Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Los votos o promesas a Dios-


Proverbios 20:25. Dios Habla Hoy (DHH). Es peligroso que el hombre le prometa algo a Dios y que después reconsidere su promesa.

Deuteronomio 23:21-23. Dios Habla Hoy (DHH). Cuando hagan una promesa al Señor su Dios, no tarden en cumplirla, pues tengan por seguro que el Señor su Dios les pedirá cuentas de ello y serán culpables de pecado. Si no hacen ninguna promesa, no cometerán ningún pecado; pero si de una manera voluntaria hacen una promesa al Señor su Dios, entonces deberán cumplirla.

Los votos no hacen más santa a una persona, pero sí pueden representar un compromiso específico con Dios. cualquier voto o dedicación personal que podamos hacer nace de esa consagración de nuestra vida al servicio a Dios, lo cual es la marca de todo verdadero discípulo de Cristo, de todo hijo e hija de Dios, pero debemos tener el entendimiento espiritual para comprender esta ley del reino de los cielos y la sabiduría divina para llevarlos a cabo conforme a lo que salió de nuestros labios.

Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

El voto es un compromiso libre y personal, es una promesa espontánea que sale de nuestro corazón y se manifiesta a través de nuestros labios, cuya finalidad es glorificar a Dios o recibir algún favor o respuesta a una petición. Lo ofrecemos a Dios reconociéndolo como el Creador y dueño absoluto de todo. El voto constituye por sí mismo y de suyo un culto de adoración (latría). El asunto que se ofrece o promete a Dios por voto se convierte en propiedad suya y adquiere una especie de consagración que lo hace de gran valor a sus ojos, pero en el caso del incumplimiento por parte nuestra del compromiso tomado por medio del voto nos trae consecuencias.

Eclesiastés 5:1-7. La Biblia de las Américas (LBLA). Los votos o promesas a Dios. Guarda tus pasos cuando vas a la casa de Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de los necios, porque éstos no saben que hacen el mal.

No te des prisa en hablar, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras. Porque los sueños vienen de la mucha tarea, y la voz del necio de las muchas palabras.

Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero de Dios que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos? Porque en los muchos sueños y en las muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios.

Mateo 5:37. Nueva Biblia al Día (NBD). Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno.

Veamos a continuación lo que nos pueden enseñar los diccionarios bíblicos acerca de los votos o promesas. El voto o promesa es un compromiso voluntario a consagrarse a Dios, o a consagrarle un hijo o los propios bienes, o en algunos casos a cumplir con determinada acción.

Bajo la influencia del temor, o del deseo, o de la necesidad, o de la angustia, los hombres y las mujeres de todas las naciones tienen la tendencia a hacer votos o promesas que se comprometen a cumplir (Génesis 28:20-22; Números 21:2; 1 Samuel 1:11; 2 Samuel 15:8; Juan 1:16).

El primer voto mencionado en la Biblia es el de Jacob en Bet-el. En este voto le prometió a Dios el diezmo de todos sus ingresos, y de levantarle un lugar de culto si Él lo bendecía en su viaje (Génesis 28:18-22). Bajo la Ley, los israelitas no estaban obligados a hacer votos, pero, si se prometían voluntariamente, había la obligación de cumplirlos puntualmente. La Ley daba también instrucciones acerca de los casos excepcionales en los que fuera imposible su cumplimiento (Números 30:2-14; Deuteronomio 23:21-23; Nahum 1:15).

Concordancia Strong, Hebreo nadar (רדַנָ , H5087) , «hacer voto». Este verbo aparece en varias lenguas semíticas (ugarítico, fenicio y arameo). En las inscripciones fenicio-púnicas el verbo y su nombre derivado a menudo se refieren a sacrificios humanos y en un sentido más general significan una ofrenda.

Concordancia Strong, Hebreo neder (רדזנֶז , H5088), «voto; ofrendas votivas». (Deuteronomio 12:17). El voto tiene dos formas básicas: incondicional y condicional. El «voto» incondicional es un «juramento» mediante el cual una persona se compromete sin esperar recompensa: «Pagaré mis votos a Jehová delante de todo su pueblo» (Salmo 116:14). Quien así se compromete está obligado a cumplir.

Una vez pronunciada, la palabra votiva tiene la misma fuerza de un juramento que, en la mayoría de los casos, no puede violarse: «Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca» (Números 30:2).

El «voto» condicional generalmente contiene una cláusula previa detallando las condiciones necesarias para el cumplimiento del voto: «E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios … y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti» (Génesis 28:20-22).

Los votos, por lo general, se hacían en situaciones muy serias. Jacob necesitaba la seguridad de la presencia del Señor antes de partir para Padan-aram. Jefté hizo un «voto» precipitado antes de salir para la batalla; cuando Ana hizo su «voto», deseaba un niño de todo corazón (1 Samuel 1:11). Por más que los «votos» condicionados se hacen a menudo por desesperación, esto no altera el carácter obligatorio del mismo.

Observemos varias cosas; primero, un «voto» siempre es para Dios, aun los gentiles hacían «votos»; Segundo, el «voto» es voluntario y está abierto a cualquiera. En el Antiguo Testamento el «voto» no es patrimonio de personas piadosas ni es un requisito religioso; Tercero, una vez hecho el «voto» debe cumplirse ya que un «voto» no se puede anular. Con todo, el Antiguo Testamento ofrecía la alternativa de «redimir» el «voto»; pagando el equivalente de su valor en plata, se podían redimir una persona, un campo o una casa dedicados por «voto» al Señor (Levítico 27:1-25).

Votos incondicionales son aquellos en los que la persona hace una promesa sin exigir nada a cambio solo como una muestra de adoración o gratitud a Dios, como el voto del nazareo.

Salomón nos dejó escrito esta advertencia a manera de consejo en el libro de Eclesiastés, que no se deben hacer votos o promesas a Dios y luego no cumplirlas porque seremos tomados por necios. Ahora veamos que, en la cultura del pueblo de Israel, el hacer votos o promesas era un asunto serio y muy delicado. La ley nos habla de los votos o promesas hechos a Dios los cuales una vez hechos obligan a su cumplimiento. En el Antiguo Testamento un voto es una promesa hecha a Dios, en esta acción la persona se compromete a llevar a cabo algún acto, sea este el de presentar una ofrenda, aceptar un servicio o determinada circunstancia, o abstenerse de ciertas cosas.

Es muy necio y peligroso hacer votos o promesas que no se pueden cumplir o jugar con Dios al cumplir un voto parcialmente; es mejor no prometer que hacer una promesa a Dios y no cumplirla, pero mucho mejor es hacer un voto o promesa y cumplirlo.

Es muy importante y necesario que, como hijos e hijas de Dios, revisemos nuestra vida porque puede ser que en algún momento hayamos hecho votos o promesas a Dios a la ligera, llevados por nuestras emociones y que no hemos cumplido, o que algunas personas nos hayan inducido a hacerlos.

No debemos precipitarnos a hacer votos o promesas a la ligera, ni con nuestros labios comprometernos, porque puede pasar que no cumplamos con ellos y que sea por esta razón que muchas obras de nuestras manos hayan sido desbaratadas por Dios mismo a causa de nuestra necedad.

Como seres humanos somos muy dados a hablar apresuradamente, a prometer cosas y luego olvidamos y dejamos atrás todo aquello que no consideramos ya una prioridad en nuestras vidas.

¿Qué le prometimos a Dios que íbamos a cambiar, o que dijimos que íbamos a hacer?, no lo tomemos a la ligera, recordemos a ver si en algún momento prometimos que le serviríamos con alegría o con rectitud, sabiendo que le servimos cuando lo hacemos hacia nuestros semejantes, o en el servicio de la obra del ministerio; puede ser que en algún momento de una manera emocional o sentimental, le prometimos que cambiaríamos ciertas actitudes, o ciertos comportamientos y comenzamos a hacer los correctivos pero con el paso de los días volvimos a lo de antes, o en otros casos nunca lo llegamos a realizar.

También es bueno que revisemos si en nuestra vida devocional como hijos e hijas de Dios, prometimos que buscaríamos la presencia del Señor en tiempos de oración en momentos específicos, o que buscaríamos estudiar y escudriñar la Palabra de Dios con determinada frecuencia y determinados planes de lectura, o en algún momento pudimos ofrecer ayunos, o pudimos ofrecer tiempos de intercesión por otros o por asuntos específicos, y que en ningún de los casos anteriores los cumplimos a cabalidad.

Hay momentos que, en algunas reuniones de templo, incluso en ministraciones personales de consejería, otros han hecho que las personas entren en votos o promesas sin medir si se va a cumplir o no, si se tiene las capacidades o lo medios necesarios, sin llegar a ver las consecuencias espirituales y físicas que pueden acarrear el cumplir con esos votos.

Mateo 23:1-4. Dios Habla Hoy (DHH). Después de esto, Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: «Los maestros de la ley y los fariseos enseñan con la autoridad que viene de Moisés. Por lo tanto, obedézcanlos ustedes y hagan todo lo que les digan; pero no sigan su ejemplo, porque ellos dicen una cosa y hacen otra. Atan cargas tan pesadas que es imposible soportarlas, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo.

Proverbios 18:21. Nueva Biblia al Día (NBD). En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.  

Es más saludable para nuestras vidas que cuando nos acerquemos a Dios, lo hagamos con la actitud correcta de escuchar y obedecer a su buena, agradable y perfecta voluntad para nuestras vidas. Es necesario acercarnos al trono de la gracia, a la presencia del Padre Celestial con la actitud correcta, con deseos de escuchar su voz y su voluntad, para que cuando nos dirijamos en oración a Él tengamos el entendimiento y la sabiduría para hablar con claridad y con inteligencia, eso sólo lo logramos dependiendo del Señor el Espíritu Santo.

Recordemos nuevamente lo que la Biblia menciona acerca de las promesas o votos condicionales y también de los incondicionales:

Condicionales: Cuando la persona prometía hacer algo si Dios hacia otra cosa que se le pidiera, como en el caso de Ana. Este pacto no buscaba obligar a Dios, solo se pedía esperando que el en su voluntad respondiera.

1 Samuel 1:11. Dios Habla Hoy (DHH). Y le hizo esta promesa: «Señor todopoderoso: Si te dignas contemplar la aflicción de esta sierva tuya, y te acuerdas de mí y me concedes un hijo, yo lo dedicaré toda su vida a tu servicio, y en señal de esa dedicación no se le cortará el pelo.»

Incondicionales: cuando el individuo hacia una promesa sin exigir nada a cambio solo como una muestra de adoración o gratitud a Dios, como el voto del nazareo.

Números 6:1-8. Dios Habla Hoy (DHH). El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «Di a los israelitas lo siguiente: Si un hombre o una mujer hace la promesa de consagrarse al Señor como nazareo, no podrá beber vino ni ninguna bebida fermentada, ni vinagre hecho de vino o de bebidas fermentadas, ni jugo de uva; tampoco podrá comer uvas ni pasas. Mientras dure su promesa no podrá comer nada de lo que produce la vid, sea lo que sea. Tampoco podrá cortarse el cabello, sino que se lo dejará crecer hasta que termine el plazo fijado a su promesa, pues debe mantenerse consagrado al Señor. Durante ese tiempo tampoco podrá acercarse a un cadáver, ni siquiera en el caso de que muera su padre, su madre, o algún hermano o hermana, para no quedar impuro, pues está obligado a mantenerse consagrado al Señor. Todo el tiempo que dure su promesa, estará consagrado al Señor.

En la vida hay momentos de aflicción o necesidad, en que los hombres y mujeres decidimos entrar a hacer promesas o votos a Dios buscando que se nos conceda alguna petición sobre algún asunto y en eso no hay nada malo, lo malo del asunto está cuando actuamos ligeramente y no cumplimos lo que prometimos, es ahí que por causa de nuestra negligencia hacemos enojar a Dios y la obra de nuestras manos es desbaratada.

Dios quiere hacernos entender la ley de la palabra en nuestras vidas y porque es tan importante darle el valor correcto a lo que nosotros pensamos, a lo que nosotros decimos y lo que finalmente terminamos haciendo; hemos comprendido que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y que, en la naturaleza divina, Dios es fiel en cumplir lo que ha dicho. Por eso es mejor ir a la fuente de la revelación para nuestras vidas, la Biblia, con la ayuda del Espíritu Santo y escudriñar lo que necesitamos para ser fortalecidos y ungidos para afrontar todos los asuntos de la manera correcta; también para poder enderezar nuestro caminar en aquellas cosas, asuntos y decisiones en las que en algún momento hicimos promesas por alguna necesidad, por alguna enfermedad de nosotros o de un ser querido y que la cumplimos a medias o que no la cumplimos de ninguna manera.

Génesis 22:16-18. Palabra de Dios para Todos (PDT). Le dijo: —El SEÑOR ha dicho: “Prometo por mí mismo que porque hiciste esto y no me negaste a tu hijo, tu único hijo, te daré mi bendición y multiplicaré tu descendencia. Tendrás tantos descendientes como estrellas hay en el cielo y arena a la orilla del mar. Ellos se apoderarán de las ciudades de sus enemigos. También prometo que todas las naciones del mundo serán bendecidas por tu descendencia, gracias a que tú me obedeciste”.

2 Corintios 1:20-22. Dios Habla Hoy (DHH). Pues en él se cumplen todas las promesas de Dios. Por esto, cuando alabamos a Dios, decimos «Amén» por medio de Cristo Jesús. Y Dios es el que a nosotros y a ustedes nos ha afirmado al unirnos a Cristo, y nos ha consagrado. Nos ha marcado con su sello, y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir.

Isaías 54:9. Palabra de Dios para Todos (PDT). Así como le prometí a Noé que nunca más volvería a inundar la tierra con un diluvio, así he prometido nunca más enojarme contigo, ni amenazarte.

Es necesario que, a través de muchas tribulaciones, aflicciones, angustias, sufrimientos, amarguras, dolores, penas, padecimientos, entremos en el reino de los cielos. Siempre se van a presentar momentos buenos, regulares y malos en todo ser humano. La Biblia nos enseña que para todo ser humano vienen días buenos y días malos; el asunto aquí es afrontarlos de la mejor manera, a la manera de Dios y dependiendo de él, sin embargo, es en esos momentos que nuestras emociones y nuestros pensamientos son afectados por las circunstancias que estemos pasando y que nos pueden llevar a hacer votos o promesas a la ligera sin pensar si podemos o no llegar a cumplirlas.       

Hemos aprendido que el Padre Celestial quiere siempre darnos lo mejor, que tiene planes de bienestar para nosotros y nuestras familias; esta gran verdad espiritual debe quedar muy clara todos los días de nuestras vidas en nuestra mente y en nuestro corazón.

Ahora nos conviene que tomemos decisiones en cuanto a retomar y cumplir aquellas promesas o votos que en algún momento hicimos, y que por las razones que sean que se nos presentaron nos llevaron a incumplirlas.

El asunto es muy sencillo, es buscar la ayuda de Dios, su perdón y retomar esos votos, es un nuevo comienzo, acordémonos que Dios es Padre de misericordias, y que estas son nuevas cada mañana para todos, aferrémonos a que es amplio en perdonar y que mientras estemos vivos en esta tierra aún hay oportunidad para remediar, para recibir restauración, para recibir restitución, para recibir bendición, para encaminarnos nuevamente en los planes que Dios tiene para nuestras vidas, para encaminarnos en los propósitos que el Señor ha diseñado para nosotros desde antes de la fundación del mundo; en Dios tenemos nuevas oportunidades, Él es Poderoso para darnos vida nuevamente, Él no ha cambiado.

2 Pedro 3:8-9. Dios Habla Hoy (DHH). Además, queridos hermanos, no olviden que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. No es que el Señor se tarde en cumplir su promesa, como algunos suponen, sino que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que nadie muera, sino que todos se vuelvan a Dios.

El diablo traerá muchas situaciones a la vida de los hijos e hijas de Dios para que no cumplan los votos o promesas que hayan hecho, porque esto trae las consecuencias que estudiamos anteriormente, no dejemos de cumplir lo que prometimos a Dios, esto es esencial en aquellos que hemos nacido de nuevo, en aquellos que hemos renacido por el poder del Señor el Espíritu Santo.

Job 22:27. La Biblia de las Américas (LBLA). Orarás a Él y te escuchará, y cumplirás tus votos.

Salmos 22:25. La Biblia de las Américas (LBLA). De ti viene mi alabanza en la gran congregación; mis votos cumpliré delante de los que le temen.

Salmos 50:14. La Biblia de las Américas (LBLA). Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo.

Salmos 61:5. La Biblia de las Américas (LBLA). Porque tú, oh Dios, has escuchado mis votos; tú me has dado la heredad de los que temen tu nombre.

Salmos 61:8. Dios Habla Hoy (DHH). Así alabaré tu nombre en todo tiempo y cumpliré mis promesas día tras día.

Salmos 65:1. Dios Habla Hoy (DHH). Oh Dios de Sión, ¡tú eres digno de alabanza!, ¡tú mereces que te cumplan lo prometido.

Salmos 66:13. Dios Habla Hoy (DHH). Entraré en tu templo y te ofreceré holocaustos; así cumpliré mis promesas.

Salmos 116:14. Dios Habla Hoy (DHH). Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo.

Proverbios 7:14. Dios Habla Hoy (DHH). Yo había prometido sacrificios de reconciliación, y hoy he cumplido mi promesa.

Isaías 19:21. Dios Habla Hoy (DHH). El Señor se dará a conocer a los egipcios, y ellos reconocerán al Señor, le darán culto y le ofrecerán sacrificios y ofrendas. Harán promesas al Señor y las cumplirán.

Jonás 1:16. Dios Habla Hoy (DHH). Al verlo, los marineros sintieron una profunda reverencia por el Señor, y le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas.

Nahúm 1:15. La Biblia de las Américas (LBLA). He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos. Porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; ha sido exterminado por completo.

Bendiciones.

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