Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

SRV Clase 50. El Juicio De Satanás y Los Ángeles Caídos°


Es tiempo de sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina Valera: TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.

Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros,  propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

SRV Clase 50. El Juicio De Satanás y Los Ángeles Caídos por Lewis Sperry Chafer.


A. El juicio de Satanás en la cruz.

El conflicto entre Dios y Satanás comenzó con la caída de Satanás de su estado original de santidad mucho antes que Adán y Eva fueran creados (véase capítulo 22). A través de la historia del hombre, cayeron sobre Satanás varios juicios, incluyendo el juicio del Huerto de Edén que fue infligido a la serpiente y el pronunciamiento de Génesis 3:15 que anunciaba la caída definitiva de Satanás. Allí Satanás fue informado de que la simiente de la mujer «te herirá en la cabeza y tú le herirás el calcañal». Esto se refería al conflicto entre Satanás y Dios que trajo como resultado la crucifixión de Cristo. Aunque Cristo murió en la cruz, fue levantado de entre los muertos, y a esto se refiere el «tú le herirás el calcañal». Por contraste, Satanás sufrió una herida mortal que le significará su derrota total, expresada en la frase «te herirá en la cabeza». Cristo, en su muerte, logró una victoria duradera sobre Satanás.

En Juan 16:11 se hace referencia a esta misma verdad, donde Cristo señala que el Espíritu Santo, cuando venga, convencerá al mundo «de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado». El juicio de Satanás fue pronunciado en la cruz, y Satanás fue declarado culpable de rebelión contra Dios, lo que hizo necesario el sacrificio de Cristo con el fin de salvar a los hombres caídos.

Un incidente anterior en la vida de Cristo también anunció la victoria de Cristo sobre Satanás. Cuando regresaron los setenta que había enviado a predicar, ellos dijeron en Lucas 10:17: «Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre». Cristo les respondió: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo» (10:18). Este era un anuncio profético de la derrota final de Satanás.

B. Satanás, expulsado del cielo.

En el comienzo de la Gran Tribulación, cuarenta y dos meses antes de la segunda venida de Cristo, según Apocalipsis 12:7-9, ocurre una guerra en el cielo entre Miguel, el jefe de los santos ángeles, y Satanás, descrito como el dragón, y sus ángeles (llamados ángeles caídos). Satanás y los ángeles caídos son derrotados, y «fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él» (Ap. 12:9).

Ap. 12:7-9. 7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

Como se dice en Apocalipsis 12:10, Satanás ha estado incesantemente ocupado en acusar a los hermanos, y «los acusaba delante de nuestro Dios día y noche». La obra acusadora de Satanás se presenta por primera vez en las Escrituras en el libro de Job, y llega a su fin con el anuncio del juicio definitivo que habrá en su contra. A partir de este punto en el programa profético, aproximadamente cuarenta y dos meses antes de la segunda venida de Cristo, Satanás y los ángeles impíos quedan por fin excluidos del cielo.

Ap. 12:6. 6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

La derrota de Satanás, que comenzó cuando fue incapaz de tentar exitosamente a Cristo, hecha evidente por la expulsión de demonios realizada por Cristo y sus seguidores y asegurada por la muerte de Cristo en la cruz, ahora se acerca rápidamente a su clímax. Satanás, ya juzgado y declarado culpable, ahora está a punto de ver ejecutado el juicio en su contra.

C. Satanás, atado y echado en el abismo.

En la segunda venida de Cristo se ejecuta el juicio condenatorio no sólo sobre un mundo blasfemo y sus gobernadores, sino también sobre Satanás y los ángeles caídos. En Apocalipsis 20:1-3 Juan escribe: «Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.»

En esta gráfica visión se registra un nuevo avance en el juicio de Satanás. Juan no solamente ve a Satanás atado y arrojado en el abismo siendo confinado allí, sino que se da también la razón de esta acción. El propósito es que Satanás sea incapaz de engañar a las naciones hasta que se hayan cumplido mil años y haya llegado a su término el reino milenial. Aunque esta verdad se le da a Juan en una visión, la interpretación es clara. Satanás es incapacitado para que no engañe más al mundo como lo hizo desde que Adán y Eva fueron creados.

La presentación vívida de Satanás atado durante mil años —lo que dura el reinado de Cristo— es otra evidencia importante de que el reino milenial todavía es futuro y que no debe ser identificado con ningún reinado presente de Dios. En las Escrituras es muy obvio que Satanás ahora no está atado, como se vio en el estudio previo de Satanás (véase el capítulo 23). Cualquier cumplimiento literal de Apocalipsis 19 - 20 exige que ocurra primero la venida de Cristo e inmediatamente después sea atado Satanás.

Ap. 19:1-21. 1 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; 2 porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. 3 Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! 5Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. 6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. 9 Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. 10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

En Apocalipsis 20 se menciona seis veces el período de mil años, señalando los acontecimientos que la preceden y los que le suceden. El encadenamiento de Satanás ocurre, muy claramente, antes del comienzo de los mil años.

Ap. 20:1-15. 1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Aunque nada se dice en este pasaje acerca de los ángeles caídos, se puede suponer que en este punto también son confinados, así como también fueron expulsados del cielo junto con Satanás cuarenta y dos meses antes. En ningún pasaje milenial se habla de actividad satánica hasta el mismo fin, cuando Satanás es desatado por un poco de tiempo.

D. El juicio final de Satanás.

Apocalipsis 20:7 dice: «Cuando mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión.» El versículo siguiente declara que «saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar». Conducidos por Satanás, muestran ahora su verdadero color una multitud de personas que habían profesado sólo exteriormente seguir a Cristo. Estos son hijos nacidos en el milenio, forzados por las circunstancias a profesar fe en Cristo, pero realmente jamás habían tenido el nuevo nacimiento. Ahora, en abierta rebelión, «rodean el campamento de los santos y la ciudad amada», Jerusalén. Su suerte es un juicio inmediato y, según Apocalipsis 20:9, «de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió».

Según el versículo 10, inmediatamente después, «el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos». Esta es la condenación final de Satanás, porque su destino es el fuego eterno preparado por Dios para el diablo y sus ángeles.

Mt. 25:41. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Los ángeles caídos también son juzgados, porque siguieron la rebelión original de Satanás contra Dios.

Is. 14:12-17. 12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. 16 Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; 17 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?

Ez. 28:12-19. 12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. 15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. 19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

Según 2 Pedro 2:4, «Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio». El infierno aquí se refiere al Tártaro, lugar de castigo eterno, y no al Hades, donde van los muertos impíos antes de ser, arrojados en el lago de fuego.

Ap. 20:13-14. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

El juicio de los ángeles también se menciona en Judas 6, donde se hace la siguiente revelación: «Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.» Cuando esta afirmación se pone al lado de otros pasajes que se refieren a la caída y el juicio de Satanás y los ángeles impíos, se ve claramente que —aunque Satanás y algunos de los ángeles tienen una cierta medida de libertad y debido a ello conduce a una guerra incesante contra los santos ángeles y el pueblo de Dios sobre la tierra— hay ángeles que están encadenados y no tienen libertad. Sin embargo, todos están destinados para el juicio del gran día, refiriéndose al juicio de Satanás y todos los ángeles caídos que ocurrirá al final del reino milenial.

Aunque en la providencia de Dios Satanás y los ángeles caídos han ejercido gran poder e influencia en el mundo y se han opuesto incesantemente a Dios, su derrota final es cierta y el juicio eterno la seguirá. Sin embargo, los cristianos afligidos por Satanás, como Job en el Antiguo Testamento, pueden descansar en el hecho de que su victoria final está asegurada y que los enemigos de Dios serán juzgados a su debido tiempo. El hecho de que la bestia y el falso profeta hayan sido echados en el lago de fuego al iniciarse el milenio y aún estén allí cuando éste termina, demuestra que el castigo es sin fin. Las Escrituras enseñan claramente que hay sólo dos resultados finales en los juicios, uno la eterna bienaventuranza del cielo y el otro el tormento sin fin en el lago de fuego.

PREGUNTAS

1. ¿Qué predicción de la derrota final de Satanás se dio en Edén?

2. ¿Qué indicación hizo Cristo acerca de la derrota final de Satanás en Lucas 10:18 y Juan 16:11?

3. Describir la guerra que ocurre en el cielo entre Miguel y Satanás, y su resultado.

4. ¿Qué ha estado haciendo Satanás en el cielo a través de la historia del hombre?

5. Describir la caída de Satanás al comienzo del milenio.

6. ¿Cuán literalmente debemos tomar el encadenamiento de Satanás, y cómo afecta al reino milenial?

7. ¿Cuál es el resultado de haber desatado a Satanás al final del milenio?

8. Describir a los que se unen a Satanás en contra de Cristo al final del milenio.

9. ¿Cuál es el resultado de la rebelión?

10. Describir el juicio final de Satanás y el de los ángeles caídos.


11. ¿Cómo pueden estar seguros de la victoria final los cristianos en medio de los conflictos espirituales?

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