Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Las tribulaciones y sufrimientos del cristiano°


Una actitud triunfal y victoriosa debe caracterizar a cada ciudadano del reino de Dios, y la autoridad y el poder del Espíritu Santo se ofrecen para que sea utilizada y produzca resultados positivos (buenos frutos) en cada cristiano nacido de nuevo. No obstante, Dios no prometió una vida exenta de lucha. Los apóstoles nunca enseñaron que todo sufrimiento sería evitado debido a la presencia del Rey en nosotros, y el poder ministrado por el Espíritu Santo a través de nosotros. Esta gran verdad es una revelación para nuestros días y siempre el Señor ha hablado en diferentes épocas a los suyos como podemos ver en Deuteronomio 8 y en muchos otros textos bíblicos.


Estudiemos y escudriñemos en la Palabra de Dios, y que sea ella misma a través de la ayuda, la unción y la enseñanza del Espíritu Santo, dando el fruto que el Padre Celestial espera de nuestros corazones.

Hechos 14:21-23. Reina Valera Actualizada (RVA-2015). Después de anunciar el evangelio y de hacer muchos discípulos en aquella ciudad, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, fortaleciendo el ánimo de los discípulos y exhortándoles a perseverar fieles en la fe. Les decían: “Es preciso que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. Y después de haber constituido ancianos para ellos en cada iglesia y de haber orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

Concordancia Strong 2347. «thlipsis»: «apretura», «opresión», también traducido «aflicción», «persecución» y «angustia»). La tribulación es la experiencia general de los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús (2 Timoteo 3:12. RVR60. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución). Los primeros cristianos fueron esparcidos a causa de la persecución (gr.: «thlipsis», «tribulación», Los Hechos 11:19. RVR60. Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos); viene a ser un medio por el que Dios produce en el creyente un más excelente peso de gloria (2 Corintios 4:17. RVR60. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria), y es un medio de comunión con Cristo (Colosenses 1:24. RVR60. Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia). El Señor mismo auxilia a los suyos en todas sus tribulaciones (Salmos 46:1. RVR60. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones), y serán finalmente librados de ellas (Proverbios 12:13. RVR60. El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; mas el justo saldrá de la tribulación.

Pablo no solamente enseñó el gozo y la paz del reino de Dios (Romanos 14:17. RVR60. Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo), su poder (1 Corintios 4:20. RVR60. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder), y su autoridad, la cual permite al creyente triunfar sobre el mal (2 Timoteo 4:18. RVR60. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén; Romanos 16:20. RVR60. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros), sino que enseñó también que «el pueblo del reino» experimentaba pruebas, sufrimiento, y no siempre lograba una «victoria instantánea».

Los anteriores textos bíblicos nos recuerdan que la victoria viene solamente librando una batalla y que el triunfo se alcanza después de la prueba. Pretender que no sea así, es sustentar una opinión frágil y equivocada acerca del reino de Dios. Quienes piensan de esa manera se rinden ante las circunstancias adversas, porque creen que estamos predestinados a enfrentar problemas y, por consiguiente, debemos simplemente tolerarlos.

La Biblia enseña que el sufrimiento, las pruebas y todas las otras dificultades humanas son inevitables; pero la Palabra de Dios nos enseña también que todos nosotros podemos ser «más que vencedores». La presencia del Rey y el poder de su reino en nuestras vidas no nos hacen invulnerables, ni inmunes a las luchas de provisión para nuestras necesidades, de fuerza espiritual para cada día, y también de sanidad, consuelo y ayuda salvadora.

Las tribulaciones del pueblo de Cristo son instrumento para promover su transformación moral a la semejanza de Cristo y en particular la experiencia de la tribulación promueve el fortalecimiento de cada miembro de la iglesia de Jesucristo, en tanto que posibilita la consolación de otros creyentes ante experiencias similares. También son escatológicas; es decir que pertenecen a la última época, al reino de la época del fin y como tales, dan testimonio de la inauguración y la presencia del reino (Mateo 24:9–14; Apocalipsis 1:9; Apocalipsis 7:14). Cierta intensificación de dichas tribulaciones precederán el retorno de Cristo y la consumación del reino (Mateo 24:21; Marcos 13:24; Tesalonicenses 1:5–6; 2 Timoteo 3:1s).  

Los siguientes textos bíblicos nos muestran que como cristianos pasaremos por aflicciones y dificultades.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33. RVR60.

Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Hechos 14:22. RVR60.

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. 2 Corintios 4:17. RVR60.

Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia: y la paciencia prueba, y la prueba, esperanza y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.  Romanos 5:3–5. RVR60.

¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión. Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres.  Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra. Lucas 12:51–53. RVR60.

Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera. Al contrario, gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois ultrajados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por lo que hace a ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, ladrón o malhechor, o por entrometerse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. Es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y «Si el justo con dificultad se salva, ¿qué pasará con el impío y el pecador?» De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador y hagan el bien.”  1 Pedro 4:12–19. RVR60.

Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. 1 Pedro 1:6–7. RVR60.

Porque a vosotros es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él. Filipenses 1: 29. RVR60.

Cuando Job vivió dificultades, pruebas, sufrimiento no merecido, que no era por consecuencia de pecado ya que él era un hombre justo, cuando sus hijos murieron, y perdió gran parte o tal vez todas sus posesiones materiales, “en todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. Job 1:22. RVR60.

Dios enfatiza que Job era justo cuando dice a Satanás: “¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Job 1:8. RVR60.

No habrá más llanto, ni muerte ni dolor en la siguiente era. “Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de parte de Dios, ataviada como una esposa hermoseada para su esposo. Y oí una gran voz del cielo, que decía: «El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron.»  Apocalipsis 21:1–4. RVR60.

Considerando los textos bíblicos anteriores, en principio podemos apreciar que en este mundo los cristianos tendremos dificultades, problemas, luchas, pruebas y aflicciones, eso es lo normal. Es en la siguiente era cuando los salvos por Jesús, no sufrirán ya, no habrá dolor, ni llanto ni muerte. En ninguna versión de la Biblia encontrarás versículos que digan que como cristiano, este será tu paraíso sin problemas, ni que esta vida será mejor que la vida eterna.

Es normal que el cristiano pase por problemas y dificultades, Jesús así lo enseñó y advirtió, pensar que porque una persona nace de nuevo y ahora se ocupa en obedecer a Dios y andar en santidad, no tendrá más problemas es absurdo y cualquier enseñanza en el sentido de que una vez que la persona nace de nuevo y es cristiana ya no hay más problemas, sino solo una vida feliz y de prosperidad y salud,  es una enseñanza falsa que no tiene soporte bíblico.

Aún los santos de Dios, pueden llegar a sufrir y tener dificultades y problemas y aflicciones aún y cuando están en santidad y obedeciendo a Dios, como el caso de Job por ejemplo a quien Dios mismo llamó un varón perfecto, temeroso de Dios, apartado del mal, cual no había otro en la tierra y aún así pasó por dificultades y problemas y aflicción no merecida, perdió posesiones materiales, sufrió la pérdida y muerte de todos sus hijos, y sufrió problemas de salud. De ninguna manera estos problemas y aflicciones le vinieron como consecuencia de pecado alguno.

El propósito principal del cristiano en esta era, en esta vida terrenal, no es la prosperidad material, sino el progreso espiritual y de santificación.

El Señor Jesucristo nos enseñó: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19–21. RVR60.

El cristiano que obedece a Dios y da fruto, puede pasar por periodos difíciles, ya que Dios depura, purga y limpia al cristiano que da fruto para que lleve más fruto y ese proceso de depuración puede representar algunos momentos difíciles y dolorosos para el cristiano. “Todo pámpano que en mi no lleva fruto lo quitará; y todo aquél que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”  Juan 15:2. RVR60. Aunque el cristiano llegue a pasar por períodos en los cuales no tenga problemas, y todo le vaya bien, no le debe sorprender que vengan periodos en su vida cuando los problemas, dificultades y aflicciones se presentan, como dice Pedro: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” 1 Pedro 4:12–13. RVR60.

¿Más cercano a Dios y en santidad en los tiempos difíciles o en tiempos de abundancia?

El caso de Job, por los detalles que da la Biblia, él era en cuanto a lo material un hombre próspero y con considerables posesiones materiales, y en cuanto a lo espiritual era un hombre al cual Dios llama un varón como ningún otro en la tierra, perfecto y recto temeroso de Dios y apartado del mal. Dios mismo es quien menciona este caso ejemplar a Satanás, y ante la reacción de Satanás diciendo que en cuanto Job padezca en sus bienes materiales y salud, Job blasfemará contra Dios,  Dios autoriza a Satanás para dañar y destruir las posesiones materiales de Job, Dios le autoriza a Satanás  matar sus hijos, y dañar a Job en su salud, sin autorización de matarlo precisamente para ver la reacción de Job ante la desgracia y los tiempos difíciles.

Así que Job experimentará mal, por ser un hombre santo a quien Dios probará y es precisamente porque ese es un propósito más alto que su bienestar, que en la vida real no siempre será cierto lo que dice Eclesiastés 8:5. RVR60. “El que guarda el mandamiento no experimentará mal”. Pero ante toda esta desgracia que le vino a Job, no como consecuencia de pecados sino como narra la historia, por ser un hombre ejemplar y santo con alto perfil en el plano espiritual, ante todo esto Job no pecó, no blasfemo contra Dios (Job 2:10).

Después de que Job pasó por estos tiempos difíciles, él reconoce que hablaba de cosas que no entendía y reconoce que debe ser Dios quien le enseñe, en su prueba Dios menciona que Job habló lo recto de Dios, pasada la prueba Dios bendice materialmente al doble a Job, en sus posesiones, lo cual se podría decir es irrelevante en cuanto a lo espiritual, pues sólo son cosas temporales y no eternas, pero Job pasó la prueba y Dios sin tener obligación de bendecirlo materialmente al doble lo hizo, pero lo bendijo materialmente después de que Job pasara por una severa crisis y dolorosa prueba.

Los predicadores que hoy en día dan un “falso evangelio de prosperidad” no hablan del caso de Job y como se dio su prosperidad material.  (Job 42). En resumen Job fue puesto a prueba por ser un hombre santo y temeroso de Dios, sufriendo pérdidas materiales, se podía comprobar si aun así se mantendría fiel a Dios, o si ante la pérdida material, se rebelaría o blasfemaría contra Dios.

El caso de David: La ociosidad y comodidad abrió la puerta al pecado. Se puede apreciar en la vida de David que cuando era joven y andaba en el campo, se mantenía cerca de Dios, guardando sus mandamientos y estaba bajo la protección de Dios, pasaba por pruebas y momentos difíciles pero estando cercano a Dios y con su protección se mantuvo venciendo desde animales salvajes hasta a Goliat el gigante. Pero luego cuando David vivió en la prosperidad como rey, vemos el incidente cuando David en épocas en que los reyes iban a la guerra él se quedó en su palacio y ante la comodidad, pareciera cayó en ociosidad, una cosa llevó a la otra y por empezar viendo a Betsabé cuando se bañaba, le surgió la lujuria, de ello pasó a fornicación, homicidio, lo cual trajo consecuencias a su casa. Parece que en ese incidente la prosperidad no le sentó bien espiritualmente a David, sino que lo alejó de Dios.

El caso de José – Obedeció  a Dios, fue acusado falsamente e injustamente encarcelado. Recordemos que José aprendió bien desde pequeño a guardar los mandamientos de Dios, el verdadero y Bíblico temor a Dios, para obedecerlo y guardar sus mandamientos, sin importar las circunstancias. Fue tentado pero se mantuvo obediente a Dios, fue acusado falsamente y luego fue sentenciado injustamente para ser encarcelado, estuvo 12 años injustamente en la cárcel siendo inocente. Estos años de estar encarcelado injustamente fueron también una prueba para ver si se mantenía fiel y obediente a Dios a pesar de que estaba sufriendo un encarcelamiento injusto o bien para ver si se rebelaba contra Dios por sus injustas circunstancias.

El caso de Salomón – Prosperidad que no le sentó bien espiritualmente. Viviendo en la comodidad, y riquezas, no le sentó bien, pues no obedeció el mandamiento de Dios de no tomar varias esposas, además de tomar varias las tomó de pueblos paganos y esto lo llevó a servir a otros dioses.

En algunos casos cuando el cristiano pasa por dificultades, se acerca más a Dios, y existen casos en los cuales algunos cristianos que pasan por momentos de comodidad se alejan de Dios. El permitir que el cristiano pase por pruebas y dificultades,  permite que Dios vea si ese cristiano en medio de los problemas conserva: Obediencia a Dios cualquiera que sea la circunstancia por ilógica que parezca; Fidelidad a Dios, sin importar la circunstancia, sin importar que sea a costo incluso de que el cristiano pierda la vida física. Sometimiento a la voluntad propia ante la voluntad de Dios. Las anteriores son cualidades que Dios busca en los suyos.

Un cristiano puede decirse temeroso de Dios, cantar alabanzas bellas cuando las cosas van bien, pero cuando pasa por dificultades o cuando Dios lo manda a otra cosa, ¿se mantendrá igual de obediente y fiel a Dios?

Jonás era un hombre que se decía ser temeroso de Dios, pero cuando el Señor lo mandó a Nínive, Jonás intentó huir de la presencia de Dios  y de lo que el Señor le estaba mandando a hacer y decir. Así que Jonás pasó por pruebas y dificultades, que luego le permitieron arrepentirse y recapacitar para volver a obedecer a Dios. Fue justo en la prueba dentro del gran pez que Jonás se arrepintió.

Cuando Sadrac, Mesac y Abed-Nego estuvieron en una situación difícil en la que el rey Nabucodonosor decretó una ley con la cual toda persona tenía que adorar a su dios y su imágen p de lo contrario morir, ellos se enfrentaban ante la posibilidad de: ser fieles a Dios, y no adorar la imagen y correr el riesgo de morir físicamente en el fuego o bien adorar la imagen y salvar su vida física. Se trataba de una situación difícil que ponía a prueba su fidelidad a Dios (no servir o adorar otros dioses). Obediencia a Dios (no adorar imágenes).

En la actualidad algunos cristianos perseguidos se enfrentan a situaciones similares, aún y cuando tienen que sufrir la muerte física para conservar la vida eterna. Las pruebas y dificultades por las cuales pasa el cristiano son tanto materiales como espirituales. Recordemos el caso de Pedro, Jesús le avisó de antemano a Pedro que Satanás lo había pedido para zarandearlo, permiso autorizado y Jesús oraba que a Pedro no le fallara la fe. Aunque Pedro no haya superado esa prueba en particular al haber negado a Jesús, Pedro se arrepintió, y su carácter y fortaleza espiritual posteriormente eran notablemente más depuradas.

Jesús dice algo muy importante, señala una condición para entrar al cielo, al reino de Dios. Mateo 7:21. RVR60. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Y como dice Hebreos 5:9. RVR60. Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.  No basta con decirle Señor y hacer buenas obras en su nombre, mientras en otras cosas se desobedece a Dios,  no todo el que le diga Señor entrará en el cielo; veamos lo que dice el mismo Señor Jesucristo: que el que entrará al cielo es el que hace la voluntad del Padre Celestial, es decir el cristiano que obedece al Padre Celestial. Los pecados no son neutralizados por las buenas obras. Este pasaje es de suma importancia, no son palabras de un pastor o predicador, son las palabras de Dios hecho carne y hueso, en Jesús el Hijo de Dios. Jesús muy lejos de decir que la salvación no se puede perder, está indicando que los que van a entrar al cielo son los cristianos que obedecen al Padre Celestial.

No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2:10. RVR60.

Las pruebas desarrollan el carácter de Cristo, y eso nos permite gloriarnos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. (Romanos 5:3-5. RVR60).

Las pruebas y tribulaciones vienen con un propósito y una recompensa. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna… Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Santiago 1:2-4,12. RVR60.

Dios permite las situaciones difíciles, las pruebas y tribulaciones para saber cómo son nuestros corazones verdaderamente. Dios está buscando hombres y mujeres fieles a Él, con un corazón dispuesto a obedecerle, porque Dios mira como un tesoro especial el corazón de aquel que se rinde sin reservas a Él. 

Dios permite el sufrimiento para que aprendamos a dar gracias en todo y a ser agradecidos en todas las circunstancias. Muchas veces Dios quiere mostrarnos actitudes y pensamientos que no sabíamos que estaban en nosotros.

Dios permite el sufrimiento para que nos demos cuenta que estamos en esta tierra de paso. En muchos pasajes de la biblia se nos exhorta a no aferrarnos a las cosas de este mundo, las cuales son temporales. “Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. 

Dios permite el sufrimiento porque es para nuestro bien. Debemos recordar que todo y aun lo que no entendemos, ayuda para bien: “Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan.” Romanos 8:28 (TLA).

Dios permite el sufrimiento porque nos quiere hablar. En ciertas ocasiones es en la angustia y la tragedia cuando somos más sensibles a su voz. A veces estamos tan desconectados de Su presencia y de Su voluntad. Participamos en mil actividades, corremos de aquí para allá pero no tenemos una experiencia diaria con Jesús“Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” Salmos 16:11. RVR60. 

Dios permite el sufrimiento porque desea que experimentemos Su poder en nosotros. Cuando sufrimos y adoptamos la actitud de “yo puedo salir de ésta, a mí nada (ni nadie) me va a voltear”, estamos haciendo a un lado a Jesús, diciéndole: “yo puedo afrontar esta situación, no te necesito, hazte a un lado”. Cuando el apóstol Pablo le pidió a Dios que lo librara de su sufrimiento, la respuesta de Dios fue la siguiente: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.” Así que Pablo dijo: “Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” 2 Corintios 12.8-10 (RVR60). En vez de intentar salir adelante con tus propias fuerzas, pídele a Dios que te acompañe y te inunde con su gracia para que experimentes Su fuerza en medio de tu debilidad. La compañía y el consuelo de Dios son más grandes que tu sufrimiento.

Dios permite el sufrimiento para darte otra oportunidad de confiar en Él. Si los médicos dicen “No podemos hacer nada”, entonces es tiempo de mirar hacia arriba. “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.” Salmos 121:1-2. RVR60. Muchas veces no oramos hasta que llega el problema y la aflicción. Hay veces que el orgullo se apodera de nuestras vidas, pensamos que podemos hacerlo todo por nuestros propios medios. El sufrimiento nos mantiene humillados dependiendo de su misericordia, para que podamos reconocer que “Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.” Salmos 100:3. (RVR60)Ya sabes ahora por qué Dios permite el sufrimiento en nuestras vidas, así que descansemos en Dios. Bendiciones.

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