Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Buscando sabiduría y dirección de parte de Dios

Estos son tiempos finales de cumplimientos de algunas profecías y que nos muestran que estamos viviendo los días peligrosos y malos que menciona la Biblia en algunos pasajes del Nuevo Testamento; por eso es muy necesario para nosotros los hijos de Dios en buscar su ayuda, su guía y su sabiduría para entender las situaciones y cada uno de los escenarios en los que nos movemos diariamente para encaminarnos de la manera correcta; pero aún más importante es el rendirnos a su perfecta voluntad que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo para nuestras vidas y de esa manera descansar en Él, trayendo paz y tranquilidad a nuestros corazones, de que Dios tiene el control de todo lo existe y que sus planes para nuestras vidas son lo mejor que nos puede pasar.

¡Tú eres la roca que me protege!¡Tú eres la muralla que me salva! Guíame y dirígeme, pues así lo prometiste. (TLAD Sal 31:3)

Que tu verdad sea nuestra luz y nos guíe hasta tu templo, el lugar donde tú vives. (TLAD Sal 43:3)

Dios mío, ¡atiéndeme! Dios de Israel, Dios del universo, ¡escucha mi oración! Dios y protector nuestro, muéstranos tu bondad, pues somos tu pueblo elegido. (TLAD Sal 84:8-9)

Para nosotros los hijos de Dios, quienes hemos entregado nuestro corazón al Padre Eterno, el Creador de todo lo que existe en los cielos y en esta Tierra, y al Señorío de Jesucristo, nos es muy necesario el ser guiados por el Espíritu Santo en todos nuestros asuntos. Nuestro Padre Celestial ha prometido que sostendrá, restaurará, guiará y protegerá a aquellos que hemos creído en su Salvación a través de su Hijo, que la presencia y ayuda de su Espíritu Santo nos guiará, estará con nosotros, que nos enseñará todas las cosas que debemos saber para vivir la vida que agrada a Dios y que nos conviene.

El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, junto a aguas tranquilas me lleva. El Señor me reconforta, me conduce por caminos rectos haciendo honor a su nombre. (BHTI Sal 23:1-3)

La vida de cada ser humano se construye sobre la base de las decisiones, sean buenas o malas y en ese camino hay momentos de grandes encrucijadas, de momentos y circunstancias en la que todo parece oscuro, confuso y en algunas ocasiones hasta imposible y sin esperanza; en ocasiones nos encontramos en situaciones en las que no pedimos estar, otras veces, esas situaciones han llegado por causa de otras personas y otro tanto son por nuestras propias decisiones.

Cuando hemos aceptado al Hijo de Dios como Señor y Salvador en nuestras vidas, nos es necesario e imperativo vivir una vida dependiente de Él, no hay otro camino, es una sujeción voluntaria para poder entrar y ser parte del Reino de los Cielos.

Cuando Dios se refiere a su pueblo como ovejas de su prado, nos recuerda la naturaleza de estos animales y que somos muy similares a ellas. Es bueno repasar este perfil de la naturaleza y así poder asimilar las verdades que se encuentran en la Biblia para nosotros los hijos e hijas de Dios para poder ubicarnos en lugares celestiales y vivir nuestro presente el que a cada uno de nosotros nos ha tocado vivir en la nación y el lugar que habitamos.

Dios Padre se revela a nuestras vidas como el Gran Pastor de las ovejas y ha delegado nuestro cuidado a su Hijo Jesucristo, juntamente con el Señor el Espíritu Santo, hasta que podamos estar en su presencia después de los diferentes cumplimientos proféticos que nos ha revelado en su Palabra Eterna: La Biblia.

Cuando estamos conscientes de que todo lo que tenemos lo hemos recibido de parte de la bondad de Dios, viene a nuestro corazón la satisfacción del cuidado providencial de Dios en todo tiempo, que nos da reposo y contentamiento.

Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos, y para que vivamos como él quiere. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por medio de él nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso. Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser como Dios y no como la gente pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás. (BLS 2P 1:3-4)

Los hijos de Dios somos conocidos por nuestro buen pastor Jesucristo como sus ovejas, somos parte de su rebaño.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. (LBLA Jn 10:27-29)

La oveja es animal muy tierno, frágil, y dependiente, que no puede valerse por sí mismo, sino de su pastor o cuidador, es un animal que come pastos, en donde su pastor le lleva y le dirige. Es también presa fácil para los animales feroces o depredadores, y por estas razones Dios nos compara con las ovejas.

¿Cuáles son las características de las ovejas de Cristo?

TIENEN IDENTIDAD DADA POR SU PASTOR. “Mis ovejas”. Jesús al decir “Mis ovejas” expresa sentido de propiedad y pertenencia, porque fuimos comprados por el precio de su sangre. También “Mis ovejas” expresa sentido de identidad. Jesús nos da nombre de “ovejas” y no de “cabras” ni “lobos” ni de ningún otro. Pero no es raro que en la iglesia puede haber cabras y lobos disfrazado de ovejas. 

OYEN LA VOZ DE SU PASTOR. “Oyen mi voz”, es decir sus oídos espirituales están capacitados para escuchar la voz de Jesús y su palabra. Los oídos de los verdaderos hijos de Dios (ovejas) están capacitados espiritualmente para discernir la voz de la carne, del mundo, y la del diablo.

SON CONOCIDAS POR SU PASTOR. “Y yo las conozco”, expresa su Omnisciencia, Jesús el buen Pastor conoce todas sus necesidades. Definitivamente no hay nada que podemos ocultarle a Jesús, Él sabe y conoce en absoluto todo: lo que pensamos, decimos y hacemos, por que es Dios mismo, Omnisciente, Omnipresente, Omnipotente.

SON OBEDIENTES A SU PASTOR. “Me siguen”, es una expresión que manifiesta una absoluta obediencia a Jesús. Los verdaderos hijos de Dios no solo le siguen y le sirven, sino que lo hacen por amor y convicción, mas no por obligación o imposición.

TIENEN LA VIDA ETERNA. Juan 10:28. “Y yo les doy vida eterna…” La vida eterna que Jesús, les promete a sus ovejas, es el resultado de su muerte en la cruz y su resurrección. La vida eterna es para todos aquellos que le creen, y le aceptan en su corazón como el Señor y Salvador de su vida.

ESTAN SEGURAS EN LAS MANOS DE SU PASTOR. Juan 10:28b. “…y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mis manos”. Las ovejas que permanecen en su redil, están seguros de todos los peligros y asechanzas del enemigo.

Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo. (NTV Jn 16:33)

Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre». Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios. Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento. Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. (NTV Ro 8:14-18)

Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos. (NTV Jn 14:21)

Bendiciones.

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