Nuestra Fortaleza está en nuestro Señor
Jesucristo.
Isaías 26:4. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el
Señor está la fortaleza de los siglos.
Salmos 46. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto
auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea
removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se
turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Del río sus
corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo.
Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la
mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se
derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio
es el Dios de Jacob. Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos
en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra
el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y
conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en
la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el
Dios de Jacob.
Hoy
asistimos como testigos al deterioro de valores fundamentales como: la familia,
el derecho a la vida, el trabajo, la política y muchas cosas más. En poco
tiempo se han desmantelado derechos y privilegios que costaron años en
conseguir, y los niveles morales están deteriorados. Pocos podían imaginar que
esto llegara a suceder tan rápidamente. Los expertos y analistas coinciden en
señalar que los cambios se están produciendo cada vez más deprisa. Lo cierto es
que las alteraciones y movimientos son propios de la condición humana. Dios que
conoce al hombre mejor que nadie, puesto que nos creó y nos advierte en su
Palabra a no poner nuestra confianza en los hombres, ya que su condición es
mutable y cambiante.
Isaías
57:20. "Pero
los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus
aguas arrojan cieno y lodo.
Judas.12-13. "Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo
impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas
de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces
muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza;
estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de
las tinieblas.
Jeremías.17:5-6. "Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en
el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será
como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará
en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.
Aún
como creyentes somos cambiantes e inestables. Pedro confiesa a Jesús como
Cristo Mateo 16:16,
y más tarde le pide no muera en la cruz Mateo16:22-23. De la revelación a la tentación en un instante. Los
demás discípulos, junto con Pedro, se comprometen a no escandalizarse de Jesús,
ni abandonarlo Mateo.26.56; poco más tarde lo dejan sólo y Pedro
lo niega tres veces Mateo 26:69-75. A diferencia de nosotros, Dios no está
sujeto a cambio alguno. Él es eterno e inmutable. No puede cambiar porque es
perfecto. No puede ser menos de lo que es, y debido a que Él llena todas las
cosas, no puede ser más de lo que es.
DIOS ES
INMUTABLE. Veamos como expresa esta verdad la
Biblia...“PORQUE YO JEHOVÁ NO CAMBIO; por
esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos” (Malaquías 3:6). “Toda buena dádiva y
todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, EN EL NO HAY
MUDANZA NI SOMBRA DE VARIACIÓN” (Santiago 1:17). “Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos
son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como
una vestidura envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero
Tú ERES EL MISMO, y tus años no se acabarán. Y los hijos de tus siervos
habitarán seguros” (Salmo 102.25-28a)
Hay
una relación entre el carácter inmutable de Dios y la bendición que recibimos
de Él. Porque Jehová no cambia (su amor, su
misericordia inmutable) nosotros no hemos sido consumidos. Malaquías 3:6. Los perfectos dones
y las buenas dádivas (su providencia, su provisión) que descienden sobre
nosotros de lo alto, son posibles porque en Él no hay mudanza, ni sombra de
variación. Dios es la Roca. Santiago 1.17. Porque el Señor es eterno e inmutable,
y sus designios permanecen (su poder), podemos vivir y habitar seguros. Salmo.102.25-28. Es muy esperanzador para nosotros confiar en un Dios
autosuficiente, eterno, todopoderoso y que no cambia (Inmutable).
Hay
una diferencia notable entre el pensamiento hebreo, y el pensamiento greco
romano del que se nutre nuestra cultura occidental. El pensamiento greco romano
es conceptual y abstracto, mientras que el hebreo es concreto y rico en
símbolos. Cuando un hebreo quería expresar la firmeza e inmutabilidad de Dios
buscaba una manera sencilla de comunicarlo. Jacob, Moisés y David se refieren
al Dios Inmutable con el nombre de La Roca. Hay montañas como el pico sacro a
las afueras de Santiago que han permanecido estables desde tiempos
inmemorables. Muchas generaciones de gallegos han visto este monte permanecer
estable en el mismo lugar. Hasta los romanos y los celtas vieron este monte que
permanece como testigo de los años.
Dios,
para los hebreos La Roca, ha permanecido Inmutable desde el principio y hasta
el fin. De hecho, Él es el principio y el fin, antes de Él no hubo dios, y
después de él tampoco habrá. En Génesis
49:24 Jacob llama a
Dios La Roca. Jacob que huyó de sus padres porque su hermano Esaú lo quería matar;
que vivió durante veinte años en Mesopotamia lejos de sus hogar; que trabajó
catorce años para conseguir a la mujer que quería, y seis años más para tener
su propio ganado. Al que se le cambió el salario 10 veces, luchó con el Ángel
del Señor en Peniel, temió la venganza de su hermano al regresar, sufrió gran
tristeza por causa de sus hijos. Este Jacob que vivió una vida intensísima de
147 años reconoció haber aprendido algo muy importante: Dios era “La Roca”.
En Deuteronomio 32:4, es Moisés quien llama
al Señor "La Roca". Al igual que Jacob vivió una vida intensa. Desde
su rescate milagroso del río Nilo, hasta su muerte poco antes de que Israel
entrase en la tierra prometida. 40 años creyéndose alguien, 40 años viviendo
como si fuese nada; y 40 años siendo útil en manos de Dios. Toda una vida de
cambios y desafíos. En palacio, en el desierto, en la cumbre del monte, en su
encuentro con Dios... En su debilidad y en su fortaleza, en todo tiempo, Moisés
reconoce que Dios fue para él "La Roca".
Por
último el rey David dejó en su testamento la afirmación de que Dios era:
"La Roca" 2 Samuel 23:3. David un pastor de ovejas que llegó a
Rey; que mató a Goliat, que fue perseguido por Saúl, traicionado por su hijo
Absalón, que vivió la amargura de pecar contra Dios, reconoce a Dios como
"La Roca de Israel". Cuando uno cumplimenta su testamento pone en él
cosas de suma importancia, ya que es su última voluntad. La última voluntad de
un hombre que fue conforme al corazón de Dios, es que se supiera que el único
en quien podemos depositar nuestra confianza es Dios "La Roca".
Nuestra fortaleza más segura.
Estos
tres hombres tuvieron llamados y misiones distintas. A Moisés Dios lo llama
directamente desde la zarza que ardía y no se consumía; a David la palabra de
Dios le llegó por un profeta llamado Samuel. Jacob hizo un pacto con Dios en
Betel. Diferentes misiones, características ministeriales, y funciones. Moisés
un estadista militar; David un rey compositor, y Jacob un patriarca peregrino.
Cada uno de ellos hizo de Dios su Roca. Cada uno de nosotros tiene un llamado,
una misión, y una experiencia singular. Dios es el la fuente de nuestra
confianza y nuestra fortaleza. Lo importante no es ser, o parecerse alguien
famoso, sino depositar toda nuestra confianza en Dios, y cumplir con aquello
que Dios nos pide. Nuestro enfoque no debe centrarse en las personas sino en
Dios.
Ante
la perspectiva de un Dios tan confiable, el profeta nos insta a volvernos... a
la Fortaleza. ¿Qué es una fortaleza? Un recinto fortificado, cerrado,
protegido. En la frontera portuguesa está la fortaleza, un lugar construido
como refugio. Fortaleza también hace referencia a la capacidad de resistir
problemas y adversidades (como cuando decimos supo afrontarlo con fortaleza)
Fortaleza
puede ser sinónimo de valor o fuerza. Con estas acepciones volverse a la
fortaleza puede ser sinónimo de estar protegido y tener la fuerza para resistir
adversidades. Para Zacarías volver a la fortaleza es volverse a Dios nuestro
refugio más seguro, quien tiene y nos da el valor y la fuerza que necesitamos
para resistir. Es volvernos al Todopoderoso; a la Roca de Jacob, Moisés, y
David. Al Dios que tiene en sí todos los recursos para proteger y bendecir a su
pueblo.
Volvamos
a la fortaleza. De su gracia. Amamos a Dios porque él nos amó a nosotros
primero 1 Juan 4:19. Nuestro impulso de buscar a Dios, parte de él. Jesús
dijo: "Nadie puede venir a mí,
si mi Padre no le trajere" Juan.6.44. Mientras
andamos en pos de él, estamos en sus manos, y su diestra no ha sostenido
Salmo 63:8. Viviendo en las "riquezas de su
gracia" tenemos la capacidad y oportunidad de crecer en nuestra relación
con Dios, porque Él nos amó, nos dio vida, nos resucitó y nos hizo sentar en
lugares celestiales. Efesios 2:4-6. De la manera que recibisteis a Cristo andad en él Colosenses
2:6. Al recibir a Cristo toda la obra fue
hecha por él. Recibimos su perdón sin merecerlo. Nos amó aun siendo pecadores,
nos transformó por la Palabra y el Espíritu. Después de tiempo de seguirle nada
ha cambiado: es por su gracia. Él produce en nosotros tanto "el querer
como el hacer por su buena voluntad" (Filipenses 2.13) Si su yugo fácil y ligera su carga...Mateo
11:30. ¿Por qué hay creyentes que viven
con una carga tremenda? Quizá no hemos descubierto la verdad de entrar y vivir
en su reposo. O tal vez no estemos llevando su yugo, sino el nuestro.
En
Efesios hay tres verbos, que según el pastor Watchman Nee dan la clave de una
vida cristiana victoriosa. Nuestra vida cristiana comienza con nuestra posición:
"Sentados" Efesios 2:6. Continúa con nuestra vida en el mundo:
"andad" Efesios 4:1; y
permanece sabiendo tener la actitud correcta ante el enemigo "estar
firmes" Efesios 6:11. Pablo librado en Éfeso, donde pensó
que moría, pero Dios los libró y los consoló 2 Corintios.1.8-11. En su gracia, no en nuestros esfuerzos, encontramos el
refugio necesario para afrontar cualquier situación que se presente.
No
se trata de un poder almático que nosotros podamos producir por sugestión,
concentración o meditación, sino de una invasión de lo alto. Y recibiréis poder
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. Poder para testificar Hechos 1:8; para vivir en santidad Romanos 8:2; para ver manifestaciones
sobrenaturales Marcos 16:16-18; Hechos
19:11; para que el reino de
las tinieblas retroceda ante el avance de la iglesia Lucas
11:20. Nueve veces aparece la palabra
"poder" en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Si
exceptuamos las tres ocasiones en que la palabra poder no se menciona por la
iglesia (8.10; 8.19); o no se refiere a la acción sobrenatural de Dios (Hechos
5:4). Todas las veces que aparece se
relaciona, o con la acción de Dios: en Hechos 1:8 en referencia al Espíritu Santo que habían de recibir y
en Hechos 10:38 en relación con
el Espíritu Santo en Jesús. O con la gracia de Dios: en Hechos 3:12 los apóstoles reconocen y proclaman la fuente del poder,
y en Hechos 4:33; Hechos 6:8; 20:32 aparecen juntos poder y gracia.
Si
nos volvemos a la Fortaleza de nuestro Dios que es Inmutable, quien tiene todos
los recursos en su mano, podremos por su gracia y poder afrontar cualquier
desafío que se nos presente. La nube de testigos es grande. Hombres y mujeres
que hicieron de Dios el fundamento de su vida; hombres y mujeres que edificando
sobre su Palabra resistieron vientos y tempestades Mateo 7 Y sus vidas permanecieron fieles a Dios.
Mateo 7:24-27. Cualquiera,
pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente,
que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba
fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace,
le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y
descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu
contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Bendiciones.
excelente reflexión, bendiciones.
ResponderEliminarmi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com