En Dios tenemos
esperanza, salvación, vida eterna, perdón de pecados, compasión, misericordia,
restauración, sanidad de nuestra alma, sanidad de nuestras emociones, sanidad
de nuestro cuerpo, provisión, dones y un ministerio entre otras muchas bendiciones
para quienes hemos creído a su Palabra y que somos enseñados por su Espíritu
Santo para llegar a nuestro destino eterno que estar por siempre ante la presencia
de Dios Padre.
2 Corintios 5:17. (PDT). Si
alguien está unido a Cristo, hay una nueva creación. Lo viejo ha desaparecido y
todo queda renovado.
¿Qué significa ser
nueva criatura en Cristo?, en el momento en el que creemos en Cristo, hay una
transformación espiritual, ¡todo cambia! Es cuestión de fe no de vista. El paso
más grande de fe que podemos tomar en nuestras vidas es creer lo que Dios dice
acerca de quién es Jesucristo y aceptarle como nuestro Señor y Salvador. La
experiencia con Jesús nos transforma por completo. Hay hombres en la Biblia que
fueron transformados al tener un encuentro con Jesús.
Vemos por ejemplo, a
Pedro, que luego de su conversión aún su sombra sanaba a los enfermos. Juan, se
convirtió en el apóstol del amor. La mujer samaritana, se convirtió en testigo
de la verdad luego del encuentro con Jesús en el pozo. Saulo, el cruel
perseguidor de los cristianos, se convirtió en Pablo, uno de los misioneros que
más aportó a la difusión del Evangelio de Jesucristo. Estos y otros más, no
volvieron a ser los mismos luego de su encuentro con Jesús.
Veamos algunas de
esas verdades en Cristo que nos ayudan a afirmarnos en la nueva vida preparada
para nosotros desde antes de la fundación del mundo:
Primera verdad: nuestro pasado pecaminoso no existe. 1 Juan 1:9. Dios Habla Hoy (DHH). Pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en
que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda
maldad.
Segunda verdad: el futuro está contemplado dentro de los
planes y propósitos de Dios. Jeremías
29:11-14. Dios Habla Hoy (DHH). Yo sé los planes
que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de
darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes
me invocarán, y vendrán a mí en oración y yo los escucharé. Me buscarán y me
encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. Sí, yo dejaré que ustedes me
encuentren, y haré que cambie su suerte: los sacaré de todas las naciones y de
todos los lugares por donde los dispersé, y los reuniré y haré que vuelvan a
este lugar de donde los desterré. Yo, el Señor, lo afirmo.
Tercera verdad: lo que realmente tenemos es el presente que
Dios nos permite vivir a cada instante y es por eso que lo debemos construir en
la roca que es Cristo como nos enseña la Biblia. 1 Juan 2:6. Dios Habla Hoy (DHH). El que
dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo.
Cuarta verdad. Una vida que agrade a Dios no la podemos
llevar a cabo en nuestros esfuerzos humanos, intelectuales o tradicionales, ni
mucho menos con actos y creencias religiosos. Es Dios mismo a través de su
Espíritu Santo quien coloca el querer como el hacer. Filipenses 2:13. Dios Habla Hoy (DHH). Pues
Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los
buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo.
Quinta verdad: como creyentes, discípulos o cristianos tenemos
una gran responsabilidad delante del Señor, y es a amarle y a obedecerle de
acuerdo a su voluntad revelada en la Biblia. Juan 14:15. Dios Habla Hoy (DHH). Si ustedes me aman, obedecerán mis
mandamientos.
Sexta verdad: tenemos a favor nuestro, al Señor el Espíritu
Santo, para pastorearnos y guiarnos por el camino; el mismo es el que nos da la
vida de Dios y nos regenera a través de la Palabra de Dios y de la revelación
de nuestro Salvador Jesucristo. Juan 14:16-17.
Traducción en lenguaje actual (TLA). Y yo le pediré a Dios el Padre que les envíe al Espíritu
Santo, para que siempre los ayude y siempre esté con ustedes. Él les enseñará
lo que es la verdad. Los que no creen en Dios y sólo se preocupan por lo que
pasa en este mundo, no pueden recibir al Espíritu, porque no lo ven ni lo
conocen. Pero ustedes sí lo conocen, porque está con ustedes, y siempre estará
en medio de ustedes.
Séptima verdad: es nuestro deber caminar en obediencia en
toda nuestra manera de vivir para alcanzar las promesas y que la presencia de
Dios este con nosotros en todo tiempo. Romanos
12:1-2. Traducción en lenguaje actual (TLA). Por
eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que
dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es
como se le debe adorar. Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario,
cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios
quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.
Pablo nos exhorta a
vivir de una manera diferente a la que estamos viviendo actualmente y dejar de
lado nuestra vieja manera de vivir. Esta vieja forma de vida pecaminosa es
porque no conocemos el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y no nos damos
cuenta que el Señor mora en nuestras vidas todos los días. La nueva vida en Cristo
significa cambiar de actitud frente a la manera actual de pensar y actuar. En
Cristo la vida tiene una nueva dimensión y una calidad de vivirla. Esta nueva
vida comienza desde el momento en que creemos en Cristo y le aceptamos como
nuestro Señor y Salvador, reconociendo nuestras faltas y arrepintiéndonos de
corazón.
Este nuevo estado de
nuestra vida es un nuevo estilo de vida, donde en nuestro ser no puede haber
cabida para Dios y para el diablo a la vez. Decimos juntamente con el apóstol
Pablo: “Para
mí el vivir es Cristo” “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Filipenses
1:21; Gálatas 2:20b). Ahora bien, si Cristo vive en mí, entonces debemos
tener el mismo sentir de Él, como lo señala Pablo en su carta a los Filipenses (Filipenses 2:5). Es tener sentimientos
de amor, de bondad, humildad y compasión por los demás.
No es correcto decir
que somos creyentes cristianos, pero que en la práctica nuestros hechos y
palabras desdicen esa nueva vida en Cristo. De ahí que la vida cristiana no es
sólo una postura o un hermoso enunciado; es vivir en Cristo.
Debemos despojarnos
del viejo ser y vestirnos del nuevo ser. Eso implica dejar de mentir, no
airarnos en demasía, no dar lugar al diablo, no robar, no hablar palabras
corrompidas, no apagar el Espíritu Santo de Dios, no amargarnos, no enojarnos,
no tener ira, ni gritería y maledicencia,
y toda malicia (Efesios 4:25-31).
Debemos ser benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a
otros, así como Dios nos ha perdonado a través de Cristo. Pablo nos exhorta a
ser imitadores de Dios como hijos muy queridos y andar en amor, así como Cristo
nos amó entregándose en sacrifico por nosotros como una ofrenda.
En esta nueva vida en
Cristo debemos tener la mente de Cristo y pensar en: todo lo que es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de alabanza
(Filipenses 4:8). Para que
así de esa manera podamos dar un buen testimonio consagrado al Señor y ser la
sal y la luz del mundo. Mateo 5:13-16. Traducción
en lenguaje actual (TLA). La sal y la luz del mundo. Ustedes son como la sal que se pone en el
horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no
sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee. Ustedes
son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la
parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara
para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto
para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, la
conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece
a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el
Padre de ustedes que está en el cielo.
Dios tiene un
propósito para nuestras vidas. Correr la carrera es reconocer que el propósito
de Dios para nuestra vida es lo que importa, y el hacerlo nuestra prioridad
número uno es descubrir y completar este propósito. Hebreos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). Por
eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado
su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y
corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra
mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona.
Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque
sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la
derecha del trono de Dios.
Cada uno de nosotros
somos llamados por Dios a jugar un rol único en su propósito para la historia
de la humanidad. Así que ahora el punto no es de quienes estamos dispuestos o
no de correr la carrera que tenemos por delante.
Esta carrera cristiana
requiere resistencia (paciencia) de parte de cada uno de nosotros, requiere
perseverancia. Mateo 10:22. (RVR1960). Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas
el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Esta carrera es más
parecida a una maratón. Empieza en el momento en que recibes a Cristo y
finaliza cuando mueres o cuando Cristo retorna. Y el camino no es plano;
atraviesa todo tipo de montes y obstáculos. Esta carrera no requiere
velocidades supersónicas, requiere resistencia.
Paciencia significa
“permanecer allí”. Es perseverancia, aferrarse, rehusando abandonar sin
importar la fatiga y otras presiones para hacerlo. La resistencia junto a su
sinónimo “makrothumia” (paciencia / sufrimiento largo), es un tema clave en la
carta a los Hebreos. El autor usa esta palabra cuatro veces en este pasaje y
dedica otros dos pasajes a este tema (6:9-20; 10:32-39). Estos dos términos se
usan más de 70 veces en el NT, porque es
una cualidad de carácter muy importante para la vida cristiana.
Debemos mantener un
enfoque mental y espiritual de acuerdo a las verdades de la Palabra de Dios al
correr la carrera de Dios. Hay todo tipo de distracciones que intentaran
desviarnos del camino de Dios, tratando de convencernos de abandonar la
carrera, nuestra nueva vida en Cristo. Es por eso que debemos fortalecernos y
hacer valer nuestro compromiso con Cristo de haberle aceptado como nuestro
Señor y Salvador. En el siguiente texto vemos la exhortación de Pablo la cual
es muy válida para nuestra vida.
Colosenses 3:1-17. Versión. Dios Habla Hoy (DHH). Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con
Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de
Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes
murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la
vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos
de gloria.
Hagan, pues, morir todo lo que hay de
terrenal en ustedes: que nadie cometa inmoralidades sexuales, ni haga cosas
impuras, ni siga sus pasiones y malos deseos, ni se deje llevar por la avaricia
(que es una forma de idolatría). Por estas cosas viene el terrible castigo de
Dios sobre aquellos que no lo obedecen; y en su vida pasada ustedes las hacían.
Pero ahora dejen todo eso: el enojo, la pasión, la maldad, los insultos y las
palabras indecentes. No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han
despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían, y se han
revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a
imagen de Dios, su Creador, para llegar a conocerlo plenamente. Ya no tiene
importancia el ser griego o judío, el estar circuncidado o no estarlo, el ser
extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.
Dios los ama a ustedes y los ha escogido
para que pertenezcan al pueblo santo. Revístanse de sentimientos de compasión,
bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Sopórtense unos a otros, y
perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó,
perdonen también ustedes. Sobre todo revístanse de amor, que es el lazo de la
perfecta unión. Y que la paz de Cristo reine en sus corazones, porque con este
propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos.
Que el mensaje de Cristo permanezca siempre
en ustedes con todas sus riquezas. Instrúyanse y amonéstense unos a otros con
toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos
espirituales. Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor
Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
Dejo a continuación
una carta que por muchos años he compartido con personas y que a mi vida han
sido de fortaleza e inspiración por contener esencia de las verdades del Señor,
esta tiene como título:
“SE FUERTE”.
Gracias te doy Señor
cuando me alientas para hacer los momentos difíciles más fáciles. No hay más
fortaleza que la del Espíritu de Dios. No fundes tus fuerzas en los demás, sólo
en el SEÑOR. Aprende a bastarte a ti
mismo y serás el vencedor y no el vencido. Arráncale triunfos a la vida y no
derrotas; todo infortunio ha de darte una lección para el porvenir; cada nuevo
día que se te da es un regalo para crecer, amar y compartir.
Siempre ten presente
que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco y los días se convierten en
años…. Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad;
tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás de cada línea de
llegada hay uno de partida; detrás de cada logro hay otro desafío; mientras
estés vivo, siéntete vivo; si extrañas lo que alguna vez hiciste, vuelve a
hacerlo; no vivas de fotos amarillas…. Sigue aunque todos esperen que
abandones, no dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de
lástima te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota; cuando
no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar, usa el bastón, pero nunca
te detengas.
Vuelve a empezar
aunque sientas el cansancio, aunque el triunfo te abandone, aunque el error te
lastime, aunque una traición te hiera, aunque una ilusión se apague, aunque
ignoren tus esfuerzos, aunque la ingratitud sea la paga, aunque todo te parezca
nada…… ¡vuelve a empezar! Porque sólo las personas como tú le permiten al mundo
avanzar. ¡Ánimo! Comienza y recomienza siempre, no te dejes vencer de la
indiferencia. Si caíste levántate y vuelve a empezar; si te equivocaste, párate
y recomienza, si no lograste educar tu voluntad empieza de nuevo. ¡No pierdas
los ánimos jamás! Tal vez al concluir la lucha queden cicatrices que serán tu
gloria delante de DIOS. ¡Esfuérzate! no triunfa en la vida quien nunca tuvo
momentos difíciles……Triunfa quien los tuvo y supo superarlos. Todo lo puedes en
Jesús que te fortalece y recuerda que DIOS en su amor Omnipotente siempre tiene
preparadas para ti la ayuda y la fuerza que tú necesitas.
Ten presente que él
siempre tiene sus brazos abiertos para recibirte, porque el que a él va no le
hecha fuera, ya que él dijo: venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados y yo os haré descansar.
No temas porque yo estoy contigo, no
desmayes porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías
41:10. Mira que te mando que te esfuerces y seas
valiente; no temas ni desmayes porque el Señor tu Dios estará contigo
dondequiera que vayas. Josué 1:9.
Siempre en nuestras
vidas o las de otros, necesitaremos de palabras de fortaleza y motivación
interna para afrontar los retos que se nos presentan a diario en todas nuestras
áreas; es por eso que no deberíamos dejar de compartir estos mensajes con
aquellas personas que lo necesitan y leerlas a diario como si fuera medicina
para nosotros mismos.
La mejor manera de
planear nuestro futuro es organizar nuestro presente. El primero que debe
convencerse de que algo es posible es uno mismo. Para tener éxito en cualquier
desempeño debes poseer un sueño y perseguirlo con energía, capacidad y perseverancia
(Tenacidad)… la vida demás de éxitos trae consigo problemas y fracasos. La
tenacidad no es sino la capacidad de enfrentar la adversidad y no acobardarse
ante los tropiezos. Recuerda que todo aquello de lo que disponemos en la
actualidad se consideró un imposible en el pasado.
Bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario