La fe del cristiano, de los hijos de Dios, puede
ser definida como "Acción que obedece a lo que Dios dice".
Juan 10:27-30. Mis
ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y
no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las
dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo
y el Padre uno somos. Salmo 34:14. Apártate
del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela.
Esta
gran verdad que nos ha revelado nuestro Señor Jesucristo es el centro de
nuestras vidas y de nuestra existencia; es necesario poder entender y
colocar nuestra fe en que todo lo que Dios Padre a destinado para nuestras
vidas, pero dependemos de poder escuchar su voz y colocarla por obra. Salmo 40:8. (DHH 1996) A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío;
¡llevo tu enseñanza en el corazón!
Juan 10:11-18. Yo soy
el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y
que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y
deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que
el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor; y conozco mis
ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al
Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de
este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y
un pastor.
Por eso me ama el Padre, porque yo
pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí
mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.
Este mandamiento recibí de mi Padre.
Dios
es el que nos ha buscado para salvación y vida eterna, pero también para
revelarnos su voluntad para nuestras vidas ¿En quién realmente estamos
colocando nuestra confianza? Como cristianos nuestra mirada y nuestra confianza
deben estar puestas en Dios y en su Palabra (la Biblia), que contiene el
evangelio eterno de nuestro Señor Jesucristo. Es el Señor el Espíritu Santo
quien nos ayuda en estos tiempos a escuchar su voz, es el que nos guía por el
camino eterno, es quien nos ayuda y nos consuela.
¿Está Dios aun hablando en el presente? ¿Es posible
escuchar la voz de Dios? Génesis 3:8. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el
huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia
de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Algunos creen que Dios puede guiarnos y conferir dirección cuando la
necesitamos. Otros dicen que Dios solamente nos habla por lo que leemos en la
Biblia. Creo que Dios todavía nos habla hoy por Su Espíritu Santo y por su
Palabra, así como lo hizo en los tiempos bíblicos.
Tenemos la necesidad de escuchar, de ser guiados en
nuestro diario andar por esta tierra en las diferentes situaciones que se nos
presenten. Jesús dijo: "…No con
sólo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de
Dios". Mateo 4:4. La terminología "sale" habla de una función presente y continua. Esto significa que
algo que sucedió en el pasado, está sucediendo en el presente y continuará
ocurriendo en el futuro. Este versículo podría ser traducido como sigue:
"El hombre...vive...de toda palabra que ha sido hablada y continúa siendo
hablada por la boca de Dios". Dios, quien habló en épocas pasadas, está
hablando en el presente y continuará hablando en el futuro. ¡DIOS NO ES UN DIOS MUDO!
Todo
cristiano afronta esta pregunta: ¿Qué espera Dios que yo haga y qué debo dejar
que Él haga? ¿Dónde termina mi responsabilidad y dónde comienza la de Dios? Jeremías 29:11-14. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de
vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que
esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me
buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré
hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os
reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice
Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.
Desde
el Génesis hasta el final del Nuevo Testamento, Dios hizo conocer su voz a su
pueblo. En los libros de los profetas vemos esta frase repetirse una y otra
vez, "Y dijo Dios. " La voz de Dios era conocida y comprendida. Jesús
confirmó lo anterior en el Nuevo Testamento al presentar el ejemplo del Buen
Pastor. "Las ovejas oyen su voz…las ovejas le siguen, porque conocen su
voz" (Juan
10:3-4).
Adán
se escondió de la voz de Dios a causa de la culpa y la vergüenza de su pecado.
Y es ahí exactamente donde muchos del pueblo de Dios se encuentran hoy en día,
escondidos y con miedo de escuchar a Dios hablar. Si desea escuchar la voz de
Dios, debe estar listo para tener su alma purificada y limpia. "Si confesamos
nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y
limpiarnos de toda maldad". 1 Juan 1:9.
Mateo 17:5. Mientras él
aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. Juan
10:27. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y
me siguen.
Hebreos 1:1-4. Dios,
habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres
por los profetas, EN ESTOS POSTREROS DÍAS NOS HA HABLADO POR EL HIJO, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual,
siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien
sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra
de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto
heredó más excelente nombre que ellos.
El
primer reto que tenemos los cristianos es reconocer su voz entre tantas otras
voces que nos llegan y que nos bombardean a diario informándonos y llenándonos
de palabras. Necesitamos escuchar su voz. Recibimos y observamos imágenes,
palabras, anuncios y todo cuanto nos quieran ofrecer, que alimentan nuestra
superficialidad, nuestra evasión, nuestra frustración. Hoy, más que nunca, el
ser humano necesita urgentemente recuperar de nuevo la capacidad de escucha
interior si no quiere ver su vida ahogarse progresivamente en la
superficialidad.
Sin
embargo hay momentos en nuestro caminar en que no escuchamos la voz de Dios y
colocamos nuestro corazón a escuchar las voces que vienen de nuestro interior,
las voces externas y en algunas ocasiones la voz del enemigo de nuestras almas.
Los
hijos de Dios podemos esperar ser guiados por el Espíritu de Dios. Romanos 8:14. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios
son hijos de Dios. Romanos 8:16. El Espíritu
mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Proverbios
20:27. Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre,
la cual escudriña lo más profundo del corazón.
Dios
nos guiará por su Espíritu Santo a través de nuestro espíritu y no por nuestros
sentidos físicos; con mucha frecuencia miramos todos los asuntos desde un punto
de vista mental y razonamos colocando lógica humana, pero debemos entender que
hemos nacido de nuevo en Cristo, que somos nueva creación espiritual y que nos
han dado una naturaleza proveniente del cielo del Padre de las luces, que
nuestra ciudadanía está en los cielos y que nuestra herencia eterna está con
nuestro Señor Jesucristo.
Ezequiel 36:25-27. Esparciré
sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y
de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu
nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os
daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que
andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
En
la Palabra de Dios: La Biblia, nos ha sido revelado que somos guiados a través
de nuestro espíritu, no por nuestras almas, no por nuestros cuerpos y eso se debe
a nuestra nueva naturaleza. El hombre es un ser espiritual y fue hecho a imagen
y semejanza de Dios.
Juan 14:15-31. Si me amáis,
guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para
que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a
vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis;
porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que
yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
El que tiene mis mandamientos, y los
guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le
amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es
que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El
que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y
haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra
que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he dicho estas cosas estando con
vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he
dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No
se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído que yo os he dicho: Voy,
y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que
voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que
suceda, para que cuando suceda, creáis. No hablaré ya mucho con vosotros;
porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el
mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos,
vamos de aquí.
Nuestra
sociedad está enferma de la cultura de la superficialidad. La civilización de
la abundancia nos ofrece medios de vida, pero no motivos para vivir. Ciertamente,
nuestro mundo necesita hoy nueva vida impartida de parte de Dios para vivir
espiritualmente. Las personas andan buscando aliento y esperanza. Las
muchedumbres pobres del planeta reclaman justicia y solidaridad. Nuestra
sociedad occidental ya no sabe cómo salir de la tristeza y el vacío existencial
de sus corazones.
Mateo 3:13-17. Entonces
Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se
le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero
Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda
justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del
agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que
descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Hoy
necesitamos "escuchar su voz", la voz de Jesús y distinguirla de las
otras voces que gritan en nosotros, (las voces de nuestros sentimientos
negativos, de nuestras necesidades sensibles, de nuestras ambiciones de poder,
la voz de la cultura dominante, de nuestras frustraciones). ¿Somos capaces de
diferenciar estas "voces" en
nosotros y seguir la voz de Aquel que nos libera de verdad? Esa voz se
manifiesta en nosotros como una llamada interior, como una invitación
suave, como una luz que nace dentro de
nosotros.
Cada uno de nosotros podemos escuchar su voz sin
confundirla con otras voces que nos quitan la luz y la esperanza. Tal vez podemos preguntarnos ¿Escucho la voz del Señor?
¿La conozco? ¿Cómo le sigo?
Hebreos 3:15-16. Entre
tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones,
como en la provocación. Salmos 95:7-8. Porque
él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si
oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el
día de Masah en el desierto. Deuteronomio 5:22. Estas
palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del
fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las
escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.
"Yo conozco a mis ovejas": el Pastor se autodefine como el que «conoce» a
las ovejas. No genéricamente, sino personalmente, una a una.
"Conocer" en el leguaje bíblico, significa establecer una relación de
amor con una persona. El conocimiento en este sentido expresa una intimidad de
amor. El conocer indica la relación de amor entre Jesús y los suyos. Esta
relación de conocimiento-amor es tan profunda, que Jesús la compara a la que existe entre Él y el
Padre. El verbo conocer tiene un sentido
muy fuerte; Jesús, conoce, es decir,
ama, a cada una de sus ovejas y vela por ellas. Jesús nos ama como
únicos, su amor está siempre presente en nuestra vida.
Juan 1:1-5. En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, este era en el principio con
Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La
luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan 1:14. Y aquel Verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre),
lleno de gracia y de verdad.
Juan 1:1-5. Dios Habla Hoy. (DHH). En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la
Palabra estaba con Dios y era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Por
medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en
las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla. Juan 1:14. Dios
Habla Hoy (DHH). Aquel que es la Palabra se hizo
hombre y vivió entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que recibió
del Padre, por ser su Hijo único, abundante en amor y verdad.
1 Juan 5:3. Pues este es el amor a
Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Salmo 40:8. LBLA. Me deleito en hacer
tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón. "Y ellas me siguen". La fe consiste en seguir a Jesús por amor, viviendo como Él
vivió. Seguirle es acoger y cuidar
gozosamente todo lo que da vida, teniendo en cuenta "los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro
tiempo". Seguir a Jesús es hacerse cargo de la realidad de nuestro mundo;
asumir también la responsabilidad de favorecer también un mundo más justo y más
solidario, aportando nuestra parte.
Juan 12:44-50. Jesús
clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el
que me ve, ve al que me envió. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo
aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Al que oye mis palabras, y no
las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a
salvar al mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le
juzgue; LA PALABRA QUE HE HABLADO, ella le juzgará en el día postrero. Porque
yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio
mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su
mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre
me lo ha dicho.
Y
fruto de este conocimiento-amor, Jesús dice: "Y Yo les doy la vida
eterna". Es
decir, el don de Jesús a los que le
siguen es la vida definitiva, la vida que no termina nunca, pues la calidad de vida que Él
comunica supera la muerte: los cristianos apoyados en el Resucitado, creemos
que la vida no termina con la muerte. La vida es mucho más que esta vida que
conocemos ahora. Sin duda, esta postura puede ser rechazada y hasta
ridiculizada en nuestra sociedad. Pero la vida sigue ahí con todo su misterio.
Cada uno tendrá que preguntarse dónde ha descubierto una luz más luminosa, un
camino más estimulante y una esperanza más bella para enfrentarse a la vida
cada día. Y "nadie las arrebatará de mis manos".
Romanos 10:17. Luego la
fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Cuando Jesús venga a su
corazón y empiece a gobernar su vida, lo limpiará y lo purificará del pecado y
las tinieblas; Él quitará el corazón de piedra y pondrá uno tierno y sensible a
los impulsos del Espíritu de Dios. Tal corazón, será presto en escuchar la voz
del Padre.
Jesús
es el Pastor que defiende a los suyos hasta dar la vida, siguiendo a este
Pastor, podemos estar seguros. Ni
siquiera la muerte logrará romper esta unión, logrará «separar». Porque la vida
que el Pastor da a sus ovejas es la vida definitiva. Que nos dejemos penetrar
por estas palabras del Señor Resucitado. Quizá no siempre nos creemos que estamos
en buenas manos. Jesús nos asegura que nadie podrá "arrebatarnos de sus
manos". Este es el seguro del amor más grande. Ya nada ni nadie nos puede
separar de su amor. No tenemos nada que temer.
Proverbios 2:1-8. Hijo
mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,
haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la
prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; Si
como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces
entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque
Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan
rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de
sus santos.
Salmos 2:11-12. Servid
a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se
enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían. 2 Crónicas 16:9a. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la
tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para
con él.
1 Samuel 16:7. Pues que
el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Jehová mira el corazón. No
podemos esconder estas cosas del Señor. Si nosotros no guardamos nuestros
corazones puros delante de la presencia de Dios, de seguro que no podremos
escuchar Su voz.
La fe puede ser definida como "Acción que
obedece a lo que Dios dice". Escuchar la voz de Dios no significa sólo oírla con sus
oídos. Ésta, significa responder obedientemente a lo que Él dijo. ¿Cuál será nuestra decisión? Ojalá que tomemos la decisión correcta.
Juan 10:27-30. Mis
ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y
no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las
dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo
y el Padre uno somos. Salmo 34:14. Apártate
del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela.
Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia
de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a
Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los
criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para
que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es
decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.
Bendiciones.
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