Juan 5:17. Traducción en lenguaje actual (TLA). Pero Jesús les dijo: Mi Padre nunca deja de trabajar, ni
yo tampoco.
Salmos 40:8. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; tu ley está
dentro de mi corazón.
Podemos
ver en este verso de la Biblia, la revelación que nos mostró nuestro Señor
Jesucristo acerca del Padre Celestial y él. Y es que ellos trabajan
constantemente en toda su creación, en lo que hay en los cielos, en lo que hay
en el universo.
Es nuestro más grande ejemplo y debemos comprender que ahora como hijos de Dios debemos hacer las cosas como para Dios y no como para los hombres, que debemos encontrar nuestro llamado, nuestro plan, nuestro propósito, para que todo lo que hagamos, lo podamos realizar con agrado de corazón, con deleite, para que seamos dignos de ser llamados hijos e hijas de Dios y para llevar a cabo el diseño de Dios para nuestras vidas.
Es nuestro más grande ejemplo y debemos comprender que ahora como hijos de Dios debemos hacer las cosas como para Dios y no como para los hombres, que debemos encontrar nuestro llamado, nuestro plan, nuestro propósito, para que todo lo que hagamos, lo podamos realizar con agrado de corazón, con deleite, para que seamos dignos de ser llamados hijos e hijas de Dios y para llevar a cabo el diseño de Dios para nuestras vidas.
Diccionario VINE. Concordancia Strong Griego 2038, ergazomai
(ἐργάζομαι). Trabajar,
negociar, obrar, poner en práctica.
Diccionario VINE. Concordancia Strong Hebreo 6466, paal (לעַפָ). Hacer, trabajar. Este verbo es de uso común en hebreo
antiguo y moderno, donde tiene la acepción de «trabajar, actuar, funcionar». Se
encuentra solo 57 veces en el Antiguo Testamento hebraico y se usa sobre todo
como sinónimo poético del término mucho más popular, asah (השָעָ , H6213), hacer, fabricar, crear.
Diccionario VINE. Concordancia Strong Hebreo 5998, amal (למַעָ). Trabajar. El verbo se encuentra
solo 11 veces en hebreo bíblico y en poesía. Amal aparece varias veces en Eclesiastés (2:11, 19, 21; 5:16). Labor, trabajo arduo, forzado, penoso, angustia, miseria,
molestia.
Se
encuentra también en Salmos 127:1. Traducción en lenguaje actual (TLA). Si Dios no construye la casa, de nada sirve que se
esfuercen los constructores. Si Dios no vigila la ciudad, de nada sirve que se
desvelen los vigilantes.
Diccionario VINE. Concordancia Strong Hebreo 4639, maaseh (השזעֲמַ).
Obra, trabajo, acción, labor, conducta. Este
nombre se usa 235 veces en hebreo bíblico en todo el Antiguo Testamento y en
todos los estilos literarios. Los israelitas celebraban la Fiesta de las
Semanas (primicias, primeros frutos), en reconocimiento de la bendición de Dios
sobre sus labores (Éxodo 23:16).
Sin embargo, el término no se limita a un contexto agrícola. Debido a que
maaseh es el término más generalizado para indicar «trabajo», también se aplica
a diferentes oficios.
El
ejemplo más elevado de trabajo lo tenemos en Dios, tanto en la creación como en
la redención. Fue por la caída y la consiguiente maldición que el trabajo pasó
de ser un gozo a constituir un agotador esfuerzo para asegurar la subsistencia.
Por ello, el trabajo, en lugar de ser fuente de placer y creación, es para gran
parte de la humanidad, una engorrosa actividad esclavizadora, angustiosa, y sin
certidumbre de conseguir una adecuada compensación. El trabajo ha llegado, en
muchos casos, a ser un instrumento de explotación y opresión.
Génesis 3:16-19. Reina Valera Contemporánea (RVC). A la mujer le dijo: Aumentaré en gran manera los dolores
cuando des a luz tus hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él te dominará.
Al hombre le dijo: Puesto que accediste a lo
que te dijo tu mujer, y comiste del árbol que te ordené que no comieras,
maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días
de tu vida. Te producirá espinos y cardos, y comerás hierbas del campo. Comerás
el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella
fuiste tomado; porque polvo eres, y al polvo volverás.
Sin
embargo, Dios muestra el trabajo y la diligencia como una virtud, es un
medio para conseguir lo necesario para la vida, Dios mismo enseñó al hombre la
actividad de la labranza.
Proverbios 22:29. Reina Valera Contemporánea (RVC). Cuando veas alguien que hace bien su trabajo, no lo verás
entre gente de baja condición sino que estará en presencia de reyes.
Para
nosotros los hijos e hijas de Dios quienes estamos ahora bendecidos en Cristo en
los lugares celestiales y que somos considerados como colaboradores, se nos
exhorta a trabajar con fidelidad, con corazón sincero, haciendo las cosas como
para Dios, temiendo a Dios (temor reverente), con la confianza de que nuestro trabajo
en el Señor no es en vano.
Nosotros
debemos ocuparnos en buenas obras viviendo en estos tiempos de manera sobria, justa
y misericordiosamente, mientras esperamos la venida de nuestro Señor Jesucristo
o hasta que él nos llame a su presencia a dar cuentas. Nuestro trabajo debe
tener tres propósitos: primero es el de glorificar a Dios, segundo el de suplir
nuestras propias necesidades para no ser carga a nadie y tercero para ayudar a
quienes están pasando necesidades. Este trabajo debe ser llevado a cabo tranquilamente,
sin ansiedad, ni avaricia, por cuanto el Señor ha prometido su cuidado a todos
los suyos.
1 Corintios 3:9. Dios Habla Hoy (DHH). Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios, y
ustedes son un sembrado y una construcción que pertenecen a Dios.
El
mismo Dios encarnado, nuestro Señor Jesucristo asumió una profesión: la de
carpintero (Marcos 6:3. Dios Habla Hoy (DHH). ¿No
es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y
Simón? ¿Y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros? Y no tenían fe en
él), santificando así el trabajo
común. Pablo mismo fue ejemplo de los creyentes, trabajando en su actividad de elaborar
carpas para su sustento. Las actividades mencionadas en la Biblia son muchas, la
primera de ellas, dada al hombre para ejercerla en el paraíso, fue la labranza
y cuidado del jardín del Edén. En los cielos nuevos y tierra nueva donde morará
la justicia no habrá inactividad, sino una armoniosa labor en una atmósfera de
comunión y en plenitud de goce de la hermosura de la santidad del Señor
cumpliendo con los planes de Dios y su voluntad.
Por
todas partes en la Biblia está el hombre dado al trabajo; no obstante, por ser
este trabajo, de artesano o de pequeño cultivador y de otras oficios, muy
diferentes del trabajo intensivo y organizado que evocan en nosotros las
visiones modernas del trabajo, nos sentimos inclinados a creer que la Biblia
ignora el trabajo o que lo conoce mal, y como por otra parte nos enseña
principios sobre el valor y el significado del trabajo la humanidad no ve la
verdad espiritual de este enfoque. La Biblia nos introduce en la realidad del
trabajo, de su valor, de su fatiga y de su redención.
Veamos a continuación la definición moderna de
trabajo: es el conjunto
de actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta,
solucionar un problema o producir de bienes y servicios para atender las
necesidades humanas. El trabajo, como tal, puede ser abordado de varias maneras
y con enfoque en diversas áreas, como la economía, la física, la filosofía, la
religión, etc.
El
trabajo les da posibilidades a los hombres y mujeres para lograr sus sueños,
alcanzar sus metas y objetivos de vida, además de ser una forma de expresión y
de afirmación de la dignidad personal. En este sentido, el trabajo es el que
hace que el individuo actúe, proponga iniciativas y desarrolle y mejore sus
habilidades. El trabajo enseña al hombre a vivir y compartir con otras
personas, a desarrollar conciencia cooperativa y a pensar en el equipo y no
solo en sí mismo. El trabajo sirve para que las personas aprendan a hacer las
cosas con un objetivo determinado. Gracias al trabajo el ser humano comienza a
conquistar su propio espacio, así como el respeto y la consideración de los
demás, lo cual además contribuye a su autoestima, satisfacción personal y
realización profesional.
La
humanidad ha designado El Día del Trabajo, también denominado Día Internacional
de los Trabajadores, que es una fecha conmemorativa en que se festejan las
luchas y reivindicaciones laborales alcanzadas por el movimiento obrero
mundial. Es celebrado en casi todo el mundo cada primero de mayo.
La
Biblia es severa con la ociosidad o la pereza: el perezoso no tiene qué comer y
se expone a morir de hambre; nada hay como el hambre para estimular al trabajo,
y Pablo no vacila en utilizar este argumento para mostrar su error a los que se
niegan a trabajar: "que no coman tampoco". La ociosidad es además una
degradación.
El
Padre Celestial, por el contrario, sabe apreciar el trabajo bien hecho, la
habilidad y el empeño que pone en su labor el labrador, el herrero o el
alfarero, en otras palabras, cuando como hijos e hijas de Dios hacemos todas las
cosas y nuestro trabajo como para el Señor, él se agrada de nosotros y bendice
la obra de nuestras manos.
Juan 6:27. Dios Habla Hoy (DHH). No
trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les
da vida eterna. Ésta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios,
el Padre, ha puesto su sello en él.
Nuestro
Señor Jesucristo, permite a la humanidad llenar su misión de sujetar el mundo y
todo lo que hay en él, cuando nos dio la salvación, da al trabajo su pleno
valor. Hace su obligación más apremiante fundándola en las exigencias concretas
del amor sobrenatural, el perfecto amor, revelando la vocación de los hijos de
Dios, muestra toda la dignidad del hombre y del trabajo que está a su servicio,
establece una jerarquía de valores que ayuda a juzgar y a comportarse en el
trabajo de acuerdo a sus mandatos, instaurando el reino de los cielos en medio
de la humanidad, devolviendo su calidad espiritual al trabajador, da a su
trabajo las dimensiones de la misericordia y funda las relaciones generadas por
el trabajo, como principio nuevo de la iglesia de Cristo.
En
la integridad de la ley de amor nos insta a reaccionar contra el egoísmo y a
hacer todo lo posible por disminuir la fatiga de los hombres en el trabajo.
Juan 13:34. Traducción en lenguaje actual (TLA). Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros. Ustedes
deben amarse de la misma manera que yo los amo.
La
profesiones, oficios, vocaciones o trabajos son dados por parte del Padre
Celestial a través del Señor el Espíritu Santo, esa capacitación es vaciada en
cada uno de nosotros, y lo podemos notar porque cuando nacemos estamos inclinados
hacia una vocación; sin embargo en muchas situaciones las condiciones que nos
rodean y las circunstancias en que crecemos nos son las que Dios tiene para
nosotros, muchas veces las consecuencias de estar alejados de Dios hacen que
las personas no estén llevando sus vidas en esta área de acuerdo a la voluntad de
Dios.
Si
vemos la realidad de la vida, los noticieros, nuestro contexto social y las situaciones
que hemos pasado millones de personas notamos que hay algo que no está funcionando
de acuerdo al plan divino, la humanidad a distorsionado el concepto y el valor
del trabajo, así mismo como los frutos o el resultado del mismo, dando cabida a
que el diablo que es el príncipe de este mundo actúe de manera que cambie los
valores y el concepto del mismo en las personas, en la sociedad y en las
diferentes naciones, dando como resultado avaricia, que es el amor al dinero y
las cosas materiales, dando origen a la esclavitud, al egoísmo, a la corrupción,
a las injusticias y en fin todo lo que degenera a partir de no tener clara la
verdad espiritual respecto al trabajo.
Todos
los seres humanos pasamos de manera temporal por esta tierra para alcanzar la
salvación y la vida eterna en Cristo, sabiendo que el destino final deseado por
el Padre celestial para nosotros es en la Nueva Jerusalén junto a él, y que el
trabajo es una manera de poder sostenernos y sustentarnos de acuerdo a todas
las necesidades que se presentan en esta vida, pero también es el medio en que Dios
bendice, sustenta y prospera para que haya bienestar en medio de su pueblo, de
sus hijos e hijas, en medio de la iglesia de Cristo.
Es
de entender que Dios a través del trabajo quiere y desea bendecir a los suyos y
que en su misericordia hace llover bendiciones sobre justos e injustos, sobre
aquellos que ya han entregado sus vidas al Señor Jesucristo y sobre aquellos
que hacen maldad y toda clase de pecado.
No
todo lo que la humanidad denomina trabajo viene de parte de Dios, no todo
trabajo dignifica a las personas, no todo trabajo trae la bendición de Dios, ni
tampoco cumple con las expectativas de la voluntad de Dios. A los trabajos que me
refiero son aquellos como los que vemos en todas partes, como los que se
desarrollan en empresas que producen productos para vicios, los productos de bebidas
alcohólicas, cigarrillos, los productos que se utilizan para producir drogas como la heroína, cocaína,
los productos para la fabricación de armas de toda clase que son utilizadas para
asesinar.
Muchos
tienen trabajos llenos de maldad, son parte de las mafias, de las bandas de
ladrones, de estafadores, otros tienen como trabajo el ser sicarios, asesinos,
otros estudian cantidad de profesiones pero para asesinar, como los médicos que
hacen abortos o que se prestan para experimentos científicos y militares para
desarrollar productos que harán daño a personas.
Otros llenos de maldad obligan a desarrollar trabajos que colocan
a las personas en situaciones degradantes, humillantes y de esclavitud, hasta
el punto de no darle ningún valor a la vida humana, como la prostitución en general, la prostitución
infantil, la prostitución homosexual de hombres y mujeres sin importar su edad,
ni su raza, ni su condición social y familiar.
Otros
esclavizan a las personas laboralmente en oficios y empresas, sólo por avaricia,
por egoísmo, engañan, someten a tratos inhumanos y sin misericordia, como los
que se ven en muchos países donde hay empresas con empleados indocumentados, hacinados
en granjas, en campos de diamantes y otras muchas cosas más que ven a diario en
nuestros entornos y países.
Es
por eso que al ver el trabajo desde la perspectiva de Dios nos da el concepto
correcto y los valores acordes, además de poder encontrar nuestra vocación y propósito,
porque de esa manera podremos experimentar el sustento, la bendición y la
prosperidad que el Padre Celestial desea a nivel personal, para nuestros
hogares, para nuestras familias, para nuestra sociedad en la que vivimos y nos
desarrollamos, para el país en dónde estamos viviendo o dónde Dios nos ha
plantado o nos quiere plantar.
Cuando
Dios levanta hombres y mujeres con prosperidad económica es para el beneficio
de su pueblo, los hijos e hijas de Dios, la iglesia de Jesucristo; no es sólo para el beneficio personal o de unos pocos y lo podemos evidenciar en los siguientes textos
bíblicos. A continuación podemos ver la esencia de lo que Dios quiere que
hagamos como familia, como la iglesia de Jesucristo, en cuanto a las verdades
espirituales, en cuanto a los valores bíblicos respecto al tema del trabajo que
estamos estudiando hoy, en cuanto a la esencia que debemos tener y mantener: esa esencia es la de bienestar para su pueblo.
Hechos 2:43-47. Dios Habla Hoy (DHH). La vida de los primeros
cristianos. Todos estaban asombrados a causa de los
muchos milagros y señales que Dios hacía por medio de los apóstoles. Todos los
creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus
propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades
de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el
pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran
estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el
número de los que él iba llamando a la salvación.
1 Timoteo 6:17-19. Nueva Versión Internacional (NVI). A los ricos de este mundo, mándales que no sean
arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino
en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos. Mándales
que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a
compartir lo que tienen. De este modo atesorarán para sí un seguro caudal para
el futuro y obtendrán la vida verdadera.
Jeremías 29:11-14. Nueva Versión Internacional (NVI). Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes
—afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un
futuro y una esperanza. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme,
y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo
corazón. Me dejaré encontrar —afirma el Señor—, y los haré volver del
cautiverio. Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde
los haya dispersado, y los haré volver al lugar del cual los deporté», afirma
el Señor.
Una
de las formas que tenemos hoy en día de llevar a cabo los propósitos del
trabajo para la humanidad es el emprendimiento de negocios y empresas que
puedan generar empleo a muchas personas y a muchas familias, generando un impacto
positivo espiritual, generando un impacto social y económico en medio de la
sociedad donde estemos viviendo.
Dios
es el dueño de todo, como lo dice su Palabra, es el dueño del oro y de la plata,
de la tierra, y nos da los talentos, los dones, las capacidades y habilidades, Dios
nos puede y desea llenar de su Espíritu Santo para sanar nuestra tierra, nuestras
finanzas, el desea darnos ideas y estrategias, su amor y fidelidad no han
cambiado, su pacto de fidelidad en Jesucristo para nosotros no ha cambiado.
Éxodo 31:1-11. Dios Habla Hoy (DHH). Los artesanos para el
santuario. El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «Mira,
de la tribu de Judá he escogido a Besalel, hijo de Urí y nieto de Hur, y lo he
llenado del espíritu de Dios, y de sabiduría, entendimiento, conocimientos y
capacidad creativa, para hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce,
para tallar y montar piedras preciosas, para tallar madera y para hacer cualquier
trabajo artístico.
Le he puesto como ayudante a Oholiab, hijo de Ahisamac, que es de la tribu de Dan. Y a todos los sabios les he dado más sabiduría, a fin de que hagan todo lo que te he ordenado: la tienda del encuentro, el arca de la alianza, la tapa que va sobre el arca, todos los utensilios de la tienda, la mesa con sus utensilios, el candelabro de oro puro con sus utensilios, el altar del incienso, el altar de los holocaustos con sus utensilios, la palangana con su base, la ropa tejida, es decir, la ropa especial del sacerdote Aarón y la ropa de sus hijos para cuando oficien como sacerdotes, el aceite de consagrar y el incienso aromático para el santuario. Ellos deben hacerlo todo tal como te lo he ordenado.»
Le he puesto como ayudante a Oholiab, hijo de Ahisamac, que es de la tribu de Dan. Y a todos los sabios les he dado más sabiduría, a fin de que hagan todo lo que te he ordenado: la tienda del encuentro, el arca de la alianza, la tapa que va sobre el arca, todos los utensilios de la tienda, la mesa con sus utensilios, el candelabro de oro puro con sus utensilios, el altar del incienso, el altar de los holocaustos con sus utensilios, la palangana con su base, la ropa tejida, es decir, la ropa especial del sacerdote Aarón y la ropa de sus hijos para cuando oficien como sacerdotes, el aceite de consagrar y el incienso aromático para el santuario. Ellos deben hacerlo todo tal como te lo he ordenado.»
Santiago 1:2-11. Nueva Biblia al Día (NBD).
Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con
diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la
constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e
íntegros, sin que les falte nada.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace.
El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo. El sol, cuando sale, seca la planta con su calor abrasador. A ésta se le cae la flor y pierde su belleza. Así se marchitará también el rico en todas sus empresas.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace.
El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo. El sol, cuando sale, seca la planta con su calor abrasador. A ésta se le cae la flor y pierde su belleza. Así se marchitará también el rico en todas sus empresas.
Nuestro
privilegio y nuestro deber es entonces buscar la presencia de Dios en nuestros
corazones, en nuestra forma de vivir, en nuestro caminar diario, en nuestro
lugar secreto y pedir con toda confianza el que seamos llenos de sabiduría,
llenos de conocimiento, llenos de inteligencia espiritual, el que seamos llenos
de ideas, el que seamos llenos de dones y capacidades para desarrollar nuestro propósito,
nuestro trabajo en las empresas donde laboremos o en los negocios y empresas
que se emprendan, para poder disfrutar de la bendición y la prosperidad, para
ver la gloria de Dios y conocerlo como el dueño de todo y nuestro proveedor. Bendiciones.
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