Salmo 78:7. A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos. Salmo 94:22. Mas Jehová me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza.
Este mensaje va dirigido a aquellas personas que en su corazón aman a Dios de manera sincera y que están pasando situaciones desesperantes, perseguidos por toda clase de mal, perseguidos por enemigos ocultos, que han sido calumniados, que han sido víctimas de difamaciones con mentiras para dañar su nombre y honra, perseguidos por deudas, por escasez y algunas veces por falsos hermanos, por enfermedad. Se siente que no hay escapatoria, que no hay salida, los que creíamos nuestros amigos desaparecen como le sucedió a Job en los capítulos uno y dos del libro que lleva su nombre. Puede que todo esto haya acontecido por alguna prueba o ataque del diablo o como consecuencia de errores propios y malas decisiones.
Salmo 3. Dios es nuestro socorro. !Oh
Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se
levantan contra mí. Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en
Dios. Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta
mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo.
Yo me acosté y dormí, desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a
diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí. Levántate, Jehová;
sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los
dientes de los perversos quebrantaste. La salvación es de Jehová; Sobre tu
pueblo sea tu bendición.
Pero en este salmo 3 encontramos
las palabras de aliento del rey David, un hombre como tú o como yo con defectos
y virtudes pero con un corazón conforme al corazón de Dios, que en el momento
de la crisis supo en quien confiar y refugiarse. Pero en el capítulo 11 de la carta a los hebreos vemos que la vida cristiana normal no siempre es un
camino lleno prosperidad y abundancia como muchos lo muestran. Al final de este
estudio cito el capítulo 16 del evangelio de Juan en dónde las palabras del
mismo Señor Jesucristo nos muestran la verdad y nos da entendimiento para estas
situaciones, esperando que seamos fortalecidos interiormente por el poder de su
amor y el Espíritu Santo.
La verdadera bendición y vida eterna
es vivir para Cristo y rendirnos sólo a Él, a su voluntad y propósito para
nuestras vidas, no estamos solos, Dios es la fuente de todo bien y don
perfecto.
En la vida hay tantas circunstancias
que quieren robarnos la paz que Dios ha depositado en nuestro corazones. No
podemos evitar que estas cosas vengan a nuestra vida, pero si podemos evitar
que estorben nuestro caminar.
Una de las cosas que Dios me ha
permitido tener durante mi vida en el Señor es: La fe y la certeza de que El es
mi pronto auxilio en la tribulación. Muchas cosas han pasado en mi vida, pero
en medio de todo eso siempre he tenido presente de que Dios es quien me protege
y que si confió en El, jamás me defraudara.
Por esa razón con convicción y por
experiencia propia puedo decirte que no tienes de que temer. Posiblemente estas
a travesando tribulaciones terribles, a lo mejor tu animo a menguado y tu
comunión con el Señor se ha venido a bajo. Quizá no hallas que hacer y tienes
temor de lo que puede ser de ti o de tu familia en los próximos días, pero en
esta hora quiero decir que no temas, que no desmayes, que no te des por
vencido, que hay un Dios el cual es mi Dios y el tuyo que puede sacarte de
cualquier situación en la que puedas estar metido.
Las tribulaciones nos vienen como la
escuela de Dios en la formación del carácter. Las pruebas, los conflictos y las
dificultades son las herramientas a través de las cuales vamos afinando el
propósito de Dios en nuestra vida.
Este texto se relaciona a la parábola
del sembrador y la semilla en los varios terrenos en la cual es puesta. El
apóstol afirma que el se gloria juntamente con toda la comunidad de fe en las
tribulaciones. Las tribulaciones producen paciencia. La paciencia es el
espíritu que no se da por vencido. Es la determinación a permanecer firmes a
pesar de los conflictos. Permanecemos firmes mientras las tribulaciones van
obrando en nuestra vida interior. Es en esta etapa de firmeza que se va
desarrollando el carácter. Pablo expresa que un carácter probado. Que ha pasado
por la escuela de las aflicciones y ha permanecido firme a pesar de la
adversidad.
El gloriarse en las tribulaciones es el
resultado de entender que los creyentes nos amparamos en las promesas de Dios
que son fieles. Y esta confianza produce esperanza. Y esta esperanza no nos
desilusiona por cuanto en el camino vamos experimentando la presencia de amor
que sostiene. Este es el amor de Dios que nos acompaña en las tribulaciones. Es
la presencia de Dios por medio del Espíritu Santo que nos conforta.
No permitas que el enemigo robe la paz
que Dios quiere depositar en tu vida, no permitas que el temor te robe la
confianza de que Dios es tu fortaleza. Comienza a practicar la palabra del
Señor y comienza a confiar plenamente en El, pues El jamás te defraudara y te
lo digo por experiencia propia.
El por tal razón que los creyentes se
mantienen de pie en las tribulaciones. De rodillas estamos de pie. En la
paciencia y firmeza estamos de pie. Así como el carácter se va formando se hace
de pie. La esperanza es la confianza de que no estamos solos en la batalla y en
los conflictos. La esperanza no avergüenza ni nos desilusiona porque las
tempestades de afuera que nos azotan no pueden minar la fortaleza de un
carácter probado en el interior del creyente.
Vienen las tribulaciones y nosotros
seguimos firmes. Vienen las pruebas y nosotros seguimos confiados. Vienen los
conflictos y nosotros seguimos de pie.
Y no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la
esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:3-5.
Ya fortalecidos en nuestra fe por la
Palabra de Dios continuemos con el estudio del salmo 3.
¿Qué hacemos cuando nos encontramos desesperados, cuando somos perseguidos y
parece que no tenemos salida? Salmo
3:1 “¡Oh
Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se
levantan contra mí. Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en
Dios.
La única solución de David es
exponerle a su Señor cuál es su situación, cuando sus adversarios se han
multiplicado. Le expone a Dios que sus adversarios no creen que Jehová es
grande y poderoso, que no creen que en Él haya salvación. Esta es una bella
forma de decirle a Dios, mira todos creen que en Ti no hay salvación. Se lo
dice porque él si confía que en su Señor si hay salvación.
Cuando nuestra situación es difícil
no nos queda más que clamar, implorar a Dios por su ayuda. David, en medio de
grande tribulación, con mucha confianza en Dios como su amigo, implora el
socorro divino. Esta es la parte más interesante de esta porción de la Palabra;
David está confesando y afirmando que Dios es su escudo, su gloria y el que
levanta su cabeza. Si lo trajéramos a nuestro contexto, esta es la sola verdad,
Dios es nuestro escudo y nuestra gloria y el que levanta nuestra cabeza. No hay
nadie más que pueda hacer esto por nosotros sus hijos. Si el pueblo de Dios
levanta su cabeza con gozo en el peor de los momentos, sabiendo que todo les
ayudará a bien, reconocerán a Dios como quien les da motivo y corazón para
regocijarse. Esto nos enseña que tenemos que clamar por Su ayuda.
Salmos 3:4 Con
mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo. David siempre halló que Dios estaba dispuesto a
responder sus oraciones.
Solo en Él podemos confiar y
descansar. Salmos 3:5-6. Yo
me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba. 6 No
temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí. Cuando tenemos a Dios de nuestro lado no debemos de
temer de nadie, ni de nada. Nos la confianza de poder dormir y descansar
sabiendo que es Jehová quien nos sustenta. Muchos se acuestan y no pueden
dormir por dolor del cuerpo, por angustia mental o por la alarma continua del
terror nocturno. Pero aquí más bien parece que se refiere a la calma del
espíritu de David en medio del peligro. El Señor lo puso en paz por su gracia y
por las consolaciones de su Espíritu. Gran misericordia es que nuestra mente
persevere en Dios cuando estamos con problemas.
Cuando nosotros tenemos confianza en
Dios y lo convertimos en nuestro Padre y amigo, le podremos decir como el
salmista: Salmos 3:7 Levántate,
Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos
en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste. David estaba seguro de que Dios peleaba sus
batallas, lo mismo tenemos que hacer nosotros, pero para eso hay un requisito
muy especial que debemos de cumplir primero, y hacerlo a Él el Señor de
nuestras vidas. Salmos 3:8. La
salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Este es un Tributo de alabanza a un Dios
libertador, cuyo favor es beneficio eficiente. Dios es un Dios de salvación, en su Palabra, lo
único que nos pide es que lo hagamos nuestro Padre y amigo como lo hizo David
en su tiempo. Hoy tenemos la facilidad de hacerlo nuestro Señor y Salvador
personal, por su gracia. Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios (Efesios
2:8).
Cuando hemos creído que Jesús es la
Luz verdadera, solamente tenemos que creer en que Él vino para dar testimonio
del Padre, y que vino para reconciliar por si mismo al mundo con Dios, que vino
a morir por los pecadores, y que todos nosotros somos pecadores y que por su
inmenso amor dio su vida por nosotros para librarnos del pecado, Si nosotros
hemos creído esto y lo confesamos con nuestra boca, somos salvos y pasamos a
ser sus hijos.
Mi deseo es que la paz y consolación
sean ministrados a nuestro ser a través de este estudio y de estás palabras
finales del capítulo de Juan 16 dichas por nuestro Señor Jesucristo. Que sea el
mismo Espíritu Santo infundiendo vida en la más profundo de nuestra alma,
nuestro corazón y nuestra mente, Que sea Dios mismo gobernando nuestro corazón
y que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento nos inunde.
Juan 16. Estas cosas os he hablado, para que
no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando
cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque
no conocen al Padre ni a mí. Mas os he dicho estas cosas, para que cuando
llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al
principio, porque yo estaba con vosotros.
Pero ahora voy al que me envió; y
ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas
cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os
conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a
vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al
mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí;
de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por
cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
Aún tengo muchas cosas que deciros,
pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que
hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me
glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el
Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Todavía un poco, y no me veréis; y de
nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. Entonces se dijeron algunos
de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no
me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? Decían,
pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla. Jesús
conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca
de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me
veréis? De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y
el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se
convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su
hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia,
por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
También vosotros ahora tenéis
tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os
quitará vuestro gozo. En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de
cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que
vuestro gozo sea cumplido. Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora
viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré
acerca del Padre. En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo
rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros
me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. Salí del Padre, y he
venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.
Le dijeron sus discípulos: He aquí
ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices. Ahora entendemos que sabes
todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has
salido de Dios. Jesús les respondió: ¿Ahora creéis? He aquí la hora viene, y ha
venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo;
mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para
que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo.
Refugiémonos en Dios, busquémosle en
el lugar secreto porque el no nos rechazará, el es un buen Padre, amoroso ,
compasivo y protector, sólo el Señor conoce nuestro corazón y nuestras
intenciones, dejemos que sea el tomando el control de nuestras vidas y
circunstancias. Bendiciones.
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