Éxodo 20:2-3. Palabra de Dios para Todos
(PDT). Yo soy el SEÑOR tu Dios que te rescató de
Egipto donde eras esclavo. No adores otros dioses además de mí.
Deuteronomio 5:29. Dios Habla Hoy (DHH). ¡Ojalá piensen siempre de la misma manera, y me honren y
cumplan mis mandamientos todos los días, para que tanto ellos como sus hijos
tengan siempre una vida dichosa!
Cuando apareció el Señor Jesucristo en medio de nosotros, vino a
cumplir con la comisión del Padre Celestial, encargo que cumplió a cabalidad para poder
rescatarnos de la condenación y de la muerte eterna; Él vino a liberarnos de
nuestra mala manera de vivir, vino a cambiar nuestra condición y nos dejó al Señor el Espíritu Santo para enseñarnos y ayudarnos a
entender la realidad de nuestras vidas, la realidad de nuestra existencia.
Veamos una realidad existencial que aplica a todo ser humano sin
importar la condición, ni la creencia; en nuestro ser hay una
necesidad de adorar, es algo que viene con nosotros, el dilema del ser humano es poder
comprender esta realidad, el asunto es que podamos hacer lo correcto para vivir
de acuerdo para lo que fuimos creados en esta tierra; porque si lo hacemos de esa manera y nos dejamos guiar, veremos una vida fructificada.
La idolatría ataca directamente el propósito de la adoración en los
seres humanos y distorsiona la realidad espiritual en la mente y el corazón de los seres humanos; lo
más importante que debemos entender de este tema que vamos a estudiar el día de
hoy, es ver lo que es adorar y lo que significa realmente adoración para nosotros y así comprender también lo que es la idolatría, cómo
afecta a las personas y las consecuencias que trae consigo, ya que no solamente es
hacer y adorar imágenes, la idolatría va mucho más allá de esto.
Juan 4:23-24. Reina-Valera 1960
(RVR1960). Mas la hora viene, y ahora es, cuando
los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que
le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
La adoración es en realidad un estado espiritual, una forma de vida
en la que desarrollamos un reconocimiento a Dios, nuestro Creador, y en la que
desarrollamos una comunión íntima y constante. La verdadera adoración es un
amor desbordado que sale de lo más profundo de nuestro ser, que sale de nuestro
corazón y que va dirigido a nuestro Padre Celestial.
2 Crónicas 16:8-9. La Biblia de las
Américas (LBLA). ¿No eran los etíopes y los libios
un ejército numeroso con muchísimos carros y hombres de a caballo? Sin embargo,
porque te apoyaste en el Señor, El los entregó en tu mano. Porque los ojos del Señor recorren toda la
tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo. Tú has
obrado neciamente en esto. Ciertamente, desde ahora habrá guerras contra ti.
Aquel que conoce a Dios en la intimidad y en su vivencia diaria
será un excelente candidato para ser un verdadero adorador. Es verdad que nos
debemos congregar para glorificar a Dios y llevar una vida de templo, pues esto
es agradable a Él, pero solo cuando aprendemos a adorarlo en todo momento y en
todo lugar, vamos en camino para convertirnos en verdaderos adoradores. Una
vida de adoración es aquella que se manifiesta en todas las cosas y en todas
nuestras relaciones de acuerdo a la voluntad del Padre Celestial, eso realmente
es adorar, eso es realmente amar a Dios.
Salmos 40:8. Dios Habla Hoy (DHH). A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío; ¡llevo tu
enseñanza en el corazón!
Mateo 22:34-40. Nueva Biblia al Día
(NBD). El mandamiento más importante. Los fariseos
se reunieron al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos. Uno de ellos, experto en la ley, le tendió una trampa con esta pregunta: —Maestro, ¿cuál es
el mandamiento más importante de la ley? —“Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Éste es el
primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo.” De estos dos mandamientos dependen toda la
ley y los profetas.
Juan 14:15. Traducción en lenguaje actual
(TLA). Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen
mis mandamientos.
1 Juan 2:15-17. Dios Habla Hoy (DHH). No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno
ama al mundo, no ama al Padre; porque nada de lo que el mundo ofrece viene
del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos
deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y
el orgullo de las riquezas. Pero el mundo se va acabando, con todos sus
malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.
A continuación, veamos los significados los diferentes
diccionarios.
Adoración, heb. generalmente shâjâh, "inclinación",
"adoración"; âtsab; segid; gr. generalmente latréia,
"servicio" [religioso], "culto"; latréuÇ,
"servir", especialmente en relación con las formas externas de adoración;
proskunéin, "postrarse", "besar" [como adoración];
proskunéÇ, "rendir obediencia [reverencia]", "postrarse".
Actitud de humildad, reverencia, honor, devoción y adoración que señalan
adecuadamente las relaciones entre los seres creados y su Creador,
particularmente en su presencia.
La Biblia enseña que tal adoración es debida sólo al único Dios verdadero (Éxodo 20:1-5; 34:14; Mateo 4:10). Los ángeles, aunque son seres celestiales, no deben ser objeto de adoración.
La Biblia enseña que tal adoración es debida sólo al único Dios verdadero (Éxodo 20:1-5; 34:14; Mateo 4:10). Los ángeles, aunque son seres celestiales, no deben ser objeto de adoración.
Apocalipsis 19:10. Dios Habla Hoy (DHH). Me arrodillé a los pies del ángel, para adorarlo, pero él
me dijo: No hagas eso, pues yo soy siervo de Dios, lo mismo que tú y tus
hermanos que siguen fieles al testimonio de Jesús. Adora a Dios.
Deuteronomio 6:4-6. Nueva Biblia al Día
(NBD). Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el
único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con
todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.
Lucas 4:8. Nueva Biblia al Día (NBD). Escrito está: Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente
a él.
No vivir en el plan y el propósito para el cual fuimos creados nos
lleva hacia la idolatría; sólo encontramos dos posiciones espirituales en las
que podemos estar: una es estar sentados juntamente con Cristo en los lugares
celestiales y la otra es en el mundo dentro del reino de las tinieblas, en el
pecado.
Juan 3:19. RVR1960. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Juan 3:19. RVR1960. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Veamos lo que es en realidad la idolatría
En sentido propio y clásico, idolatría es la adoración o el culto
que se tributa a entidades, objetos, imágenes o elementos naturales que se
consideran dotados de poder divino, o también a divinidades falsas, vanas
apariencias. Sin embargo, la idolatría va mucho más allá de las figuras externas
que se puedan hacer y adorar, es un acto del corazón del ser humano rendido hacia un objeto,
una persona o otro ser que ocupe el primer lugar en nuestros corazones; ese primer
lugar le corresponde sólo a Dios, a nuestro Creador, a nuestro Padre Celestial, a nuestro Señor Jesucristo, a nuestro Señor el Espíritu Santo.
Ídolo Heb תְּרָפִים, Terafim, ídolo de familia, ídolo doméstico, estatua, ídolo, terafín,
máscara cultica, símbolo divino. Este vocablo en semítico occidental adquiere
la forma básica de tarpi. Su significado fundamental es espíritu o demonio, el
término figura en el hebreo bíblico 15 veces, dioses falsos que incitan a
quitar toda la adoración y servicio a Dios. ¿Qué es un ídolo? Un ídolo es una
imagen, una representación de algo o un símbolo, material o imaginario, que es
objeto de devoción fervorosa; en términos generales, la idolatría es la
veneración, amor, culto o adoración de un ídolo.
De acuerdo con el uso bíblico, idolatría incluye tanto la adoración
de falsos dioses en diversas formas como la adoración de imágenes. Otros asuntos y prácticas son tomados como
idolatría como se observa dentro del Nuevo Testamento, como la glotonería (Filipenses 3:19. La Biblia de las
Américas (LBLA). Cuyo fin es perdición, cuyo dios
es su apetito y cuya gloria está en su vergüenza, los cuales piensan sólo en
las cosas terrenales) y actitudes como la codicia
o avaricia (Efesios
5:5 La Biblia de las Américas (LBLA). Porque con
certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra,
tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios), lo que está en armonía con el énfasis espiritual en el Nuevo Testamento.
Así, idolatría es toda forma de adoración, reverencia, culto que se hace a objetos sagrados, personas, instituciones, o cualquier otra cosa que
tome el lugar de Dios o que disminuya el honor que le debemos dar. Idolatría,
en el sentido de este estudio, es la desviación de la verdadera adoración a
Dios. El ser humano cambia la gloria del verdadero Dios por dioses sustitutos
que él mismo hace. Pone la vergüenza en lugar de la gloria, la corruptibilidad
en el lugar de la incorruptibilidad, las mentiras en lugar de la verdad.
Entremos al contexto bíblico de la idolatría que se practicó desde
muy temprano en la historia. Los antepasados inmediatos de Abrahán
"servían a dioses extraños" (Josué
24:2). Satanás estimuló el hombre a exaltarse a sí
mismo. En lugar de que los seres humanos reconocieran que fueron hechos a
imagen de Dios, hacen dioses para sí de su propia imagen y se rebajan al punto
de adorar aves, insectos y otros animales.
Los patriarcas se dedicaron a la adoración monoteísta de Dios, pero
miembros de sus familias fueron influidos a veces por la idolatría (Génesis 31:30, 32-35; 35:1-4). Fue un pecado frecuente en
Israel (Deuteronomio 32:16; 2
Reyes 17:12; Salmos 106:38) y una preocupación más que
pasajera en la iglesia cristiana primitiva (1
Corintios 12:2).
Es por eso que Dios fue muy claro con este asunto de la idolatría
como lo vemos en el siguiente capítulo de Deuteronomio.
Deuteronomio 4:1-2, 9-31, 39-40. La
Biblia de las Américas (LBLA). Ahora pues, oh
Israel, escucha los estatutos y los decretos que yo os enseño para que los
ejecutéis, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el
Señor, el Dios de vuestros padres, os da. No añadiréis nada a la palabra que yo
os mando, ni quitaréis nada de ella, para que guardéis los mandamientos del
Señor vuestro Dios que yo os mando.
Por tanto, cuídate y
guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos
han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que
las hagas saber a tus hijos y a tus nietos. Recuerda el día que estuviste
delante del Señor tu Dios en Horeb, cuando el Señor me dijo: “Reúneme el pueblo
para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos
los días que vivan sobre la tierra y las enseñen a sus hijos.”
Os acercasteis, pues, y
permanecisteis al pie del monte, y el monte ardía en fuego hasta el mismo cielo:
oscuridad, nube y densas tinieblas. Entonces el Señor os habló de en medio del
fuego; oísteis su voz, sólo la voz, pero no visteis figura alguna. Y El os
declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: esto es, los diez
mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. Y el Señor me ordenó en
aquella ocasión que os enseñara estatutos y decretos, a fin de que los
cumpliérais en la tierra a la cual vais a entrar para poseerla.
Advertencia contra la idolatría
Así que guardaos bien, ya
que no visteis ninguna figura el día en que el Señor os habló en Horeb de en
medio del fuego; no sea que os corrompáis y hagáis para vosotros una imagen
tallada semejante a cualquier figura: semejanza de varón o hembra, semejanza de
cualquier animal que está en la tierra, semejanza de cualquier ave que vuela en
el cielo, semejanza de cualquier animal que se arrastra sobre la tierra,
semejanza de cualquier pez que hay en las aguas debajo de la tierra. No sea que
levantes los ojos al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todo el
ejército del cielo, y seas impulsado a adorarlos y servirlos, cosas que el
Señor tu Dios ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.
Pero a vosotros el Señor os
ha tomado y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que fuerais
pueblo de su heredad como lo sois ahora. Y el Señor se enojó conmigo a causa de
vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra
que el Señor tu Dios te da por heredad. Porque yo moriré en esta tierra, no
cruzaré el Jordán; mas vosotros pasaréis y tomaréis posesión de esta buena
tierra. Guardaos, pues, no sea que olvidéis el pacto que el Señor vuestro Dios
hizo con vosotros, y os hagáis imagen tallada en forma de cualquier cosa que el
Señor tu Dios te ha prohibido. Porque el Señor tu Dios es fuego consumidor, un
Dios celoso.
Cuando hayáis engendrado
hijos y nietos, y hayáis permanecido largo tiempo en la tierra, y os corrompáis
y hagáis un ídolo en forma de cualquier cosa, y hagáis lo que es malo ante los
ojos del Señor vuestro Dios para provocarle a ira, pongo hoy por testigo contra
vosotros al cielo y a la tierra, que pronto seréis totalmente exterminados de
la tierra donde vais a pasar el Jordán para poseerla. No viviréis por mucho
tiempo en ella, sino que seréis totalmente destruidos. Y el Señor os dispersará
entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones adonde el
Señor os llevará. Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera
y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.
Pero desde allí buscarás al
Señor tu Dios, y lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu
alma. En los postreros días, cuando estés angustiado y todas esas cosas te
sobrevengan, volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz. Pues el Señor tu
Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto
que El juró a tus padres.
Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el Señor es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro. Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.
Todos los pueblos con los que el antiguo Israel se relacionó
practicaban la idolatría en los sentidos mencionados. En el antiguo Egipto se
acostumbraba representar a los dioses en forma de animales (toro, halcón, etc.)
o con forma humana y algunas características animales (hombre con cabeza de
chacal o de toro). Se acostumbraba también adorar al faraón, quien se suponía
que al morir se reunía con los dioses. Por último, algunos animales, tales como
los cocodrilos del Nilo, también recibían culto en Egipto.
Contra estas idolatrías impotentes se dirigieron las plagas que Dios
envió antes del éxodo. En Mesopotamia, los ídolos con forma de animales eran
más escasos; preferían imágenes con forma humana, hechas de madera y cubiertas
de oro (Daniel 2.31-45). En Persia había una multitud de dioses, cada uno con su
propia imagen. Pero con el tiempo la religión persa se fue concentrando en el
dios Ahura-mazda, al que se presentaba como un hombre con alas de ave.
Los egipcios, por su parte, adoraban a las estatuas que
representaban a sus dioses; en la parte más santa de sus templos se hallaba el
emblema de un dios o de un animal divinizado. El paganismo cananeo era popular
por causa de sus bajas normas éticas en contraste con las elevadas de la
religión hebrea, y la religión más exigente a menudo era abandonada por la
adoración más fácil de Baal. El problema
de la idolatría era tan grave en la antigüedad que los primeros dos
mandamientos del Decálogo se ocupan en forma muy definida de esta fase de la
vida religiosa (Éxodo
20:3-6).
Durante el período del éxodo hubo dos violaciones notables de estos
mandamientos: primero fue la adoración del becerro de oro; segundo, la
apostasía en Sitim, donde Israel cayó en las prácticas licenciosas de la
idolatría moabita (Números 25:1-2). Desde la conquista
de Canaán hasta la cautividad babilónica, la idolatría fue una modalidad
persistente y desmoralizadora en la experiencia de Israel. En el período más temprano se repetía una y
otra vez este esquema: Israel caía en la idolatría y era víctima de la agresión
(Salmo 106); luego surgía un juez que lo liberaba y restablecía el
culto al Dios Verdadero.
La vacilación entre la adoración al Dios de Israel y la idolatría
prosiguió durante el tiempo de los reyes, con frecuencia fortalecida por
alianzas políticas y casamientos con paganos. En esos tiempos la batalla contra los ídolos fue encabezada por
profetas: Elías desafió al idólatra Acab; Amós previno al pueblo de que la
cautividad sería el resultado de la adoración a dioses falsos; Oseas denunció
el "becerro de Samaria"; Isaías ridiculizó la locura de adorar la
obra de las propias manos; Jeremías predijo el castigo divino como resultado de
la adoración de ídolos; Ezequiel anunció la desolación del país por causa de la
idolatría.
La repetición de estas advertencias es muy frecuente, lo que indica
la seriedad del problema en tiempos del Antiguo Testamento. Durante el
cautiverio, los israelitas aprendieron la lección con respecto a la idolatría.
Su rechazo de las imágenes llegó a ser tan fuerte y duradero que siglos más
tarde consideraron que aun los estandartes romanos los contaminaban; y hasta
llegaron a destruir el águila de oro del templo de Herodes. Hicieron todo esfuerzo posible por aislarse
de cualquier influencia que pudiera inclinarlos hacia la idolatría.
La nueva adoración en la sinagoga, que era muy común en tiempos del
Nuevo Testamento, fue una protección efectiva contra la influencia
extranjera. Los conversos del paganismo
en tiempos del Nuevo Testamento estaban en constante peligro de recaer en la
idolatría, por lo que hay muchas advertencias contra ella (1 Corintios 5:10, 11; 6:9; 10:7; Efesios
5:5; Apocalipsis 21:8; 22:15).
Formas de idolatría
Los actos de idolatría mencionados en la Biblia incluyen diversas
prácticas repugnantes tales como:
1. Prostitución
ceremonial, sacrificio de niños, embriaguez y autoflagelación, hasta sangrar (1 Reyes 14:22-24; 18:28; Jeremías
19:3-5; Oseas 4:13,14; Amos 2:8).
2. Veneración
de ídolos, compartiendo con ellos el alimento y bebida en fiestas o ceremonias
en su honor (Éxodo 32:6; 1 Corintios
8:10).
3. Encorvarse, arrodillarse, postrarse y
ofrecer sacrificios a los ídolos, cantar y danzar y aún besarlos (Éxodo 32:8,18-20; 1 Reyes 19:18; Oseas
13:2).
4. También
se practicaba la idolatría al preparar una mesa con comidas y bebidas para los
falsos dioses, haciendo ofrendas de pasteles y humo (incienso) sacrificial, y
llorar en la ceremonia religiosa (Isaías
65:11; Jeremías 7:18; 44:17; Ezequiel 8:14).
5. La idolatría
también consistía en la adoración de los cuerpos celestiales (astrología), como
la luna, el sol y las estrellas (Ezequiel
8:16; Deuteronomio 4:15,19; 17:2,3; 2 Reyes 17:16).
6. Adoración de
animales, ángeles, demonios y hombres (Salmos
106:19,20,28; Apocalipsis 9:20).
7. la
práctica de idolatría también consistía en sacrificar el hijo en el fuego, consultar
adivinos (tarot, suerte, etc.), sortílego (astrología), brujos y hechiceros, hacer
conjuros, servir de médium espiritistas, y consultar a los muertos (Deuteronomio 18:10-14).
Desde la antigüedad hasta nuestros días, la idolatría constituye
una afrenta al Dios verdadero y la naturaleza humana sigue siendo la misma. La
inclinación de la naturaleza carnal es por la práctica de la idolatría, mediante
la creación de sus propios “dioses”. Es lamentable saber que aún hoy los animales,
los hombres, la naturaleza y el propio Satanás sean adorados.
En nuestros tiempos se puede constatar formas encubiertas de la
idolatría, como la excesiva importancia dada a determinados valores, como el
dinero, la fama, las ambiciones personales, valores que eventualmente se
transforman en verdaderos “dioses” que son entronizados en el corazón de los
adoradores, que en la teoría se dicen monoteístas, pero en la práctica son
auténticos politeístas.
Hoy se levantan ídolos de los actores, de los artistas, de los cantantes, de todas las estrellas de la
farándula mundial, de los deportistas, de personas que han logrado posiciones económicas,
sociales y religiosas en este mundo, estamos viviendo en la actualidad en un mundo saturado
por una idolatría moderna que afecta todos los sentidos físicos de las personas.
Hay otra clase de idolatría que es el narcisismo también, idolatría al yo, un amor de si mismos exagerado y distorsionado, las personas hacen un culto a su cuerpo, a su intelecto, a su ego, a sus logros; realmente vivimos tiempos peligrosos de cumplimiento de la Palabra de Dios.
Hay otra clase de idolatría que es el narcisismo también, idolatría al yo, un amor de si mismos exagerado y distorsionado, las personas hacen un culto a su cuerpo, a su intelecto, a su ego, a sus logros; realmente vivimos tiempos peligrosos de cumplimiento de la Palabra de Dios.
Mateo 6:24. La Biblia de las Américas
(LBLA). Nadie puede servir a dos señores; porque o
aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No
podéis servir a Dios y a las riquezas.
1 Corintios 10:14. La Biblia de las Américas (LBLA). Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
1 Pedro 4:3. RVR1960. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada
a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías,
disipación y abominables idolatrías.
Nuestro Señor Jesucristo nos ha dejado la siguiente advertencia y
el camino del arrepentimiento. Llenemos nuestra mente y nuestro corazón con
conceptos claros y correctos acerca de nuestro Señor Jesucristo y la salvación
en él por medio de la Palabra de Dios, con la ayuda y la guía de nuestro Señor el Espíritu Santo. Él es la imagen del Dios invisible, expresamente la imagen misma de su
sustancia. Él es el verdadero antídoto contra la idolatría cuando realmente lo conocemos, cuando realmente le amamos y lo servimos con un corazón sincero.
Edifiquémonos sobre el fundamento profundo de su obra consumada en la cruz. Determinemos decididamente de una vez por todas que Cristo Jesús ha realizado todo lo necesario para presentarnos sin mancha ante el trono de Dios.
Edifiquémonos sobre el fundamento profundo de su obra consumada en la cruz. Determinemos decididamente de una vez por todas que Cristo Jesús ha realizado todo lo necesario para presentarnos sin mancha ante el trono de Dios.
Aceptemos que la fe sencilla como la de un niño es lo único que se
requiere para gozar de todos los beneficios de la obra de Cristo. No dudemos
que, teniendo fe, somos completamente justificados a los ojos de Dios.
Sobre todo, permanezcamos en comunión continua con el Señor el
Espíritu Santo, permanezcamos en él diariamente, en su Palabra, confiemos en él
diariamente, apoyémonos en él diariamente, vivamos para él diariamente, tomemos
de su plenitud diariamente.
Demos el lugar que le corresponde en nuestros corazones, al Padre Celestial, al Señor Jesucristo y al Señor el Espíritu Santo, para que el coloque el correcto orden de prioridades en todos nuestros asuntos y de esa manera poder vivir la vida correcta que agrada a Dios. Bendiciones.
Demos el lugar que le corresponde en nuestros corazones, al Padre Celestial, al Señor Jesucristo y al Señor el Espíritu Santo, para que el coloque el correcto orden de prioridades en todos nuestros asuntos y de esa manera poder vivir la vida correcta que agrada a Dios. Bendiciones.
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