Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Dios se ha hecho cargo de nuestras vidas-


Salmos 27:10. Traducción en lenguaje actual (TLA). Mis padres podrán abandonarme, pero tú me adoptarás como hijo.

Nuestro ideal como seres humanos es que podamos ser parte de la familia de Dios, es por eso que se planeo y ejecutó el plan de salvación para la humanidad; es por eso que nuestro Señor Jesucristo dio su vida para que seamos adoptados por el Padre Celestial, pero lo más importante es que podamos tener comprensión y entendimiento de ese acontecimiento, que podamos tener una conciencia de nuestra nueva naturaleza.

En la condición de hijos de Dios hay beneficios y responsabilidades, pero solo podemos vivir de esa manera cuando volvemos en sí, como el hijo prodigo, cuando nuestro espíritu es vivificado y regenerado por la obra y la presencia de nuestro Señor el Espíritu Santo.

Mateo 22:36-40. Nueva Biblia Viva (NBV). Señor, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley de Moisés? Jesús respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo es similar: “Amarás a tu prójimo con el mismo amor con que te amas a ti mismo”. Los demás mandamientos y demandas de los profetas se resumen en estos dos mandamientos que he mencionado. El que los cumpla estará cumpliendo todos los demás.

Nuestra mente y nuestra forma de vivir deben ser transformados para poder apreciar nuestra nueva naturaleza y nuestra nueva posición espiritual en los lugares celestiales; necesitamos despertar espiritualmente a la realidad de que el Padre Celestial nos ha rescatado de la muerte y condenación eterna, nos ha hecho sus hijos y se ha hecho cargo de nosotros a partir del momento en que decidimos entregar nuestras vidas al Señor Jesucristo.  

Salmos 27:10. Dios Habla Hoy (DHH). Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tú, Señor, te harás cargo de mí.

Pero podemos obtener todo lo que el Padre Celestial ha determinado acercándonos por la fe al trono de la gracia para alcanzar ayuda y el oportuno socorro de todas las adversidades y los ataques del diablo y sus demonios. Para eso necesitamos que se nos abra la mente, que nos den entendimiento espiritual, porque la mente natural y mucho menos la mente carnal, pueden comprender las verdades espirituales de Dios y el evangelio eterno.

Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Aquí vemos que el amor del Padre Celestial va mucho más allá de lo que podemos ver o comprender, porque el que nos da de su su naturaleza para adoptarnos como hijos de Dios; el nacer de nuevo del Espíritu Santo es el acontecimiento más glorioso que podamos experimentar porque nos da la oportunidad de poder conocer al creador de todo lo que existe en los cielos y en la tierra.

Juan 1:12. Dios Habla Hoy (DHH). Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios.

Muchos hombres y mujeres han contado con el amor y protección de los padres terrenales y esa era la voluntad de Dios para todos, pero la maldad y la falta de amor en los corazones de los seres humanos han desfigurado y alejado a las personas de lo que es en realidad un hogar bendecido; a esto hay que agregar un sin número de situaciones y circunstancias que rodean a la humanidad por causa del pecado, como las maldiciones generacionales que traen enfermedades, problemas, escasez y muchas más aflicciones que todos nos podemos dar cuenta.

Muchos hombres y mujeres han tenido que vivir su vida sin padres o con padres maltratadores, rodeados de personas que intentan dañar sus vidas, personas que tienen en su corazón maldad, y que violan a los niños y niñas sólo por satisfacer las inmundicias de su carne, hombres y mujeres que no les importa aún llegar a asesinar con tal de satisfacer sus deseos.

Otros, aunque no fueron violados llegaron a ser menospreciados y humillados, sin poder defenderse en los años tempranos de su vida en esta tierra, todos estos y muchos más cómo vemos a diario en nuestras ciudades, en nuestros países por los noticieros y el internet rodeados de injusticias sin importar la edad, el sexo o su creencia religiosa.

Por eso es que Dios se acerca a nosotros, nos busca, nos perdona, nos rescata, nos hace sus hijos, nos da una nueva naturaleza, nos vivifica, nos renueva, nos regenera, nos bendice, nos apacienta, nos pastorea nos guía y dentro de todo este proceso tenemos como hijos una responsabilidad en el reino de los cielos, un compromiso de vivir a la altura de nuestro llamado y de nuestra adopción.

Sea cual sea tu situación o la mía, debemos entender y comprender que el Señor Jesucristo apareció en medio de nuestras vidas para destruir todas las obras del diablo y sus consecuencias en nuestras vidas para que la gloria de Dios nos llene toda nuestra existencia, sin importar tu edad, tus conocimientos a la falta de ellos, tus posesiones a la escasez en la que hayas podido vivir, es bueno para cada uno de nosotros abandonarnos en las manos y la voluntad de Dios, abandonarnos en su gracia, abandonarnos en su amor y buena, agradable y perfecta voluntad para nuestras vidas.

Jeremías 29:11-14. Nueva Biblia Viva (NBV). Pues conozco los planes que para ustedes tengo, dice el Señor. Son planes de bien y no de mal, para darles un futuro y una esperanza. En aquellos días cuando oren, yo escucharé. Me hallarán cuando me busquen, si con toda sinceridad me buscan. Sí, dice el Señor, me hallarán y yo pondré fin a su esclavitud y restauraré su fortuna y los reuniré de entre las naciones a donde los esparcí y los traeré de regreso a su casa y a su patria.

Mateo 6:6. Nueva Biblia Viva (NBV). Pero cuando ustedes oren, háganlo a solas, a puerta cerrada; y el Padre de ustedes, que conoce todos los secretos, los recompensará.

Lo que Dios tiene para nosotros es mejor que los mejores planes humanos, Él no se equivoca, es el Constructor y Arquitecto de todo lo que existe en los cielos, el que hizo los querubines, los serafines, los arcángeles, ángeles, el Creador de todo lo que existe en la tierra, el fue quien nos creó, el que hizo nuestro espíritu, el que hizo nuestra alma con emociones, voluntad y sentimientos, el que hizo nuestro cuerpo, el que puede hacer milagros creativos y traer sanidad a nuestras vidas en todos nuestros aspectos, circunstancias y situaciones.   

1 Juan 3:8. La Biblia de las Américas (LBLA). El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.

Dios se nos apareció en medio de nuestras circunstancias y de nuestras vidas para darnos el verdadero propósito de nuestra existencia para darnos vida, para que podamos crecer y desarrollarnos a la imagen de nuestro hermano mayor, de nuestro Señor Jesucristo, nuestro Salvador y Rey, pero es aquí donde necesitamos ser llenes de conocimiento espiritual, de entendimiento espiritual, y cumplir con nuestro nuevo rol que nos ha sido dado por su gracia y misericordia.

No estamos llamados a llevar una vida en vacaciones y sin responsabilidad, estamos llamados a llevar una vida como embajadores del reino de los cielos, debemos comportarnos como verdaderos hijos de Dios en todos nuestros pensamientos, en todas nuestras situaciones.

El pueblo de Dios no está libre de muchas situaciones de pobreza, enfermedad ni aflicción externa, pero el Señor considera el caso de cada uno de nosotros y envía las necesarias provisiones en toda circunstancia. Pero debemos hacerlo a la manera de Dios.

Este texto de hoy con el que iniciamos este estudio es particularmente hermoso para aquellos que ya no cuentan con sus padres pues Dios llega a ser así nuestro Padre. Por cierto, el mejor Padre que uno pudiera tener, pues es perfecto, amoroso, tierno, amable, tiene en cuenta nuestras circunstancias y algo especial: nos conoce más que nosotros mismos.

Conocer las cualidades de Dios y examinarlas nos da verdadero vigor para sentir su amor... agradecemos sus sabios consejos, su instrucción en la congregación, los hombres y mujeres que él ha puesto para ayudarnos en sentido espiritual, y toda la congregación de hermanos en el mundo. No tenemos palabras para agradecerle a Dios que nos tenga como sus hijos.

Veamos ahora la continuación del Salmo 27 en la situación de David y que nos sea como fortaleza para nuestras vidas en los tiempos que nos ha tocado vivir. Que sea la misma Palabra de Dios y el mismo Señor el Espíritu Santo dándonos fortaleza, sabiduría y dirección.

El joven David, después de un comienzo brillante sirviendo en el palacio del rey Saúl, llega a un momento en que tiene que huir. Pierde su trabajo. Pierde a su mujer Mical, la hija del rey. Huye de la ciudad y empieza a vivir un tiempo de gran soledad. Cuando el rey se organiza y envía soldados a detenerle, David también sufre acoso. Parece que no se puede fiar de nadie, que las mismas paredes tienen oídos.

Salmos 27. Traducción en lenguaje actual (TLA). Padre Celestial Tú proteges mi vida. Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor! Cuando mis malvados enemigos me atacan y amenazan con destruirme, son ellos los que tropiezan, son ellos los que caen. Me puede atacar un ejército, pero yo no siento miedo; me pueden hacer la guerra, pero yo mantengo la calma. Dios mío, sólo una cosa te pido, sólo una cosa deseo: déjame vivir en tu templo todos los días de mi vida, para contemplar tu hermosura y buscarte en oración.

Cuando vengan tiempos difíciles, tú me darás protección: me esconderás en tu templo, que es el lugar más seguro. Tú me darás la victoria sobre mis enemigos; yo, por mi parte, cantaré himnos en tu honor, y ofreceré en tu templo sacrificios de gratitud. Dios mío, te estoy llamando: ¡escúchame! Ten compasión de mí: ¡respóndeme!

Una voz interna me dice: «¡Busca a Dios!» Por eso te busco, Dios mío. Yo estoy a tu servicio. No te escondas de mí. No me rechaces. ¡Tú eres mi ayuda! Dios mío, no me dejes solo; no me abandones; ¡tú eres mi salvador! Mis padres podrán abandonarme, pero tú me adoptarás como hijo.

Dios mío, por causa de mis enemigos dime cómo quieres que viva y llévame por el buen camino. No dejes que mis enemigos hagan conmigo lo que quieran. Falsos testigos se levantan, me acusan y me amenazan. ¡Pero yo sé que viviré para disfrutar de tu bondad junto con todo tu pueblo! Por eso me armo de valor, y me digo a mí mismo: «Pon tu confianza en Dios. ¡Sí, pon tu confianza en él!»

David reconoce la gravedad de la situación: son personas empeñadas en hacer daño ("los malignos"), son muchos ("se juntaron contra mí"), se han organizado y están dispuestos a tomarse todo el tiempo necesario para conseguir lo que quieren, como si pusieran sitio contra una ciudad para tomarla ("aunque un ejército acampe contra mí"), y desean ensañarse con él para quitarle de en medio definitivamente ("para comer mis carnes"). Si David encuentra paz en el Señor a pesar de sus temores -tan bien fundadas- esto nos anima a pensar que nosotros también podremos.

Contemplar a Jesucristo por la fe es la prioridad frente a nuestras situaciones, a nuestras circunstancias y nuestra soledad, porque conlleva la respuesta a todos ellos. Las situaciones adversas y maldiciones como la enfermedad, la escasez, el rechazo, la separación de la familia, accidentes, el fracaso, entre otras, son fruto de la maldición en el mundo, y Jesucristo llevó toda la maldición por el pecado sobre sí en la cruz. El sufrió la soledad más intensamente que ninguno de nosotros cuando se quedó solo en el momento de entregar su vida en la cruz, y por tanto entiende perfectamente cómo duele la soledad.

Por eso, la petición constante del creyente es que resplandezca el rostro del Señor, es decir, que se manifiesten sus buenas intenciones para con sus hijos

Salmos 31:16. Nueva Biblia Viva (NBV). Que tu gracia brille sobre tu siervo; ¡sálvame tan sólo por tu misericordia!

Salmos 67:1. Nueva Biblia Viva (NBV). ¡Oh Dios, bendícenos por tu misericordia! ¡Que resplandezca tu rostro cuando nos miras desde lo alto!

Salmos 80:3. Nueva Biblia Viva (NBV). Restáuranos, oh Dios. Derrama sobre nosotros tu mirada; sólo entonces seremos salvos.

Eso es lo que busca David: no la solución inmediata a sus problemas, sino la confirmación del buen propósito de Dios. Porque si Dios está de su parte, todo se arreglará.

La ayuda de Dios se concreta cuando él pone personas a nuestro lado, cuando se concretan las circunstancias, cuando su favor llega a nuestras vidas, cuando cambian las situaciones. Por eso, David dice "mi ayuda has sido" y pide "no me dejes a estas alturas" porque es el Dios de su salvación, el Dios que le ha formado, le ha llamado, le ha dado oportunidades y ahora le ha salvado la vida.

Que se cumpla el plan de Dios para nuestras vidas es lo que necesitamos y es el deseo del corazón del Padre Celestial, del Señor Jesucristo, de nuestro Señor el Espíritu Santo.

Salmos 138:8. Nueva Biblia Viva (NBV). El Señor cumplirá sus planes para mi vida. Porque tu gran amor, Señor; es para siempre. No me abandones, pues tú me hiciste.

Bendiciones.

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