Filipenses
4:13 (BLS). Cristo me da fuerzas para
enfrentarme a toda clase de situaciones.
Muchos
de nosotros hemos experimentado distintas pruebas y dificultades en nuestra
vidas; muertes en la familia, enfermedades, problemas económicos, problemas en
la sociedad que vivimos y un sin fin de situaciones que NOS PRUEBAN A CADA MOMENTO DE NUESTRA EXISTENCIA. Hacen que nuestra esperanza y nuestra fe sean
puestas en juego para ver si podemos o NO ganar la batalla.
Cuando
las pruebas vienen, los cristianos nos preguntamos ¿POR QUE YO? Y buscamos
justificarnos a nosotros mismos diciendo: Soy un fiel servidor del Cristo y aun
así me pasan estas cosas! Y si hay
algo que debemos entender es que los justos, los que hemos sido lavados por la
sangre de Jesucristo para salvación, no somos inmunes a las pruebas. Como
cristianos tenemos que entender la verdadera perspectiva del porqué de la
prueba: LAS PRUEBAS SON BENDICIONES DISFRAZADAS. Job
1:6-22. Todos los cristianos debemos aprender a
perseverar en nuestro andar como seguidores de Cristo cuando lleguen tiempos
difíciles.
Salmo
46:1-3. Dios es nuestro refugio y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto no temeremos aunque la
tierra sufra cambios. Y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares.
Aunque bramen y se agiten sus aguas. Aunque tiemblen los montes con creciente
enojo. Hechos 14:22. Confirmando los ánimos de los discípulos,
exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: ES NECESARIO QUE A TRAVÉS DE MUCHAS
TRIBULACIONES ENTREMOS EN EL REINO DE DIOS.
Jeremías 16:19. Oh
Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción,
a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente
mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.
Veamos
lo que significa un amparo o un refugio: es lo que se encuentra dentro de una
fortaleza. Una fortaleza antigua nos recuerda las ciudades amuralladas, o aún
los castillos de antes, que estaban protegidos por murallas gruesas que
difícilmente se podían penetrar. Ese lugar es nuestro SEÑOR que en su fidelidad, nunca
desampara a los suyos, sin importarle raza o nacionalidad. El creyente nunca
está solo, puede ser que esté pasando por tentaciones y pruebas, pero dentro de
la Fortaleza que es nuestro SEÑOR, encuentra el amparo y la protección necesaria. ¡Cuánto necesitamos a
Dios todo el tiempo y en todo lugar! Es por eso que al poner la confianza en el SEÑOR, es como entrar en un Castillo Fuerte,
bajo la Protección del Todo Poderoso.
Apocalipsis
2:10. No tengas ningún temor de las cosas que
has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la
cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel
hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 1 Pedro 1:6-7. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco
de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para
que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando
sea manifestado Jesucristo.
1 Pedro
1:5-7. Que sois
guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que
está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros
os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que
ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho
más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea
hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
Cristo NO nos prometió que el caminar en EL
seria “Color de Rosa”. Tampoco nos dijo que no habría espinas en nuestra
vereda. En cambio SI nos prometió que estaría con nosotros
hasta el final de los tiempos. Por eso nos recalcó que perseveráramos hasta el
fin. Juan 16:33. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En
el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Manteniéndonos en
Cristo también nosotros seremos vencedores. Nuestro objetivo es
reflexionar sobre nuestro futuro, el futuro de la Iglesia y tomar la decisión
de perseverar en medio de tiempos difíciles. La Palabra de Dios nos advierte
que vendrán pruebas “ y Tribulaciones” pero al perseverar obtendremos “ El
Triunfo” sobre estas. Siempre teniendo presente que la Iglesia de Cristo ha de
prevalecer ante toda situación que vivamos.
¿Cuántos
de ustedes ahora mismo, están pasando por tribulaciones? ¿Cuántos cristianos se
están ahogando en un mar de problemas, de vicisitudes, de tiempos de
sufrimiento? Hermanos y hermanas no se aflijan de corazón, porque aunque estés
sufriendo en un mar de fuego, vas a ser rescatado en alabanza, gloria y honra
para la gloria de Dios. ¿En el medio de la tormenta, que vas a hacer? ¿En medio
de la tribulación, que vamos a hacer? Hay dos opciones, o te tiras al piso a
llorar por lo que te está pasando, o te colocas en pie y comienzas a poner tu
confianza en Dios. O te tiras al piso, para caer en una depresión, o alzas los
ojos y miras a hacia delante puestos los ojos en Jesucristo.
Hebreos
12:2. Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios. El Señor
por el otro lado, desea que usemos estos tiempos de pruebas y tribulaciones:
para desarrollar nuestra fe en él. 2 Corintios 4:17-18. Porque esta leve tribulación momentánea, produce en
nosotros un sobremanera alto y eterno peso de gloria; No mirando nosotros a las
cosas que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son
temporales, mas las que no se ven son eternas.
Lo
que nos sucede no es tan importante como la forma en que respondemos a los
eventos que suceden en nuestras vidas. Es al responder en la forma correcta que
somos capaces de progresar hacia nuestros sueños. Dios nos da a cada uno un
sueño por que luchar. Pero Pablo nos recuerda que no prestemos atención a las
cosas que vemos porque son temporarias; están sujetas al cambio. Más bien
deberíamos fijar nuestros ojos en el resultado final, en el sueño que Dios nos
ha dado. Esta fue la actitud de José.
En
Génesis 37 leemos sobre José y sus hermanos. José, el
hijo más joven de Isaac tuvo un sueño que un día su familia se inclinaría ante
él. Los hermanos de José estaban celosos de él y no pensaban mucho en sus
sueños. Conspiraron en contra de José y el terminó como esclavo en Egipto.
Luego fue falsamente acusado por la esposa de su patrón y fue enviado a la
cárcel. Oh, Las cosas no iban bien para José. Pero, esto es como se veían las
cosas en lo natural. Pero José no permitió que sus problemas dictaran su
actitud. Sino que el permaneció fiel a Dios y no se
olvidó del sueño que Dios le había dado porque José entendió que lo que nos
sucede no es tan importante sino como respondemos a los eventos que suceden en
nuestras vidas. El mantuvo sus ojos en lo todavía no se veía.
Veamos
lo que sucedió: esos obstáculos y contratiempos no eran suficientes para
retener el sueño que Dios deseaba realizar a través de José. Un día era solo un
prisionero, fue llamado a interpretar el sueño para el Rey de Egipto y en un
instante fue elevado a posición de Primer Ministro.
Vamos
a aplicar esto a nuestras vidas: ¿Las tribulaciones, luchas y pruebas, desafíos
y dificultades previenen a tu sueño de ser una realidad? Tal vez te has dado
por vencido a tu sueño, tal vez estas sin esperanza o fortaleza para seguir el
sueño que Dios ha plantado en tu corazón pero la Biblia nos dice que: “Mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas
fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán,
caminarán, y no se fatigarán,” Isaías
40:31. Si estamos haciendo
nuestra parte, esto es siendo pacientes y permaneciendo fieles a la visión que
Dios nos ha dado, entonces el Señor continuara obrando, a menudo detrás de la
escena. Y podemos ver ahora el resultado final que el Señor realizo en la vida
de José. Fue la paciencia y fidelidad que demostró José que ayudo a traerlo al
lugar donde Dios realizaría sus sueños.
El
Apóstol Santiago nos dice en Santiago
1:2-3. Hermanos míos,
tened por sumo gozo cuando estéis en diversas tentaciones; Sabiendo que la
prueba de vuestra fe obra paciencia.
Para vencer
cualquier prueba, o tribulación debemos caminar por fe, no por vista. No vamos por lo que vemos,
escuchamos o sentimos, sino por los principios de la palabra de Dios y la guía
del Espíritu Santo. Cuando comenzamos a
regocijarnos en el medio de una prueba, desatamos fuerzas espirituales
invisibles que nos ayudan. ¿Recuerdan la historia del rey
Josafat en 2 Crónicas 20? Un gran ejército
estaba en camino a Jerusalén. Entonces Josafat junto a la gente para orar por
liberación. Y el Señor le respondió y les dijo que la batalla no era de ellos
sino suya. Luego, la próxima mañana Josafat, el ejército y la gente marcho para
ver la liberación de Dios. Y pusieron hombres delante del ejército para cantar.
2 Crónicas
20:22. Y cuando comenzaron a entonar cánticos
de alabanza, puso Jehová contra los hijos de Ammón, de Moab, y del monte de
Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los
unos a los otros.
El
enemigo fue derrotado cuando ellos se regocijaron y cantaron alabanzas a Dios.
El pueblo del reino de Judá no lo sabia, pero estaban utilizando fuerzas
espirituales como Apocalipsis 12:11. Y ellos le han
vencido por… la palabra de su testimonio….Jesús
nos dijo en Juan 6:63, “El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha:
las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida.” ¿Cómo podemos aprender a caminar de acuerdo al Espíritu de
Dios? Al caminar de acuerdo a la palabra de Dios. Al continuar caminando de
acuerdo a la palabra de Dios, nuestros pensamientos se alinearan con los
pensamientos de Dios y nuestros caminos se alinearan con los caminos de Dios, cuando aprendamos que podemos poner nuestra
carne en sujeción al Espíritu de Dios, entonces seremos libres de los
impedimentos que tratan de desanimarnos de seguir la voluntad de Dios y
estaremos listos para recibir la sabiduría que necesitamos para vencer las
pruebas o tribulaciones
En
una prueba o tribulación a menudo oramos por liberación, pero no reconoceremos
que Dios espera que juguemos un rol en nuestra liberación, que aprendamos a
responder correctamente y que nos volvamos más fuertes. Si Dios nos liberara
instantáneamente de cada prueba o tribulación nunca creceríamos. Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu
oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu
corazón. Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a toda su carne.
Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Proverbios 4:20-23.
Es
necesario que nosotros guardemos nuestros corazones, de mantener fuera cosas
como la duda, aflicción, pánico, ansiedad, depresión y temor. ¿Cómo guardamos
nuestros corazones? Pedro nos dice que echemos todas nuestras preocupaciones en
Dios: “Echando toda vuestra ansiedad sobre
él, porque él tiene cuidado de vosotros” 1 Pedro 5:7. Transferimos la responsabilidad de
nuestra ansiedad a Dios y se lo dejamos a Él. Pablo nos dice que
guardemos nuestros corazones utilizando la paz de Dios: “Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús,” Filipenses 4:6-7.
Entonces es a través de la oración que transferimos
nuestras preocupaciones a Dios y le agradecemos por la respuesta. Desarrolla la actitud correcta que te
llevara hasta el final de la prueba o tribulación.
Persevera: necesitamos reconocer que nunca nos
tenemos que dar por vencidos; debemos siempre perseverar. El Apóstol Santiago
nos dice: Mas a vosotros los que oís, digo:
Hermanos míos, tomad por ejemplo de aflicción y de paciencia, a los profetas
que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los
que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor,
que el Señor es muy misericordioso y piadoso. Santiago: 5:10-11.
Mateo
7:24-29. Cualquiera, pues, que me oye estas
palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa
sobre la peña; Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña. Y
cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé á un hombre
insensato, que edificó su casa sobre la arena; Y descendió lluvia, y vinieron
ríos, y soplaron vientos, é hicieron ímpetu en aquella casa; y cayó, y fué
grande su ruina. Y fué que, como Jesús acabó estas palabras, las gentes se
admiraban de su doctrina; Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no
como los escribas.
Usualmente
vemos que las conversiones verdaderas no vienen fácilmente. Satanás siempre
está allí, poniendo falsas ideas en la mente, tentándote a dejar de esforzarte,
tentándote a dejar la iglesia, diciéndote que tu caso no tiene esperanza, o que
la conversión no es necesaria porque no eres “tan malo”, y otras falsas ideas y
tentaciones. Entonces vienen la presión, angustia y aflicción que la mayoría de
personas retrocede “por la corrupción y la incredulidad” de sus corazones.
“El
que confía en su propio corazón es necio”. Proverbios 28:26. "Estad quietos y
sabed que yo soy Dios. Exaltado seré entre las naciones. Exaltado seré en la
tierra". Salmo 46:10.
Romanos
8:35-39. "¿Quién nos separará del amor de
Cristo? Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre; o desnudez, o
peligro, espada? Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte
todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero. Pero todas estas
cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amo. Porque estoy
convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo
presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es Cristo Jesús
Señor Nuestro".
Debes
recordar siempre que Dios puede ayudarte de muchas formas y Él puede manifestar
su poder y soberanía para darte la victoria mediante una intervención directa
en tu vida. EL tiene muchas formas de ayudarte a vencer en medio de tus luchas
para cambiar porque el es mayor que cualquier situación difícil que enfrentas.
Vamos a su Palabra para fortalecernos en sus promesas.
Isaías 43:1-5. Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y
Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío
eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no
te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en
ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto
he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de
gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y
naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu
generación, y del occidente te recogeré.
2 Samuel
22:40. Pues me ceñiste de fuerzas para la
pelea. 1 Crónicas 29:12. Las
riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está
la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 1
Samuel 2:4. Los débiles se ciñeron de poder. 2
Samuel 22:33. Dios es el que me ciñe de
fuerza. Salmo 29:11. El Señor dará
poder a su pueblo; El Señor bendecirá a su pueblo con paz. Salmo
18:2. Jehová, roca mía y castillo mío, y
mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré. Salmo
68:35. El Dios de Israel, él da fuerza y vigor
a su pueblo. Bendito sea Dios. Salmo 68:35. Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de
Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios. Salmo
84:5,7. Bienaventurado el hombre que tiene en
ti sus fuerzas…Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion. Jeremías
16:19. Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía,
y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los
extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres,
vanidad, y no hay en ellos provecho.
Daniel 2:23. A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo,
porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te
pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey. Efesios
6:10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos
en el Señor, y en el poder de su fuerza. Éxodo 15:2. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi
salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. 2 Samuel
22:2. Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza,
y mi libertador; 2 Samuel 22:3. Dios mío, fortaleza mía, en él
confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador
mío; de violencia me libraste.
Salmo 22:19. Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a
socorrerme. Salmo 27:1. Jehová es
mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de
quién he de atemorizarme? Salmo 28:7. Jehová
es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que
se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré. Salmo 28:8. Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio
salvador de su ungido. Salmo 31:2. Inclina
a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Salmo
59:17. Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque
eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia. Salmo 71:3. Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo
continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y
mi fortaleza.
Salmo 92:15. Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en
él no hay injusticia. Isaías 12:2. He
aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi
canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Isaías
26:4. Confiad en Jehová perpetuamente, porque
en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Salmo 18:1. Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Salmo
18:2. Jehová, roca mía y castillo mío, y
mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza
de mi salvación, mi alto refugio.
Dios
sabe que nosotros nos cansamos. Él sabe que nosotros muchas veces perdemos el
ánimo y la fuerza para seguir luchando en esta vida por todo lo que es bueno,
oportuno y constructivo, y que es necesario para nuestra salvación y
santificación. Los ojos de Dios recorren toda la
tierra, para fortalecer a los que tienen corazón entero para con El. 2 Crónicas 16:9. Cuando
ya no nos queda nada de fuerzas, nuevamente pongamos nuestra esperanza en
Jesucristo, quien es Nuestra Fortaleza y nuestro Héroe en la guerra. Porque "los jóvenes se cansan, se fatigan, los valientes
tropiezan y vacilan, mientras que a los que esperan en Dios, Él les renovará el
vigor, subirán con alas como de águilas, correrán sin fatigarse y andarán sin
cansarse." Isaías 40:30.
En
la historia de la Iglesia ha habido tiempos difíciles pero aun así la Iglesia
sigue enfrentando las pruebas y soportando tribulaciones o dificultades
glorificando y alabando a Dios. Nunca debemos dejar que nuestro ánimo caiga y
que nada nos apacigüe en nuestro andar como cristianos. Que nuestra labor como
Iglesia y Cuerpo de Cristo es llevar siempre el mensaje de salvación a otros
con ánimo, regocijo y llenos de esperanza. Lo cual es la base y fundamento de
nuestra fe que todo lo que pasemos en esta tierra no tiene peso con el valor
incalculable de heredar la gloria de Dios por la eternidad.
Dios
es fuerte, ningún poder puede hacerle frente a él. Por lo tanto, encomienda
todo a la poderosa mano de poder y fuerza de Dios. Él hará un camino. Sobre
todo, cree en su Palabra. Cuando consideramos que las crisis están llegando a
su punto más alto; cuando los problemas parecen insolubles; cuando llegamos al
límite de nuestra resistencia, es allí cuando Dios se glorifica. Pero en
especial se glorifica cuando nuestra esperanza está volcada a Él. Aunque
ejércitos acampen contra nosotros, tenemos asegurada la victoria.
Cuando
hay crisis que golpean nuestra existencia es necesario orar a Dios, creer que
Él es el Dios que hace posible lo que para el hombre es imposible y tener
claridad que las circunstancias adversas pueden ser modificadas por el Creador
para darnos la victoria. Él nos llamó a ser vencedores y en esa condición
permite que todo salga conforme a Su voluntad. ¿En quién has depositado tu confianza en los momentos de mayor
dificultad?
Recuerda que nunca estamos solos, puede ser que estés pasando por tribulaciones, dificultades, tentaciones
y pruebas, pero dentro de la fortaleza que es nuestro Señor, encontraras el
amparo y la protección que necesitas. ¡Nosotros
necesitamos a Dios en todo tiempo y en todo lugar! es por eso que al poner la confianza en
el Señor, es como entrar en un castillo fuerte, bajo la protección del todo
poderoso. Bendiciones.
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