Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Decisiones: cuando no sabemos que hacer-


La vida de cada ser humano se construye sobre la base de las decisiones, sean buenas o malas y en ese camino hay momentos de grandes encrucijadas, de momentos y circunstancias en la que todo parece oscuro, confuso y en algunas ocasiones hasta imposible y sin esperanza; en ocasiones nos encontramos en situaciones en las que no pedimos estar, otras veces esas situaciones han llegado por causa de otras personas y otro tanto son por nuestras propias decisiones.

1 Corintios 10:22-24. Traducción en lenguaje actual (TLA). ¿O es que quieren que Dios se enoje? ¡Nosotros no somos más fuertes que Dios! Algunos de ustedes dicen: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana. Por eso, tenemos que pensar en el bien de los demás, y no sólo en nosotros mismos.

En esos momentos es que necesitamos y deseamos encontrar la solución y buscamos siempre la manera de encontrar la salida a veces de maneras equivocadas; otro tanto de personas llega a tomar decisiones irremediables, otras veces fatales que marcan el rumbo a seguir de sus vidas y las de las personas que los rodean. 

Solo en Cristo podemos experimentar lo que es realmente tomar decisiones acertadas y que dan fruto para vida eterna con la guía y la ayuda de nuestro Señor el Espíritu Santo.

Juan 14:5-7. Traducción en lenguaje actual (TLA). Pero Tomás le dijo: —Señor, si no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber qué camino tomar? Jesús le respondió: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre. Y desde ahora lo conocen, porque lo están viendo.

Es bueno recordar que no siempre lo que deseamos y decidimos es realmente lo que nos conviene y lo que necesitamos. Es acá donde debemos detenernos a pensar en que podemos hacer muchas cosas, y tomar decisiones una y otra vez de acuerdo a nuestro libre albedrío, llevando una vida manejada por nuestros deseos y nuestros sentidos o simplemente una vida impulsada por las circunstancias que nos acompañan desde el día de nuestro nacimiento.

Mateo 7:11. Traducción en lenguaje actual (TLA). Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las pidan.

Sólo en Dios podemos ver nuestras vidas con propósitos y realización existencial, sólo guiados por el Padre Celestial a través de su Espíritu Santo, podremos encontrar el verdadero camino que nos dará satisfacción y nos conducirá a tomar las mejores y más convenientes decisiones. Es bueno recordar que el Padre Celestial quiere siempre lo mejor para nosotros, él desea que lleguemos a disfrutar de la vida, él espera que nos desarrollemos de la manera adecuada, que demos buenos frutos en todo lo que somos y emprendemos, que seamos personas que constantemente estemos produciendo buenas obras.

Jeremías 29:11-14. Traducción en lenguaje actual (TLA). Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. Cuando ustedes me pidan algo en oración, yo los escucharé. Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón. Estaré con ustedes y pondré fin a su condición de esclavos. Los reuniré de todas las naciones por donde los haya dispersado, y los haré volver a Jerusalén. Les juro que así lo haré.

Muchas veces nos puede llegar a invadir la angustia de no saber qué hacer cuando se supone que debemos saberlo y esto ejerce una presión muy fuerte sobre los hombros de cualquier persona. Tomar decisiones acertadas es realmente el buscar y encontrar el camino hacia nuestro propósito de ser y de existir. Nos planteamos cómo llegar de un punto al siguiente sin cometer errores perjudiciales, pero el corazón nos puede llegar a engañar, es por eso que debemos pensar de la manera correcta y en cada momento estar conscientes de que está en juego nuestro futuro y el de nuestra familia.

Jeremías 17:9. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿Quién lo comprenderá?

Proverbios 14:12. Palabra de Dios para Todos (PDT). Hay caminos que a uno le parecen correctos, pero en realidad llevan a la muerte.

A continuación, veremos a través de la vida Josafat la valiosa enseñanza de como aprender a tomar decisiones en los momentos difíciles y oscuros de nuestras vidas. 

Comencemos con el trasfondo de esta historia. Josafat era el rey de la próspera Judá, un reino codiciado desde hacía siglos por las naciones vecinas. Las fuerzas armadas del rey no eran lo suficiente numerosas para enfrentar a más de una nación a la vez. Las posibilidades de triunfar sobre los amonitas, los moabitas y los Edomitas, eran de cien a cero, en pocas palabras todo estaba perdido, el destino para Judá y su rey desde todo punto de vista humano era la aniquilación total.

En aquella época todos esperaban que el rey supiera qué hacer, que tomara las decisiones acertadas, el ejército esperaba órdenes concretas, los pueblos que constituían Judá aguardaban un edicto con regulaciones y procederes estratégicos para tiempos de guerra. La presión que sentía Josafat se acrecentaba con cada mensajero que llegaba para avisar sobre la distancia a la que estaban las tropas enemigas, pero a pesar de todo ello, el monarca eligió presentar su causa ante el Señor.

La decisión del rey Josafat puede ser evaluada por muchos como absurda a nivel bélico, o peor aún, calificarla como una decisión errada y sin sentido común. Cualquiera que no conozca a Dios puede pensar que esta historia es un mito, que en la vida real sería una completa locura, un suicidio de una nación entera, pero los que somos de Cristo sabemos que nuestro Padre Celestial pelea por cada uno de sus hijos e hijas en cada una de las naciones dónde se encuentren.

Las decisiones son parte de nuestro diario vivir en esta tierra, las tomamos en cada instante, en cada asunto, en cada situación que enfrentamos, pero no todas tienen un carácter tan dramático como la del pueblo de Judá y su rey Josafat, pero cada una tiene resultados buenos y malos sobre nuestro presente y nuestro futuro, construimos el edificio de nuestras vidas con cada una de ellas. Es por eso que nuestras decisiones no deben ser tomadas con ligereza, ni tampoco con temor, lo debemos hacer de manera acertada y con sabiduría.

Tomamos decisiones para comer, para vestirnos, para dormir, para levantarnos, para estudiar, para trabajar, para vivir en determinado lugar, para elegir nuestras amistades en fin las tomamos con todo lo que nos relacionamos y con lo que deseamos. Hay decisiones que condicionan destinos, que definen porvenires, esas deben ser observadas y tomadas con mayor cautela, con prudencia y con fe.

Pero debemos partir del punto en que hemos sido redimidos, comprados y cambiados en nuestra naturaleza y genética espiritual; ahora somos hijos de Dios, nos conviene sólo las cosas del reino de los cielos, nos conviene tomar decisiones conforme a los parámetros del Padre Celestial. El Espíritu Santo está con nosotros y nos guiaría a toda verdad y esa promesa es eterna para los hijos de Dios. 

No siempre hay que saber qué hacer, pero es necesario saber a quién siempre acudir. Dios ve lo que yo no veo, puede lo que yo no puedo, sabe lo que yo no sé, así que es una decisión inteligente pedirle y permitirle a él guiarnos en la toma de nuestras decisiones.

Juan 14:15-17. Traducción en lenguaje actual (TLA). Jesús promete enviar al Espíritu Santo. Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos.  Y yo le pediré a Dios el Padre que les envíe al Espíritu Santo, para que siempre los ayude y siempre esté con ustedes. Él les enseñará lo que es la verdad. Los que no creen en Dios y sólo se preocupan por lo que pasa en este mundo, no pueden recibir al Espíritu, porque no lo ven ni lo conocen. Pero ustedes sí lo conocen, porque está con ustedes, y siempre estará en medio de ustedes.

Por absurdo que le parezca a algunos el concepto de que Dios nos guía en todos nuestros asuntos y en la toma de decisiones, es una verdad real para los hijos e hijas de Dios; nuestro Padre Celestial es el Creador de todo los que existe en los cielos, de todo el universo y lo que contiene, él es Creador de nuestro sistema solar, él creó la tierra en la que habitamos, él nos creó como seres humanos a su imagen y semejanza y desea lo mejor para nuestras vidas.

Es por eso, por lo que Dios nos guía de diferentes maneras, cada una de ellas única y clara, pero se han de discernir espiritualmente. Nos guía a través de una certeza sobrenatural por su Espíritu Santo a través de nuestro espíritu vivificado, o a través de un pasaje de las Escrituras, o mediante una cadena de circunstancias. En ocasiones llega a usar medios originales e irracionales como lo puede ser una mula parlante.

Decidir bien debe ser nuestro lema en todo momento, nuestra consigna en todos los asuntos y proyectos que emprendamos. Nuestra nueva vida, es una relación cercana  e íntima con Dios en todo momento, de comunión total, sin intrigas, sin secretos, con transparencia, ese es nuestro estado ideal.

2 Crónicas 20:1-4. Nueva Biblia al Día (NBD). Josafat derrota a Moab y Amón. Después de esto, los moabitas, los amonitas y algunos de los meunitas le declararon la guerra a Josafat, y alguien fue a informarle: «Del otro lado del Mar Muerto y de Edom viene contra ti una gran multitud. Ahora están en Jazezón Tamar, es decir, en Engadi.»  Atemorizado, Josafat decidió consultar al Señor y proclamó un ayuno en todo Judá. Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda del Señor.

Demos una mirada a los diccionarios sobre el concepto de lo que es la decisión.

Decidir Hebreo determinar, H1504 גָּזַר, gazár: raíz primaria; cortar o arrancar; (figurativamente) destruir, dividir, excluir o decidir: apartado, arrebatar, cortar, destruir, determinar, dividir, excluir, partir, quitar, sentencia, ser cortado, ser quitado.

La crisis, derivado del griego krísis ‘decisión’: del verbo kríno ‘yo decido, separo, juzgo’, designa el momento en que se produce un cambio muy marcado en algo o en una situación: en una enfermedad, en la naturaleza, en la vida de una persona, en la vida de una comunidad. En política, designa la situación política de un país cuando ha dimitido un gobierno y todavía no se ha nombrado otro, o crisis de un gobierno al dimitir un ministro. En lenguaje corriente, significa un cambio total o parcial de una situación. Pasar por una crisis: dificultad, situación momentáneamente mala de una persona, grupo o empresa. En economía: mala situación económica.

Se suele decir que toda crisis es una oportunidad para un cambio de rumbo: Toda crisis es un fracaso de nuestra humanidad y una oportunidad para ver el poder, la fidelidad y el amor de Dios a favor nuestro por medio de sus promesas y la obra del Señor el Espíritu Santo.

En general es el cambio brusco en el curso de una enfermedad, mutación importante en el desarrollo de procesos, cambio de una situación en un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese, momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes, escasez, carestía, situación dificultosa o complicada.

2 Crónicas 20:3. Nueva Biblia al Día (NBD). Atemorizado, Josafat decidió consultar al Señor y proclamó un ayuno en todo Judá.

La crisis es un fracaso porque el mundo se nos viene abajo, perdemos la creencia o la confianza en un marco de seguridades al que hasta ahora nos habíamos atenido, pero todo esto nos lleva a tomar decisiones; veamos la decisión y la actitud que tomó Josafat: él buscó la presencia de Dios y guió a todo el pueblo a buscar la ayuda divina.

La dependencia nuestra al Espíritu Santo nos da la certeza y la convicción de que su voluntad es lo que realmente nos conviene.

Eclesiastés 3:11. Dios Habla Hoy (DHH). Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará.

Podemos intentar salir de muchas maneras de todas las situaciones adversas que estemos viviendo, pero nuestra naturaleza de hijos e hijas de Dios nos hace que sólo anhelemos y busquemos la ayuda de nuestro Padre Celestial, es nuestro espíritu vivificado el que nos hace que busquemos su rostro y su ayuda en medio de nuestras dificultades, es el que nos hace colocar toda nuestra esperanza y nuestra confianza en Dios, y desde lo más profundo de nuestro ser decimos como Josafat: 

Dios nuestro ¿acaso no vas a dictar sentencia contra ellos? Nosotros no podemos oponernos a esa gran multitud que viene a atacarnos. "!No sabemos qué hacer¡, !en ti hemos puesto nuestra esperanza¡”. 2 Crónicas 20:12. Nueva Biblia al Día. (NBD). 

El apóstol Pablo supo lo que significa esta verdad  para el que confía en Dios: "Porque andamos por fe, no por vista" (2 Corintios 5:7. RVR1960).

2 Crónicas 20:4-10. Nueva Biblia al Día (NBD). Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda del Señor. En el templo del Señor, frente al atrio nuevo, Josafat se puso de pie ante la asamblea de Judá y de Jerusalén,  y dijo: Señor, Dios de nuestros antepasados, ¿no eres tú el Dios del cielo, y el que gobierna a todas las naciones? ¡Es tal tu fuerza y tu poder que no hay quien pueda resistirte! ¿No fuiste tú, Dios nuestro, quien a los ojos de tu pueblo Israel expulsó a los habitantes de esta tierra? ¿Y no fuiste tú quien les dio para siempre esta tierra a los descendientes de tu amigo Abraham? Ellos la habitaron y construyeron un santuario en tu honor, diciendo: Cuando nos sobrevenga una calamidad, o un castigo por medio de la espada, o la peste o el hambre, si nos congregamos ante ti, en este templo donde habitas, y clamamos a ti en medio de nuestra aflicción, tú nos escucharás y nos salvarás.”

Que el Padre Celestial nos ayude a entender que es a la manera de él, conforme a su voluntad para nosotros, que podemos salir de todas las malas situaciones, que es derramando nuestro corazón delante de él, que es confiando en nuestro Padre Celestial, que es creyendo la verdad espiritual, de que él conoce todas nuestras circunstancias, nuestras pruebas, nuestras decisiones, que él conoce nuestras necesidades económicas, que él conoce nuestros cuerpos, pero sobre todo, en su eternidad él conoce nuestro futuro y que nos puede ayudar a tomar las mejores decisiones; que aunque nos hayamos equivocado en el pasado o en nuestro presente, él puede enderezar nuestro camino y llevarnos hacia su voluntad que es buena, agradable y perfecta.

La respuesta de Dios no se hizo esperar y fue a través de un hombre del pueblo ,quien profetizó las buenas nuevas para ese momento. 2 Crónicas 20:15-17. Nueva Biblia al Día (NBD). Y dijo Jahaziel: Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes sino mía. Mañana, cuando ellos suban por la cuesta de Sis, ustedes saldrán contra ellos y los encontrarán junto al arroyo, frente al desierto de Jeruel. Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla. Simplemente, quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengan miedo ni se acobarden! Salgan mañana contra ellos, porque yo, el Señor, estaré con ustedes.”

Esa respuesta que necesitamos llega cuando reconocemos nuestra condición delante de Dios y nos desbordamos en adoración y alabanza a nuestro Creador, a aquel quien nos adoptó por medio de nuestro hermano mayor, nuestro Señor Jesucristo. 

Es en esos momentos en los que debemos comportarnos de acuerdo a nuestra nueva naturaleza, es cuando debemos recordar nuestro linaje real y celestial, es cuando debemos tener conciencia espiritual y apropiarnos del lugar espiritual en Cristo, el lugar en el que hemos sido puestos. Es en una genuina dependencia al Señor en que podemos obtener la victoria que necesitamos, veamos el siguiente mensaje profético. "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu" (Zacarías 4:6. RVR1960). Todo lo que debemos hacer como hijos e hijas de Dios es ubicarnos sobre los fundamentos de la fe para observar la gran victoria de Dios.

Descansemos en sus promesas, refugiémonos en nuestro Padre Celestial, busquemos su rostro, en medio de las necesidades, en medio de las tribulaciones, en medio de los problemas, porque en él tenemos solución y provisión para todo lo que necesitemos en esta vida y en la venidera. Dispongamos nuestro corazón y nuestro ser para ser pastoreados y guiados por nuestro Señor el Espíritu Santo, pidamos en todo tiempo el ser llenos de su presencia, el ser llenos de sabiduría, el ser llenos de inteligencia espiritual, el ser llenos del temor de Dios, el ser llenos de  su consejo, el ser llenos de dones y talentos; recordemos que nuestra necesidad ya está suplida en Jesucristo. Recordemos sus promesas y apropiémonos de ellas para que se hagan realidad en nuestras vidas y nuestras circunstancias.

Josafat descubrió el milagro que hay tras confiar a Dios lo imposible. Dios lo sorprendió al punto que no tuvo siquiera que pelear. Nuestro Padre Celestial siempre tiene mejores estrategias que las nuestras. Nos inspira la valentía de Josafat, pues no sucumbió ante lo que sus sentidos físicos veían, antes buscó la guía y el consejo de Dios. 

Un hijo e hija de Dios triunfa en todo, porque busca aquello que Dios quiere, ese es el gran secreto que está disponible para aquellos que lo busquemos de corazón sincero. No hay logro más grande que hacer la voluntad de Dios. No hay felicidad más plena que seguir los planes y propósitos de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Romanos 8:26-39. Dios Habla Hoy (DHH). De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo.

Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria.

¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? ¿Quién podrá acusar a los que Dios ha escogido? Dios es quien los hace justos. ¿Quién podrá condenarlos? Cristo Jesús es quien murió; todavía más, quien resucitó y está a la derecha de Dios, rogando por nosotros. ¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta?

Como dice la Escritura: Por causa tuya estamos siempre expuestos a la muerte; nos tratan como a ovejas llevadas al matadero. Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!

Reposemos en su presencia en la que hay plenitud de gozo, descansemos en Dios, porque él es el que puede vencer al enemigo de nuestras almas, él puede devolvernos la salud, la paz, el gozo, él nos quiere bendecir y prosperar en todas las cosas, porque somos sus hijos y quiere lo mejor para nosotros; presentemos nuestras vidas a Dios en gratitud, en oración, en adoración y alabanza; mientras estemos vivos aún hay esperanza para que se cumplan los propósitos Dios, él es el que abre puertas que nadie puede cerrar, cuando el da una Palabra sobre nuestras vidas, la cumple por su fidelidad y su naturaleza divina.

Job 22:28. La Biblia de las Américas (LBLA). Decidirás una cosa, y se te cumplirá, y en tus caminos resplandecerá la luz.

Bendiciones.                   

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