Apocalipsis
2:4. TLA. Sin embargo, hay algo que no me gusta de
ti, y es que ya no me amas tanto como me amabas cuando te hiciste cristiano.
Apocalipsis
2:4. LBLA. Pero tengo esto contra ti: que has
dejado tu primer amor.
El ser humano por naturaleza se adapta, se habitúa,
se acostumbra al entorno donde vive, donde trabaja, donde estudia. Mayormente
cuando las personas comienzan a realizar una actividad nueva, sea un proyecto,
un trabajo, un negocio, una dieta o un plan determinado, inician con mucho
entusiasmo. Comienzan con gran ánimo y con mucha dedicación. Sus esperanzas y
sueños lo fundamentan en esto que están comenzando. Calcula, evalúa y determina
como hacer mejor lo que está comenzando, en sus inicios dedica mucho tiempo a
cumplir su meta.
Una pequeña parte de los seres humanos lo que
determinan terminar, lo concluyen, pero una gran mayoría no concluyen lo que
comenzaron, se desaniman, pierden interés o por diversas razones no continúan.
Y Abandonan sus sueños, sus esperanzas. Otro grupo de personas inician con gran
entusiasmo pero ese entusiasmo se va perdiendo en el tiempo por problemas,
dificultades o por diversas razones. Siguen trabajando en lo que empezaron pero
ya no lo hacen con entusiasmo, no están motivados, ya lo hacen por obligación.
Cuando un hombre y una mujer se conocen y se
enamoran, los primeros tiempos del noviazgo son maravillosos, se aman, desean
pasar mucho tiempo, juntos. Comparten alimentos, pasan mucho tiempo juntos y se
profesan el amor que se tienen. Cuando deciden casarse los primeros años de
matrimonio son maravillosos, pero con el tiempo muchas parejas van perdiendo el
entusiasmo y el matrimonio para muchos se hace una carga, una costumbre y una
obligación.
Cuando nos hacemos cristianos la mayoría de nosotros
tenemos un deseo de servir a Dios, de aprender, de crecer, queremos conocer a
los hermanos, participamos de todas las actividades que realiza los hermanos en
la evangelización, en la comunión entre hermanos, ese es nuestro primer amor
por Dios, por Cristo, por la iglesia. Pero con los años los cristianos pierden
el entusiasmo, pierden el primer amor, y ya lo que le damos a Dios, a la
iglesia es lo mínimo, lo básico. Cristo
le reclamo a la iglesia de Éfeso por haber perdido su primer amor.
Lucas 4:8. LBLA.
Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: “Al
Señor tu Dios adoraras, y a Él solo servirás.”
¿Cómo
cristiano hemos perdido el primer amor? ¿Cómo iglesia hemos perdido el primer
amor?
Juan
14:15. RVR1960. Si me
amáis, guardad mis mandamientos.
Juan 14:15. BLS. Ustedes
demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos.
Mateo 22:34-40. RVR1960. El
gran mandamiento. Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los
saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por
tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas.
El mensaje a
Éfeso. La iglesia que dejó el primer amor.
Éfeso
fue la capital de Asia Menor, un centro de comercio de tierra y mar y, junto a
Alejandría y Antioquía en Siria, una de las tres ciudades con mayor influencia
en la parte oriental del imperio Romano. El templo de Diana (Artemisa), una de
las maravillas del mundo antiguo, se hallaba en esta ciudad, y una importante
industria era la creación de imágenes de esta diosa (Hechos 29:21-41). Era un centro religioso y de todo tipo de
prácticas supersticiosas y era famosa por todo el mundo por sus artes mágicas.
A pesar de todo este ambiente contrario, allí se levantó una iglesia
cristiana. Éfeso significa deseo ardiente. Y describe
el primer siglo de la historia de la iglesia, el cual se caracterizó por un
profundo amor, un ardiente celo por Cristo y una inflexible oposición a los
falsos maestros y a doctrinas erradas.
Pablo
ministró en Éfeso por tres años y advirtió a los efesios que falsos maestros
tratarían de apartar de la fe a la gente (Hechos 20:29-31). Los falsos maestros llegaron a causar
problemas en la iglesia de Éfeso, pero la iglesia los resistió, como podemos
ver en la carta de Pablo a los Efesios. Juan pasó mucho de su ministerio en
esta ciudad.
Pablo
había elogiado a la iglesia de Éfeso por su amor a Dios y a los demás (Efesios 1:15. RVR1960. Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en
el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos), pero muchos de los fundadores de la iglesia habían muerto, y la
segunda generación de creyentes había perdido su fervor espiritual. Era una
iglesia muy activa y sus miembros hacían mucho en beneficio propio y de la
comunidad, pero por motivos equivocados. El hacer algo por Dios debe estar
motivado por el amor a Dios, o no perdurará.
La
vitalidad espiritual que se desprende del amor al Señor había degenerado en
rutina, Éfeso era una iglesia carente de amor en la más importante ciudad proconsular
de Asia y de acuerdo con algunos testimonios antiguos, la residencia de Juan
antes y después de su prisión en Patmos.
En
un mundo convulsionado como el que estamos viviendo, necesita de más cristianos
que vuelvan al primer amor. Lamentablemente el conformismo, y la religiosidad
no nos permite ver que en estos últimos tiempos la iglesia debe despertar a
volver a ese encuentro profundo con Dios que transforme la realidad de nuestro
tiempo.
Los
siete mensajes, fueron escritas a las siete iglesias históricas que existieron
en Asia. Siguen un patrón en común y se distinguen por rasgos específicos. En
ellas va actuando las cualidades antes descritas de Jesucristo, quien conoce
las situaciones de las iglesias, reprocha y amonesta, promete pide atención e
interpela.
Mateo
24:12. RVR1960. Y por
haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
Apocalipsis
2:1-7. RVR1960.
Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que
tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete
candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y
paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se
dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido,
y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no
has desmayado.
Pero
tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde
has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto
a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes
esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también
aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al
que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en
medio del paraíso de Dios.
Me
propongo hoy a analizar el mensaje a la iglesia de los efesios y sacar algunas
enseñanzas eternas que hay en ella y que nos servirán para saber si también
hemos perdido o dejado el primer amor. Cada iglesia tiene su mensajero o
pastor, que es responsable delante de dios (Apocalipsis 2:1). La responsabilidad de los pastores se menciona
en Hebreos 13:17. RVR1960.
Obedeced a
vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas,
como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose,
porque esto no os es provechoso. Dios
cuida a sus mensajeros: Salmo 105:15. RVR1960. No toquéis, dijo, a mis ungidos,
ni hagáis mal a mis profetas.
Jesucristo
está activo en medio de su iglesia (Apocalipsis 2:1c). Aquí nos dice que Jesús camina
(participio presente) en medio de los candeleros, que representan a las 7
iglesias (Apocalipsis 1:20). Vemos que Él está activo en medio de ellas, cumpliendo su
palabra (Mateo 18:20; Mateo
28:20). Podemos notar que Jesús se interesa
por lo que ocurre en Su iglesia.
El
señor sabe lo que hacemos (Apocalipsis 2:2-4). Conoce
nuestras obras: el servicio que prestamos o dejamos de hacer. Conoce nuestro
trabajo: la palabra griega que se emplea aquí, describe el trabajo que nos hace
sudar; el trabajo duro; el que nos deja exhaustos; que demanda toda nuestra
energía y concentración mental. Conoce nuestra paciencia: paciencia, en el
idioma original del N.T., significa permanecer debajo; sostenerse firme frente
a cualquier dificultad. Es la valentía que acepta los sufrimientos y las
dificultades y siempre sale victoriosa. ¡Cuánta falta nos hace la paciencia!
Conoce
la defensa que hacemos del evangelio: Pablo había predicho que lobos rapaces
causarían dificultades en la iglesia de Éfeso (Hechos 20:29-30) y aquí vemos el cumplimiento de esa palabra. Conoce nuestro
sufrimiento: Todo aquel que se ha propuesto seguir a Jesús se expone al
sufrimiento.
Pablo
dijo: (Hechos 14:22; Salmo 56:8) Conoce
nuestra constancia: La palabra que se traduce no has desmayado, también se
puede traducir: no te has cansado de trabajar. ¡Hermanos, todavía no ha
terminado la batalla! (Hebreos 12:3-4) Conoce
nuestra apatía (Apocalipsis
2:4): Esta es la terrible acusación que se le
lanza a la iglesia de Éfeso. La palabra has dejado, se puede traducir has
abandonado. Puede ser que hayan perdido su primer amor hacia Cristo; o que lo
hayan perdido hacia sus hermanos en la fe.
El
Señor había enseñado que el amor mutuo debía ser la señal de la
cristiandad (Juan 13:34-35) Pero
ellos habían abandonado el amor, sin el cual todo lo demás de nada sirve (1 Corintios 13:1-3)
¿Somos tan ardientes y fervorosos en el Señor hoy
como lo éramos en los primeros días de nuestra vida cristiana? Esto nos debe
hacer reflexionar.
Jesús
nos presenta la solución para volver a ese primer amor (Apocalipsis 2:5a). Jesús exhorta a los efesios a dar los tres pasos de retorno al primer
amor. Estos son:
Recordar: Este es el primer paso en el camino de regreso. Jesús no
está hablando a inconversos, sino a miembros de iglesia que habían extraviado
el camino de regreso. En un país lejano el hijo pródigo recordó su hogar. Lucas 15:17. RVR1960.
Y volviendo en sí, dijo: !Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen
abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Arrepentimiento: Esta es una orden dada en tiempo aoristo, es decir, que destaca la
determinante ruptura con el mal. Los cristianos nunca debemos
entretenernos con el mal. Arrepentirnos significa admitir, reconocer que
tuvimos la culpa. Pero aquí no termina esto.
Hacer las primeras obras: es decir, debemos producir el fruto, que
indica que en verdad estamos arrepentidos y que hemos cambiado. Este
pasaje nos enseña que podemos ir deslizándonos gradualmente, poco a poco, sin
darnos cuenta de lo que está sucediendo en nuestra vida (Hebreos 2:1; 1 Corintios 10:12)
Jesús
nos advierte del peligro que corremos si somos indiferentes a su voz (Apocalipsis 2:5). Cuando Dios habla debemos creer lo que dice.
El Señor amenazó con quitar el candelero de la iglesia de Éfeso y lo cumplió,
porque la iglesia no se arrepintió. Un desierto, cubierto de ruinas es todo lo
que queda de la antigua ciudad de Éfeso. Las palabras vendré pronto se traducen
mejor estoy yendo (pues está en tiempo presente en el griego).
Es
decir, el Señor les dijo que estaba caminando hacia allá para quitarlos de en
medio porque no estaban cumpliendo con el propósito para el cual Él los había
llamado. ¿Estará Jesús caminando hacia ti porque no estás cumpliendo con el
propósito para el cual te llamó? Si hay arrepentimiento hay esperanza; pero si
no lo hay vendrá el juicio.
El
mensaje de Éfeso es también para nosotros hoy (Apocalipsis 2:7). Es para todo el que tenga oído para oír. Es
para todas las iglesias. Jesús da aliento o ánimo para que venzamos (Apocalipsis 2:7b). Después del pecado de Adán el camino al árbol de la vida fue
cerrado y quedó bajo la custodia de querubines (Génesis 3:24. RVR1960. Echó, pues, fuera
al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada
encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de
la vida); pero ahora, Cristo lo entrega a
sus seguidores que triunfen.
El
árbol de la vida simboliza la vida eterna y el paraíso simboliza nuestra
entrada a la presencia de Dios. ¿No es éste un buen aliciente para continuar la
batalla contra el mal? Que en este momento, muchos de nosotros que estábamos
desanimados por los problemas de la vida, continuemos con nuevos bríos la
carrera hacia el hogar celestial por el camino que Jesucristo y con la ayuda
del Señor el Espíritu Santo.
En
nuestra vida diaria, cada uno de nosotros podemos haber perdido el primer amor.
Cuando
comenzamos nuestra vida cristiana leíamos mucho la Biblia, buscábamos que nos
enseñaran, queríamos aprender, queríamos servir al Señor en todo momento, orábamos
más tiempo, hacíamos preguntas, queríamos crecer, a todo quien se nos presentaba
por el medio queríamos convertirlo a Cristo, queríamos hablar de Cristo en
todas las naciones, queríamos decirles a los demás lo grandioso que habíamos aprendido de parte de
Dios, queríamos que en la iglesia se hicieran más cosas, teníamos un gran
entusiasmo, todo estudio de cualquier hermano lo leíamos.
¿Cómo estamos hoy?¿Oramos por cumplir? ¿Oramos poco? ¿Leemos poco la biblia, la abrimos solo los domingos? ¿Ya todo lo sé? ¿Ya no me interesa reunirme con mis hermanos para estudiar, para compartir los alimentos? ¿Cuándo voy a la reunión de la iglesia, me aburro, me duermo, quiero que termine pronto? ¿No me preocupo por mis hermanos? ¿Estamos haciendo las primeras obras o hemos perdido el primer amor? ¿Estamos firmes en la fe o estamos caídos como la iglesia de Éfeso?
¿Cómo estamos hoy?¿Oramos por cumplir? ¿Oramos poco? ¿Leemos poco la biblia, la abrimos solo los domingos? ¿Ya todo lo sé? ¿Ya no me interesa reunirme con mis hermanos para estudiar, para compartir los alimentos? ¿Cuándo voy a la reunión de la iglesia, me aburro, me duermo, quiero que termine pronto? ¿No me preocupo por mis hermanos? ¿Estamos haciendo las primeras obras o hemos perdido el primer amor? ¿Estamos firmes en la fe o estamos caídos como la iglesia de Éfeso?
Esta
esperanza es por lo que la fe cristiana está por todas partes. Alabemos a Dios
y agradezcámosle por la preciosa promesa que tenemos. Pueda esto guardarnos
constantes a través de toda prueba. Pero, ¿cómo andamos en nuestro primer amor?
Vamos a comprobar si andamos en el primer amor:
1.
Cuando mi deleite en el Señor ya no es tan grande como mi deleite por otras
personas o por las cosas del mundo, he perdido mi “primer amor” (Marcos 12:30; Lucas 14:25-27).
2.
Cuando mi alma no anhela la comunión íntima con el Señor a través de la oración
o la lectura de la Palabra, he perdido mi “primer amor” (Salmo 84:2).
3.
Cuando mis pensamientos en mis momentos de ocio no se dirigen al Señor, he
perdido mi “primer amor” (Salmo 10:4).
4. Cuando
me excusó fácilmente diciendo “es que soy humano” y cuando caigo fácilmente en
cosas que yo sé que no le agradan al Señor, he perdido mi “primer amor” (Juan 14:15).
5. Cuando me cuesta dar con alegría para la obra del Señor o
para las necesidades de otros, he perdido mi “primer amor” (1 Juan 3:17).
6.
Cuando dejo de tratar a mis hermanos cristianos como trataría al Señor, he
perdido mi “primer amor” (Mateo 25:40).
7. Cuando
empiezo a ver los mandamientos del Señor como “legalismo” o como restricciones
para mi felicidad, he perdido mi “primer amor” (Juan 14:21).
8.
Cuando me preocupo más por “quedar bien” con la gente del mundo en vez de
buscar la aprobación del Señor, he perdido mi “primer amor” (Juan 15:29; 1 Juan 2:15).
9.
Cuando dejo de dar a conocer al Señor por temor a ser rechazado, he perdido mi
“primer amor” (Juan 15:20).
10. Cuando
me niego a dejar de hacer algo que está ofendiendo a un hermano más débil, he
perdido mi “primer amor” (Romanos 14:15).
11. Cuando me vuelvo complaciente hacia el pecado que me rodea,
he perdido mi “primer amor” (Mateo
24:12).
12. Cuando
no puedo perdonar a alguien que me ha ofendido, he perdido mi “primer amor” (Mateo 17:1-4).
Recuerda, por tanto, de donde has
caído, y arrepiéntete y haz las primeras obras; pues sino, vendré pronto a ti,
y quitaré tu candelero de su lugar, sino te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:5. RVR1960. Bendiciones.
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