Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Dios nos rescata°

Muchas veces nos desesperamos por estar pasando por diferentes tribulaciones o circunstancias que nos agobian y nos hacen desmayar, llegando por un momento a desconfiar en Dios, como si él nos hubiese abandonado, pero él está ahí para tendernos su mano y sacarnos. No escuchemos las palabras negativas de los que nos rodean o los dardos del enemigo que nos lanza y que vienen con el objetivo de destruirnos, de que paremos nuestro caminar en Cristo, lo más importante es que mantengamos nuestro deseo de agradar a Dios, de acercarnos a él para alcanzar misericordia y oportuno socorro en medio de tus circunstancias

Pero debemos volver en sí y recordar que el Señor piensa en cada uno de nosotros. Jeremías 29:11-14. “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. “Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. “Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón. “Me dejaré hallar de vosotros” —declara el Señor— “y restauraré vuestro bienestar y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os expulsé” —declara el Señor— “y os traeré de nuevo al lugar de donde os envié al destierro.”

David experimento la ayuda de Dios en tiempo de desgracia, esto lo motivo alabar a Dios y a ejercitar su Fe, recuerda que después de la tempestad viene la calma, pues la benevolencia de Dios esta con todos los que confían en el… Puso mis pies sobre peña y enderezo mis pasos. 

Cuando menos tú piensas, cuando más lejos tú crees que Dios esta es cuando más cerca está El de ti, y el comienza a manifestarse llevándote hacia su verdadero propósito.  Santiago 1:17  dice: toda buena dadiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación…

En medio de las circunstancia adversas que han venido a tu vida él va cambiando todo y hace que su bendición te haga olvidar todo el trabajo y a todo aquel que ha provocado algún pozo en tu vida, porque él te hace prosperar en medio de tu aflicción solamente confía, como lo hizo en la vida de José, así también lo puede hacer con cada uno de nosotros en estos tiempos. Génesis 41:37-52.

Como David y José hubieron otros hombres en la Biblia que también tuvieron sus luchas pero que Dios siempre se mantuvo al lado de ellos, dándole la victoria como: Job, Daniel, los tres jóvenes en el horno de fuego, Pablo y Silas en la cárcel y otros… Ninguno de estos hombres se detuvieron para mirar la circunstancia adversas, ni el ataque del enemigo sino que avanzaron en Fe para poder divisar en el horizonte, el verdadero propósito de Dios porque El pelea nuestras batallas y hace emboscada al enemigo cambiando nuestra derrota en victoria, él pone nuestros pies sobre peña y endereza nuestros pasos.

Amado hermano permitamos, que Dios restaure nuestros sueños que otros han querido destrozar, que el sane todas aquellas heridas que provocaron en nosotros una honda desesperación, que el prepare y perfeccione nuestro carácter para hacernos mejor y podamos estar listos para tomar lo que Dios nos tiene preparado, para usarnos como vasijas de honra, así como uso a José para que el pudiera darle provisión a su pueblo,  también él tiene un propósito definido para ti solamente que creas y tenga paciencia para esperar el tiempo de Dios.

Al leer el salmo 40podemos ver claramente que David anhelaba dar testimonio de la misericordia de Dios en su vida (v.1-3,5,9-10). El propósito principal de este salmo es alabar a Dios, y animar a otros a confiar en Él (v.4, 16). Sin embargo, el Salmo 40 fue escrito nuevamente en un contexto de  necesidad en la vida de David (v.11-15,17). A la mitad del salmo vemos el anhelo del corazón de David de hacer la voluntad de Dios (v.6-8) – un anhelo que resultó ser profético, y que se cumplió en el Señor Jesucristo, el Hijo de David (Hebreos 10:5-7).

Salmos 40. Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Veamos lo que puede ser los pozos y con que lo podemos comparar: (La traición, el desánimo, el resentimiento, el rechazo, la envidia, el celo, la confusión, la duda, el engaño, la vileza que cometen contra nosotros, y otras causas.) Lodo cenagoso: (El pecado, las circunstancia acomodativas, las perspectivas estrechas, el conformismo, la ignorancia, las trampas seductoras de la pasión, el poder y la prosperidad)

Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados. Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo sabes. No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea. Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

Porque me han rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla. Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate a socorrerme. Sean avergonzados y confundidos a una los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás y avergüéncense los que mi mal desean; Sean asolados en pago de su afrenta los que me dicen: !Ea, ea! Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido.

Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes. 

Veamos una historia de un náufrago y que nos puede ayudar a reflexionar sobre la forma de obrar de Dios en medio de las circunstancias.

Este hombre fue el único superviviente de un naufragio llegó a la orilla de la playa de una lejana y deshabitada isla. Todos los días oraba fervientemente, pidiéndole a Dios que lo rescatara, y todos los días miraba al horizonte esperando que le rescataran, pero los días iban pasando y la esperanza se iba apagando.

Aunque agotado y deprimido, logró construir una pequeña cabaña con la madera del naufragio para protegerse de los elementos y proteger las pocas pertenencias que con mucho esfuerzo había encontrado en la isla.

Un día al regresar de buscar comida, encontró que la pequeña cabaña se había quemado, el humo subía hacia el cielo. Lo peor que le sucedió fue que había perdido hasta las pocas cosas que tenía. El pobre estaba consternado, desanimado, confundido y lleno de dolor. Herido, furioso lloró amargamente y le gritó a Dios diciendo: "¿Cómo puedes hacerme esto?" Lloró impotentemente lamentándose de todo lo que le había pasado y de cómo Dios le había quitado todo, aún sus pocas pertenencias. Desconsolado se quedó dormido sobre la arena. Al día siguiente, temprano, por la mañana, le despertó el sonido lejano de un barco que se acercaba a la isla. Cuando vinieron a rescatarlo él preguntó cansado y perplejo a los marineros: - ¿Cómo sabían que yo estaba aquí? Ellos le contestaron: - Vimos las señales de humo que nos hiciste.

Esto nos enseña que a veces es fácil desesperarse y enojarse cuando las cosas nos salen mal. Pero no debemos perder la fe y la esperanza porque Dios está siempre obrando a nuestro favor y él está en control de nuestras vidas, aún en medio del dolor y el sufrimiento. Todo sucede por alguna razón, nuestro trabajo es tratar de comprender por qué. Recuerda que la próxima vez que se queme tu pequeña cabaña con las cosas que tú más atesoras, puede ser simplemente una señal de humo que surge de la bendición que está por llegar.

¿Qué podemos aprender de esta historia que es verídica? Que Dios hoy veces nos pone situaciones muy difíciles para que nosotros ocupemos nuestra mente y nos esforcemos al máximo para salir adelante en victoria. Hay algunas cosas que podemos aprender, en algunos momentos de nuestra vida, podemos tener la sensación de que hemos caído en un pozo muy profundo.

Que todos nuestros sueños están por el suelo, hay veces que no vemos que el sol siempre está brillando, solo vemos oscuridad, no vemos que tenemos un Dios tan bueno y misericordioso y para colmo de males lo único que recibimos de la gente que nos rodea solo es juicio, critica, rechazo y oposición, todos quisieran enterrarnos vivos. Hay veces que hasta la misma familia nos voltea la espalda.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Salmos 40:2. El salmista está dando testimonio de cuatro cosas que Dios hizo con él: que lo sacó del pozo de la desesperación, que lo sacó del lodo cenagoso; que puso sus pies sobre peña (sobre la Peña que es Cristo). Y que enderezó sus pasos. Si, Dios es capaz de hacer esto y mucho más. Porque Él es el Todopoderoso.

Tenemos que saber que es mejor estar en manos de Dios que de los hombres. Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres. 1 Crónicas 21:13. Debemos de saber y entender por la Palabra de Dios que es mucho mejor caer en las manos de Dios que de nuestros enemigos, porque Dios es amplio en misericordia y perdón, en cambio nuestros adversarios no tienen la piedad ni el poder de ayudarnos como nuestro Dios.

¿Por qué nos viene la angustia? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido,  atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que,  perseverando en bien hacer,  buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad,  sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego. Romanos 2:5-9.

No es que Dios sea malo, somos nosotros con nuestra forma de vivir, por la dureza de nuestros corazones, por nuestra naturaleza pecaminosa, que de continuo solo buscamos el mal, y no somos capaces de arrepentirnos. Y tenemos el problema de que siempre andamos buscando gloria y honra e inmortalidad porque siempre el honor y la gloria es para nosotros y no para Dios. Además somos desobedientes e injustos.

¿Qué tenemos que hacer para salir de la desesperación, como le tenemos que pedir? Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres. Deuteronomio 4:30-31.

Tenemos que pedir de todo corazón porque Dios es misericordioso y nunca nos abandona y siempre cumple sus pactos. En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios; El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó a sus oídos.  2 Samuel 22:7.

Lo primero que debemos a aprender es a confiar en Dios, porque el todo misericordia y bueno, y es amor. Por lo tanto tenemos que pedirle de todo corazón y especialmente que nos de sabiduría para salir de la desesperación, y debemos de confiar en que Dios hará, Él siempre actúa de una manera que nos deja desconcertados, pero de que actúa, actúa. Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración. Salmos 4:1. Saber que Él siempre escucha nuestras oraciones. No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude. Salmos 22:11. Supliquemos que incline a nosotros su oído y no se aleje de nosotros. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. Salmos 31:9.

Que tenga misericordia de nosotros porque ya nuestros ojos se han consumido de tristeza, tenemos que implorarle que no se olvide de nosotros porque estamos en la desesperación y solo Él es capaz de rescatarnos. Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Salmos 32:7. Porque Él es nuestro refugio. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare. Salmos 102:2.

Pidámosle que se apresure, que incline su oído a nosotros. Tener confianza en nos oirá, que en Dios hay esperanza: En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. Salmos 18:6. Debemos de saber que nuestro clamor siempre llega a Él. Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. Isaías 9:1.

Dios nos hace una promesa muy buena, nos dice que no siempre habrá oscuridad para los que ahora están en angustia. Gloria a Dios, hermano que hoy se encuentra desesperado, debe de tener la confianza que Dios lo sacará de lo más profundo del pozo cenagoso, solo tiene que creer en todo lo que está escrito en este sermón y tener la plena confianza que tenemos un Dios que es todo amor y misericordia.

Lamentaciones 3:25-26.  Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.  Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.

Romanos 8:24-25. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

Salmo 34:18. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.

Jeremías 33:3. Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Juan 10:10. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Cristo afirma nuestros pasos, es decir, nos da seguridad y rumbo y sentido de vivir, porque el mismo es el camino la verdad y la vida. Los siguientes pasajes muestran la firmeza en medio de la adversidad de aquellos que se apoyan sobre la roca, que es Cristo. 1 Corintios 10:4b. Porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Mateo 7:24. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Mateo 7:25-27. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Si usted ha leído este sermón y todavía no tiene a Cristo en su corazón, este es el momento de recibirle el Señor de su vida. Invítelo a que entre en su corazón para poder ser un hijo de Dios y poder gozar de todos los privilegios de un hijo. Isaías 35:8.  Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. Jeremías 10:23.  Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.


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