El Señor levanta al profeta
Zacarías en un momento cuando la gente necesita nuevos ánimos. La gente
trabajaba en la reconstrucción del Templo de Jerusalén, y por causa de la
oposición, y la preocupación por otras cosas, el trabajo se había detenido. El
templo debe ser concluido, pero para esto la gente necesita un sentido de propósito.
Zacarías 2:1-13
Llamamiento a los cautivos (VRV1960). Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su
mano un cordel de medir. Y le dije: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir a
Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud. Y he aquí,
salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, y le
dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén, a
causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella. Yo seré para
ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de
ella.
Eh, eh, huid de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová. Oh Sion, la que moras con la hija de Babilonia, escápate. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.
Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén. Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su santa morada.
Eh, eh, huid de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová. Oh Sion, la que moras con la hija de Babilonia, escápate. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.
Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén. Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su santa morada.
Jerusalén está atravesando
una hora difícil en el momento en que Zacarías da esta palabra. Junto con
Hageo, Zacarías se dedica a dar un mensaje de esperanza de parte de Dios para
el pueblo. El retorno de los judíos dispersados por el mundo fue de a poco y
más por un acto de fe. No creamos que los judíos estaban deseosos de volver a
Jerusalén. Después de que Nabucodonosor se los lleva al Exilio han pasado 70
años y casi no tenían ganas de ir de nuevo a Israel.
Estas decisiones que tomarían iban a afectar todo su futuro y el de sus hijos. Esto es como cuando tenemos que tomar decisiones para empezar algo nuevo, en que no sabemos si lo que haremos podrá tener buen fin o solo nos arruinará más.
Los judíos vivían
estas tensiones como las que vivimos nosotros al tomar una decisión. ¿Será que
tomamos decisiones que en lugar de animarnos nos lleven a una frustración? Y es
que ninguna decisión en la vida tiene un poco de garantía, siempre serán
inciertas. Lo importante que debemos de tener es que esas decisiones van
acompañadas por la Palabra de Dios. Y aún cuando una decisión sea animada por
la luz de la Palabra no tiene garantías humanas de que eso va a funcionar.
Muchas veces tomamos decisiones amparadas en la Palabra y siempre vamos a
sentir como hay algo incierto en esto, y es porque muchas de las decisiones van
a reorganizar nuestra vida.
Así pasó con Abraham que estaba allí con todo ya
establecido y con la Palabra que le dice que salga y vaya a un lugar nuevo
siente como la incertidumbre le acompaña. Dios le dice a Abraham que salga
porque le dará descendencia pero no le dice cuándo ni le da el destino
correcto, en cambio, Dios le manda una Promesa pero también una incertidumbre
en cuanto al cuándo y al cómo, pero Abraham aún así sale en obediencia sabiendo
que allí estaba lo que Dios le decía. Lo malo es que cuando sale en lugar de
tener certezas tiene dudas; Sara más estéril y él envejeciendo. Por eso es muy
complicado tomar decisiones a las que Dios nos convoca y no ver señales que nos
animen a caminar en obediencia en esa Palabra sino solo realidades contrarias a
esa Palabra. Dios promete descendencia pero Abraham está cada vez más viejo.
Dios les está diciendo por
medio de Zacarías el llamado profético: ¡Salgan, salgan! porque les tiene un
lugar mejor, pero no era muy fácil creer porque no se podía saber si era Dios
quien llamaba o era solo una voz de un humano. No es fácil dejar lo seguro para
embarcarse a lo inseguro. Tenemos a Moisés, con cuarenta años ya casado y de
repente se le aparece Dios para convocarlo a una misión que no era fácil.
Moisés debía de abandonar lo que tenía y enfrentarse a Faraón, por eso ponía
excusas.
Es complicado creer la
Palabra cuando nuestros ojos humanos contemplan nuestro entorno y que en lugar
de tener factores que nos animen solo vemos cosas que nos desaniman. Al
regresar Moisés a Egipto para hacer el llamado, los primeros que se oponen son
los propios Israelitas, que ya estaban acostumbrados a 400 años de esclavitud y
que no creen que Dios ha llamado a Moisés.
Lo más complicado es creer
en una Palabra que en vez de alumbrarme más el camino me lo complique más, pero
es allí donde entran los hombres y mujeres de fe que creen a pesar de lo
difícil del panorama. No es fácil para Israel volver si en esa tierra hay
enemigos, adversidades y complicaciones. Muchos se desaniman por esto porque
cuando la Palabra llega a su vida no se esperaban que la vida se iba a complicar
y por esta razón desisten del llamado divino y empiezan a caminar bajo sus
propios deseos.
Zacarías quiere animar a
los Israelitas a que asuman el proyecto de Dios para su vida, sin embargo, este
reinicio tiene retos que asumir.
Zacarías 2,1-2. Alcé
la vista, ¡y vi ante mí un hombre que tenía en la mano un cordel de medir! Le pregunté: «¿A dónde vas?» Y él me
respondió: «Voy a medir a Jerusalén. Quiero ver cuánto mide de ancho y cuánto
de largo.»
Medir un terreno es
sinónimo de que alguien va a comprar un terreno. Por eso en estos dos
versículos Dios está diciendo que quiere iniciar su proyecto. Y es que la
iniciativa de volver no es de Zacarías ni nadie solo de Dios. Reconstruir
Jerusalén no es la iniciativa de un humano sino la iniciativa gloriosa de Dios.
Este es el problema de muchas iglesias que se quedan pasivas porque no quieren
arriesgarse a creer en la Palabra que los lanza a los nuevos retos de Dios. La
razón que nos impulsa a nosotros como iglesia a trabajar de manera quizá un
poco extenuante es porque hemos recibido un llamado de llevar la salvación de
Dios.
Ni siquiera hacemos las cosas porque queremos crecer sino porque queremos
llevar el mensaje de Dios a donde sea y a quien sea; así arriesgamos la vida,
así gastamos todo lo que tenemos porque queremos que el Reino de Dios crezca en
la vida. Nuestra alegría es que las jovencitas que están en la montaña puedan
vivir un tiempo de gloria con Dios, aunque implica trabajo e inversión y
muchísima fe, más nos aferramos al llamado divino porque es la única garantía
de que Dios nos sacará adelante en todo.
No es fácil predicar el
Evangelio porque asume riesgos. Predicar el Evangelio no es un método de atraer
gente sino participar con Dios en su propósito redentor en la vida. No será
fácil porque el reino de las tinieblas trabajará también por detener el poder
de Dios, allí es donde deben de entrar los siervos de Dios que se convierten en
guerreros para luchar contra todo lo que quiere detener el propósito de Dios.
Debemos de pasar del plano religioso que se queda allí pasivo con miedo a lo
que Dios quiere y llegar al plano de lucha con Dios para cumplir su propósito.
La Palabra “salgan” quizá
implica compromisos que la gente no quiere. Las personas quieren llegar a la
iglesia como se llega a un cine y no quieren cargarse de nada, pero, o somos
iglesia, o no somos nada. Porque si no hay un compromiso de enfrentar el reino
de las tinieblas ¿qué somos entonces? En este país las iglesias han perdido su
llamado y solo son espacios de relax para agradar a las personas. ¡No hemos
sido llamados a esto! Hemos sido llamados a vivir con él pero también a sufrir
con él. ¿Qué satisfacción podemos tener cuando muramos? Solo la de saber que
hemos vivido para hacer aquello que Dios nos mandó, aunque nos implicó muchos
esfuerzos.
Zacarías y le dijo: «Corre a decirle a ese joven:
»“Tanta gente habrá en Jerusalén, y tanto ganado, que Jerusalén llegará a ser
una ciudad sin muros. En torno suyo —afirma el
Señor — seré un muro de fuego, y
dentro de ella seré su gloria.
Esto era inconcebible para
las ciudades, porque una ciudad sin muro significa quedar vulnerables a todo
ataque enemigo. Una ciudad sin muros es renunciar a confiar en nosotros mismos,
es reconocer que no está en nosotros la victoria. Por eso dice el versículo 5
que él mismo será su muro. Para entender esto del muro vamos a Éxodo 13:20
Los israelitas partieron de
Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. De día, el
Señor iba al frente de ellos en
una columna de nube para indicarles el camino; de noche, los alumbraba con una
columna de fuego. De ese modo podían viajar de día y de noche. Jamás la columna de nube dejaba de guiar al
pueblo durante el día, ni la columna de fuego durante la noche.
Éxodo 14:10. El
faraón iba acercándose. Cuando los israelitas se fijaron y vieron a los
egipcios pisándoles los talones, sintieron mucho miedo y clamaron al Señor.
Es complicado que hemos
recibido una Palabra pero que también se aproxime el enemigo, da miedo. Miedo
porque sabemos que no hay manera humana de enfrentar al Faraón con todo lo que
viene pero dice la Palabra en Éxodo 20,19: Entonces el ángel de Dios, que marchaba al frente del
ejército israelita, se dio vuelta y fue a situarse detrás de éste. Lo mismo
sucedió con la columna de nube, que dejó su puesto de vanguardia y se desplazó
hacia la retaguardia, quedando entre los
egipcios y los israelitas. Durante toda la noche, la nube fue oscuridad para
unos y luz para otros, así que en toda esa noche no pudieron acercarse los unos
a los otros.
Necesitamos pensar en la
gloria de Dios, en que nuestra vida es la gloria de Dios prometida a los que
han decidido obedecer su palabra. Los que decidan poner su vida al servicio del
llamado quizá no van a entender muchas cosas, pero irán experimentando poco a
poco una victoria basados en la gloria de Dios. La clave de la victoria es
meternos con la gloria de Dios. Quizá en términos humanos somos pequeños y
vulnerables para enfrentarnos a los nuevos retos pero si la gloria de Dios
camina al rededor nuestro es lo único que necesitamos para derrotar a los
enemigos.
No hay que pensar en las
capacidades humanas es cosa de pensar en lo que Dios quiere hacer con nosotros.
Los reinicios en la vida son los que nacen de la Palabra de Dios, no de los
planes sino solo de la Palabra, estos tienen garantía de futuro. Pero si
andamos pensando en levantar nuestros propios muros debemos de saber que los
humanos tienen fuerza para derribar cualquier muro humano, pero dice Zacarías 4:6. Así
que el ángel me dijo: «Ésta es la palabra del
Señor para Zorobabel: »“No será
por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu —dice el Señor Todopoderoso—.
El que inició la buena obra
la terminará. Si la nube de Dios nos llamó, él nos llevará a la victoria. Zacarías 2:7. La
nación que toca a mi pueblo, me toca la niña de los ojos.
Es muy similar a la
situación de las personas que se sienten desanimadas con la vida. Viven la vida
pero no con el mismo vigor de antes. Trabajan, se esfuerzan, estudian, pero no
tiene ánimos para seguir adelante. Se ha terminado el vigor para la vida, y
así, la vida no tiene sentido.
Es necesario un cambio de actitud para
renovar el sentido de propósito en la vida que viene de la siguiente manera:
1. Cuando comprendo lo que significo para Dios (v. 8b) Porque así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron;
porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. Algo significativo
es algo importante o de valor. El Señor es claro al decir que usted es tan
importante para él que lo protege como a la niña de sus ojos.
Dice Isaías 49:15 “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” Su vida tendrá un sentido diferente cuando comprenda que Dios no se ha olvidado de usted. Usted es importante para Dios.
2. Cuando comprendo lo que
valgo para Dios (v. 5,9) Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en
derredor, y para gloria estaré en medio de ella. Porque he aquí
yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová
de los ejércitos me envió.
El valor que asignamos a algo o alguien determina el grado de importancia que le damos. Por lo tanto, lo protegemos con el mismo cuidado. Usted es tan valioso para Dios que le protege como con un muro de fuego y alza su mano en contra de los que lo quieren dañar.
Ilustrar con el ejemplo de Juan 10:7 en donde Jesús dice
que él es la puerta. En otras palabras, Jesús se pone como un portón para
cuidar su vida. Si alguien quiere dañarle a usted, primero tiene que vérselas
con Jesús. Dice Éxodo 19:5 que somos su
especial tesoro. Y Romanos 8:32 dice que Dios “no
vaciló al entregar a su hijo por nosotros" (La Biblia al Día). Su vida
tendrá propósito cuando comprenda que usted vale mucho para Dios.
3. Cuando comprendo el deseo
de Dios para mi vida (v. 10) No hay cosa más gratificante
que una vida feliz. La verdadera felicidad viene de dentro hacia fuera. Por eso
el Señor Jesús dijo “del corazón que cree en mí brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:37
Dios Habla Hoy).
El deseo de Dios es tu
felicidad, tanto que en Mateo 5:4 dice que los
que están tristes continuamente son los privilegiados recipientes del favor
divino, pues ellos serán favorecidos en el cambio de situación (Traducción
personal). Tu vida tendrá propósito cuando comprendas que Dios desea
solamente tu felicidad. Por eso dice el v. 10 “canta y alégrate.”
4. Cuando comprendo el tamaño
de la bendición que Dios tiene para mí (v. 4) Bendición es recibir de parte de Dios el bienestar y la
prosperidad. El v.4 ilustra el tamaño de
la bendición que Dios nos quiere dar: tan grande que no hay muros que la puedan
contener. Por eso entendemos que la bendición de Dios es integral, es decir, en
todas las áreas de nuestra vida: espiritual, física, material, y financiera (3 Juan 2)
Es importante entender que
la prosperidad que viene de Dios la tenemos cuando mantenemos un contacto
permanente con la Palabra de Dios. Josué 1:8 dice “nunca se apartará de tu boca (es confesar la
palabra) este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él (tener presente la palabra), para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
Su vida tendrá propósito
cuando comprenda que Dios solamente desea bendecirle y que sea prosperado. Para
esto, usted debe volverse a Dios con todo el corazón, porque donde esté su tesoro,
allí estará su corazón (Mateo 6:21).
5. Cuando comprendo lo que
Dios quiere hacer por medio de mi (v.
4,11) Los vs. 4 y 11 muestran que muchas
personas serán impactadas por medio de su vida. Este impacto puede ser negativo
o positivo.
Dios no solamente lo quiere
bendecir a usted, sino desea que sea un instrumento de bendición. Dice Génesis 12:3 que “serán benditas
en ti todas las familias de la tierra.” Y Malaquías 4:12 dice que “todas las
naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable.”
Sin embargo, cuando usted
comprende que Dios solamente desea su bendición, felicidad, y prosperidad, su
actitud hacia las otras personas también cambiará. Su vida tendrá un propósito
diferente cuando comprenda que es por medio de usted que Dios quiere bendecir a
su familia, y a todos con cuantos usted tenga contacto.
6. Cuando comprendo que fui
creado para alabar a Dios (v. 10) Cuando Dios creó
todas las cosas, hasta que todo estuvo de acuerdo al más alto grado de calidad,
fue que Dios creo al hombre. El ser humano es la máxima creación, por eso es
que valemos y significamos tanto para Dios, porque fuimos creados a su imagen y
semejanza. La Biblia dice que fuimos creados “a fin de que seamos
para alabanza de su gloria” (Efesios 1:12).
Cantar y alegrarse son en
sí un cambio voluntario que requieren disposición personal. Por lo tanto, cante
a Dios alegremente porque usted fue creado con el propósito específico de darle
alabanza.
Dios no hace las cosas por
casualidad, todo lo que Dios hace tiene un propósito. Ahora usted comprende
claramente que usted no es el resultado de la casualidad, ni que su vida en
esta tierra no tiene sentido. Eres la especial creación de Dios, y existes para
darle gloria.
Es posible que no te
sientas tan especial en este momento. Pero Dios te mira con ojos diferentes,
pues vales mucho para El, tanto que desea tu felicidad y prosperidad. El desea
que seas una persona feliz.
Por lo tanto, no pierdas el ánimo para la
vida, pues Dios aún no ha terminado. El te dice “yo
vengo a vivir en medio de ti” (v.10). Seamos fieles al llamado de
Dios, él cuida de nosotros. Bendiciones.
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