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Es tiempo de sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la
gracia, la misericordia y la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos
tiempos; es por eso que empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina
Valera: TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.
Juan 5:39. Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia:
su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios:
la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su
persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su
deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más
el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas
acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.
TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las doctrinas bíblicas de la
salvación: expiación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación,
elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la
adopción y la unión mística del creyente con Cristo. Incluye el estudio
de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión,
culto, organización y ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de
la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la
iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial,
los juicios finales y el estado eterno.
Clase 18. Dios el Espíritu Santo: Su Bautismo
por Lewis Sperry Chafer
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A. EL SIGNIFICADO DEL BAUTISMO DEL ESPIRITU
SANTO.
Probablemente
ninguna otra doctrina del Espíritu Santo ha creado más confusión que el
bautismo del Espíritu. Mucho de esto se deriva del hecho de que el bautismo del
Espíritu comenzó al mismo tiempo en que ocurrían otras grandes obras del
Espíritu, tales como la regeneración, la morada y el sellado. También en
algunas ocasiones el bautismo del Espíritu y la plenitud del Espíritu ocurren
al mismo tiempo.
Esto ha
guiado a algunos expositores a hacer sinónimos de estos dos acontecimientos. El
conflicto en la interpretación, sin embargo, se resuelve si uno examina
cuidadosamente lo que la Escritura dice con relación al bautismo del Espíritu.
En total hay once referencias específicas al bautismo del Espíritu en el Nuevo
Testamento. Mt. 3:11. Mr. 1:8. Lc. 3:16. Jn. 1:33. Hch.
1:5. Hch. 11:16. Ro. 6:1-4. 1Co. 12:13. Ga. 3:27. Ef. 4:5. Col. 2:12.
B. EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO ANTES DE
PENTECOSTES.
Al examinar
las referencias en los cuatro evangelios y en Hechos 1:5, se aclara que el bautismo
del Espíritu es considerado en cada caso como un acontecimiento futuro, el cual
nunca había ocurrido previamente. Hch. 1:5. Porque
Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el
Espíritu Santo dentro de no muchos días.
No hay
mención del bautismo del Espíritu en el Antiguo Testamento, y los cuatro
evangelios se unen con Hechos 1:5 en anticipar el
bautismo del Espíritu como un evento futuro. En los evangelios, el bautismo del
Espíritu se presenta como una obra la cual Cristo hará por medio del Espíritu
Santo como su agente, como, por ejemplo, en Mateo 3:11, donde Juan el Bautista
predice que Cristo «os bautizará en Espíritu Santo y fuego». La referencia al
bautismo por fuego parece hacer alusión a la segunda venida de Cristo y los
juicios que ocurrirán en ese tiempo, y también se menciona en Lucas, pero no en
Marcos o en Juan.
Mt. 3:11. Yo a la
verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo
calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego. Lc. 3:16. Respondió
Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más
poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él
os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Mr. 1:8. Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con
Espíritu Santo. Jn. 1:33. Y yo no le
conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien
veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con
el Espíritu Santo.
A veces la
intervención del Espíritu Santo se expresa por el uso de la preposición griega
en, como en Mateo 3:11, Lucas 3:16 y Juan 1:33. Ya sea que la
preposición se use o no, el pensamiento es claro en cuanto a que Cristo bautizó
por el Espíritu Santo. Algunos han tomado esto como algo diferente del bautismo
del Espíritu del que se habla en Hechos y en las Epístolas, pero el punto de
vista preferible es que el bautismo del Espíritu es el mismo en todo el Nuevo
Testamento. El bautismo en cualquier caso es por medio del Espíritu Santo.
La norma de
la doctrina es expresada por Cristo mismo cuando El contrastó su bautismo,
administrado por Juan, con el futuro bautismo de los creyentes por medio del
Espíritu Santo, lo cual ocurriría después de su ascensión. Cristo dijo: «Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros
seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días». Hch. 1:5.
C. TODOS LOS CRISTIANOS SON BAUTIZADOS POR EL
ESPIRITU EN LA EDAD PRESENTE.
A causa de la
confusión en cuanto a la naturaleza y tiempo del bautismo del Espíritu, no siempre
ha sido reconocido que cada cristiano es bautizado por el Espíritu dentro del
cuerpo de Cristo en el momento de su salvación. Este hecho es destacado en el
pasaje central sobre el bautismo del Espíritu en el Nuevo Testamento en 1 Corintios 12:13. Allí se declara: “Porque por un
solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”
En este
pasaje la preposición griega «en» es traducida correctamente
«por», en lo que se llama el uso instrumental de esta preposición. Este uso
instrumental es ilustrado por medio de la misma preposición en Lucas 4:1, donde se dice que fue «llevado por el Espíritu al
desierto», y por la
expresión «por vosotros» en 1 Corintios 6:2, por la expresión «por medio de
El» en Colosenses 1:16 y por la frase «todos nosotros» se refiere claramente
a todos los cristianos, no a todos los hombres, y no de estar limitada a algún
grupo de cristianos en particular.
La verdad es
más bien que cada cristiano desde el momento que es salvo es bautizado por el
Espíritu dentro del cuerpo de Cristo. Así, Efesios 4:5 se refiere a «un Señor, una
fe, un bautismo». Mientras que los rituales del bautismo por agua varían,
hay un solo bautismo del Espíritu. La universalidad de este ministerio se
destaca por el hecho de que en la Escritura el cristiano nunca es exhortado a
que sea bautizado por el Espíritu, mientras sí se le exhorta a ser lleno del
Espíritu. Ef. 5:18. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución;
antes bien sed llenos del Espíritu.
D. EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU DENTRO DEL CUERPO
DE CRISTO
Por medio del
bautismo del Espíritu se cumplen dos resultados importantes. El primero, que el
creyente es bautizado o ubicado dentro del cuerpo de Cristo; relacionado con
esto es la segunda figura del bautismo en Cristo mismo. Estos dos resultados
simultáneos del bautismo del Espíritu son tremendamente significativos. Por
medio del bautismo del Espíritu el creyente es colocado dentro del cuerpo de
Cristo en la unión viviente de todos los creyentes verdaderos en la edad
presente. Aquí el bautismo tiene su significado primario en el hecho de ser
ubicado, iniciado, y en que nos ha sido dada una relación nueva y permanente.
Por consiguiente, el bautismo del Espíritu relaciona a los creyentes con todo
el cuerpo de la verdad que se revela en la Escritura concerniente al cuerpo de
Cristo.
El cuerpo de
los creyentes, formado así por el bautismo del Espíritu y aumentado a medida
que los miembros adicionales son añadidos, se menciona frecuentemente en las
Escrituras. Hch. 2:47. 1 Co. 6:15. 1 Co. 12:12-14. Ef.
2:16. Ef. 4:4-5,16. Ef. 5:30-32. Col. 1:24. Col. 2:19. Cristo es la
Cabeza de su cuerpo y el Único que dirige sus actividades. 1 Co. 11:3. Ef. 1:22-23. Ef. 5:23-24. Col.
1:18.
El cuerpo así
formado y dirigido por Cristo también es nutrido y cuidado por Cristo. Ef. 5:29. Fil. 4:13. Col. 2:19. Una de las obras
de Cristo es la de santificar el cuerpo de Cristo en preparación para su
presentación en gloria. Ef. 5:25-27.
Como miembro del cuerpo de Cristo, al creyente se le
dan también dones o funciones especiales en el cuerpo de Cristo. Ro. 12:3-8. 1 Co. 12:27-28. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada
uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles,
luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los
que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
Ef. 4:7-16. Siendo colocado
dentro del cuerpo de Cristo por medio del Espíritu Santo, no sólo es segura la
unidad del Cuerpo, sin distinción de raza, cultura o fondo social, sino que
también es seguro que cada creyente tiene su lugar y función particulares y su
oportunidad para servir a Dios sin el armazón de su propia personalidad y
dones. El cuerpo como un todo es «unido entre sí» (Ef. 4: 16);
esto es, aunque los miembros difieran, el cuerpo como un todo está bien
planeado y organizado.
E. EL BAUTISMO DEL ESPIRITU EN CRISTO.
En adición a
su relación con respecto a los otros creyentes en el cuerpo de Cristo, el que
es bautizado por el Espíritu tiene una nueva posición en cuanto a estar en
Cristo. Esto fue anticipado en la predicción de Juan 14:20, donde Cristo dijo la
noche antes de su crucifixión: «En aquel día vosotros
conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros» La expresión «vosotros en
mí» anticipaba el futuro bautismo del Espíritu.
Como
consecuencia de que el creyente está en Cristo, es identificado en lo que
Cristo hizo en su muerte, resurrección y glorificación. Esto se presenta en Romanos 6:1-4. Donde se declara que el creyente es bautizado en
Jesucristo y en su muerte, y si lo es en su muerte, está sepultado y resucitado
con Cristo.
¿Qué, pues, diremos?
¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera.
Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis
que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados
en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el
bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Esto ha sido
tomado a menudo para representar el rito del bautismo por agua, pero en
cualquier caso también representa la obra del Espíritu Santo, sin la cual el
rito sería carente de significado. Un pasaje similar se encuentra en Colosenses 2:12. Nuestra identificación con Cristo a través
del Espíritu es una base importante para todo lo que Dios hace por el creyente
en el tiempo y la eternidad.
Col. 2:12. Sepultados
con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante
la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Dado que un
creyente está en Cristo, él también tiene la vida de Cristo, la cual es
compartida por la cabeza con el cuerpo. La relación de Cristo con el cuerpo
como su Cabeza también se relaciona con la dirección soberana de Cristo de su
cuerpo, del mismo modo como la mente dirige al cuerpo en el cuerpo humano de
los creyentes.
F. EL BAUTISMO DEL ESPIRITU EN RELACION CON
LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL.
En vista del
hecho de que cada cristiano es bautizado por el Espíritu en el momento de su
salvación, está claro que el bautismo es una obra de Dios para ser comprendida
y recibida por la fe. Aunque la experiencia espiritual subsiguiente puede
confirmar el bautismo del Espíritu, el bautismo no es una experiencia en sí
mismo. Por ser universal y relacionado con nuestra posición en Cristo, el
bautismo es un acto instantáneo de Dios y no es una obra para ser buscada
después de haber nacido de nuevo.
Se ha
originado mucha confusión por la afirmación de que los cristianos deberían
buscar el bautismo del Espíritu especialmente como se manifestaba en el hablar
en lenguas en la Iglesia primitiva. Mientras que en los tres ejemplos en Hechos (caps. 2, 10 y 19) los creyentes hablaron en lenguas en el tiempo
de su bautismo por el Espíritu, queda claro que esto fue excepcional y
relacionado al carácter transitorio del libro. En todos los otros ejemplos
donde figura la salvación no hay mención del hablar en lenguas como algo que
acompañe al bautismo del Espíritu.
Más adelante,
es bastante claro que mientras que todos los cristianos son bautizados por el
Espíritu, no todos los cristianos hablaron en lenguas en la Iglesia primitiva
Por lo tanto, el concepto de buscar el bautismo del Espíritu como un medio de una
obra excepcional de Dios en la vida del cristiano es sin fundamento escritural.
Aun la plenitud del Espíritu no se manifiesta en hablar en lenguas, sino más
bien en el fruto del Espíritu, como se menciona en Gálatas 5:22-23. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
El hecho es
que los cristianos corintios hablaron en lenguas sin estar llenos del Espíritu.
A veces se alega un error similar, el cual sostiene que hay dos bautismos del
Espíritu, uno en Hechos 2 y el otro en 1 Co. 12:13.
Hch. 2:1-4. Cuando
llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino
del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda
la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como
de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del
Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
daba que hablasen.
1 Co. 12:13. Porque
por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu.
Una
comparación de la conversión de Cornelio en Hechos 10-11 con Hechos 2 aclara
que lo que le ocurrió a Cornelio, un gentil, fue exactamente lo mismo que lo
que les había ocurrido a los discípulos en el día de Pentecostés. Pedro dice en
Hechos 11:15-17: «y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre
ellos también, como sobre nosotros al principio. Entonces me acordé de lo dicho
por el Señor, cuando dijo: «Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros
seréis bautizados con el Espíritu Santo. Si Dios, pues, les concedió también el
mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo
que pudiese estorbar a Dios?»
Considerando que el bautismo del Espíritu coloca al creyente dentro del cuerpo
de Cristo, es, pues, la misma obra de Hechos 2 a través de la presente
dispensación.
El bautismo
del Espíritu Santo es, por lo tanto, importante, puesto que es la obra del
Espíritu que nos coloca en una nueva unión con Cristo y nuestros hermanos
creyentes, una nueva posición en Cristo. Es la base para la justificación y
para toda la obra de Dios, la cual presenta al final al creyente perfecto en
gloria.
PREGUNTAS.
1. ¿Cómo
distinguiría el bautismo del Espíritu, de la obra del Espíritu en la
regeneración, morada y sellado?
2. ¿Cómo
distinguiría el bautismo del Espíritu de la plenitud del Espíritu?
3. ¿Por qué
ha habido confusión entre el bautismo del Espíritu y otras obras del Espíritu?
4. ¿Cuál es
el significado del hecho de que el bautismo en Espíritu en los cuatro
evangelios y en Hechos 1 se mencione como una obra futura?
5. ¿Qué
evidencia puede alegarse respecto a que todos los cristianos son bautizados por
el Espíritu en la edad presente?
6. ¿Por qué
nunca se exhorta a los cristianos que sean bautizados por el Espíritu?
7. ¿Cuál es
el significado de ser bautizado dentro del cuerpo de Cristo?
8. ¿Cómo indica
la figura del cuerpo de Cristo que Cristo dirige la Iglesia ?
9. ¿Cómo
presenta la figura del cuerpo de Cristo dones especiales dados a los creyentes?
10. ¿Qué
verdades especiales son presentadas por el bautismo del Espíritu en Cristo?
11. ¿Cómo se
relaciona el bautismo en Cristo a nuestra identificación con El en su muerte,
resurrección y glorificación?
12. ¿Cómo el
bautismo en Cristo sostiene la idea de que compartimos la vida eterna?
13. ¿Por qué
el bautismo del Espíritu no es en sí mismo una experiencia espiritual?
14. ¿Es
necesario el hablar en lenguas para ser bautizado por el Espíritu?
15. ¿Es
necesario hablar en lenguas para ser lleno por el Espíritu?
16. ¿Por qué
es incorrecto que el bautismo del Espíritu de Hechos 2 difiere del bautismo del
Espíritu en 1 Corintios 12: 13?
17. Resumir
la importancia del bautismo del Espíritu como una obra relacionada con nuestra
salvación.
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