Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Jesucristo es nuestra fuerza°




Dios tiene planes y propósitos para cada ser humano como lo podemos ver a través de la cita bíblica de. Nuestro Dios es amoroso y muy paciente, pero no permitirá que su pueblo more en incredulidad. Jeremías 29:11-14. La Biblia de las Américas (LBLA) “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. “Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. “Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón. “Me dejaré hallar de vosotros” —declara el Señor— “y restauraré vuestro bienestar y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os expulsé” —declara el Señor— “y os traeré de nuevo al lugar de donde os envié al destierro.”

Quizás te puedas identificar con algunas de las situaciones que voy a describir a través de pasajes y personajes de la Biblia; si es así entonces vamos a poder recibir consolación a través de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo.

Te sientes sólo, abandonado, te han traicionado, te han menospreciado, te han olvidado, te han dado por muerto en lo que tiene que ver con tus sueños, tus anhelos, tus metas, el ministerio que sientes que te ha dado el Señor. ¿Has sufrido persecución espiritual y física por causa de tu fe? Aún tus familiares te han dado la espalda o los que creías que eran tus amigos y amigas desaparecieron. ¿Has vivido situaciones de prueba económica y laboral, de enfermedad, de soledad? ¿Has encontrado falsos creyentes, (engañadores y engañadoras) que tienen apariencia de piedad y amor pero que en realidad son lobos disfrazados con corazones secos por falta del verdadero amor que proviene de Dios y que vienen con malas intenciones a tu vida para destruirte?

Isaías 43 La Biblia de las Américas (LBLA) Dios, único libertador de Israel. Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; he dado a Egipto por tu rescate, a Cus y a Seba en lugar tuyo. Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia, y del occidente te reuniré. Diré al norte: “Entrégalos;” y al sur: “No los retengas.” Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra, a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.

Tengo una buena noticia para ti y para mí acompañada de promesas de parte de Dios. Dios usa las pruebas y adversidades para enseñarnos humildad, para darnos consuelo y para su gloria. También para despertar nuestro espíritu y que nos aferremos al Señor y su Palabra con la ayuda del Espíritu Santo con un único objetivo 1 Pedro 1:9. La Biblia de las Américas (LBLA) Obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas.

Hoy veremos por la Escrituras más respuestas a las preguntas: Para que Dios permite las aflicciones en nuestra vida. Si estas en un desierto puede ser porque estás dentro de los planes de Dios. El propósito de Dios es tratar con nuestras vidas para que no te quedes en el desierto. Podemos llegar a engañarnos con la prosperidad y la ambición personal porque es un error que todo ser humano tiende a cometer cuando empezamos a vernos con un poco de ventaja sobre cualquier adversidad. No debemos llegar a sentirnos satisfechos con nosotros mismos y pensar que por nuestra fuerza logramos estas cosas.

El plan de Dios tienen un propósito: Prepararnos para las bendiciones porque para ver el Arco Iris, primero tenemos que soportar la lluvia. Debemos comprender el propósito que Dios tiene con las pruebas y de qué manera, podemos aprender a beneficiarnos porque son la antesala de las bendiciones.

Deuteronomio 8:2. Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos.

Podemos ver que por su poder y amor, recibimos provisión, no solo en medio de las pruebas sino cuando hemos atravesado exitosamente los desiertos. El recuerdo de las experiencias vividas en el desierto ofrece un nuevo motivo para despertar los recuerdos de la bondad de Dios. Esta humillación no es un castigo, sino que tiene valor educativo, es amor de Padre. La fidelidad al Señor no se demuestra hasta que no pasa por la prueba de la adversidad. Ahí se ve si es auténtica esa fidelidad. Él quiere saber cómo está tu corazón y tu actitud. Sabemos que el corazón es propenso a seguir sus propios caminos. Dios te pone al límite de tus posibilidades para saber si puede contar contigo. Ya sabemos que tenemos libre albedrío. La obediencia a Dios es un asunto voluntad y de corazón. Las pruebas revelan lo que hay en nuestro corazón y nos preparan para las bendiciones. En las adversidades, es difícil llevar una vida de obediencia absoluta.

Deuteronomio 8:3. Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.

La palabra “humillarte” en hebreo significa estar literalmente “pasando hambre, sin nada”. La humillación de Israel fue su pobreza, su falta de recurso económico y es el problema de mucha gente hoy en día. Israel aprendió a confiar en Dios y depender de la provisión divina. Cada día tenían que creer que Dios iba a proveer el pan, fue una gran prueba. Dios le permitió experimentar el hambre. Siempre en medio de las pruebas Dios nos provee.

El Señor Jesucristo citó este texto en Mateo 4:4 cuando confrontó las tentaciones de Satanás en el desierto. Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”

A Moisés lo sacó Dios del desierto, para gobernar a su pueblo. (Éxodo 3:1-10), y fue conocido como el hombre más humilde de la tierra.

Elías anduvo por el desierto y luego Dios habló con Él. (1 Reyes  19:4-15), estando en el desierto deseó morirse hasta que el ángel del Señor lo alimento, y fue conocido como el profeta de fuego.

David estuvo mucho tiempo en el desierto antes de ser Rey. (1 Samuel 23:14-18), (2 Samuel 5:3), después de estar mucho tiempo exiliado por el desierto, fue el rey más grande de Israel, y a Jesús se le dice “hijo de David”, no hijo de Abraham, o hijo de Jacob.

Jesús antes de comenzar su ministerio pasó por el desierto. (Mateo 4:1-11), y después comenzó un ministerio que aun dura (más de 2000 años), redimiéndonos de la muerte con el acto de amor más grande jamás conocido.

Muchos vamos a tener que pasar por la prueba del desierto. Cuando hablamos de maná, hablamos de alimento espiritual, la palabra de Dios, el alma no puede vivir sin la cantidad diaria de la palabra de Dios. En (1 Pedro 2:2) declara que la Palabra de Dios es tan esencial para el creyente como la leche para un niño.

Deuteronomio 8:4. Tu ropa no se gastó sobre ti, ni se hinchó tu pie durante estos cuarenta años. (Bendiciones silenciosas) A veces no nos damos cuenta pero no se nos rompen las cosas materiales. Casi nunca notamos ni agradecemos a Dios cuando nuestro automóvil no se descompone, nuestras ropas no se desgarran, ni se rompen nuestras herramientas. Recuerde agradecer a Dios estas bendiciones silenciosas. Dios provee todo lo que necesitas: Dios marcha junto a nosotros. Dios nos protege.

Deuteronomio 8:5. Por tanto, debes comprender en tu corazón que el SEÑOR tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo. Dios te estaba disciplinando: La palabra “disciplinar” en el hebreo, quiere decir “educar”. Por medio de las pruebas, Dios nos disciplina.

Deuteronomio 8:6. Guardarás, pues, los mandamientos del SEÑOR tu Dios, para andar en sus caminos y para temerle. "Guardaras los mandamientos", "andarás en sus caminos" y "temerás al Señor", en este versículo enfatiza antes de recibir las bendiciones lo que ha de ser normal en nuestra vida y a veces no lo es, tres condiciones que cuando las pasamos por alto, nos pueden llevar a un desierto en nuestra vida, por eso hace énfasis en este versículo que si hacemos esto parte de nuestra vida disfrutaremos de lo que viene del versículo 7 al 10, las bendiciones de ser aprobado por Dios.

Deuteronomio 8:7. Porque el SEÑOR tu Dios te trae a una tierra buena, a una tierra de corrientes de aguas, de fuentes y manantiales que fluyen por valles y colinas. Esta abundancia de “agua=Bendición”. Cuando pasamos con éxito la prueba que Él Padre nos ha puesto, dejaremos atrás la pobreza tanto física como espiritual, y disfrutaremos de las riquezas de la nueva tierra. Las bendiciones no pueden llevarnos a olvidar el propósito que tuvo Dios con las pruebas. Tierra de corrientes de aguas, de fuertes y manantiales: Gran variedad de bendiciones te van a llegar. Comunión con Dios. Trabajo. Felicidad con los tuyos. Fortaleza espiritual. Las cosas se te pondrán de cara sin saber cómo. En fin las cosas te vendrán como si las empujara un torrente de agua.

Deuteronomio 8:8. Una tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados; una tierra de aceite de oliva y miel. Estos frutos son producto de la bendición y se consiguen cuando pasas el desierto, porque en el desierto no hay fruta ni flores.

Deuteronomio 8:9. Una tierra donde comerás el pan sin escasez, donde nada te faltará; una tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes puedes sacar cobre. La palabra en hebreo traducida escasez se traduce como “pobreza”. "Pan sin escasez" y "nada te faltara", sin problemas de ninguna clase.

Deuteronomio 8:10. Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás al SEÑOR tu Dios por la buena tierra que Él te ha dado. (Formas verbales que te aseguran que lo tendrás, lo disfrutarás y lo recibirás) Las pruebas en el plan de Dios están ligadas a las bendiciones. Siempre las bendiciones de Dios sobrepasan nuestras expectativas. Buena tierra: (Cuando sales del desierto). La palabra declara que el Señor te trae una buena tierra. Con esto quiero decir que el Señor después de la prueba, te trae un tiempo de importantes bendiciones de la tierra buena salen buenas cosechas.

Acuérdate que el desierto pasará y que gozaras de lo que Dios te prometió. Porque en el desierto se curten los buenos soldados. Porque en el desierto aprenderás a valorar lo poco como si fuera mucho. Cuando conquistes alguna meta en tu vida no te olvides que es por la Gracia de Dios, por lo tanto debes de agradecerle esa bendición. Recordar en las oraciones la bondad de Dios para con ustedes.

La experiencia de Israel en el desierto fue una prueba de fe que sirvió para humillarla como te puede servir a ti para aprender a confiar en Dios. Dios tiene un propósito en medio de las pruebas que nos sobrevienen:

Atravesar el desierto. Doblegar el orgullo. Aprender de los periodos de escasez. Él es fiel en cada momento de nuestra vida. Mateo 6:25-30. La Biblia de las Américas (LBLA) Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? 

Cuando hayamos sido abundantemente bendecidos, no podemos olvidar quién fue el que lo hizo: Nuestro Padre celestial. Recuerda que aunque estés cansado y lleno de arena, Jesús también paso por eso. Y te dice en esta noche:

Apocalipsis 3:19. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. Filipenses 4:19. Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Ahora bien, si todo creyente va a pasar por tiempos de prueba, la pregunta que debemos hacer es, ¿cómo podremos soportar esos tiempos de prueba?   En 1 Pedro 1:8-9, el apóstol indica CUATRO cosas que son importantes, si queremos triunfar sobre las pruebas:

1. AMAR A CRISTO (“a quien amáis sin haberle visto”, v.8a) La primera característica del creyente es que AMA a Cristo.  Pedro amaba mucho al Señor; lo valoraba mucho, como lo expresa en 1 Pedro 2:7 (“él es precioso”).  Pero lo que parece sorprender a Pedro es que los creyentes a quienes él estaba escribiendo, amaban al Señor a pesar de nunca haberlo visto. ¿Cómo es posible que el creyente ame al Señor, a pesar de nunca haberlo visto?  Bueno, Juan lo explica, en 1 Juan 4:19, “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”.  Habiendo experimentado el amor del Señor (Su perdón, Su gracia, Su misericordia, etc.), nosotros sentimos un profundo afecto por Él.   Y es ese amor que nos lleva a sacrificarnos por Él.

Por ejemplo, antes de conocer a Cristo, Pablo era un hombre orgulloso, que valoraba muchas cosas de sí mismo.  Los menciona en Filipenses 3:5-6 – circuncidado según la ley, de sangre judía, de la tribu de Benjamín, fariseo, etc.  Sin embargo, cuando conoció al Señor, la actitud de Pablo cambió rotundamente.  Por eso afirma, ahora como creyente, Filipenses 3:7-8. “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.   

Para el creyente, Cristo es el “tesoro escondido” (Mateo 13:44).  Y es el amor a Él que le lleva al creyente a estar dispuesta a vender todo lo que tenga, con tal de poder ganar ese Tesoro. Él es también ‘la perla de gran precio’ (Mat 13:45-46).  Con tal de obtenerlo, ningún sacrificio es demasiado grande.  Se vende todo lo que uno tiene, con tal de ganar esa Perla.

Ahora, es esta clase de amor que le ayuda al creyente a soportar las pruebas.  Miren lo que leemos en Hechos 5:41.  Los apóstoles (Pedro y Juan) habían sido arrestados y azotados.  El Sanedrín (el “concilio”) les había prohibido predicar más el evangelio de Cristo.  ¿Cuál fue la  reacción de los apóstoles?  Lucas nos dice que “ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre”.  Vemos, aquí, como el amor el Señor les ayudó a salir triunfantes de este tiempo de prueba. La realidad es que nos amamos demasiado a nosotros mismos, y por eso fallamos muchas veces en las pruebas. Pidamos a Dios que nos conceda un amor más sincero, serio y profundo.

2. CREER EN CRISTO (“en quien creyendo…”, v.8b) La segunda característica del creyente es que CREE en Cristo.  Su fe viene a ser tan importante, que es por medio de ella que Dios nos salva (Efesios 2:8; 1 Pedro 1:5).  La fe también es muy importante para salir victoriosos en tiempos de prueba. Juan afirma, “esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4).

Sin embargo, es importante aprender esta lección: si queremos soportar tiempos de prueba, y salir victoriosos de ellos, ¡necesitamos fortalecer nuestra fe!   Y esto encaja perfectamente con el contexto del pasaje que estamos estudiando en esta parte del mensaje.  En 1 Pedro 1:5-7, el apóstol indica que tiempos de prueba venían pero que el propósito de esas pruebas era fortalecer su fe.  Dado a que somos salvos y guardados por la fe, esa fe debe ser genuina y fuerte.  Y es justo para ayudarnos a entender qué clase de fe tenemos, y para fortalecer esa fe, que Dios permite pruebas en nuestras vidas.  Las pruebas evalúan la calidad de fe que tenemos, y también la fortalece (si es que es una fe genuina).

3. EXPERIMENTAR PROFUNDO GOZO (“os alegráis con gozo inefable y glorioso”, v.8c) Una tercera característica del creyente es que se GOZA en Cristo.  A los creyentes en Filipos, Pablo los exhorta, “Regocijaos en el Señor siempre.  Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4). Pero, ¿es posible gozarse en tiempos de prueba?   Parece que sí, porque eso es precisamente lo que Cristo nos manda hacer.  En las Bienaventuranzas de Mateo 5, Cristo termina diciendo, “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia…Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.  Gozaos y alegraos…” (Mat 5:10-12).

Quizá Pedro estaba recordando estas palabras del Señor, cuando redactó su epístola, diciendo: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo…” (1 Pedro 4:12-13).

4. OBTENER LA SALVACIÓN (“obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación…”, v.9) Una cuarta característica de verdadero creyente es que está seguro de su salvación. ¡YA ES SALVO! Ya ha sido resucitado con Cristo; ya está sentado con Cristo en lugares celestiales; ya está reinando con Cristo (Efesios 2:5-6. La Biblia de las Américas (LBLA). Aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó, y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo JesúsPablo expresa la seguridad de la salvación en la siguiente manera en Romanos 8:30: “A los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.

El creyente está esperando su salvación. La espera con seguridad. Y es esa ‘esperanza’ que le trae gozo, aun en medio de las pruebas. Todo esto es un anticipo de la salvación Apocalipsis 19:6-7 La Biblia de las Américas (LBLA) Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Por ende, el creyente que experimenta estas cosas (amor, fe, gozo, en tiempos de prueba), ya está experimentando algo de la salvación final. ¡Ya lo tiene por adelantado! Y esa experiencia es lo que le ayuda a salir victorioso de los momentos difíciles de su vida.

¿Tenemos esta esperanza firmemente en nuestros corazones? ¿Sirve como un ancla en las pruebas? Si somos creyentes, podemos estar seguros que tendremos pruebas a lo largo de nuestras vidas. La pregunta es, ¿Cómo vamos a responder ante estas pruebas?   ¿Saldremos victoriosos? Bendiciones.


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