Salmos 27:10. Traducción en lenguaje actual (TLA). Mis padres podrán abandonarme, pero tú me adoptarás como
hijo.
Nuestro ideal como seres humanos es que podamos ser parte de la
familia de Dios, es por eso que se planeo y ejecutó el plan de salvación para
la humanidad; es por eso que nuestro Señor Jesucristo dio su vida para que
seamos adoptados por el Padre Celestial, pero lo más importante es que podamos
tener comprensión y entendimiento de ese acontecimiento, que podamos tener una
conciencia de nuestra nueva naturaleza.
En la condición de hijos de Dios hay beneficios y responsabilidades,
pero solo podemos vivir de esa manera cuando volvemos en sí, como el hijo
prodigo, cuando nuestro espíritu es vivificado y regenerado por la obra y la
presencia de nuestro Señor el Espíritu Santo.
Mateo 22:36-40. Nueva Biblia Viva (NBV). Señor, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley
de Moisés? Jesús respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y el más importante de
los mandamientos. El segundo es similar: “Amarás a tu prójimo con el mismo amor
con que te amas a ti mismo”. Los demás mandamientos y demandas de los profetas
se resumen en estos dos mandamientos que he mencionado. El que los cumpla
estará cumpliendo todos los demás.
Nuestra mente y nuestra forma de vivir deben ser transformados para
poder apreciar nuestra nueva naturaleza y nuestra nueva posición espiritual en
los lugares celestiales; necesitamos despertar espiritualmente a la realidad de
que el Padre Celestial nos ha rescatado de la muerte y condenación eterna, nos
ha hecho sus hijos y se ha hecho cargo de nosotros a partir del momento en que
decidimos entregar nuestras vidas al Señor Jesucristo.
Salmos 27:10. Dios Habla Hoy (DHH). Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tú, Señor, te
harás cargo de mí.
Pero podemos obtener todo lo que el Padre Celestial ha determinado acercándonos
por la fe al trono de la gracia para alcanzar ayuda y el oportuno socorro de
todas las adversidades y los ataques del diablo y sus demonios. Para eso
necesitamos que se nos abra la mente, que nos den entendimiento espiritual,
porque la mente natural y mucho menos la mente carnal, pueden comprender las
verdades espirituales de Dios y el evangelio eterno.
Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La
vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por
la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva,
santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No
vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su
manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la
voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es
perfecto.
Aquí vemos que el amor del Padre Celestial va mucho más allá de lo que
podemos ver o comprender, porque el que nos da de su su naturaleza para adoptarnos
como hijos de Dios; el nacer de nuevo del Espíritu Santo es el acontecimiento más glorioso que podamos experimentar
porque nos da la oportunidad de poder conocer al creador de todo lo que existe
en los cielos y en la tierra.
Juan 1:12. Dios Habla Hoy (DHH). Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les
concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios.
Muchos hombres y mujeres han contado con el amor y protección de
los padres terrenales y esa era la voluntad de Dios para todos, pero la maldad
y la falta de amor en los corazones de los seres humanos han desfigurado y
alejado a las personas de lo que es en realidad un hogar bendecido; a esto hay
que agregar un sin número de situaciones y circunstancias que rodean a la
humanidad por causa del pecado, como las maldiciones generacionales que traen
enfermedades, problemas, escasez y muchas más aflicciones que todos nos podemos
dar cuenta.
Muchos hombres y mujeres han tenido que vivir su vida sin padres o
con padres maltratadores, rodeados de personas que intentan dañar sus vidas, personas
que tienen en su corazón maldad, y que violan a los niños y niñas sólo por satisfacer
las inmundicias de su carne, hombres y mujeres que no les importa aún llegar a
asesinar con tal de satisfacer sus deseos.
Otros, aunque no fueron violados llegaron a ser menospreciados y
humillados, sin poder defenderse en los años tempranos de su vida en esta
tierra, todos estos y muchos más cómo vemos a diario en nuestras ciudades, en
nuestros países por los noticieros y el internet rodeados de injusticias sin
importar la edad, el sexo o su creencia religiosa.
Por eso es que Dios se acerca a nosotros, nos busca, nos perdona, nos
rescata, nos hace sus hijos, nos da una nueva naturaleza, nos vivifica, nos renueva,
nos regenera, nos bendice, nos apacienta, nos pastorea nos guía y dentro de
todo este proceso tenemos como hijos una responsabilidad en el reino de los
cielos, un compromiso de vivir a la altura de nuestro llamado y de nuestra
adopción.
Sea cual sea tu situación o la mía, debemos entender y comprender
que el Señor Jesucristo apareció en medio de nuestras vidas para destruir todas
las obras del diablo y sus consecuencias en nuestras vidas para que la gloria de
Dios nos llene toda nuestra existencia, sin importar tu edad, tus conocimientos
a la falta de ellos, tus posesiones a la escasez en la que hayas podido vivir,
es bueno para cada uno de nosotros abandonarnos en las manos y la voluntad de
Dios, abandonarnos en su gracia, abandonarnos en su amor y buena, agradable y perfecta
voluntad para nuestras vidas.
Jeremías 29:11-14. Nueva Biblia Viva
(NBV). Pues conozco los planes que para ustedes
tengo, dice el Señor. Son planes de bien y no de mal, para darles un futuro y
una esperanza. En aquellos días cuando oren, yo escucharé. Me hallarán cuando
me busquen, si con toda sinceridad me buscan. Sí, dice el Señor, me
hallarán y yo pondré fin a su esclavitud y restauraré su fortuna y los reuniré
de entre las naciones a donde los esparcí y los traeré de regreso a su casa y a
su patria.
Mateo 6:6. Nueva Biblia Viva (NBV). Pero cuando ustedes oren, háganlo a solas, a puerta
cerrada; y el Padre de ustedes, que conoce todos los secretos, los
recompensará.
Lo que Dios tiene para nosotros es mejor que los mejores planes
humanos, Él no se equivoca, es el Constructor y Arquitecto de todo lo que
existe en los cielos, el que hizo los querubines, los serafines, los arcángeles,
ángeles, el Creador de todo lo que existe en la tierra, el fue quien nos creó,
el que hizo nuestro espíritu, el que hizo nuestra alma con emociones, voluntad
y sentimientos, el que hizo nuestro cuerpo, el que puede hacer milagros
creativos y traer sanidad a nuestras vidas en todos nuestros aspectos, circunstancias
y situaciones.
1 Juan 3:8. La Biblia de las Américas
(LBLA). El que practica el pecado es del diablo,
porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con
este propósito: para destruir las obras del diablo.
Dios se nos apareció en medio de nuestras circunstancias y de
nuestras vidas para darnos el verdadero propósito de nuestra existencia para
darnos vida, para que podamos crecer y desarrollarnos a la imagen de nuestro hermano
mayor, de nuestro Señor Jesucristo, nuestro Salvador y Rey, pero es aquí donde
necesitamos ser llenes de conocimiento espiritual, de entendimiento espiritual,
y cumplir con nuestro nuevo rol que nos ha sido dado por su gracia y
misericordia.
No estamos llamados a llevar una vida en vacaciones y sin responsabilidad,
estamos llamados a llevar una vida como embajadores del reino de los cielos,
debemos comportarnos como verdaderos hijos de Dios en todos nuestros pensamientos,
en todas nuestras situaciones.
El pueblo de Dios no está libre de muchas situaciones de pobreza,
enfermedad ni aflicción externa, pero el Señor considera el caso de cada uno de
nosotros y envía las necesarias provisiones en toda circunstancia. Pero debemos
hacerlo a la manera de Dios.
Este texto de hoy con el que iniciamos este estudio es
particularmente hermoso para aquellos que ya no cuentan con sus padres pues Dios
llega a ser así nuestro Padre. Por cierto, el mejor Padre que uno pudiera
tener, pues es perfecto, amoroso, tierno, amable, tiene en cuenta nuestras
circunstancias y algo especial: nos conoce más que nosotros mismos.
Conocer las cualidades de Dios y examinarlas nos da verdadero vigor
para sentir su amor... agradecemos sus sabios consejos, su instrucción en la
congregación, los hombres y mujeres que él ha puesto para ayudarnos en sentido
espiritual, y toda la congregación de hermanos en el mundo. No tenemos palabras
para agradecerle a Dios que nos tenga como sus hijos.
Veamos ahora la continuación del Salmo
27
en la situación de David y que nos sea como fortaleza
para nuestras vidas en los tiempos que nos ha tocado vivir. Que sea la misma Palabra
de Dios y el mismo Señor el Espíritu Santo dándonos fortaleza, sabiduría y
dirección.
El joven David, después de un comienzo brillante sirviendo en el
palacio del rey Saúl, llega a un momento en que tiene que huir. Pierde su
trabajo. Pierde a su mujer Mical, la hija del rey. Huye de la ciudad y empieza
a vivir un tiempo de gran soledad. Cuando el rey se organiza y envía soldados a
detenerle, David también sufre acoso. Parece que no se puede fiar de nadie, que
las mismas paredes tienen oídos.
Salmos 27. Traducción en lenguaje actual
(TLA). Padre Celestial Tú proteges mi vida. Dios
mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien
protege mi vida; ¡nadie me infunde temor! Cuando mis malvados enemigos me
atacan y amenazan con destruirme, son ellos los que tropiezan, son ellos los
que caen. Me puede atacar un ejército, pero yo no siento miedo; me pueden hacer
la guerra, pero yo mantengo la calma. Dios mío, sólo una cosa te pido, sólo una
cosa deseo: déjame vivir en tu templo todos los días de mi vida, para
contemplar tu hermosura y buscarte en oración.
Cuando vengan tiempos
difíciles, tú me darás protección: me esconderás en tu templo, que es el lugar
más seguro. Tú me darás la victoria sobre mis enemigos; yo, por mi parte, cantaré
himnos en tu honor, y ofreceré en tu templo sacrificios de gratitud. Dios mío,
te estoy llamando: ¡escúchame! Ten compasión de mí: ¡respóndeme!
Una voz interna me dice: «¡Busca
a Dios!» Por eso te busco, Dios mío. Yo estoy a tu servicio. No te escondas de
mí. No me rechaces. ¡Tú eres mi ayuda! Dios mío, no me dejes solo; no me
abandones; ¡tú eres mi salvador! Mis padres podrán abandonarme, pero tú me
adoptarás como hijo.
Dios mío, por causa de mis
enemigos dime cómo quieres que viva y llévame por el buen camino. No dejes que
mis enemigos hagan conmigo lo que quieran. Falsos testigos se levantan, me
acusan y me amenazan. ¡Pero yo sé que viviré para disfrutar de tu bondad junto
con todo tu pueblo! Por eso me armo de valor, y me digo a mí mismo: «Pon tu
confianza en Dios. ¡Sí, pon tu confianza en él!»
David reconoce la gravedad de la situación: son personas empeñadas
en hacer daño ("los malignos"), son muchos ("se juntaron contra
mí"), se han organizado y están dispuestos a tomarse todo el tiempo
necesario para conseguir lo que quieren, como si pusieran sitio contra una
ciudad para tomarla ("aunque un ejército acampe contra mí"), y desean
ensañarse con él para quitarle de en medio definitivamente ("para comer
mis carnes"). Si David encuentra paz en el Señor a pesar de sus temores
-tan bien fundadas- esto nos anima a pensar que nosotros también podremos.
Contemplar a Jesucristo por la fe es la prioridad frente a nuestras
situaciones, a nuestras circunstancias y nuestra soledad, porque conlleva la
respuesta a todos ellos. Las situaciones adversas y maldiciones como la
enfermedad, la escasez, el rechazo, la separación de la familia, accidentes, el
fracaso, entre otras, son fruto de la maldición en el mundo, y Jesucristo llevó
toda la maldición por el pecado sobre sí en la cruz. El sufrió la soledad más
intensamente que ninguno de nosotros cuando se quedó solo en el momento de
entregar su vida en la cruz, y por tanto entiende perfectamente cómo duele la
soledad.
Por eso, la petición constante del creyente es que resplandezca el
rostro del Señor, es decir, que se manifiesten sus buenas intenciones para con
sus hijos
Salmos 31:16. Nueva Biblia Viva (NBV). Que tu gracia brille sobre tu siervo; ¡sálvame tan sólo
por tu misericordia!
Salmos 67:1. Nueva Biblia Viva (NBV). ¡Oh Dios, bendícenos por tu misericordia! ¡Que
resplandezca tu rostro cuando nos miras desde lo alto!
Salmos 80:3. Nueva Biblia Viva (NBV). Restáuranos, oh Dios. Derrama sobre nosotros tu mirada;
sólo entonces seremos salvos.
Eso es lo que busca David: no la solución inmediata a sus
problemas, sino la confirmación del buen propósito de Dios. Porque si Dios está
de su parte, todo se arreglará.
La ayuda de Dios se concreta cuando él pone personas a nuestro lado,
cuando se concretan las circunstancias, cuando su favor llega a nuestras vidas,
cuando cambian las situaciones. Por eso, David dice "mi ayuda has
sido" y pide "no me dejes a estas alturas" porque es el Dios de
su salvación, el Dios que le ha formado, le ha llamado, le ha dado
oportunidades y ahora le ha salvado la vida.
Que se cumpla el plan de Dios para nuestras vidas es lo que
necesitamos y es el deseo del corazón del Padre Celestial, del Señor Jesucristo,
de nuestro Señor el Espíritu Santo.
Salmos 138:8. Nueva Biblia Viva (NBV). El Señor
cumplirá sus planes para mi vida. Porque tu gran amor, Señor; es para siempre.
No me abandones, pues tú me hiciste.
Bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario