Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Liberados por el Señor Jesucristo-


1 Juan 3:8b. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pero el Hijo de Dios vino para destruir las obras del diablo.

Dios nuestro Creador, nuestro Salvador, nuestro Padre Celestial nos conoce y sabe en qué condición y situación nos encontramos en estos momentos, el ve todas las cosas, él no se ha olvidado de ninguno de nosotros. En la vida por este mundo, somos peregrinos y extranjeros, porque nuestra ciudadanía está en los cielos, pero hay tantas circunstancias que quieren robarnos la paz que Dios ha depositado en nuestros corazones, a diario hay tantos ataques y maquinaciones que intentan destruirnos y matarnos en nuestra fe, hay personas que rodean a los hijos de Dios que son perversas, malvadas y que están bajo el dominio del diablo y sus demonios.

Juan 10:10. Reina-Valera 1960 (RVR1960). El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Juan 8:32. Reina-Valera 1960 (RVR1960). Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Juan 8:36. La Biblia al día (BAD). Así que si el Hijo os libera, seréis verdaderamente libres.

No podemos evitar que estas cosas vengan a nuestra vida, pero si podemos evitar que estorben nuestro caminar cuando nos refugiamos en Dios de todo nuestro corazón, con todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo. Posiblemente estas a travesando tribulaciones terribles, a lo mejor tu animo a menguado y tu comunión con el Señor se ha venido abajo, pero te digo y me digo a mismo en esta hora confiemos en nuestro Redentor, confiemos en Dios, descansemos en su presencia y en sus promesas, no importa lo que estemos viviendo ni lo que el maligno a maquinado contra nosotros, porque en Jesucristo y en el Espíritu Santo están con nosotros y dónde está Dios allí hay libertad, cuando Dios hace presencia todas las tinieblas tiene que retroceder porque su santidad y su presencia transforma las situaciones, transforma los corazones, transforma las vidas, cambia las circunstancias, así que prevalezcamos en su presencia, fortalezcámonos en Dios.

1 Juan 5:19-20. Nueva Traducción Viviente (NTV). Sabemos que somos hijos de Dios y que el mundo que nos rodea está controlado por el maligno. Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento, para que podamos conocer al Dios verdadero. Y ahora vivimos en comunión con el Dios verdadero porque vivimos en comunión con su Hijo, Jesucristo. Él es el único Dios verdadero y él es la vida eterna.

Fuimos diseñados y creados desde antes de la fundación del mundo para vivir y andar en la libertad que nos da nuestro Padre Celestial en el reposo que es nuestro Señor Jesucristo en quien tenemos todas las cosas. Dios nos ha rescatado de nuestra mala manera de vivir que estaba viciada por los deseos de la carne y los deseos del mundo, nos ha recatado del domino del diablo para  que seamos real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable, nos ha hecho sus hijos por Jesucristo, nos ha hecho sus ministros por el poder y la vida de su Espíritu Santo.

Nuestro caminar en esta vida como cristianos no es fácil. Todos en algún momento hemos sufrido algún tipo de discriminación persecución por el simple hecho de ser cristianos (por la familia, vecinos, jefes o compañeros de trabajo, etc.), también muchos serán objeto de mentiras y difamaciones. En algunos casos esta discriminación puede ir más allá, hasta llegar a ser humillados, y en algunos casos como perseguidos y asesinados. Muchos llegan a ser oprimidos y esclavizados por el enemigo. Otros pueden estar sufriendo ataques en sus emociones, en su cuerpo, en su mente, en sus sentimientos.

Lo más importante es que dispongamos nuestro corazón de manera sencilla y honesta delante del Señor porque él ha dicho que al corazón contrito y humillado no lo despreciará. No importa que no tengas la suficiente fuerza de voluntad para dejar tus pecados que cometas o los que haya en tu mente, si eres sincero como David podrás obtener su fortaleza para sacarte de ese lodo cenagoso de la desesperación.

Ser discípulo genuino o ser hijo de Dios verdadero, es muy diferente a creer en Dios o ir a una iglesia determinada o incluso leer la biblia, o hacer buenas obras: es vivir para Dios como lo señala el siguiente texto. Salmos 40:8. Reina-Valera 1960 (RVR1960). El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazónEn medio de estas tormentas que muchos podamos experimentar en nuestras vidas, el Señor ha prometido que estará en medio de nosotros y con nosotros. Dios es el único que conoce nuestras circunstancias, luchas, pruebas y persecuciones.

Necesitamos que el Señor nos guarde y nos bendiga, y nos ayude a superar los momentos difíciles, sin dejar de seguirle y servirle con todo nuestro corazón. Necesitamos depender de Dios en todos nuestros asuntos, en todos nuestros caminos, en todos nuestras decisiones, debemos ser guiados por el camino que Dios a preparado para nosotros. Es en su presencia con su Palabra que tenemos la victoria que el Señor Jesucristo ha logrado para todos nosotros los que hemos creído en él y que lo tenemos gobernando nuestros corazones.

Lucas 4:14-21. La Biblia de las Américas (LBLA). Ministerio en Galilea. Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas acerca de El se divulgaron por toda aquella comarca. Y enseñaba en sus sinagogas, siendo alabado por todos.

Jesús en Nazaret. Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer. Le dieron el libro del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor esta sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año favorable del Señor.

Cerrando el libro, lo devolvió al asistente y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en El. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído.

Es la presencia del Espíritu Santo, su ayuda en nosotros y por nosotros, su unción, su guía, su  enseñanza, su poder es lo que nos da la victoria lograda por nuestro Señor Jesucristo, no es una historia que ocurrió en Israel cuando el Señor caminó sobre esta tierra, es una promesa real para todos nosotros los hijos de Dios, es para el tiempo presente, es para que podamos vencer todas las adversidades y todos los ataques que el diablo y las personas malvadas y perversas maquinan contra la iglesia de Jesucristo.

En esos momentos llenos de dolor, en esos momentos llenos de tribulación y confusión, es cuando debemos colocar nuestra mirada en Dios y sus promesas, cuando no sabemos qué hacer con las circunstancias, cuando no sabemos qué hacer con los problemas, cuando no sabemos qué hacer cuando nos atacan, el Señor guiará nuestros pasos.

Dios nos enseñó que cuando somos rescatados del mundo, del dominio del diablo, nos convertimos en sus enemigos, y así mismo nos convertimos en enemigos del mundo, pero él nos dice que debemos colocar toda nuestra confianza en él, en su Palabra, en sus promesas, en su presencia, porque el ya venció al maligno y a la muerte por nosotros, no esperemos algo bueno del mundo y de los que son del mundo, de los que están bajo el dominio del maligno, más bien volvámonos a Dios de todo corazón, busquemos estar en su presencia, busquemos dependencia en todos nuestros asuntos, busquemos su protección, busquemos su cobertura, busquemos su amor y su misericordia, refugiémonos en Dios, en el Padre Celestial, el Creador de todo lo que existe.

Juan 15:18-27. Reina-Valera 1960 (RVR1960). El mundo os odia. Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me odia a mí, también a mi Padre odia. Si yo no hubiera hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto, y me han odiado a mí y a mi Padre. Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su Ley: Sin causa me odian.

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.   

Estamos viviendo en el tiempo del Espíritu Santo desde que el Señor Jesucristo resucitó y subió a la diestra de Dios Padre, porque hoy más que nunca tenemos la necesidad de la presencia viva y poderosa del Espíritu Santo para nos guarde y que nos oriente por el camino seguro que nos conduzca a la verdadera realización de nuestro ser y a la consecución de una meta sólida y definitiva, que no es más que vivir y andar en la voluntad de Dios para nuestras vidas, en los planes, en los propósitos que él ha diseñado para nosotros y nuestras familias.

La presencia viva está  allí, el Señor Jesús lo prometió y Él no falla; el Espíritu Santo está siempre a nuestro lado, nos guía, nos acompaña, nos inspira y nos explica todas las cosas que necesitamos para desterrar de nuestra vida el miedo, la incertidumbre, los temores y para darnos seguridad, fortaleza, claridad de mente y buenos deseos.

Es muy importante conocer las promesas de Dios que encontramos en la Biblia y darle el verdadero valor que tienen para nosotros y la familia. 2 Corintios 1:20. Reina-Valera 1960 (RVR1960). Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

La biblia está llena de promesas de Dios para sus hijos, un buen ejemplo es el Salmo 1 en donde el Señor promete grandes bendiciones para el que cuida sus pasos y se regocija en su palabra. También tenemos el Salmo 23, el cual nos recuerda que el Señor es Nuestro Pastor y eso implica un cuidado especial.

Tenemos el capítulo 61 de Isaías, en donde se profetiza la llegada del mesías y su misión en la tierra. Fueron las palabras con las que el mismo Señor Jesucristo se presentó al decir que él era el enviado de Dios Padre a dar libertad a los cautivos, pero cuál es la más grande promesa que tenemos como pueblo de Dios? La Gran Promesa De Dios es La Salvación. Dios tiene en su Palabra "preciosas y grandísimas promesas", pero los pasajes bíblicos que hablan de la Salvación constituyen en una gigantesca promesa, y para obtenerla no hay que pagar nada, es gratuita. El plan de Dios es sencillo para recibir esta maravillosa y gigante promesa.

Isaías 61:1-8. La Biblia de las Américas (LBLA). Buenas nuevas de salvación. El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros; para proclamar el año favorable del Señor, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para conceder que a los que lloran en Sion se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean llamados robles de justicia, plantío del Señor, para que El sea glorificado. 

Entonces reedificarán las ruinas antiguas, levantarán los lugares devastados de antaño, y restaurarán las ciudades arruinadas, los lugares devastados de muchas generaciones. Se presentarán extraños y apacentarán vuestros rebaños, e hijos de extranjeros serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Y vosotros seréis llamados sacerdotes del Señor; ministros de nuestro Dios se os llamará. Comeréis las riquezas de las naciones, y en su gloria os jactaréis. En vez de vuestra vergüenza tendréis doble porción, y en vez de humillación ellos gritarán de júbilo por su herencia. Por tanto poseerán el doble en su tierra, y tendrán alegría eterna. Porque yo, el Señor, amo el derecho, odio el latrocinio en el holocausto. Fielmente les daré su recompensa, y haré con ellos un pacto eterno.

Zacarías 4:6. La Biblia de las Américas (LBLA). Continuó él, y me dijo: Esta es la palabra del Señor a Zorobabel: “No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu” — dice el Señor de los ejércitos.

Isaías 10:27. Reina-Valera 1960 (RVR1960). Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.

2 Corintios 3:16-18. La Biblia de las Américas (LBLA). Pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.

Santiago 4:7-8. Reina-Valera 1960 (RVR1960). Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros.

Ahora es muy importante para todos nosotros los hijos de Dios que nos sometamos voluntariamente al Señor, que nos rindamos a él, que nos refugiemos en el en donde encontraremos reposo y descanso para nuestras almas. La palabra sometimiento en griego, tiene dos connotaciones: una pasiva, que significa someterse a, obedecer, sujetarse a, estar bajo la autoridad de, estar sumiso; y una connotación activa, que significa someter bajo fuerza, hostigar a que se someta.

Someterse significa renunciar voluntariamente al control de nuestra vida. Esta palabra se resume en Filipenses 2:6-8, donde dice: “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Aquí se nos muestra que el Señor Jesucristo rindió sus derechos y prerrogativas como la segunda persona de la Trinidad a la voluntad y propósito del Padre. De esta sumisión nace el deseo de sacrificarse por el plan de Dios por la humanidad sin importar lo que esto significaba.

Someterse al plan de Dios requiere visión clara de los planes o metas que hemos hecho para nosotros mismos, tales como: paz, felicidad, prosperidad, seguridad, amistades, familia, buena salud, experiencias agradables y lograr el máximo de nuestro potencial. Esta lista haría que nuestra necesidad de sometimiento sea opcional, pues estos planes a menudo están en conflicto con el plan de Dios para nosotros. Cuando nuestra sumisión al plan de Dios es total, afirmamos que no vivimos por estas cosas ni éstas nos dirigen, sino que simplemente son beneficios adicionales que vienen a través de la voluntad soberana de Dios.

Sometimiento es una de las cosas que más nos cuesta cumplir ya que, por naturaleza, los seres humanos no nos gusta someternos a nadie. Pero en la vida cristiana y en el ámbito espiritual, es la llave que abre la puerta a las bendiciones de Dios.

¿Cómo podemos resistir al diablo? Nuestro Señor tuvo que resistir al diablo repetidamente. ¿Recuerda usted? Él dijo en más de una ocasión: “¡Apártate de mí, Satanás!”. Sus seguidores aprendieron eso de Él. Pablo trató de enseñar a sus compañeros a estar firmes en contra de las artimañas del diablo. Pedro los exhorta: “resistidlo firmes en la fe”. Y Santiago, el hermano del Señor, dio a la iglesia este mandamiento con una promesa: “Resistid al diablo, y huirá de vosotros”.

La revelación de Dios en Cristo, abrió un mundo nuevo de conciencia en todos los que la recibieron. Cuando los cristianos creyeron la Palabra acerca del majestuoso gobierno de Dios por medio de Jesucristo, ellos descubrieron también que otro reino se le oponía. El reino de las tinieblas fue tan real para ellos, como el reino de la luz. La Palabra de Dios les abrió los ojos a una guerra que para las mentes incrédulas era invisible.

Tratemos de mirar la realidad del mal a través de las Palabras de Jesús y sus apóstoles. Satanás, el tentador, el diablo está en contra de Dios. Aunque es una criatura, él ha desafiado la autoridad de Dios y ha establecido un reino sin ley. Su único propósito es impedir los propósitos de Dios, abolir Su autoridad y si fuera posible, tomar su lugar. Se opone a los seres humanos y busca destruirlos porque ellos fueron hechos a la imagen de Dios. Su maldad es dirigida especialmente contra los cristianos, los hijos de Dios porque ellos pertenecen a Dios y sirven a sus propósitos. Ellos amenazan su reino. Su intento es apartarlos de Dios, ya sea por medio de asustarlos o de atraerlos a unírsele en rebelión. Y cuanto más un hombre o una mujer, un grupo o un ministerio, se identifique con Jesucristo y se comprometa con sus propósitos, más se les opondrá el diablo y sus emisarios.

Resistir al diablo significa resistir sus ataques; es rehusar sus propuestas. ¿Cómo pueden los creyentes hacer eso? Primero y fundamentalmente, escribe Santiago, Ellos tienen que acercarse a Dios. ¿No es una frase preciosa? Los hijos de Dios deben acercarse a Él, moverse hacia Él y vivir en comunión con El. Cuando Santiago habla de resistir al diablo y acercarse a Dios, él se refiere al orgullo y a la humildad. Así que tenemos una salida, descansemos en Dios, en sus promesas, pidamos fuerzas para estar en su presencia todo el tiempo.

Salmos 34. La Biblia de las Américas (LBLA). El Señor, proveedor y salvador. Bendeciré al Señor en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca. En el Señor se gloriará mi alma; lo oirán los humildes y se regocijarán. Engrandeced al Señor conmigo, y exaltemos a una su nombre. Busqué al Señor, y El me respondió, y me libró de todos mis temores. Los que a El miraron, fueron iluminados; sus rostros jamás serán avergonzados.

Este pobre clamó, y el Señor le oyó, y lo salvó de todas sus angustias. El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los rescata. Probad y ved que el Señor es bueno. Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia! Temed al Señor, vosotros sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen. Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno. Venid, hijos, escuchadme; os enseñaré el temor del Señor.

¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela. Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor. El rostro del Señor está contra los que hacen mal, para cortar de la tierra su memoria. Claman los justos, y el Señor los oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.

Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el Señor. El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos es quebrantado. La maldad dará muerte al impío, y los que aborrecen al justo serán condenados. El Señor redime el alma de sus siervos; y no será condenado ninguno de los que en El se refugian.

Bendiciones.

Andando en el amor de Dios°



Romanos 5:5. Nueva Biblia Viva (NBV). Y esa esperanza nunca nos defrauda, pues Dios lleno nuestros corazones de su amor por medio del Espíritu Santo que el mismo nos dio.

Hoy vivimos en tiempos tormentosos y llenos de peligros, pues el mundo va de mal en peor. Pero existe un refugio seguro, un refugio que nos protegerá de cualquier daño permanente. ¿Cuál es? Fíjese en lo que dice la Biblia: dice al Señor: “Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!” Salmo 91:2 (VDHH).

¿Cómo haremos de Dios nuestro refugio? El Creador y Soberano del universo, puede ser nuestro refugio. ¡Qué gran bendición! Él es mucho más poderoso que cualquier persona o cosa que nos amenace. Y aunque se nos lastime, Dios puede reparar todo el daño que recibamos, así que Confiando en él. ¿Cómo  haremos de Dios nuestro refugio? Además, la Biblia nos hace esta invitación: “Manténganse en el amor de Dios” (Judas 21). Así es, tenemos que permanecer en el amor de Dios y seguir muy unidos a nuestro Padre celestial. Si así lo hacemos, podemos estar seguros de que él será nuestro refugio. Pero ¿cómo conseguiremos tener una relación tan afectuosa con el Creador?


1 Corintios 13 (VLS). Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada! Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas. Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás. El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.

El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. Las profecías, y todo lo que ahora conocemos, es imperfecto. Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo demás se acabará. Alguna vez fui niño. Y mi modo de hablar, mi modo de entender las cosas, y mi manera de pensar eran los de un niño. Pero ahora soy una persona adulta, y todo eso lo he dejado atrás. 

Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta; pero cuando todo sea perfecto, podré conocerlo como él me conoce a mí. 

Hechos 5:29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. ¿Qué significa amar a Dios? ¿Cómo podemos permanecer en el amor de Dios? ¿Cómo recompensará Dios a los que permanecen en su amor? ¿Se refugiará usted en Dios en estos tiempos peligrosos? ¿Dónde podemos hallar un refugio seguro?

Reflexionemos en el amor que Dios nos tiene y correspondámosle como nos lo ha enseñado. Juan 14:15. Si me amáis, guardad mis mandamientos. ¿Cuáles son algunas pruebas del amor que Dios nos tiene? Dios nos ha demostrado su amor de diversas maneras. Veamos cuáles son, pues repasarlas nos ayudará a permanecer en el amor de Dios. Sabemos que Dios es el Autor de la Biblia, en la cual nos dice cómo se llama y qué cualidades tiene. Las Escrituras explican que él envió a su querido Hijo a la Tierra y que permitió que sufriera y muriera por nosotros. 

Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. De este modo nos hizo un regalo muy generoso, gracias al cual tenemos la esperanza de un magnífico futuro.

Este futuro también depende de algo más que Dios ha hecho. Dios ha establecido un gobierno celestial, el Reino mesiánico. Este Reino pronto acabará con todos nuestros sufrimientos y convertirá la Tierra en un paraíso. ¡Qué maravilla! ¡Por fin seremos felices y viviremos para siempre en paz! Salmo 37:29. Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella. Y ahora, mientras esperamos ese día, los consejos de Dios nos ayudan a vivir del mejor modo posible. El Señor también nos ha dado otro regalo: la oración, la cual nos permite comunicarnos libremente con él. Estas son tan solo unas cuantas pruebas del amor que Dios siente por nosotros y por el resto de la humanidad.

¿Cómo pudiera usted responder al amor que Dios le ha mostrado? Ahora, debemos hacernos una pregunta importante: “¿Cómo responderemos al amor de Dios?”. Probablemente, muchas personas contesten: “Amando a Dios”. ¿Piensa usted así? Jesús dijo que el mayor mandamiento es este: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.” Mateo 22:37. 

Ahora bien, para amar a Dios con todo el corazón, alma y mente, ¿basta con tenerle afecto? Para amar a Dios: La Biblia muestra que amar a Dios significa mucho más que sentir afecto por él. De hecho, aunque ese sentimiento es muy importante, es tan solo el comienzo del verdadero amor a Dios. Para entenderlo mejor, veamos la siguiente comparación: si usted quisiera una manzana, ¿se conformaría con que le dieran una semilla de esa fruta? Claro que no. Es cierto que la semilla es esencial para que crezca un manzano, pero lo que usted quiere es el fruto. Lo mismo ocurre con el afecto que sentimos por Dios: al igual que la semilla, tiene que desarrollarse y dar fruto. 

La Biblia enseña: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos”, es decir, no son una carga (1 Juan 5:3). Así, el verdadero amor a Dios debe producir buenos frutos, debe expresarse con hechos. 

Mateo 7:16-20. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.

¿Cómo demostramos que amamos a Dios y que agradecemos lo que él ha hecho por nosotros? Demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos y ponemos en práctica sus principios. Eso no es muy difícil, pues las leyes de Jehová no son una  carga. Al contrario, están pensadas para que seamos felices y disfrutemos de la vida. 

Isaías 48:17-18. Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. 

Cuando dejamos que Dios nos guíe, demostramos que agradecemos mucho todo lo que él ha hecho por nosotros. Es una pena que tan poca gente tenga esa actitud. Nosotros no queremos ser desagradecidos, como algunas personas del tiempo de Jesús. En cierta ocasión, Cristo curó a diez leprosos, pero solo uno fue a darle las gracias. 

Lucas 17:12-19. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado. 

Seguramente queremos ser como esa persona, y no como las otras nueve, que no mostraron el menor agradecimiento.

¿Por qué es importante seguir adquiriendo conocimiento de Dios? Conocer bien a Dios es un paso importantísimo para acercarnos más a él. Es un proceso que nunca  debería terminar. Imagínese que se encuentra en el monte, en una noche muy fría, y que ha encendido una fogata para calentarse. ¿Dejaría que las llamas se fueran apagando poco a poco? De ningún modo. Seguro que iría añadiendo leña para que el fuego siguiera ardiendo, ya que de ello depende su propia vida. Pues bien, tal como la leña alimenta el fuego, el “conocimiento de Dios” mantiene vivo el amor que sentimos por Dios. 

Proverbios 2:1-5. Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. El amor a Dios es como un fuego: hay que alimentarlo para que no se apague.

¿Qué efecto tuvieron las enseñanzas de Jesús en sus discípulos? Jesús quería que sus seguidores mantuvieran muy vivo su amor por el Padre Celestial maravillosa. Después de resucitar les explicó a dos discípulos suyos algunas profecías de las Escrituras Hebreas que él había cumplido. ¿Qué efecto tuvo aquello? Más tarde, los discípulos dijeron: “¿No nos ardía el corazón cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?” Lucas 24:32.

En el caso de la mayor parte de la humanidad, ¿qué ha pasado con el amor a Dios y a la Biblia? ¿Cómo podemos impedir que se apague nuestro amor? Cuando usted iba aprendiendo lo que enseña realmente la Biblia, ¿verdad que también le ardía el corazón, lleno de alegría, entusiasmo y amor a Dios? Seguro que sí. A muchos les ha pasado lo mismo. Lo difícil ahora es mantener vivo ese amor y lograr que crezca. No queremos seguir la tendencia que Jesús predijo que habría en el mundo de hoy: Mateo 24:12. Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

¿Cómo puede usted impedir que se enfríe el amor que siente por Dios y por las verdades de la Biblia? Continúe adquiriendo conocimiento de Dios Padre, de Jesucristo y del Espíritu Santo. Juan 17:3. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. ¿Por qué es importante orar para mantener vivo nuestro amor a Dios? Otra manera de mantener vivo el amor a Dios es orando con regularidad. 1 Tesalonicenses 5:17. Orad sin cesar. 

Adorar a Dios produce gozo. Las relaciones con nuestros semejantes se estrechan al comunicarnos con ellos con frecuencia y de forma sincera. De igual modo, nuestra relación con Dios seguirá viva si le oramos constantemente. Debemos esforzarnos por no hacer oraciones mecánicas; no queremos repetir siempre lo mismo sin pensar en lo que decimos. Debemos hablarle a Dios como hablaría un niño con su amado padre. Claro está, queremos dirigirnos a él con respeto, pero abierta y sinceramente, desde el corazón. 

Salmo 62:8. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. 

Así es, para adorar a Dios es muy importante que tengamos un estudio personal de la Biblia y que le oremos con franqueza. De este modo será más fácil que permanezcamos en el amor de Dios. 

¿Por qué debemos ver la predicación del Reino como un privilegio y un tesoro? El estudio de la Biblia y la oración son formas de adorar a Dios que generalmente realizamos a solas. Hablemos ahora de algo que realizamos cuando estamos con otras personas: conversar sobre lo que creemos. ¿Ha hablado usted ya con alguien sobre las enseñanzas de la Biblia? En ese caso, ha disfrutado de un privilegio maravilloso. 

Lucas 1:74-75. Que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. 

Cuando hablamos de lo que hemos aprendido acerca de Dios, cumplimos una misión muy importante que han recibido todos los cristianos verdaderos: predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. 

Mateo 24:14. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. 

Mateo 28:19-20. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

El apóstol Pablo estimaba tanto la labor de predicar que dijo que era un tesoro. 2 Corintios 4:5-7. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros. 

Hablar de Dios y sus propósitos es el mejor trabajo que hay. Por un lado, se hace para servir al mejor jefe de todo lo creado, y por otro, da los mejores  beneficios. Cuando predicamos, ayudamos a las personas sinceras a acercarse a nuestro Padre celestial y a entrar en el camino que lleva a la vida eterna. ¿Podría otra labor producir más satisfacción? Además, al dar testimonio de Dios y su Palabra, crecen nuestra propia fe y nuestro amor a  Dios. Y el Señor valora los esfuerzos que hacemos. Hebreos 6:10. Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Como vemos, mantenernos activos en esta obra nos ayuda a permanecer en el amor de Dios. 1 Corintios 15:58. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

¿Por qué es la predicación una obra urgente? Es importante recordar que la predicación del Reino es una obra urgente. La Biblia dice que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 2 Timoteo 4:2. ¿Por qué es esta obra tan urgente hoy día? Por lo que nos dice la Palabra de Dios: Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Sofonías 1:14. Así es, se aproxima rápidamente el día en el que Jehová destruirá a todo este sistema de cosas. 

¡La gente tiene que saberlo! Tiene que entender que ahora es el momento de obedecer a Dios como su Soberano, pues el fin. Habacub 2:3. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

¿Por qué debemos adorar a Dios públicamente junto con los cristianos verdaderos? Dios quiere que lo adoremos públicamente junto con los cristianos verdaderos. Por eso, su Palabra dice: Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. No dejemos de reunirnos, como acostumbran algunos, sino animémonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca. Hebreos 10:24-25. NVI. Cuando asistimos a las reuniones cristianas con nuestros hermanos en la fe, tenemos una oportunidad magnífica de alabar y adorar a nuestro querido Dios. También nos fortalecemos y nos animamos unos a otros.

¿Qué podemos hacer para fortalecer los lazos de amor en la congregación cristiana? Cuando nos reunimos con otros siervos de Dios, estrechamos los lazos de amor y amistad en la congregación. Es importante fijarse en las buenas cualidades de los demás, tal como Dios se fija en las nuestras. No espere que sus hermanos espirituales sean perfectos. Recuerde que todos cometemos errores y que cada uno progresa espiritualmente a un ritmo distinto. 

Colosenses 3:12-17. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 

Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Busque la amistad de quienes aman a Dios con todas sus fuerzas, y verá cómo crece su espiritualidad. Si adora a Dios con sus hermanos y hermanas espirituales, le será más fácil permanecer en el amor de Dios. Veamos ahora cómo recompensa el Señor a quienes lo adoran fielmente y permanecen en su amor.

La recompensa que Jehová da a sus siervos fieles es la vida, pero ¿qué clase de vida? La mayoría de nosotros diría que ya estamos vivos, pues al fin y al cabo, respiramos, comemos y bebemos. En nuestros mejores momentos, incluso puede que digamos: “¡Esto sí que es vida!”. Sin embargo, la Biblia indica que, en cierto sentido, hoy día ningún ser humano está realmente vivo. Dios quiere que usted disfrute de “la vida de verdad”. Y usted, ¿lo logrará? 1 Timoteo 6:19. Atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

¿Por qué es esencial permanecer en el amor de Dios? Cada uno de nosotros hace bien en preguntarse: “¿Estoy adorando a Dios como él manda en la Biblia?”. Si nos aseguramos de que día tras día respondemos con un sí, vamos por buen camino. Podemos tener la seguridad de que Jehová es nuestro refugio. Él protegerá a su pueblo fiel durante los peligrosos últimos días de este viejo sistema de cosas. Además, nos introducirá en su glorioso nuevo mundo, que tan cerca está. Si usted toma buenas decisiones ahora, disfrutará durante toda la eternidad de “la vida de verdad”, la vida que Dios siempre quiso que tuviéramos.

El verdadero amor a Dios se demuestra obedeciendo sus mandamientos y poniendo en práctica sus principios. 1 Juan 5:3. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

Para permanecer en el amor de Dios tenemos que estudiar su Palabra, orar desde lo más profundo de nuestro corazón, colocarla en práctica en nuestras vidas y en todos nuestros caminos y decisiones enseñando a los demás quién es Dios y adorarlo en las reuniones cristianas. Los que permanezcan en el amor de Dios disfrutarán de la vida de verdad 

El principio ético fundamental de nuestra relación con Dios debe ser el amor a Él. ¡Amarás al Señor tu Dios!: este fue el mandamiento del Antiguo Testamento al cual el Señor Jesucristo consideró como el más importante en sus enseñanzas 

A través de ayudar a otras personas, nos perfeccionamos aprendiendo, bajo la guía de Dios, el Amor, la Sabiduría y el Poder del Espíritu Santo: tres aspectos principales de la Perfección. Este proceso marcha con más éxito si le pedimos a él que nos ayude en este servicio y mostramos sensibilidad a sus consejos e instrucciones.

1 Juan 2:4-11. 
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 

El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. 

El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Eso nos muestra también que la vida cristiana no es llevar un nombre de cristiano solamente, sino que es un compromiso con Dios. El Señor Jesucristo lo dejó bien claro al anunciar que para poder ser su discípulo, había que amarlo a él sobre todas las cosas. La vida cristiana es un llamado a servir a Dios y las personas, o sea, el amor verdadero es un amor que lo lleva a uno a servir, en otras palabras es un amor demostrado. Bendiciones.