Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

La Palabra de Dios: la Biblia°




Hebreos 4: 12-13. Dios Habla Hoy. Porque la Palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, lo hasta más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón. Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él; todo está claramente expuesto ante aquel a quien tenemos que rendir cuentas.

La Biblia revela la mente de Dios, el estado moral y espiritual del hombre, el camino de salvación, el castigo del pecador no redimido y la bienaventuranza del creyente. Sus doctrinas son santas, sus preceptos obligatorios, sus historias verdaderas y sus decisiones inmutables. Léelo para ser sabio, créelo para estar seguro, practícalo para ser santo. Es luz que dirige, pan que sostiene y consuelo que alegra. Es mapa del viajero, báculo del peregrino, brújula del navegante, espada del soldado y la carta magna del cristiano.

La verdad os Hará Libres. Dijo entonces Jesús una los judíos que habían creído en el: si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:31-32.

En la Biblia está el paraíso restaurado, el cielo abierto y las puertas del infierno descubiertas. Cristo es su gran tema, nuestra salvación su buen propósito y la gloria de Dios su meta. Debe ocupar la mente, gobernar el corazón y guiar los pies.  Léelo con lentitud, con frecuencia y con oración. Es mina de prosperidad, un paraíso de gloria y un río de placer. Nos es dado en esta vida, será abierto en el juicio y será recordado eternamente. Trata del deber más grande, recompensará la labor más excelente y condenará a todo aquél que juega con su sagrado contenido.

Escudriñad las Escrituras. Porque una vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Juan 5:39.

Es la revelación de Dios, en la que se nos da el verdadero conocimiento acerca de Él mismo, de Sus obras y de Su actuación tanto en creación como en providencia, en salvación como en juicio, y acerca del hombre, su origen, propósito y destino. El que ha llegado a reconocer el innegable hecho histórico de la resurrección del Señor Jesucristo de entre los muertos y ha puesto su confianza en Él sabe que así es, que la Biblia es la Palabra de Dios.

En efecto, la resurrección de Jesucristo es el sello y la culminación de Su obra, lo que le acreditó como Hijo de Dios con poder (Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Romanos 1:4.

Si el Señor Jesús ha resucitado realmente, de lo cual tenemos evidencia sobrada e irrebatible siendo que tenemos Su testimonio acerca de la Revelación, que es inspirada de manera plenaria y verbal por parte de Dios. El principio de la oposición a la Palabra de Dios la encontramos en Edén. Cuando Satanás, nuestro enemigo, y enemigo declarado de Dios, empleó contra nuestros primeros padres el arma de la incredulidad, con su infamante «¿Conque ha dicho Dios ...?», los indujo también a la soberbia al declarar, en abierta contradicción a lo que Dios les había advertido: «No moriréis ... seréis como Dios». Ésta y no otra es la razón profunda de la actual campaña contra la autoridad de la Biblia, la Palabra de Dios.

Pero en lugar de temblar ante los sistemas intelectuales que nos acechan, o de sentirnos heridos por el menosprecio «intelectual» de parte del mundo, haremos bien en escuchar las palabras del apóstol Pablo, el cual nos exhorta: Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Colosenses 2:8.

Guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. 1 Timoteo 6:20.

Abramos, pues, confiados nuestras Biblias, sabiendo que en ella encontramos la verdad de Dios y acerca de Él, la salvación de Dios, y la voluntad de Dios para con nosotros en todo, y todo ello en Cristo: Porque por él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, las visibles y las invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16. Así hallaremos alimento para nuestras almas y luz para nuestro camino, «hasta que despunte el día y el lucero de la mañana alboree en vuestros corazones. 2 Pedro 1:19.

“Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.  La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre.”  1 Pedro 1:24-25.

La Biblia es la revelación escrita de Dios a los hombres, es el guía de la vida; y en ella encontramos orientación para todos los momentos de la vida y el camino a seguir.  Por la lectura y estudio de este libro Dios habla a nuestros corazones.
Salmo 1. En este Salmo maravilloso tenemos el camino del justo y del impío comparados por Dios.  Aquí tenemos una comparación del placer y bien estar del creyente con la inestabilidad y fragilidad de los impíos.  En la vida del creyente hay alegría y vida verdadera porque él está plantado junto el Río de la Vida y toma sus sustento de esta agua viva, que es la Palabra de Dios.  Mismo en un lugar deserto la vida del creyente puede producir fruto porque su fuerza ven del sustento que sus raíces buscan en este río de Agua Viva.  Por su constante meditación en la Ley del Señor su vida va producir fruto en su tiempo. Muchas veces en los más secos desiertos del mundo los viajeros encuentren un oasis, un lugar donde hay agua y árboles.  Hay vida por que ha agua.  La Biblia es el Agua de Vida para el cristiano y pueda sustentarle en cualquier situación de esta vida.
Salmo 119. En este capítulo mayor de los Salmos que también es el mayor capítulo de la Biblia, leamos sobre la excelencia de la Ley del Señor, la Biblia, la Palabra de Dios. Aquí hay pelo menos 11 títulos dados a la Biblia.  Está llamada “La ley de Jehová” 25 veces, “sus testimonios” 21 veces, “tus mandamientos” 22 veces, “tus estatutos” 19 veces, “tu palabra” 30 veces,  “tus dichos” 22 veces,  “tus juicios” 1 vez, “una lámpara” 1 vez, “una luz” 1 vez, “tu promesa” 2 veces y “La palabra de verdad” 1 vez.
Para el cristiano la Biblia es todo; su sustento, su alimento, su conforto, su gozo y su vida.  Aquí encontramos la fórmula para una vida feliz y próspera.  Cuando reconocemos el valor de la Palabra de Dios, nuestra vida será orientada por el mayor libro del mundo.
Santiago 1:19-25. En el libro de Santiago leemos sobre el valor y necesidad de poner en práctica los enseñamientos de la Biblia.  Mismo siendo el mejor libro del mundo y conteniendo el remedio para todas las enfermedades del corazón humano, si no fue aplicado y tomado como una medicina para el enfermo, para nada aprovechará. La Biblia es un libro para ser seguido y practicado en la vida del creyente si el mundo será ganado por Cristo.  El cristiano que niega la verdad de la Biblia viviendo una vida inconstante y pecaminosa puede causar mucho daño para la iglesia de Cristo y su trabajo.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”  Hebreos 4:12.
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”  Romanos 1:16.
De todos los libros que ya fueron escritos, la Biblia es lo que más ha influenciado el mundo y cambiado el comportamiento humano para el bien.  ¿Por qué la Biblia ha tenido tanto suceso?  Es porque las palabras de esto libro son vivas.  La Biblia no es solamente un libro que cuenta historias, hechos de sus personajes, datos y acontecimientos del pasado.  La Palabra de Dios habla del presente, pero también habla con autoridad sobre los acontecimientos del futuro.
La Santa Biblia muestra la enfermedad de la humanidad, pero también ofrece un remedio eficaz para curar a cualquier alma que llega a Jesús para ser curada.  En la Biblia encontramos la fórmula para aliviar el sufrimiento que está en el corazón humano.  Cuando la Palabra de Dios es sembrada en el corazón humano, ella efectuará un cambio para el bien.  A veces el efecto no es instantáneo, o pueda ser visto al momento de sembrar.  Es como la lluvia que en el momento de caer, no produzca fruto, pero en el cosecho ninguno puede negar los efectos que la lluvia ha producido en el campo.
“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,  así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”  Isaías 55:10-11.
Por los siglos la Biblia ha penetrado los más duros corazones y producido cambios notables en el comportamiento de los peores seres del mundo.  La Biblia puede tener el mismo efecto en cualquier persona, se es de humilde posición o de alta sociedad.
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.  Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.  Deseables son más que el oro afinado; y dulces más que miel, y la que destila del panal.  Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón”  Salmo 19:7-11.
“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la Salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” 2 Timoteo 3:14-17.
Para el cristiano que desea seguir a Jesús, la Biblia debe ocupar el primer lugar en su vida, su hogar, y sus pensamientos cada día.  Como la comida es el alimento de su cuerpo, la Biblia es el alimento de su alma y espíritu.   Pero es muy triste que muchas personas no den valor a la lectura de la Biblia.
La lectura de la Biblia nos hace cristianos fuertes. Nadie quiere estar débil, ni física ni espiritualmente, Junto con la oración, la lectura de la Biblia es la forma más eficaz de recibir fortaleza espiritual. Un gran número de las personas que fracasan en su vida espiritual, fracasan debido a la ausencia de Palabra de Dios en su vida diaria. Se hubieran podido evitar esos fracasos si dichas personas se hubieran propuesto a leer y estudiar la Biblia constante y disciplinadamente; la lectura diaria de la Biblia produce en nuestra vida espiritual, lo que el alimento diario a nuestro cuerpo: vitalidad y fortaleza, porque: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Lucas 4:4.
La lectura de la Biblia nos da seguridad en cuanto a lo que creemos. Las primeras dificultades que afronta el nuevo creyente son las dudas en cuanto a lo que creemos. Lo que se dice y promete a quien se entrega a Cristo es muy grande y maravilloso, tanto que parecieran ser una fantasía. Es muy fácil que el enemigo siembre dudas en el corazón si no se conoce con certeza la escritura. Cuanto más se conoce la palabra, más sólida se hace nuestra fe; cuanto más se entiende la Biblia, se hace parte de nosotros. Si deseamos disfrutar de seguridad en cuanto a la salvación, la fe, el amor de Dios, su perdón, su fidelidad, su misericordia, su ira y juicio, debemos comenzar a estudiar la Palabra regularmente, ya que ella constituye la única fuente para obtener dicha seguridad.

La lectura de la Biblia nos confianza y poder en la oración. El Señor dijo: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho. Esto significa que el estudio de la Biblia nos da poder en la oración, pues leyéndola, las palabras de Cristo permanecen en nosotros. La Biblia nos dice como orar, como hacerlo con éxito y de manera que Dios nos responda.

La lectura de la Biblia nos limpia de pecado. La Palabra de Dios tiene un efecto purificador en el creyente; Jesús oró diciendo: Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. De algún modo la Palabra de Dios limpia al creyente mientras pasa por su mente y su corazón al leerla. Estos cobran conciencia de lo que es bueno y lo que no agrada a Dios, y como un proceso automático sus mandamientos quedan grabados en lo mas profundo de nuestro subconsciente; y este, al presentarse la oferta de pecar, la rechaza.

Todo nuevo creyente necesita saber con claridad lo que es pecado y que no lo es, Dios no nos ha dejado juzgar a nuestro propio criterio, sino al de su palabra. A la luz de su palabra se aclara toda duda respecto la pureza de cualquier cosa de la que no estemos seguros.

¿Con qué limpiará el hombre su camino? Con guardar su palabra. Salmo 119:9. El que estudia la Biblia, aprenderá a distinguir lo que es pecado y será limpio de su pecado; pues al aprender a identificarlo podrá evitarlo. La Biblia nos aleja del pecado y el pecado nos aleja de la Biblia.

La lectura de la Palabra de Dios trae gozo al corazón, cualesquiera que sean las circunstancias. Jeremías dijo: Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón... Jeremías 15:16.

La lectura de la Biblia nos informa de nuestros deberes como cristianos. La Biblia está llena de mandamientos que Dios dejó establecidos para que su pueblo guarde y obedezca. Estos mandamientos son para nuestro bien, y cada uno de ellos fue diseñado por el Señor para evitarnos algún mal o sufrimiento; así que el obedecerlos nos prolonga la vida, nos enriquece y lo que es mas, nos garantiza la vida eterna. El rey David dijo: Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. Salmo 19: 8.

Dios dijo a Moisés: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Éxodo 15: 26.

La lectura de la Biblia nos informa de lo que nos pertenece como hijos de Dios. La Biblia está llena de promesas que nos pertenecen como hijos de Dios. De principio a fin las escrituras están saturadas de bendiciones que El Señor promete a todos los que le aman. A pesar de que el Señor nos promete tantas cosas, y que él tiene más que darnos que nosotros que pedirle, hay aún muchos que no las reciben ni las disfrutan simplemente porque las desconocen.
La lectura de la Palabra de Dios nos proporciona información acerca de todas las bendiciones disponibles para sus hijos. Pablo dijo: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9.

Quizás Dios ha prometido bendiciones que le pertenecen y usted no las está disfrutando por la simple y sencilla razón de que usted las desconoce; esto es realmente algo muy lamentable. Descubra lo que le pertenece por designio de Dios leyendo la Escritura, no desperdicie ni una sola bendición más por falta de conocimiento.

La lectura de la Biblia nos muestra la voluntad de Dios. Dios tiene un plan y propósito para cada uno de sus hijos, a este plan y propósito la Biblia lo llama “la voluntad de Dios”. En las páginas de la Biblia encontramos cual es la voluntad de Dios para nuestra vida. Si queremos saber con exactitud lo que Dios desea hacer en nuestra vida, hogar, trabajo e iglesia, debemos buscar diligentemente en oración la voluntad de Dios en la Biblia. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 Juan 2:17.

La lectura de la Biblia nos orienta en decisiones de la vida. La Biblia es el mejor manual sobre el comportamiento humano que jamás se haya escrito, pues contiene miles de principios prácticos, de utilidad y valor permanente para nuestra vida diaria. Estos principios contienen un caudal de sabiduría divina la cual guía al creyente y lo ayuda a programar su comportamiento por adelantado, de modo que, cuando llega el momento de tomar decisiones, no hay necesidad de someterse a un angustioso proceso de reflexión para tomar la decisión adecuada.

Para el cristiano que conoce la Biblia, el problema de tomar decisiones se simplifica. La Biblia nos ilumina. El rey David dijo al respecto: Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105.

Los consejos y principios de Dios nos sirven de guía, y alumbran nuestro entendimiento al enfrentar y tomar decisiones en nuestra vida. Es muy bueno prepararse para vivir de acuerdo con los principios bíblicos, atesorándolos en la mente por anticipado, antes que se presenten las crisis.

La Biblia contiene pues, un sin número de mandamientos, consejos y advertencias para casi todas las situaciones que puedan presentarse en el transcurso de nuestra vida. Si diariamente llenamos nuestra mente con la palabra de Dios, ella iluminará las oscuras sendas del futuro con la dirección y el consejo divino, y nos evitará tomar decisiones equivocadas. David dijo: En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmos 119:11.

La lectura de la Biblia nos capacita para dar expresión a nuestra feMucha de la gente que nos rodea, no conoce la palabra de Dios; y en muchas ocasiones usted será la única persona que puede hablarles acerca de Dios, su amor y lo que él desea hacer en la vida de él hombre. Usted es responsable de comunicar y transmitir lo que usted cree y ha recibido de Dios a quien necesite escucharlo. Pero dijo: Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. 1 Pedro 3:15.

Bendiciones.

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