Mateo 24:12-14. Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se
enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. Y este
evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las
naciones, y entonces vendrá el fin.
Estamos en tiempos de crisis mundial en todas las esferas
y muchas personas han perdido sus puestos de trabajo. Hay mucha gente sufriendo
y sin saber qué va a pasar con sus vidas y las de sus familias. Son tiempos
difíciles los que estamos viviendo, pero en medio de todas estas cosas los
cristianos tenemos grandes promesas de Dios y no tenemos que vivir con ansiedad
o preocupación. Debemos perseverar en medio de estos tiempos.
Mateo 6:33. (RVR1960). Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas.
Es el deseo de Dios que le busquemos de todo nuestro
corazón, que estemos con él por la eternidad como esta revelado en la oración
intercesora más poderosa que se ha hecho sobre esta tierra (Juan 17), en dónde nos deja ver el deseo profundo del Señor
Jesucristo y la perfecta y amorosa voluntad del Padre Celestial para cada ser
humano. Sólo hay una manera de buscar a Dios, un sólo camino, un sólo Dios, un
sólo ayudador, es a la manera de Dios y no a la manera de los hombres, el Señor
nos ha dejado revelado en su Palabra como debemos hacerlo. Dios ha prometido
cuidar de Sus hijos y Él siempre cumple Sus promesas.
Te invito a leer el sermón
sobre Reino de Dios en medio nuestro.
http://casadeoracioniglesiacristiana.blogspot.com.co/2016/05/el-reino-de-dios-en-medio-nuestro_8.html
Hebreos 13:5b dice: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”. Eso lo experimentamos los cristianos cada día. Nada de lo
que les pasa a los hijos de Dios puede ser para mal ni está fuera de Su
control; podemos descansar en Sus promesas. Entonces, ¿podemos pensar que Dios
va a permitir que nos falte lo necesario? De ninguna manera. Dios sabe cuáles
son nuestras necesidades y las va a suplir. Hechos 5:29 (LBLA). Mas
respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Debemos obedecer a Dios antes que
a los hombres.
Nuestro Señor Jesucristo con su propia vida consumó el
plan de Salvación por toda la humanidad derramando su sangre en aquella cruz y
entregando su propia vida para podernos redimir de la muerte, Salmos 40:8. (LBLA) Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está
dentro de mi corazón. Lucas 22:40-43. (LBLA). Cuando
llegó al lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación. Y se apartó de
ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, diciendo:
Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad,
sino la tuya. Entonces se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndole.
Juan 17:1-11. La Biblia de las
Américas (LBLA) Oración intercesora de Jesús. Estas
cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha
llegado; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti, por cuanto
le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los
que tú le has dado. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te glorifiqué en la tierra,
habiendo terminado la obra que me diste que hiciera. Y ahora, glorifícame tú,
Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo
existiera. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran
tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo
que me has dado viene de ti; porque yo les he dado las palabras que me diste; y
las recibieron, y entendieron que en verdad salí de ti, y creyeron que tú me
enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has
dado; porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, mío; y he sido
glorificado en ellos. Ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo,
y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre, el nombre que me has dado,
para que sean uno, así como nosotros.
El evangelio es sencillo pero muchos lo hacen complicado
para ellos y para otros, en estos tiempos peligrosos de cumplimientos
proféticos en dónde la maldad y la falta de amor están en todas las naciones de
una manera sin precedentes. Mateo cap. 25; 2 Timoteo cap. 3.
Sólo hay que colocar cualquier canal de noticias y podemos
ver como abundan el egoísmo, la envidia, el amor por el mundo, el amor por las
cosas del mundo, en miles no hay temor a Dios, no hay respeto por los padres,
no hay respeto por las autoridades, se respira anarquía, muchos buscan lo suyo,
envidia y egoísmo se ven por todas partes, adulterios, fornicaciones, orgías,
borracheras, asesinatos, violaciones a mujeres, niños y hombres, hay
injusticias, la corrupción abunda en los organismos de los estados y de los
sectores privados en todas las naciones, la mentira y el engaño son una forma
de vivir para muchos, el amor al dinero y la avaricia ha hecho que muchos y
muchas busquen cualquier manera de conseguir lo que desean a cualquier costo
como el narcotráfico, la prostitución (de mujeres, de hombres, de niños, de
homosexuales, de lesbianas), vendiendo armas, secuestrando, la pornografía, la
drogadicción es aceptada de manera normal por muchas sociedades, hay corrupción
por todas partes. Se respira maldad en toda la tierra a pesar que los avances
tecnológicos y de la ciencia han llegado a niveles nunca antes vistos como lo
declaró el profeta Daniel.
2 Timoteo 3:1-17. Palabra de
Dios para Todos (PDT). Recuerda que en los últimos
días llegarán tiempos difíciles. La gente se volverá egoísta, amante del
dinero, fanfarrona y orgullosa. Se insultarán unos a otros, no obedecerán a sus
padres, no darán ni las gracias y serán mundanos. No sentirán afecto por los
demás ni estarán dispuestos a perdonarlos. Hablarán con maldad, estarán fuera
de control, serán crueles y odiarán el bien. En esos mismos días, la gente
traicionará a sus amigos, actuará sin pensar, se enorgullecerá de lo que sabe y
en vez de amar a Dios, amará los placeres. Parecerán ser muy religiosos, pero
con su manera de vivir demostrarán que en realidad rechazan servir a Dios; no
te metas con esa gente.
Algunos de ellos
entran a las casas y convencen a mujeres débiles llenas de pecado, que se dejan
llevar por toda clase de malos deseos. Aunque ellas siempre tratan de aprender,
nunca terminan de entender la verdad. Ellos están en contra de la verdad, como
Janes y Jambres, quienes estaban en contra de Moisés. Tienen mentes retorcidas y
han fracasado en la fe. Pero no tendrán éxito en lo que hacen y así todos verán
lo tontos que son, como pasó con Janes y Jambres. Pero tú me conoces, sabes lo
que enseño y cómo vivo. Sabes también el propósito de mi vida, que tengo fe,
paciencia y amor, y que no me doy por vencido ante la persecución ni el
sufrimiento. Te enteraste de la clase de persecuciones que sufrí en Antioquía,
Iconio y Listra y de cómo el Señor me salvó de todo eso. Pues todo el que
pertenezca a Jesucristo y quiera vivir dedicado a Dios será perseguido, pero
los perversos y los engañadores irán de mal en peor, engañarán y serán
engañados.
Pero tú sigue practicando
las enseñanzas que has aprendido. Sabes que son ciertas porque conoces a
quienes te las enseñaron. Desde niño conoces las Sagradas Escrituras que te
pueden hacer sabio. Esa sabiduría te lleva a la salvación a través de la fe en
Jesucristo. Toda la Escritura es un mensaje enviado por Dios, y es útil para
enseñar, reprender, corregir y mostrar a la gente cómo vivir de la manera que
Dios manda, para que el siervo de Dios esté listo y completamente capacitado
para toda buena obra.
Así también nosotros cuando vemos estas cosas que nos
recuerdan las palabras de la Biblia, debemos recordar que antes de la Segunda
Venida del Señor tienen que venir muchos dolores como los de una mujer de
parto. Dios está en control de todo.
Daniel 12 (LBLA)
El tiempo del fin. En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que
está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca
fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu
pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que
duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y
otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como
el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como
las estrellas a perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y
sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la
ciencia se aumentará. Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie,
el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón
vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de
estas maravillas? Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del
río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive
por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando
se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán
cumplidas.
Y yo oí, mas no
entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió:
Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del
fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos
procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos
comprenderán. Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la
abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el
que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el
fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.
Muchos tienen conocimiento de que Jesús dijo: “Buscad
primeramente el reino de Dios”.
¿Pero qué significa esto? ¿Por qué es necesario? ¿Cómo podemos cumplir este
mandato?
Como parte del Sermón del Monte Jesús habló sobre las
cuestiones comunes que cada uno de nosotros enfrenta para sobrevivir (Mateo 6:25-34). ¿Cómo voy a llenar mis necesidades? ¿Tendré
comida y bebida? ¿Tendré ropa? Hablando sobre estas cuestiones, Jesús dijo: “Buscad
primeramente el reino de Dios, y su justicia; y todas estas cosas os serán
añadidas” (v. 33). En esencia, Jesús
estaba advirtiéndonos de no preocuparnos acerca de estos intereses humanos y
más bien darle prioridad a buscar el Reino de Dios.
Por qué debemos buscar el
Reino de Dios. La razón por la que debemos buscar el
Reino de Dios es que miles de años de historia muestran que los seres humanos
no podemos gobernarnos de manera efectiva; y al final, todos los gobiernos humanos
con la excepción de Dios fracasarán. Salomón escribió en Proverbios 14:12 que “hay camino que al hombre le parece derecho; pero su
fin es camino de muerte”. Jeremías agregó: “Conozco, oh
Eterno, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el
ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23).
¿Cómo podemos buscar el Reino
y la justicia de Dios? En su enseñanza
Jesús incluyó instrucción sobre cómo buscar el Reino de Dios: “El tiempo se ha
cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el
evangelio” (Marcos 1:15). El
arrepentimiento y la fe son las dos piedras fundamentales por las cuales será
permitida la entrada a este Reino glorioso.
La razón por la que debemos arrepentirnos es porque “todos pecaron,
y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Romanos 6:23 agrega que “la paga del pecado es muerte, mas la
dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Arrepentirnos significa que
debemos cambiar nuestra forma normal de pensar, la cual es contraria a Dios. La Biblia revela que “los designios
de la carne (la mente natural, humana) son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7). Por lo tanto, nosotros necesitamos un cambio en nuestra
forma de pensar que entonces nos conducirá a apartarnos del pecado y a guardar
los mandamientos de Dios. Como dijo Jesús: “Si quieres
entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mateo 19:17).
Los humanos han probado toda forma de gobierno, no
obstante todas finalmente han llegado a su final. Al hablar acerca de los
acontecimientos que conducirán al fin de la era en que el hombre se gobierna a
sí mismo y el principio del gobierno de Dios sobre esta tierra, Jesús dijo: “Porque habrá
entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo
hasta ahora, ni la habrá”. Continuando, Él dijo: “Y si aquellos días no fuesen
acortados, nadie sería salvo” (Mateo 24:21-22).
Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y empezamos a
guardar los mandamientos de Dios, el siguiente paso es el bautismo. Hablándoles
a personas que habían sido convictas de sus pecados y querían saber lo que
debían hacer, Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo” (Hechos 2:38). El bautismo—inmersión bajo el agua como un símbolo del
lavamiento de nuestros pecados y el final de nuestro estilo de vida
pecaminoso—es un pacto que hacemos con Dios y Cristo. Representa nuestro
entendimiento de que hemos quebrantado la ley de Dios y necesitamos ser
perdonados de nuestros pecados. También significa nuestro compromiso de
obedecer la ley de Dios.
Nosotros ahora somos convictos de nuestra necesidad de
vivir por cada palabra que viene de Dios y Cristo. Como Jesús advirtió: “No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).
El siguiente paso en el bautismo es la imposición de manos para recibir el Espíritu Santo (Hechos 19:6). El don del Espíritu Santo es lo que lo convierte a uno en un hijo de Dios. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14).
Como hijos de Dios, nosotros entonces debemos crecer en “la gracia y el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18). Juan se refirió a esto como un proceso continuo de
purificación (1 Juan 3:3).
El plan de Dios para nosotros
en el Reino. Dios creó al hombre a su imagen con
poderes y habilidades inferiores con el fin de preparar al hombre para gobernar
con Él en un gobierno que será eterno. El propósito de Dios al decirnos “buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia” es ayudarnos a desarrollar, a través
de nuestras experiencias en esta vida, su carácter santo y justo y prepararnos
para gobernar bajo Cristo como reyes y sacerdotes sobre esta tierra (Apocalipsis 5:10).
Pero no podemos hacerlo solos, ni a nuestra manera, todo comenzó
en el corazón de Dios y su gran amor por la humanidad, no podemos entenderlo
desde nuestras mentes humanas y carnales; lo podemos entender cuando es el
mismo Dios abriéndonos el entendimiento y dándonos una mente espiritual, cuando
hemos nacido de nuevo, cuando el velo que el diablo puso en nosotros es
quitado, cuando viene sobre nuestras vidas el Espíritu Santo y empieza a hacer
su obra en nosotros, nos redarguye, nos enseña, nos da vida, nos restaura, nos
guía, nos lleva a rendirnos al señorío de Jesucristo, nos lleva a la presencia
de Dios, nos enseña y ayuda a orar conforme a la voluntad del Padre Celestial.
Juan 17:12-19. La Biblia de
las Américas (LBLA) Oración intercesora de Jesús. Cuando
estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, el nombre que me diste; y los
guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura
se cumpliera. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo para que tengan mi
gozo completo en sí mismos. Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado,
porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te ruego que los
saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Como
tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos yo me
santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad.
Busquemos su presencia para que hallemos tiempos de
refrigerio como está escrito en su Palabra, Dios no ha cambiado, él es el mismo
ayer y por todos los siglos, escrito está que Jesucristo el Hijo de Dios
apareció en medio nuestro para deshacer las obras del diablo, que él vino a
darnos vida y vida en abundancia; escrito está que dónde está el Espíritu de
Señor allí hay libertad, peleemos la batalla de la fe con la ayuda del Espíritu
Santo y con la Palabra de Dios, estamos en una guerra por nuestras almas,
vistámonos con esas armas de luz que Dios ha provisto.
El Señor Jesucristo ya pidió al Padre por nosotros y sigue
intercediendo por su pueblo, por su iglesia para que seamos protegidos de la
maldad del diablo y de los habitantes del mundo; la parte que nos corresponde
es buscarle de todo nuestro corazón, viviendo vidas en rectitud, en santidad,
amando su palabra como nos lo pide en:
Juan 14:15. Si me amas, guarda mis mandamientos. Juan 17-20-26. Mas no ruego sólo por éstos,
sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que
todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos
estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me
diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos,
y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que
tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí. Padre, quiero que
los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi
gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la
fundación del mundo. Oh Padre justo, aunque el mundo no te ha conocido, yo te
he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré
a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
Como respuesta a este amor que Dios ha derramado sobre
nuestros corazones de aquellos que hemos creído en él, debemos disponernos para
ser sal y luz en medio del lugar dónde nos encontremos, ser parte de la obra y
el deseo de nuestro Señor Jesucristo, alcanzar y ganar almas para Dios a través
del evangelio de salvación. No nos preocupemos por lo que debamos decir porque
será el mismo Espíritu Santo de Dios colocando las palabras en nuestra boca.
Dispongamos nuestro corazón para ser sanados, restaurados y llenados con la
Palabra de Dios y su presencia.
Recordemos una vez más lo
siguiente: Porque del Señor es la obra, él es el
que llama, forma, equipa, afirma y da el crecimiento; lo que él pide es
dependencia, obediencia, esfuerzo y valentía de cada uno de sus hijos quienes
hemos aceptado el señorío del Rey de reyes Jesucristo. Sin Dios nada podemos
hacer, pero en él y con él todo lo podemos. Proclamemos en la tierra y en el
mundo espiritual que nos disponemos en las manos de Dios como instrumentos de
barro para ser llenos de su Espíritu, ser transformados, guiados, usados por Él
y así cumplir con la gran comisión en nuestras vidas y la de los que nos
rodean, con una tarea clara y definida: "Predicar el evangelio de
nuestro Señor Jesucristo ganando almas donde se encuentren, con la guía, la
unción y ayuda del Espíritu Santo, restaurándolas, discipulándolas, formándolas
y enviándolas a la mies del Señor".
Te invito a leer también el
Reino de Dios en medio nuestro
http://casadeoracioniglesiacristiana.blogspot.com.co/2016/05/el-reino-de-dios-en-medio-nuestro_8.html
Bendiciones.
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