Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Conociendo a nuestro Padre Celestial-



Jeremías 9:23-25. Palabra de Dios para Todos (PDT). Esto dice el SEÑOR: Que el sabio no haga alarde de su sabiduría, ni el fuerte de su fuerza, ni el rico de su riqueza. Si alguien quiere hacer alarde de algo, que lo haga de que aprendió a conocerme, y de que entiende que yo soy el SEÑOR que actúa con fiel amor, justicia y rectitud, pues es lo que a mí me gusta. Lo dice el SEÑOR.

1 Corintios 1:31. Traducción en lenguaje actual (TLA). Por lo tanto, como dice la Biblia, si alguien quiere sentirse orgulloso de algo, que se sienta orgulloso de Jesucristo, el Señor.

Dios nos da un consejo y es que no hagamos alarde de nuestras habilidades y conocimientos temporales sino de comprender y conocer a Dios porque eso es realmente lo más importante para nuestras vidas y uno de los privilegios más grandes que podemos tener en esta vida y en la vida eterna.

La única verdadera y verdadera realidad espiritual es comprender y conocer a Dios a plenitud. Todo lo demás es transitorio, incluyendo la sabiduría, la valentía y las riquezas. Muchos tendemos a admirar a las personas por su sabiduría porque es muy fuerte, y por lo que posee. Pero que mejor que conocer y entender a Dios.

Alabarse por algo significa jactarse de eso. ¿De qué nos jactamos? Vivimos en un mundo lleno de personas que se glorían en su sabiduría, en sus conocimientos, en sus logros, en su dinero o en su poder. Colocan una larga cadena de títulos detrás de sus nombres. Desean que las personas se impresionen con sus logros académicos y con lo inteligentes que son o con el poder económico y político que han alcanzado.

El mundo está lleno de personas que se glorían en su fuerza. Hoy los deportistas profesionales están constantemente jactándose de su fortaleza física y de sus habilidades. La gente de negocios se jacta de la fuerza de su liderazgo y su capacidad empresarial. Y el mundo está lleno de personas que se glorían en sus riquezas. Quieren que todos sepan que son ricos. Exhiben su riqueza en sus cuerpos con ropas y joyas caras. Se pasean en sus riquezas en la forma de un automóvil de lujo. Viven en una casa que dice “riqueza” a todo el que pasa. Así somos los seres humanos caídos: nos gloriamos en nuestra sabiduría, en nuestra fortaleza y en nuestra riqueza.

Mateo 6:30-34. Nueva Traducción Viviente (NTV). Si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe? Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy.

Como hijos de Dios nuestra escala de valores que le damos a las personas y a las cosas deben cambiar a la manera del reino de los cielos, ya que lo más importante es el poder llegar a conocer a Dios y entenderlo. Es en esto en lo que tenemos que gloriarnos como hijos de Dios.

1 Corintios 1:26-29. Traducción en lenguaje actual (TLA). Recuerden lo que ustedes eran cuando Dios los eligió. Según la gente, muy pocos de ustedes eran sabios, y muy pocos de ustedes ocupaban puestos de poder o pertenecían a familias importantes. Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió, para que los que se creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada. Por eso, ante Dios, nadie tiene de qué sentirse orgulloso.

Pablo menciona que no hay muchos hijos de Dios que estén entre los nobles o poderosos de este mundo. Dios escogió a lo despreciable y humilde y débil. No podemos decir que somos los más sabios del mundo. No podemos decir que somos los más fuertes del mundo. Pero sí podemos decir que conocemos y entendemos a Dios.

La revelación de quien es nuestro Padre Celestial nos ha sido dada a través del Señor Jesucristo tal como es narrado en el evangelio de Juan capítulo 17. Debemos conocer a Dios el Padre Celestial en todas sus manifestaciones hacia su creación y hacia nosotros sus hijos.

¿Conocemos realmente a Dios Padre? ¿Conocemos realmente al Señor Jesucristo? ¿Conocemos realmente al Señor el Espíritu Santo?

Jesucristo quiere que le conozcamos: un conocimiento real, porque él es el único capaz de revelar al Padre, nadie conoce quien es el hijo sino el Padre; y quien es el Padre sino el hijo. El apóstol Juan tuvo esta experiencia, este conocimiento profundo dirá lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos. No es un conocimiento meramente racional sino íntimo y concreto.

Jesús dice: Yo Soy el Buen Pastor y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Este conocimiento bíblico no se refiere a un conocimiento del intelecto, no es un conocimiento que se obtiene por el resultado de esfuerzos sistemáticos y metódicos de investigación. Sino un conocimiento que tiene como punto de partida la experiencia, un conocimiento basado no en el intelecto sino en la realidad, conocer es tener experiencia concreta de algo.

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3 (RVR60)

Las Escrituras nos enseñan que la vida eterna es el conocer a Jesucristo. La vida eterna solo se logra por medio de conocer a la persona de Jesucristo. Este conocimiento no solo se limita a la salvación, pero va más allá en lograr tener una relación continua, permanente y duradera. Después que uno conoce a Jesús como su Salvador personal debemos comprender que esto solo el primer paso. Jesús desea revelarse de una manera personal y real a nuestras vidas diariamente. En una relación personal con Él es que encontraremos el verdadero significado de la vida eterna.

¡Al conocerlo a Él hallaremos la vida eterna! Esta vida eterna no es tan solo algo que se obtiene en un futuro, sino es algo que uno ya posee en el presente tiempo. La vida eterna que poseemos hoy día en Jesucristo tiene más que ver con la calidad de vida que tan solo de su duración en la eternidad. Hoy día nosotros no solo tenemos una vida eterna prometida después de la muerte, pero somos bendecidos con esta vida hoy. La vida que tenemos en Jesucristo es suprema, involucra una experiencia íntima y continua con Jesús diariamente.

Debemos entender a Dios el Padre Celestial en lo referente a su perfecta voluntad:

El SEÑOR actúa con fiel amor así debemos actuar nosotros

El SEÑOR actúa con justicia así debemos actuar nosotros

El SEÑOR actúa con rectitud así debemos actuar nosotros

Veamos el contexto histórico en el cual el profeta pronuncia las palabras de Jeremías 9:23-25.

El periodo en el cual profetizó Jeremías fue muy cambiante. Comenzó su ministerio profético cuando reinaba en Jerusalén Josías, el rey que había sido profetizado por un varón de Dios durante el reinado de Jeroboam (1 Reyes 13:1). 2 Reyes 23:24-25 nos habla de muy buena forma de actuar de este rey, pero a pesar de sus reformas para cambiar la religión Dios no desistió de la ira que tenía contra Judá por los hechos de Manasés quien “hizo lo malo ante los ojos de Jehová” (2 Reyes 21:2), rindiendo cultos a ídolos y haciendo pecar a Jerusalén y Judá. Por esto Dios dice “desampararé el resto de mi heredad, y lo entregaré en manos de sus enemigos; y serán para presa y despojo de todos sus adversarios” (2 Reyes 21:14), hablando ya del cautiverio que vino en tiempos de Jeremías. Josías fue el único rey que se salvó de la reprensión de Jeremías. Es bajo está condición de idolatría que Jehová dice a Jeremías que escriba para que el pueblo se arrepienta.

Ahora veamos el origen de la idolatría. Romanos 1:21-23 dice: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

No se alabe en su sabiduría, valentía o riqueza. Es por ello que en el versículo 23 Dios dice al hombre que no debe gloriarse en sí mismo, en tres cosas que aún hoy el hombre se alaba: su sabiduría, su valentía y su riqueza. Hoy parece que la inteligencia del hombre lo va a llevar a hacer un mundo mejor; a eso apunta la ciencia. Pero Dios nos dice que el hombre que se guía en su propia sabiduría en realidad es un necio, que para que haya una verdadera sabiduría primero debe haber un temor a Jehová.

Dios se revela en la creación pero la “sabiduría” del hombre no le permite reconocerlo, es lo más básico y el hombre natural no puede darse cuenta. La “sabiduría” del hombre le hace creer que la Palabra de Dios es una locura pero para los creyentes es poder de Dios, eso lo dice Pablo en 1 Corintios 1:18.

1 Corintios 1:18. Traducción en lenguaje actual (TLA). ¡Cristo es poderoso! Hay quienes piensan que hablar de la muerte de Cristo en la cruz es una tontería. Pero los que así piensan no se salvarán, pues viven haciendo el mal. Sin embargo, para los que sí van a salvarse, es decir, para nosotros, ese mensaje tiene el poder de Dios.

Creo que la historia de David y Goliat es una clara ilustración de por qué el hombre no puede gloriarse en su valentía. La Palabra dice que cuando los israelitas escucharon el desafío de Goliat tuvieron miedo. Cuando David se enteró de esto fue a Saúl y le dijo que quería ir a pelear con este gigante. Su argumento fue: “Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo” (1 Samuel 17:37). Si David hubiera mirado sus músculos y los comparara con los de Goliat no habría ido a la pelea. Si él hubiera mirado sus armas y las comparara con las de Goliat no hubiera ido a la pelea; pero él no confiaba en su valentía ni en sus fuerzas sino que confiaba en Dios. La fuerza humana es nada sin Dios.

Dios nos enseña por medio de la vida de Job que el hombre tampoco puede gloriarse en sus riquezas. En un momento Job fue el hombre más rico en oriente pero de un día a otro lo perdió todo y después tuvo más de lo que tenía al principio. Pero Job no se definía a sí mismo de acuerdo a sus riquezas, él era un hombre sencillo que, aunque con cuestionamientos, supo vivir en ambas situaciones. Quizás esa sea una de las cosas más difíciles hoy debido a que vivimos en una sociedad que sí nos define y nos dice lo que somos tomando en cuenta el dinero que tenemos.

Los reyes idólatras fueron sabios en su sabiduría y por ello pensaron que los dioses serían mejores que el Dios de sus padres; no fue así. Cuando fueron llevados cautivos su valentía no les sirvió de nada y ahí mismo les fueron robadas todas sus riquezas. En resumen: dejaron de ser lo que eran, perdieron lo que los definía.

Miqueas 6:8. Traducción en lenguaje actual (TLA). Pero ya Dios les ha dicho qué es lo mejor que pueden hacer y lo que espera de ustedes. Es muy sencillo: Dios quiere que ustedes sean justos los unos con los otros, que sean bondadosos con los más débiles, y que lo adoren como su único Dios.

Deuteronomio 10:12. La Biblia de las Américas (LBLA). Lo que Dios requiere. Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,

Hay muchas cosas que le pertenecen solo a Dios, pero hay otras que él nos quiere revelar, para que nosotros le conozcamos mejor. Deuteronomio 29:29. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley.

Eclesiastés 3:11. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cuando Dios creó este mundo, todo lo hizo hermoso. Además, nos dio la capacidad de entender que hay un pasado, un presente y un futuro. Sin embargo, no podemos comprender todo lo que Dios ha hecho.

Proverbios 21:3. Nueva Traducción Viviente (NTV). Al Señor le agrada más cuando hacemos lo que es correcto y justo que cuando le ofrecemos sacrificios.

El SEÑOR actúa con fiel amor así debemos actuar nosotros.

La Biblia revela excepcionalmente que Dios, en su esencia y modo de ser, es amor. Dios no solamente ama, sino es amor. En este atributo supremo todos los otros atributos se encuentran en armonía. El objeto particular de este amor eterno es su propio hijo, Jesucristo. Dios ama al mundo en su totalidad, a personas individualmente, a todos los seres vivientes, a los pecadores, y especialmente a creyentes en Cristo que han pasado a ser hijos de Dios.

Veamos la definición de amor desde la perspectiva de bíblica: Amor.(heb., ’ahavah, gr., agape). Amor es la misma naturaleza de Dios (1 Juan 4:8. Traducción en lenguaje actual (TLA). El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor, 1 Juan 4:16. Nueva Traducción Viviente (NTV). Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor. Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos;) y la virtud cristiana más importante (1 Corintios 13:13. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH).Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero el mayor de ellos es el amor), indispensable en las relaciones del ser humano con Dios y con sus semejantes.

El Espíritu Santo crea el amor en el creyente (Romanos 5:5. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado; Gálatas 5:22. Nueva Traducción Viviente (NTV). En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad).

Hechos 5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. ¿Qué significa amar a Dios? ¿Cómo podemos permanecer en el amor de Dios? ¿Cómo recompensará Dios a los que permanecen en su amor? ¿Se refugiará usted en Dios en estos tiempos peligrosos? ¿Dónde podemos hallar un refugio seguro?

Reflexionemos en el amor que Dios nos tiene y correspondámosle como nos lo ha enseñado. Juan 14:15. Si me amáis, guardad mis mandamientos. ¿Cuáles son algunas pruebas del amor que Dios nos tiene? Dios nos ha demostrado su amor de diversas maneras. Veamos cuáles son, pues repasarlas nos ayudará a permanecer en el amor de Dios. Sabemos que Dios es el Autor de la Biblia, en la cual nos dice cómo se llama y qué cualidades tiene. Las Escrituras explican que él envió a su querido Hijo a la Tierra y que permitió que sufriera y muriera por nosotros. Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. De este modo nos hizo un regalo muy generoso, gracias al cual tenemos la esperanza de un magnífico futuro.

El SEÑOR actúa con justicia y justicia, así debemos actuar nosotros.

"La justicia de Dios" abarca la exhibición completa de los modos de obrar de Dios en Cristo a favor de todos los que hemos sido redimidos y hechos parte de la familia de Dios.

Salmo 89:14. RVR60. Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro.

Mateo 6:33. RVR60. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 12:18. RVR60. Mirad, mi siervo, a quien he escogido; mi amado en quien se agrada mi alma; sobre el pondré mi Espíritu, y a las naciones proclamara justicia.

Romanos 3:21-23. La Biblia de las AméricasJustificación por medio de la fe. Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.

Romanos 1:17. RVR60. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA.

2 Corintios 5:21. RVR60. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.

1 Corintios 1:30. RVR60. Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención.

La rectitud (o justicia), es la expresión natural de Su santidad. Si Él es infinitamente puro, quiere decir que debe oponerse a todo pecado y esa oposición debe demostrarse en el tratamiento que Él da a Sus criaturas. Cuando leemos que Dios es recto o justo, se nos está asegurando que Sus acciones hacia nosotros, están en completo acuerdo con Su naturaleza santa”.

Hoy en día hablar de justicia, para muchos, es una utopía. Los tiempos no han cambiado. Sigue habiendo explotados y explotadores, marginados y privilegiados, viudas abandonadas y mujeres con todo confort, jueces corruptos e inocentes en las cárceles, presos que se pudren en las celdas y presos en celdas doradas, estafadores que fugan con el dinero de ingenuos ahorristas y vendedores de ilusiones. Ante todo esto, las autoridades se hacen de la vista gorda y no pasa nada.

La justicia en nuestras sociedades tiene un precio. Se ha visto como muchos casos en que delincuentes y terroristas para alcanzar algún beneficio de parte del gobierno, han delatado sin ningún escrúpulo a muchos inocentes que aún siguen en las cárceles. Ahora bien, en medio de todo este ambiente corrupto, está la Iglesia: cada cristiano está llamado a cumplir su rol profético y dar señales de justicia y con ello dar esperanza de que la justicia verdadera triunfará. 

Antes que el Señor Jesucristo viniera a la tierra, una persona podía tener una relación justa con el Padre Celestial haciendo lo siguiente: Cumplir toda la ley, lo cual era imposible, porque aunque la gente se esforzara a cumplir unos cuantos de esos estatutos, si fallaba o quebrantaba uno solamente, era culpable de quebrantarlos todos (Santiago 2:10). No existía una sola persona que pudiera cumplir toda la ley. Además, si quebrantaba una ley, tenía que ofrecer un sacrificio para ser perdonado por haber pecado.

Por lo tanto, para mantener una “relación” con Dios constante, a menudo el pueblo tenía que estar ofreciendo sacrificios a Dios. Ahora, imaginémonos si Dios no hubiera puesto la provisión del sacrificio desde entonces, cada vez que una persona pecaba, tenía que morir porque esa era la consecuencia de quebrantar la ley, la muerte. Aquí vemos el profundo amor de Dios para los humanos.

Pero todo esto se relaciona con el trato que debemos tener nosotros como hijos e hijas de Dios con aquellas personas que nos rodean.

Así, en Romanos 1:17, se dice que la justicia de Dios se revela en el evangelio en contraste con la justicia del hombre demandada en la ley; y siendo revelada, es "por fe" (o, sobre el principio de la fe), no por las obras de la ley; es decir, es una revelación sobre el principio de la fe, no una obra a ser efectuada sobre el principio de la responsabilidad humana. Por consiguiente, es "para fe". Aquel que cree obtiene la bendición.

Veamos ahora la oración más hermosa, más poderosa y más amorosa hecha en esta tierra por nuestro Señor y Salvador Jesucristo, en dónde podemos ver y entender el profundo amor hacia nosotros y la voluntad del Padre Celestial.

Juan 17 Dios Habla Hoy (DHH). Jesús ora por sus discípulos. Después de decir estas cosas, Jesús miró al cielo y dijo: Padre, la hora ha llegado: glorifica a tu Hijo, para que también él te glorifique a ti. Pues tú has dado a tu Hijo autoridad sobre todo hombre, para dar vida eterna a todos los que le diste. Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste.

Yo te he glorificado aquí en el mundo, pues he terminado la obra que tú me confiaste. Ahora, pues, Padre, dame en tu presencia la misma gloria que yo tenía contigo desde antes que existiera el mundo.

A los que escogiste del mundo para dármelos, les he hecho saber quién eres. Eran tuyos, y tú me los diste, y han hecho caso de tu palabra. Ahora saben que todo lo que me diste viene de ti; pues les he dado el mensaje que me diste, y ellos lo han aceptado. Se han dado cuenta de que en verdad he venido de ti, y han creído que tú me enviaste.

Yo te ruego por ellos; no ruego por los que son del mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo que es mío es tuyo, y lo que es tuyo es mío; y mi gloria se hace visible en ellos.

Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo me voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. Cuando yo estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura.

Ahora voy a donde tú estás; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. Yo les he comunicado tu palabra, pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo. Conságralos a ti mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad. Como me enviaste a mí entre los que son del mundo, también yo los envío a ellos entre los que son del mundo. Y por causa de ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad.

No te ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí al oír el mensaje de ellos. Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa: yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí.

Padre, tú me los diste, y quiero que estén conmigo donde yo voy a estar, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes que el mundo fuera hecho. Oh Padre justo, los que son del mundo no te conocen; pero yo te conozco, y éstos también saben que tú me enviaste. Les he dado a conocer quién eres, y aún seguiré haciéndolo, para que el amor que me tienes esté en ellos, y para que yo mismo esté en ellos. Bendiciones.

El camino del amor-



En los tiempos en que estamos viviendo, la humanidad como nunca antes adolece de falta de amor genuino, el cual sólo se puede recibir de parte de Dios cuando rendimos y entregamos nuestras vidas a nuestro Señor Jesucristo. Sólo en esa realidad espiritual es que nosotros los hijos de Dios debemos vivir y movernos.

2 Juan 6. Nueva Traducción Viviente (NTV). El amor consiste en hacer lo que Dios nos ha ordenado, y él nos ha ordenado que nos amemos unos a otros, tal como ustedes lo oyeron desde el principio.

Mateo 22:36-40. Traducción en lenguaje actual (TLA). Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento, y el más importante, es el que dice así: “Ama a tu Dios con todo lo que piensas y con todo lo que eres.” Y el segundo mandamiento en importancia es parecido a ése, y dice así: “Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo. Toda la enseñanza de la Biblia se basa en estos dos mandamientos.

Vemos por todo el mundo como a través de los noticieros, del internet y en general de todos los medios de comunicación como la maldad y la crueldad aumentan en todas las naciones como fue revelado en la Biblia.

Veamos la definición de amor desde la perspectiva de bíblica: Amor. (heb., ’ahavah, gr., agape). Amor es la misma naturaleza de Dios (1 Juan 4:8. Traducción en lenguaje actual (TLA). El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor, 1 Juan 4:16. Nueva Traducción Viviente (NTV). Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor. Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos;) y la virtud cristiana más importante (1 Corintios 13:13. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero el mayor de ellos es el amor), indispensable en las relaciones del ser humano con Dios y con sus semejantes.

La Biblia revela excepcionalmente que Dios, en su esencia y modo de ser, es amor. Dios no solamente ama, sino es amor. En este atributo supremo todos los otros atributos se encuentran en armonía. El objeto particular de este amor eterno es su propio hijo, Jesucristo. Dios ama al mundo en su totalidad, a personas individualmente, a todos los seres vivientes, a los pecadores, y especialmente a creyentes en Cristo que han pasado a ser hijos de Dios.

El Espíritu Santo crea el amor en el creyente (Romanos 5:5. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado; Gálatas 5:22. Nueva Traducción Viviente (NTV). En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad), haciéndolo la prueba principal del discipulado cristiano (Lucas 14:26. Traducción en lenguaje actual (TLA). Si alguno de ustedes quiere ser mi discípulo, tendrá que amarme más que a su padre o a su madre, más que a su esposa o a sus hijos, y más que a sus hermanos o a sus hermanas. Ustedes no pueden seguirme, a menos que me amen más que a su propia vida; Juan 13:35. Nueva Traducción Viviente (NTV). El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos; 1 Juan 3:14. Traducción en lenguaje actual (TLA). El amor que nos tenemos demuestra que ya no estamos muertos, sino que ahora vivimos. Pero si ustedes no se aman los unos a los otros, es porque todavía están bajo el poder de la muerte).

El amor está vinculado vitalmente a la fe; la fe es básica (Juan 6:29. Traducción en lenguaje actual (TLA). Jesús respondió: Lo único que Dios quiere es que crean en mí, que soy a quien él envió; Hebreos 11:6 Nueva Traducción Viviente (NTV). De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad), pero una fe que no se manifiesta a sí misma en amor hacia Dios y hacia los seres humanos, está muerta y no vale nada (Gálatas 5:6. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor, Gálatas 5:13. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor.

Santiago 2:17-26. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero alguien dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.” Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. Pero, ¿estás dispuesto a admitir (¿quieres saber), oh hombre vano (necio), que la fe sin obras es estéril? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como resultado de las obras, la fe fue perfeccionada; y se cumplió la Escritura que dice: “Y Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia,” y fue llamado amigo de Dios.  Ustedes ven que el hombre es justificado por las obras y no sólo por la fe. Y de la misma manera, ¿no fue la ramera Rahab también justificada por las obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.).

El cristiano debe amar tanto a sus enemigos como a sus hermanos (Mateo 5:43-48. Nueva Traducción Viviente (NTV). Enseñanza acerca de amar a los enemigos. Han oído la ley que dice: “Ama a tu prójimo” y odia a tu enemigo. Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen! De esa manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo. Pues él da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre los justos y los injustos por igual. Si solo amas a quienes te aman, ¿qué recompensa hay por eso? Hasta los corruptos cobradores de impuestos hacen lo mismo. Si eres amable solo con tus amigos, ¿en qué te diferencias de cualquier otro? Hasta los paganos hacen lo mismo. Pero tú debes ser perfecto, así como tu Padre en el cielo es perfecto).

Romanos 12:19-20. Traducción en lenguaje actual (TLA). Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.» Y también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.»    

Sin hipocresía. Romanos 12:9. Nueva Traducción Viviente (NTV). No finjan amar a los demás; ámenlos de verdad. Aborrezcan lo malo. Aférrense a lo bueno.

2 Timoteo 3:1-5. Nueva Traducción Viviente (NTV). Peligros de los últimos días. Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios. Actuarán como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios. ¡Aléjate de esa clase de individuos!

Hoy vivimos en tiempos tormentosos y llenos de peligros, pues el mundo va de mal en peor. Pero existe un refugio seguro, un refugio que nos protegerá de cualquier daño permanente. ¿Cuál es? Fíjese en lo que dice la Biblia: dice al Señor: “Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!” Salmo 91:2 (VDHH).

¿Cómo haremos de Dios nuestro refugio? El Creador y Soberano del universo, puede ser nuestro refugio, pero más que nuestro refugio, es nuestro Padre y no se avergüenza de llamarnos sus hijos, y tampoco nuestro Señor Jesucristo se avergüenza de llamarnos hermanos. ¡Qué gran bendición! Él es mucho más poderoso que cualquier persona o cosa que nos amenace. Y aunque se nos lastime, Dios puede reparar todo el daño que recibamos, así que Confiando en él. ¿Cómo  haremos de Dios nuestro refugio? Además, la Biblia nos hace esta invitación: “Manténganse en el amor de Dios” (Judas 21). Así es, tenemos que permanecer en el amor de Dios y seguir muy unidos a nuestro Padre celestial. Si así lo hacemos, podemos estar seguros de que él será nuestro refugio. Pero ¿cómo conseguiremos tener una relación tan afectuosa con el Creador?

1 Corintios 13 (VLS) Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada! Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas. Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás. El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.

El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. Las profecías, y todo lo que ahora conocemos, es imperfecto. Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo demás se acabará. Alguna vez fui niño. Y mi modo de hablar, mi modo de entender las cosas, y mi manera de pensar eran los de un niño. Pero ahora soy una persona adulta, y todo eso lo he dejado atrás. 

Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta; pero cuando todo sea perfecto, podré conocerlo como él me conoce a mí. 

Hechos 5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. ¿Qué significa amar a Dios? ¿Cómo podemos permanecer en el amor de Dios? ¿Cómo recompensará Dios a los que permanecen en su amor? ¿Se refugiará usted en Dios en estos tiempos peligrosos? ¿Dónde podemos hallar un refugio seguro?

Reflexionemos en el amor que Dios nos tiene y correspondámosle como nos lo ha enseñado. Juan 14:15. Si me amáis, guardad mis mandamientos. ¿Cuáles son algunas pruebas del amor que Dios nos tiene? Dios nos ha demostrado su amor de diversas maneras. Veamos cuáles son, pues repasarlas nos ayudará a permanecer en el amor de Dios. Sabemos que Dios es el Autor de la Biblia, en la cual nos dice cómo se llama y qué cualidades tiene. Las Escrituras explican que él envió a su querido Hijo a la Tierra y que permitió que sufriera y muriera por nosotros. Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. De este modo nos hizo un regalo muy generoso, gracias al cual tenemos la esperanza de un magnífico futuro.

Este futuro también depende de algo más que Dios ha hecho. Dios ha establecido un gobierno celestial, el Reino mesiánico. Este Reino pronto acabará con todos nuestros sufrimientos y convertirá la Tierra en un paraíso. ¡Qué maravilla! ¡Por fin seremos felices y viviremos para siempre en paz! Salmo 37:29. Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella. Y ahora, mientras esperamos ese día, los consejos de Dios nos ayudan a vivir del mejor modo posible. El Señor también nos ha dado otro regalo: la oración, la cual nos permite comunicarnos libremente con él. Estas son tan solo unas cuantas pruebas del amor que Dios siente por nosotros y por el resto de la humanidad.

¿Cómo pudiera usted responder al amor que Dios le ha mostrado? Ahora, debemos hacernos una pregunta importante:“¿Cómo responderemos al amor de Dios?”. Probablemente, muchas personas contesten: “Amando a Dios”. ¿Piensa usted así? Jesús dijo que el mayor mandamiento es este: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.” Mateo 22:37. 

Ahora bien, para amar a Dios con todo el corazón, alma y mente, ¿basta con tenerle afecto? Para amar a Dios: La Biblia muestra que amar a Dios significa mucho más que sentir afecto por él. De hecho, aunque ese sentimiento es muy importante, es tan solo el comienzo del verdadero amor a Dios. Para entenderlo mejor, veamos la siguiente comparación: si usted quisiera una manzana, ¿se conformaría con que le dieran una semilla de esa fruta? Claro que no. Es cierto que la semilla es esencial para que crezca un manzano, pero lo que usted quiere es el fruto. Lo mismo ocurre con el afecto que sentimos por Dios: al igual que la semilla, tiene que desarrollarse y dar fruto. La Biblia enseña: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos”, es decir, no son una carga (1 Juan 5:3). 

Así, el verdadero amor a Dios debe producir buenos frutos, debe expresarse con hechos.Mateo 7:16-20. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.

¿Cómo demostramos que amamos a Dios y que agradecemos lo que él ha hecho por nosotros? Demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos y ponemos en práctica sus principios. Eso no es muy difícil, pues las leyes de Jehová no son una  carga. Al contrario, están pensadas para que seamos felices y disfrutemos de la vida. Isaías 48:17-18. Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. 

Cuando dejamos que Dios nos guíe, demostramos que agradecemos mucho todo lo que él ha hecho por nosotros. Es una pena que tan poca gente tenga esa actitud. Nosotros no queremos ser desagradecidos, como algunas personas del tiempo de Jesús. En cierta ocasión, Cristo curó a diez leprosos, pero solo uno fue a darle las gracias. Lucas 17:12-19. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado. 

Seguramente queremos ser como esa persona, y no como las otras nueve, que no mostraron el menor agradecimiento.

¿Por qué es importante seguir adquiriendo conocimiento de Dios? Conocer bien a Dios es un paso importantísimo para acercarnos más a él. Es un proceso que nunca  debería terminar. Imagínese que se encuentra en el monte, en una noche muy fría, y que ha encendido una fogata para calentarse. ¿Dejaría que las llamas se fueran apagando poco a poco? De ningún modo. Seguro que iría añadiendo leña para que el fuego siguiera ardiendo, ya que de ello depende su propia vida. Pues bien, tal como la leña alimenta el fuego, el “conocimiento de Dios” mantiene vivo el amor que sentimos por Dios (Proverbios 2:1-5. Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. El amor a Dios es como un fuego: hay que alimentarlo para que no se apague.

¿Qué efecto tuvieron las enseñanzas de Jesús en sus discípulos? Jesús quería que sus seguidores mantuvieran muy vivo su amor por el Padre Celestial maravillosa. Después de resucitar les explicó a dos discípulos suyos algunas profecías de las Escrituras Hebreas que él había cumplido. ¿Qué efecto tuvo aquello? Más tarde, los discípulos dijeron: “¿No nos ardía el corazón cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?” Lucas 24:32.

En el caso de la mayor parte de la humanidad, ¿qué ha pasado con el amor a Dios y a la Biblia? ¿Cómo podemos impedir que se apague nuestro amor? Cuando usted iba aprendiendo lo que enseña realmente la Biblia, ¿verdad que también le ardía el corazón, lleno de alegría, entusiasmo y amor a Dios? Seguro que sí. A muchos les ha pasado lo mismo. Lo difícil ahora es mantener vivo ese amor y lograr que crezca. No queremos seguir la tendencia que Jesús predijo que habría en el mundo de hoy: Mateo 24:12. Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

¿Cómo puede usted impedir que se enfríe el amor que siente por Dios y por las verdades de la Biblia? Continúe adquiriendo conocimiento de Dios Padre, de Jesucristo y del Espíritu Santo. Juan 17:3. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. ¿Por qué es importante orar para mantener vivo nuestro amor a Dios? Otra manera de mantener vivo el amor a Dios es orando con regularidad. 1 Tesalonicenses 5:17. Orad sin cesar. 

Adorar a Dios produce gozo. Las relaciones con nuestros semejantes se estrechan al comunicarnos con ellos con frecuencia y de forma sincera. De igual modo, nuestra relación con Dios seguirá viva si le oramos constantemente. Debemos esforzarnos por no hacer oraciones mecánicas; no queremos repetir siempre lo mismo sin pensar en lo que decimos. Debemos hablarle a Dios como hablaría un niño con su amado padre. Claro está, queremos dirigirnos a él con respeto, pero abierta y sinceramente, desde el corazón. Salmo 62:8. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. Así es, para adorar a Dios es muy importante que tengamos un estudio personal de la Biblia y que le oremos con franqueza. De este modo será más fácil que permanezcamos en el amor de Dios. 

¿Por qué debemos ver la predicación del Reino como un privilegio y un tesoro? El estudio de la Biblia y la oración son formas de adorar a Dios que generalmente realizamos a solas. Hablemos ahora de algo que realizamos cuando estamos con otras personas: conversar sobre lo que creemos. ¿Ha hablado usted ya con alguien sobre las enseñanzas de la Biblia? En ese caso, ha disfrutado de un privilegio maravilloso. Lucas 1:74-75. Que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. 

Cuando hablamos de lo que hemos aprendido acerca de Dios, cumplimos una misión muy importante que han recibido todos los cristianos verdaderos: predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. Mateo 24:14. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin; Mateo 28:19-20. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

El apóstol Pablo estimaba tanto la labor de predicar que dijo que era un tesoro. 2 Corintios 4:5-7. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros. 

Hablar de Dios y sus propósitos es el mejor trabajo que hay. Por un lado, se hace para servir al mejor jefe de todo lo creado, y por otro, da los mejores  beneficios. Cuando predicamos, ayudamos a las personas sinceras a acercarse a nuestro Padre celestial y a entrar en el camino que lleva a la vida eterna. ¿Podría otra labor producir más satisfacción? Además, al dar testimonio de Dios y su Palabra, crecen nuestra propia fe y nuestro amor a  Dios. Y el Señor valora los esfuerzos que hacemos. Hebreos 6:10. Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. 

Como vemos, mantenernos activos en esta obra nos ayuda a permanecer en el amor de Dios. 1 Corintios 15:58. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

¿Por qué es la predicación una obra urgente? Es importante recordar que la predicación del Reino es una obra urgente. La Biblia dice que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 2 Timoteo 4:2. ¿Por qué es esta obra tan urgente hoy día? Por lo que nos dice la Palabra de Dios: Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente.Sofonías 1:14. Así es, se aproxima rápidamente el día en el que Jehová destruirá a todo este sistema de cosas. ¡La gente tiene que saberlo! Tiene que entender que ahora es el momento de obedecer a Dios como su Soberano, pues el fin. Habacub 2:3. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

¿Por qué debemos adorar a Dios públicamente junto con los cristianos verdaderos? Dios quiere que lo adoremos públicamente junto con los cristianos verdaderos. Por eso, su Palabra dice: Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. No dejemos de reunirnos, como acostumbran algunos, sino animémonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca. Hebreos 10:24-25. NVI. Cuando asistimos a las reuniones cristianas con nuestros hermanos en la fe, tenemos una oportunidad magnífica de alabar y adorar a nuestro querido Dios. También nos fortalecemos y nos animamos unos a otros.

¿Qué podemos hacer para fortalecer los lazos de amor en la congregación cristiana? Cuando nos reunimos con otros siervos de Dios, estrechamos los lazos de amor y amistad en la congregación. Es importante fijarse en las buenas cualidades de los demás, tal como Dios se fija en las nuestras. No espere que sus hermanos espirituales sean perfectos. Recuerde que todos cometemos errores y que cada uno progresa espiritualmente a un ritmo distinto. Colosenses 3:12-17. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Busque la amistad de quienes aman a Dios con todas sus fuerzas, y verá cómo crece su espiritualidad. Si adora a Dios con sus hermanos y hermanas espirituales, le será más fácil permanecer en el amor de Dios. Veamos ahora cómo recompensa el Señor a quienes lo adoran fielmente y permanecen en su amor.

La recompensa que Jehová da a sus siervos fieles es la vida, pero ¿qué clase de vida? La mayoría de nosotros diría que ya estamos vivos, pues al fin y al cabo, respiramos, comemos y bebemos. En nuestros mejores momentos, incluso puede que digamos: “¡Esto sí que es vida!”. Sin embargo, la Biblia indica que, en cierto sentido, hoy día ningún ser humano está realmente vivo. Dios quiere que usted disfrute de “la vida de verdad”. Y usted, ¿lo logrará? 1 Timoteo 6:19. Atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

¿Por qué es esencial permanecer en el amor de Dios? Cada uno de nosotros hace bien en preguntarse: “¿Estoy adorando a Dios como él manda en la Biblia?”. Si nos aseguramos de que día tras día respondemos con un sí, vamos por buen camino. Podemos tener la seguridad de que Jehová es nuestro refugio. Él protegerá a su pueblo fiel durante los peligrosos últimos días de este viejo sistema de cosas. Además, nos introducirá en su glorioso nuevo mundo, que tan cerca está. Si usted toma buenas decisiones ahora, disfrutará durante toda la eternidad de “la vida de verdad”, la vida que Dios siempre quiso que tuviéramos.

El verdadero amor a Dios se demuestra obedeciendo sus mandamientos y poniendo en práctica sus principios. 1 Juan 5:3. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

Para permanecer en el amor de Dios tenemos que estudiar su Palabra, orar desde lo más profundo de nuestro corazón, colocarla en práctica en nuestras vidas y en todos nuestros caminos y decisiones enseñando a los demás quién es Dios y adorarlo en las reuniones cristianas. Los que permanezcan en el amor de Dios disfrutarán de la vida de verdad 

El principio ético fundamental de nuestra relación con Dios debe ser el amor a Él. ¡Amarás al Señor tu Dios!: este fue el mandamiento del Antiguo Testamento al cual el Señor Jesucristo consideró como el más importante en sus enseñanzas 

A través de ayudar a otras personas, nos perfeccionamos aprendiendo, bajo la guía de Dios, el Amor, la Sabiduría y el Poder del Espíritu Santo: tres aspectos principales de la Perfección. Este proceso marcha con más éxito si le pedimos a él que nos ayude en este servicio y mostramos sensibilidad a sus consejos e instrucciones.

1 Juan 2:4-11. 
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Eso nos muestra también que la vida cristiana no es llevar un nombre de cristiano solamente, sino que es un compromiso con Dios. El Señor Jesucristo lo dejó bien claro al anunciar que para poder ser su discípulo, había que amarlo a él sobre todas las cosas. La vida cristiana es un llamado a servir a Dios y las personas, o sea, el amor verdadero es un amor que lo lleva a uno a servir, en otras palabras es un amor demostrado. Bendiciones.