Mateo 7:21-23. Nueva Traducción Viviente
(NTV). Verdaderos hijos de Dios. No todo el que me
llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos
que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El día
del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre,
expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero
yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las
leyes de Dios”.
Marcos 3:31-35. Nueva Traducción Viviente
(NTV). La verdadera familia de Dios. Luego la madre
y los hermanos de Jesús vinieron a verlo. Se quedaron afuera y le mandaron a
decir que saliera para hablar con ellos. Había una multitud sentada alrededor
de Jesús, y alguien dijo: «Tu madre y tus hermanos están afuera y te llaman». Jesús
respondió: «¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos?». Entonces miró a
los que estaban a su alrededor y dijo: «Miren, estos son mi madre y mis
hermanos. Todo el que hace la voluntad de Dios es mi hermano y mi hermana y mi
madre».
Es de vital importancia para todos aquellos que hemos sido
redimidos por nuestro Señor Jesucristo y hechos hijos del Padre Celestial por
medio del nuevo nacimiento hecho por el Espíritu Santo, que conozcamos a Dios y
su voluntad, pero que podamos entender con claridad su voluntad para nuestras
vidas, para nuestras familias y el entornos en dónde nos movemos a diario.
Porque la voluntad del Padre Celestial se hace en todo tiempo en
los cielos, que su reino gobierna con poder y autoridad a través de su Hijo
Jesucristo y nos hace comprender que su voluntad debe establecerse en la tierra
y en nuestras vidas por nuestro propio bien. Ya sabemos que la tierra y
nuestras vidas fueron entregadas al diablo con un argumento espiritual y real a
causa del pecado que cometieron Adán y Eva en los comienzos de la humanidad
trayendo graves consecuencias, muerte, dolor, enfermedad y toda clase de caos
contra la humanidad, en otras palabras hizo entrada la maldición y la muerte
espiritual.
Por eso desde antes de la fundación del mundo el Padre Celestial,
el Señor Jesucristo y el Señor el Espíritu Santo idearon el plan de salvación,
ya que en su conocimiento de todo lo que él ha creado y existe, sólo había una
manera de redimir a la humanidad que iba a caer, sólo había una manera de
restaurar todas las cosas al orden divino y era por nuestro Salvador, el
Mesías, por quien hizo todas las cosas. Nos ha provisto redención, salvación,
vida eterna, regeneración, restauración y bendición. Más importante es que
debemos vivir en dependencia al Espíritu Santo y a la Palabra de Dios, pero no
podemos con nuestras buenas intenciones o nuestro conocimiento teológico, o con
llevar una vida buena y religiosa, debemos vivir la vida espiritual que agrada
a Dios, debemos vivir rendidos y pastoreados por el Señor el Espíritu Santo,
esa debe ser nuestra realidad espiritual en todo tiempo.
Romanos 8:14-16. Palabra de Dios para
Todos (PDT). Los hijos de Dios se dejan guiar por
el Espíritu de Dios. El Espíritu que ustedes han recibido ahora no los
convierte en esclavos llenos de temor. Al contrario, el Espíritu que han
recibido los hace hijos. Por el Espíritu podemos gritar: «¡Querido padre!» El Espíritu mismo le habla a nuestro espíritu
y le asegura que somos hijos de Dios.
El Espíritu de Dios solamente guía a los que son hijos de Dios, a
aquellos que hemos confiado en nuestro Señor Jesucristo como nuestro Salvador,
a quienes le hemos recibido en nuestro corazón, a aquellos que somos templo y
morada del Espíritu Santo. Ahora bien, debemos entender que no todos los hijos
de Dios son guiados por el Espíritu de Dios, porque muchos son guiados por las
emociones, los sentimientos y sus deseos carnales.
Salmos 32:8. Dios Habla Hoy (DHH). El Señor dice: Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré
instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir.
Isaías 30:21. Palabra de Dios para Todos
(PDT). Cuando te desvíes a la izquierda o a la
derecha, oirás una voz detrás de ti diciéndote: «Por ahí es el camino, sigue
por él».
Que importante es que podamos vivir pastoreados y guiados por el
Señor el Espíritu Santo en todo tiempo y más que un asunto importante, es
realmente que lleguemos a andar como verdaderos hijos de Dios en este mundo
hasta que él nos llame a su presencia.
Para vivir realmente como hijos de Dios nos es necesario la
presencia y la vida del Señor el Espíritu Santo en nuestras vidas, nos es
necesario su obra regeneradora, su guía, su consejo, nos es necesario ser
pastoreados, pero para eso debemos entender la obra de la trinidad a favor
nuestro.
Cuando creímos en nuestro corazón en el Señor Jesucristo y su
resurrección fuimos nacidos de nuevo y nos volvimos nuevas criaturas, por lo
tanto por ese nuevo nacimiento fuimos engendrados por el Espíritu Santo y
hechos hijos de Dios. Nos es necesario descansar, reposar en Dios, que su
presencia nos llene, que su presencia nos de la libertad espiritual que
necesitamos.
Jeremías 29:12-14. Reina Valera
Contemporánea (RVC). Entonces ustedes me pedirán en
oración que los ayude, y yo atenderé sus peticiones. Cuando ustedes me busquen,
me hallarán, si me buscan de todo corazón. Ustedes me hallarán, y yo haré que
vuelvan de su exilio, pues los reuniré de todas las naciones y de todos los
lugares adonde los arrojé. Yo haré que ustedes vuelvan al lugar de donde
permití que se los llevaran.
Hay una voluntad general de Dios y que gobierna en los cielos, pero
es necesario que experimentemos su voluntad en la tierra, en los tiempos que
estamos viviendo, en nuestras vidas, en nuestros asuntos, en todos nuestros
caminos, como nuestro Señor Jesucristo nos ha enseñado, es la de presentarnos
allí en el lugar secreto.
Mateo 6:6-10. Nueva Traducción Viviente
(NTV). Pero tú, cuando ores, apártate a solas,
cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre,
quien todo lo ve, te recompensará. Cuando ores, no parlotees de manera
interminable como hacen los seguidores de otras religiones. Piensan que sus
oraciones recibirán respuesta solo por repetir las mismas palabras una y otra
vez. No seas como ellos, porque tu Padre sabe exactamente lo que necesitas,
incluso antes de que se lo pidas. Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que
estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. Que tu reino venga pronto.
Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo.
Conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas es la clave de la
oración, del crecimiento espiritual y de la productividad en nosotros.
Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó que conocer la voluntad de Dios
y el vivir en obediencia a ella es lo que realmente necesitamos y nos produce
vida. El Padre Celestial es el alfarero, nosotros la arcilla. Dios nos mantiene
girando en su rueda de alfarero, dándonos forma y reformándonos, para
asemejarnos más a Cristo, y así poder incluirnos en sus planes y propósitos de
acuerdo a su voluntad.
Dios está interesado en hacer conocer su pacto o su voluntad a la
humanidad, pero este privilegio no lo pueden disfrutar todos, ni siquiera todos
los hijos e hijas de Dios, este privilegio está restringido a los que tienen
íntima comunión con Dios, es en esto que debemos trabajar, esa es nuestra meta
diaria.
Salmos 25:14. Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy (NBLH). Los secretos del
Señor son para los que Le temen, y El les dará a conocer Su pacto.
Si verdaderamente deseamos conocer la voluntad de Dios, debemos
estar en íntima comunión con Dios. La comunión íntima con Dios la obtenemos al
invertir tiempo en orar, en interceder, en leer, estudiar, meditar y memorizar
su palabra, la obtenemos cuando llevamos todo ese conocimiento a una vida
práctica en todos nuestros asuntos, eso es realmente comunión.
Cuando caminamos con Dios en todos nuestros asuntos, o dicho de
otra manera cuando manejamos todo de la manera que Dios nos enseña, de la
manera correcta, con justicia, misericordia y amor. Es muy necesario que todos
los hijos e hijas de Dios conozcamos la voluntad de Dios en todas sus facetas para
vivir la vida correcta y experimentar la verdadera vida del reino de Dios. Es
necesario tener la motivación correcta y un deseo firme de querer agradar a
nuestro Padre Celestial.
Salmos 40:8. Traducción en lenguaje
actual (TLA). Dios mío, cumplir tu voluntad es mi más
grande alegría; ¡tus enseñanzas las llevo muy dentro de mí!
Salmos 37:4. Dios Habla Hoy (DHH). Ama al Señor con ternura, y él cumplirá tus deseos más
profundos.
Hechos 13:22. Nueva Traducción Viviente
(NTV). Pero Dios quitó a Saúl y lo reemplazó con
David, un hombre de quien Dios dijo: “He encontrado en David, hijo de Isaí, a
un hombre conforme a mi propio corazón; él hará todo lo que yo quiero que haga”
Debemos participar de lo que está haciendo en medio de nuestros
tiempos, debemos sensibilizarnos de modo que podamos entender y discernir la
voluntad de Dios. Así como lo hizo Pablo, que se movió en lo que Dios estaba
haciendo y se dejó guiar por el Señor el Espíritu Santo, necesitamos de manera
urgente entrar en esa voluntad que es buena, agradable y perfecta para nuestras
vidas y la humanidad, entendiendo que nuestros pensamientos, deseos y planes
por muy buenos que sean no alcanzan a la perfección a los de Dios. Debemos
tener la disposición correcta, para que nos sean revelados los planes de Dios
para nuestras vidas, es bueno conocer doctrina, memorizar versos bíblicos,
asistir a nuestra congregación dónde Dios nos ha colocado, es bueno llevar una
vida acorde a sus enseñanzas, pero mejor y más excelente es andar conforme a los planes y propósitos que
Dios tiene para nosotros.
Salmos 25:14. La Biblia de las Américas
(LBLA). Los secretos del Señor son para los que le
temen, y El les dará a conocer su pacto.
Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La
vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por
la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva,
santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No
vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su
manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la
voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es
perfecto.
Isaías 55:8-9. Reina Valera Contemporánea
(RVC). El Señor ha dicho: «Mis pensamientos no son
los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los
cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son
más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.
Jeremías 29:11. Dios Habla Hoy (DHH). Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su
bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo,
el Señor, lo afirmo.
Juan 16:13-15. Reina Valera Contemporánea
(RVC). Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él
los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que
hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir. Él me
glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber. Todo lo que tiene el
Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y se lo dará a conocer a
ustedes.
Les comparto a continuación algunos pensamientos del pastor Watchman
Nee y que me parecen muy validos acerca de este tema: cuando el Señor nos atrae,
a algunos los atrae por medio de su intelecto, a otros les conmueve sus
emociones y aún a otros por medio de su voluntad. Por lo general, la voluntad
es el medio que Dios menos utiliza para atraer a los hombres. Muchos aman las
verdades de la Biblia. Desean conocer más de estas verdades y esperan que otros
puedan ser edificados con ellas. Pasan horas estudiando la Biblia y son
versados en estudios bíblicos. Cuando no pueden interpretar un pasaje, se
sienten frustrados. Cuando creen que pueden interpretar un pasaje, se alegran.
Tales personas sólo se acercan a la Biblia con su mente. No llevan
necesariamente una vida cristiana apropiada. Hay que admitir que es difícil
llevar una vida cristiana auténtica sin usar la mente. Pero aquellos que sólo
tienen una comprensión intelectual de las doctrinas, no experimentan la vida
cristiana que esapropiada, la vida del Espíritu.
Hay otro grupo de personas que no son tan brillantes; no son muy
versadas, pero tienen mucho celo. Ríen y lloran con gran facilidad. Tienen sus
emociones a flor de piel. Cuando tocan la Biblia, son conmovidas fácilmente.
Laboran solamente cuando sienten que algo arde en su interior. En su celo, les
predican a todos los que se encuentran y no se detienen ni aunque queden
afónicos. A dondequiera que van, llevan consigo un aire de emotividad, pero
cuando su celo se desvanece, ni siquiera diez personas lograrían hacerlos mover
un solo centímetro. Tales personas tienen un alma fuerte. Pueden avivarse
fácilmente, y pueden avivar a muchos cuando sus corazones están ardiendo.
Pueden llorar o reír con otros, pero cuando baja la ola de sus emociones, no
pueden llevar a nadie al Señor. Tocan a otros con su emotividad. Cuando se
encuentran avivados, tienen un buen concepto de sí mismos, pero cuando se
enfrían, nada hará que los haga emprender algo.
Damos gracias al Señor, porque nuestro espíritu ha sido renovado y regenerado.
Este espíritu es nuestro hombre interior. Todo creyente ha recibido la vida de
Dios en su espíritu. El mismo Espíritu que habitó en Pablo también habita en un
hermano débil. Si somos del Señor, la nueva creación que tenemos en nuestro
espíritu será la misma que en los demás, pues Dios no hace acepción de
personas. Sin embargo, cuando el hombre interior expresa la vida del Señor,
pueden verse grandes diferencias, las cuales se relacionan con la constitución
natural del hombre. La mente, la parte emotiva y la voluntad, son las
facultades naturales del hombre, mientras que el Espíritu Santo, quien mora en
su interior, y su espíritu regenerado, han venido a ser el hombre nuevo, el
hombre interior.
Sin embargo, la persona aún tiene un hombre exterior, el hombre
viejo, el hombre natural. El hombre exterior se relaciona con el pecado. Al
hombre viejo se le puso fin en la cruz, pero la vida de la vieja creación aún
permanece. Puesto que el hombre interior sólo puede expresarse por medio del
hombre exterior, las expresiones y manifestaciones son diferentes en distintas
personas. La vida interior se ve estorbada por el hombre exterior. Por lo
tanto, el hombre exterior debe llegar a su fin. De no ser así, siempre habrá
obstáculos que impedirán que el hombre sirva al Señor dentro de la perfecta
voluntad.
A fin de que la persona salva y regenerada pueda expresar la vida
del Señor, necesita dar dos pasos. El primero es creer, que consiste en recibir
la vida nueva, y el segundo, es consagrarse, que consiste en entregar al Señor
su hombre exterior para que la vida nueva se exprese. Es como tener una casa
rodeada por un terreno. Podemos pensar que la casa es el hombre interior, y que
el terreno que la rodea es el hombre exterior. Si la casa pertenece a una
persona, y el terreno a otra, habrá problemas. Por consiguiente, tan pronto
como un hombre cree, debe consagrar su vida al Señor. La consagración consiste
en entregar nuestro hombre exterior al Señor, para que le pertenezca a El, de
la misma forma que el hombre interior.
Muchos creyentes no se han definido todavía. Cuando se les pregunta
si son salvos, dicen que sí. Pero a pesar de que son salvos, su hombre exterior
nunca ha sido tocado. La vida interior que tienen está limitada al no poder
expresarse. Por consiguiente, no debemos simplemente creer en el Señor y
quedarnos en la etapa de ser salvos y regenerados. También debemos consagrar
nuestro hombre exterior al Señor. Si un hombre está dispuesto a consagrar al
Señor su mente, su parte afectiva y su voluntad, expresará la vida del Señor.
El problema que vemos hoy, es que aunque muchos se han consagrado,
lo hacen a su propio antojo. Se consagran sólo cuando quieren hacerlo, y cuando
les conviene, cuando no quieren, no lo hacen. La mayoría de las personas son
guiadas por su intelecto y sus emociones, y su interés fundamental es
satisfacer su propia carne, sus propios deseos.
Muchos se comunican con el Señor valiéndose de su mente y de sus
emociones. Son pocos los que se comunican con El usando su voluntad. Es fácil
encontrar creyentes que valoran las doctrinas de la Biblia. No se requiere
mucho esfuerzo para escuchar un mensaje que no nos exige pagar ningún precio.
Después de escuchar un buen mensaje, regresan contentos a casa, pero no sucede
nada más. Otros tienen emociones sensibles. Siempre están activos trabajando
para el Señor. Estos son mejores que los que son insensibles, pero son tan
inestables como las olas del mar. Quizás ellos preparen un mensaje con mucho
celo. Después de compartir el mensaje, es posible que piensen secretamente en
su corazón cuán bueno fue su mensaje y cuántos fueron conmovidos.
Quizás estén tan gozosos que no puedan dormir en toda la noche.
(Muchas personas no pueden dormir por causa del dolor, pero éstos no pueden
dormir por causa del gozo). Estas personas se complacen con las actividades de
la carne. Aunque estén sirviendo al Señor exteriormente, en realidad se
satisfacen a sí mismas. No han entregado su voluntad plenamente al Señor. Deben
consagrar su voluntad incondicionalmente al Señor y ser disciplinadas por El. Antes
de ofrecer algún servicio válido al Señor, deben permitirle que guíe su mente y
su parte emotiva, a fin de no ser gobernadas por una mente activa ni ser
impulsadas por sus emociones.
En Génesis
18, cuando Dios estaba a punto de destruir la ciudad de Sodoma, fue a
ver a Abraham, porque no podía ocultarle lo que iba a hacer. Abraham era amigo
de Dios. El no era un esclavo de Dios, porque el esclavo no sabe lo que hace su
señor; sólo el amigo conoce la mente de un amigo. No había barreras entre
Abraham y Dios, y por esto Dios no podía ocultar lo que iba a hacer. Lot era
pariente de Abraham; él pudo haber tenido mucho conocimiento espiritual, pero
Dios no habló con él; sólo habló con Abraham.
Sería muy extraño si Lot se me acercara y me preguntara: “¿Cómo
puedo conocer la voluntad de Dios?” Abraham era apto para conocer la voluntad
de Dios, pero Lot no. Sería inútil que Lot supiera cuál era la voluntad de
Dios. Lot aún seguiría siendo Lot. ¿Quién es usted? ¿Es usted Abraham o Lot?
Muchos prestan atención sólo a los métodos para conocer la voluntad de Dios. Es
necesario conocer los métodos, pero debemos ser como Abraham para
comprenderlos. Si es alguien como Lot, quien está aprendiendo estos métodos,
aunque sean los mejores, de nada servirán, porque es una persona que vive en el
mundo. No ha puesto fin a su relación con el mundo ni con la posición que tiene
en él.
Necesitamos aplicar la luz de Dios para ver si en nosotros hay
pecados, sean grandes o pequeños. ¿Hemos cometido alguna injusticia? ¿Le
debemos algo a alguien? ¿Hemos sido negligentes en nuestro comportamiento o
hemos sido incorrectos en nuestras palabras, gestos o actitudes? ¿Estamos
todavía aferrados a algo? Todos estos pecados, grandes y pequeños, afectan
nuestra aptitud para conocer la voluntad de Dios.
En cuanto a conocer la voluntad de Dios, Pablo dijo que no debemos
ser insensatos, sino entender cuál es la voluntad del Señor, así que manos a la
obra.
Efesios 5:17. Nueva Biblia al Día (NBD). Por tanto, no se insensatos, sino entiendan cuál es la
voluntad del Señor.
Bendiciones.
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