Romanos 12:1-2. La vida nueva (DHH) Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se
presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es
el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del
tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie
su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es
bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.
Perder la batalla no significa perder
la guerra, no importa cuántas veces te hayas equivocado o lo que te hayan
hecho. Dios siempre nos da nuevas oportunidades sin importar lo que piensen los
demás, nuevas son cada mañana sus misericordias y al que quiere le da vida. Él
te puede hacer de nuevo, te puede restaurar al propósito eterno en Jesucristo
para tu vida. Podemos ver esto en la vida de Sansón que vamos a estar
estudiando más adelante. Dios puede
restaurarte y darte una nueva oportunidad, puede darte vida si sientes que
estas como esos huesos secos, como habla la profecía de Ezequiel.
Ezequiel 37:1-14. Los huesos secos
(DHH) El Señor
puso su mano sobre mí, y me hizo salir lleno de su poder, y me colocó en un
valle que estaba lleno de huesos. El Señor me hizo recorrerlo en todas
direcciones; los huesos cubrían el valle, eran muchísimos y estaban
completamente secos. Entonces me dijo: ¿Crees tú que estos huesos pueden volver
a tener vida? Yo le respondí: Señor, sólo tú lo sabes. Entonces el Señor me
dijo: Habla en mi nombre a estos huesos. Diles: Huesos secos, escuchen este
mensaje del Señor. El Señor les dice: Voy a hacer entrar en ustedes aliento de
vida, para que revivan.
No hay más fortaleza que la del
Espíritu de Dios. No fundes tus fuerzas en los demás, sólo en el SEÑOR.
Aprende a bastarte a ti mismo y serás el vencedor y no el vencido. Arráncale
triunfos a la vida y no derrotas; todo infortunio ha de darte una lección para
el porvenir; cada nuevo día que se te da es un regalo para crecer, amar y
compartir. Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco
y los días se convierten en años…. Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu
convicción no tienen edad; tu espíritu es el plumero de cualquier tela de
araña. Detrás de cada línea de llegada hay uno de partida; detrás de cada logro
hay otro desafío; mientras estés vivo, siéntete vivo; si extrañas lo que alguna
vez hiciste, vuelve a hacerlo; no vivas de fotos amarillas…. Sigue aunque todos esperen que abandones, no dejes que se oxide el
hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar,
camina; cuando no puedas caminar, usa el bastón, pero nunca te detengas.
Hoy quiero que reflexionemos en estos
tiempos si en verdad queremos y estamos haciendo la voluntad de Dios para
nuestras vidas, ¿será que deseamos de una manera honesta y sincera agradar a
Dios? ¿Podemos decir como el salmista lo siguiente? Salmo 40:8. (DHH) A mí me
agrada hacer tu voluntad, Dios mío; ¡llevo tu enseñanza en el corazón! Salmos 40:8. (RVR1960) El hacer
tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. También creo que es momento de confrontarnos con la Palabra de Dios y
ver cuáles son nuestros verdaderos deseos del corazón. Es bueno ver cuáles son
las intenciones reales en cada paso que damos en esta tierra.
El asistir
a determinada iglesia, el tener un ministerio o ser parte de él, el pertenecer
a algún grupo religioso, el hacer buenas obras dentro de la sociedad en dónde
te mueves, el llevar un vida moralmente buena para ti y para el círculo social
en el que vives, el desarrollar tu proyecto de vida personal y familiar; todo
esto es muchas veces necesario de hacer y alcanzar, pero si hemos creído en el
Dios Padre que nos creó, que nos perdonó a través del sacrifico de su Hijo
Jesucristo y que en estos tiempos nos ayuda a través de su Espíritu Santo y la
Palabra de Dios, es nuestro deber como creyentes, como discípulos, como
adoradores en espíritu y en verdad el de escudriñar e indagar cual es la manera
correcta en la que la Biblia declara que podemos agradar a Dios. Esta es una
búsqueda personal, no depende de en qué lugar te congregas, de quien es tu
pastor, de cuál es tu denominación, de en qué instituto bíblico estudiaste, de
cuales credenciales tienes o te han dado en determinada ordenación ministerial
que has recibido en alguna iglesia.
Como hijos
o hijas de Dios que hemos sido redimidos o redimidas tenemos un llamamiento a
buscar a Dios en el lugar secreto para rendirte totalmente ante el Creador,
disponer nuestro corazón para ser vaciados de todo lo que no le agrada al Señor
y aquello que nos puede dañar espiritualmente, de aquello que puede enviarnos
al infierno, de aquello que se opone a que tengamos una íntima comunión con el
Dios verdadero, de toda contaminación de la carne, de toda inmundicia y pecado,
de nuestras emociones malsanas, de pensamientos que no agradan a Dios y que en
algún momento hayamos permitido entrar a nuestras vidas.
Creo
sinceramente que si lees la Biblia, que si asistes a alguna iglesia, que si estás
leyendo este mensaje es porque tú en verdad quieres buscar agradar a
Dios. Estamos en el mundo el cual está
gobernado por el príncipe de mentira, el diablo, que utiliza todo lo posible
para insensibilizar la humanidad para que no crean en Jesucristo y el evangelio
de salvación. Utiliza las circunstancias que nos rodean, personas allegadas,
nuestros propios familiares y amigos para lastimarnos y alejarnos de nuestro
Salvador. Es necesario que despertemos a este letargo espiritual en el cual
estemos viviendo en estos tiempos sea la razón que sea por la cual hayamos
llegado a este estado. Despiértate, tú que duermes, y
levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo (Efesios 5: 14 VRV60).
El Señor
te está llamando y te exhorta a conocerte a ti mismo y tu verdadero estado y
condición. ¿Qué tienes, dormilón? levántate y clama a tu Dios. Levántate y
clama a tu Dios…. quizá El tendrá compasión de ti y no perecerás. Una gran
tempestad se levanta en tu derredor y te estás sumergiendo en las profundidades
de la perdición, en el océano de los juicios divinos. Si quieres escapar de ellos,
"júzgate a ti mismo, hazte un examen y cambia, para que el Señor no te
juzgue. ¡Despiértate, despiértate! Levántate ahora mismo. Anímate y tómate del
Señor, el Señor de justicia y amor." "Sacúdete del polvo".
Despiértate y no descanses hasta que veas la misericordia y el perfecto amor de
Dios sobre tu vida. Juan 6:37. (RVR1960) Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo
fuera.
Miremos a
continuación un ejemplo de una fábula y comparémosla con nuestras situaciones
actuales. Se trata esta de una conocidísima fábula para mostrar nuestra
dificultad de adaptación a los cambios incrementales; aquellos que no son
súbitos. Incluso se dice muchas veces que está basada en probados experimentos.
Si echamos
una rana en una olla con agua hirviendo, esta salta inmediatamente hacia fuera
y consigue escapar. En cambio si ponemos una olla con agua fría y echamos una
rana esta se queda tan tranquila. Y si a continuación empezamos a calentar el
agua poco a poco, la rana no reacciona sino que se va acomodando a la
temperatura hasta que pierde el sentido y, finalmente, morir cocinada.
La fábula está bien para transmitir
un par de enseñanzas. Primero, nuestra capacidad para observar una situación
problemática gana mucho si somos capaces de tomar distancia y observarla “desde
fuera”. Y segundo, existen proceso lentos y graduales que amenazan nuestra
supervivencia (satisfacción, felicidad, conformismo, temores, luchas, etc…) y
que no somos capaces de identificar a tiempo.
La fábula es una metáfora, sencilla y
gráfica, de algo que realmente nos ocurre a los seres humanos, tanto como
individuos como en equipos y organizaciones: tendemos a acomodarnos en lo
conocido, en la zona cómoda o de confort, y llegamos a negar incluso que
permanecer ahí limita nuestras posibilidades, nuestra felicidad o realización o
incluso nuestra supervivencia. Y digo más, ello se produce tanto ante cambios
incrementales del entorno o nuestras condiciones, como también en el caso de
cambios súbitos. Los ejemplos pueden ser infinitos.
¿Por qué
nos ocurre esto, realmente? Pues porque la mayoría de los humanos funcionan
bajo el paradigma “Problema-Reactivo”. Y lo utilizamos para protegernos del
peligro y de las amenazas. Se trata de un paradigma que tiende a alejarnos de
lo que no deseamos (problemas, obstáculos, amenazas…). Lo que queremos es
volver “a la normalidad”, a que las cosas sean como antes del problema o
amenaza. Es una cosmovisión guiada por el miedo, a que nos ocurra algo o a que
nos deje de ocurrir, donde la ansiedad juega un papel central. Solemos tomar
acciones (o no tomar) que lleven a reducir nuestro nivel de ansiedad, aunque
ello no resuelva realmente el problema o no nos conduzca al futuro que
deseamos.
¿Cuál es la alternativa? Pues
cuestionar ese paradigma, esa cosmovisión y adentrarse un proceso difícil y
largo (toda la vida) de transformación personal para poder funcionar bajo el
paradigma “Resultado-Creativo”. En esta cosmovisión la energía para actuar (o
no) no viene del miedo o de la reducción de la ansiedad, sino del amor, del
deseo de querer conseguir algo que nos haga sentir plenitud. Desde ahí es
posible conseguir resultados extraordinarios. Este paradigma o cosmovisión es
la base en el desarrollo del liderazgo y, en general, la base para conseguir
vidas plenas y satisfactorias, guiadas por un propósito y por una visión de lo
que realmente anhelamos.
Veamos los siguientes dos textos y
permitamos al Espíritu Santo que nos redarguya y convenza sobre este asunto que
estamos tratando.
Lucas
12:41-48. El siervo infiel (RVR1960) Entonces
Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y
dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá
sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo
al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le
pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi
señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a
comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no
espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los
infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó,
ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin
conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a
quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya
confiado, más se le pedirá.
Perder la batalla no significa perder
la guerra, no importa cuántas veces te hayas equivocado o lo que te hayan
hecho. Dios siempre nos da nuevas oportunidades sin importar lo que piensen los
demás, nuevas son cada mañana sus misericordias y al que quiere le da vida. Él
te puede hacer de nuevo, te puede restaurar al propósito eterno en Jesucristo
para tu vida. Podemos ver esto en la vida de Sansón que vamos a estar
estudiando.
Jeremías 29:11-14. (RVR1960) Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me
invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me
hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por
vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas
las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré
volver al lugar de donde os hice llevar.
Es la historia de un joven que no
supo tomar las mejores decisiones de la vida, pero también en esta historia
bíblica ver el poder y la misericordia de Dios para aquellos que se han
equivocado, de aquellos que han sido desechados por sus familiares, amigos, o
por sus empleadores, o aquellos que han sido tenidos en poco y menospreciados
en el ministerio, aquellos que han sido juzgados por que no han logrado bienes
materiales o profesionales. Creyó que colocar su preferencia
personal sobre la voluntad de Dios sería una buena cosa y, en consecuencia, fue
derrotado muchas veces.
Sabemos que el Espíritu Santo se movía sobre Sansón mucho antes de que el comenzara su ministerio a Israel. Mas sin embargo, ¿cómo se manifestaba el Espíritu sobre Sansón? Pedro nos dice: sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2 Pedro 1:21). Mientras el Espíritu Santo se movía sobre Sansón, es seguro que el Espíritu le confirmaba la palabra que le había sido enseñada durante su niñez. El constante remover del Espíritu le recordaba a Sansón que el secreto de su poder estaba en su dependencia total en el Señor. Solo a través del Espíritu Santo se podía mantener separado y mantener sus ojos en su llamado.
Dios nunca envía a un hombre a hacer
una obra de poder sin antes enseñarle la forma en que el Espíritu obraría sobre
él. Así que Sansón sabía muy bien que él
tenía que mantenerse bajo la cubierta del Espíritu de verdad manteniéndose
consagrado y absteniéndose del mal para así poder ministrar en el poder del
Espíritu.
Pero a pesar de su fuerza física,
Sansón tenía una gran debilidad. No podía hacer diferencia entre sus
preferencias personales y la voluntad de Dios. Él nunca conversaba con Dios a
respecto de sus preferencias. Nunca le preguntaba a Dios qué era lo que Él
esperaba. Mas sin embargo, sabemos que en la vida de Sansón existía una lujuria
desenfrenada una pasión abrumante por mujeres extrañas. Primero, tuvo una
relación prohibida con una mujer de los filisteos, luego con una ramera en Gaza
y finalmente con Dalila, la prostituta. Dicho en forma sencilla, Sansón tenía
una terrible adicción al sexo.
Por supuesto que el Espíritu Santo
estaba al tanto de la lujuria de Sansón. Y mientras el Espíritu se movía sobre
Sansón, él le hacía saber la verdad que Pablo expresa en el Nuevo Testamento:
mas si por el Espíritu haces morir las obras de la carne, viviréis. (Romanos 8:13). El Espíritu de Dios siempre habla a las personas agobiadas por el
pecado, instándoles: ¡Confía en mí! Te mostraré el camino a la victoria. Sansón tenía acceso a todo el poder
del Espíritu Santo para llevar una vida santa. Pero él ignoró la voz del
Espíritu. (Jueces 14:1-2).
Esto también puede significar un gran
peligro en nuestra vida. Vemos las cosas, oímos las cosas, nos gustan, nos
atraen, y creemos que la voluntad de Dios debe ser subordinada a nuestro gusto
personal. Así sucedió con Sansón. Un día él se enamoró de una linda mujer que
él no sabía que la encantadora Dalila, esa linda mujer, estaba siendo sobornada
por los filisteos para descubrir cuál era el secreto de su gran fuerza. Jueces 16:5. De la misma manera, Satanás ha
usado algunos “géneros de música”, algunas “películas atractivas”, algunas
“mujeres sensuales”, algunos “hombres atractivos”, algunas “revistas
llamativas”, para debilitar tus valores morales, familiares y espirituales.
Debemos tener cuidado con lo que vemos, con lo que oímos, con lo que leemos,
con lo que creemos y con lo que hacemos.
Si ya nos hemos equivocado,
recapacitemos, limpiémonos de toda contaminación y de las malas decisiones,
pidámosle a Dios que nos de la fuerza para andar por sus caminos. Es necesario
apartarnos de todo lo que nos pueda separar de Dios, aún si son algunos
familiares o amigos que no están de acuerdo con nuestra forma de creer en Dios;
hay trabajos que no convienen y si no salimos por nuestros propios medios o
esfuerzos Dios obrará como lo hizo con el pueblo de Israel en los tiempos de
Moisés, nos sacará por fuerza y a través de las circunstancias porque somos sus
hijos, porque hemos creído en Jesucristo y en la Palabra de Dios. Si no podemos
comprender esto lo haremos más adelante, el Señor nos mostrará la razón de
nuestro rescate. Dios puede y quiere restaurarnos. Mira la manera como la hace
Dios en el siguiente texto y aprópiate de las promesas de Dios, hazlas parte de
tu vida en esta hora.
Zacarías 3:1-8. Visión del cambio de
ropas de Josué (DHH) Luego el
Señor me mostró en una visión a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie en
presencia del ángel del Señor. Al lado derecho de Josué estaba el ángel
acusador, que se disponía a acusarlo. Entonces el ángel del Señor le dijo al
ángel acusador: ¡Que el Señor te reprenda! ¡Que el Señor, que ama a Jerusalén,
te reprenda! Pues este hombre es como un carbón encendido sacado de entre las
brasas. Josué, vestido con ropas muy sucias, permanecía de pie en presencia del
ángel del Señor. Entonces el ángel ordenó a sus ayudantes que le quitaran a
Josué aquellas ropas sucias. Luego le dijo: Mira, esto significa que te he
quitado tus pecados. ¡Ahora voy a hacer que te vistan de fiesta! En seguida
ordenó a sus ayudantes que pusieran a Josué un turbante limpio en la cabeza.
Ellos se lo pusieron, y después le vistieron con ropas de fiesta. Mientras
tanto, el ángel permanecía de pie.
Luego el ángel del Señor le dijo a
Josué: Esto dice el Señor todopoderoso: “Anda por mis caminos y cumple todos
los deberes que te he encomendado. Si lo haces así, quedarás encargado de mi
templo. Cuidarás de él y de sus atrios, y yo te daré un puesto entre estos
ángeles que están a mi servicio. Escucha bien, Josué, tú que eres el sumo
sacerdote, y que escuchen también tus compañeros de la junta sacerdotal, pues
todos ustedes son como una señal profética: Voy a traer a mi siervo, el Retoño.
Dios es tan poderoso que siempre
tiene un plan alternativo para procurar que entres en su voluntad.
Efectivamente, no era la voluntad de Dios que Sansón quedara ciego y esclavo de
los filisteos; pero él hizo caso a Dalila.
Mateo 22:34-40. El mandamiento más
importante (DHH) Los fariseos se reunieron al
saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno, que era maestro de la
ley, para tenderle una trampa, le preguntó: Maestro, ¿cuál es el mandamiento
más importante de la ley? Jesús le dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Éste es el más importante y el
primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a éste; dice: “Ama a
tu prójimo como a ti mismo.” En estos dos mandamientos se basan toda la ley y
los profetas.
Dios se congratula con el
arrepentimiento y la obediencia de sus hijos y se entristece y se enoja cuando
hay pecado sin arrepentimiento. El caso de Sansón es digno de analizarse para
saber cómo Dios siempre actúa buscando el bien más alto. No olvidemos que Dios
es amor y que el amor es la base de todo. Sansón sabía y ahora tenía que
reconocer que el origen de su fuerza era Dios, solamente Dios, podría darle la
victoria sobre los filisteos, por eso oró para que Dios le diera una vez más
fuerzas (Jueces 16:28).
Ahora Sansón quería darle la gloria a
Dios y vencer a sus pecados. Dios le responde dándole fuerza sobrenatural para
que saliera vencedor y matara así a los filisteos, muchos más de los que había
matado durante toda su vida. (Jueces
16:30). Sus
últimos momentos fueron de más gloria que ninguno otro en su vida y no pudo
verlo. ¿Es necesario estar ciegos y en los
últimos minutos de tu vida para obedecer a Dios? Creo que nuestra mejor decisión es servirle a Dios con todo ser el resto
de tiempo que nos quede de existencia en esta tierra.
Jueces 16:30. Dios conoce por lo que has atravesado, lo que has vivido durante toda tu
vida, el conoce tus aflicciones, tus enfermedades, tus necesidades, tus
equivocaciones, tus frustraciones, tus éxitos y logros, conoce tus luchas y las
persecuciones que has sufrido. Dios te ama, búscalo de todo corazón, no importa
lo que los demás crean de ti, importa lo que puede hacer Dios en ti y por ti en
estos tiempos, importa lo que la Palabra de Dios tiene para tu vida, importa lo
que puedes llegar a ser en las manos del Señor, importa que Dios no ha cambiado
y que tiene misericordia, refúgiate en el Dios de Salvación. Hebreos 13:8. Jesucristo es el mismo ayer,
hoy y siempre. Bendiciones.
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