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Es tiempo de
sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y
la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que
empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina
Valera: TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.
Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA
2. Es el
estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución,
redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección,
predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la
unión mística del creyente con Cristo. Incluye el estudio de las
doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto,
organización y ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la
Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la
iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial,
los juicios finales y el estado eterno.
Clase 20. Las
Dispensaciones por Lewis Sperry Chafer
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A. El significado de las
dispensaciones.
En el estudio de las Escrituras es importante
entender que la revelación escritural se divide en períodos bien definidos.
Estos están claramente separados, y reconocer estas divisiones y sus propósitos
divinos constituye uno de los factores más importantes en la verdadera
interpretación de las Escrituras. Estas divisiones se conocen como
«dispensaciones», y en períodos de tiempo sucesivos se pueden observar
diferentes dispensaciones.
Una dispensación puede definirse como una etapa en
la revelación progresiva de Dios y constituye una administración o regla de
vida distinta. Aunque el concepto de una dispensación y de una época en la
Biblia no es precisamente la misma, es obvio que cada período tiene su
dispensación. Las épocas se mencionan a menudo en la Biblia. Ef. 2:7. Ef. 3:5,9. He. 1:2. La Biblia
también hace distinción de épocas.
Jn. 1:17. Mt. 5:21-22. 2 Co.
3:11. He. 7:11-12. Es probable que el reconocimiento de las
dispensaciones arroje más luz sobre el mensaje total de las Escrituras que
ningún otro aspecto del estudio bíblico. Muy a menudo sucede que el hecho de
tener un claro entendimiento de las, dispensaciones y de los propósitos que
Dios ha revelado en ellas ha llegado a ser el principio de un valioso
conocimiento de las Escrituras y de un interés personal en la Biblia misma.
La relación del hombre con su Creador no es la
misma en todas las edades. Ha sido necesario someter al hombre caído a ciertas
pruebas. Esto es en parte el propósito de Dios a través de las edades, y el
resultado de las pruebas afrontadas por el hombre ha sido en cada caso una
incuestionable demostración tanto de la pecaminosidad como del absoluto fracaso
espiritual y moral del género humano. Y en el día final toda boca se cerrará,
porque a través de muchos siglos de experiencia se habrá comprobado la maldad o
insensatez de todos los pensamientos del corazón del hombre.
Cada dispensación comienza, por lo tanto, con el
hombre divinamente establecido en una nueva posición de privilegio y
responsabilidad, y termina con el fracaso humano que trae como consecuencia la
manifestación del justo juicio de Dios. Si bien es cierto que existen algunos
hechos, tales como el carácter santo de Dios, que permanecen invariables para
siempre y que de consiguiente son los mismos en cada edad, hay a la vez
diferentes instrucciones y responsabilidades que se limitan en cuanto a su
aplicación ha determinado período.
En relación con todo esto el estudiante de la
Biblia debe reconocer la diferencia entre aplicación primaria y aplicación
secundaria de la Palabra de Dios. Solamente aquellas porciones de las
Escrituras que son destinadas directamente para el hijo de Dios en este tiempo
de gracia deben ser objeto de una aplicación primaria o personal al cristiano.
Se demanda que dichas instrucciones reciban detallado cumplimiento.
Cuando se trata de aplicación secundaria debe
observarse que, mientras es cierto que pueden extraerse lecciones espirituales
de cada porción bíblica, esto no significa que el cristiano esté en la
obligación ante Dios de cumplir aquellos principios que fueron la expresión de
la voluntad divina para la gente de otras dispensaciones. El hijo de Dios en el
actual período de gracia no está en la misma situación de Adán o de Abraham, o
de los israelitas en el tiempo de la Ley; ni es llamado tampoco a seguir
aquella manera peculiar de vida que según las Escrituras se demandará de los
hombres cuando el Rey haya regresado a establecer su reino terrenal.
Siendo que el hijo de Dios depende completamente de
la instrucción contenida en las páginas de la Biblia para dirigir sus pasos en
la vida diaria, y siendo que los principios revelados en las diferentes
dispensaciones son tan diversos y a veces tan contradictorios, es de gran
importancia para él reconocer las porciones bíblicas que se aplican directamente
a su propio caso, si es que va a vivir de acuerdo a la voluntad divina y para
la gloria de Dios.
En la consideración del testimonio total de la
Biblia, es casi tan importante para el creyente que desea hacer la voluntad
divina conocer lo que no le concierne directamente como aquello que tiene
directa referencia a él. Es obvio que, aparte del conocimiento de la verdad
dispensacional, el creyente no podrá adaptarse inteligentemente al presente
propósito de Dios en el mundo. Sólo ese conocimiento le salvará de caer en
aquella sujeción a la ley que caracterizó a la dispensación pasada o de querer
llevar a cabo en la actualidad el programa de transformación mundial
perteneciente a la dispensación por venir.
Debido a la imperfección de las traducciones,
algunas verdades importantes se hallan ocultas para el que lee solamente el
texto corriente de la Biblia. Por ejemplo, la palabra griega aion, que
significa una «edad» o dispensación, se traduce «mundo» en unas cuarenta
ocasiones. Por ejemplo, cuando se dice en Mateo 28:20 «hasta el fin del mundo»,
la referencia no es al fin del mundo material, lo que a su debido tiempo tomará
lugar. 2 P. 3:7. Ap. 20:11. Is. 66:22. Sino más bien al
fin de esta edad. El fin del mundo no se acerca, sino el fin de la presente
edad. Según las Escrituras hay en todo siete grandes dispensaciones, y es
evidente que nosotros estamos viviendo cerca del fin de la sexta de ellas. La
edad del reino milenial está todavía por venir.
Ap. 20:4,6. Una dispensación
se caracteriza más o menos por las nuevas responsabilidades que Dios le señala
al hombre al principio de ella y por los juicios divinos con que la misma
termina. Las siete dispensaciones son las siguientes: 1)
Inocencia 2) conciencia 3)
gobierno 4) promesa 5) ley 6) gracia 7) reino milenial.
Al estudiar las dispensaciones hay ciertos
principios esenciales para entender esta enseñanza. El dispensacionalismo se
deriva de una interpretación normal o literal de la Biblia. Es imposible
interpretar la Biblia en su sentido normal y literal sin darse cuenta de que
hay diferentes eras y diferentes dispensaciones.
Un segundo principio es el de la revelación
progresiva, esto es, el hecho reconocido por prácticamente todos los
estudiantes de la Escritura de que la revelación es dada en etapas.
Tercero, todos los expositores de la Biblia
necesitarán reconocer que una revelación posterior en cierto grado sustituye a
una revelación primaria con un cambio resultante en reglas de vida en las
cuales pueden cambiarse o modificarse y añadirse nuevos requisitos. Por ejemplo,
mientras que Dios mandó a Moisés a matar un hombre por cortar leña en un
sábado, ninguno aplicaría este mandamiento hoy porque vivimos en una
dispensación diferente.
Nm. 15:32-36. Aunque se distinguen frecuentemente
siete dispensaciones en la Escritura, tres son más importantes que las otras;
ellas son: la dispensación de la ley, gobernando a Israel en el Antiguo
Testamento desde el tiempo de Moisés; la dispensación de la gracia, la era
presente; y la futura dispensación del reino milenial.
B. Dispensación de la
inocencia: Era de libertad. Esta dispensación comenzó con la creación del
hombre Gn. 1:26-27. Y continúa
hasta: Gn. 3:6. En esta dispensación al hombre le fue dada la
responsabilidad humana de ser fructífero, dominar la tierra, tener dominio
sobre los animales, usar los vegetales para comer y cuidar del huerto del Edén.
Gn. 1:28-29. Gn. 2:15. Sin embargo, fue dada una prohibición; se instruyó al
hombre para que no comiese del árbol del conocimiento del bien y del mal. Gn. 2:17.
Aunque al hombre se le concedió un estado bendito,
un cuerpo, mente y naturaleza perfectos, y todo lo necesario para disfrutar de
la vida, Eva sucumbió ante la tentación y comió el fruto prohibido y Adán se
unió a ella en su acto de desobediencia. Gn. 3:1-6. Como resultado
vino el juicio divino, la muerte espiritual, el conocimiento del pecado, el
miedo hacia Dios y la pérdida del compañerismo. Aun en estas circunstancias
Dios introdujo el principio de la gracia con una promesa del Redentor. Gn. 3:15. Y
proveyó túnicas de pieles, típica provisión de la redención.
Gn. 3:21. Ellos fueron expulsados fuera del huerto,
pero se les permitió vivir sus vidas naturalmente y con el juicio de Dios sobre
ellos comenzó una nueva dispensación. Gn. 3:23-24. En la dispensación de la
inocencia Dios reveló la falla del hombre, le dio la promesa de un Redentor que
vendría, reveló su soberanía en juzgar a sus criaturas e introdujo el principio
de gracia.
C. Dispensación de la
conciencia: Era de la determinación humana. Esta dispensación, que comienza en Gn. 3:7 y
se extiende hasta Gn. 8:19, trajo nuevas responsabilidades sobre el hombre,
establecidas en el así llamado pacto con Adán y Eva. Gn. 3:7. Gn. 8:19. Se emitió una maldición sobre Satanás. Gn. 3:14-15. Pero
también cayó una maldición sobre Adán y Eva. Gn. 3:16-19. Aunque no se revela un
código detallado de moral dado al hombre en este tiempo, se le exigió que
viviera de acuerdo a su conciencia y guardando el conocimiento de Dios a medida
que le fuera dado.
Sin embargo, bajo la conciencia, el hombre continuó
fallando tanto como lo había hecho siempre. La conciencia podía convencer, pero
no traería victoria. Jn. 8:9. Ro. 2:15. 1 Co. 8:7. 1 Ti. 4:2. Los hijos de Adán tenían
su naturaleza pecaminosa manifestada en el hecho de rehusarse a traer un
sacrificio de sangre. Gn. 4:7. Y el asesinato
de Abel por Caín. Gn. 4:8. La civilización resultante de Caín fue pecadora. Gn. 4:16-24. Gn. 5:1-32. La maldad del corazón humano alcanzó a tal estado que otra
vez el juicio fue necesario. Gn.
6:5. Gn. 6:11-13. El juicio se manifestó sobre
Caín. Gn. 4:10-15. Y en la Humanidad en general en la muerte. Finalmente
Dios tuvo que traer el diluvio universal sobre la tierra. Gn. 7: 21-24. Sin
embargo, en este período también fue manifestada la gracia divina, puesto que
algunos fueron salvos, como Enoc. Gn.
5:24. Y la familia de Noé fue salva por el
Arca. Gn. 6:8-10. He. 11:7. La dispensación terminó con el diluvio en el cual
solamente la familia de Noé fue salvada.
El propósito de Dios en esta dispensación fue el de
demostrar nuevamente la caída del hombre bajo la nueva situación en la cual
éste se desempeñaba bajo su conciencia. Sin embargo, en este período Dios
preservó la línea del futuro Redentor, demostrando su soberanía en juzgar al
mundo por medio del diluvio y manifestando su gracia a Noé y su familia.
D. Dispensación del gobierno
humano: Pacto con Noé. Esta dispensación cubre el período desde Gn. 8:20 a 11:9. Gn. 8:20. Gn. 11:9. A Noé Dios le dio un pacto incondicional. Gn. 9:17. En
el cual El prometió que no habría más destrucción por diluvio. Gn. 8:21. Gn. 9:11. Dios prometió que las estaciones en el curso de la
naturaleza no cambiarían. Gn.
8:22. Y le dio nuevamente al hombre el
mandamiento de multiplicarse, y de continuar su dominio sobre los animales. Gn. 9:1-2. El
comer carne era permitido ahora, aunque la sangre estaba prohibida. Gn. 9:4.
Lo más importante fue el establecimiento de la
esencia del gobierno, en el cual se le dio al hombre el derecho de matar a los
asesinos. Gn. 9:5-6. En este pacto,
así como en los otros, hay fracaso humano, como lo indica la embriaguez de Noé.
Gn. 9:21. Y la irreverencia de Cam. Gn. 9:22. Es un período de
deterioro moral y religioso. Gn.
11:1-4. El gobierno humano, como la conciencia,
fracasaron en reprimir el pecado del hombre, y el resultado fue la torre de
Babel. Gn. 11:4. El juicio de Dios fue confundir su lengua. Gn. 11:5-7. Y
la civilización humana fue dispersada. Gn. 11:8-9. En este período, sin
embargo, la gracia fue evidente en cómo el remanente de Dios fue preservado y
en la selección de Abraham. Gn.
11:10. Gn. 12:3.
También fue preservada la simiente de la mujer y
Dios fue manifestado en forma soberana. La dispensación finalizó con el juicio
de la Torre de Babel y los preparativos para la próxima dispensación. Es
importante notar que ambos, la conciencia y el gobierno humano, continúan en
dispensaciones posteriores. Sólo Abraham y su simiente entran bajo la
dispensación de la promesa. En general, la dispensación del gobierno humano
reveló el fracaso del hombre bajo esta nueva regla de vida, el juicio selectivo
de Dios, y se continuó manifestando la gracia divina.
E. Dispensación de la
promesa: Pacto con Abraham. Este pacto, que comienza en Gn. 11:10,
se extiende hasta Ex. 19:2. En él la responsabilidad humana fue dada en la forma de
confiar en las promesas de Dios reveladas a Abraham. El contenido de su
revelación divina incluía la promesa a Abraham. Gn. 12:1-2. Gn. 13:16. Gn. 15:5.
Gn. 17:6. La promesa a Israel, la simiente de Abraham, de la que saldría una
gran nación y el canal para el cumplimiento de la promesa de Dios. Gn. 12:2-3. Gn.
13:16. Gn. 15:5. Gn. 15:18-21. Gn. 17:7-8. Gn. 28:13-14. Jos. 1:2-4. Y una
promesa de bendición a toda la tierra a través de Abraham. Gn. 12:3. El
principio fue también establecido de manera que Dios bendijera a aquellos que
bendijeran a Abraham y maldijera a aquellos que maldijeran la simiente de
Abraham.
El pacto abrahámico es uno de los pactos
importantes de la Biblia e incluye la provisión de que Israel sería una nación
para siempre, tendría el título de su tierra para siempre, sería bendecida en
cosas espirituales, estaría bajo la protección divina y tendría el signo
especial de la circuncisión. Gn. 17:13-14. El pacto era a
la vez de gracia en principios e incondicional, por cuanto no dependía de la
fidelidad humana, sino en la fidelidad de Dios.
Solamente cumplidas parcialmente en el tiempo en
que vivió Abraham, las bendiciones y promesas del pacto abrahámico continúan en
su cumplimiento hacia el fin de la historia humana. Algunas de las bendiciones
inmediatas del pacto para alguna generación particular estaban condicionadas a
la obediencia, pero el pacto en sí era declarado como un pacto eterno. Gn. 17:7,13,19. 1 Cr. 16:16-17. Y a Israel por pacto
sempiterno, Sal. 105:10. El pacto con
Abraham fue dirigido primeramente a Abraham y sus descendientes hasta donde
estaba comprometida la responsabilidad dispensacional. El mundo como un todo
continuaba bajo el gobierno humano y la conciencia como su responsabilidad
primaria.
Bajo el pacto abrahámico, sin embargo, había un
constante patrón de fracaso, el cual fue manifestado en la demora de ir a la
Tierra Prometida. Gn. 11:31. En Abraham al
ser el padre de Ismael. Gn.
16:1-16. Y en descender a Egipto. Gn. 12:10. Gn. 13:1. Es evidente, sin embargo, que Abraham creció en fe y en
gracia y finalmente tenía la voluntad de sacrificar aun a su hijo Isaac en
obediencia a Dios. Gn. 22:1-24. Siguiendo a
Abraham, Isaac fracasó viviendo tan cerca de Egipto como era posible sin violar
el mandamiento de Dios. Gn.
26:6-16.
De la misma manera, Jacob falló en no creer en la
promesa hecha a su madre cuando él nació. Gn. 25:23. Él fue culpable
de mentira, engaño y de regatear. Gn.
27:1-29. Y eventualmente se movió fuera de la
tierra hacia Egipto para evitar el hambre. Gn. 46:1-4. En Egipto, Israel también
le falló a Dios en sus quejas y falta de fe. Ex. 2:23. Ex. 4:1-10. Ex. 5:21. Ex. 14:10-12. Ex. 15:24. En su deseo de volver a Egipto. Ex. 14:11-12. Y
en su constante murmuración. Ex.
15:24. Ex. 16:2. Nm. 14:2. Nm. 16:11,41. Jos. 9:18. Su fracaso es evidente tanto en el momento en que fue dada la ley como
posteriormente en su falla en cuanto a confiar en las promesas de Dios en Cades
Barnea.
Nm. 14:1-45. El fracaso bajo el período de la promesa abrahámica fue especialmente su responsabilidad y resultó en la pérdida temporal de la tierra, su esclavitud en Egipto, y en su viaje errante por el desierto antes de entrar en la tierra. Su fracaso estableció la etapa para la promulgación de la ley mosaica. En la dispensación de la promesa había mucha gracia divina ilustrada en el constante cuidado de Dios por su pueblo, su liberación de Egipto y la institución de la fiesta de la Pascua. La dispensación de la promesa termina en el momento en que fue dada la ley, pero finaliza sólo en el sentido de ser el principio o prueba principal de responsabilidad. Ex. 19:1-22.
La dispensación de la promesa continúa hacia el fin
de la historia, y muchas de sus promesas están aún en vigencia como un objeto
de fe y esperanza. Las promesas hechas a Abraham son la base para las
dispensaciones posteriores de la gracia y del reino. Hasta cierto punto las
promesas nunca acaban y son cumplidas en un estado eterno. La dispensación de
la promesa estableció claramente el principio de la soberanía divina, proveyó
un canal de revelación divina especial para la nación de Israel, continuó la
provisión de la redención y bendición divinas, reveló la gracia de Dios y
prometió un testimonio para el mundo. Como las otras dispensaciones, sin
embargo terminó en fracaso en lo que se refiere a la conformidad con la
voluntad de Dios y preparó el terreno para la introducción de la ley como un
ayo para traer a los creyentes a Cristo. Ga. 3:24.
F. La dispensación de la
ley. La
dispensación de la ley comienza en Éxodo 19:3 y se extiende a
través de todo el período hasta el día de Pentecostés en Hechos 2,
aunque la ley finalizó en un sentido en la cruz. Ciertas porciones como el
evangelio de Juan y algunos pasajes selectos en los otros evangelios
anticiparon, sin embargo, la era presente de la gracia.
La ley mosaica fue dirigida solamente a Israel, y
los gentiles no eran juzgados por sus normas. La ley contenía un detallado
sistema de obras, incluidas tres principales divisiones: a) Los mandamientos. La voluntad expresada de Dios. Ex. 20:1-26. b) Los juicios. La vida social y civil de Israel. Ex. 21:1. Ex. 24:11. c) Las ordenanzas.
La vida religiosa de Israel. Ex. 24:12. Ex. 31:18. El sistema de sacrificios y del sacerdocio que fue
incluido era tanto legal como de gracia. El gobierno en esta dispensación era
una teocracia, un gobierno por medio de Dios a través de sus profetas,
sacerdotes y (más tarde) reyes. El pacto mosaico fue también de carácter
temporal, en vigencia sólo hasta que Cristo viniese. Ga. 3:24-25.
La naturaleza de la dispensación era condicional,
esto es, la bendición estaba condicionada a la obediencia. Por primera vez en
la historia la Escritura reveló un completo y detallado sistema religioso bajo
la ley, proveyó el terreno para la limpieza y el perdón, la adoración, y
oración, y ofreció una esperanza futura.
Bajo la ley hubo constante fracaso. Esto es
evidente especialmente en el período de los jueces, pero siguió hasta después
de la muerte de Salomón y la división del reino de Israel en dos reinos. Hubo
períodos cuando la ley fue completamente olvidada e ignorada y la idolatría
reinaba en forma suprema. El Nuevo Testamento continúa el registro de fracasos,
que culmina en el rechazo y crucifixión de Cristo, quien en su vida guardó la
ley en forma perfecta.
Fueron infringidos muchos juicios durante la
dispensación de la ley como se describe en: Dt. 28:1. Dt. 30:20. Los mayores
juicios fueron el cautiverio bajo Asiria y Babilonia, de los cuales retornaron
en el tiempo debido. Los juicios de Israel también vinieron después del término
de la dispensación e incluyeron la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. y
la dispersión mundial de Israel. La gran tribulación, otro tiempo de angustia
para Jacob, está todavía por delante. Jer. 30:1-11. Dn. 12:1. Mt. 24:22.
Bajo la ley, sin embargo, también era administrada
la gracia divina en aquel sistema de sacrificios que fue provisto como una vía
de restauración para el pecaminoso Israel, y el Dios paciente se manifiesta en
la provisión de profetas, jueces y reyes y en la preservación de la nación. En
repetidas ocasiones el arrepentimiento de Israel fue aceptado por Dios, y a
través de este período fue escrito el Antiguo Testamento. La bendición
coronadora fue la venida de Cristo como el Mesías de Israel, a quien la nación
entera rechazó.
En un sentido la dispensación de la ley terminó en
la cruz. Ro. 10:4. 2 Co. 3:11-14. Ga.
3:19,25. Pero en otro sentido no concluyó hasta
el día de Pentecostés, cuando comenzó la dispensación de la gracia. Aunque la
ley finalizó como una regla específica de vida, continúa siendo una revelación
de la justicia de Dios y puede ser estudiada con provecho por los cristianos
para determinar el carácter santo de Dios. Los principios morales que resaltan
la ley continúan, puesto que Dios no cambia; pero los creyentes hoy día no
están obligados a guardar los detalles de la ley, dado que la dispensación ha
cambiado y la regla de vida dada a Israel no es la regla de vida para la
iglesia. A pesar de ello, pueden hacerse varias aplicaciones de la ley, aunque
una interpretación estricta sólo relaciona a la ley mosaica con Israel.
El propósito de la ley era proveer una regla justa
de vida y traer el pecado a condenación. La experiencia de Israel bajo la ley
demostró que la ley moral, cívica y religiosa no puede salvar o santificar. La
ley nunca fue propuesta para proveer la salvación para el hombre, ya sea
mientras estaba en vigencia o después, y por medio de su naturaleza era débil, por
cuanto no podía justificar. Ro. 3:20. Ga. 2:16. No podía santificar
o perfeccionar. He. 7:18-19. Estaba limitada en su vigencia y duración. Ga. 3:19. No
podía regenerar. Ga. 3:21-22.
Y sólo podía hacer manifiesto el pecado. Ro. 7:5-9. Ro. 8:3. 1 Co. 15:56. La ley hizo posible que Dios demostrara que todos eran
culpables y que toda boca calló. Ro.
3:19. E hizo evidente la necesidad de Cristo. Ro. 7:7-25. Ga.3:21-27.
G. Dispensación de la
gracia. La
dispensación de la gracia comienza justamente en Hechos 2 y continúa a través
del Nuevo Testamento, culminando con el arrebatamiento de la iglesia. Algunas
enseñanzas concernientes a la dispensación de la gracia fueron introducidas
antes (Jn. 13-17). Las Escrituras que se relacionan con esta dispensación se
extienden desde Hechos 1 hasta Apocalipsis
3.
La dispensación de la gracia fue dirigida solamente
a la iglesia, puesto que el mundo como un todo continúa bajo la conciencia y el
gobierno humanos. En ella, la salvación se revela que es por la fe únicamente,
lo cual fue siempre verdad, pero ahora se hace más evidente. Ro. 1:16. Ro. 3:22-28. Ro. 4:16. Ro. 5:15-19. Las altas normas
de gracia elevan a esta dispensación por sobre todas las reglas de vida
previas. Jn. 13:34-35. Ro. 12:1-2.
Fil. 2:5. Col. 1:10-14. Col. 3:1. 1 Ts. 5:23. Sin
embargo, bajo la gracia el fracaso fue también evidente, puesto que la gracia
no produjo ni la aceptación universal de Cristo ni una iglesia triunfante. De
hecho, la Escritura predijo que habría apostasía dentro de la iglesia
profesante.
1 Ti. 4:1-3. 2 Ti. 3:1-13. 2
P. 2:1-22. 2 P. 3:1-18. Aunque Dios está cumpliendo sus propósitos
en llamar a gentes para su nombre de entre los judíos y gentiles, la porción
profesante pero no salva de la iglesia dejada atrás en el arrebatamiento será
juzgada en el período entre el arrebatamiento y la venida de Cristo para
establecer su reino. Mt. 24:1-26.
Ap. 6:1-17. Ap. 19:1-21. La iglesia verdadera
será juzgada en el cielo en el tribunal de Cristo. 2 Co. 5:10-11.
En esta edad presente la gracia divina es
especialmente evidente en la venida de Cristo. Jn. 1:17. En la salvación
del creyente y en nuestra posición ante Dios. Ro. 3:24. Ro. 5:1-2. Ro. 5:15-21. Ga. 1:1. Ga. 2:21. Ef. 2:4-10. Y en la naturaleza de la gracia como una regla de vida. Ga.
3:1. La era de la gracia es una
dispensación diferente en lo que concierne a abarcar a creyentes judíos y
gentiles. Por contraste, la ley de Israel era solamente para Israel, el
gobierno humano era para el mundo entero, y la conciencia se extiende a toda la
gente.
En la presente dispensación la ley mosaica está
completamente cancelada en cuanto a su aplicación inmediata, pero continúa para
testificar de la santidad de Dios y provee muchas lecciones espirituales para
ser aplicadas. Aunque todas las dispensaciones contienen un elemento de gracia,
la dispensación de la gracia es la suprema manifestación de ambas cosas, la
totalidad de la salvación recibida y en cuanto a una regla de vida.
H. Dispensación del reino. La dispensación
del reino comienza con la segunda venida de Cristo (Mt. 24; Ap. 19) y es precedida por un
período de tiempo en el cual se incluye la tribulación, el cual hasta cierto
grado es un período transitorio. Las Escrituras que se aplican a ello son todos
los pasajes del reino futuro, ya sea en el Antiguo o Nuevo Testamento, siendo
las principal. Sal. 72:1-20. Is.
2:1-5. Is. 9:6-7,11. Jer. 33:14-17. Dn. 2:44-45. Dn.7:9-14,18,27. Os. 3:4-5. Zac.
14:9. Lc. 1:31-33. Ap. 19:1-21. En el reino, la
responsabilidad humana será obedecer al rey, quien regirá con vara de hierro. Is. 11:3-5. Ap. 19:15. El reino será teocrático, esto es, una reglamentación de
parte de Dios, y habrá un sistema renovado de sacrificios y sacerdocio. Is. 66:21-23. Ez. 40-48. Los pasajes citados no enseñan que, durante el reino
milenial, el sacerdocio levítico será restaurado ni tampoco los sacrificios.
¿Cómo podría ser teniendo
en cuenta lo que enseña el libro de Hebreos?
He. 7:11-12. He. 7:18-19. He.
8:6-13. He. 9:23-28. Un rasgo excepcional de este período es que Satanás
será atado y los demonios permanecerán inactivos. Una vez más, la afirmación no
es respaldada por el texto que se cita. El pasaje habla de Satanás, pero nada
dice al respecto de los demonios durante el reino milenial. Como Pablo le dice
a los Corintios “para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está
escrito”.
1 Co. 4:6. Ap. 20:1-3,7. El reino, sin
embargo, también será un período de fracaso. Is. 65:20. Zac. 14:16-19. Y habrá rebelión
al final del mismo. Ap. 20:7-9.
El juicio divino que sigue incluye la destrucción
de los rebeldes por medio del fuego. Ap. 20:9. Y la destrucción de la
antigua tierra y cielo por fuego. 2
P. 3:7. 2 P. 3:10-12.
En el reino milenial la gracia divina también se
revela en el cumplimiento del nuevo pacto. Jer. 31:31-34. En cuanto a
salvación. Is. 12:1-6. En prosperidad física y temporal. Is. 35:1-10. En
abundancia de revelación. Jer.
31:33-34. En perdón de pecado. Jer. 31:34.
Y en la recolección de Israel. Is.
11:11-12. Jer. 30:1-11. Ez. 39:25-29. El reino
milenial termina con la destrucción de la tierra y cielo por fuego y es seguido
por el estado eterno. Ap. 21:1-27.
Ap. 22:1-21.
La dispensación del reino difiere de todas las
dispensaciones anteriores en que es la forma final de la prueba moral. Las
ventajas de la dispensación incluyen un gobierno perfecto, la presencia
inmediata y gloriosa de Cristo, el conocimiento universal de Dios y el término
de los tiempos de salvación, y Satanás que permanece inactivo. En muchos puntos
la dispensación del reino es suprema y trae a su consumación los tratos de Dios
con el hombre. En las dispensaciones Dios ha demostrado cada significado
posible de los tratos con el hombre. En cada dispensación el hombre fracasa y
la gracia de Dios es suficiente.
En las dispensaciones se cumple el propósito de
Dios de manifestar su gloria, en el mundo natural y en la historia humana. A
través de la eternidad nadie podrá levantar la pregunta de si Dios podría haber
dado al hombre otra oportunidad para alcanzar la salvación o la santidad por
medio de su propia habilidad. Un conocimiento de las dispensaciones es, de
acuerdo a ello, la clave para el entendimiento del propósito de Dios en la
historia y el despliegue de la Escritura, la cual registra los tratos de Dios
con el hombre y su revelación divina concerniente a sí mismo.
PREGUNTAS.
1. ¿Cuán importante es la doctrina de las
dispensaciones?
2. ¿Cómo puede definirse una dispensación?
3. Contrastar una dispensación y una época en la
Biblia.
4. ¿Qué caracteriza en general el comienzo y el fin
de cada dispensación?
5. ¿Cómo puede distinguirse una aplicación primaria
y secundaria de la Palabra de Dios?
6. ¿Cómo ofrece la interpretación dispensacional
una explicación de instrucciones escriturales que parecen contradictorias?
7. ¿Qué siete dispensaciones se reconocen
comúnmente en la Escritura?
8. ¿Cómo se relaciona la interpretación normal o
literal al dispensacionalismo?
9. ¿Cómo se relaciona la revelación progresiva al
dispensacionalismo?
10. ¿Cómo explica el dispensacionalismo los cambios
en las reglas de vida?
11. ¿Cuáles dispensaciones son las más importantes?
12. ¿Cuál era el requisito para el hombre bajo la
dispensación de la inocencia?
13. ¿Cómo se mostró la gracia en la dispensación de
la inocencia?
14. Explique la revelación de Dios en la
dispensación de la Inocencia.
15. ¿Hasta qué grado la dispensación de la
conciencia revela el fracaso humano?
16. ¿Cómo se mostró la gracia en la dispensación de
la conciencia?
17. ¿Cuáles fueron algunos de los resultados
sobresalientes de la dispensación de la conciencia?
18. ¿Cuál era el requisito para el hombre bajo la
dispensación del gobierno humano?
19. ¿Hasta qué punto el hombre fracasó bajo el
gobierno humano?
20. ¿Hasta qué punto se mostró la gracia en el
gobierno humano?
21. ¿Qué reveló la dispensación del gobierno
humano?
22. ¿En qué sentido las dispensaciones de la
conciencia y el gobierno humano continúan hoy día?
23. ¿Qué fue provisto en la dispensación de la
promesa, y qué se requirió del hombre con respecto a ello?
24. Explicar cómo la dispensación de la promesa no
se ex tendió a toda la raza.
25. Describir el fracaso humano bajo la dispensación
de la promesa.
26. ¿Cómo se mostró la gracia divina en la
dispensación de la promesa?
27. ¿Quiénes fueron colocados bajo la dispensación
de la ley?
28. Nombrar las divisiones principales de la ley.
29. ¿Cuán completa era la ley como un sistema
religioso detallado?
30. Describir, en general, el fracaso de Israel
bajo la ley.
31. ¿Hasta qué grado se mostró la gracia bajo la
ley?
32. ¿Cuándo terminó la ley?
33. Describir la extensión y la limitación del
propósito de la ley.
34. ¿A quiénes fue dirigida la dispensación de la
gracia?
35. Caracterizar las normas de gracia como una
regla de vida.
36. ¿Hasta qué grado fue el fracaso bajo la
dispensación de la gracia?
37. ¿Qué hace terminar la dispensación de la
gracia?
38. Contrastar la dispensación de la gracia con la
dispensación de la ley.
39. ¿Cuándo comienza la dispensación del reino?
40. Nombrar algunos de los pasajes importantes de
las Escrituras que se relacionan con el reino.
41. ¿Cuáles son algunos de los rasgos excepcionales
de la dispensación del reino?
42. Describir el fracaso y juicio en el final de la
dispensación del reino.
43. ¿Qué se revela en el reino milenial
concerniente a la gracia?
44. ¿Cómo la dispensación del reino difiere de
todas las dispensaciones precedentes?
45. ¿Por qué la dispensación del reino fue un
clímax adecuado al programa de Dios
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