Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

El hombre y la mujer espiritual°





Colosenses 3:1-4. Traducción en lenguaje actual (TLA). Dios les dio nueva vida, pues los resucitó juntamente con Cristo. Por eso, dediquen toda su vida a hacer lo que a Dios le agrada. Piensen en las cosas del cielo, donde Cristo gobierna a la derecha de Dios. No piensen en las cosas de este mundo. Pues ustedes ya han muerto para el mundo, y ahora, por medio de Cristo, Dios les ha dado la vida verdadera. Cuando Cristo venga, también ustedes estarán con él y compartirán su gloriosa presencia.

En la BIBLIA, la Palabra de Dios revelada a la humanidad encontramos los lineamientos de lo que es ser un hombre o una mujer espiritual; podemos encontrar las pautas de lo que debemos hacer para caminar delante de Dios como lo hizo Enoc, caminar en Cristo y de esa manera agradar al Padre y tener el privilegio de tener la presencia de Dios en nuestras vidas, la presencia del Espíritu santo, su llenura. No podemos vivir la vida cristiana en nuestras propias fuerzas, no la podemos vivir en nuestras buenas intenciones, no la podemos vivir con nuestros deseos, es necesario la dependencia al Espíritu y a la Palabra de Dios.

El andar en el Espíritu es el resultado de una vida rendida y dependiente de Dios, es el abandonarse en fe y entendimiento espiritual a la voluntad de Dios revelada de manera personal para cada uno de sus hijos e hijas para dar cumplimiento a los planes y propósitos de Dios. La anterior definición da como resultado un hombre o una mujer espiritual, un hijo o una hija de Dios conforme a la imagen de nuestro Señor Jesucristo.

Salmos 40: 8. Nueva Traducción Viviente (NTV). Me complace hacer tu voluntad, Dios mío, pues tus enseñanzas están escritas en mi corazón.

El Apóstol Pablo nos insta a través de la carta a los Colosenses al hecho de que el Señor Jesucristo debe ser preeminente en nuestras vidas. En el día de hoy se escucha hablar mucho acerca de la " consagración o dedicación". Pues, bien, ¿qué es la consagración o dedicación? En una definición muy breve, diríamos que la consagración o dedicación es la preeminencia de Cristo en nuestras vidas y de lo que debemos hacer en nuestro diario caminar por esta tierra conforme a la Palabra de Dios: su voluntad.

No podemos decir "Yo soy un creyente consagrado o dedicado" y luego vivir como nos parezca, como muchos están tratando de hacer en el día de hoy. Si el Señor Jesucristo es preeminente en nuestra vida, vamos a vivir la vida de Cristo aquí en esta tierra. Colosenses 2:9-10. Nueva Traducción Viviente (NTV).  Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano. De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo, quien es la cabeza de todo gobernante y toda autoridad.

Nosotros estamos completos en Jesucristo y preparados para el gran viaje de la vida por esta tierra, como peregrinos y extranjeros para transmitir la luz del evangelio a través de nuestras vidas y nuestros hogares. Dicho de otra manera, Cristo es en realidad la solución para todos los problemas y situaciones de la vida cristiana.

1 Corintios 1:30. Nueva Traducción Viviente (NTV). Dios los ha unido a ustedes con Cristo Jesús. Dios hizo que él fuera la sabiduría misma para nuestro beneficio. Cristo nos hizo justos ante Dios; nos hizo puros y santos y nos liberó del pecado.

1 Corintios 1:30. La Biblia de las Américas (LBLA). Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención.

La vida cristiana es vivir en esta tierra la vida de Cristo. Vamos a ver que en Cristo se encuentra todo lo que podemos necesitar. Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.

Debemos que buscar aquellas cosas que están en el cielo, aquellas cosas que nos son reveladas por el Espíritu Santo a cada hijo e hija de Dios sobre esta tierra. Y esa palabra "buscar" es una palabra muy interesante. Denota un sentido de urgencia, un deseo y una ambición. Tendría que haber una emoción, una pasión interna que se sienta al buscar las cosas espirituales, un fuego interno de parte de Dios. Ese fuego es colocado por Dios quien es el coloca el querer como el hacer según su buena voluntad ,como podemos apreciar en la vida del profeta Jeremías

Jeremías 20:8-10. NVI (Castilian) (CST). Si digo: «No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre», entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. He hecho todo lo posible por contenerla, pero ya no puedo más.

Vemos que aquí se nos habla sobre las cosas de arriba. Estas son las cosas de Cristo. Esas cosas celestiales, no han de buscarse por medio de atajos, buscando cursillos, fórmulas que contienen algunas nociones de la Biblia, o listas de soluciones rápidas para afrontar los problemas de la vida.

Solo experimentaremos la nueva vida en Cristo cuando nos rindamos completamente a su voluntad y a su poderosa presencia; según en la forma e intensidad en que busquemos esas cosas celestiales, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios en los lugares celestiales, lograremos entrar en el río de Dios por medio la Palabra de Dios, bajo la guía y la unción del Espíritu Santo.

Tampoco se nos dice que debemos obsesionarnos en buscar y escuchar a un determinado predicador o maestro. Uno nunca debe convertir a ninguna persona en un ídolo, en un único punto de referencia. Si así lo hacemos, entonces tarde o temprano descubriremos que tendríamos un ídolo con pies de barro y como consecuencia concentraremos nuestra atención en una persona que es como nosotros, con imperfecciones y muchas debilidades. Todos cometemos errores pues estamos en esta tierra para ser perfeccionados a la imagen de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios.

El propósito de todo maestro, pastor o predicador es exponer la Palabra de Dios ante todos, para que cada uno de nosotros podamos ver al Cristo viviente, el Señor revelado por la Palabra y Unción del Espíritu Santo y así poder tener con El una relación de compañerismo y comunión en santidad y amor.

Otra versión traduce diciendo. "Concentrad vuestra atención". Pensemos en las cosas que se encuentran en el cielo. Recordemos que Pablo dijo en su carta a los Filipenses, capítulo 4, versículo 8: . . . todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo que es de buen nombre; (y ese es Cristo) si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

La vida está llena de problemas pequeños, y ellos son muy reales para nosotros. Pero la mayor necesidad para nosotros es establecer una relación con Cristo. Esto debe tener prioridad sobre todo lo demás. Por ello aquí se nos pide que concentremos la mirada en las cosas celestiales. 

Veremos ahora la explicación a esta ordenanza de parte de Dios.

Colosenses 3:3. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios.

Vemos que aquí dice porque habéis muerto; ahora, si decimos que hemos muerto, ¿cuándo fue esa muerte para cada uno de nosotros? Pablo escribió a los Gálatas. Gálatas 2:20. Nueva Traducción Viviente (NTV). Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. Si el Señor Jesucristo está gobernando nuestro corazón, entonces hemos muerto en aquella cruz donde el derramó su sangre para podernos redimir de la muerte y la condenación eterna. Él ocupó nuestro lugar, así que morimos con Él en ese momento pero resucitamos juntamente con él también.

Y también dijo Pablo: vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Ahora, yo fui removido del antiguo Adán por medio del bautismo, es decir, por el bautismo del Espíritu Santo, he sido removido de Adán y colocado en Cristo. Ahora estamos en Cristo.

Y ahora que estamos en Cristo, unidos a Cristo, debemos vivir la vida de Él y permitir que la plenitud de Él se demuestre a través de nosotros en cada momento y en cada situación que vivamos dentro de nuestro entorno.

Colosenses 3:3-4. Traducción en lenguaje actual (TLA). Pues ustedes ya han muerto para el mundo, y ahora, por medio de Cristo, Dios les ha dado la vida verdadera. Cuando Cristo venga, también ustedes estarán con él y compartirán su gloriosa presencia.

Si tenemos alguna vida, esa es la vida de Cristo. Juan escribió, en su primera carta, que su intención era mostrarnos la vida eterna. Ahora, ¿cómo podía mostrarnos la vida eterna? Cristo es la vida eterna y aquellos que le pertenecen, van a ser manifestados con él en gloria.

El vivir de los creyentes es santo. Si realmente hemos resucitado con Cristo, esa realidad será evidente en dos áreas de nuestras vidas: en nuestra santidad personal y en nuestra relación de compañerismo con los que nos rodean.

Parece que los cristianos sienten temor frente a este asunto de la santidad. Un líder cristiano pronunció la siguiente frase: "si los cristianos tuvieran tanto miedo al pecado como le temen a la santidad, sería maravilloso". De alguna manera, no nos agrada el término "santidad". Sin embargo es una buena palabra, y ese fue el tema de Pablo en este párrafo: la santidad personal.

Lo que debemos hacer lo encontramos en el siguiente texto bíblico.

Colosenses 3:5. Nueva Traducción Viviente (NTV). Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo.

El primer consejo aquí, es hacer morir todos nuestros malos y pecaminosos deseos. En el original griego de este mandato, sugiere una acción decisiva. El apóstol Pablo, da una lista no muy numerosa pero sí muy representativa de la naturaleza humana. En primer lugar mencionó a la inmoralidad sexual. Hay muchísimas personas que encubren los pecados de esta categoría y aun se consideran cristianos dedicados o consagrados. 

Pablo expuso abiertamente estos pecados y nos dijo que debíamos colocar a la parte física de nuestro cuerpo en el lugar de la muerte. ¿Le causan a usted problemas sus ojos? ¿Usted tiene una mirada de codicia, o una mirada de lujuria? Coloque esos ojos, esa manera de mirar en un lugar o condición de muerte, y después úselos como los ojos de Cristo, para que puedan contemplarle a Él; ese acto de obediencia cambiará su perspectiva.

Después tenemos en este versículo: la referencia a la impureza. Este término incluye malos pensamientos, malas palabras, malas miradas, gestos incorrectos, actitudes erradas y los chistes con doble sentido; es decir, la forma en que expresamos nuestro sentido del humor carnal, l,o que hay en nuestro corazón.

Siguen en la lista las pasiones desordenadas. A veces los cristianos confiesan a algún consejero espiritual un pecado determinado en sus vidas. Algunos suelen decir entonces: "Bueno, es que no he podido evitarlo". Habría que decirles a esas personas que, para empezar, no tendrían que haber estado en ese lugar o en esa situación. A veces una persona se expone conscientemente a ciertas situaciones en las que sabe que va a tener que luchar contra la tentación, porque se conoce sus puntos débiles.

Continúa la lista con los malos deseos, que incluyen los elementos anteriores pero es un término más general. Y el apóstol finalizó la lista con la avaricia, que es idolatría. Aquel que está dominado por la avaricia, siempre siente que debe tener más. Y es una forma de idolatría porque implica buscar la satisfacción en las cosas terrenales, en vez de buscarla en las celestiales.

¿Es posible que un cristiano esté dominado por el dinero de tal manera que haya perdido el interés por su relación con el Cristo viviente? Muchas personas resultan vencidas por la codicia, impulsadas por ansias que nunca podrán satisfacer, porque nunca estarán satisfechas. Siempre querrán tener más. Estas cuestiones pueden resultar dolorosas. Porque nuestros cuerpos son moradas o habitación del Espíritu Santo, y han de ser usados para Dios.

Podríamos incluso decir que la codicia es la raíz de la mayor parte de los problemas en todas las naciones. Como vemos, la Biblia tiene palabras muy directas para describir los males de todos los tiempos. Es evidente que la palabra "corrupción" se ha convertido en un término demasiado repetido en los medios de comunicación.

En este sentido, el apóstol Pablo escribió en 1 Timoteo 6:10. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas.

Muchas personas, incluso aquellas que profesan ser cristianas, están cayendo en la idolatría al adorar al dinero. Debemos recordar en todo momento que si estamos en Cristo, nuestra vida está unida a la de Cristo, Él siempre tendrá prioridad; a Él le corresponde el primer lugar. Si lo hacemos de esa manera, buscando las cosas de arriba, las cosas celestiales, aquellas que pertenecen al reino de Dios, entonces nos encontraremos en la dirección correcta.

Cristo, Sabiduría de Dios. 1 Corintios 1:26-31. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH).  Pues consideren, hermanos, su llamamiento. No hubo muchos sabios conforme a la carne (normas humanas), ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Sino que Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. También Dios ha escogido lo vil y despreciado del mundo: lo que no es, para anular lo que es, para que nadie se jacte delante de Dios. Pero por obra Suya están ustedes en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, santificación y redención, para que, tal como está escrito: “El que se gloria, que se glorié en el Señor.

La Revelación del Espíritu Santo a nuestras vidas: a la iglesia de Cristo. 1 Corintios 2:10-13. Nueva Traducción Viviente (NTV). Pero fue a nosotros a quienes Dios reveló esas cosas por medio de su Espíritu. Pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios. Nadie puede conocer los pensamientos de una persona excepto el propio espíritu de esa persona y nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios (no el espíritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado. Les decimos estas cosas sin emplear palabras que provienen de la sabiduría humana. En cambio, hablamos con palabras que el Espíritu nos da, usando las palabras del Espíritu para explicar las verdades espirituales.

Juan 14:26. Traducción en lenguaje actual (TLA). El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.

Juan 16:13-15. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cuando venga el Espíritu Santo, él les dirá lo que es la verdad y los guiará, para que siempre vivan en la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que oiga de Dios el Padre, y les enseñará lo que está por suceder. También les hará saber todo acerca de mí, y así me honrará. Todo lo que es del Padre, también es mío; por eso dije que el Espíritu les hará saber todo acerca de mí.

1 Corintios 2:14-16. La Biblia de las Américas (LBLA). Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente. En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie. Porque ¿quien ha conocido la mente del Señor, para que le instruya? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Esta revelación divina que hemos estudiado se nos transmite en las palabras que el Espíritu Santo enseña, como el apóstol Pablo dice a continuación: «Las cuales cosas también hablamos no con palabras que enseña la sabiduría humana, sino que enseña el Espíritu Santo, explicando cosas espirituales con palabras espirituales.»

1 Corintios 2:9. Traducción en lenguaje actual (TLA). Como dice la Biblia: «Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar.» 

Gálatas 4:19. La Biblia de las Américas (LBLA). Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros. 

Colosenses 3:23-24. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven.

El «hombre y la mujer espiritual» es el ideal divino en la vida y en el ministerio, en el poder de Dios y en la relación con las demás personas, en comunión ininterrumpida y en bendición con la presencia del Espíritu Santo. 

De ahora en adelante todo lo que realicemos debe ser pensando en agradar a Dios. Debemos vivir esta vida sabiendo que todo es temporal, pero que nuestros actos son ejemplos a otros; que nuestra buena conducta en el lugar dónde nos encontremos, pueda dar luz a otros y que debemos darle la gloria a Dios que le corresponde en todo momento; mostrar amor a nuestro prójimo hace que ellos quieran recibir de ese amor de Cristo que nos cambió a nosotros. 

Eso significa buscar las cosas de arriba; de ahora en adelante vivir para Cristo debe ser nuestro ideal. Bendiciones.

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