Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

La lujuria°


Mateo 13:25-26. Traducción en lenguaje actual (TLA). Mientras todos dormían, llegó su enemigo y, entre las semillas de trigo, sembró semillas de una mala hierba llamada cizaña, y después se fue. Cuando las semillas de trigo produjeron espigas, los trabajadores se dieron cuenta de que también había crecido

El sueño tipifica los monumentos vulnerables o debilidad de las personas y son estos momentos los favoritos del enemigo (Satanás) para sembrar pensamientos sexuales en tu mente cuando tu tienes problemas tanto familiares laborales conyugales etc. En la mente es donde la mayor parte de los pecados sexuales comienzan, nadie cae de un rato a otro en actos inmorales sin antes se originan en la mente.

1 Juan 2:15-17. Traducción en lenguaje actual (TLA). No quieran ustedes ser como los pecadores del mundo, ni tampoco hacer lo que ellos hacen. Quienes lo hacen, no aman a Dios el Padre. Las cosas que ofrece la gente del mundo no vienen de Dios, sino de los pecadores de este mundo. Y éstas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el orgullo de poseer muchas riquezas. Pero lo malo de este mundo, y de todo lo que ofrece, está por acabarse. En cambio, el que hace lo que Dios manda vive para siempre.

La única solución para un corazón lujurioso es el arrepentimiento constante y la fe en Cristo. Debemos creer en Dios más que en el hombre, ya sea que el “hombre” sea otro o nosotros mismos. Dios es más más valioso y poderoso que el cumplimiento de nuestros deseos lujuriosos.

El deseo sexual de por sí es bueno. Dios lo creó en el principio. Tiene su lugar adecuado. Pero fue creado para ser gobernado, o regulado, o guiado, por dos cuestiones: el honor hacia la otra persona y la santidad hacia Dios. La lujuria es aquello en lo que se convierte el deseo sexual cuando ese honor y esa santidad están ausentes.

Dios estableció una relación llamada matrimonio. En él un hombre y una mujer hacen un pacto de por vida para honrarse el uno al otro con fidelidad y amor. El deseo sexual se convierte en siervo y chispa de ese lazo pactado de honor mutuo.

Por tanto, decirle a otra persona, quiero que satisfagas mi deseo sexual, pero no te quiero como la otra parte en un pacto de matrimonio, básicamente significa: quiero usar tu cuerpo para obtener placer, pero como persona no te quiero. Y eso es deshonroso y por tanto lujurioso. Lujuria es lo que resulta de restarle al deseo sexual el compromiso de honrar a la otra persona. La Lujuria No tiene en Cuenta a Dios

Esta es la razón por la que se debe cuidar de no entretener pensamientos sexuales en nuestra mente, ni mucho menos jugar con ellos; no es pecado ser tentado con pensamientos sexuales, lo que sí es pecado es entretenerlos y jugar con ellos, ya que esto da como resultado el llegar al acto sexual físico, ya que el pensamiento sexual está sembrado en la mente solo falta un pequeño contacto físico para activar y consumar el pecado, puede ser un beso un abrazo etc. Lo más impactante es de que luego se recibe la cosecha de lo que sembró y esto es lamentable.

La lujuria mantiene poder sobre nosotros cuando sometemos a su autoridad mundana. Permitir que cualquier tipo de pecado se siente sobre el trono de nuestra vida trae desgracia y destrucción. En cambio, Cristo reina sobre nuestras vidas y el Espíritu Santo nos da el poder para vencer las tentaciones. Cuando "corremos con perseverancia la carrera", Dios dirige nuestro camino a través de los peligros de la vida y aun más allá de la carga del pecado sexual.

Según el diccionario bíblico la palabra lujuría se usa generalmente en el sentido de pasión carnal desordenada. El hebreo nefesû expresa anhelo o deseo en Éxodo 15:9  (“alma”) y en el Salmo 78:18 (“gusto”), y encierra la promesa de satisfacción en Proverbios 10:24. El griego epithymia expresa cualquier deseo fuerte, y su naturaleza buena o mala queda determinada por el contexto o mediante un adjetivo calificativo.

Pero en 1 Pedro 4:3 aparece entre una lista de vicios gentiles, y se le agregan los adjetivos “mundano”, “malo”, “juvenil”, y “engañoso” en Tito 2:12; Colosenses 3:5; 2 Timoteo 2.22; y Efesios 4:22.

Efesios 2:3; 1 Juan 2:16; 1 Pedro 2:11. El fuerte deseo del Espíritu se contrasta con el de la carne en Gálatas 5:17. Otras voces relacionadas son pathos, ‘pasión’ (1 Tesalonicenses 4:5); orexis, ‘lascivia’ (Romanos 1:27), y heµdoneµ, ‘deleite’ (Santiago 4:3).

La Palabra de Dios habla a las profundidades de nuestro deseo sensual, a la concupiscencia de la carne. La Biblia ofrece palabras sabias e instructivas, incitándonos a confiar en Dios para librarnos de los deseos mundanos. Las porciones bíblicas que vamos a leer a continuación revelan el poder destructivo de la lujuria descontrolada y nos muestran la libertad provista por Dios Padre a través de nuestro Señor Jesucristo.

1 Tesalonicenses 4:3-5. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios

1 Pedro 4:3. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Porque el tiempo ya pasado les es suficiente para haber hecho lo que agrada a los Gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces, y abominables idolatrías.

Mateo 5:27-28. Traducción en lenguaje actual (TLA). Moisés también dijo: “No sean infieles en su matrimonio”. Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón.

Gálatas 5:19-21. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

1 Juan 2:15-17. Nueva Traducción Viviente (NTV). No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.

Gálatas 5:16-17. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Conflicto entre el Espíritu y la Carne. Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen.

Romanos 8:5-7. Traducción en lenguaje actual (TLA). Los que viven sin controlar sus malos deseos, sólo piensan en hacer lo malo. Pero los que viven obedeciendo al Espíritu Santo sólo piensan en hacer lo que desea el Espíritu. Si vivimos pensando en todo lo malo que nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos separados de Dios. Pero si pensamos sólo en lo que desea el Espíritu Santo, entonces tendremos vida eterna y paz.  Los que no controlan sus malos deseos sólo piensan en hacer lo malo. Son enemigos de Dios, porque no quieren ni pueden obedecer la ley de Dios.

Romanos 8:13. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne (del cuerpo), vivirán.

Esto nos muestra que el Dios que tenemos no está interesado solamente en lo que hacemos sino que también en lo que pensamos prueba de esto lo que escribe el apóstol Pablo a los Hebreos 4:12. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos.

Lujuria es exceso (literalmente); es un deseo sexual excesivo,  obsesivo, incontrolable y desordenado. La lascivia es un sinónimo: apetito excesivo por una cosa, y propensión excesiva a los placeres sexuales. Para los cristianos que creemos en la biblia como autoridad final en temas de doctrina y moral, la cosa es relativamente más clara. La lujuria es el uso inadecuado de nuestra imaginación. Jesús dice que la lujuria es equivalente al acto sexual mismo (Mateo 5:27-29), y por lo tanto algo que no puede ser tratado con negligencia o con superficialidad. Los hijos de Dios debemos fijar nuestros ojos en el Señor Jesucristo, el autor y consumador de nuestra fe; no son nuestros ojos la ventana del alma? lo que metemos a nuestros cuerpos a través de los ojos se queda para siempre.

La lujuria es algo de lo que no se habla abiertamente, pues cada persona lo experimenta en solitario, nadie más que vos lo sabe… son las imágenes que generan la fantasía para a su vez provocar el desahogo como la masturbación; es el uso de imágenes de pornografía que generan deseo sexual, son las malas conversaciones que producen pensamientos torcidos, son las malas amistades que andan en caminos de inmundicia sexual y moral que hacen caer y otras muchas cosas más que provocan que el corazón se desvíe de los caminos santos de Dios.

El pecado viene cuando el pensamiento pecaminoso se queda a vivir en la mente, cuando empieza a dominar los pensamientos. Martín Lutero, el teólogo alemán de hace varios siglos, lo dijo muy bien: "no puedo evitar que los pájaros vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido en mi pelo". La Biblia dice que el deseo sexual es algo bueno y dado por Dios, dentro del pacto del matrimonio.

Santiago 1:14-15. Nueva Traducción Viviente (NTV). La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.

El hombre natural es esclavo de sus pasiones (Romanos 3:10-18. Traducción en lenguaje actual (TLA). La Biblia nos lo dice: «Nadie es justo. Nadie entiende nada, ni quiere buscar a Dios. Todos se han alejado de él; todos se han vuelto malos. Nadie, absolutamente nadie, quiere hacer lo bueno. Sólo dicen cosas malas; sólo saben decir mentiras. Hacen tanto daño con sus palabras, como una serpiente con su veneno. Hablan con amargura y maldicen a la gente. Fácilmente se enojan y matan a cualquiera. A dondequiera que van, todo lo destruyen y lo dejan destrozado. No saben vivir en paz, ni respetan a Dios.»).

Pero en nuestra conversión, a causa de nuestra unión con Cristo, somos liberados del dominio de la concupiscencia: Romanos 6:12-14. Traducción en lenguaje actual (TLA). Así que no dejen que el pecado los gobierne, ni que los obligue a obedecer los malos deseos de su cuerpo. Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada. Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, porque ya no son esclavos de la ley. Ahora están al servicio del amor de Dios.

Las tentaciones sexuales están en todas partes, estamos bombardeados por la tentación sexual a través de lo que ven nuestros ojos por medio de la televisión, la música, el lenguaje obsceno, sensual y sugestivo; también las amistades virtuales en las diferentes redes sociales y la pornografía que se encuentra en el internet.

1 Pedro 3:15. Nueva Traducción Viviente (NTV). En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación.

Romanos 13:13-14. La Biblia de las Américas (LBLA). Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias; antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne.

Santiago 1:13-14. Traducción en lenguaje actual (TLA). Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan.

El Poder Destructivo de la Lujuria. Santiago 1:15. La Biblia de las Américas (LBLA). Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.

Romanos 1:24,28. Nueva Versión Internacional (NVI). Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros... Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

1 Corintios 6:9–10. Nueva Versión Internacional NVI. ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.

Judas 1:6-8. Nueva Biblia al Día (NBD). Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza. De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales.

Conocer a Dios y actuar en consecuencia evita que el deseo sexual se convierta en lujuria. La lujuria es lo opuesto. La lujuria es un deseo sexual que no está regulado, gobernado ni guiado por una consideración superior hacia Dios.

Dios creó la sexualidad. La creó para que fuera algo bueno y bello. La creó por el bien de sus criaturas. Sólo él posee la sabiduría y el derecho de mostrarnos cómo usarla para su gloria y para nuestro bien. La lujuria es en lo que se convierte el deseo sexual cuando le damos rienda suelta y no tenemos en cuenta a Dios. Resumiendo, la lujuria es un deseo sexual que deshonra a su objeto y no tiene en cuenta a Dios. Es la corrupción de algo bueno debido a la ausencia de un compromiso honorable y a la ausencia de una consideración superior hacia Dios, no tenerlo en cuenta. Si nuestro deseo sexual no está guiado por el respeto hacia el honor de los demás y la consideración por la santidad de Dios, entonces es lujuria.

Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. Esto es lo que Dios demanda, y este es el regalo de Dios. Todo está lleno de gracia. Por eso la única lucha que peleamos es la lucha de la fe, la lucha de descansar por completo en la gracia de Dios, por estar tan satisfechos con la Gloria de Dios para que la tentación del pecado pierda su poder sobre nosotros. Bendiciones.

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