¿Cuantos de nosotros sabemos lo que queremos? Hoy
veremos por cuantos caminos hemos pasado en nuestra vida sin rumbo sin saber lo
que queremos.
Salmos
25:4-5. La Biblia de las Américas (LBLA). Señor,
muéstrame tus caminos y enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad y enséñame, porque
tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día.
Hay muchos caminos que conducen a diferentes
lugares, pero el único que nos conduce al cielo se llama JESUCRISTO (Juan 14:6. RVR1960. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí). Hay quien dice que al cielo se llega por diversos
caminos; respetamos sus creencias, pero eso no es lo que dice Dios en su
Palabra, la Biblia.
Mateo 7:13.
La Biblia de las Américas (LBLA). Entrad por la
puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la
perdición y muchos son los que entran por ella.
El camino angosto y la puerta estrecha, este
camino no es nada fácil, pues el mismo hecho de ser angosto es señal de que
necesitaras esforzarte para caminar en él y más aún para entrar por la puerta
estrecha, lo lindo de este camino es que no estarás solo, sino que tendrás un
ayudador, alguien que estará contigo en las buenas y en las malas, en la
abundancia y en la escasez, en pocas palabras: siempre estará contigo. Este
camino angosto no es muy popular, pues se requerirá una vida santa apartada de
los deseos de la carne y que sea incompatible con las corrientes de este mundo.
La mayoría de gente le huye a este camino, porque no
se trata de satisfacer al hombre carnal que todos llevamos dentro, sino más
bien de mantenerlo atado. Este
camino es el camino que nuestro Señor Jesucristo nos vino a mostrar, un camino
en donde será necesario que hallan tropiezos, pero que de todos ellos nos
librara el Señor, lo más especial de este camino es su final, puesto que la
puerta por la que tendremos que pasar pese a ser angosta detrás suya tiene una
vida eterna por heredar.
Hay infinidad de religiones, sectas,
doctrinas, diferentes creencias y filosofías que profesan tener la verdad, y
cada una, a su manera, expone y enseña lo que tiene que hacer el hombre para
salvarse o prepararse para una vida mejor en la eternidad. Pero... el
camino hacia Dios no lo traza, ni lo alcanza el hombre con sus religiones,
creencias, rituales, conocimientos, tradiciones, esfuerzo propio, o buenas
obras; lo trazó Dios en su infinito amor y misericordia, para alcanzarnos por
medio de la fe en su Hijo Jesucristo.
No es lo que el hombre haga o deje de hacer lo que
nos lleva camino al cielo, sino, lo que el Señor Jesucristo hizo ya.
No es hacer, es creer. No son las obras, producto del esfuerzo humano, lo
que nos garantiza salvación eterna: es la obra de la fe.
Efesios 2:8-9. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la
fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe.
Santiago 2:23. La Biblia de las Américas (LBLA). Y se cumplió la Escritura que dice: y Abraham creyó a
Dios y él fue contado por justicia y fue
llamado amigo de Dios.
Romanos 5:1. La Biblia de las Américas (LBLA). Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos
paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
El verdadero camino no implica una ruta trazada o
creada por los hombres en manera alguna; el camino por el cual debemos de andar
para alcanzar la meta, que es llegar a Dios el Padre, es una persona: JESUCRISTO.
Juan 17:3. La Biblia de las Américas (LBLA). Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, ya Jesucristo, quien ha presentado.
Muchos son influenciados por doctrinas aprendidas
desde la niñez, las cuales, si se detienen a analizarlas, encontrarán que
ninguna de ellas ha podido hacer una diferencia en sus vidas. Por el contrario,
han sido impedimento para que puedan llegar a la verdad. Y es que, aunque tú no
lo creas, la religión, fundamentada en tradiciones, mandamientos y doctrinas de
hombres, no es una bendición como tú piensas, sino todo lo contrario, es
maldición y abominación a Dios. Si tú eres religioso o religiosa, te
entiendo perfectamente, pues yo también lo era, hasta aquel hermoso día en que se
hizo la luz en mi vida.
El conocimiento que tenía de Dios dejó de ser
meras palabras huecas y vacías y se hicieron vida. Salí del cementerio
espiritual para resucitar juntamente con Cristo y sentarme con Él en los
lugares celestiales.
Efesios
2:5-7. La Biblia de las Américas (LBLA). Aun cuando
estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los
lugares celestiales en Cristo Jesús, a fin de poder mostrar en los siglos
venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros
en Cristo Jesús.
Mis ojos fueron abiertos para ver lo que antes no
podía ver. Es eso lo que deseo para ti; anhelo que tú también disfrutes de lo
que ya por varios años, yo he estado disfrutando. Job 42:2-4. La Biblia de las Américas (LBLA). Yo
sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser
estorbado. “¿Quién es éste que oculta el consejo sin entendimiento?” Por tanto,
he declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo
no sabía. “Escucha ahora, y hablaré; te preguntaré y tú me instruirás.”
No es la religión, no son los santos ni las santas, no es el espiritismo ni la santería, no es la astrología, no es la filosofía ni el libre pensamiento, no son los Rosacruces, ni los mormones, ni los Testigos de Jehová, ni Buda, ni Confucio ni Mahoma, lo que te lleva a Dios y a la verdad....... Es el Nombre que es sobre todo nombre, ante el cual se tiene que doblar toda rodilla, el único que fue a la cruz y derramó toda su sangre para pagar por tus pecados y los míos: JESUCRISTO, el Hijo del Dios Viviente.
Isaías 9:6. La
Biblia de las Américas (LBLA). Porque un niño nos
ha nacido, un hijo nos ha sido dado y la soberanía reposará sobre sus hombros; y
se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe
de Paz.
Es
JESUCRISTO el camino, la verdad, y la vida y nadie jamás llegará al Padre sino
por Él.
Desarráigate de todo lastre de mente y corazón, que
por años ha estado cauterizando tú conciencia, y piensa por ti mismo. Pon
en balanza todo lo que estimes digno de considerar y permite que ésta se
incline hacia aquello que te quiere mostrar la verdad para que puedas disfrutar
de la verdadera libertad en el tiempo que te quede en esta tierra. Permite que
tu sed espiritual sea satisfecha con la fuente de agua que salta para vida
eterna. Recuerda... no es una mayoría la que se dispone a aceptar el reto;
es una minoría sabia y entendida la que permite que sus ojos espirituales se
abran para ver lo que Dios les quiere mostrar. ¡Sal del grupo de los ciegos y añádete a la familia de Dios; sé sabio,
se sabia y toma la decisión más importante de toda tu vida ahora! Mañana podría
ser demasiado tarde.
Mateo
7:13-14. La Biblia de las Américas (LBLA). Entrad
por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que
lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es
la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan. Pero en la
vida encontraremos dos caminos que llevan a dos puertas muy diferentes y de las
cuales esta vez quiero que reflexionemos. El camino espacioso y la puerta ancha
que lleva a la perdición: ¿Qué hacer para ir al infierno?, pues absolutamente
nada, puesto que traer la herencia del pecado en tu vida, por lo cual si vives
tu vida como la mayoría lo hace, satisfaciendo los deseos de la carne, entonces
no te preocupes, puesto que tienes un pasaje todo pagado para el infierno.
El camino espacioso es el mundo y sus deleites, ¿Por
qué espacioso?, pues porque hay mucho por donde perderse, el mundo está lleno
de deseos engañosos que llevan al pecado, es decir a la desobediencia a Dios.
Hay una enorme porque no decirlo, gigantesca gama de pecados en este camino
espacioso, a donde quiera que veas, veras pecado, a donde quiera que vayas
encontraras deleites carnales, este camino es el que la mayoría recurren,
dizque por ser el más “divertido”, pero como toda compra tiene su factura, así
también este camino espacioso te pasara la factura en momento determinado y el
pago será tu vida, puesto que la perderás por causa de tus deseos carnales.
Esta camino tiene como fin una puerta muy pero muy
ancha, una puerta tan ancha que no necesitas ningún esfuerzo para entrar en
ella, esta puerta es la puerta de la perdición o la puerta de la muerte eterna,
aparentemente no es así, pues su camino es fácil y “divertido”, no encontraras
tropiezos en él, no vendrán pruebas a tu vida, sino que todo te será puesto en
bandeja de oro para que logres llegar y entrar a través de esa puerta de
perdición.
Cuando medito sobre estos dos caminos, me doy cuenta
que el más fácil a seguir es el ancho, pero al darme cuenta de su final,
prefiero elegir el angosto, sé que por mi elección habrán momentos en los
cuales pensare que no voy a poder, pero que lindo saber que en esos momentos de
debilidad estará ahí el Señor para fortalecerme y darme nuevas fuerzas, para
proseguir. Sé también que muchos se burlaran de mi elección, pero prefiero
pagar toda clase de precio por mi elección y un día heredar la vida eterna.
¿Qué camino
estas tomando?, ¿Qué final deseas?, no puedes andar sobre el camino ancho y querer
entrar en la puerta angosta, eso es incompatible, cada camino esta trazado para
un solo final y eso jamás cambiara, por lo que el camino angosto siempre te
llevara a la puerta estrecha y el camino espacioso te llevara a la puerta
ancha, eso siempre será así. Pero mi pregunta sería: ¿Qué
final deseas para tu vida?
Es por esa razón que te invito a meditar sobre tu
camino, para que evalúes si es el correcto o el incorrecto, aún es tiempo para
volver al camino angosto si estas caminando sobre el espacioso, pero tú decides
sobre tu futuro, pero una cosa tienes que tener muy claro: El final de cada
camino, es decir la puerta nunca cambiara, a menos que decidas elegir el camino
correcto.
Los
discípulos estaban ya tres años con Jesús, habían visto sus milagros y su
poder, habían recibido toda su enseñanza, y aún decían: (v.5) “…Señor, no sabemos a
dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?..”
Dos cosas
que indudablemente nos pueden separar del camino que es Cristo son estas que
hemos visto: La Turbación, que trae consigo alteración e interrupción de lo
natural y lo establecido por Dios, y algo peor, nunca te podrás deleitar en el
Señor; La Incredulidad la cual produce la duda y por consecuencia pecado, te
hace dudar y trae confusión y haces diferencia de la Deidad de Jesús, y lo peor
del caso es que tu vida pierde su rumbo.
Si tú
estás en esta situación, no olvides que Jesús dijo a estos quienes eran dos de
sus discípulos, pero que también nos lo dice a nosotros: (v.6) “…Yo soy el camino, y
la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí…”
Quizás
tienes mucho tiempo en Jesús o mejor dicho con Jesús, pero estas en ocasiones
como estos discípulos cuestionando, inquieto, turbado, lleno de dudas, sin
rumbo fijo, con incertidumbre, lo único que tienes que hacer es reconsiderar
esto que tú ya sabes, Jesús es el camino a seguir, Él es el único que te puede
llevar a esas moradas eternas que ya está preparando para que tú y yo las
habitemos. Nadie puede sacarte de la desesperación ni llevarte al Padre
Celestial sino Jesús. Bendiciones.
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