Juan
13:15-17. Porque
ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De
cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es
mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las
hiciereis.
Eclesiastés 4:9-12. Mejores
son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el
uno levantará a su compañero; pero !ay del solo! que cuando cayere, no habrá
segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán
mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra
uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto. Aquí se
afirma que la unión hace la fuerza, y se dan varios ejemplos. De igual manera,
es importante que las familias estén unidas, que las Iglesias estén unidas, y
que las naciones estén unidas. Nuestro tema será sobre nuestro servicio o
trabajo para Dios como cristianos, pero dependiendo de él.
No podemos
llevar una vida conformista o cómoda después de que hemos recibido a Jesucristo
como Señor y Salvador de nuestras vidas, no podemos desperdiciar el tiempo que
nos resta de existencia viviendo una vida vana y sin propósito. Hemos sido
rescatados para servir a nuestro Dios. Muchos que tienen posesiones económicas
y un buen nivel de vida no toman en cuenta a Dios, su situación económica hace
que ellos piensen que no tienen necesidad de vivir para Dios de acuerdo a lo
que la Biblia nos enseña. Otra parte de los seres humanos ven como una
obligación que Dios y la vida tienen una deuda con ellos por lo que su actitud
es de exigencia constante acompañada de algo de egoísmo. Que sea la Palabra de
Dios y el Espíritu Santo mostrándonos
el camino a seguir y que nos de la ayuda y fortaleza necesarias para volvernos
de aquellos caminos que no nos sirven ni edifican.
Proverbios 14:12. Hay camino
que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.
Otro punto
que quiero tocar en esta charla es sobre aquellos que dicen servir a Dios en un
ministerio pero que lo hacen sin con contar con él o por buscar sus propios
intereses egoístas y no los del Señor, ni el beneficio del reino de los cielos, ni mucho menos el de las almas que han
sido rescatadas para salvación y vida eterna.
Cuando
Jesucristo se convierte verdaderamente en Señor de una vida, esta cambiará de
manera radical en cuanto a la manera de vivir y pensar. Romanos 12.1-2. Por tanto,
hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes
mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto
que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al
contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y
lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es
grato, lo que es perfecto.
Sobre este
tema vamos a empezar por una pequeña ilustración. Cuentan que cierta mujer fue
a ver un fotógrafo para que la retratara. La señora se había arreglado lo mejor
que había podido y la fotografía salió buena. Pero el fotógrafo se dijo a sí
mismo: “Tengo que retocar estos retratos porque si los dejo como están, esa
señora no quedará contenta.” En efecto, cuando ella regresó a ver al fotógrafo
para reconocer los retratos, quedó muy satisfecha: creyó que era más bonita de
lo que en realidad era. Primero
se engañó a sí misma; después se dejó engañar por el fotógrafo.
Así son
los hombres y mujeres con respecto a su mayordomía: Como seres humanos muchas
veces creemos que como estamos y pensamos vamos de la manera correcta por esta
tierra, sin contar con la voluntad de Dios. Podemos llegar a pensar que
haciendo buenas obras o si vamos a tal o cual iglesia, que si pertenecemos a
cierta religión u organizaciones de carácter benéfico o que si cumplimos con los
deseos de nuestro corazón sin hacerle daño a nadie logrando nuestros sueños y
objetivos habremos cumplido con nuestra parte, pero la verdad de nuestra
existencia va más allá de lo que nos imaginamos.
Mateo 5:45. Para que
seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Santiago 1:17. Toda buena
dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el
cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
1 Corintios 3:1-17. De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a
espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber
leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y
disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno:
Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis
creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el
crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega,
sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma
cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. PORQUE
NOSOTROS SOMOS COLABORADORES DE DIOS, Y VOSOTROS SOIS LABRANZA DE DIOS,
EDIFICIO DE DIOS. Conforme
a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el
fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
Porque nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre
este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno,
hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará,
pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la
probará. Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así como por fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el
Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios
le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Daniel 12:3.
(Reina-Valera 1960). Los
entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan
la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
Necesitamos ser entendidos y tener un corazón dispuesto para permitir que
Dios lleve a cabo sus planes y propósitos en nuestras vidas a través de nuestro
Señor Jesucristo y con la ayuda del Espíritu Santo, porque no es sólo haber
hecho una oración de entrega a Dios. No es sólo cumplir con una serie de normas
y como creyentes, no es sólo creer con haber sido perdonados y salvados por
Dios ya tenemos ganado el cielo y las bendiciones. Es saber y comprender que es
lo que realmente el Dios que nos creó y salvó desea para nuestras vidas. Que
tenemos que entender que somos llamados a servirle a Dios a la manera que él lo
ha establecido, a la manera de Dios y es lo que vamos a estar estudiando; sólo un corazón necio
y rebelde estaría orientado a hacer todo lo contrario a lo que realmente conviene.
Colosenses 1:1-14. Pablo,
apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los
santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a
vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Pablo pide que Dios les
conceda sabiduría espiritual siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús,
y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está
guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del
evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva
fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la
gracia de Dios en verdad, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro
consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también
nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
Por lo
cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por
vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda
sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor,
agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el
conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su
gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que
nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos
ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado
Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Jeremías 29:11-14.
Traducción en lenguaje actual (TLA). Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son
para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.
Cuando ustedes me pidan algo en oración, yo los escucharé. Cuando ustedes me
busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón. Estaré
con ustedes y pondré fin a su condición de esclavos. Los reuniré de todas las
naciones por donde los haya dispersado, y los haré volver a Jerusalén. Les juro
que así lo haré.
Eclesiastés 4:9-12. Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su
trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !ay del solo!
que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren
juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno
prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se
rompe pronto.
No basta con nuestros propios planes, cuando Dios nos rescato de nuestra
vana manera de vivir nos ha empezado a mostrar el verdadero camino y conducta
para nuestras vidas a través de su Palabra:
1 Pedro 1:13-21. Por
tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por
completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como
hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en
vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también
vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed
santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción
de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo
de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana
manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de
un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de
vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y
le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
Porque del señor es
la obra, él es el que llama, forma, equipa, afirma y da el crecimiento; lo que
él pide es dependencia, obediencia, esfuerzo y valentía de cada uno de sus
hijos quienes hemos aceptado el señorío del rey de reyes Jesucristo. Sin Dios
nada podemos hacer, pero en él y con él todo lo podemos.
Efesios 4:11-13. Y él
mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,
a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Ahora vamos a tocar un asunto que es el que nos muestra que la obra del
ministerio es una consecuencia y un llamado después de que cada persona ha
hecho su decisión personal por Cristo como Señor y Salvador. Los santos son
quienes realizan la obra del ministerio, es decir, la obra del servicio. Para
esto Dios constituye ministros de la Palabra, quienes les capacitan,
equipándolos, y una vez equipados, son ellos los que efectivamente edifican el
cuerpo de Cristo con su servicio.
Isaías 61:6. Y vosotros
seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis
llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis
sublimes. Juan 15:1-5,16. Yo soy
la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve
más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por
sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en
mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para
que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que
pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Pablo nos
esta diciendo, en esencia, “Mira tu propio cuerpo. Tienes manos, pies, ojos,
oídos. Ustedes no son un cerebro aislado, separado de los otros miembros.
Bueno, es lo mismo con Cristo. Él no es solamente una cabeza. Él tiene un
cuerpo, y nosotros somos parte de sus miembros.” El apóstol entonces señala,
“también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada
miembro está unido a todos los demás.” (Romanos
12:5). En otras
palabras, no estamos solo conectados a Jesús, nuestra cabeza. También estamos
unidos unos a los otros. El hecho es, que no podemos estar conectados a el sin estar unidos a nuestros hermanos
y hermanas en Cristo. “…El pan
que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan,
nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo, pues todos participamos de aquel
mismo pan.” (1 Corintios
10:16-17). Sencillamente,
todos somos alimentados por el mismo alimento, Cristo, el mana del cielo. “Porque el pan de Dios es aquel que
descendió del cielo y da vida al mundo.” (Juan 6:33).
Juan 17:21. Para que
todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean
uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me
diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en
ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca
que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén
conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde
antes de la fundación del mundo.
Jesús declaro, “Yo soy el
pan de vida…Yo soy el pan vivo que descendió del cielo;… también el que me come
vivirá por mí.” (Juan
6:35, 51,57). La imagen
del pan aquí es importante. Nuestro Señor nos dice, “Si vienes a mí, serás
alimentado. Estarás prendido a mí, como un miembro de mi cuerpo. Por lo tanto,
recibirás fortaleza del manantial de vida que esta en mi.” Ciertamente, cada
miembro de su cuerpo saca fuerza de una sola fuente: Cristo, la cabeza. Todo lo
que necesitamos para llevar una vida vencedora fluye de él. Este pan es lo que
nos distingue como miembros de su cuerpo. Somos separados del resto de la
humanidad porque comemos de un solo pan: Jesucristo. “…todos participamos de
aquel mismo pan.” (1
Corintios 10:17).
Algunos cristianos,
sin embargo, no quieren estar conectados a otros miembros del cuerpo. Tienen
comunión con Jesús, pero deliberadamente se aíslan de otros creyentes. No
quieren tener nada que ver con el cuerpo, solo con la cabeza. Pero un cuerpo no
puede estar compuesto de un solo miembro. ¿Se puede
imaginar una cabeza con tan solo un brazo creciendo de la misma? El cuerpo de
Cristo no puede estar compuesto tan solo de una cabeza, sin miembros u órganos.
Su cuerpo consiste de muchos miembros. Simplemente no podemos ser uno en Cristo
sin ser uno con su cuerpo también. Estamos entretejidos
no solamente por nuestra necesidad por Jesús, sino que también por nuestra
necesidad por los demás. Pablo
declara, “Ni el
ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No
tengo necesidad de vosotros.” (1 Corintios 12:21).
Los siguientes versículos nos muestra uno de los deseos mas especiales de
nuestro Dios y que quiere que lo llevemos a cabo trabajando en equipo con él.
Mateo 28: 16-20. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte
donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos
dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Marcos 16:15-18. Y les
dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y
estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa
mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
1 Pedro 2:9-10. Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero
que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado
misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
1 Crónicas 29:17. YO SÉ,
DIOS MÍO, QUE TÚ EXAMINAS LAS CONCIENCIAS Y QUE TE AGRADA LA RECTITUD. Por eso, con recta intención te he ofrecido todo esto. Y
ahora puedo ver con alegría que tu pueblo, aquí reunido, te ha presentado
generosamente sus ofrendas.
Cuando
usted depende completamente del Señor, entonces Él le proveerá LA DIRECCIÓN FIEL. Proverbios 3:5-6 dice: “Él
enderezará tus veredas.” O eso es
verdad o es una mentira. ¿Cómo Él dirigirá su camino? Primero, lo hará por
medio de su Palabra (Salmo 119:105). La Palabra
de Dios le mostrará la voluntad de Dios. Segundo, Dios le dirigirá por medio de
la oración (Filipenses 4:6-7). No toda
pregunta es contestada en la Biblia. La oración es una avenida de dos vías.
Deje que Dios le hable. Tercero, Dios le dirigirá por medio de su providencia.
Dios cierra y abre puertas (Apocalipsis 3:8).
Amós 3:7. Nunca hace
nada el Señor sin revelarlo a sus siervos los profetas. Mateo 6:6. Pero tú,
cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto.
Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Quiero que veamos el ejemplo de
sujeción de Moisés en cuanto a la dirección por parte de Dios.
Éxodo 24:15-18. Dicho
esto, Moisés subió al monte, el cual quedó cubierto por una nube. La gloria del
Señor vino a posarse sobre el monte Sinaí, y durante seis días la nube lo
cubrió. Al séptimo día el Señor llamó a Moisés desde la nube. La gloria del
Señor se presentó a los ojos de los israelitas como un fuego devorador, sobre
la parte más alta del monte. Moisés entró en la nube, subió al monte, y allí se
quedó cuarenta días y cuarenta noches. Éxodo
25:21-22,40. Pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca
pondrás el testimonio que yo te daré. Y de allí me declararé a ti, y hablaré
contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre
el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.
Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
Éxodo 26:30. Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue
mostrado en el monte. Éxodo
27:8. Lo
harás hueco, de tablas; de la manera que te fue mostrado en el monte, así lo
harás.
Todo lo que deseemos para nuestras vidas y para el servicio del
ministerio al que nos ha llamado Dios nos lo quiere revelar, ya que sus planes
son mejores que los nuestros y su voluntad permanece para siempre.
Isaías 55:6-11. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en
tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus
pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios
nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son
vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son
más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros
caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como
desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega
la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al
que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino
que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Y terminemos con este pasaje bíblico, para que sea Dios hablándonos y
nosotros tomando la decisión correcta.
Mateo 25:14-46. Porque el
reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y
les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a
cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido
cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo
el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido
uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho
tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.Y
llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos,
diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros
cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos
me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor
le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había
recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas
donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui
y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su
señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y
que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los
banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que
tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será
quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el
lloro y el crujir de dientes.
Cuando
el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas
las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las
ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su
izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque
tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui
forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y
te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y
te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a
uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá
también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de
comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis;
estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me
visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no
te servimos?
Entonces
les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno
de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo
eterno, y los justos a la vida eterna.
Bendiciones.
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