Romanos 8:19. RVR1960. Porque
el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos
de Dios.
En estos momentos hay
una gran necesidad de hombres y mujeres que se preparen para toda buena obra
como nos lo enseña la Biblia en la segunda carta a Timoteo capítulo 3. Hombres
y mujeres que se preparen para asumir un liderazgo en cada uno de los lugares
en los que viven, trabajan y estudian, un liderazgo al interior de cada hogar y
familia; un liderazgo moral y espiritual, guiado por la Palabra de Dios y el
Espíritu Santo. Personas con la presencia y la llenura del Señor, con corazones
dispuestos para servir con amor, misericordia y rectitud.
Juan 15:1-17. RVR1960. Yo soy
la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve
más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced
en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si
no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí
nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y
se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así
mis discípulos.
Como el Padre me ha amado, así también yo
os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre,
y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en
vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis
unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno
ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os
mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor;
pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he
dado a conocer.
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo
os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro
fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os
lo dé. Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Hemos sido rescatados
para salvación y vida eterna, hemos sido elegidos para ser sanados, restaurados
en todas nuestras áreas, Dios mismo nos ha elegido para llenarnos de su
Palabra, para llenarnos de su Espíritu Santo, para llenarnos de sabiduría, de
entendimiento, de amor, de misericordia y compasión; somos llamados a prepararnos
para ser instrumentos en las manos de Dios y de esa manera alcanzar a la mayor
cantidad de personas a través del evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
1 Pedro 2:9-10. RVR1960. Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero
que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado
misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
La maldad, la
depravación, la anarquía, la rebelión, la avaricia, el sadismo, la falta de
misericordia, la falta de perdón, la venganza, el odio, el amor por el mundo y
las cosas que este ofrece como fama, riqueza, placeres malvados y torcidos,
vicios de toda clase entre muchas obras de maldad siguen en aumento en todas
las naciones como se aprecia a través de los canales de noticias y del
internet; todo esto es cumplimiento de las profecías para los postreros días y a
nosotros nos ha correspondido vivir y conocer del Señor Jesucristo y su
evangelio en estos tiempos.
2 Timoteo 3:1-9. RVR1960. También
debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque
habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural,
implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. Porque
de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas
cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre
están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la
manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a
la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. Mas
no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también
lo fue la de aquéllos.
Dios está esperando que
se levante una generación que esté dispuesta a creerle al Señor y su Palabra,
una generación con un actitud como la de Josué y Caleb. Dios es verdadero y lo
que Él dice es la última palabra, es el Creador de todos y de todas las cosas,
es el Eterno. En ocasiones, cuando alguno de sus hijos tiene muy en claro la
voluntad de Dios y el llamado ministerial para sus vidas pueden asumir la
conquista de las promesas que le han sido dadas en Cristo, lo que Él le ha dado, a cada persona. Es
entonces que debemos estar dispuestos a asumir los retos y a enfrentar todas
las circunstancias que se nos presenten para ver en nuestras vidas y la de
nuestras familias los planes y propósitos de Dios de manera palpable, para ver
la gloria de Dios en medio nuestro.
Jeremías 29:11-14. RVR1960. Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos
de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y
vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me
buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y
haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos
los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde
os hice llevar.
Caleb no era tanto un hombre de una gran fe, sino un
hombre de fe en un gran Dios. Su valentía descansaba en su conocimiento de
Dios, no en la confianza de Israel para conquistar la tierra.
Nosotros a menudo
basamos nuestras decisiones en lo que los demás están haciendo. En realidad
tenemos la actitud de los diez espías, y se la pasamos al resto del pueblo.
Frente a las circunstancias la mayoría de las veces preguntamos a expertos en
el tema, a amigos; pero evitamos por completo preguntar qué dice Dios sobre el
mismo asunto. El mismo Dios que guio y dio seguridad extrema a Caleb y a Josué,
es el mismo que anhela darnos a nosotros lo mismo.
2 Timoteo 3:10-17. RVR1960. Pero
tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor,
paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en
Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha
librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo
Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de
mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has
aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la
niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para
la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada
por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra.
El líder cristiano es
la persona dedicada a producir un despertamiento moral y social; con esto en
mente dedica su vida a Cristo comparte el amor de Dios con todos los hombres en
todas partes y enseña a otros a hacer lo mismo. La mejor forma de recibir el futuro
es hacer un buen presente y olvidar el pasado.
Daniel 12:1-4. RVR1960. En
aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los
hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo
gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los
que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de
la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y
confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del
firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a
perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta
el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se
aumentará.
La más grande empresa del Universo, la empresa de Dios
requiere para su departamento de proclamación personas que reúnan los
siguientes requisitos.
Personas valientes
que crean en Dios y que estén dispuestas a servirle aunque se le caiga el mundo
encima. Personas que digan siempre la verdad, toda la verdad y nada más que la
verdad aunque por ello tengan que perder la simpatía y el afecto de quienes lo
rodean. Personas que huyan de las pasiones juveniles y que tengan el firme
propósito de no contaminarse con las costumbres de un mundo corrompido.
Personas que tengan
en su corazón una profunda vocación de servicio a su prójimo y una
determinación completa de agradar a Dios por encima de todo. Personas que estén
listas en donde el Señor de la empresa así lo determine sin pensar en su
comodidad, ni en sus intereses personales. Personas que se atrevan a vivir y
hablar como Dios lo manda aunque sean tildados de locos, fanáticos, rebeldes o
peligrosos. Personas que estén dispuestos a perderlo todo, que duerman menos,
que trabajen más, que hablen poco y sirvan mucho.
Personas que se
muevan siempre con la sinceridad de Dios y no con la diplomacia e hipócrita
conveniencia de los hombres. Personas honradas, ejemplares y comprometidas con
los valores cristianos que nuestra sociedad ha extraviado. Personas que se
preparen para dirigir los destinos del país, no con la soberbia de grandes
reyes, sino con la actitud de grandes servidores.
Si usted llena estos
requisitos será bienvenido a esta gigantesca empresa de Dios, en ella se
trabaja para conquistar el mundo entero con el único mensaje que puede salvarlo
y para decirle a los hombres que no todo está perdido, que Jesucristo es el
camino, la verdad y la vida. Si hay vacantes, esta es una gran oportunidad y no
hay otra igual. Necesitamos un liderazgo que ame y no que manipule, que sirva y
no que lucre, que comparta y no que amarre, que anime y no que oprima, que
levante y no que aplaste.
Veamos algunos
principios que debemos tener en cuenta para avanzar en la voluntad de Dios para
nuestras vidas.
Esforcémonos. Ningún
vencedor avanza en medio de las circunstancias adversas de la vida, a menos que
aporte una alta cuota de esfuerzo. Cuando Josué, el conquistador de la Tierra
Prometida, se encontraba en el umbral de entrar a territorios en poder de
poderosos enemigos, Dios lo instó a esforzarse y a seguir adelante aun cuando
arrecien las condiciones difíciles. El Señor lo animó y le dijo: "Sé fuerte
y valiente (...)."(Josué 1:6 NTV). Si avanzamos, con decisión,
valentía y esfuerzo, no solo aseguramos que superaremos los obstáculos sino
que, además, nos prepararemos para llegar a nuevos niveles. Los vencedores son
dinámicos, no estáticos. Siempre tienen nuevos proyectos que emprender. No se
resignan.
Definamos planes específicos. Cuando Dios llamó a
Josué a asumir una actitud valerosa y emprendedora, tal como leímos en Josué
1:6, 7, 9 también enfatizó en atender las instrucciones impartidas por Moisés
con antelación; es decir, avanzar hacia una meta específica. Quien no tiene
metas, no llega a ninguna parte. Si
vamos de un lado a otro, sin poner la mirada en el objetivo que procuramos
lograr, lo más probable es que nos desviaremos de la línea final. Planificar es
esencial para alcanzar grandes metas.
Aprendamos y asumamos principios y valores. En medio de una
sociedad en crisis como aquella en la que nos desenvolvemos, es fundamental que
aprendamos y pongamos en práctica principios y valores. Constituyen los
cimientos para llegar a nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual, y
para alcanzar grandes metas. Las bases
principales que aprendemos, se encuentran en la Biblia. Dios recordó a Josué la
necesidad de tener presente esas pautas de vida que aseguran el éxito en todo
cuanto emprendamos: "Estudia constantemente este libro de instrucción.
Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí
está escrito. Sólo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas."(Josué
9, Nueva Traducción Viviente). La mayoría de las personas que alcancen la
cumbre, que llegan donde los demás jamás siquiera imaginaron, comparten un
común denominador: su existencia estuvo marcada por principios y valores.
Descansemos en Dios. Como líderes cristianos — hombres y
mujeres llamados a vencer — es natural que enfrentemos dificultades y también,
períodos de fuerte presión. Lo que hace la mayoría es renunciar. Quedamos
entonces ante tres escenarios: volver atrás por considerar que jamás podemos
alcanzar nuestras metas; estancarnos y permanecer en ese estado por mucho
tiempo hasta que las metas se vayan desdibujando con el tiempo y, por último,
afianzarnos y seguir adelante.
Cuando nos sintamos a
las puertas de tirar la toalla, lo esencial es que volvamos la mirada a Dios y
descansemos en Él, como enseñan las Escrituras: "Él da poder a los indefensos y
fortaleza a los débiles. Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los
hombres jóvenes caen exhaustos. En cambio, los que confían en el Señor
encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y
no se cansarán; caminarán y no desmayarán."(Isaías 40:29-31, Nueva
Traducción Viviente) Descansar en Dios está íntimamente ligado a confiar en
Él. Tener presente que Dios sabe qué hacer en el momento apropiado y bajo las
circunstancias propicias. Dios tiene el control de todo, y además, la última
palabra.
No debemos
compararnos con los demás. Cada hombre y mujer es único y por lo tanto Dios ha
diseñado planes específicos para cada uno. Un poderoso enemigo de los vencedores es
medirse a partir de los logros de quienes les rodean. La Biblia enseña: "No te
inquietes a causa de los malvados ni tengas envidia de los que hacen lo malo.
Pues como la hierba, pronto se desvanecen; como las flores de primavera, pronto
se marchitan."(Salmo 37: 1, 2. Nueva Traducción Viviente)
Sometamos nuestros planes y proyectos en manos de Dios. En nuestras fuerzas
podemos concebir planes y proyectos ambiciosos, pero nada determina que puedan
materializarse. Recuerde que nuestra perspectiva no siempre es la mejor y lo
que consideramos que tendrá éxito, puede tornarse en un rotundo fracaso.
Si entregamos
nuestras iniciativas, por grandes que parezcan, en manos de Dios, tenemos
asegurada la victoria. Él nos guiará a aplicar ajustes pero también, a dar los
pasos apropiados en cada circunstancia, tal como nos instruye la Palabra: "Confía en
el Señor y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.
Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al
Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará." (Salmo
37:1-5. Nueva Traducción Viviente) Si
confiamos en Dios, no tendremos reticencia en someter a Su voluntad todo cuanto
emprendemos. Esto es fundamental para alcanzar el éxito a la manera de Dios.
Debemos perseverar. Pablo tenía plena conciencia de la
necesidad de perseverar, tal como lo describe en la carta que dirigió a los
creyentes de Filipos: "No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni
que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa
perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. No, amados
hermanos, no lo he logrado, pero me concentro sólo en esto: olvido el pasado y
fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final
de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio
de Cristo Jesús."(Filipenses 3:12-14. Nueva Traducción Viviente) Examinemos
con cuidado si somos de aquellos líderes cristianos que echan por la borda sus
sueños ante los primeros obstáculos, o por el contrario, sigue avante por
encima de las circunstancias adversas.
Fuimos creados para vencer. Cuando nos encontremos
inmersos en situaciones difíciles, recordemos que usted y yo fuimos creados por
Dios para ser vencedores. Contamos con las potencialidades para llegar lejos.
Nuestro amoroso Padre celestial nos creó como vencedores, no como fracasados.
No permitamos que nos
gobierne el miedo. Dios llamó al pueblo de Israel, en cabeza de sus líderes
Moisés y Josué, a avanzar sin dejarse gobernar por el temor: "¡Así que
sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque
el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará. (...)"(Deuteronomio
31:6. NTV).
Filipenses 4:13. (TLA).
Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda
clase de situaciones.
Hay dos estrategias
que utiliza nuestro Adversario espiritual, Satanás, para llevarnos a desistir
de los grandes sueños, planes y proyectos: la primera, el temor, y la segunda,
el desánimo. Una meta que debemos fijarnos a cada momento, es avanzar. No miremos
las circunstancias, coloquemos nuestra mirada en lo que está delante. Dios está
con nosotros y nos asegura la victoria.
Hebreos 12.1-2. RVR1960. Por tanto, nosotros también, teniendo en
derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del
pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por
el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se
sentó a la diestra del trono de Dios.
Bendiciones.
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