Siento
la necesidad de volver a tocar el tema acerca de LOS LOBOS RAPACES el
cual publicamos el 11/08/2012 porque es muy importante
que los verdaderos hijos de Dios, los creyentes en Jesucristo, los que Dios
conoce, despierten, abran sus sentidos espirituales y recuerden que son tiempos
peligrosos porque el diablo sabe que le queda poco tiempo y está atacando a la
iglesia con furia en todas las naciones.
Malaquías 3:13-18 (NVI). Ustedes
profieren insolencias contra mí —dice el Señor—. »Y encima preguntan: “¿Qué
insolencias hemos dicho contra ti?” »Ustedes han dicho: “Servir a Dios no vale
la pena. ¿Qué ganamos con cumplir sus mandatos y vestirnos de luto delante del
Señor Todopoderoso si nos toca llamar dichosos a los soberbios, y los que hacen
lo malo no sólo prosperan sino que incluso desafían a Dios y se salen con la
suya?” » Los que temían al Señor hablaron entre sí, y él los escuchó y les
prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de
aquellos que temen al Señor y honran su nombre. «El día que yo actúe ellos
serán mi propiedad exclusiva —dice el Señor Todopoderoso—. Tendré compasión de
ellos, como se compadece un hombre del hijo que le sirve. Y ustedes volverán a
distinguir entre los buenos y los malos, entre los que sirven a Dios y los que
no le sirven.
Mateo 7:15. (NVI). Cuídense
de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro
son lobos feroces. Sofonías
3:3. (NVI). Las autoridades que están en ella son leones rugientes, sus gobernantes son lobos
nocturnos que no dejan nada
para la mañana.
2
Timoteo 3:1-9(NVI). La impiedad
en los últimos días. Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán
tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán
jactanciosos, arrogantes, *blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos,
impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados,
enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del
placer que de Dios. Aparentarán
ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas! Así son los que van de casa en casa
cautivando a mujeres débiles cargadas de pecados, que se dejan llevar de toda
clase de pasiones. Ellas siempre están aprendiendo, pero nunca logran conocer
la verdad. Del mismo modo que Janes y Jambres se opusieron a Moisés, también
esa gente se opone a la verdad. Son personas de mente depravada, reprobadas en
la fe. Pero no llegarán muy lejos, porque todo el mundo se dará cuenta de su
insensatez, como pasó con aquellos dos.
Cuando el Señor se va
acercando al final del Sermón del Monte, nos advierte sobre la importancia de
estar en guardia para no ser seducidos por los engañadores. Para ello
utiliza la figura de los “lobos vestidos de
ovejas”. ¿Qué hace usted cuando al llegar a una
casa ve un letrero que dice “cuidado con el perro?”. Bueno, tendría que ser muy
despistado para no tomar en cuenta esa advertencia. Pero, ¿qué tal si en lugar
de un perro lo que encuentra es un lobo en el patio? ¿Saltaría
usted la cerca para acariciarle la cabeza? Los que estudian el comportamiento
de los animales salvajes han encontrado que los lobos son los animales
más feroces y voraces al momento de atacar. Así que, a nadie teme más el
pastor de ovejas que al aullido de un lobo. Se dice que es el animal que más se
excita con la sangre.
Habacuc 1:8. (NVI). Sus
caballos son más veloces que leopardos, más feroces que lobos nocturnos. Su
caballería se lanza a todo galope; sus jinetes vienen de muy lejos. ¡Caen como
buitres sobre su presa!
Algunos indios los
cazaban poniendo un puñal en medio de un trozo de carne, de manera que mientras
el lobo se comía la carne también mordía el puñal, produciendo un
desangramiento hasta el punto de enfurecerse y morir tragándose su propia
sangre. ¿No le parece extraño que Jesús haya dicho que los falsos profetas son
como los lobos? La palabra “guardaos”, que aquí usa el Maestro, equivale a
decir: “tenga cuidado”, “sea precavido” con ellos. Ellos vienen con una
vestimenta de oveja.
La idea es que al vestirse
así no despiertan mucho la atención. Pero, ¿por qué Jesús dijo que vienen con
vestimenta de ovejas? Porque las ovejas son los animales más inocentes,
inofensivos y hasta crédulos que existen. Ningún animal es más manso que ellos.
Al vestirse como ovejas su camuflaje no descubra sus reales intenciones.
¿Existieron estos faltos profetas en el tiempo de Jesús? ¡Sí! ¿Los
tenemos hoy? ¡Sí! ¿Siguen engañando? ¡Sí! Déjeme decirle que si alguna
vez existió una generación que necesita ser advertida acerca de los falsos
profetas, es ésta. Tome en cuenta esto: el peligro de la iglesia moderna no es
la persecución, como se originó en los primeros tiempos del cristianismo, sino
la infiltración de los que se dicen ser piadosos, pero que detrás de
ellos hay una piel de lobos que se va poniendo al descubierto. Uno de los
textos que la iglesia debe tomar en cuenta.
2 Corintios 11:13-15. (NVI). Tales
individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de
apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de
ángel de luz. Por eso no es de sorprenderse que sus servidores se disfracen de
servidores de la justicia. Su fin corresponderá con lo que merecen sus
acciones. Satanás es el genio del
camuflaje. Pero, ¿cómo identificar a los falsos profetas? ¿Cómo
desenmascararlos?
A. Estos lobos se les identifica por
la ropa que se ponen.
Jeremías 23:16 (NVI). Así dice
el Señor Todopoderoso: No hagan caso de lo que dicen los profetas, pues
alientan en ustedes falsas esperanzas; cuentan visiones que se han imaginado y
que no proceden de la boca del Señor. Mateo
24:11 (NVI). Y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán
a muchos. Mateo 24:24
(NVI). Porque
surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros
para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. 2 Pedro 2:1 (NVI). En el
pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos
maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de
negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción.
1- El vestido de la piedad. ¿Qué es lo difícil en esta
identificación? Que necesitamos usar mucha precaución porque las pretensiones
de los engañadores parecen buenas y plausibles. Y en eso consiste su engaño
porque al principio no vemos nada malo. Nos puede seducir la forma como hablan,
como cantan, como predican, como enseñan y hasta la forma cómo nos tratan. Todo
esto pudiera ser parte de su ropaje y eso dificulta conocer lo que ellos llevan
por dentro. El reto que tenemos por delante es que podamos quitarle
a los engañadores la piel de oveja, para que veamos al lobo que
está debajo. Note que Jesús dijo que ellos “vienen a vosotros” con esa
vestimenta. ¿Por qué no van a otro sitio? ¿Por qué buscan la iglesia?
¿Por qué no entran a otro lugar?
Vienen a nosotros con
inocencia, con cierta piedad, mansos, cubriendo su falsedad con un traje de
elocuencia, con una palabrerío hasta ponderar su “sabiduría”. Bien pudieran sus
errores estar barnizados con una capa de santidad y devoción; pero en la Biblia
a los tales se les identifica como “lobos rapaces”. De esta manera los calificó
Pablo en la serie de consejos que le dio a los pastores de Éfeso en su mensaje
de despedida. Hechos 20:29 (NVI). Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes
lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño. Pero fíjese que en este caso Pablo no habló que ellos venían como
lo dijo Cristo, si no que los tales saldrían dentro de la iglesia misma, lo
cual es más peligroso. ¿Qué actitud debemos tener? No dejar de demostrar
nuestro amor a cada uno, pero atentos y cuidadosos.
2. Una aparente espiritualidad. Judas 11 (NVI). ¡Ay de los
que siguieron el camino de Caín! Por ganar dinero se entregaron al error de
Balám y perecieron en la rebelión de Coré).
1 Juan 4:1. Queridos
hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu,
sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo
muchos falsos profetas. Y en el presente versículo
encontramos la más fiel y reveladora descripción de los falsos profetas. Tres personajes históricos: Cain, Balaam y Coré. “El
camino de Caín” nos presenta a aquellos que valiéndose del evangelio, lo
pervierten. ¿Cuál fue la situación de estos dos hermanos? Ambos vinieron al
culto. Ambos ofrecieron sus ofrendas. Ambos adoraron. Pero en uno, su
ofrecimiento fue solo para aparentar. Presentó el fruto de sus manos, pero no
del corazón. Sin embargo, la ofrenda de Abel fue elegida porque ofreció una
víctima para el sacrificio.
En el camino de Caín
transitan lobos vestidos de ovejas que van a la perdición, en el de Abel los
que van a la vida eterna. Se nos habla también del “error de Balaam”. Este fue
un profeta apóstata, con una apariencia de piedad quien al no poder maldecir a
Israel, según la petición de Balac rey de Moab, incitó a Israel a
corromperse, quienes al final fornicaron y adulteraron con ellos trayendo la
ruina a miles de ellos. Fue un profeta que lo que le interesaba era el lucro,
el dinero más no el avance de la obra del Señor. Y el otro fue la
“contradicción de Coré”. Este es un caso aún más patético. Siendo un levita,
príncipe del pueblo, se rebeló contra la autoridad de Moisés y de Aarón. Gozaba
de tantos privilegios, sin embargo no se sujetó al liderazgo establecido.
Muchos de los engañadores que nos
vienen, o que surgen, tienen la tendencia a descalificar al liderazgo
establecido. Pero el fin de estos tres ejemplos nos pose sobre aviso de lo que
les espera a los engañadores.
Mateo 10:16 (NVI). Los envío
como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y
sencillos como palomas.
B. Estos se les reconoce por el
fruto que dejan.
Mateo 7:15-23 (NVI). Cuídense de los falsos
profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos
feroces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o
higos de los cardos? Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el
árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol
malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se
arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán. No todo el que me dice:
“Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la
voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día:
“Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos
demonios e hicimos muchos milagros?” Entonces les diré claramente: “Jamás los
conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!”
1. La semilla es la que determina el
fruto. Romanos 16:19 (NVI). Es cierto
que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra
mucho; pero quiero que sean sagaces para el bien e inocentes para el mal. Apocalipsis
16:13 (NVI). Y vi salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia
y de la boca del falso profeta tres espíritus malignos que parecían ranas. Note que ahora hay un cambio de metáfora en la enseñanza de Jesús.
Del vestido pasó al fruto. Al hacer esto, el Señor nos está diciendo que si
bien es cierto que al principio estos falsos profetas nos pueden engañar, los
resultados de su actuación (sus frutos), nos revelarán cuáles fueron sus reales
intensiones. Jesús nos dice: “Por sus frutos los conoceréis” v 16. La idea es
que el engaño no puede permanecer tanto tiempo encubierto porque al final
veremos los frutos.
El árbol es conocido por su
fruto, pero también por su condición. Si se conoce la clase de fruto, entonces
se sabrá qué clase de fruto vendrá. La pregunta lógica de Jesús nos enseña
esto: “¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o
higos de los abrojos?” v. 16. ¿Pero a quién representan
los espinos y los abrojos? Representan a esos corazones viciosos, corrompidos,
no santificados; sin provechos, nocivos y destinados en todo caso para el
fuego. La verdad es que sería una gran cosa si sucediera así, pues tendríamos
uvas e higos por todas partes. Pero ambas frutas vienen de su semilla original.
¿Qué es lo que el Señor nos está mostrando con esto? Que el evangelio de una
persona se conoce por su fruto. Eso es lo que al final cuenta.
La vida adornada con frutos
es lo que indicará si ese “árbol” es malo o bueno. Jesucristo ha dicho que la
mejor manera de reconocer el evangelio de alguien es si lleva frutos; eso fue
lo que nos dice Juan 15:16. Una de las cosas que el
mismo Señor ha dicho es que si permanecemos en él tenemos la garantía de dar
esos frutos. Por Jesús mismo conocemos que esa semilla, la que determina el
fruto, es la palabra de Dios.
2. El buen fruto no se puede esperar
de un hombre malo. El Señor nos dice que “todo buen árbol da
buenos frutos, pero el árbol malo da malos frutos”. De esta manera vemos que la
ecuación de Jesús, además de ser lógica, es lo que al final se ve. ¿Cómo puede
una persona mala producir frutos buenos? Y de igual manera, no puede
esperar que una persona buena produzca frutos malos. Es como si esperáramos
uvas de los espinos o higos de los abrojos. ¿Qué representan las uvas y
los higos? Las buenas obras de las personas. Así como ambas frutas son
agradables, se espera que nuestros frutos sean agradables. Los falsos profetas,
considerados dentro del renglón de estos malos hombres, no pueden producir uvas
ni higos.
Lo que ellos al final
producen son espinos y abrojos. Esto es: maleza, mala hierba, cuyo resultado
será ser llevado al horno para ser quemado. Hay árboles que fueron creados para
ser frutales, mientras que otros fueron creados para dar sombra y mantener el
equilibrio natural. Pero si un árbol que siendo sembrado para dar frutos no
cumple con tal función, entonces habrá que cortarlo. Eso es lo que el Señor nos
muestra con este principio cuando habla de los engañadores.
C. Estos lobos les aguarda un destino
inesperado.
Apocalipsis 19:20 (NVI). Pero la
bestia fue capturada junto con el falso profeta. Éste es el que hacía señales
milagrosas en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían
recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados
vivos al lago de fuego y azufre. Apocalipsis
20:10 (NVI). El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago
de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso
profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
1. “No
todo el que me dice: Señor, Señor entrará al reino de los cielos…”. Este es uno de los textos más fuertes de la palabra. Aquí vemos a
Cristo rechazando a aquellos que se dedicaron a engañar. En aquel día, cuando
Cristo venga no habrá alegatos ni informe que valga. Aun cuando se hayan hecho
tantas cosas en su nombre, al final Jesús sentenciará a los tales porque ellos
eran “hacedores de maldad”. La sentencia más horrible que alguien pueda
escuchar es que el propio Señor le diga: “Nunca os
conocí…”. Cuando
los discípulos regresaron de su primer trabajo evangelístico, hablaron cómo
fueron usados para sanar y sacar demonios, lo cual constituía un gran éxito,
pero Jesús les dijo que no se gozaran tanto por esto sino porque sus nombres
estuvieran inscritos en el libro de la vida. Esa es la lista que un día
será leída en el cielo. ¿Qué le espera los engañadores considerados por el
Señor como falsos profetas? Que todos serán cortados y quemados. El juicio del
Señor es cosa seria.
2. En los tales no ha habido arrepentimiento. En este pasaje el asunto
que uno ve no es el de alguien que perdió la salvación, sino la descripción de
alguien que jamás la tuvo. Hermanos, la advertencia hecha por Jesús es para que
nos probemos si estamos en la fe. Tales palabras deben llevarnos a
profundizar nuestra fe para que tenga raíces profundas, a mostrar
nuestra fe en los frutos, a defender la fe por la palabra, a apoyar la
fe, sosteniendo su obra; y sobre todo, a compartir nuestra fe a través del
testimonio hablado y vivido. Y si usted tuviera hoy dudas acerca de su fe,
déjeme decirle que hay un salvador que le espera.
Cuando usted se acerca a
Jesús por fe y le recibe, usted tiene la seguridad que ha sido salvo.
Nadie le podrá mover de allí. Le digo que la seguridad de su salvación le pone
en capacidad para saber distinguir quien es un engañador y cuál es su destino.
Le da la absoluta certeza que nada ni nadie le podrá separar del amor de Dios
que es Cristo Jesús. Los nombres de los falsos profetas no se escriben en
ninguna parte, pues su destino será su perdición; el suyo ya fue escrito.
¡Cuidado con los lobos vestidos con piel de ovejas! Que ninguno de nosotros
resulte al final mostrando la piel de lobo. Sea una oveja por siempre.
Malaquías 3:13-18 (NVI). Ustedes
profieren insolencias contra mí —dice el Señor—. »Y encima preguntan: “¿Qué
insolencias hemos dicho contra ti?” »Ustedes han dicho: “Servir a Dios no vale
la pena. ¿Qué ganamos con cumplir sus mandatos y vestirnos de luto delante del
Señor Todopoderoso si nos toca llamar dichosos a los soberbios, y los que hacen
lo malo no sólo prosperan sino que incluso desafían a Dios y se salen con la
suya?” » Los que temían al Señor hablaron entre sí, y él los escuchó y les
prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de
aquellos que temen al Señor y honran su nombre. «El día que yo actúe ellos
serán mi propiedad exclusiva —dice el Señor Todopoderoso—. Tendré compasión de
ellos, como se compadece un hombre del hijo que le sirve. Y ustedes volverán a
distinguir entre los buenos y los malos, entre los que sirven a Dios y los que
no le sirven.
Es bueno que escuchemos las
advertencias, y eso es lo que Jesús nos está mostrando acá. El capitán Smith,
el piloto del muy famoso Titanic, recibió varias advertencias y mensajes donde
se le decía que estaban entrando en aguas repletas de glaciares. Cuenta la
historia que este capitán cuando le llevaron el mensaje en un papel, lo arrugó
y se lo metió en un bolsillo y el barco siguió su rumbo. Por no haber hecho caso
a la advertencia, 1400 personas encontraron su tumba en las heladas aguas del
atlántico. No es extraño que Jesús nos dejara esta advertencia casi al final de
su Sermón del Monte. Hermanos, la mejor manera para verle la “piel de lobo” a
los engañadores, es viviendo muy cerca del mismo que nos ha dicho: “Guardaos de los falsos profetas…”.
2 Timoteo 3:10-17. Tú, en cambio, has
seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito, mi fe, mi
paciencia, mi amor, mi constancia, mis persecuciones y mis sufrimientos. Estás
enterado de lo que sufrí en Antioquía, Iconio y Listra, y de las persecuciones
que soporté. Y de todas ellas me libró el Señor. Así mismo serán perseguidos
todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús, mientras
que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo
engañados. Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás
convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las
Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación
mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil
para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a
fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
Bendiciones.
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