Proverbios 20:25. Dios Habla Hoy (DHH). Es peligroso que el hombre le prometa algo a Dios y que
después reconsidere su promesa.
Deuteronomio 23:21-23. Dios Habla Hoy
(DHH). Cuando hagan una promesa al Señor su Dios,
no tarden en cumplirla, pues tengan por seguro que el Señor su Dios les pedirá
cuentas de ello y serán culpables de pecado. Si no hacen ninguna promesa, no
cometerán ningún pecado; pero si de una manera voluntaria hacen una promesa al
Señor su Dios, entonces deberán cumplirla.
Los votos no hacen más santa a una persona, pero sí pueden
representar un compromiso específico con Dios. cualquier voto o dedicación
personal que podamos hacer nace de esa consagración de nuestra vida al servicio
a Dios, lo cual es la marca de todo verdadero discípulo de Cristo, de todo hijo
e hija de Dios, pero debemos tener el entendimiento espiritual para comprender
esta ley del reino de los cielos y la sabiduría divina para llevarlos a cabo
conforme a lo que salió de nuestros labios.
Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La
vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por
la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva,
santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No
vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su
manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la
voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es
perfecto.
El voto es un compromiso libre y personal, es una promesa
espontánea que sale de nuestro corazón y se manifiesta a través de nuestros
labios, cuya finalidad es glorificar a Dios o recibir algún favor o respuesta a
una petición. Lo ofrecemos a Dios reconociéndolo como el Creador y dueño
absoluto de todo. El voto constituye por sí mismo y de suyo un culto de
adoración (latría). El asunto que se ofrece o promete a Dios por voto se
convierte en propiedad suya y adquiere una especie de consagración que lo hace de
gran valor a sus ojos, pero en el caso del incumplimiento por parte nuestra del
compromiso tomado por medio del voto nos trae consecuencias.
Eclesiastés 5:1-7. La Biblia de las
Américas (LBLA). Los votos o promesas a
Dios. Guarda tus pasos cuando vas a la casa de
Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de los necios,
porque éstos no saben que hacen el mal.
No te des prisa en hablar, ni
se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en
el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras. Porque los
sueños vienen de la mucha tarea, y la voz del necio de las muchas palabras.
Cuando haces un voto a
Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto
que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los
cumplas. No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del
mensajero de Dios que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu
voz y destruir la obra de tus manos? Porque en los muchos sueños y en las
muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios.
Mateo 5:37. Nueva Biblia al Día (NBD). Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando
digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno.
Veamos a continuación lo que nos pueden enseñar los diccionarios bíblicos
acerca de los votos o promesas. El voto o promesa es un compromiso
voluntario a consagrarse a Dios, o a consagrarle un hijo o los propios bienes, o
en algunos casos a cumplir con determinada acción.
Bajo la influencia del temor, o del deseo, o de la necesidad, o de
la angustia, los hombres y las mujeres de todas las naciones tienen la
tendencia a hacer votos o promesas que se comprometen a cumplir (Génesis
28:20-22; Números 21:2; 1 Samuel 1:11; 2 Samuel 15:8; Juan 1:16).
El primer voto mencionado en la Biblia es el de Jacob en Bet-el. En
este voto le prometió a Dios el diezmo de todos sus ingresos, y de levantarle
un lugar de culto si Él lo bendecía en su viaje (Génesis
28:18-22). Bajo la Ley, los israelitas no estaban obligados a hacer votos,
pero, si se prometían voluntariamente, había la obligación de cumplirlos
puntualmente. La Ley daba también instrucciones acerca de los casos excepcionales
en los que fuera imposible su cumplimiento (Números
30:2-14; Deuteronomio 23:21-23; Nahum 1:15).
Concordancia Strong, Hebreo nadar (רדַנָ
, H5087) , «hacer voto». Este verbo aparece en varias lenguas semíticas (ugarítico,
fenicio y arameo). En las inscripciones fenicio-púnicas el verbo y su nombre
derivado a menudo se refieren a sacrificios humanos y en un sentido más general
significan una ofrenda.
Concordancia Strong, Hebreo neder (רדזנֶז
, H5088), «voto; ofrendas votivas». (Deuteronomio 12:17). El voto tiene dos formas básicas: incondicional y
condicional. El «voto» incondicional es un «juramento» mediante el cual una
persona se compromete sin esperar recompensa: «Pagaré mis votos a Jehová
delante de todo su pueblo» (Salmo
116:14). Quien así se compromete está obligado a
cumplir.
Una vez pronunciada, la palabra votiva tiene la misma fuerza de un
juramento que, en la mayoría de los casos, no puede violarse: «Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento
ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo
lo que salió de su boca» (Números 30:2).
El «voto» condicional generalmente contiene una cláusula previa
detallando las condiciones necesarias para el cumplimiento del voto: «E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me
guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para
vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios … y de
todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti» (Génesis
28:20-22).
Los votos, por lo general, se hacían en situaciones muy serias.
Jacob necesitaba la seguridad de la presencia del Señor antes de partir para
Padan-aram. Jefté hizo un «voto» precipitado antes de salir para la batalla;
cuando Ana hizo su «voto», deseaba un niño de todo corazón (1 Samuel
1:11). Por más que los «votos» condicionados se hacen a menudo por
desesperación, esto no altera el carácter obligatorio del mismo.
Observemos varias cosas; primero, un «voto» siempre es para Dios, aun
los gentiles hacían «votos»; Segundo, el «voto» es voluntario y está abierto a
cualquiera. En el Antiguo Testamento el «voto» no es patrimonio de personas
piadosas ni es un requisito religioso; Tercero, una vez hecho el «voto» debe
cumplirse ya que un «voto» no se puede anular. Con todo, el Antiguo Testamento
ofrecía la alternativa de «redimir» el «voto»; pagando el equivalente de su
valor en plata, se podían redimir una persona, un campo o una casa dedicados
por «voto» al Señor (Levítico 27:1-25).
Votos incondicionales son aquellos en los que la persona hace una
promesa sin exigir nada a cambio solo como una muestra de adoración o gratitud
a Dios, como el voto del nazareo.
Salomón nos dejó escrito esta advertencia a manera de consejo en el
libro de Eclesiastés, que no se deben hacer votos o promesas a Dios y luego no
cumplirlas porque seremos tomados por necios. Ahora veamos que, en la cultura del
pueblo de Israel, el hacer votos o promesas era un asunto serio y muy delicado.
La ley nos habla de los votos o promesas hechos a Dios los cuales una vez
hechos obligan a su cumplimiento. En el Antiguo Testamento un voto es una promesa hecha a Dios, en
esta acción la persona se compromete a llevar a cabo algún acto, sea este el de
presentar una ofrenda, aceptar un servicio o determinada circunstancia, o
abstenerse de ciertas cosas.
Es muy necio y peligroso hacer votos o promesas que no se pueden
cumplir o jugar con Dios al cumplir un voto parcialmente; es mejor no prometer
que hacer una promesa a Dios y no cumplirla, pero
mucho mejor es hacer un voto o promesa y cumplirlo.
Es muy importante y necesario que, como hijos e hijas de Dios, revisemos nuestra vida porque puede ser que en algún momento
hayamos hecho votos o promesas a Dios a la ligera, llevados por nuestras
emociones y que no hemos cumplido, o que algunas personas nos hayan inducido a
hacerlos.
No debemos
precipitarnos a hacer votos o promesas a la ligera, ni con nuestros labios comprometernos,
porque puede pasar que no cumplamos con ellos y que sea por esta razón que
muchas obras de nuestras manos hayan sido desbaratadas por Dios mismo a causa
de nuestra necedad.
Como seres humanos
somos muy dados a hablar apresuradamente, a prometer cosas y luego olvidamos y
dejamos atrás todo aquello que no consideramos ya una prioridad en nuestras
vidas.
¿Qué
le prometimos a Dios que íbamos a cambiar, o que dijimos que íbamos a hacer?, no lo tomemos a la ligera, recordemos a ver si en algún momento prometimos
que le serviríamos con alegría o con rectitud, sabiendo que le servimos cuando
lo hacemos hacia nuestros semejantes, o en el servicio de la obra del
ministerio; puede ser que en algún momento de una manera emocional o sentimental,
le prometimos que cambiaríamos ciertas actitudes, o ciertos comportamientos y comenzamos
a hacer los correctivos pero con el paso de los días volvimos a lo de antes, o
en otros casos nunca lo llegamos a realizar.
También es bueno que
revisemos si en nuestra vida devocional como hijos e hijas de Dios, prometimos
que buscaríamos la presencia del Señor en tiempos de oración en momentos específicos,
o que buscaríamos estudiar y escudriñar la Palabra de Dios con determinada
frecuencia y determinados planes de lectura, o en algún momento pudimos ofrecer
ayunos, o pudimos ofrecer tiempos de intercesión por otros o por asuntos específicos,
y que en ningún de los casos anteriores los cumplimos a cabalidad.
Hay momentos que,
en algunas reuniones de templo, incluso en ministraciones personales de consejería,
otros han hecho que las personas entren en votos o promesas sin medir si se va a
cumplir o no, si se tiene las capacidades o lo medios necesarios, sin llegar a
ver las consecuencias espirituales y físicas que pueden acarrear el cumplir con
esos votos.
Mateo
23:1-4. Dios Habla Hoy (DHH). Después de esto,
Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: «Los maestros de la ley y los
fariseos enseñan con la autoridad que viene de Moisés. Por lo tanto,
obedézcanlos ustedes y hagan todo lo que les digan; pero no sigan su ejemplo,
porque ellos dicen una cosa y hacen otra. Atan cargas tan pesadas que es
imposible soportarlas, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que
ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo.
Proverbios
18:21. Nueva Biblia al Día (NBD). En la lengua hay
poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.
Es más saludable
para nuestras vidas que cuando nos acerquemos a Dios, lo hagamos con la actitud
correcta de escuchar y obedecer a su buena, agradable y perfecta voluntad para
nuestras vidas. Es necesario acercarnos al trono de la gracia, a la presencia
del Padre Celestial con la actitud correcta, con deseos de escuchar su voz y su
voluntad, para que cuando nos dirijamos en oración a Él tengamos el
entendimiento y la sabiduría para hablar con claridad y con inteligencia, eso
sólo lo logramos dependiendo del Señor el Espíritu Santo.
Recordemos
nuevamente lo que la Biblia menciona acerca de las promesas o votos condicionales
y también de los incondicionales:
Condicionales: Cuando la persona prometía hacer algo si Dios hacia otra
cosa que se le pidiera, como en el caso de Ana. Este pacto no buscaba obligar a
Dios, solo se pedía esperando que el en su voluntad respondiera.
1
Samuel 1:11. Dios Habla Hoy (DHH). Y le hizo esta
promesa: «Señor todopoderoso: Si te dignas contemplar la aflicción de esta
sierva tuya, y te acuerdas de mí y me concedes un hijo, yo lo dedicaré toda su
vida a tu servicio, y en señal de esa dedicación no se le cortará el pelo.»
Incondicionales: cuando el individuo hacia una promesa sin exigir nada a
cambio solo como una muestra de adoración o gratitud a Dios, como el voto del
nazareo.
Números
6:1-8. Dios Habla Hoy (DHH). El Señor se dirigió a
Moisés y le dijo: «Di a los israelitas lo siguiente: Si un hombre o una mujer
hace la promesa de consagrarse al Señor como nazareo, no podrá beber vino ni
ninguna bebida fermentada, ni vinagre hecho de vino o de bebidas fermentadas,
ni jugo de uva; tampoco podrá comer uvas ni pasas. Mientras dure su promesa no
podrá comer nada de lo que produce la vid, sea lo que sea. Tampoco podrá
cortarse el cabello, sino que se lo dejará crecer hasta que termine el plazo
fijado a su promesa, pues debe mantenerse consagrado al Señor. Durante ese
tiempo tampoco podrá acercarse a un cadáver, ni siquiera en el caso de que
muera su padre, su madre, o algún hermano o hermana, para no quedar impuro,
pues está obligado a mantenerse consagrado al Señor. Todo el tiempo que dure su
promesa, estará consagrado al Señor.
En la vida hay
momentos de aflicción o necesidad, en que los hombres y mujeres decidimos
entrar a hacer promesas o votos a Dios buscando que se nos conceda alguna
petición sobre algún asunto y en eso no hay nada malo, lo malo del asunto está
cuando actuamos ligeramente y no cumplimos lo que prometimos, es ahí que por causa
de nuestra negligencia hacemos enojar a Dios y la obra de nuestras manos es
desbaratada.
Dios quiere hacernos
entender la ley de la palabra en nuestras vidas y porque es tan importante
darle el valor correcto a lo que nosotros pensamos, a lo que nosotros decimos y
lo que finalmente terminamos haciendo; hemos comprendido que fuimos creados a imagen
y semejanza de Dios y que, en la naturaleza divina, Dios es fiel en cumplir lo
que ha dicho. Por eso es mejor ir a la fuente de la revelación para nuestras
vidas, la Biblia, con la ayuda del Espíritu Santo y escudriñar lo que necesitamos
para ser fortalecidos y ungidos para afrontar todos los asuntos de la manera
correcta; también para poder enderezar nuestro caminar en aquellas cosas,
asuntos y decisiones en las que en algún momento hicimos promesas por alguna
necesidad, por alguna enfermedad de nosotros o de un ser querido y que la
cumplimos a medias o que no la cumplimos de ninguna manera.
Génesis
22:16-18. Palabra de Dios para Todos (PDT). Le
dijo: —El SEÑOR ha dicho: “Prometo por mí mismo que porque hiciste esto y no me
negaste a tu hijo, tu único hijo, te daré mi bendición y multiplicaré tu
descendencia. Tendrás tantos descendientes como estrellas hay en el cielo y
arena a la orilla del mar. Ellos se apoderarán de las ciudades de sus enemigos.
También prometo que todas las naciones del mundo serán bendecidas por tu
descendencia, gracias a que tú me obedeciste”.
2
Corintios 1:20-22. Dios Habla Hoy (DHH). Pues en él
se cumplen todas las promesas de Dios. Por esto, cuando alabamos a Dios,
decimos «Amén» por medio de Cristo Jesús. Y Dios es el que a nosotros y a
ustedes nos ha afirmado al unirnos a Cristo, y nos ha consagrado. Nos ha
marcado con su sello, y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como
garantía de lo que vamos a recibir.
Isaías
54:9. Palabra de Dios para Todos (PDT). Así como le
prometí a Noé que nunca más volvería a inundar la tierra con un diluvio, así he
prometido nunca más enojarme contigo, ni amenazarte.
Es necesario que,
a través de muchas tribulaciones, aflicciones, angustias, sufrimientos,
amarguras, dolores, penas, padecimientos, entremos en el reino de los cielos.
Siempre se van a presentar momentos buenos, regulares y malos en todo ser
humano. La Biblia nos enseña que para todo ser humano vienen días buenos y días
malos; el asunto aquí es afrontarlos de la mejor manera, a la manera de Dios y
dependiendo de él, sin embargo, es en esos momentos que nuestras emociones y
nuestros pensamientos son afectados por las circunstancias que estemos pasando y
que nos pueden llevar a hacer votos o promesas a la ligera sin pensar si podemos
o no llegar a cumplirlas.
Hemos aprendido
que el Padre Celestial quiere siempre darnos lo mejor, que tiene planes de bienestar
para nosotros y nuestras familias; esta gran verdad espiritual debe quedar muy
clara todos los días de nuestras vidas en nuestra mente y en nuestro corazón.
Ahora nos conviene
que tomemos decisiones en cuanto a retomar y cumplir aquellas promesas o votos
que en algún momento hicimos, y que por las razones que sean que se nos presentaron
nos llevaron a incumplirlas.
El asunto es muy
sencillo, es buscar la ayuda de Dios, su perdón y retomar esos votos, es un
nuevo comienzo, acordémonos que Dios es Padre de misericordias, y que estas son
nuevas cada mañana para todos, aferrémonos a que es amplio en perdonar y que mientras
estemos vivos en esta tierra aún hay oportunidad para remediar, para recibir restauración,
para recibir restitución, para recibir bendición, para encaminarnos nuevamente
en los planes que Dios tiene para nuestras vidas, para encaminarnos en los propósitos
que el Señor ha diseñado para nosotros desde antes de la fundación del mundo;
en Dios tenemos nuevas oportunidades, Él es Poderoso para darnos vida
nuevamente, Él no ha cambiado.
2
Pedro 3:8-9. Dios Habla Hoy (DHH). Además, queridos
hermanos, no olviden que para el Señor un día es como mil años, y mil años como
un día. No es que el Señor se tarde en cumplir su promesa, como algunos
suponen, sino que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que nadie muera,
sino que todos se vuelvan a Dios.
El diablo traerá muchas
situaciones a la vida de los hijos e hijas de Dios para que no cumplan los
votos o promesas que hayan hecho, porque esto trae las consecuencias que
estudiamos anteriormente, no dejemos de cumplir lo que prometimos a Dios, esto
es esencial en aquellos que hemos nacido de nuevo, en aquellos que hemos renacido
por el poder del Señor el Espíritu Santo.
Job
22:27. La Biblia de las Américas (LBLA). Orarás a Él
y te escuchará, y cumplirás tus votos.
Salmos
22:25. La Biblia de las Américas (LBLA). De ti
viene mi alabanza en la gran congregación; mis votos cumpliré delante de los
que le temen.
Salmos
50:14. La Biblia de las Américas (LBLA). Ofrece a
Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo.
Salmos
61:5. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque tú,
oh Dios, has escuchado mis votos; tú me has dado la heredad de los que temen tu
nombre.
Salmos
61:8. Dios Habla Hoy (DHH). Así alabaré tu nombre
en todo tiempo y cumpliré mis promesas día tras día.
Salmos
65:1. Dios Habla Hoy (DHH). Oh Dios de Sión, ¡tú
eres digno de alabanza!, ¡tú mereces que te cumplan lo prometido.
Salmos
66:13. Dios Habla Hoy (DHH). Entraré en tu templo y
te ofreceré holocaustos; así cumpliré mis promesas.
Salmos
116:14. Dios Habla Hoy (DHH). Cumpliré mis promesas
al Señor en presencia de todo su pueblo.
Proverbios
7:14. Dios Habla Hoy (DHH). Yo había prometido
sacrificios de reconciliación, y hoy he cumplido mi promesa.
Isaías
19:21. Dios Habla Hoy (DHH). El Señor se dará a
conocer a los egipcios, y ellos reconocerán al Señor, le darán culto y le
ofrecerán sacrificios y ofrendas. Harán promesas al Señor y las cumplirán.
Jonás
1:16. Dios Habla Hoy (DHH). Al verlo, los marineros
sintieron una profunda reverencia por el Señor, y le ofrecieron un sacrificio y
le hicieron promesas.
Nahúm
1:15. La Biblia de las Américas (LBLA). He aquí
sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra
tus fiestas, Judá, cumple tus votos. Porque nunca más volverá a pasar por ti el
malvado; ha sido exterminado por completo.
Bendiciones.
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