Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Obedeciendo a la voz de Dios°


Cuántas veces hemos tratado de obedecer a Dios y nos frustramos por darnos cuenta que hacemos lo contrario, en nuestro corazón esta una fuerte pasión por obedecer, sin embargo, cuantas veces caemos, ya sea en un pecado, un mal hábito, en una actitud que nos causa problemas, un círculo vicioso, hasta nos enojamos con Dios y decimos, ¿cómo puedo obedecer a Dios?

La biblia nos enseña que la obediencia de cada uno de nosotros, es lo que más le gusta a Dios; él nos creó con libre albedrío y lo que más espera de nosotros es precisamente que le obedezcamos.

Dios se agrada cuando le obedecemos de todo corazón, esto es, hacer cualquier cosa que Dios pide sin titubeos ni reservas, obedeces inmediatamente. Todos los padres saben que la obediencia retrasada en realidad es desobediencia.

Dios no tiene que darnos ninguna explicación por las cosas que nos pide hacer: entender sus razones puede esperar, pero el obedecerle no. La obediencia instantánea te enseñara más de Dios que una vida entera de discusiones bíblicas, es más, nunca podrás comprender algunos mandamientos hasta que primero los obedezcas, la obediencia es la llave para comprenderlos.

Esta es la actitud de David: " Dios mío, enséñame a cumplir tus mandamientos, pues obedecerlos me hace feliz; ¡los cumpliré toda mi vida! Aclara mi entendimiento, y los seguiré de todo corazón." (Salmos 199:33 TLA)

Santiago, al enseñar a unos cristianos, les dijo, "...Dios aprueba a un hombre no solamente por la fe que tenga, sino también por lo que haga". (Santiago 2:24 PDT)

La palabra de Dios es clara al decir que no podemos ganarnos la salvación, solo la obtenemos por gracia, no por nuestros esfuerzos. Como hijo de Dios. Tú traes placer a tu padre celestial a través de la obediencia, cualquier acto de obediencia también es un acto de adoración. Nuestra obediencia es necesaria para obtener la santidad que nos acerca a la presencia de Dios. Hebreos 12:14. La Biblia de las Américas (LBLA). Exhortación a la fidelidad. Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

1 Samuel 15:22. Reina-Valera 1960. Y Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio y el prestar atención, que la grosura de los carneros.

Dios se complace más en la obediencia que en cualquier cosa, sin embargo, el hombre lo primero que hizo después de ser creado fue precisamente lo contrario, desobedecer la voz de Dios. Obedecer es saber escuchar.

La palabra obedecer viene de “oboedire”, y significa en latín “escuchar”. Si no podemos escuchar las instrucciones que nos dan, no podremos obedecerlas. Nunca te has preguntado, ¿qué parte de “más del árbol del bien y del mal, no comerás” no entendieron Adán y Eva? No obedecieron porque no escucharon esa parte, tal vez estaban ocupados cumpliendo con la parte que si escucharon muy, pero muy bien, la de fructificad y multiplicaos, pero esa partecita de no comerás de este árbol, al no prestarle atención, fue fácil que la serpiente confundiera a Eva y terminaran desobedeciendo a Dios.

Dios nos da ordenanzas para vivir mejor, porque no guardar sus mandamientos, traerá consecuencias, y es precisamente esas consecuencias las que Dios quiere evitarnos, obedecer trae satisfacciones y bendiciones, sobre todas las cosas nos acerca a la presencia de Dios que es lo que él quiere para nosotros, que nuestras almas no se pierdan en el infierno.

Deuteronomio 4:6. Reina-Valera 1960. “Así que guardadlos y ponedlos por obra, porque esta será vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos que al escuchar todos estos estatutos, dirán: “Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente”

Dios quiere que cuando obedezcamos sus estatutos seamos ejemplo de una vida en abundancia, una vida plena, una vida que demuestre que escuchamos la voz de Dios, que tenemos comunión con él; esa es la base de conocerle, mantener una comunión que nos lleve a dar frutos, y los frutos se verán al obedecer su voz, esto también es parte de una vida de adoración.

¿Que nos impide obedecer? Gálatas 5:7. Reina-Valera 1960. “Vosotros corríais bien, ¿quién os impidió obedecer a la verdad?” Es muy probable que no estemos obedeciendo porque no estamos escuchando la voz de Dios, la vida de un cristiano depende de escuchar la voz de Dios, mantener comunión, cuando adoramos, nos acercamos a su presencia, y es en la adoración cuando podemos escucharle.

Dios no me habla solo en la adoración, pero, recordemos que adorar no solo es música, adorar no solo es asistir a la congregación, adorar no solo es un momento espiritual, adorar es un estilo de vida; debemos mantener una vida sensible a la voz de Dios, permite que Dios te hable de muchas maneras, es muy probable que en tu pensamiento creas que tienes monólogos con Dios, seguramente has pensado que no te habla, pero recuerda el usa muchas maneras para hablarte, lo importante es ser sensible a su voz.

Te animo a mantener una actitud correcta a la voz de Dios, cuando él te hable, ya sea a través de la Biblia, de un canto, una conferencia, una persona, etc. recuerda, escucha su voz, cree y obedece.

Esfuérzate por escuchar la voz de Dios. Es en su presencia, en el lugar secreto, donde se te facilitara poder escuchar su voz, aprender a ser sensible, porque necesitas practicarlo, recuerda cuando Samuel escucho por primera vez la voz de Dios, se confundió pensando que era el Sacerdote Eli quien le llamaba, y solo al continuar, pudo aprender a escuchar la voz, y llegar a tener un corazón sensible, todos necesitamos tener un corazón sensible y permitirnos escuchar la voz de Dios en un sinfín de maneras.

Toma un tiempo y medita cuantas veces no has obedecido por no haber prestado atención a la voz de Dios, medita en las consecuencias que ha tenido para ti no ser sensible a la voz de Dios y ahora, llévalo delante de su presencia, pídele a Dios sensibilidad para tus oídos espirituales, date otra oportunidad de obedecer, adórale con la convicción de que el obedecer es una manera en la que vas a agradar a Dios y es una forma más de mantener comunión, cuando pases más tiempo en su presencia, te aseguro que escucharas más claramente su voz y es allí donde tomaras la fuerza para obedecer, porque recuerda, él se fortalece en nuestras debilidades, cuando le damos la oportunidad de que trabaje en nuestras vidas.

Escucha la voz de Dios y obedécela, es el mejor consejo que puedo darte, obedecer es una de las mejores maneras de demostrarle nuestra adoración y nuestro amor. Juan 14:15. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.

Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy. La vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No  vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Salmos 40:8. Reina-Valera 1960. El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón.

Isaías 26:3-4. Reina-Valera 1960. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.

Otro ejemplo del obedecer la Palabra de Dios lo vemos en la vida del rey Nabucodonosor. La Biblia dice en Daniel capítulo 4 que Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo un sueño que le turbó, de modo que mandó llamar al profeta Daniel para que le interpretase su sueño. Daniel le dijo que le sucedería lo siguiente al rey por causa de su orgullo: Daniel 4. La Biblia de las Américas. Sueño y locura de Nabucodonosor. 1 Nabucodonosor, rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Que abunde vuestra paz. 2 Me ha parecido bien declarar las señales y maravillas que ha hecho conmigo el Dios Altísimo. 3 ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán poderosas sus maravillas! Su reino es un reino eterno, y su dominio de generación en generación. 4 Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y próspero en mi palacio. 5 Tuve un sueño que me hizo temblar; y estas fantasías, estando en mi cama, y las visiones de mi mente me aterraron. 6 Por lo cual di órdenes que trajeran ante mí a todos los sabios de Babilonia para que me dieran a conocer la interpretación del sueño. 7 Entonces vinieron los magos, los encantadores, los caldeos y los adivinos y les conté el sueño; pero no pudieron darme su interpretación. 8 Pero al fin vino ante mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, en quien está el espíritu de los dioses santos, y yo le  conté el sueño, diciendo: 9 “Oh Beltsasar, jefe de los magos, ya que sé que en ti está el espíritu de los dioses santos y que ningún misterio te confunde, declárame las visiones del sueño que he visto, y su interpretación.

Un año después, cuando Nabucodonosor estaba paseando por su palacio real el sueño se convirtió en realidad: La Biblia dice en Daniel 4:30 que el rey habló con gran orgullo diciendo: “¿No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué como residencia real, con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando descendió una voz del cielo: “A ti se te dice, oh rey Nabucodonosor, que el reino ha sido quitado de ti….con los animales del campo será tu morada. Te darán de comer hierba como a los bueyes. Siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo es Señor del reino de los hombres y que lo da a quien quiere”. En la misma hora se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor.”

Una cita semejante a la de Nabucodonosor se ha encontrado, aparte de la Biblia, que es casi idéntica a esta afirmación de Daniel 4:30. La inscripción conocida como la inscripción de La Casa del Este de la India deja constancia de las actividades de construcción de Nabucodonosor en Babilonia y afirma lo siguiente:

“Mi nombre será recordado a lo largo de toda la historia durante todas las épocas debido a que convertí Babilonia y Esagila en una poderosa fortaleza.”

La grandeza de Babilonia también fue mencionada por el historiador griego Herodoto, que visitó Babilonia noventa años después del reinado de Nabucodonosor. En sus escritos dice que se sintió turbado y asombrado por la enorme cantidad de oro que había en Babilonia. Dijo que todas las paredes de Babilonia estaban cubiertas de una capa de oro. Nabucodonosor estaba convencido de que había sido su propia mano la que había creado una ciudad tan magnífica y que él mismo gobernaba de manera suprema, pero Dios hizo que este poderoso gobernante se volviese loco durante siete estaciones con el propósito de enseñarle una lección, a fin de que supiese que Dios es el que reina Supremo.

Daniel 4:24-26. Reina-Valera 1960. “esta es, oh rey, la interpretación: Es un decreto del Altísimo que ha caído sobre mi señor el rey. A ti te echarán de entre los hombres, y junto con los animales del campo estará tu morada. Te darán de comer hierba, como a los bueyes, y serás mojado con el rocío del cielo. Siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo es Señor del reino de los hombres y que lo da a quien quiere. Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra el tronco de las raíces del árbol, significa que tu reino continuará firme después que tú reconozcas que el señorío es de los cielos”.

A este rey le pasaron muchas circunstancias difíciles por su orgullo y dureza de corazón en reconocer que Dios es sobre todos y todas las cosas. Ese mismo principio lo vemos en la vida de muchos, que hasta que no volvamos nuestra mirada y corazón hacia el Señor muchas situaciones quedarán estancadas, muchas puertas cerradas. Es un cambio de decisión, es colocar en nuestro corazón el obedecer a su Palabra, obedecer sus mandamientos.

Jeremías 29:11-14. Reina-Valera 1960. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.

Daniel 4:34-37. Reina-Valera 1960. “Pero al cabo de los días yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo; y me fue devuelta la razón. Entonces bendije al Altísimo; alabé y glorifiqué al que vive para siempre. Porque su señorío es eterno, y su reino de generación en generación. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada. El hace según su voluntad con el ejército del cielo y con los habitantes de la tierra. No hay quien detenga su mano ni quien le diga: ‘¿Qué haces?’… Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey de los cielos, porque todas sus obras son verdad y sus caminos son justicia. Él puede humillar a los que andan con soberbia.”

El gran ejemplo de obediencia y sujeción viene de parte de nuestro Señor Jesucristo. Él nos fortalecerá en nuestras decisiones y en nuestros caminos. Esta escrito que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Nuestro deber es alinear nuestra mente, nuestros pensamientos y nuestros deseos con la voluntad de Dios porque él sólo quiere lo mejor para nosotros quienes hemos creído en él.

“Dios mío, enséñame a cumplir tus mandamientos, pues obedecerlos me hace feliz; ¡los cumpliré toda mi vida! Aclara mi entendimiento, y los seguiré de todo corazón.” (Salmos 119:33-35 TLA)

Mateo 26:36-39, 42. Reina-Valera 1960. “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.”

El sentir de Jesucristo, la actitud de obedecer a Dios, era “NO SEA COMO YO QUIERO SINO COMO TÚ”. Ese es el sentir que nos dice la Palabra de Dios que debemos de tener. No como nosotros queramos, sino como Dios quiere. Es fácil ser obediente cuando todo va por el camino que queremos. Cuando Dios nos da el deseo de nuestro corazón, lo recibimos con mucha alegría. Sin embargo, ¿qué hacemos cuando las cosas no suceden así? ¿Cómo reaccionamos cuando los planes del Señor parecen diferir de los nuestros? Ahí está la diferencia entre el ser obediente y desobediente. 

En tiempos felices es fácil mantenernos. La felicidad, no es lo que causa la caída de la gente de la segunda categoría de la parábola del sembrador. De lo contrario, como Jesús dijo: “reciben la Palabra CON GOZO” (Lucas 8:13). Pero este no perdura. En la primer tribulación, caen (Mateo 13:21, Lucas 8:13). Cuando lo que Dios quiere para nosotros no es lo que nosotros quisiéramos, la voluntad desobediente huirá, mientras que la obediente permanecerá, diciendo: “si no…..hágase tu voluntad”. 



Ánimo hermanos y hermanas, esforcémonos por entrar por la puerta estrecha a la presencia de Dios, recordando todo el tiempo que nos ha dejado al bendito y poderoso Espíritu Santo para ayudarnos, enseñarnos, guiarnos y fortalecernos mientras que estemos como peregrinos y extranjeros en esta tierra.  Bendiciones.

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