana leíamos mucho la Biblia, buscábamos que nos enseñaran, queríamos aprender, queríamos servir al Señor en todo momento, orábamos más tiempo, hacíamos preguntas, queríamos crecer, a todo quien se nos presentaba por el medio queríamos convertirlo a Cristo, queríamos hablar de Cristo en todas las naciones, queríamos decirles a los demás lo  grandioso que habíamos aprendido de parte de Dios, queríamos que en la iglesia se hicieran más cosas, teníamos un gran entusiasmo, todo estudio de cualquier hermano lo leíamos. 

¿Cómo estamos hoy?¿Oramos por cumplir? ¿Oramos poco? ¿Leemos poco la biblia, la abrimos solo los domingos? ¿Ya todo lo sé? ¿Ya no me interesa reunirme con mis hermanos para estudiar, para compartir los alimentos? ¿Cuándo voy a la reunión de la iglesia, me aburro, me duermo, quiero que termine pronto? ¿No me preocupo por mis hermanos? ¿Estamos haciendo las primeras obras o hemos perdido el primer amor? ¿Estamos firmes en la fe o estamos caídos como la iglesia de Éfeso?

Esta esperanza es por lo que la fe cristiana está por todas partes. Alabemos a Dios y agradezcámosle por la preciosa promesa que tenemos. Pueda esto guardarnos constantes a través de toda prueba. Pero, ¿cómo andamos en nuestro primer amor?

Vamos a comprobar si andamos en el primer amor:

1. Cuando mi deleite en el Señor ya no es tan grande como mi deleite por otras personas o por las cosas del mundo, he perdido mi “primer amor” (Marcos 12:30; Lucas 14:25-27).

2. Cuando mi alma no anhela la comunión íntima con el Señor a través de la oración o la lectura de la Palabra, he perdido mi “primer amor” (Salmo 84:2).

3. Cuando mis pensamientos en mis momentos de ocio no se dirigen al Señor, he perdido mi “primer amor” (Salmo 10:4).

4. Cuando me excusó fácilmente diciendo “es que soy humano” y cuando caigo fácilmente en cosas que yo sé que no le agradan al Señor, he perdido mi “primer amor” (Juan 14:15).

5. Cuando me cuesta dar con alegría para la obra del Señor o para las necesidades de otros, he perdido mi “primer amor” (1 Juan 3:17).

6. Cuando dejo de tratar a mis hermanos cristianos como trataría al Señor, he perdido mi “primer amor” (Mateo 25:40).

7. Cuando empiezo a ver los mandamientos del Señor como “legalismo” o como restricciones para mi felicidad, he perdido mi “primer amor” (Juan 14:21).

8. Cuando me preocupo más por “quedar bien” con la gente del mundo en vez de buscar la aprobación del Señor, he perdido mi “primer amor” (Juan 15:29; 1 Juan 2:15).

9. Cuando dejo de dar a conocer al Señor por temor a ser rechazado, he perdido mi “primer amor” (Juan 15:20).

10. Cuando me niego a dejar de hacer algo que está ofendiendo a un hermano más débil, he perdido mi “primer amor” (Romanos 14:15).

11. Cuando me vuelvo complaciente hacia el pecado que me rodea, he perdido mi “primer amor” (Mateo 24:12).

12. Cuando no puedo perdonar a alguien que me ha ofendido, he perdido mi “primer amor” (Mateo 17:1-4).

Recuerda, por tanto, de donde has caído, y arrepiéntete y haz las primeras obras; pues sino, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, sino te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:5. RVR1960. Bendiciones.