Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Nuestra necesidad de conocer a Dios

 


Dios interviene de manera providencial en el destino de los hombres y mujeres, sin importar en que lugar de la tierra se encuentre para llevar a cabo sus planes y propósitos en los que Él ha escogido para alcanzar salvación y vida eterna en Jesucristo y ha determinado para cada ser humano un llamado, un servicio, una comisión existencial que vemos reflejado en las diferentes profesiones, oficios, trabajos y vocaciones. Sin embargo, es una decisión personal que Dios respeta al que por muchos años se le ha denominado el libre albedrío.

Que nadie se sienta orgulloso: ni el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien quiere sentirse orgulloso, que se sienta orgulloso de mí y de que me obedece. ¡Eso es conocerme! Pues yo actúo en la tierra con amor, y amo la justicia y la rectitud. (TLA Jer 9:23-24)

Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. (LPD Jn 15:14-16)

Luego Josué añadió: —Respeten a Dios, obedézcanlo, y sean fieles y sinceros con él. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraban en Mesopotamia y en Egipto, y obedezcan sólo a Dios. Si no quieren serle obedientes, decidan hoy a quién van a dedicar su vida. Tendrán que elegir entre los dioses a quienes sus antepasados adoraron en Mesopotamia, y los dioses de los amorreos en cuyo territorio ustedes viven ahora. Pero mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios. (TLA Jos 24:14-15)

En nosotros los seres humanos hay una gran necesidad de conocer a Dios, nuestro Creador, el Padre Eterno, que nos adopto por amor a quienes le hemos entregado nuestro corazón al Señor Jesucristo, a quienes hemos aceptado la verdad de que somos pecadores por naturaleza, que necesitamos salvación y vida eterna. La humanidad fue creada en algún punto de la eternidad de Dios, quien decidió que seríamos una creación suya con un afecto especial en Jesucristo, siendo adoptados por su beneplácito.

Todo ha sido creado por Dios, lo que hay en los cielos y lo que hay en la tierra; los grandes descubrimientos científicos nos han mostrado en las últimas décadas que somos parte de la creación del universo, que la tierra fue creada para ser habitada con todo lo que contiene en la naturaleza y su biosfera.

Mi pueblo perece por falta de conocimiento. Porque tú has rechazado el conocimiento, yo te rechazaré de mi sacerdocio; porque has olvidado la instrucción de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. (LPD Os 4:6)

Cuando repasamos un poco la vida de Moisés, vemos que es un proceso muy similar al que vivimos muchos en la actualidad, pero con una diferencia muy grande y es que desde que fuimos creados, hemos diferentes revelaciones y manifestaciones de parte de Dios para que le conociéramos en cada época; en la actualidad según los estudiosos de la Palabra de Dios y sus profecías, estamos viviendo los últimos tiempos antes de que sea el rapto de la iglesia del que nos habla la Biblia en el que la iglesia de Jesucristo tenemos toda la revelación y el cumplimiento en el Señor, tenemos la Biblia completa, cosa que no tuvieron todos los personajes como Moisés, Abraham, David, María y aún muchos discípulos que caminaron con Cristo en Israel.

Pero Moisés dijo a Dios: "¿Quién soy yo para presentarme ante el Faraón y hacer salir de Egipto a los israelitas?. "Yo estaré contigo, le dijo Dios, y esta es la señal de que soy yo el que te envía: después que hagas salir de Egipto al pueblo, ustedes darán culto a Dios en esta montaña". Moisés dijo a Dios: "Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?. Dios dijo a Moisés: "Yo soy el que soy". Luego añadió: "Tú hablarás así a los israelitas: "Yo soy" me envió a ustedes". Y continuó diciendo a Moisés: "Tu hablarás así a los israelitas: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, es el que me envía. Este es mi nombre para siempre y así será invocado en todos los tiempos futuros. (LPD Éx 3:11-15)

Muchas veces llegamos a encontrarnos con situaciones en las que debemos hacer un alto en el camino y replantear nuestras decisiones y nuestros caminos. Sin embargo, vemos que hay personas que nunca van a cambiar: en su corazón hay anarquía, violencia, maldad, caos, oscuridad y que prefieren vivir en las tinieblas amando el mundo y sus deseos egoístas, que vivir aceptando el más grande regalo para un ser humano, que es tener a Jesucristo en nuestro corazón como Señor, cómo Salvador y nuestro hermano mayor.

Desde antes de crear el mundo Dios nos eligió, por medio de Cristo, para que fuéramos sólo de él y viviéramos sin pecado. Dios nos amó tanto que decidió enviar a Jesucristo para adoptarnos como hijos suyos, pues así había pensado hacerlo desde un principio. Dios hizo todo eso para que lo alabemos por su grande y maravilloso amor. Gracias a su amor, nos dio la salvación por medio de su amado Hijo. Por la muerte de Cristo en la cruz, Dios perdonó nuestros pecados y nos liberó de toda culpa. 

Esto lo hizo por su inmenso amor. Por su gran sabiduría y conocimiento, Dios nos mostró el plan que había mantenido en secreto, y que había decidido realizar por medio de Cristo. Cuando llegue el momento preciso, Dios completará su plan y reunirá todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra, y al frente de ellas pondrá como jefe a Cristo. 

Por medio de Cristo, Dios nos eligió desde un principio, para que fuéramos suyos y recibiéramos todo lo que él había prometido. Así lo había decidido Dios, quien siempre lleva a cabo sus planes. Dios quiso que los judíos fuéramos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que lo alabemos por su gran poder. 

Ustedes oyeron y creyeron la buena noticia de su salvación, que es un mensaje verdadero, y gracias a Cristo pasaron a formar parte del pueblo de Dios y recibieron el Espíritu Santo, que nos había prometido. Ustedes lo recibieron como prueba de que Dios cumplirá su promesa, cuando haya liberado totalmente a los que formamos su pueblo. Por eso, alabamos la grandeza de Dios. (TLA Ef 1:4-14)  

Dios dispuso que podamos conocerlo en todas sus facetas, le ha placido que podamos entender quien es Él, que podamos conocer de su gran amor y misericordia, que se complace en perdonarnos, en ayudarnos a acercarnos a su trono.

Pero no podemos conocerlo con un corazón malo, con una mente carnal o una mente natural y mucho menos con una mente diabólica y depravada. Debemos nacer de nuevo, debemos alcanzar la misericordia y el favor de Dios hacia nuestras vidas

¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca! Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva el Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar. Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes. (LPD Is 55:6-9)

Dios sale a nuestro encuentro y nos confronta con la clase de vida que llevamos, con las decisiones equivocadas que nos conducen hacia precipicios en donde podemos perder la vida eterna. El deseo de Dios es que lo podamos conocer, que nos acerquemos como hijos de Dios que hemos sido redimidos con un corazón contrito y reconociendo la grandeza del Creador, del Padre Eterno.

Bendiciones.

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