Isaías 30:21. Nueva
Traducción Viviente (NTV). Tus oídos lo escucharán.
Detrás de ti, una voz dirá: «Este es el camino por el que debes ir», ya sea a
la derecha o a la izquierda.
Deuteronomio 10:12.
Nueva Traducción Viviente (NTV). Un llamado al amor y a la obediencia. Y ahora, Israel, ¿qué requiere el Señor tu Dios de ti?
Solo requiere que temas al Señor tu Dios, que vivas de la manera que le agrada
y que lo ames y lo sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Entendamos que servir a Dios es amarlo,
es adorarlo por lo que realmente es Dios, el Padre Celestial, el Creador de
todo cuanto existe en los cielos, en el universo, en esta tierra, es vivir con
nuestros semejantes dentro del perfecto amor revelado para nosotros en
Jesucristo por el Espíritu Santo, es manejar todos nuestros asuntos correctamente
de acuerdo a la Palabra de Dios, es tener una actitud a ser personas dispuestas
a escuchar y hacer la voluntad de Dios en todo lo que él nos necesite, es
servirle de manera voluntaria con entendimiento espiritual, con gozo y alegría
de corazón.
Marcos 10:35-45. Traducción
en lenguaje actual (TLA). La petición de Santiago y de Juan. Sus discípulos Santiago y Juan, que eran hijos de
Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: —Maestro, queremos que nos hagas un
favor. Jesús les preguntó: —¿Qué es lo que quieren? Ellos le contestaron: —Por
favor, cuando estés en tu reino poderoso, déjanos sentarnos a tu lado, uno a tu
derecha y el otro a tu izquierda.
Jesús
respondió: —Ustedes no saben lo que piden. ¿Están dispuestos a sufrir todo lo
malo que va a pasarme? Ellos dijeron: —Sí, lo estamos. Jesús les dijo: —Les
aseguro que ustedes sufrirán mucho, igual que yo. Pero sólo Dios decide quiénes
serán los más importantes en mi reino. Eso no lo decido yo. Cuando los otros
diez discípulos supieron lo que Santiago y Juan habían pedido, se enojaron con
ellos.
Entonces
Jesús los llamó a todos y les dijo: —Ustedes saben que los que se sienten jefes
y grandes señores se portan como los amos del mundo e imponen su autoridad
sobre todos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguien
quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.
Si
alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos. Yo, el Hijo del
hombre, soy así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a
los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para
lograrlo pagaré con mi vida.
La voluntad de Dios para su pueblo es
que le amemos y le sirvamos voluntariamente con gozo y alegría de corazón en la
buena tierra que él tiene para cada uno de nosotros: sus planes y propósitos
para cada vida, su buena, agradable y perfecta voluntad.
Para el pueblo de Israel le fue
revelado y descrito en el libro de
Deuteronomio capítulo 8 que entrarían a una buena tierra de abundancia y de bendición,
pero no para estar ociosos sino en una activad de servicio al Señor, de acuerdo
a los mandatos de la Palabra de Dios, quien los había rescatado de la
esclavitud de Egipto y su sistema mundano, y esta descripción es una enseñanza
y una promesa para nosotros los hijos de Dios, su pueblo, su iglesia,
mostrándonos que el Padre Celestial, el Creador de todo cuanto existe en los
cielos y el universo tiene un cuidado providencial para hacernos partícipes de su
buena y agradable voluntad, pero el diablo y sus demonios van a tratar de
impedir de muchas maneras que se cumplan los planes de Dios utilizando también
todo el sistema del mundo que el domina.
Es bueno tener entendimiento espiritual
y una conciencia de nuestra nueva naturaleza, al igual de nuestra posición en
Cristo delante del Padre Celestial, de que para llegar allí pasamos todos por
un proceso dentro del camino que empezamos en algún momento de nuestras vidas y
ese camino es Jesucristo. Ese camino nos llevará paso a paso de la mano y el
poder del Señor el Espíritu Santo a la presencia de Dios Padre por la
eternidad.
Éxodo 7:15-16. La Biblia
de las Américas (LBLA). Preséntate a Faraón por la
mañana cuando vaya al agua, y ponte a orillas del Nilo para encontrarte con él;
y toma en tu mano la vara que se convirtió en serpiente. Y dile: “El Señor, el
Dios de los hebreos, me ha enviado a ti, diciendo: ‘Deja ir a mi pueblo para
que me sirva en el desierto. Mas he aquí, hasta ahora no has escuchado.
Éxodo 3:7-9. Traducción
en lenguaje actual (TLA). Pero Dios siguió
diciéndole: —Yo sé muy bien que mi pueblo Israel sufre mucho porque los
egipcios lo han esclavizado. También he escuchado sus gritos pidiéndome ayuda,
y he visto que sus capataces los maltratan mucho. Por eso he venido a librarlos
del poder egipcio. Los voy a llevar a una región muy grande y rica; ¡tan rica
que siempre hay abundancia de alimentos! Es Canaán, país donde viven pueblos
que no me conocen.
Así como el pueblo de Israel tenía
aflicciones por parte de Egipto sólo por ser parte del pueblo de Dios y por ser
parte de sus planes de salvación y vida eterna para la humanidad, así también
nosotros estamos en esta tierra caminando en Cristo pero pasando por
aflicciones, situaciones adversas, persecuciones
y pruebas, pero la bondad de Dios es que entremos y vivamos en su reposo que es
su Hijo para nosotros, para llevarnos a la bendición para nuestras vidas, es
una decisión de Padre.
Éxodo 8:1. Dios
Habla Hoy (DHH). El Señor le dijo a Moisés: —Ve a
ver al faraón, y dile: “Así dice el Señor: Deja ir a mi pueblo, para que me
adore.
Éxodo 8:1. La Biblia
de las Américas (LBLA). Entonces el Señor dijo a
Moisés: Ve a Faraón y dile: “Así dice el Señor: ‘Deja ir a mi pueblo para que
me sirva.
Es una batalla espiritual constante para
la iglesia, para los hijos de Dios, es por eso que demos entender quiénes somos
en Cristo y cuál es nuestra posición espiritual en la que debemos rendir
nuestra voluntad a Dios, el primer enemigo de nuestra salvación es nuestra
carne y su concupiscencia, porque de ahí el enemigo toma para colocar
tentaciones y trampas ideando estratagemas para destruir a los hijos de Dios.
Eso es una parte del llamado, porque
Dios no solo quiere salvarnos y bendecirnos, él quiere hacernos partícipes de
sus planes, de su reino, por eso nos ha hecho reyes y sacerdotes a través del
Jesucristo, cumpliendo la gran comisión a través del evangelio
El Señor prometió sacar a su pueblo, sus
hijos, sus ejércitos de la esclavitud.
¿Pero cómo pudo conseguir esto?
Notemos, “con grandes juicios”.
Fueron los Juicios Divinos que cayeron sobre los dioses de Egipto, los
que consiguieron por fin que Faraón les soltara. Cada plaga era un juicio de Dios dirigida
contra algo que Egipto adoraba, respetaba o veneraba.
La declaración Divina, “Deja ir a mi
pueblo para que me sirva”, es el propósito de Dios para hoy para cada uno de
sus hijos e hijas. El propósito de
sacarnos y librarnos es para que le SIRVAMOS de todo
corazón. El que adora sirve, y el que sirve correctamente, adora. Los verdaderos adoradores de Dios le sirven
en santidad y de todo corazón.
Lucas 4:8. Nueva
Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Jesús le
respondió: “Escrito está: ‘Al Señor tu Dios adoraras, y a Él solo servirás.’”
En la profecía de Zacarías, padre de
Juan el Bautista, vemos reflejado el propósito eterno de Dios para su pueblo: Lucas 1:67-75. Dios
Habla Hoy (DHH). Zacarías, el padre del niño, lleno
del Espíritu Santo y hablando proféticamente, dijo: «¡Bendito sea el Señor,
Dios de Israel, porque ha venido a rescatar a su pueblo! Nos ha enviado un
poderoso salvador, un descendiente de David, su siervo. Esto es lo que había
prometido en el pasado por medio de sus santos profetas: que nos salvaría de
nuestros enemigos y de todos los que nos odian, que tendría compasión de
nuestros antepasados y que no se olvidaría de su santa alianza. Y éste es el
juramento que había hecho a nuestro padre Abraham: que nos permitiría vivir sin
temor alguno, libres de nuestros enemigos, para servirle con santidad y
justicia, y estar en su presencia toda nuestra vida.
No podemos servirle si aún estamos bajo
la SERVIDUMBRE de los enemigos de la vida espiritual. ¿Cuáles son los enemigos de tu vida
espiritual los cuales te impiden servir a Dios?
Los enemigos de Dios son los enemigos de nuestra alma, incluyendo la
carne y todas las pasiones que combaten contra el alma. Todo lo que nos enreda e impide nuestra
disponibilidad para servir a Cristo es un enemigo.
El pueblo de Israel había sido esclavo
durante 400 años en Egipto, donde estaba bajo opresión y servidumbre, pero
además había sido influenciado por las religiones de los paganos. Antes de que Dios pudiera librar al pueblo de
Israel de la esclavitud de Egipto, tuvo que LIBRARLE de la INFLUENCIA de la idolatría.
Egipto era una nación orgullosa, la
nación más avanzada y poderosa en ese tiempo.
Adoraban dioses falsos y confiaban en ellos para su protección,
prosperidad y seguridad. Pero esa
adoración a los dioses falsos realmente creó un sistema diabólico que ataba y
esclavizaba a la nación. Eso es lo que
la idolatría hace en cualquier nación, forma una estructura demoníaca sobre el
territorio que mantiene a la gente cegada y atada en tinieblas.
A través de la idolatría el diablo tiene
libertad y derecho de oprimir un país causando corrupción moral, miseria y
enfermedades. Quien está entronado tiene
el derecho de gobernar. Esta era la
situación en Egipto antes del éxodo.
Para que Israel saliese, era necesario no sólo romper el poder de los
dioses de Egipto, sino establecer la adoración a Dios. Donde Dios es entronado
por la adoración de su pueblo, tronos de iniquidad tienen que caer.
Dios quiere librar a su pueblo de SEGURIDADES FALSAS y poner nuestra confianza
totalmente en Él. Antes de que el Señor nos pueda sacar de cualquier esclavitud
tiene que librarnos del temor a que nos falte provisión y toda dependencia que
no sea suplida por Él. El pueblo judío
había visto palpablemente la mano de Dios al traer plagas contra Egipto. Vieron cómo Dios les había rodeado de luz en
Gosén cuando los egipcios estuvieron en la oscuridad. Vieron la protección de Dios para librarles
del ángel de la muerte cuando esparcieron la sangre del cordero sobre sus
puertas. Vieron abrirse el Mar Rojo y
miraron con asombro cómo desaparecieron sus enemigos debajo del agua. Comieron el maná que Dios proveía
diariamente.
Dios les mostró que Él podía
sobrenaturalmente suplir sus necesidades físicas para que no estuviéramos
ansiosos acerca de lo que precisamos para comer o beber. Dios quiere mostrarnos
hoy que Él suplirá todas nuestras necesidades según su riqueza en gloria por
Cristo Jesús. Él es Jehová Jireh, el
Dios que provee. Él proveo el sacrificio
para librarnos del pecado y la muerte.
Sobre todo debemos depender exclusivamente de la sangre del Cordero de Dios
que nos libra de todo pecado y no confiar en nuestra justicia. Confrontemos tus
temores con la fe en la Palabra.
Dios es un Dios de milagros y no nos
desamparará en nuestras pruebas. Vemos el siguiente paso de Israel por el
desierto.
Éxodo 5:1-2. La
Biblia de las Américas (LBLA). Después Moisés y
Aarón fueron y dijeron a Faraón: Así dice el Señor, Dios de Israel: “Deja ir a
mi pueblo para que me celebre fiesta en el desierto.” Pero Faraón dijo: ¿Quién
es el Señor para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? No conozco al Señor,
y además, no dejaré ir a Israel.
¿Cómo podremos ofrecer una fiesta en el
desierto? O ¿cómo un lugar tan desolado, seco, estéril va a traerme regocijo?
¿Cómo puedo intentar pensar en servir en un lugar así? Por lo general siempre
se algún lugar agradable y acogedor para hacer una fiesta o una celebración, y
si tuviera que ser en nuestra casa que no está muy adaptada o muy hermosa,
entonces la arreglamos de la mejor manera para llevar a cabo tal propósito. Por
lo tanto, toda idea de ir al desierto a festejar una fiesta es de lo más
contradictorio en nuestra mentalidad. Nuestro primer pensamiento que se nos
viene es allí no quiero estar.
Pero Dios llevó a su pueblo Israel al
desierto para hablarle a su corazón, para limpiarle de toda la impureza que
traía de Egipto, lo llevó a aquel lugar para que aprendiera dependencia y
obediencia total al Padre Celestial, el Creador de todo cuanto existe.
Oseas 2:14. Nueva
Traducción Viviente (NTV). El amor del Señor por un
Israel infiel. «Pero luego volveré a conquistarla. La
llevaré al desierto y allí le hablaré tiernamente.
Y esa es una de las cosas que tal vez
como cristianos no hemos podido entender,
porque al venir al conocimiento de Jesucristo, tal vez mucha gente te dijo:
“es que se acaban los problemas; es que es otra vida”. Pero no se acaban los
problemas, emergen los mismos problemas que tenías, pero la ventaja aquí es que
el Señor nos enseña cómo enfrentarlos y nos ayuda a confiar en sus promesas.
Es en el desierto que aprendemos a
conocer a Dios en todas sus facetas hacia nosotros, es allí donde aprendemos a
atesorar su palabra, es allí en medio de esas situaciones difíciles,
enfermedades, escases, tribulaciones, enfermedades, persecuciones que colocamos
nuestros ojos en Jesucristo y ponemos nuestra dependencia en el Espíritu Santo.
El desierto es una escuela de formación y dependencia, Dios establece en
nuestro corazón y en medio de su pueblo el orden correcto de prioridades por
nuestro propio bien y beneficio.
Juan 4:23-24. Dios
Habla Hoy (DHH). Pero llega la hora, y es ahora
mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero,
conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo
adoran. Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo
verdadero, conforme al Espíritu de Dios.
Allí en el desierto es donde somos
probados y confrontados por la palabra de Dios, es allí en realidad dónde nos
mostramos tal como somos delante de Dios, en dónde podemos ver nuestra
verdadera naturaleza y también donde somos mudados con un corazón conforme al
corazón de Dios, para amarle y para servirle con un corazón puro y sincero, con
una actitud correcta y con la motivación correcta entendiendo el llamado, los
planes, los propósitos, y haciendo uso de los dones, de los talentos, de la
capacidad y la unción del Espíritu Santo.
El siguiente paso es introducirnos a la
tierra prometida de la que hablamos al comienzo en el libro de Deuteronomio capítulo
30 para el pueblo de Dios, el reposo prometido luego de salir de Egipto y pasar
por el desierto. Para nosotros ese reposo es nuestro Salvador y Señor
Jesucristo en quien el Padre Celestial proveyó todo lo que necesitamos para
vivir la vida cristiana en esta tierra y en la vida eterna.
El servicio a los demás es un estilo de
vida que todo cristiano debe cultivar. Uno de los privilegios que el Señor da a
sus hijos, es la oportunidad de participar en lo que Él está haciendo. Dios,
que no necesita ayuda, y que tiene el poder de hacerlo todo, quiere llamarnos a
trabajar con Él para llevar a cabo sus propósitos en la tierra. El Señor nos
ofrece la oportunidad de participar en la construcción de su reino. Según
Efesios 2.10, todos los creyentes somos
"hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Todo lo debemos hacer "como
para el Señor y no para los hombres" (Colosenses 3:23). Al hacer con fidelidad nuestro trabajo,
ocuparnos de nuestros hogares y familias, o satisfacer necesidades en la
iglesia o en la comunidad, estamos sirviendo a Cristo y participando en su
actividad. No escuches a las personas que
intentan desanimarte, sigue tu camino, confía en Dios, y cree en las
habilidades que él ha puesto en ti, y no te desanimes, perseverando cumpliremos
el plan de Dios para nuestra vida... Bendiciones.
Isaías 61. Nueva
Traducción Viviente (NTV). Buenas noticias para los oprimidos. El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el
Señor me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado y
a proclamar que los cautivos serán liberados y que los prisioneros serán
puestos en libertad. Él me ha enviado para anunciar a los que se lamentan que ha llegado el tiempo del favor del
Señor junto con el día de la ira de Dios contra sus enemigos. A todos los que
se lamentan en Israel les dará una
corona de belleza en lugar de cenizas, una
gozosa bendición en lugar de luto, una festiva alabanza en lugar de
desesperación.
Ellos,
en su justicia, serán como grandes robles que el Señor ha plantado para su
propia gloria. Reconstruirán las ruinas antiguas, reparando ciudades destruidas hace mucho
tiempo. Las resucitarán, aunque hayan
estado desiertas por muchas generaciones. Los extranjeros serán sus siervos; alimentarán
a los rebaños de ustedes, ararán sus campos y cuidarán de sus viñedos. Ustedes
serán llamados sacerdotes del Señor, ministros de nuestro Dios.
Se
alimentarán de los tesoros de las naciones y se jactarán de sus riquezas.
Disfrutarán de una doble honra en lugar de vergüenza y deshonra. Poseerán una
doble porción de prosperidad en su tierra, y una alegría eterna será suya.
«Pues yo, el Señor, amo la justicia;
odio el robo y la fechoría. Recompensaré fielmente a mi pueblo por su
sufrimiento y haré un pacto eterno con él. Sus descendientes serán reconocidos
y honrados entre las naciones.
Todo
el mundo se dará cuenta de que es un pueblo al que el Señor ha bendecido». ¡Me
llené de alegría en el Señor mi Dios! Pues él me vistió con ropas de salvación
y me envolvió en un manto de justicia. Soy como un novio vestido para su boda o
una novia con sus joyas. El Señor Soberano mostrará su justicia a las naciones
del mundo. ¡Todos lo alabarán! Su
justicia será como un huerto a comienzos de la primavera, cuando brotan las
plantas por todas partes.
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