Mateo 13:25-26. Traducción en lenguaje
actual (TLA). Mientras todos dormían, llegó su
enemigo y, entre las semillas de trigo, sembró semillas de una mala hierba
llamada cizaña, y después se fue. Cuando las semillas de trigo produjeron
espigas, los trabajadores se dieron cuenta de que también había crecido
El sueño tipifica los monumentos vulnerables o debilidad de las
personas y son estos momentos los favoritos del enemigo (Satanás) para sembrar
pensamientos sexuales en tu mente cuando tu tienes problemas tanto familiares
laborales conyugales etc. En la mente es donde la mayor parte de los pecados
sexuales comienzan, nadie cae de un rato a otro en actos inmorales sin antes se
originan en la mente.
1 Juan 2:15-17. Traducción en lenguaje
actual (TLA). No quieran ustedes ser como los
pecadores del mundo, ni tampoco hacer lo que ellos hacen. Quienes lo hacen, no
aman a Dios el Padre. Las cosas que ofrece la gente del mundo no vienen de
Dios, sino de los pecadores de este mundo. Y éstas son las cosas que el mundo
nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el
orgullo de poseer muchas riquezas. Pero lo malo de este mundo, y de todo lo que
ofrece, está por acabarse. En cambio, el que hace lo que Dios manda vive para
siempre.
La única solución para un corazón lujurioso es el arrepentimiento
constante y la fe en Cristo. Debemos creer en Dios más que en el hombre, ya sea
que el “hombre” sea otro o nosotros mismos. Dios es más más valioso y poderoso
que el cumplimiento de nuestros deseos lujuriosos.
El deseo sexual de por sí es bueno. Dios lo creó en el principio.
Tiene su lugar adecuado. Pero fue creado para ser gobernado, o regulado, o
guiado, por dos cuestiones: el honor hacia la otra persona y la santidad hacia
Dios. La lujuria es aquello en lo que se convierte el deseo sexual cuando ese
honor y esa santidad están ausentes.
Dios estableció una relación llamada matrimonio. En él un hombre y
una mujer hacen un pacto de por vida para honrarse el uno al otro con fidelidad
y amor. El deseo sexual se convierte en siervo y chispa de ese lazo pactado de
honor mutuo.
Por tanto, decirle a otra persona, quiero que satisfagas mi deseo
sexual, pero no te quiero como la otra parte en un pacto de matrimonio,
básicamente significa: quiero usar tu cuerpo para obtener placer, pero como
persona no te quiero. Y eso es deshonroso y por tanto lujurioso. Lujuria es lo
que resulta de restarle al deseo sexual el compromiso de honrar a la otra
persona. La Lujuria No tiene en Cuenta a Dios
Esta es la razón por la que se debe cuidar de no entretener pensamientos
sexuales en nuestra mente, ni mucho menos jugar con ellos; no es pecado ser
tentado con pensamientos sexuales, lo que sí es pecado es entretenerlos y jugar
con ellos, ya que esto da como resultado el llegar al acto sexual físico, ya
que el pensamiento sexual está sembrado en la mente solo falta un pequeño
contacto físico para activar y consumar el pecado, puede ser un beso un abrazo
etc. Lo más impactante es de que luego se recibe la cosecha de lo que sembró y
esto es lamentable.
La lujuria mantiene poder sobre nosotros cuando sometemos a su
autoridad mundana. Permitir que cualquier tipo de pecado se siente sobre el
trono de nuestra vida trae desgracia y destrucción. En cambio, Cristo reina
sobre nuestras vidas y el Espíritu Santo nos da el poder para vencer las
tentaciones. Cuando "corremos con perseverancia la carrera", Dios
dirige nuestro camino a través de los peligros de la vida y aun más allá de la
carga del pecado sexual.
Según el diccionario bíblico la palabra lujuría se usa generalmente
en el sentido de pasión carnal desordenada. El hebreo nefesû expresa anhelo o
deseo en Éxodo 15:9 (“alma”)
y en el Salmo
78:18 (“gusto”), y encierra la promesa de satisfacción
en Proverbios 10:24. El griego epithymia expresa cualquier deseo fuerte, y su
naturaleza buena o mala queda determinada por el contexto o mediante un
adjetivo calificativo.
Pero en 1
Pedro 4:3 aparece entre una lista de vicios gentiles, y
se le agregan los adjetivos “mundano”, “malo”, “juvenil”, y “engañoso” en Tito 2:12; Colosenses 3:5; 2 Timoteo
2.22; y Efesios 4:22.
Efesios 2:3; 1 Juan 2:16; 1 Pedro 2:11. El fuerte deseo del Espíritu se contrasta con el de la carne
en Gálatas 5:17. Otras voces relacionadas son pathos, ‘pasión’ (1 Tesalonicenses 4:5); orexis,
‘lascivia’ (Romanos 1:27), y heµdoneµ, ‘deleite’ (Santiago 4:3).
La Palabra de Dios habla a las profundidades de nuestro deseo
sensual, a la concupiscencia de la carne. La Biblia ofrece palabras sabias e
instructivas, incitándonos a confiar en Dios para librarnos de los deseos
mundanos. Las porciones bíblicas que vamos a leer a continuación revelan el
poder destructivo de la lujuria descontrolada y nos muestran la libertad
provista por Dios Padre a través de nuestro Señor Jesucristo.
1 Tesalonicenses 4:3-5. La Biblia de las
Américas (LBLA). Porque esta es la voluntad de
Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual;
que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y
honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios
1 Pedro 4:3. Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy (NBLH). Porque el tiempo ya
pasado les es suficiente para haber hecho lo que agrada a los Gentiles,
habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces, y
abominables idolatrías.
Mateo 5:27-28. Traducción en lenguaje
actual (TLA). Moisés también dijo: “No sean
infieles en su matrimonio”. Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a
otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en
su corazón.
Gálatas 5:19-21. Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy (NBLH). Ahora bien, las
obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza,
sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos,
rivalidades, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas
semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que
los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
1 Juan 2:15-17. Nueva Traducción
Viviente (NTV). No amen a este mundo ni las cosas
que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en
ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un
deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y
posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este
mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo
que a Dios le agrada vivirá para siempre.
Gálatas 5:16-17. Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy (NBLH). Conflicto entre el
Espíritu y la Carne. Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo
de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del
Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que
ustedes no pueden hacer lo que deseen.
Romanos 8:5-7. Traducción en lenguaje
actual (TLA). Los que viven sin controlar sus malos
deseos, sólo piensan en hacer lo malo. Pero los que viven obedeciendo al
Espíritu Santo sólo piensan en hacer lo que desea el Espíritu. Si vivimos
pensando en todo lo malo que nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos
separados de Dios. Pero si pensamos sólo en lo que desea el Espíritu Santo,
entonces tendremos vida eterna y paz. Los que no controlan sus malos deseos sólo
piensan en hacer lo malo. Son enemigos de Dios, porque no quieren ni pueden
obedecer la ley de Dios.
Romanos 8:13. Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy (NBLH). Porque si ustedes
viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir
las obras de la carne (del cuerpo), vivirán.
Esto nos muestra que el Dios que tenemos no está interesado
solamente en lo que hacemos sino que también en lo que pensamos prueba de esto
lo que escribe el apóstol Pablo a los Hebreos
4:12. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cada
palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La palabra de Dios es más
cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de
nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si
son buenos o malos.
Lujuria es exceso (literalmente); es un deseo sexual excesivo,
obsesivo, incontrolable y desordenado. La lascivia es un sinónimo:
apetito excesivo por una cosa, y propensión excesiva a los placeres sexuales. Para
los cristianos que creemos en la biblia como autoridad final en temas de
doctrina y moral, la cosa es relativamente más clara. La lujuria es el uso
inadecuado de nuestra imaginación. Jesús dice que la lujuria es equivalente al
acto sexual mismo (Mateo 5:27-29), y por lo tanto algo que no puede ser tratado con
negligencia o con superficialidad. Los hijos de Dios debemos fijar nuestros
ojos en el Señor Jesucristo, el autor y consumador de nuestra fe; no son
nuestros ojos la ventana del alma? lo que metemos a nuestros cuerpos a través
de los ojos se queda para siempre.
La lujuria es algo de lo que no se habla abiertamente, pues cada
persona lo experimenta en solitario, nadie más que vos lo sabe… son las imágenes
que generan la fantasía para a su vez provocar el desahogo como la masturbación;
es el uso de imágenes de pornografía que generan deseo sexual, son las malas
conversaciones que producen pensamientos torcidos, son las malas amistades que
andan en caminos de inmundicia sexual y moral que hacen caer y otras muchas
cosas más que provocan que el corazón se desvíe de los caminos santos de Dios.
El pecado viene cuando el pensamiento pecaminoso se queda a vivir
en la mente, cuando empieza a dominar los pensamientos. Martín Lutero, el
teólogo alemán de hace varios siglos, lo dijo muy bien: "no puedo evitar
que los pájaros vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido en
mi pelo". La Biblia dice que el deseo sexual es algo bueno y dado por Dios,
dentro del pacto del matrimonio.
Santiago 1:14-15. Nueva Traducción
Viviente (NTV). La tentación viene de nuestros
propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen
los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.
El hombre natural es esclavo de sus pasiones (Romanos 3:10-18. Traducción en lenguaje
actual (TLA). La Biblia nos lo dice: «Nadie es
justo. Nadie entiende nada, ni quiere buscar a Dios. Todos se han alejado de
él; todos se han vuelto malos. Nadie, absolutamente nadie, quiere hacer lo
bueno. Sólo dicen cosas malas; sólo saben decir mentiras. Hacen tanto daño con
sus palabras, como una serpiente con su veneno. Hablan con amargura y maldicen
a la gente. Fácilmente se enojan y matan a cualquiera. A dondequiera que van, todo
lo destruyen y lo dejan destrozado. No saben vivir en paz, ni respetan a Dios.»).
Pero en nuestra conversión, a causa de nuestra unión con Cristo,
somos liberados del dominio de la concupiscencia: Romanos
6:12-14. Traducción en lenguaje actual (TLA). Así
que no dejen que el pecado los gobierne, ni que los obligue a obedecer los
malos deseos de su cuerpo. Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han
vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más
bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada. Así el pecado ya no
tendrá poder sobre ustedes, porque ya no son esclavos de la ley. Ahora están al
servicio del amor de Dios.
Las tentaciones sexuales están en todas partes, estamos
bombardeados por la tentación sexual a través de lo que ven nuestros ojos por
medio de la televisión, la música, el lenguaje obsceno, sensual y sugestivo;
también las amistades virtuales en las diferentes redes sociales y la
pornografía que se encuentra en el internet.
1 Pedro 3:15. Nueva Traducción Viviente
(NTV). En cambio, adoren a Cristo como el Señor de
su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como
creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación.
Romanos 13:13-14. La Biblia de las
Américas (LBLA). Andemos decentemente, como de día,
no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos
y envidias; antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer
para las lujurias de la carne.
Santiago 1:13-14. Traducción en lenguaje
actual (TLA). Cuando ustedes sean tentados a hacer
lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta
a nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros
propios deseos los que nos arrastran y dominan.
El Poder Destructivo de la Lujuria. Santiago
1:15. La Biblia de las Américas (LBLA). Después,
cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es
consumado, engendra la muerte.
Romanos 1:24,28. Nueva Versión
Internacional (NVI). Por eso Dios los entregó a los
malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que
degradaron sus cuerpos los unos con los otros... Además, como estimaron que no
valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó
a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.
1 Corintios 6:9–10. Nueva Versión
Internacional NVI. ¿No saben que los malvados no
heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni
los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los
estafadores heredarán el reino de Dios.
Judas 1:6-8. Nueva Biblia al Día (NBD). Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de
autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente
encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y
Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el
castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad
sexual y vicios contra la naturaleza. De la misma manera estos individuos,
llevados por sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen
a los seres celestiales.
Conocer a Dios y actuar en consecuencia evita que el deseo sexual
se convierta en lujuria. La lujuria es lo opuesto. La lujuria es un deseo
sexual que no está regulado, gobernado ni guiado por una consideración superior
hacia Dios.
Dios creó la sexualidad. La creó para que fuera algo bueno y bello.
La creó por el bien de sus criaturas. Sólo él posee la sabiduría y el derecho
de mostrarnos cómo usarla para su gloria y para nuestro bien. La lujuria es en
lo que se convierte el deseo sexual cuando le damos rienda suelta y no tenemos
en cuenta a Dios. Resumiendo, la lujuria es un deseo sexual que deshonra a su
objeto y no tiene en cuenta a Dios. Es la corrupción de algo bueno debido a la
ausencia de un compromiso honorable y a la ausencia de una consideración
superior hacia Dios, no tenerlo en cuenta. Si nuestro deseo sexual no está
guiado por el respeto hacia el honor de los demás y la consideración por la
santidad de Dios, entonces es lujuria.
Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
Esto es lo que Dios demanda, y este es el regalo de Dios. Todo está lleno de
gracia. Por eso la única lucha que peleamos es la lucha de la fe, la lucha de
descansar por completo en la gracia de Dios, por estar tan satisfechos con la
Gloria de Dios para que la tentación del pecado pierda su poder sobre nosotros. Bendiciones.
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