Es tiempo de
sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y
la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que
empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina
Valera: TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.
Juan 5:39. Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las
doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e
infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres
de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las
doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la
regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la
plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original
y su caída en pecado.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA
2. Es el
estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución,
redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección,
predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la
unión mística del creyente con Cristo. Incluye el estudio de las
doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto,
organización y ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la
Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la
iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial,
los juicios finales y el estado eterno.
Clase 26. El Hombre: Su
Caída por Lewis Sperry Chafer
El problema de cómo el
pecado entró en el universo es un asunto en el cual cada sistema encuentra
obstáculos. Sin embargo, solamente la Biblia provee una explicación razonable.
Como fue visto en el estudio previo de los ángeles, el pecado entró
primeramente en el universo en la rebelión de algunos de los santos ángeles
guiados por Satanás, lo cual ocurrió bastante antes de que el hombre fuera
creado. Los primeros capítulos del Génesis registran la caída en el pecado por
Adán y Eva. Las varias interpretaciones de este hecho nos llevan a considerarlo
un evento literal que explica la pecaminosidad de la raza humana o al intento
de explicarlo como algo no histórico o como un mito. La interpretación
ortodoxa, sin embargo, es que el acontecimiento tuvo lugar exactamente como se
registra en la Escritura, y ésta es la manera en que se relata en el resto de
la Biblia.
La caída del hombre en
pecado puede considerarse desde tres aspectos: 1) Adán antes de la caída, 2) Adán después de la
caída, y 3) el
efecto de la caída de Adán sobre la raza humana.
A. Adán antes de la caída.
En palabras de peculiar
sencillez, la Biblia introduce en la historia al primer hombre y a la mujer que
le fue dada por compañera. Estos dos seres fueron unidos como «una sola carne»,
y según el concepto divino esto es lo que constituye la verdadera unidad.
Aunque tanto el hombre como la mujer pecaron y cayeron, la Biblia se refiere a
este fracaso mutuo como a la caída del hombre.
No es posible hacer
cálculos en cuanto a la extensión del período durante el cual Adán y Eva
permanecieron en su condición original; sin embargo, es evidente que fue un
tiempo suficiente como para que pudieran acostumbrarse a la situación en que
habían sido colocados, para observar con cuidado y darle nombre a las criaturas
vivientes y experimentar la comunión con Dios. Semejante a todas las obras de
Dios, el hombre fue creado «bueno en gran manera» (Gn. 1:31),
que significa que él era agradable al Creador. Esto implica más que Adán era
inocente, siendo este último término de carácter negativo y sugiriendo
simplemente que el primer hombre no había cometido pecado. La santidad, que es
el principal atributo de Dios, es un término positivo e indica que Él es
incapaz de pecar.
El hombre, dado que fue
hecho a la imagen de Dios, tenía una personalidad completa y la capacidad moral
de tomar decisiones. En contraste con Dios quien no puede pecar, tanto los
hombres como los ángeles podían pecar. Como fue visto en el estudio anterior sobre
los ángeles, Satanás pecó, y tras él fueron otros ángeles, de quienes se ha
escrito que «no guardaron su original estado.
Is. 14:12-14 ¡Cómo caíste del cielo, oh
Lucero, hijo de la mañana! Cortado
fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. (13) Tú que decías en tu
corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré
mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; (14)
sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Ez. 28:15 Perfecto eras en todos tus caminos
desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
Jud. 1:6 Y a los ángeles que no guardaron su
dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo
oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
Debido al hecho de que
Satanás y los ángeles caídos pecaron primero, el hombre no originó el pecado,
pero se convirtió en un pecador debido a la influencia satánica.
Gn. 3:4-7 sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el
bien y el mal. (6) Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de
su fruto, y comió; y dio también a su
marido, el cual comió así como ella. (7) Entonces fueron abiertos los ojos de
ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y
se hicieron delantales.
El relato de cómo pecaron
Adán y Eva está revelado en Génesis. De acuerdo a esto, Satanás apareció en la
forma de una serpiente, una criatura la cual en ese tiempo era un animal muy
hermoso y atractivo. Como lo registra la Biblia, Dios había dado a Adán y Eva
una prohibición: ellos no deberían comer del árbol del conocimiento del bien y
del mal.
Gn. 3:1-6 Pero la serpiente era astuta, más
que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la
mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? (2) Y
la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer; (3) pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No
comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. (4)
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; (5) sino que sabe
Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como
Dios, sabiendo el bien y el mal.
(6) Y vio la mujer que el árbol
era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
alcanzar la sabiduría; y tomó de su
fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
De acuerdo a Gn. 2: 17, Dios dijo: «Mas del árbol
de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.» Esta prohibición relativamente simple era una
prueba para ver si Adán y Eva obedecerían a Dios.
En su conversación con
Eva, Satanás introdujo esta prohibición diciéndole a Eva: « ¿Conque Dios os ha dicho: No
comáis de todo árbol del huerto?» (Gn. 3:1). Lo que quiso implicar era que Dios estaba
escondiendo algo que era bueno y que El estaba siendo muy severo
innecesariamente en su prohibición. Eva le contestó a la serpiente: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero
del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él,
ni le tocaréis, para que no muráis» (Gn. 3: 2-3).
En su respuesta Eva cayó
en la trampa de Satanás al dejar fuera la palabra «libremente» en el permiso de
Dios de comer de los árboles del huerto, y también ella dejó fuera la palabra
«seguramente» en la advertencia de Dios. La tendencia natural del hombre de
minimizar la bondad de Dios y de magnificar su severidad son, desde entonces,
características familiares de la experiencia humana. Satanás inmediatamente se
aferró de la omisión de la palabra «seguramente» en cuanto al castigo y le dijo
a la mujer: «No moriréis:
sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal» (Gn. 3:4-5).
En su conversación con la
mujer, Satanás se revela como el engañador. La seguridad del castigo se desafía
directamente y se niega así expresamente la Palabra de Dios. El hecho de que comiendo
del fruto sus ojos serían abiertos al conocimiento del bien y del mal era
verdad, pero lo que Satanás no reveló fue que ellos tendrían el poder de
conocer el bien y el mal sin el poder de hacer el bien.
De acuerdo a Génesis 3:6, la
caída de Adán y Eva en el pecado está registrada así: «y vio la mujer que el árbol
era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido,
el cual comió así como ella.» Si
Satanás le sugirió esto a la mujer o si ella llegó a estas conclusiones por sí
misma no lo dice la Escritura.
Sin embargo, se nota aquí
el modelo familiar de la tentación en tres líneas indicadas en 1 Juan 2:16: el
hecho de que el fruto era bueno para comer apeló a la «concupiscencia de la
carne»; el hecho de que era «agradable a los ojos» apeló a la «concupiscencia
de los ojos»; y el poder del fruto del árbol de hacerlos sabios apeló a la
«vanagloria de la vida». Un ejemplo similar de tentación fue seguido por
Satanás en la tentación de Cristo
Mt. 4:1-11. Mr. 1:12-13. Lc. 4:1-13. 1 Ti. 2:14.
B. Adán después de la caída.
Cuando Adán y Eva pecaron
perdieron su bendito estado en el cual ambos habían sido creados y vinieron a
ser objeto de varios cambios trascendentales.
1. El hombre cayó bajo el dominio de la muerte espiritual y física. Dios
había dicho: «Porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás» (Gn. 2:17); y
esta divina sentencia se cumplió. Adán y Eva sufrieron inmediatamente la muerte
espiritual, que significa separación de Dios. Y a su debido tiempo sufrieron
también el castigo de la muerte física, que significa el acto por el cual el
alma se separa del cuerpo.
2. El juicio de Dios también cayó sobre Satanás, y la
serpiente fue condenada a arrastrarse en el suelo (Gn. 3:14) La lucha entre Dios y Satanás se describe en Génesis
3:15 en lo que se relaciona con la raza humana,
y Dios dice: «y pondré enemistad entre ti
y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar.»
Esto se refiere al conflicto entre Cristo y
Satanás, en el cual Cristo murió en la cruz, pero no pudo ser retenido por la
muerte, como se anticipó en la expresión «Tú le herirás en el calcañar».
Sin embargo, la última
derrota de Satanás está indicada en el hecho de que la simiente de la mujer le
«herirá en la cabeza», esto es, infringirle una herida mortal y permanente. La
simiente de la mujer se refiere a Jesucristo, quien en su muerte y resurrección
conquistó y venció a Satanás.
3. Un juicio especial también cayó sobre Eva, la cual experimentaría dolor
al dar a luz sus hijos y se debería de someter a su esposo. El hecho de que se
produciría la muerte haría necesario que se produjeran múltiples nacimientos.
Gn. 3:16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran
manera los dolores en tus preñeces; con
dolor darás a luz los hijos; y tu deseo
será para tu marido, y él se enseñoreará
de ti.
4. Una maldición especial cayó sobre Adán, al cual le fue
asignada la dura labor de trabajar la tierra, ahora maldita con espinos y
cardos, para obtener la comida necesaria para su continua existencia. De
acuerdo con esto, la misma creación sería cambiada por el pecado del hombre.
Ro. 8:22 Porque sabemos que toda la creación
gime a una, y a una está con dolores de
parto hasta ahora.
Más adelante la Escritura
indica cómo los efectos del pecado serían parcialmente aliviados por medio de
la salvación en el caso del hombre y por un levantamiento parcial de la
maldición en el futuro reino milenial. Adán y Eva, sin embargo, después de la
caída fueron conducidos fuera del huerto y comenzaron a experimentar el dolor y
la lucha que han caracterizado a la raza humana desde entonces.
C. El efecto de la caída de Adán sobre todo el género humano.
El efecto inmediato del
pecado sobre Adán y Eva fue que éstos murieron espiritualmente y llegaron a
estar sujetos a la muerte espiritual. Su naturaleza se depravó y, por tanto, la
raza humana experimentaría la esclavitud del pecado. Además del cambio de la
suerte del hombre y su ambiente, la Biblia también revela una profunda doctrina
de imputación, que pone de relieve la verdad que Dios ahora acusó a Adán con
pecado y, como resultado, acusó a sus descendientes con la responsabilidad del
primer pecado de Adán.
Las Escrituras mencionan tres grandes imputaciones:
1) El pecado de Adán es imputado a su posteridad. Ro.
5:12-14 Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de
Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él.
(13) Y el Dios de esperanza os llene de
todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del
Espíritu Santo. (14) Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que
vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal
manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
2) el pecado del hombre es imputado a Cristo. 2 Co. 5: 21 Al que
no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él.
3) La justicia de Dios imputada a los que creen en Cristo. Gn.
15:6. Sal. 32:2. Ro. 3:22. Ro. 4:3,8. Ro. 4:21-25. 2 Co. 5:21. Flm. 1:17-18.
Es obvio que se efectuó
un traspaso de carácter judicial del pecado del hombre a Cristo, quien llevó
sobre su cuerpo en el madero el pecado del género humano. «Mas Jehová cargó en Él el
pecado de todos nosotros» Is. 53:5. Jn. 1:29. 1 P. 2:24. 1 P. 3:18.
De igual manera hay un
traspaso de carácter judicial de la justicia de Dios al creyente, puesto que no
podía haber otro fundamento de justificación o aceptación delante de Dios. Esta
imputación pertenece a la nueva relación espiritual que el creyente disfruta
con Dios en la esfera de la nueva creación. 2 Co. 5:21. Estando unidos al Señor por el bautismo del Espíritu. 1
Co. 6:17 Pero el que se une al Señor, un
espíritu es con él. 1 Co. 12:13. 2 Co. 5:17 Ga. 3:27.
Y vitalmente relacionados
con Cristo como un miembro de su cuerpo, se sigue que cada virtud de Cristo es
comunicada a los que han llegado a ser una parte orgánica de Él. El creyente
está «en Cristo» y, por consiguiente, participa de todo lo que Cristo es. Ef. 5:30. Ro. 5:12-14.
De igual manera, el
pecado original de Adán es transmitido en la forma de naturaleza pecaminosa
indirectamente, o sea, por herencia, de padre a hijo, a través de todas las
generaciones. El efecto de la caída es universal; así también lo es la oferta
de la divina gracia.
La caída de los hombres
no se efectúa cuando cometen su primer pecado; ellos han nacido ya en pecado,
como criaturas caídas, procedentes de Adán. Los hombres no se convierten en
pecadores por medio de la práctica del pecado, sino que ellos pecan debido a
que por naturaleza son pecadores. Ningún niño necesita que se le enseñe a
pecar, pero cada niño tiene que ser estimulado a realizar el bien.
Debe observarse que, no
obstante que la caída de Adán pesa sobre toda la Humanidad, es evidente que hay
una provisión divina para los infantes y para todos aquellos que no tienen
responsabilidad moral.
Los santos juicios de
Dios tienen que caer sobre todos los pecadores no redimidos:
1) por causa del pecado imputado;
2) por causa de la naturaleza pecaminosa que todos han heredado;
3) por causa de que todos están bajo pecado; y
4) por causa de sus propios pecados.
Si bien es cierto que
estos juicios divinos no pueden atenuarse, el pecador puede escapar de ellos
por medio de Cristo. Estas son las buenas nuevas del Evangelio.
La pena que descansa
sobre la antigua creación es:
1) Muerte física,
por la cual el alma se separa del cuerpo;
2) Muerte espiritual, la cual, semejante a la de Adán, es el estado
presente de los perdidos y la separación entre el alma y Dios. Ef. 2:1 Ef. 4:18-19.
3) la segunda muerte, o sea, la eterna separación entre el alma y Dios y la
expulsión de los perdidos de la presencia de Él para siempre. Ap. 2:11.Ap. 20:6,14. Ap. 21:8.
PREGUNTAS.
1. ¿Cómo explica la
Biblia el origen del pecado en el universo y en el género humano?
2. ¿Cuál era el estado
del hombre antes que pecara?
3. ¿Cómo tentó Satanás a
Eva?
4. ¿Cómo relató Eva
falsamente la prohibición de Dios?
5. ¿Cómo mintió Satanás a
Eva y negó expresamente la Palabra de Dios?
6. ¿Cómo Satanás disfrazó
lo apetecible del poder del conocimiento del bien y del mal?
7. ¿Cómo indica 1 Juan
2:16 las tres líneas de la tentación?
8. ¿Cuál fue el efecto
sobre Adán y Eva después que ellos hubieron pecado?
9. ¿Cuál fue el efecto
sobre Satanás y la serpiente después que Adán y Eva pecaron?
10. ¿Cuál fue el efecto
sobre los descendientes de Adán y Eva por el pecado de Adán?
11. Mencionar las tres
imputaciones presentadas en las Escrituras.
12. ¿Por qué es verdad
que el hombre no se vuelve pecador pecando?
13. ¿Por qué los santos
juicios de Dios están sobre los hombres que están fuera de Cristo?
14. ¿Cuál es la pena que
está sobre la vieja creación?
15. ¿Por qué la salvación
en Cristo es la única esperanza para el hombre en su estado caído
No hay comentarios:
Publicar un comentario