Dios tiene planes y propósitos para
cada ser humano como lo podemos ver a través de la cita bíblica de. Nuestro
Dios es amoroso y muy paciente, pero no permitirá que su pueblo more en
incredulidad.
Jeremías 29:11-14. La Biblia de las
Américas (LBLA) “Porque yo sé los planes que
tengo para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad,
para daros un futuro y una esperanza. “Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y
yo os escucharé. “Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo
corazón. “Me dejaré hallar de vosotros” —declara el Señor— “y restauraré
vuestro bienestar y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares
adonde os expulsé” —declara el Señor— “y os traeré de nuevo al lugar de donde
os envié al destierro.”
Quizás te puedas identificar con
algunas de las situaciones que voy a describir a través de pasajes y personajes
de la Biblia; si es así entonces vamos a poder recibir consolación a través de
la Palabra de Dios y del Espíritu Santo.
Te sientes sólo, abandonado, te han
traicionado, te han menospreciado, te han olvidado, te han dado por muerto en
lo que tiene que ver con tus sueños, tus anhelos, tus metas, el ministerio que
sientes que te ha dado el Señor. ¿Has sufrido persecución espiritual y física por
causa de tu fe? Aún tus familiares te han dado la espalda o los que creías que
eran tus amigos y amigas desaparecieron. ¿Has vivido situaciones de prueba
económica y laboral, de enfermedad, de soledad? ¿Has encontrado falsos
creyentes, (engañadores y engañadoras) que tienen apariencia de piedad y amor
pero que en realidad son lobos disfrazados con corazones secos por falta del
verdadero amor que proviene de Dios y que vienen con malas intenciones a tu
vida para destruirte?
Isaías 43 La Biblia de las Américas
(LBLA) Dios, único libertador de Israel. Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh
Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío
eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no
te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te
abrasará. Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; he
dado a Egipto por tu rescate, a Cus y a Seba en lugar tuyo. Ya que eres
precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar
tuyo, y a otros pueblos por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del
oriente traeré tu descendencia, y del occidente te reuniré. Diré al norte:
“Entrégalos;” y al sur: “No los retengas.” Trae a mis hijos desde lejos y a mis
hijas desde los confines de la tierra, a todo el que es llamado por mi nombre y
a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.
Tengo una buena noticia para ti y
para mí acompañada de promesas de parte de Dios. Dios usa las pruebas y adversidades
para enseñarnos humildad, para darnos consuelo y para su gloria. También para
despertar nuestro espíritu y que nos aferremos al Señor y su Palabra con la
ayuda del Espíritu Santo con un único objetivo 1 Pedro 1:9. La Biblia de las Américas (LBLA) Obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras
almas.
Hoy veremos por la Escrituras más
respuestas a las preguntas: Para que Dios permite las aflicciones en nuestra
vida. Si estas en un desierto puede ser porque estás dentro de los planes de
Dios. El propósito de Dios es tratar con nuestras vidas para que no te quedes
en el desierto. Podemos llegar a engañarnos con la prosperidad y la ambición
personal porque es un error que todo ser humano tiende a cometer cuando
empezamos a vernos con un poco de ventaja sobre cualquier adversidad. No
debemos llegar a sentirnos satisfechos con nosotros mismos y pensar que por
nuestra fuerza logramos estas cosas.
El plan de Dios tienen un propósito:
Prepararnos para las bendiciones porque para ver el Arco Iris, primero tenemos
que soportar la lluvia. Debemos comprender el propósito que Dios tiene con las
pruebas y de qué manera, podemos aprender a beneficiarnos porque son la
antesala de las bendiciones.
Deuteronomio 8:2. Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído
por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin
de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos.
Podemos ver que por su poder y amor,
recibimos provisión, no solo en medio de las pruebas sino cuando hemos
atravesado exitosamente los desiertos. El recuerdo de las experiencias vividas
en el desierto ofrece un nuevo motivo para despertar los recuerdos de la bondad
de Dios. Esta humillación no es un castigo, sino que tiene valor educativo, es
amor de Padre. La fidelidad al Señor no se demuestra hasta que no pasa por la
prueba de la adversidad. Ahí se ve si es auténtica esa fidelidad. Él quiere
saber cómo está tu corazón y tu actitud. Sabemos que el corazón es propenso a
seguir sus propios caminos. Dios te pone al límite de tus posibilidades para
saber si puede contar contigo. Ya sabemos que tenemos libre albedrío. La
obediencia a Dios es un asunto voluntad y de corazón. Las pruebas revelan lo
que hay en nuestro corazón y nos preparan para las bendiciones. En las
adversidades, es difícil llevar una vida de obediencia absoluta.
Deuteronomio 8:3. Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.
La palabra “humillarte” en hebreo
significa estar literalmente “pasando hambre, sin nada”. La humillación de
Israel fue su pobreza, su falta de recurso económico y es el problema de mucha
gente hoy en día. Israel aprendió a confiar en Dios y depender de la provisión
divina. Cada día tenían que creer que Dios iba a proveer el pan, fue una gran
prueba. Dios le permitió experimentar el hambre. Siempre en medio de las
pruebas Dios nos provee.
El Señor Jesucristo citó este texto
en Mateo 4:4 cuando confrontó las tentaciones de Satanás en el desierto. Pero El respondiendo, dijo: Escrito
está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios.”
A Moisés lo sacó Dios del desierto,
para gobernar a su pueblo. (Éxodo
3:1-10), y fue conocido como el hombre más
humilde de la tierra.
Elías anduvo por el desierto y luego
Dios habló con Él. (1 Reyes 19:4-15), estando en el desierto deseó morirse hasta que el ángel del Señor lo
alimento, y fue conocido como el profeta de fuego.
David estuvo mucho tiempo en el
desierto antes de ser Rey. (1 Samuel
23:14-18), (2 Samuel 5:3), después de estar mucho tiempo
exiliado por el desierto, fue el rey más grande de Israel, y a Jesús se le dice
“hijo de David”, no hijo de Abraham, o hijo de Jacob.
Jesús antes de comenzar su ministerio
pasó por el desierto. (Mateo 4:1-11), y después comenzó un ministerio que aun dura (más de 2000 años),
redimiéndonos de la muerte con el acto de amor más grande jamás conocido.
Muchos vamos a tener que pasar por la
prueba del desierto. Cuando hablamos de maná, hablamos de alimento espiritual,
la palabra de Dios, el alma no puede vivir sin la cantidad diaria de la palabra
de Dios. En (1 Pedro 2:2) declara que la Palabra de Dios es tan
esencial para el creyente como la leche para un niño.
Deuteronomio 8:4. Tu ropa no se gastó sobre ti, ni se hinchó tu pie durante estos cuarenta
años. (Bendiciones silenciosas) A veces no
nos damos cuenta pero no se nos rompen las cosas materiales. Casi nunca notamos
ni agradecemos a Dios cuando nuestro automóvil no se descompone, nuestras ropas
no se desgarran, ni se rompen nuestras herramientas. Recuerde agradecer a Dios
estas bendiciones silenciosas. Dios provee todo lo que necesitas: Dios marcha junto a nosotros. Dios nos protege.
Deuteronomio 8:5. Por tanto, debes comprender en tu corazón que el SEÑOR tu Dios te estaba
disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo. Dios te estaba disciplinando: La palabra “disciplinar” en el hebreo,
quiere decir “educar”. Por medio de las pruebas, Dios nos disciplina.
Deuteronomio 8:6. Guardarás, pues, los mandamientos del SEÑOR tu Dios, para andar en sus
caminos y para temerle. "Guardaras
los mandamientos", "andarás en sus caminos" y "temerás al
Señor", en este versículo enfatiza antes de recibir las bendiciones lo que
ha de ser normal en nuestra vida y a veces no lo es, tres condiciones que
cuando las pasamos por alto, nos pueden llevar a un desierto en nuestra vida,
por eso hace énfasis en este versículo que si hacemos esto parte de nuestra
vida disfrutaremos de lo que viene del versículo 7 al 10, las bendiciones de
ser aprobado por Dios.
Deuteronomio 8:7. Porque el SEÑOR tu Dios te trae a una tierra buena, a una tierra de
corrientes de aguas, de fuentes y manantiales que fluyen por valles y
colinas. Esta abundancia de “agua=Bendición”. Cuando pasamos con éxito la prueba
que Él Padre nos ha puesto, dejaremos atrás la pobreza tanto física como
espiritual, y disfrutaremos de las riquezas de la nueva tierra. Las bendiciones no pueden llevarnos a
olvidar el propósito que tuvo Dios con las pruebas. Tierra de corrientes de aguas, de
fuertes y manantiales: Gran variedad de bendiciones te van a llegar. Comunión con Dios. Trabajo. Felicidad con los tuyos. Fortaleza espiritual. Las cosas se te pondrán de cara sin
saber cómo. En fin las cosas te vendrán como si las empujara un torrente de agua.
Deuteronomio 8:8. Una tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados; una tierra
de aceite de oliva y miel. Estos
frutos son producto de la bendición y se consiguen cuando pasas el desierto,
porque en el desierto no hay fruta ni flores.
Deuteronomio 8:9. Una tierra donde comerás el pan sin escasez, donde nada te faltará; una
tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes puedes sacar cobre. La palabra en hebreo traducida escasez se traduce como “pobreza”. "Pan sin escasez" y
"nada te faltara", sin problemas de ninguna clase.
Deuteronomio 8:10. Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás al SEÑOR tu Dios por
la buena tierra que Él te ha dado. (Formas verbales que te aseguran que lo
tendrás, lo disfrutarás y lo recibirás) Las
pruebas en el plan de Dios están ligadas a las bendiciones. Siempre las bendiciones de Dios
sobrepasan nuestras expectativas. Buena tierra: (Cuando sales del
desierto). La palabra declara que el Señor te trae una buena tierra. Con esto quiero decir que el Señor
después de la prueba, te trae un tiempo de importantes bendiciones de la tierra
buena salen buenas cosechas.
Acuérdate que el desierto pasará y que gozaras de lo que Dios te prometió. Porque en el desierto se curten los buenos soldados. Porque en el desierto aprenderás a valorar lo poco como si fuera mucho. Cuando conquistes alguna meta en tu vida no te olvides que es por la Gracia de Dios, por lo tanto debes de agradecerle esa bendición. Recordar en las oraciones la bondad de Dios para con ustedes.
La experiencia de Israel en el
desierto fue una prueba de fe que sirvió para humillarla como te puede servir a
ti para aprender a confiar en Dios. Dios tiene un propósito en medio de las
pruebas que nos sobrevienen:
Atravesar el desierto. Doblegar el
orgullo. Aprender de los periodos de escasez. Él es fiel en cada momento de
nuestra vida. Mateo 6:25-30. La Biblia de las Américas
(LBLA) Por eso os
digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por
vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo
más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen
en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois
vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que
esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué os
preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan;
pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si
Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no
hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?
Cuando hayamos sido abundantemente
bendecidos, no podemos olvidar quién fue el que lo hizo: Nuestro Padre
celestial. Recuerda que aunque estés cansado y lleno de arena, Jesús también
paso por eso. Y te dice en esta noche:
Apocalipsis 3:19. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y
arrepiéntete. Filipenses 4:19. Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús.
Ahora bien, si todo creyente va a pasar
por tiempos de prueba, la pregunta que debemos hacer es, ¿cómo podremos
soportar esos tiempos de prueba? En 1 Pedro 1:8-9, el apóstol indica CUATRO cosas que son importantes, si queremos
triunfar sobre las pruebas:
1. AMAR A CRISTO (“a quien
amáis sin haberle visto”, v.8a) La primera característica del
creyente es que AMA a Cristo. Pedro amaba mucho al Señor; lo valoraba
mucho, como lo expresa en 1 Pedro 2:7 (“él es precioso”). Pero lo que
parece sorprender a Pedro es que los creyentes a quienes él estaba escribiendo,
amaban al Señor a pesar de nunca haberlo visto. ¿Cómo es posible que el
creyente ame al Señor, a pesar de nunca haberlo visto? Bueno, Juan lo
explica, en 1 Juan 4:19, “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”. Habiendo experimentado el amor del Señor (Su perdón, Su gracia,
Su misericordia, etc.), nosotros sentimos un profundo afecto por
Él. Y es ese amor que nos lleva a sacrificarnos por Él.
Por ejemplo, antes de conocer a
Cristo, Pablo era un hombre orgulloso, que valoraba muchas cosas de sí
mismo. Los menciona en Filipenses
3:5-6 –
circuncidado según la ley, de sangre judía, de la tribu de Benjamín, fariseo,
etc. Sin embargo, cuando conoció al Señor, la actitud de Pablo cambió
rotundamente. Por eso afirma, ahora como creyente, Filipenses 3:7-8. “Pero
cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de
Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
Para el creyente, Cristo es el
“tesoro escondido” (Mateo 13:44). Y es el amor a Él que le lleva al creyente a estar dispuesta a
vender todo lo que tenga, con tal de poder ganar ese Tesoro. Él es también ‘la
perla de gran precio’ (Mat 13:45-46). Con tal de obtenerlo, ningún sacrificio es demasiado
grande. Se vende todo lo que uno tiene, con tal de ganar esa Perla.
Ahora, es esta clase de amor que le
ayuda al creyente a soportar las pruebas. Miren lo que leemos en Hechos 5:41. Los apóstoles (Pedro y Juan)
habían sido arrestados y azotados. El Sanedrín (el “concilio”) les había
prohibido predicar más el evangelio de Cristo. ¿Cuál fue la
reacción de los apóstoles? Lucas nos dice que “ellos salieron de la
presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer
afrenta por causa del Nombre”. Vemos, aquí, como el amor el Señor les
ayudó a salir triunfantes de este tiempo de prueba. La realidad es que nos amamos demasiado a nosotros mismos, y por eso
fallamos muchas veces en las pruebas. Pidamos a Dios que nos conceda un amor
más sincero, serio y profundo.
2. CREER EN CRISTO (“en quien
creyendo…”, v.8b) La segunda característica del
creyente es que CREE en Cristo. Su fe viene a ser tan importante, que es
por medio de ella que Dios nos salva (Efesios
2:8; 1 Pedro 1:5). La fe también es muy importante
para salir victoriosos en tiempos de prueba. Juan afirma, “esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4).
Sin embargo, es importante aprender
esta lección: si queremos soportar tiempos de prueba, y salir victoriosos de
ellos, ¡necesitamos fortalecer nuestra fe! Y esto encaja
perfectamente con el contexto del pasaje que estamos estudiando en esta parte
del mensaje. En 1 Pedro 1:5-7, el apóstol indica que tiempos de prueba venían pero que el
propósito de esas pruebas era fortalecer su fe. Dado a que somos salvos y
guardados por la fe, esa fe debe ser genuina y fuerte. Y es justo para
ayudarnos a entender qué clase de fe tenemos, y para fortalecer esa fe, que
Dios permite pruebas en nuestras vidas. Las pruebas evalúan la calidad de
fe que tenemos, y también la fortalece (si es que es una fe genuina).
3. EXPERIMENTAR PROFUNDO GOZO (“os
alegráis con gozo inefable y glorioso”, v.8c) Una tercera característica del creyente es que se GOZA en Cristo.
A los creyentes en Filipos, Pablo los exhorta, “Regocijaos en el Señor
siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4). Pero, ¿es
posible gozarse en tiempos de prueba? Parece que sí, porque eso es
precisamente lo que Cristo nos manda hacer. En las Bienaventuranzas
de Mateo 5, Cristo termina diciendo, “Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la justicia…Bienaventurados sois
cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal
contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos…” (Mat 5:10-12).
Quizá Pedro estaba recordando estas
palabras del Señor, cuando redactó su epístola, diciendo: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido,
como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois
participantes de los padecimientos de Cristo…” (1 Pedro 4:12-13).
4. OBTENER LA SALVACIÓN (“obteniendo el
fin de vuestra fe, que es la salvación…”, v.9) Una cuarta característica de verdadero creyente es que está seguro de su
salvación. ¡YA ES SALVO! Ya ha sido resucitado con Cristo; ya está sentado con
Cristo en lugares celestiales; ya está reinando con Cristo (Efesios 2:5-6. La Biblia de las Américas (LBLA). Aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó,
y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús. Pablo expresa la seguridad de la
salvación en la siguiente manera en Romanos 8:30: “A los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
El creyente está esperando su
salvación. La espera con seguridad. Y es esa ‘esperanza’ que le trae gozo, aun
en medio de las pruebas. Todo esto es un anticipo de la salvación Apocalipsis 19:6-7 La Biblia de las Américas (LBLA) Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas
y como el sonido de fuertes truenos, que decía ¡Aleluya! Porque el Señor
nuestro Dios Todopoderoso reina. Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la
gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Por ende, el creyente que experimenta
estas cosas (amor, fe, gozo, en tiempos de prueba), ya está experimentando algo
de la salvación final. ¡Ya lo tiene por adelantado! Y esa experiencia es lo que
le ayuda a salir victorioso de los momentos difíciles de su vida.
¿Tenemos esta esperanza firmemente en
nuestros corazones? ¿Sirve como un ancla en las pruebas? Si somos creyentes,
podemos estar seguros que tendremos pruebas a lo largo de nuestras vidas. La
pregunta es, ¿Cómo vamos a responder ante estas pruebas? ¿Saldremos
victoriosos?
¡SE FUERTE!
No
hay más fortaleza que la del Espíritu de Dios. No fundes tus fuerzas en los
demás, sólo en el SEÑOR. Aprende a bastarte a ti mismo y serás el vencedor y no
el vencido. Arráncale triunfos a la vida y no derrotas; todo infortunio ha de
darte una lección para el porvenir; cada nuevo día que se te da es un regalo
para crecer, amar y compartir. Siempre ten presente que la piel se arruga, el
pelo se vuelve blanco y los días se convierten en años…. Pero lo importante no
cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad; tu espíritu es el plumero de
cualquier tela de araña.
Detrás
de cada línea de llegada hay uno de partida; detrás de cada logro hay otro
desafío; mientras estés vivo, siéntete vivo; si extrañas lo que alguna vez
hiciste, vuelve a hacerlo; no vivas de fotos amarillas…. Sigue aunque todos
esperen que abandones, no dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que
en vez de lástima te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr,
trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar, usa el
bastón, pero nunca te detengas.
Vuelve
a empezar aunque sientas el cansancio, aunque el triunfo te abandone, aunque el
error te lastime, aunque una traición te hiera, aunque una ilusión se apague,
aunque ignoren tus esfuerzos, aunque la ingratitud sea la paga, aunque todo te
parezca nada…… ¡vuelve a empezar! Porque sólo las personas como tu le permiten
al mundo avanzar. ¡Ánimo! Comienza y recomienza siempre, no te dejes
vencer de la indiferencia. Si caíste levántate y vuelve a empezar; si te equivocaste,
párate y recomienza, si no lograste educar tu voluntad empieza de nuevo. !No
pierdas los ánimos jamás¡ Tal vez al concluir la lucha queden cicatrices que
serán tu gloria delante de DIOS. !Esfuérzate¡ no triunfa en la vida quien nunca
tuvo momentos difíciles……Triunfa quien los tuvo y supo superarlos. Todo lo
puedes en Jesús que te fortalece y recuerda que DIOS en su amor Omnipotente
siempre tiene preparadas para ti la ayuda y la fuerza que tú necesitas. Ten
presente que el siempre tiene sus brazos abiertos para recibirte, porque el que
a el va no le hecha fuera, ya que el dijo: venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados y yo os haré descansar.
NO TEMAS PORQUE YO
ESTOY CONTIGO, NO DESMAYES PORQUE YO SOY TU DIOS, QUE TE ESFUERZO, SIEMPRE TE
AYUDARÉ, SIEMPRE TE SUSTENTARÉ CON LA DIESTRA DE MI JUSTICIA. Isaías 41:10.
MIRA QUE TE MANDO
QUE TE ESFUERCES Y SEAS VALIENTE; NO TEMAS NI DESMAYES PORQUE EL SEÑOR TU DIOS
ESTARÁ CONTIGO DONDEQUIERA QUE VAYAS. Josué 1:9.
Siempre
en nuestras vidas o las de otros, necesitaremos de palabras de fortaleza y
motivación interna para afrontar los retos que se nos presentan a diario en
todas nuestras áreas; es por eso que no deberíamos dejar de compartir estos
mensajes con aquellas personas que lo necesitan y leerlas a diario como si
fuera medicina para nosotros mismos.
La
mejor manera de planear nuestro futuro es organizar nuestro presente. Gracias
te doy Señor cuando me alientas para hacer los momentos difíciles más fáciles.
El
primero que debe convencerse de que algo es posible es uno mismo. Para tener
éxito en cualquier desempeño debes poseer un sueño y perseguirlo con energía,
capacidad y perseverancia (Tenacidad)… El trabajo además de éxitos trae consigo
problemas y fracasos. La tenacidad no es sino la capacidad de enfrentar la
adversidad y no acobardarse ante los tropiezos. Recuerda que todo aquello de lo
que disponemos en la actualidad se consideró un imposible en el pasado. Bendiciones.
El Dios Eterno siga bendiciendo sus vidas y ministerio preciosas y valiosas palabras. Dios les bendiga
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