Es tiempo de
sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y
la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que
empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina
Valera: TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.
Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las
doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución, redención,
reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación,
regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del
creyente con Cristo. Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la
iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y
ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la Biblia:
principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia,
la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios
finales y el estado eterno.
SRV Clase 50.
El Juicio De Satanás y Los Ángeles Caídos por Lewis Sperry Chafer.
A. El juicio de Satanás en la cruz.
El conflicto entre Dios y
Satanás comenzó con la caída de Satanás de su estado original de santidad mucho
antes que Adán y Eva fueran creados (véase capítulo 22). A través de la historia
del hombre, cayeron sobre Satanás varios juicios, incluyendo el juicio del
Huerto de Edén que fue infligido a la serpiente y el pronunciamiento de Génesis 3:15 que anunciaba la caída definitiva de Satanás. Allí
Satanás fue informado de que la simiente de la mujer «te herirá en la cabeza y tú le herirás el calcañal». Esto se refería al conflicto entre Satanás y Dios que
trajo como resultado la crucifixión de Cristo. Aunque Cristo murió en la cruz,
fue levantado de entre los muertos, y a esto se refiere el «tú le herirás el calcañal». Por contraste, Satanás sufrió una herida mortal que le
significará su derrota total, expresada en la frase «te herirá en la cabeza». Cristo, en su muerte, logró una victoria duradera sobre
Satanás.
En Juan 16:11 se hace referencia a esta misma verdad, donde Cristo
señala que el Espíritu Santo, cuando venga, convencerá al mundo «de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido
ya juzgado». El juicio de Satanás fue
pronunciado en la cruz, y Satanás fue declarado culpable de rebelión contra
Dios, lo que hizo necesario el sacrificio de Cristo con el fin de salvar a los
hombres caídos.
Un incidente anterior en
la vida de Cristo también anunció la victoria de Cristo sobre Satanás. Cuando
regresaron los setenta que había enviado a predicar, ellos dijeron en Lucas 10:17: «Señor, aun los demonios se
nos sujetan en tu nombre». Cristo les respondió: «Yo veía a Satanás caer del
cielo como un rayo» (10:18). Este era un anuncio profético de la derrota final
de Satanás.
B. Satanás, expulsado del cielo.
En el comienzo de la Gran
Tribulación, cuarenta y dos meses antes de la segunda venida de Cristo, según Apocalipsis 12:7-9,
ocurre una guerra en el cielo entre Miguel, el jefe de los santos ángeles, y
Satanás, descrito como el dragón, y sus ángeles (llamados ángeles caídos).
Satanás y los ángeles caídos son derrotados, y «fue lanzado fuera el gran
dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al
mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él» (Ap. 12:9).
Ap. 12:7-9. 7 Después hubo una gran batalla en el
cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y
sus ángeles; 8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el
cielo. 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama
diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y
sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Entonces oí una gran voz en el cielo,
que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios,
y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de
nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Como se dice en Apocalipsis 12:10,
Satanás ha estado incesantemente ocupado en acusar a los hermanos, y «los acusaba delante de
nuestro Dios día y noche». La obra acusadora de
Satanás se presenta por primera vez en las Escrituras en el libro de Job, y
llega a su fin con el anuncio del juicio definitivo que habrá en su contra. A
partir de este punto en el programa profético, aproximadamente cuarenta y dos
meses antes de la segunda venida de Cristo, Satanás y los ángeles impíos quedan
por fin excluidos del cielo.
Ap. 12:6. 6 Y la mujer huyó al desierto,
donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil
doscientos sesenta días.
La derrota de Satanás,
que comenzó cuando fue incapaz de tentar exitosamente a Cristo, hecha evidente
por la expulsión de demonios realizada por Cristo y sus seguidores y asegurada
por la muerte de Cristo en la cruz, ahora se acerca rápidamente a su clímax.
Satanás, ya juzgado y declarado culpable, ahora está a punto de ver ejecutado
el juicio en su contra.
C. Satanás, atado y echado en el abismo.
En la segunda venida de
Cristo se ejecuta el juicio condenatorio no sólo sobre un mundo blasfemo y sus
gobernadores, sino también sobre Satanás y los ángeles caídos. En Apocalipsis 20:1-3 Juan escribe: «Vi a
un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en
la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás,
y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo y lo encerró, y puso su sello
sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos
mil años; después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.»
En esta gráfica visión se
registra un nuevo avance en el juicio de Satanás. Juan no solamente ve a
Satanás atado y arrojado en el abismo siendo confinado allí, sino que se da
también la razón de esta acción. El propósito es que Satanás sea incapaz de
engañar a las naciones hasta que se hayan cumplido mil años y haya llegado a su
término el reino milenial. Aunque esta verdad se le da a Juan en una visión, la
interpretación es clara. Satanás es incapacitado para que no engañe más al
mundo como lo hizo desde que Adán y Eva fueron creados.
La presentación vívida de
Satanás atado durante mil años —lo que dura el reinado de Cristo— es otra
evidencia importante de que el reino milenial todavía es futuro y que no debe
ser identificado con ningún reinado presente de Dios. En las Escrituras es muy
obvio que Satanás ahora no está atado, como se vio en el estudio previo de
Satanás (véase el capítulo 23).
Cualquier cumplimiento literal de Apocalipsis 19 - 20 exige que ocurra primero
la venida de Cristo e inmediatamente después sea atado Satanás.
Ap. 19:1-21. 1 Después de esto oí una gran voz de gran
multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder
son del Señor Dios nuestro; 2 porque sus juicios son verdaderos y justos; pues
ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y
ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. 3 Otra vez dijeron:
¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 4 Y los
veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron
a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! 5Y salió del
trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le
teméis, así pequeños como grandes. 6 Y oí como la voz de una gran multitud,
como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía:
¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7 Gocémonos y
alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino
fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de
los santos. 9 Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados
a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de
Dios. 10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo
hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de
Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la
profecía. 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el
que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y
tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de
una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos
celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos
blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las
naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del
furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo
tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 17 Y vi a un ángel
que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que
vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para
que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de
caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y
grandes. 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos,
reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.
20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho
delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron
la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados
vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron
muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas
las aves se saciaron de las carnes de ellos.
En Apocalipsis 20 se menciona seis veces el período de mil años, señalando
los acontecimientos que la preceden y los que le suceden. El encadenamiento de
Satanás ocurre, muy claramente, antes del comienzo de los mil años.
Ap. 20:1-15. 1 Vi a un ángel que descendía del cielo,
con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón,
la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo
arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase
más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe
ser desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos
los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían
adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes
ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Pero los otros
muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la
primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán
sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 7 Cuando los mil
años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las
naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin
de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los
santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde
estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los
siglos de los siglos. 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en
él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se
encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante
Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el
libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que
había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos;
y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados
al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito
en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Aunque nada se dice en
este pasaje acerca de los ángeles caídos, se puede suponer que en este punto
también son confinados, así como también fueron expulsados del cielo junto con
Satanás cuarenta y dos meses antes. En ningún pasaje milenial se habla de
actividad satánica hasta el mismo fin, cuando Satanás es desatado por un poco
de tiempo.
D. El juicio final de Satanás.
Apocalipsis 20:7 dice: «Cuando mil años se cumplan, Satanás será suelto de su
prisión.» El versículo siguiente declara
que «saldrá a engañar a las naciones que
están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de
congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar». Conducidos por Satanás, muestran ahora su verdadero
color una multitud de personas que habían profesado sólo exteriormente seguir a
Cristo. Estos son hijos nacidos en el milenio, forzados por las circunstancias
a profesar fe en Cristo, pero realmente jamás habían tenido el nuevo
nacimiento. Ahora, en abierta rebelión, «rodean
el campamento de los santos y la ciudad amada», Jerusalén. Su suerte es un juicio inmediato y, según Apocalipsis
20:9, «de
Dios descendió fuego del cielo, y los consumió».
Según el versículo 10,
inmediatamente después, «el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago
de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán
atormentados día y noche por los siglos de los siglos».
Esta es la condenación final de Satanás, porque su destino es el fuego eterno
preparado por Dios para el diablo y sus ángeles.
Mt. 25:41. Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles.
Los ángeles caídos
también son juzgados, porque siguieron la rebelión original de Satanás contra
Dios.
Is. 14:12-17. 12 ¡Cómo
caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú
que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al
cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el
monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de
las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15 Mas tú derribado eres hasta
el Seol, a los lados del abismo. 16 Se inclinarán hacia ti los que te vean, te
contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que
trastornaba los reinos; 17 que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades,
que a sus presos nunca abrió la cárcel?
Ez. 28:12-19. 12 Hijo de hombre, levanta
endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el
sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 13 En Edén,
en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de
cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo,
esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados
para ti en el día de tu creación. 14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse
en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te
paseabas. 15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado,
hasta que se halló en ti maldad. 16 A causa de la multitud de tus
contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del
monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín
protector. 17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu
sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los
reyes te pondré para que miren en ti. 18 Con la multitud de tus maldades y con
la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué
fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la
tierra a los ojos de todos los que te miran. 19 Todos los que te conocieron de
entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre
dejarás de ser.
Según 2 Pedro 2:4, «Dios no perdonó a los ángeles
que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de
oscuridad, para ser reservados al juicio». El
infierno aquí se refiere al Tártaro, lugar de castigo eterno, y no al Hades,
donde van los muertos impíos antes de ser, arrojados en el lago de fuego.
Ap. 20:13-14. 13 Y el mar
entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la
muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego.
El juicio de los ángeles
también se menciona en Judas 6, donde se hace la siguiente revelación: «Y a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado
bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.» Cuando
esta afirmación se pone al lado de otros pasajes que se refieren a la caída y
el juicio de Satanás y los ángeles impíos, se ve claramente que —aunque Satanás
y algunos de los ángeles tienen una cierta medida de libertad y debido a ello
conduce a una guerra incesante contra los santos ángeles y el pueblo de Dios
sobre la tierra— hay ángeles que están encadenados y no tienen libertad. Sin
embargo, todos están destinados para el juicio del gran día, refiriéndose al
juicio de Satanás y todos los ángeles caídos que ocurrirá al final del reino
milenial.
Aunque en la providencia
de Dios Satanás y los ángeles caídos han ejercido gran poder e influencia en el
mundo y se han opuesto incesantemente a Dios, su derrota final es cierta y el
juicio eterno la seguirá. Sin embargo, los cristianos afligidos por Satanás,
como Job en el Antiguo Testamento, pueden descansar en el hecho de que su
victoria final está asegurada y que los enemigos de Dios serán juzgados a su
debido tiempo. El hecho de que la bestia y el falso profeta hayan sido echados
en el lago de fuego al iniciarse el milenio y aún estén allí cuando éste
termina, demuestra que el castigo es sin fin. Las Escrituras enseñan claramente
que hay sólo dos resultados finales en los juicios, uno la eterna
bienaventuranza del cielo y el otro el tormento sin fin en el lago de fuego.
PREGUNTAS
1. ¿Qué predicción de la
derrota final de Satanás se dio en Edén?
2. ¿Qué indicación hizo
Cristo acerca de la derrota final de Satanás en Lucas 10:18 y Juan 16:11?
3. Describir la guerra
que ocurre en el cielo entre Miguel y Satanás, y su resultado.
4. ¿Qué ha estado
haciendo Satanás en el cielo a través de la historia del hombre?
5. Describir la caída de
Satanás al comienzo del milenio.
6. ¿Cuán literalmente
debemos tomar el encadenamiento de Satanás, y cómo afecta al reino milenial?
7. ¿Cuál es el resultado
de haber desatado a Satanás al final del milenio?
8. Describir a los que se
unen a Satanás en contra de Cristo al final del milenio.
9. ¿Cuál es el resultado
de la rebelión?
10. Describir el juicio
final de Satanás y el de los ángeles caídos.
11. ¿Cómo pueden estar
seguros de la victoria final los cristianos en medio de los conflictos
espirituales?
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