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Es tiempo de
sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y
la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que
empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina
Valera: TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.
Juan 5:39. Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las
doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e
infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres
de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las
doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la
regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la
plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original
y su caída en pecado.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA
2. Es el
estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución,
redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección,
predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la
unión mística del creyente con Cristo. Incluye el estudio de las
doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto,
organización y ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la
Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la
iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial,
los juicios finales y el estado eterno.
Clase 25. El Hombre: La
Creación de Dios por Lewis Sperry Chafer
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A. El Hombre como un ser creado.
Habiéndose descubierto en
el medio de un universo maravilloso y siendo del más alto orden de las
criaturas físicas, el hombre, naturalmente, buscaría la forma de entender su
propio origen tanto como el origen de todas las cosas existentes. Dado que la
Naturaleza no revela la creación del hombre y la tradición no sería una fuente
digna de confianza en la información, es razonable esperar que Dios revelara
los hechos esenciales acerca de la creación del hombre en la Biblia. En los
primeros capítulos del Génesis, y donde se quiera en la Biblia, la creación del
hombre se enseña claramente en la Escritura.
A causa de que el origen
del hombre es un asunto natural para la investigación y especulación, aquellos
que han tratado de contestar la pregunta aparte de la Escritura han hecho
numerosas tentativas para explicar el origen del hombre. Estos hechos
conflictivos demuestran que el hombre no tiene información cierta acerca de su
origen a no ser la que la Biblia le pueda dar, y sólo en la Escritura uno puede
esperar encontrar un relato completo y exacto.
Uno de los puntos de
vista más comunes que se han levantado en contradicción con la doctrina de la
creación del hombre revelada en la Biblia es la teoría de la evolución. Esta
teoría es que de alguna manera llegó a la existencia siendo una célula viviente
y de esta célula viviente el hombre evolucionó por un proceso de selección
natural. La evolución intenta explicar todas las complicadas formas de vida en
este mundo por este proceso natural.
De acuerdo a la teoría de
la evolución, todas las plantas, animales y el hombre fueron formados por un
proceso de pequeños cambios llevados a cabo por mutaciones, las cuales se creen
que explican todas las especies. Sin embargo, las mutaciones son casi
invariablemente dañinas más que beneficiosas, y nunca se han observado series
de mutaciones que sean beneficiosas o que hayan producido una nueva especie. De
acuerdo con esto, mientras que el registro bíblico reconoce que puede haber
variaciones dentro de las especies, declara que Dios creó los animales «según
su especie».
Gn. 1:21,24-25. En contraste con
los animales, el hombre fue hecho a la imagen y semejanza de Dios. Gn.
1:26-27. Aunque muchos adeptos a la evolución
admiten que es sólo una teoría y los fósiles revelan que no ha habido evolución
sistemática de las formas más bajas de vida a las formas más altas, la
evolución se constituye en la única explicación que el hombre natural ha sido
capaz de ofrecer en contradicción a la doctrina bíblica de la creación; está basada
claramente en un concepto naturalístico, más bien que en el origen sobrenatural
del hombre.
De igual manera, la
teoría de la así llamada evolución teísta -que Dios usó la evolución como un
método- para ser sostenida depende de una negación del significado literal de
la narración de la creación en la Biblia.
La doctrina de la
creación del hombre está enseñada claramente en la Escritura. Gn. 1:1. Gn. 2:25. Jn. 1:1. Col. 1:16. He. 11:3.
El primer capítulo de Génesis se refiere a Dios como el Creador cerca de
diecisiete veces, y se pueden encontrar cerca de cincuenta referencias más en
la Biblia. Algunas enseñan directamente sobre la creación, y otros pasajes
implican que Dios es el Creador de Adán y Eva. Ex. 20:11. Sal. 8:3-6. Lc. 3:38. Ro. 5:12-21. 1 Co.
11:9. 1Co. 15:22,45. 1 Ti. 2:13-14.
El verdadero concepto de
la creación es que Dios creó el mundo de la nada, puesto que en Génesis 1:1 no se hace mención de ninguna existencia previa.
Como se presenta en
Génesis, el hombre es la máxima obra de Dios en la creación, y se declara que
toda la creación tuvo lugar en seis días. Entre aquellos que aceptan la Biblia
como la obra inspirada de Dios se han dado diferentes explicaciones a estos
días de la creación. Algunos ven la narración de Génesis 1 como una re-creación
siguiendo una primera creación, la cual fue juzgada y destruida en conexión con
la caída de Satanás y los ángeles caídos. Esto nos daría la evidencia de que el
mundo inorgánico existía mucho antes de la creación descrita en los seis días
de Génesis 1-2.
Algunos miran los seis
días como períodos de tiempo, más cortos o más largos que veinticuatro horas,
porque la palabra «día» a veces es usada para períodos más largos, así como en
la expresión «el día del Señor». Otros insisten, sin embargo, que, dado que se
usan los números con la palabra «día», debe aplicarse a un día de veinticuatro
horas. En este caso se presupone que Dios creó el mundo con edad aparente, como
lo hizo, por ejemplo, en la creación del hombre mismo y en el caso de los
animales. Otros, sin embargo, señalan a la sugerencia de que el tiempo
involucrado fue más largo que veinticuatro horas debido a expresiones como las
de Génesis 1:11,
donde el árbol frutal se presenta creciendo de la tierra.
Mientras que Dios podría
haber creado un árbol completamente crecido, el hecho de que se diga que crece
implica un período más largo que veinticuatro horas. Mientras que los
evangélicos han diferido en la interpretación precisa del proceso de la
creación, la mayoría de los intérpretes que sostienen la inspiración e
infalibilidad de la Biblia atribuyen la presente existencia de los animales y
del hombre a la creación inmediata de Dios, y en la Escritura no hay evidencia
del desarrollo evolucionario de las especies por leyes naturales.
B. La Naturaleza del hombre.
De acuerdo al testimonio
de la Escritura, el hombre, en su forma humana presente, fue creado por Dios
como la conclusión y consumación de toda la creación. Se dice del hombre que
fue hecho a la imagen y semejanza de Dios (Gn. 1:26) y
que Dios respiró en él el aliento de vida (Gn. 2:7). Estas distinciones califican al hombre por sobre todas
las otras formas de vida que están sobre la tierra e indican que el hombre es
una criatura moral con intelecto, capacidad para sentir y voluntad.
Hablando en líneas
generales, la creación del hombre incluyó aquello que era material «el polvo» e
inmaterial « el aliento de vida». Esta doble distinción tiene referencia al
«hombre exterior» y al «hombre interior»; «el vaso de barro» y «su tesoro».
2 Co. 4:16. 2 Co. 4:7. Mientras que el alma y el espíritu del hombre se presentan existiendo para siempre, el cuerpo retorna al polvo desde donde fue formado, y el espíritu va a Dios quien lo dio. Ec. 12:7. De acuerdo a ello, la gente puede matar el cuerpo pero no matar el alma. Mt.10:28. Cuando la Escritura considera la parte inmaterial del hombre, a veces usa varios términos intercambiables. Comparar: Gn. 41:8. Con, Sal. 42:6. Mt. 20:28. Con, Mt. 27:50. Jn. 12:27. Con, Jn. 13:21. He. 12:23. Con, Ap. 6:9, Aun aplicando estos términos a Dios. Is. 42:1. Jer.9:9. He. 10:38. Ec. 3:21. Ap. 16:3. Algunas veces se distingue el espíritu, del alma del hombre. 1 Ts. 5:23. He. 4:12. A pesar de las altas funciones de la parte inmaterial del hombre, a veces se atribuyen al espíritu y a veces al alma.
Mr. 8:36-37. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el
mundo, y perdiere su alma? O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Mr. 12:30. Y amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus
fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Lc. 1:46. Entonces María dijo: Engrandece mi
alma al Señor;
He. 6:18-19. Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los
que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La
cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,
Stg. 1:21. Por lo cual, desechando toda
inmundicia y abundancia de malicia,
recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar
vuestras almas.
El espíritu se menciona
usualmente en las Escrituras como aquella parte del hombre la cual es capaz de
contemplar a Dios, y el alma es aquella parte del hombre la cual está
relacionada al yo y las varias funciones del intelecto, sensibilidades y
voluntad del hombre.
Sin embargo, también se
usan otros términos de la naturaleza inmaterial del hombre tales como el
corazón.
Ex. 7:22. Y los hechiceros de Egipto
hicieron lo mismo con sus encantamientos;
y el corazón de Faraón se endureció,
y no los escuchó; como Jehová lo
había dicho.
Sal. 37:4. Deléitate asimismo en Jehová, y
él te concederá las peticiones de tu corazón.
Ro. 9:2. Que tengo gran tristeza y continuo
dolor en mi corazón.
Ro. 10:9-10. Que si confesares con tu boca
que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Ef. 3:17. Para que habite Cristo por la fe
en vuestros corazones, a fin de
que, arraigados y cimentados en amor,
He. 4:7 otra vez determina un día: Hoy,
diciendo después de tanto tiempo, por
medio de David, como se dijo: Si oyereis
hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
Otro término usado es
aquel en cuanto a la mente del hombre, ya sea en referencia a la pecaminosidad
de la mente del hombre no salvo.
Ro. 1:28. Y como ellos no aprobaron tener en
cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen.
2 Co. 4:4. En los cuales el dios de este
siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la
luz del evangelio de la gloria de Cristo,
el cual es la imagen de Dios.
Ef. 4:17-18. Esto, pues,
digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles,
que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido,
ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de
su corazón;
Tito. 1:15. Todas las cosas son puras para
los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están
corrompidas.
O a la mente renovada que
posee un cristiano.
Mt. 22:37. Jesús le dijo: Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente.
Ro. 12:2. No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
1 Co. 14:15. ¿Qué, pues?
Oraré con el espíritu, pero oraré
también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con
el entendimiento.
Ef. 5:17. Por tanto, no seáis insensatos,
sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Otras expresiones tales
como «voluntad» y «conciencia» también se refieren a la parte inmaterial del
hombre.
Dada la variedad de
términos que a veces son usados en sentido similar y a veces en contraste el
uno con el otro, muchos han considerado la división del hombre en material e
inmaterial como la división básica; pero aun aquí expresiones como «alma» y
«espíritu» a veces son usadas para la totalidad del hombre incluyendo su
cuerpo.
Algunas religiones
paganas sostienen que el origen inmaterial de la naturaleza del hombre es
preexistente; esto significa que ha existido eternamente y sólo se encarna en
el principio de la existencia humana; esto no está sostenido por la Escritura.
Otro punto de vista ofrecido por algunos teólogos evangélicos es que el alma es
creada por Dios en el principio de la existencia humana individual; esta teoría
tiene dificultades en cuanto a la pecaminosidad del hombre.
Probablemente el mejor
punto de vista, conocido como el traducianismo, es que el alma y el espíritu
fueron propagados por generación natural, y por esta razón el hombre recibe un
alma y espíritu pecaminosos, porque sus padres son pecadores.
El cuerpo humano del
hombre es la habitación del alma y el espíritu del hombre hasta que muera.
Aunque acaba con la muerte, está sujeto a resurrección. Esto es verdadero en
cuanto a los salvos y los no salvos, aunque las resurrecciones son diferentes.
A veces el cuerpo tiene referencia como la «carne», y se usa para el cuerpo de
Cristo.
Col. 2:1,5. Porque quiero que sepáis cuán
gran lucha sostengo por vosotros, y por
los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;
Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con
vosotros, gozándome y mirando vuestro
buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
1 Ti. 3:16. E indiscutiblemente, grande es
el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el
Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido
arriba en gloria.
1 P. 3:18. Porque también Cristo padeció una
sola vez por los pecados, el justo por
los injustos, para llevarnos a
Dios, siendo a la verdad muerto en la
carne, pero vivificado en espíritu;
Otras veces se refiere a
la naturaleza pecaminosa, la cual incluye el alma y el espíritu, como en la
declaración de Pablo que él había «crucificado la carne»
Ga.5:24. Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
De acuerdo a ello, la
carne no debe considerarse sinónimo con el cuerpo en todos los pasajes, puesto
que puede implicar todo el hombre no regenerado.
Los cuerpos de las
personas salvas son declarados como «templos». Jn. 2:21 Mas él hablaba del
templo de su cuerpo.
1 Co. 6: 19. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo
del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Fil. 1:20. conforme a mi anhelo y esperanza de que
en nada seré avergonzado; antes bien con
toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi
cuerpo, o por vida o por muerte.
Aunque al mismo tiempo sus cuerpos son considerados
como «vasos de barro».
2 Co. 4:7. Pero tenemos este tesoro en vasos de
barro, para que la excelencia del poder
sea de Dios, y no de nosotros, Cuerpos «viles», cuerpos para ser mortificados y
cuerpos los cuales tienen que ser mantenidos en sujeción.
Fil. 3:21. el cual transformará el cuerpo de la
humillación nuestra, para que sea
semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las
cosas.
Ro. 8:13. porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
Col. 3:5. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.
1 Co. 9:27. sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para
otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Los cuerpos de los salvos
serán transformados, santificados, salvados y redimidos y finalmente
glorificados para siempre en la venida de Cristo por su Iglesia. Ro. 8:11. Ro. 8:17-18,23. 1Co. 6:13-20. Fil.
3:20-21.
Jesucristo poseía un
cuerpo humano perfecto antes de su muerte, y después de su resurrección tenía
un cuerpo de carne y hueso que es el ejemplo del cuerpo de resurrección del
creyente. El término «cuerpo» se usa también como una figura de la iglesia como
el cuerpo de Cristo y del cual Cristo es la cabeza.
PREGUNTAS.
1. Aparte de la Biblia,
¿tiene el hombre algún tipo de conocimiento con respecto a su origen?
2. ¿De qué manera explica
la teoría de la evolución el origen del hombre?
3. ¿Qué sostiene la
evolución deísta?
4. ¿En qué manera el
hombre difiere de los animales, y qué relación tiene esto con el problema del
origen del pecado?
5. ¿Qué evidencia existe
en la Escritura de la creación del hombre?
6. ¿Cuáles son varias de
las explicaciones que se buscan al relato de las Escrituras del hombre como ser
creado en seis días?
7. ¿Por qué crees que la
explicación bíblica del origen del hombre como ser creado es superior a la
teoría evolucionista?
8. ¿Qué significa la
declaración de que el hombre es hecho a la imagen y semejanza de Dios?
9. ¿Qué significado
tienen «espíritu» y «alma» cuando se usan en relación al hombre?
10. ¿Qué otros términos
se usan para describir la parte inmaterial del hombre además de alma y
espíritu?
11. Exponer otras
opiniones sobre el origen de la naturaleza del hombre como ser preexistente o
ser creado en el nacimiento de cada individuo.
12. ¿Qué es el
traducianismo (teoría que explica el origen del alma y espíritu del hombre) y
por qué es, probablemente, superior que cualquier otro punto de vista?
13. ¿Qué significado
tiene el término «carne», en la Biblia. y en qué sentido se usa?
14. ¿En qué sentido es un
templo el cuerpo de una persona salvada?
15. ¿En qué se funda la
esperanza de una persona salvada de ser transformada y glorificada
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