Isaías
57:14-15. Y dirá: Allanad, allanad; barred el
camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Porque así dijo el Alto y
Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la
altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer
vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados.
El
deseo del corazón de Dios para cada persona y cada familia es de salvación, paz
y bienestar, lo que involucra todos los asuntos diarios; nos ha preparado un
camino, que es el Señor Jesucristo y un ayudador que es el Espíritu Santo; sin
embargo el enemigo de nuestras almas se mantiene en continua oposición a los
planes del Señor para nuestras vidas y está en constante accionar. Es por eso
que no debemos descuidarnos ya que él no dudará en un instante en tratar de
destruir a cualquier ser humano.
Jeremías
29:11-14. Porque yo sé los pensamientos que
tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para
daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y
yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro
corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra
cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os
arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.
La
vida en estos tiempos no es fácil, la Biblia nos muestra que estamos viviendo
tiempos difíciles y de cumplimiento de las profecías finales 2 Timoteo 3; es por eso que debemos refugiarnos en
el Señor Isaías 50:10 ¿Quién
hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en
tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. El
pastor Watchman Nee en su libro “Oremos” hace la siguiente referencia
sobre este tema: Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del
Altísimo quebrantará. (Daniel 7:25)
Satanás
tiene su obra, y ésta es atacar a los hijos de Dios. Puede que su ataque no sea
repentino; a menudo viene gradualmente y despacio. Daniel 7:25 menciona cómo Satanás
"quebrantará" a los santos del Altísimo. De hecho Satanás tiene un
plan contra los santos del Altísimo, y es el de quebrantarlos, desgastarlos,
agotarlos, acabar con ellos. Por lo tanto, reconozcamos claramente que la obra
de Satanás en la vida de los hijos de Dios, con frecuencia no es muy
perceptible, puesto que su trabajo para quebrantarlos es lento.
El
significado de "quebrantar" puede llevar la idea de desgastar un poco
en este minuto, luego desgastar un poco más en el minuto siguiente. Deshacer un
poco hoy y un poco más mañana. Así la obra de desgaste es casi imperceptible;
mas con todo es una obra destructora. Uno apenas se da cuenta de esta actividad
desgastadora de Satanás, pero el resultado final será el de no dejar nada. Por
tanto este principio de la obra de Satanás en la vida de los hijos de Dios
consiste en quebrantarlos hasta desgastarlos completamente. El nos quebrantará
hoy un poquito, y un poco más al día siguiente. El nos hará sufrir un poco
ahora y un poco más después. Quizá pensemos que es algo insignificante, pero
Satanás sabe que las consecuencias de este quebrantamiento son el total
desgaste de los santos.
Por
esta razón la Biblia indica que "el amor de
muchos se enfriará" (Mateo 24:12), que significa ponerse frío poco a poco. También menciona cómo cierta
muchacha que tenía un espíritu de adivinación, por muchos días iba gritando
detrás de Pablo y de sus compañeros (Hechos
16:17,18). Todavía más, las
Escrituras también hacen constar que cuando Félix esperaba que Pablo le diera
dinero, hacía venir a Pablo muchas veces y se comunicaba con él (Hechos 24:26). Y el Antiguo Testamento también describe cómo Dalila con sus
palabras hacía presión a Sansón cada día y le importunaba tanto, que su alma
fue reducida a mortal angustia (Jueces
16:16).
Así
es como Satanás quebrantará frecuentemente a los hijos de Dios: poco a poco y
por muchos días. "El día malo" de que se habla en Efesios 6:13 se refiere a las tácticas quebrantaduras
y desgastadoras de Satanás. Debemos pedir a Dios que nos abra los ojos para que
podamos discernir cómo Satanás quiere quebrantarnos y cómo debemos combatir sus
tácticas desgastadoras.
Quebrantamiento
del cuerpo físico. Especialmente por lo que al cuerpo
humano se refiere, podemos ver fácilmente cómo el enemigo quebranta a los hijos
de Dios. Podemos recordar dos ejemplos: la enfermedad del cuerpo de Job (Job 2:7,8) y el aguijón en la carne de Pablo (2 Corintios 12:7). Estos
son ejemplos clásicos de cómo Satanás quebranta el cuerpo de los hombres. Hay
bastantes cristianos que sufren enfermedades y debilidad en el cuerpo después
de ser salvos, siendo así que antes eran muy saludables. Ojalá que el Señor nos
abra los ojos para darnos cuenta de que el enemigo que siempre está maquinando
contra los hijos de Dios es Satanás.
Quebrantamiento
del corazón del hombre. Satanás
hace su obra no sólo en el cuerpo, también obra en el corazón humano. Al creer
en el Señor por primera vez, uno puede sentirse muy feliz, y lleno de gozo y de
paz. Pero si no vigilamos y somos ignorantes de lo que el enemigo puede hacer,
llega un día en que de manera misteriosa nos sentimos incómodos. Hoy nos
sentimos un poco inquietos, mañana algo infelices, y a los días siguientes algo
deprimidos. Poco a poco la paz y el gozo han desaparecido completamente. Esta
es la forma en que el diablo nos lleva a un estado de hastío y desesperación.
Quebrantamiento
de la vida espiritual. Satanás
también quebranta nuestra vida espiritual. Nos quita la vida de oración poco a
poco, nos hace que confiemos en Dios menos y menos y que confiemos en nosotros
mismos más y más. Y esto lo hace gradualmente, un poco cada vez. Así, cada vez
nos hace sentir un poco más inteligentes que antes. Paso a paso nos lleva a
confiar más en nuestras propias cualidades, y esos mismos pasos son los que
alejan nuestro corazón del Señor. Entendamos que si Satanás atacara a los hijos
de Dios de una vez y con gran fuerza, éstos sabrían defenderse del enemigo,
pues inmediatamente reconocerían su obra. Lo que es tan villanamente sutil en
Satanás es que no se nos viene encima con un gran ataque; no, emplea las
tácticas de desgastar y quebrantar a los santos lentamente durante un largo
período, logrando así que los hijos de Dios vayan apartándose y perdiendo un
poco de terreno cada vez. El usa esta táctica gradual para quebrantar a los
hijos de Dios.
Mal uso de
nuestro tiempo. Satanás también nos
hará desperdiciar el tiempo. Félix hacía venir a Pablo a menudo y hablaba con
él. Después de dos años de conversaciones con el gran apóstol, todavía no era
salvo. Este es el procedimiento del enemigo para agotar a los hombres. Hoy,
Pablo es invitado a hablar, pero sin lograr ningún resultado; mañana vuelve a
ser invitado y el resultado es también nulo; al día siguiente otra vez es
invitado, y lo mismo, sin resultado alguno. Así Pablo se vio envuelto en una
actividad completamente estéril durante dos años. ¡Cómo el enemigo nos hace
desperdiciar el tiempo y las energías! Si los hijos de Dios no aprenden a
discernir las tretas de Satanás, caerán fácilmente en sus trampas. Hemos de
redimir nuestro tiempo y sacar el provecho de cada hora. Hemos de contrarrestar
las tácticas con que Satanás consume nuestro tiempo y resistirle para que no
nos haga trabajar en obras que no darán ningún fruto.
Plan de
desgaste de la consagración de Sansón. Sansón tuvo sus fallos, pero no debió haber perdido su
consagración al Señor, ni tampoco su testimonio de separación. En la historia
de Sansón el perder la consagración significa perder el poder y el perder el
testimonio significa perder la presencia de Dios. Sansón era un nazareo, es
decir un hombre consagrado a Dios. Satanás sabía que la razón de la fuerza
extraordinaria de Sansón era su consagración, y por lo tanto, para quebrantarlo
se propuso destruir su consagración. ¿Cómo lo hizo? Usó a una mujer llamada
Dalila, la cual "presionándole cada día con sus palabras e
importunándole (a Sansón), su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió,
pues, todo su corazón" (Jueces
16:16,17). Así es como Sansón reveló el
secreto de su gran fuerza, y como consecuencia cayó en el lazo que Satanás le
había preparado: perdió su consagración, su fuerza, su testimonio de
separación, y la presencia de Dios. Ese "presionándole cada día" que nos dice la Biblia, es la obra del enemigo.
Si
Dios nos abre los ojos seremos capaces de ver que Satanás, para quebrantar y
desgastar a los hombres, emplea toda clase de procedimientos: les quebranta el
cuerpo, el corazón y la vida espiritual. No ataca con violencia; los desgasta y
agota lentamente. Por lo tanto, debemos guardarnos de las tácticas
quebrantaduras de Satanás. No debemos permitirle que nos desgaste. Al
contrario, tenemos que resistir cada uno de sus ataques.
Nos
ha dejado la ruta por la que debemos transitar y el manual de vida: La Biblia. Juan14:6. Jesús
le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí.
Juan 14:15-24. Si me amáis,
guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para
que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a
vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis;
porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que
yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis
mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado
por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el
Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda
mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me
envió.
Isaías
57:14-15. Y dirá: Allanad, allanad; barred el
camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Porque así dijo el Alto y
Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la
altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer
vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados.
No
debemos detestar a los hombres, pero hemos de aborrecer a los espíritus
malignos. Pablo, con toda seguridad, abominó al mal espíritu, pero no a la
muchacha. El mandó al mal espíritu que saliera de ella, pero al hacerlo, no
increpó a la muchacha. Siempre que el diablo quebrante a los hombres, tengamos
esta clase de aborrecimiento que tenía Pablo. Si de verdad sabemos cómo trata
Satanás de quebrantarnos, hemos de pedir a Dios que nos dé esta clase de
aborrecimiento, que consiste en increpar a Satanás y sentirnos airados contra
él.
Son
muchos los que pierden la paciencia con los hombres, y sin embargo, por raro
que parezca, no saben descargar su enojo en Satanás. Cuando están molestos o se
sienten ofendidos por otros, desahogan la ira en forma escandalosa, y en
cambio, no se dan cuenta de cómo el enemigo los está quebrantando.
Los
hijos de Dios deben estar llenos de enojo contra Satanás y deben aborrecerlo.
Si se enojaran contra él y le demostrasen aborrecimiento, dejarían de
experimentar el quebrantamiento constante que el enemigo les causa. A veces,
cuando el enemigo está quebrantándonos respondemos con el silencio, lo
sobrellevamos con paciencia y sufrimos calladamente, hasta que nos encontramos
tan disgustados dentro de nosotros mismos y tan enojados que exclamamos:
"¡Me opongo a esto!, ¡no lo toleraré!" Y solamente por decir esto,
por habernos enfadado contra él, nos encontramos aliviados y termina el proceso
de quebranto. Por lo tanto, los hijos de Dios deben levantarse para rechazar y
reprobar al enemigo.
Hay
quienes no logran aliviarse porque todavía tienen "fuerzas" para
aguantar. La persona que sigue soportando ese continuo desgaste y malestar
satánico, y permite que el diablo le acabe las energías, el gozo y la vida
espiritual. Debemos
leer Efesios 6:13, donde Pablo escribe que "habiendo acabado todo" debemos
"estar firmes"; debemos estar firmes
y no tolerar que Satanás continúe quebrantándonos.
Debemos
pedirle al Señor que nos abra los ojos para que veamos qué obra quebrantadora
está haciendo Satanás en los hijos de Dios. Que nos levantemos para resistir y hablar
contra el enemigo. Que declaremos atrevidamente: "¡Me resisto, me opongo,
no tolero tal quebrantamiento!" Si rechazamos y resistimos cualquier
táctica de desgaste que Satanás use contra nosotros, seremos testigos de la
salvación del Señor y de la liberación de las estratagemas opresoras de
Satanás. Fortalecernos en Dios, rendirnos a la voluntad de Dios, vestirnos de
la armadura de Dios, oponernos al enemigo de la manera que el Señor Jesucristo
nos enseñó, a través de la palabra de Dios y la obediencia en santidad viviendo
cada día cómo dijo el profeta en la presencia de Dios.
1 Reyes
17:1. Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de
Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová
Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en
estos años, sino por mi palabra. 1 Reyes 18:15. Y le dijo Elías: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya
presencia estoy, que hoy me mostraré a él. 2 Re 3:14. Y Eliseo dijo:Vive
Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese
respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. 2 Reyes 5:16 Mas él dijo: Vive
Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que
aceptara alguna cosa, pero él no quiso. Bendiciones.
Bendiciones mis hermanos! Muy lindo estudio, Dios quizo que lo leyera para edificar mi vida y las de mis hermanas! Dios los bendiga grandemente.
ResponderEliminarBendiciones!! Una palabra justa en el momento exacto..Dios los bendiga!!
ResponderEliminarWow me llené de fortaleza con este estudio
ResponderEliminarBendiciones INFINITAS
ResponderEliminar