Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

En el amor no hay temor°


1 Juan 4:18-19. LBLA. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor. Nosotros amamos, porque Él nos amó primero.

Hay muchos sueños y proyectos que se quedan a mitad del camino de nuestras vidas porque tuvimos temor de abrir la puerta a lo que sería vivir una vida de éxito en lugar de fracasos. Sabido es que el miedo nos paraliza y hasta llega a determinar nuestro estilo de vida. La Biblia nos enseña: “El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado” Proverbios 29:25. RVR60. El miedo es para el reino de las tinieblas, lo que la fe es para Dios. La sentencia de la palabra divina en nuestras vidas nos dice que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Somos llamados, no a convivir con el temor, sino a echarlo fuera de nosotros. En el presente pasaje Juan nos hace una exposición acerca del amor de Dios como la base para nuestras victorias y todo lo que emprendamos.

Hay muchas clases de amores, pero solo uno es verdadero: el amor de Dios, porque Dios es amor. En eso consiste su diferencia. Nos llama la atención que Juan ponga en un mismo texto al temor y al amor de Dios. Pero aún más sorprendente que sea en el mismo texto que nos habla de la más grande afirmación acerca de Dios. ¿Qué significa para un hijo de Dios que la Biblia nos diga que “Dios es amor?”. Bueno, comenzando por el tema que nos asiste, el saber que Dios es amor nos trae a la esperanza que por muy grande que sea el temor, y lo que haya originado eso en nuestras vidas, será echado fuera.

El temor es incompatible con el verdadero amor. Las razones son muy obvias. La afirmación que Dios sea amor es la explicación que existe para la creación. A veces nos preguntamos cómo es que Dios creo a un mundo que desde el mismo comienzo le fue desobediente y después se corrompió. El amor de Dios pone en retirada cualquier temor en la vida.

Ahora Juan nos lleva de una idea a otra sobre esto del amor. Es un hecho que cuando nos encontramos con esta clase de amor, el temor tiene que disiparse. A la par de afirmar que Dios es amor también se nos dice que los que hemos conocido a ese Dios de amor, permanecemos en él, pero sobre todo que Dios permanece en nosotros. ¿Cuál es la importancia de esa relación? Que si pertenezco a Dios y él pertenece a mí, entonces los temores no pueden ser parte de mi vida.

Los temores son incompatibles con la presencia de Dios, pues no puede habitar la luz con las tinieblas, y los temores están asociados con las tinieblas. Lamentablemente hay personas que son controlados por el temor. Por supuesto que los temores tienen muchos orígenes, pero cualquiera que ellos sean, nada de eso pertenece a Dios. El temor llega a ser como una cárcel que tú mismo te impones.

Pero el cristiano sabe a quién pertenece, por lo tanto no puede haber compatibilidad entre algún temor que se presente y el amor al cual pertenece ahora. Si permanecemos en Dios el miedo huirá de nosotros.

En el contexto donde Juan menciona la palabra “amor” con sus derivados 29 veces, la palabra “perfección” viene a darle a ese amor tan marcado del apóstol una connotación mayor. Una cosa es hablar que tenemos el amor de Dios, pero otra muy distinta es que hablemos de la perfección del amor. La palabra “perfección” es la que se utiliza para hablar de calidad, de durabilidad, de algo que no tiene defectos.

Por lo tanto, cuando el amor fue derramado por Dios en nuestro corazón, comenzó en todos nosotros un perfecto amor. Así que el amor que está en nuestros corazones no es imperfecto, no tiene mancha ni arruga. Esa clase de amor crea en nosotros confianza, y es la confianza la que llena nuestra vida para que salga de ella todo tipo de temor. Por esto es que afirmamos que el temor se define como la ausencia de ese perfecto amor. La verdad de este texto será que si el perfecto amor está dentro de nosotros, entonces, no puede existir en nuestros corazones el temor. Cuando un creyente ha aprendido a tener confianza en su Dios, la paz llega a ser su característica.

Hay muchas cosas en este mundo que nos dan razones de sobra para temer: las guerras, el terrorismo, la violencia, el cáncer, los ladrones, etc. Más aún, si permitimos que el temor eche sus raíces en nuestros corazones, nos encontraremos paralizados e incapaces de hacer la voluntad de Dios. El temor te roba, no sólo el sueño y la paz, sino también el cumplir el destino de nuestro llamado. Dios no nos ha dado un espíritu de temor; Por el contrario, Él nos ha dado un Espíritu de poder, de amor, y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7) Con estas tres armas, podemos convertir y conquistar todos los temores que se lanza hacia nosotros a la fe.

Vuelve y has frente a tus temores en el poder dunamis de Dios. Dunamis es la palabra griega para la dinamita. El poder de Dios que está dentro de cada creyente en Jesucristo puede acabar con todo temor. Se nos ha dado este poder a través del Espíritu Santo que nos da la gracia y la fuerza para vencer el temor que intenta impedirnos avanzar en la fe de Dios.

Vuelve y has frente a tus temores en el amor incondicional de Dios. No hay nada en el cielo ni en la tierra que nos puede separar del amor de Dios. El amor es una fuerza poderosa que es evidente en las relaciones humanas, ¿cuánto más poderoso es el amor de Dios para su pueblo? Podemos estar confiados en la fe contra el temor, porque sabemos que Dios es nuestro protector que nos ama con todas sus fuerzas.

Vuelve y has frente a tus temores siendo solido en controlar tu mente y tus pensamientos. Satanás ataca a menudo nuestra mente con pensamientos de temores que son siempre iguales, que tal, sí: ¿y si muero?, ¿y si le hago daño a mi familia?, ¿qué pasa si pierdo mi trabajo?, ¿y si me vuelvo loca(o)?, etc. El diablo es el padre de todas las mentiras y él va a utilizar cualquier cosa para que parezca más grande que Dios. Sin embargo, podemos disciplinar nuestra mente con la Palabra de Dios para decirle la verdad a las mentiras del diablo en la cara del temor. La palabra de Dios limpiará los ataques de Satanás en nuestra mente.

El hombre está expuesto a muchos miedos. Es por esta razón que Dios, como Padre, se aseguró que sus hijos  comprendieran que no debían temer.  La Biblia dice más de 350  veces la frase “no temas”. También dice, que nadie ha podido ver a Dios. Y aquellos que con mucho temor y reverencia pudieron hablar con Él, cuando terminaron de hablar, brillaron de tal manera que se tenían que tapar el rostro. Porque nadie lo podía mirar.

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí, después de haber estado con Dios, y recibir las Tablas de la Ley,  tuvo que cubrirse el rostro, porque brillaba de tal manera, que no  podían mirarlo al rostro. Dios sabía que no podíamos  mirarle, y  por lo tanto, dejó su Gloría, se vació  de su Gloria,  y vino a  nacer en un pesebre,  rodeado de olor a estiércol, rodeado de animales. ¿Para qué? Para que no tuviéramos miedo. El saludo que se escucha de los seres angelicales en la Biblia es: “No temas”. Lo primero que  le dice un Ángel a un hombre cuando se le aparece es: “No temas”  “No tengas miedo”.

Cuando el Señor se apareció a los discípulos en el barco, en medio de una tormenta,   lo primero que le dice: “no tengan miedo, soy Yo” y cuando el ángel se le apareció a Ezequiel y a Daniel, cayeron de  cara al suelo, porque no podían resistir la gloría del cielo. Y ellos, le dicen: “No temas, No temas”. Los ángeles usaban ese saludo, como nosotros decimos,  buenos días, ¿cómo está? En  vez  de  decir, buenos  días  ¿cómo está?  Ellos  dicen: “No tema” Yo le digo buenos días ¿cómo está?, porque usted, no me tiene miedo. Pero si fuera un Ángel, que se le apareciera, tendría miedo. Lo primero que le diría,  sería: “No temas”

El Señor Jesucristo, se hizo hombre,  para que podamos verlo sin tener miedo. Para poderlo saludar,  sin tener miedo. Dios  se hizo un bebé, para que no tuviéramos miedo. Así ama Dios. Él se vació de su Gloria, se hizo como uno de nosotros.  Recordemos  por qué. Por  amor  a  usted  y  por amor  a  mí. Nos amó de tal manera, que ÉL,  quiso hacerse  como usted y como yo. Se vistió de usted. Tomo  su humanidad, y Él, se la puso encima. Él se vistió de usted y de mí. 

De tal  manera, que ahora cuando lo veamos, lo vamos a ver cómo nos vemos a nosotros mismos. Pero Él,  fue más allá: Dice  el profeta Isaías, que Él cargo sobre Si mismo, el pecado de todos nosotros. No solo se vistió de usted, sino que tomó su humanidad y se la puso. Tomó su pecado y se lo puso también. Y por ese pecado, fue a la cruz del Calvario, por nosotros, por amor.

El temor es lo contrario al amor. En el amor no hay temor. Si tú temes que vas a perder la salvación, entonces, no has sido perfeccionado en el amor. Si temes que te van a borrar tu nombre del libro de la vida, no has sido perfeccionado en el amor. Si temes que se te va a meter el diablo, no has sido perfeccionado en el amor. Dice en 1 Juan 4:18. RVR60. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Cuando el amor fue derramado por Dios en nuestro corazón, generó en nosotros un perfecto amor. El amor que está ahí en tu corazón no es imperfecto, no tiene mancha ni arruga. Si el perfecto amor de Dios está dentro de ti, entonces, en tú corazón o mente no puede existir el temor. El temor es lo contrario al amor. En el amor no hay temor. Si tú temes que vas a perder la salvación, entonces, no has sido perfeccionado en el amor. Si temes que te van a borrar tu nombre del libro de la vida, no has sido perfeccionado en el amor. Si temes que se te va a meter el diablo, no has sido perfeccionado en el amor.

El temor lleva en sí castigo. Isaías 53:5 dice que. Si Cristo llevó nuestro castigo, también se llevó nuestro temor. Cristo, es el perfecto amor y el perfecto amor echó fuera el temor. A muchos cristianos los controla el temor. Tal vez tu temor procede de una experiencia traumática, de una falsa creencia o expectativa, de una crianza de disciplina rígida o de una predisposición genética.

Los problemas nuestros vienen de adentro. Los conflictos interpersonales comienzan como problemas intrapersonales. Todos nosotros experimentamos la vida a través de nuestros pensamientos y sentimientos. ¿Qué clase de pensamiento y sentimientos tenemos? Casi siempre son pensamientos de miedo y sentimientos de temor. ¿Usted sabe cuál fue el primer pensamiento y sentimiento que Adán y Eva experimentaron después de la caída? Fue el miedo. 

Génesis 3:10 dice: “…Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí”. Por miedo Adán le echó la culpa a la mujer. Por miedo Eva le echó la culpa a la serpiente. Por miedo ¿Qué hacen nuestros hijos cuando son sorprendidos en alguna falta? Le echan la culpa al lorito de la casa, al que menos tiene que ver con el asunto.

Recuerde que el “temor lleva en sí castigo o consecuencia”. Dice el Salmo 56:3-4. “En el día que temo, Yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? Hay temores que se llaman hombres, y hay temores que se llaman circunstancias. Este salmo fue escrito por el rey David cuando fue prendido por los Filisteos en Gat. 1 Samuel 21:21 dice que David tuvo gran temor de Aquis rey de Gat. ¿Qué debe hacer uno ante el miedo? Debe perfeccionarse en el amor de Dios, porque el perfecto amor echa fuera el temor.

El que ama confía en Dios. El que ama no teme a los Aquis de la vida. ¿Por qué entre dos pastores; entre dos familiares; entre dos amigos; entre dos iglesias; entre dos vecinos, temen acercarse? Porque el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. El amor libera al temor. No temas ir a tu jefe, a tu pastor, a tus padres. El temor es un velo sobre nuestros ojos que no nos deja ver los caminos y las alternativas para resolver problemas.

Existen miedos irracionales. Por temor, hay personas que no salen a la calle. Por temor, un estudiante no pregunta al profesor en el salón de clase. Por temor, un hermano no se le acerca a una hermana que le gusta en la iglesia. Por temor, un pastor no se atreve a escudriñar el evangelio de la gracia. Por temor, un hermano no invierte en un negocio. Por temor, hay personas que no se montan en un avión o en un ascensor. Por temor se pierden muchas cosas y se dejan de hacer.

Los temores son argumentos que tu mente se inventa cada día. Y Pablo dice: “Derribando todo argumento que se levanta en contra de tu vida.

Job 3:25 dice: Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. Observa que Job llamó al temor y enseguida le vino. El temor fue un espanto en la mente de Job. El temor es algo que tu mente te ha dado, pero observa lo que Dios no te ha dado, 2 Timoteo 1:7 dice Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Si Dios no te ha dado “espíritu de cobardía”, entonces, no lo tienes. No hay temor en tu mente o corazón. Tú corazón sólo debe tener lo que Dios te ha dado: espíritu de poder, espíritu de amor y espíritu de dominio propio. En el amor no hay temor. Bendiciones.

El temor es lo contrario al amor. En el amor no hay temor. Si tú temes que vas a perder la salvación, entonces, no has sido perfeccionado en el amor. Si temes que te van a borrar tu nombre del libro de la vida, no has sido perfeccionado en el amor. Si temes que se te va a meter el diablo, no has sido perfeccionado en el amor. Si temes a la marca del 666, no has sido perfeccionado en el amor.

Cuando el amor fue derramado por Dios en nuestro corazón, generó en nosotros un perfecto amor. El amor que está ahí en tu corazón no es imperfecto, no tiene mancha ni arruga. Si el perfecto amor de Dios está dentro de ti, entonces, en tú corazón o mente no puede existir el temor.

En Hebreos 2:14-15 (PDT) la Biblia dice: “Los hijos de una familia son gente de carne y hueso, por eso Jesús se hizo de carne y hueso igual que ellos. Sólo así pudo morir y con su muerte derrotar al diablo, quien tenía el poder de la muerte. Jesús se hizo hombre para liberar a los hombres, quienes habían estado esclavizados toda la vida por temor a la muerte”


Reflexionemos sobre el tema que estudiamos el día de hoy ¿Cuáles son nuestros temores? ¿Cómo podemos llenar nuestra vida con más del amor perfecto de Dios para que no haya lugar para el temor? Bendiciones.

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