Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

La visión espiritual para el cristiano°


¿Qué es la visión espiritual para el cristiano? Es observar lo que Dios está haciendo, o quiere hacer a favor de las almas, las familias y las naciones de la tierra, es entender el momento y los propósitos de Dios y unirnos a Él. Esto es lo contrario a que Dios bendiga nuestros planes, sueños o proyectos por muy nobles o muy buenos que sean. 

Visión es descubrir los sueños de Dios para nuestra vida, para nuestra familia, para nuestra comunidad o nación y trabajar para su cumplimiento. ¿Dónde comienza la obra de Dios? Del lado de Dios: el punto de partida se encuentra en el momento en que recibimos una revelación de la necesidad de la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.


Marcos 16:14-18. RVR1960. Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

El comienzo de una obra verdadera de Dios con nosotros no es cuando nos consagramos a él, sino cuando vemos lo que él quiere para nuestras vidas dentro de los planes de salvación para la humanidad. La consagración debe provenir de la visión espiritual que nos ha sido revelada. Allí es donde comienza la obra de Dios. 

Nuestra obra puede comenzar en cualquier momento; la obra de Dios a través de nosotros sólo puede surgir de una visión divinamente inspirada. Amós 3:7. LBLA.  Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. Nosotros debemos ver en Cristo la meta de Dios. Sin esa visión, nuestro servicio para Dios seguirá el impulso de nuestras propias ideas, pero no estará de acuerdo con el plan de Dios.

Juan 3:14-21. RVR1960. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Dios nos liberta del pecado, de la maldad y de la muerte espiritual a través de nuestro Señor Jesucristo y su obra redentora en la cruz del calvario, para darnos vida eterna y ser parte del reino de los cielos en esta tierra y por la eternidad. Es de manera voluntaria que nos rendimos ante el señorío de Dios y su voluntad. Todo lo que ha sido revelado en la Biblia y todos los acontecimientos ocurridos hasta este momento en toda la tierra tienen como un único propósito que es la salvación de las almas.

1 Pedro 1:3-12. RVR1960. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. 

En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. 

Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

Levantémonos, salgamos de nuestro lugar, alcemos el vuelo como las águilas hacia los lugares espirituales en Cristo que Dios tiene preparados desde antes de la fundación del mundo para quienes hemos creído en él y en su Hijo Jesucristo. Estas palabras son buenas nuevas de salvación para aquellos que están atrapados o esclavizados por el pecado y el diablo. Sin embargo, algunos se resisten a la orden de marchar y prefieren el ambiente que los rodea, antes que uno nuevo y desconocido ofrecido por Dios. No es sencillo cambiar la seguridad y la comodidad de lo conocido por un futuro incierto. Pero, ¿qué sucedería si Dios diera la orden de mudarnos? ¿Seguiríamos su guía en obediencia de corazón?

El libro del Éxodo describe una serie de llamados que Dios hace y las respuestas de su pueblo. Han pasado cuatrocientos años desde que José se trasladó con su familia a Egipto. Estos descendientes de Abraham han crecido a más de dos millones de individuos. Para el nuevo Faraón de Egipto, estos hebreos eran extranjeros y su número era alarmante. Faraón decidió hacerlos esclavos para que no pudieran desequilibrar su poder. Como después se vio, este fue su mayor error, ya que Dios vino a rescatar a su pueblo. A través de una serie de sucesos extraños, un niño hebreo llamado Moisés llega a ser príncipe en el palacio de Faraón y luego un paria en una tierra desierta. Dios visitó a Moisés en las llamas misteriosas de una zarza ardiente y, después de un poco de discusión, Moisés aceptó regresar a Egipto para sacar de la esclavitud al pueblo de Dios.

En el libro del Éxodo 25:40 hay una expresa advertencia para Moisés. “Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte”. Nada fue dejado a su propia imaginación, o a la de los obreros o del pueblo; la voluntad de Dios debía observarse y cumplirse en cada detalle. 

La instrucción de Cristo a nosotros sus discípulos en el evangelio de Mateo 28:18. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén., tiene el mismo sentido: Guarden todas las cosas que os he mandado. —Recordemos que somos los templos del Espíritu Santo, que tenemos la ley de Dios en nuestros corazones, que tenemos que llevar una vida de comunión con Dios, celebrar sus ordenanzas y ser luz del mundo, si, verdaderamente somos seguidores de Cristo. 

Jeremías 29:11-14. DHH1996. Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a mí en oración y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. Sí, yo dejaré que ustedes me encuentren, y haré que cambie su suerte: los sacaré de todas las naciones y de todos los lugares por donde los dispersé, y los reuniré y haré que vuelvan a este lugar de donde los desterré. Yo, el Señor, lo afirmo.

La Biblia ocasionalmente usa la figura de la oveja, otras veces la del pez, también el león, el buey, el ciervo y el águila para representar al cristiano. Todos estos con un denominador común, sus características parecidas al cristiano. Estudiemos algunas características del águila para aprender cómo desarrollar al igual que el águila, el potencial y la visión que nos ha sido dado de parte de Dios. Tomemos también como referencia la vida Moisés, quien fue caudillo de la nación de Israel, mediador del pacto de la Ley, profeta, juez, comandante, historiador y escritor. Para lograr todo esto este hombre pasó por muchas situaciones y circunstancias hasta que su carácter fue moldeado para ser un instrumento de los planes y propósitos divinos de salvación para Israel y de la humanidad en las manos de Dios.

Uno de los mayores ejemplos de la revelación divina y de la visión espiritual para una persona y un pueblo la encontramos en la vida de Moisés e Israel. Es bueno recordar que cada uno de nosotros tiene un propósito dentro de los planes divinos de salvación para la humanidad y que Dios espera que nos esforcemos por hallarlo y dar fruto en abundancia. Es por eso que también nos ha dado talentos, dones espirituales y dones ministeriales, pero necesitamos de la sabiduría divina y la inteligencia espiritual para ser efectivos.

El águila es símbolo de fuerza poder y majestad, así debe ser la vida cristiana. Los hijos de Dios estamos llamados a vivir como las águilas. Dios nos capacita con su Espíritu Santo para vivir con sabiduría y poder. Es en nuestra dependencia a Dios y su buena y perfecta voluntad revelada en la Palabra de Dios por su Espíritu Santo con la que logramos alcanzar las alturas espirituales para las que hemos sido creados.

¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:28-31. RVR1960.

En estos momentos de nuestras vidas y en estos tiempos finales de cumplimiento profético para la humanidad es necesario anhelar y pedir a Dios que nos de la visión espiritual que él tiene para cada uno de nosotros y así poder entender su voluntad para nuestras vidas y nuestras familias.

Salmo 40:1-13. BAD (La Biblia al día). Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor. Dichoso el que pone su confianza en el Señor y no recurre a los idólatras ni a los que adoran dioses falsos. Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar. A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.

Por eso dije: «Aquí me tienes—como el libro dice de mí—. Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí.» En medio de la gran asamblea he dado a conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios. No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad. No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Muchos males me han rodeado; tantos son que no puedo contarlos. Me han alcanzado mis iniquidades, y ya ni puedo ver. Son más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón desfallece. Por favor, Señor, ¡ven a librarme! ¡Ven pronto, Señor, en mi auxilio!

Necesitamos buscar la presencia del Señor y el lugar secreto del que nos habla nuestro Señor Jesucristo; necesitamos su guía, necesitamos más que nunca ser pastoreados por su Espíritu Santo, necesitamos ser fortalecidos a través de su Hijo Jesucristo, necesitamos la vida que nos imparte su Palabra eterna, necesitamos la presencia de Dios en todo nuestro ser y en todos nuestros caminos.

Mateo 6:5-15. RVR1960.  Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 

Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Veamos algunos aspectos de la vida del águila para tener como referencia en lo que Dios quiere de nosotros y para nosotros. Las águilas comen alimento fresco, no cosas muertas: como cristianos debemos alimentarnos de la comida fresca de la Palabra de Dios. A veces estamos intoxicados espiritualmente porque comemos comida muerta de la religión y tradición, o mensajes cargados de humanismo que mueven solamente nuestras emociones que también están enfocados en la prosperidad material y el liderazgo de estrategias humanas.

Las águilas construyen relaciones fuertes para toda su vida: un águila tiene un solo compañero para toda su vida, hace un solo nido y vive en él. Dios no quiere que vayamos de aquí para allá como unos nómadas de iglesia en iglesia, a menos que sea imposible que nos quedemos por diversas circunstancias. Dios quiere que formemos relaciones significativas dentro de la familia de la fe y que nos comprometamos con él a servir en la iglesia local, en el lugar que él tiene preparado para cada uno de nosotros y nuestras familias.

Las águilas Son una fuente de inspiración. Debemos ser personas de influencia por nuestra conducta cristiana, si los otros hacen lo malo, tú debes mostrar un estilo de vida que refleje los valores del reino de Dios. Las águilas tienen una gran visión. Nosotros podemos ver oportunidad, potencial y grandes cosas en el futuro, o sólo ver potencial limitado. Dios desea que tengamos gran visión, que veamos la vida desde su perspectiva y voluntad.

Hebreos 12:1-7. DHH2002. Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús sufrió en la cruz, despreciando la vergüenza de semejante muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y está sentado a la derecha del trono de Dios. Por lo tanto, meditad en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción por parte de los pecadores; por eso, no os canséis ni os desaniméis. Pues aún no habéis tenido que llegar hasta la muerte en vuestra lucha contra el pecado, y habéis olvidado ya lo que Dios os aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura: “No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a quien él ama y castiga a aquel a quien recibe como hijo.” Soportad la corrección, y así Dios os tratará como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija?

Las águilas enfrentan tormentas sin miedo, es uno de los pocos animales que no temen a la tormenta, vuela sin temor porque conserva su visión y se remonta sobre la tormenta. Si conservamos una perspectiva correcta en la tormenta, lo que significa no concentrarnos en la prueba sino en Jesucristo, y pedimos la ayuda del Señor, las presiones y desafíos de la vida serán oportunidades de crecimiento y madurez. Traerán más gloria a Jesucristo, y más bendiciones para nosotros, si las vemos en forma adecuada. 2 Corintios 4:16-18. RVR1960. Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Encaremos las tormentas de la vida con visión no con emoción, ante ella tenemos tres opciones: escondernos de ella, dejarnos destruir por ella o levantarnos por encima de ella y cuando hacemos esto último, alzamos vuelo cada vez más alto. Si somos sabios como el águila, No jugaremos con el diablo. Huyamos de las situaciones que nos pueden colocar en peligro espiritual así como nos dio ejemplo José, no nos expongamos deliberadamente en lugares o situaciones donde podemos ser tentados. Santiago 4:7. RVR1960. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 2 Timoteo 2:22. RVR1960.  Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 1 Tesalonicenses 5.21-22. RVR1960.Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal.

Las águilas constantemente se renuevan, limpian sus plumas y sacan todo lo que está deteriorado y dañado; Dios desea que constantemente nos renovemos espiritualmente. ¿Pero cómo ser renovados constantemente para poder ver los planes que Dios tiene para cada una de nuestras vidas?

Mantengamos una diaria relación con el Señor, comprometámonos a permanecer en el Señor renovando nuestra mente constantemente.Romanos 12:1-2. DHH2002. Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer. No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Dejemos todas aquellas actitudes y comportamientos que al Señor no le agradan y que Él nos muestra a través de la revelación de su Palabra por su Espíritu Santo muestra que nos pueden hacer daño y hacerle daño a otras personas. Salmo 103:1-5. RVR1960. Bendice, alma mía, a Jehová,  y bendiga mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.

El águila, tiene ocho veces más células visuales por centímetro cúbico que el ojo humano. Eso se traduce en aptitudes asombrosas. Por ejemplo volando a una altura de 183 metros, un águila puede ver un objeto del tamaño de una moneda de diez centavos moverse entre la hierba de quince centímetros de alto; el águila puede ver saltar en un lago a un pez de siete centímetros y medio a ocho kilómetros de distancia.

Las personas que son como las águilas pueden ver lo que la mayoría se pierden. Los creyentes águilas no miran los problemas, ven las soluciones. No temen arriesgarse en actualizar su visión. La mayoría de visionarios fracasan muchas veces enfrentan mucha oposición y mucha resistencia, son malinterpretados, los critican con mucha frecuencia; pero no ceden y proceden conforme a su visión. Su visión es mayor que los obstáculos, que los fracasos y en vez de rendirse creen siempre en darse una nueva oportunidad.

Cuando no podamos conquistar la montaña, es cuando debemos rodearla y si no podemos rodearla, hagamos un túnel y atravesémosla.

Los creyentes en Jesucristo y en su evangelio debemos enfocar nuestra visión para ver aquello que es necesario y eterno y no desviarnos de la Palabra de Dios, de la oración, del ayuno, de la comunión con los hermanos, de la consagración, de la voluntad de Dios. Nuestro deber es enfocarnos en agradar al Padre Celestial, al Señor Jesucristo y al Señor el Espíritu Santo en todos nuestros caminos. 

1 Corintios 2:14. RVR1960. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. El creyente con la visión espiritual revelada por el Padre Celestial a través de su Palabra eterna  por el Espíritu Santo, ve y entiende que hay almas que necesitan a Cristo. Y su vida sirve de puente para alcanzarlas para el reino de los cielos. El creyente sube primero a las alturas, para desde allí tener una visión celestial de lo que quiere alcanzar. Cuanto más se asciende en la vida espiritual, mayor será la visión de Dios en nuestra vida y ministerio.

Dios dirigió a Moisés y a la nación de Israel, y quiere guiarnos a nosotros también. ¿Acaso lo está preparando a usted y a mí, como a Moisés, para una tarea específica? Él estará con nosotros; obedezcámoslo y sigámoslo. ¿Está librándolo de algún enemigo o de alguna tentación? Confíe en Él y haga lo que dice. ¿Ha escuchado sus claras instrucciones de parte de Dios para su vida? Lea, estudie y obedezca la Palabra de Dios. ¿Está llamándolo a una verdadera adoración? Descubra la presencia de Dios en su vida, en su hogar y en la iglesia. Bendiciones.

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