La
familia es la base de la sociedad y en ella se pretende formar hombres y
mujeres de bien con principios y valores. La familia es un tesoro de
parte del cielo que cada persona posee, es donde se comparten sentimientos
de amor y de paz, porque todos unidos formamos una familia. Sociológicamente,
una familia es un conjunto de personas unidas por lazos de parentesco en donde
los vínculos de amor deben predominar.
Los
principios son el fundamento o base de
la moral, los valores, las normas y las conductas humanas. Los principios dan
origen a la moral, a los valores y a las normas establecidas en la sociedad.
Los principios representan un conjunto de valores que rigen el pensamiento, las
actitudes y el comportamiento de los seres humanos. Cada principio
implícitamente indica el por qué y el para qué de la práctica de los valores y
las normas que se desprenden de ese principio. Veamos el verdadero significado de amor a continuación.
1 Corintios 13. Dios Habla Hoy (DHH). Si
hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no
soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Y si tengo el
don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas
las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor,
no soy nada. Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego
mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada
me sirve.
Tener amor es saber soportar; es ser
bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni
egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias,
sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo,
soportarlo todo.
El amor jamás dejará de existir. Un
día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios
los conocimientos. Porque los conocimientos y la profecía son cosas
imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.
Cuando yo era niño, hablaba, pensaba
y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio
de un niño. Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente;
pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un
día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí.
Tres cosas hay que son permanentes:
la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor.
Lo primero que la Biblia nos enseña
es que la familia proviene de Dios, Él, la diseñó y la creo, Él la inventó, no
es creación humana, con el propósito de ser el ejemplo y la base de todas las
instituciones humanas. Cada uno de sus miembros fue diseñado por Dios mismo
para llevar una vida en conjunto. Tres verdades se establecen aquí:
1. Dios creó al hombre y a la mujer a su propia imagen. Es decir, tendrán cualidades propias
de su ser. La inteligencia y la voluntad divina se reflejan en la del
hombre. En el plan de Dios el hombre es hecho un ser racional, moral, y
espiritual. Puede decirse que la naturaleza espiritual del hombre es la imagen
de Dios. Génesis 1:26-27. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de
los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra
sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de
Dios lo creó; varón y hembra los creó.
2. Dios creó la humanidad de tal forma que tanto al hombre como la
mujer necesitan el compañerismo mutuo. Y dijo Jehová
Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Génesis
2:18. Por ser el hombre un ser social, un ser
para vivir en compañía de otros y junto a otros, no es bueno que esté solo.
3. La mujer: Dios crea una ayuda idónea para el hombre. Una ayuda semejante a él le conviene.
Dios crea a la mujer igual al hombre, aunque subordinada a él, el verso 22 dice: Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo
una mujer, y la trajo al hombre”. Génesis 1:27. Ahora el hombre y la mujer están hechos el uno para el otro y surge un vínculo más fuerte y más sagrado aún que el vínculo de los hijos y de
los padres. La importante relación filial cederá el paso a una que es más alta.
Tan alta y a la vez profunda que dejará el hombre a su padre y a su madre y se
unirá a su mujer y serán una sola carne: Por tanto,
dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una
sola carne. Génesis 2:24.
La
crisis en la familia actual en las todas las naciones, se debe a la
desobediencia al orden divino en cuanto a lo que Dios estableció en las
Escrituras, se debe también al pensamiento humano de intentar quitar,
reemplazar o añadir a lo que el Señor ya estableció. Cada vez se nota más
la tendencia general de la sociedad hacia el consumismo, las personas valen de
acuerdo con lo que tienen sin importar cómo lo hayan conseguido.
Es
muy claro que vivimos en una sociedad demasiado egoísta y no nos damos cuenta
o, más bien, no queremos darnos cuenta tanto de la cantidad de personas que
viven en extrema pobreza en nuestro país y en muchos otros lugares del mundo,
como tampoco de la falta de solidaridad y de justicia social entre los seres
humanos. Esto a la vez fomenta el individualismo, ya que cada persona se
preocupa sólo por sí mismo y por tener cada vez más que los demás.
Deuteronomio 6:1-9. Estos, pues, son
los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os
enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros
para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y
sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los
días de tu vida, para que tus días sean prolongados.
Oye, pues, oh Israel, y cuida de
ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y
os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres. Oye, Israel:
Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de
ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
También
en los últimos años las familias y las naciones están siendo marcadas por un
preocupante incremento de la violencia y falta de respeto, falta de amor, de
agresiones, de anarquía y rebelión a la voluntad de Dios revelada en la Biblia.
Nuestros gobernantes no ponen todos los medios necesarios para impulsar la
calidad en el aprendizaje académico y humano, tanto en la escuela como en la
familia. Tampoco promueven la participación de la familia en la educación de
sus hijos.
Tenemos
en la sociedad una crisis de valores. Los valores no son sólo una cuestión
personal, sino que repercuten en todos los ámbitos de la sociedad. Ésta es la
razón por la que una crisis de valores a nivel personal se refleja en la
sociedad en su conjunto y se constituye en un problema social, del cual se
deriva una serie de acciones y conductas poco éticas: en la política, la
economía y por supuesto, en las organizaciones, tanto públicas como privadas.
La sociedad la forman los hombres. Entonces, ¿qué hacemos con los hombres? Para
responder a la pregunta recordemos a Pitágoras: “Si no queréis castigar a los hombres, educad a los
niños”.
Esta
crisis de valores tiene su origen en la infancia y adolescencia, ya que es en
estas etapas cuando se forjan muchos de los valores que dirigirán la vida de
una persona, y es por esto que resulta de vital importancia que los niños y
jóvenes reciban en sus familias y en las escuelas una educación integral,
centrada en la persona como ser único e irrepetible.
Esta fuente
de valores morales más ampliamente difundida la encontramos en las
Santas Escrituras: La Biblia. El apóstol Pablo, subrayó así el papel clave que desempeña la Biblia en lo que
respecta a proporcionar valores morales, valores sólidos: 2 Timoteo
3:16. Pero
persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has
aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales
te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Veamos
algunos principios morales que encontramos en la Biblia.
Mateo 7:12. La Regla de Oro. Todas
las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual
manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo que significan la
Ley y los Profetas.
Mateo 22:37-40. El gran mandamiento: Amar a Dios
y a nuestro su prójimo. Jesús le dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la
ley y los profetas.
Romanos 13:10. El amor
no obra mal al prójimo; por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la
ley.
Romanos 12:10. Respete y honre a los demás. En
amor fraternal ténganse tierno cariño unos a otros. En cuanto a mostrarse
honra unos a otros, lleven la delantera.
Promueva la paz. Marcos 9:50. Mantengan paz
entre unos y otros. Romanos 12:18. Si es
posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres. Romanos
14:19. Sigamos tras las cosas que contribuyen a la
paz.
Sepa perdonar. Mateo 6:12. Perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado
a nuestros deudores. Efesios 4:32. Háganse
bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, y perdónense liberalmente
unos a otros.”
Los valores morales o principios mencionados
anteriormente no son más que una muestra de los prácticos consejos que se
hallan en las Santas Escrituras. Además de estos, la Palabra de Dios contiene
numerosas advertencias contra las ideas, palabras y acciones que pueden
perjudicarnos. Proverbios 6:16-19. Seis cosas aborrece
Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las
manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos
inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla
mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
Las
enseñanzas de la Biblia ofrecen algo que la sociedad en general
necesita desesperadamente: orientación para seguir las mejores normas morales y
de conducta. Quienes
aceptan y ponen en práctica tales enseñanzas experimentan una notable
transformación, pues su modo de pensar y sus motivos cambian para bien.
Efesios 4:23-24. Dios Habla Hoy
(DHH). Deben renovarse espiritualmente en su
manera de juzgar, y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de
Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad. Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia
de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a
Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los
criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para
que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es
decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.
Al aprender los
valores morales y espirituales que se exponen en las Escrituras, logran
desarraigar de su corazón el racismo, el prejuicio y el odio. Hebreos 4:12. Dios
Habla Hoy (DHH). Porque la
palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos
filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más
íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del
corazón. La Biblia y los valores que
esta fomenta impulsan a las personas a abandonar todo tipo de vicios y
comportamientos violentos, y a ser mejores personas, pero lo más importante nos
permiten alcanzar la santidad que necesitamos para amar y agradar a Dios
alcanzando vida eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo. Los valores
morales y espirituales han ayudado a millones a superar hábitos y
prácticas muy arraigados que han echado a perder la vida de mucha gente.
1 Corintios 6:9-11. Dios Habla Hoy (DHH). ¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no
tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el reino de
Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras,
ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los
que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones.
Y esto eran antes algunos de ustedes; pero ahora ya recibieron el baño de la
purificación, fueron santificados y hechos justos en el nombre del Señor
Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
Las
enseñanzas bíblicas no solo han ido cambiando sus costumbres, sino también
sus corazones, sus esperanzas, sus familias. Sin importar cuánto degenere este
mundo, por toda la tierra hay personas que son mejores cada día. Y este
proceso no se detendrá, pues la Biblia promete: La hierba verde se ha secado, la flor se ha marchitado;
pero en cuanto a la Palabra de nuestro Dios, durará hasta tiempo indefinido. Isaías 40:8. Dios Habla Hoy (DHH).
Es por esto, que los valores que se eligen y se persiguen en la propia vida corresponden con la realidad del hombre. Porque solo los valores verdaderos pueden conducir a las personas a un desarrollo pleno de sus capacidades naturales. Puede afirmarse que, en el terreno moral, un valor será verdadero en función de su capacidad para hacer más humano al hombre. El valor más básico, es el valor de toda vida humana.
Juan 15:7-10. Dios Habla Hoy (DHH). Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles
a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. En esto se muestra la
gloria de mi Padre, en que den mucho fruto y lleguen así a ser verdaderos
discípulos míos. Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan,
pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en
mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor.
Los
principios básicos expresados en la Palabra de Dios, son el mejor plan para
obtener una familia saludable y de superior calidad. Los cristianos son
amonestados a tomar seriamente la Biblia en sus enseñanzas y demandas sobre la
familia. Si
usted todavía no le ha permitido al Señor Jesucristo un lugar de preferencia en su vida u hogar, la invitación
está abierta. Acepte a Cristo como Señor y Salvador de su vida y su obediencia
a Él y a Su Palabra, podrán señalarle el camino hacia una familia feliz y
saludable. Usted se merece lo mejor y los suyos también.
De
Dios proviene todo lo bueno, agradable y perfecto, todo lo que beneficia a los
seres humanos; él es la fuente de todos los principios y valores. 1 Pedro 1:13-25. Dios Habla
Hoy (DHH). Por eso, estén preparados y usen de su buen juicio. Pongan toda su
esperanza en lo que Dios en su bondad les va a dar cuando Jesucristo aparezca. Como
hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a
Dios. Al contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que
los llamó, es santo; pues la Escritura dice: Sean ustedes santos, porque yo soy
santo.
Si ustedes llaman Padre a Dios, que juzga a cada uno según sus hechos y
sin parcialidad, deben mostrarle reverencia durante todo el tiempo que vivan en
este mundo. Pues Dios los ha rescatado a ustedes de la vida sin sentido que
heredaron de sus antepasados; y ustedes saben muy bien que el costo de este
rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro o la plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin
defecto ni mancha. Cristo había sido destinado para esto desde antes que el
mundo fuera creado, pero en estos tiempos últimos ha aparecido para bien de
ustedes. Por medio de Cristo, ustedes creen en Dios, el cual lo resucitó y lo
glorificó; así que ustedes han puesto su fe y su esperanza en Dios.
Ahora ustedes, al obedecer al mensaje de la verdad, se han purificado
para amar sinceramente a los hermanos. Así que deben amarse unos a otros con
corazón puro y con todas sus fuerzas. Pues ustedes han vuelto a nacer, y esta
vez no de padres humanos y mortales, sino de la palabra de Dios, que es viva y
permanente. Porque la Escritura dice: Todo hombre es como hierba, y su grandeza
es como la flor de la hierba. La hierba se seca y la flor se cae, pero la
palabra del Señor permanece para siempre. Y esta palabra es el evangelio que se
les ha anunciado a ustedes.
1 Pedro 2:1-3.Dios Habla Hoy (DHH). Por lo
tanto, despójense de toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y
toda clase de chismes. Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche
espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación, ya que
han gustado la bondad del Señor.
Bendiciones.
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