Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Viviendo la vida que agrada a Dios-


Colosenses 3:17. Traducción en lenguaje actual (TLA). Y todo lo que hagan o digan, háganlo como verdaderos seguidores del Señor Jesucristo, y denle gracias a Dios el Padre por lo que Cristo ha hecho por ustedes.

Colosenses 3:23. Traducción en lenguaje actual (TLA). Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor Jesucristo y no a la gente.

El título del sermón que vamos a estudiar hoy suena algo redundante, sin embargo, los seres humanos podemos vivir tres clases de vida, una como verdaderos hijos de Dios, otra clase vida dejándonos llevar por los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, y una última clase de vida es siendo instrumentos de maldad.

Una vida con propósitos nos da realización espiritual y personal, mientras que si vivimos de las otras dos maneras será una vida vacía, egoísta y sin sentido, que dará los resultados de esas obras y cuando llegue el momento se recogerán las consecuencias. 

Cuando vivimos la vida que agrada a Dios debemos tener en cuenta tres aspectos: primero, mi relación con Dios (amar a Dios por encima de todas las cosas), segundo, conmigo mismo (amarse así mismo de la manera correcta, nuestra autoestima) y tercero cómo es mi trato hacia mis semejantes (el amor al prójimo).

Mateo 22:37-40. Dios Habla Hoy (DHH). Jesús le dijo: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Éste es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a éste; dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.

Salmos 40:8 Dios Habla Hoy (DHH). A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío; ¡llevo tu enseñanza en el corazón! El hacer tu voluntad me ha agradado.

En el libro de Génesis, el Padre Celestial nos deja la revelación de porque fuimos creados y puestos en la tierra.

Fuimos creados para administrarla, disfrutar de ella y también para aprovechar el fruto de la obra de nuestras manos para nuestro bienestar y el de nuestras familias.

Génesis 1:27-29. Dios Habla Hoy (DHH). Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó, y les dio su bendición: «Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran.»

Proverbios 5:18. Nueva Traducción Viviente (NTV). Que tu esposa sea una fuente de bendición para ti. Alégrate con la esposa de tu juventud.

Génesis 22:18. Nueva Versión Internacional (NVI). Puesto que me has obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tu descendencia.

Hechos 3:25-26. Dios Habla Hoy (DHH). Ustedes son herederos de las promesas que Dios hizo por medio de los profetas, y son también herederos de la alianza hecha por Dios con los antepasados de ustedes. Pues Dios le dijo a Abraham: “Todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.” Cuando Dios resucitó a su Hijo, lo envió primero a ustedes, para bendecirlos, haciendo que cada uno de ustedes se convierta de su maldad.»

Vamos a empezar por estudiar la vida de los verdaderos hijos de Dios; sabemos que hay miles de religiones en esta tierra y que son una forma desde nuestra humanidad de acercarnos a Dios; pero esto se convierte en religiosidad, en misticismo y en ocasiones rallan en el ocultismo, distorsionando la identidad del ser humano con el Creador, el Padre Celestial. 

Nuestro Señor Jesucristo vino para mostrarnos y enseñarnos la verdadera vida que debemos vivir, vino a darnos vida eterna, vino a darle el verdadero sentido existencial a nuestro ser, y cuando partió de esta tierra nos dejó al Señor el Espíritu Santo para que podamos vivir la vida que agrada a Dios, esa clase de vida que nos conviene, que nos da el verdadero sentido y que nos revela el deseo del corazón de Dios para nosotros.

Pero en las tres clases de vida vemos que nosotros somos quienes tomamos la decisión de vivir como nos parezca mejor, por más y mejores deseos que tenga Dios hacia la humanidad, es cada ser humano quien decide, eso se debe al libre albedrío que nos ha sido dado. 

El ideal para nosotros es que vivamos una clase de vida que en lo que pensamos (lo que creemos, la Biblia nos enseña que tal cual es el pensamiento así es él), lo que decimos, (también la Biblia nos enseña que de la abundancia del corazón habla la boca) y lo que hacemos (nuestras obras, como realizamos y hacemos todas las cosas), sean conforme al plan y al propósito del Padre Celestial, que seamos muy coherentes con lo que pensamos, con lo que decimos y con lo que hacemos.       

La vida que agrada a Dios sólo se vive por medio del Señor el Espíritu Santo. Pero esa clase de vida no la podemos vivir en nuestras propias fuerzas, ni por nuestros mejores deseos, ni mucho menos por méritos personales, no por nuestros conocimientos teológicos; esa clase de vida que agrada a Dios sólo la podemos experimentar, vivir y entender con la presencia y la ayuda de nuestro Señor el Espíritu Santo; es a Él a quien necesitamos para que seamos regenerados, restaurados, guiados, enseñados, corregidos, disciplinados, apacentados, confortados, ungidos, pastoreados y protegidos, mientras andamos por los caminos de esta vida como peregrinos y extranjeros, hasta que seamos llamados a la presencia de Dios. Es Él quien forma el carácter de Cristo en nosotros día a día, es Él quien nos sostiene en medio de todas las circunstancias.

Colosenses 1:9-12. Dios Habla Hoy (DHH). Por esto nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes y de pedir a Dios que los haga conocer plenamente su voluntad y les dé toda clase de sabiduría y entendimiento espiritual. Así podrán portarse como deben hacerlo los que son del Señor, haciendo siempre lo que a él le agrada, dando frutos de toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios. Pedimos que él, con su glorioso poder, los haga fuertes; así podrán ustedes soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría darán gracias al Padre, que los ha capacitado a ustedes para recibir en la luz la parte de la herencia que él dará al pueblo santo.

El apóstol Pablo comienza la carta a los colosenses reconociendo y dando gracias a Dios por las buenas obras y fe de los hermanos de la ciudad de Colosas. Vemos que Pablo exalta y reconoce que ellos están dando fruto en Cristo, les menciona que desde que han escuchado de su trabajo, tarea, fe y dedicación para vivir la vida que agrada a Dios, no han dejado de orar para que el Padre Celestial les siga ayudando. Lo primero es que deberíamos preguntarnos en cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas en todos los aspectos.

Veamos la definición de agradar. Griego ἀρέσκεια aréskeia: dar placer, hacer feliz o dejar contento. ¿Entonces que es agradar? Es un verbo activo transitivo que tiene como significado tener una afinidad, un gusto, satisfacer, contentar, entusiasmar, complacer, cautivar, complacer a alguna persona y tener un buen ambiente, dicho en otras palabras es el buen trato con las personas.

La voluntad del Padre es que vivamos para agradarle, es decir que Dios quiere que vivamos para contentar su corazón, para alegrar su corazón. Esa es nuestra responsabilidad como creación de Dios, fuimos creados para agradar el corazón del Padre, vivimos para adorarle. Cuando agradamos a Dios damos frutos en toda buena obra. La marca de una persona que vive para alegrar el corazón de Dios son los frutos que da. Es a medida que tomamos el compromiso de vivir en la voluntad de Dios, que comenzamos a reflejar el fruto del Espíritu Santo en nosotros.

Cuando agradamos a Dios damos frutos en toda buena obra. La marca de una persona que vive para alegrar el corazón de Dios son los frutos que da. Es que a medida que tomamos el compromiso de vivir en la voluntad de Dios, es decir, vivir para agradar a Dios nuestras vidas comienzan a reflejar el fruto del Espíritu Santo.

Gálatas 5:22-23. Palabra de Dios para Todos (PDT). En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No existe ninguna ley en contra de esas cosas.

Para vivir la vida que agrada a Dios debemos de aprender a presentar nuestros cuerpos como una ofrenda viva delante de Dios, cómo nos lo muestra el siguiente texto bíblico. Quiere decir que a medida que permanecemos en la voluntad de Dios, es decir a medida que permanecemos en el altar, en la presencia de Dios, el Espíritu Santo comienza a producir en nosotros el fruto; esto se logra buscando su presencia en el lugar secreto, la presencia de Dios es la que realmente nos da esa vida que agrada a Dios, es en constante dependencia y en obediencia que podemos ver el fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Romanos 12:1-2. Dios Habla Hoy (DHH). La vida nueva. Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

Hay muchas cosas que son importantes en la vida de los hijos de Dios, como el llevar una vida devocional disciplinada, como el tener un altar familiar constante, como el congregarnos, como el de servir en la iglesia local en dónde hemos sido plantados de acuerdo a la vocación que sentimos en nuestro interior, de acuerdo a nuestros llamados y dones, pero también podemos estar haciendo muchas actividades y no estar realmente viviendo la vida que agrada a Dios.

Nuestra vida devocional es muy importante, esa comunicación y comunión diaria para ser ungidos, llenados, capacitados para afrontar la vida diaria; es aquí donde debemos tener en cuenta la realidad espiritual de que el Padre Celestial nos da lo que necesitamos día a día, eso no quiere decir que no debemos planear, ni proyectar ni mucho menos visualizar los planes que Dios tiene para nuestras vidas y nuestras familias. Aquí lo que Dios quiere que veamos es que enfoquemos nuestro orden de prioridades de la manera correcta, que aprendamos a caminar en todos los asuntos y proyectos como lo que somos, con nuestra identidad celestial como hijos de Dios.

Jeremías 29:11-14. Dios Habla Hoy (DHH). Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a mí en oración y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. Sí, yo dejaré que ustedes me encuentren, y haré que cambie su suerte: los sacaré de todas las naciones y de todos los lugares por donde los dispersé, y los reuniré y haré que vuelvan a este lugar de donde los desterré. Yo, el Señor, lo afirmo.”

Un ejemplo de esto lo podemos ver a través de la vida Moisés, un ser humano como cualquiera de nosotros y de quien podemos tomar muchas enseñanzas aplicables a nosotros en estos tiempos y que en su formación experimentó lo que es un llamado directo a través de la zarza ardiente, luego su carácter fue transformado en el desierto, después de esto pudo experimentar la presencia de Dios; todo esto empezó a acontecer a partir de su llamado y de como el Señor le llevo y le enseñó para que se mantuviera en la presencia de Dios. 

El ideal siempre es tener una comunión firme y constante con la guía y la ayuda del Señor el Espíritu Santo. Pero el ejemplo más claro para los hijos de Dios es seguir las pisadas de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, porque siendo Dios se sujetó en obediencia y en dependencia, dándonos ejemplo de una vida de oración y comunión. En todo tiempo oraba, en los asuntos importantes oraba, cuando tenía que tomar decisiones oraba, así es que debemos ser nosotros en nuestra forma de vivir.

1 Juan 2:6. Dios Habla Hoy (DHH). El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo.   

Lucas 5:16. Palabra de Dios para Todos (PDT). A menudo Jesús se retiraba a lugares donde podía estar solo para orar.

Aquí el asunto es llevar una vida conforme a las enseñanzas de la Palabra de Dios en todo lo que emprendamos, en todas nuestras relaciones y en todas nuestras áreas. 

Es si llevamos en orden y de manera que agrade a Dios, los tres aspectos que mencionamos anteriormente: lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos. Es permitir que todo nuestro ser espíritu, cuerpo y alma, sean gobernados por nuestro Señor Jesucristo y que podamos llevar un estilo de vida acorde al reino de los cielos, porque nuestra naturaleza ha sido cambiada a la de hijos de Dios, somos real sacerdocio, somos reyes por Jesucristo para gobernar todo aquello que él nos quiere entregar y se nos ha dado una posición espiritual sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales para que la disfrutemos.

Seguir las pisadas de nuestro Salvador, es permitir que la presencia de nuestro Señor el Espíritu Santo, se haga más palpable en nuestra forma de vivir, en como llevamos nuestras relaciones familiares, en como llevamos nuestras relaciones personales, en como manejamos nuestros asuntos, en como enfrentamos las situaciones normales de todo ser humano, trabajo, obligaciones personales, situaciones familiares, asuntos por resolver, proyectos por emprender, cosas por cambiar, conocimientos por adquirir; pero el asunto para nosotros como hijos de Dios es que lo hagamos a la manera de Dios, sacando a diario momentos en nuestro lugar secreto para que seamos ministrados y ungidos para hacer las cosas a la manera de Dios, para recibir esa capacitación que necesitamos para enfrentar todos los asuntos que se nos presenten y que llenemos nuestros pensamientos con la mente de Cristo.

1 Samuel 15:22. Dios Habla Hoy (DHH). Entonces Samuel dijo: «Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos; vale más obedecerlo y prestarle atención que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros.

Veamos el papel de la iglesia en este propósito de vivir la vida que agrada a Dios. En la iglesia, El Señor Jesucristo es la cabeza, y nosotros somos el cuerpo, y obra a través del Señor el Espíritu Santo, y Él a su vez hace su obra a través de los ministros que han recibido un llamado especifico y unos dones para la edificación y la formación del cuerpo de Cristo; los Apóstoles, los Profetas, los Evangelistas, los Pastores, los Maestros, los Ancianos, los Diáconos y todos aquellos que son parte de la obra del ministerio en la iglesia local.

Efesios 4:11-16. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Entonces ya no seremos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error. Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todos los aspectos en Aquél que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo, estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen, conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.

Nuestro Señor Jesucristo vino al mundo primeramente, para salvar a la humanidad de sus pecados, también vino con el propósito de estructurar el reino de Dios aquí en la tierra, este reino está compuesto por todos los que hemos aceptado su señorío sobre nuestras vidas y hechos hijos de Dios. Dios ha dado dones y llamados con el fin de edificar a sus hijos dentro del cuerpo de Cristo que es su iglesia para que demos buenos frutos en toda obra que emprendamos, para que llevemos su gloria y seamos parte de los planes y propósitos de Dios para la humanidad en el lugar en donde hemos sido plantados.

Juan 15:8. Dios Habla Hoy (DHH). En esto se muestra la gloria de mi Padre, en que den mucho fruto y lleguen así a ser verdaderos discípulos míos.

Juan 15:16-17. Dios Habla Hoy (DHH). Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.

La vida de templo, es similar a como cuando nos preparamos académicamente, en lo laboral y en lo profesional para desempeñarnos y lograr un proyecto de vida. La iglesia fue construida con ese propósito, los dones y los llamados fueron para cumplir con el objetivo de ser formados a la imagen de nuestro Señor Jesucristo para que dónde estemos viviendo, trabajando, estudiando lo hagamos con el conocimiento y la sabiduría divina para llegar a brillar en un mundo lleno de tinieblas, para llegar a ser luz a otros y para aprender a tomar las mejores decisiones y disfrutar de la vida abundante que el Padre Celestial tiene para sus hijos.

Filipenses 4:8-9. Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH). Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten. Lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen, y el Dios de paz estará con ustedes.

La segunda forma de vivir es para nuestros deseos sensuales de nuestra carne, haciendo caso a nuestra concupiscencia que nos lleva por caminos desenfrenados y a tomar decisiones equivocadas. Mientras estemos en esta tierra esta naturaleza siempre va a estar allí, lo que debemos hacer es mantenernos en la vida que agrada a Dios, sujetarnos al Espíritu Santo y mantener bajo el domino propio que nos da el Padre Celestial esa naturaleza pecaminosa.

Gálatas 5:16-21. Traducción en lenguaje actual (TLA). Obedecer al Espíritu de Dios. Por eso les digo: obedezcan al Espíritu de Dios, y así no desearán hacer lo malo. Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje. Pero si obedecen al Espíritu de Dios, ya no están obligados a obedecer la ley.

Todo el mundo conoce la conducta de los que obedecen a sus malos deseos: no son fieles en el matrimonio, tienen relaciones sexuales prohibidas, muchos vicios y malos pensamientos. Adoran a dioses falsos, practican la brujería y odian a los demás. Se pelean unos con otros, son celosos y se enojan por todo. Son egoístas, discuten y causan divisiones. Son envidiosos, se emborrachan, y en sus fiestas hacen locuras y muchas cosas malas. Les advierto, como ya lo había hecho antes, que los que hacen esto no formarán parte del reino de Dios.

La tercera forma de vivir es aquella en donde consiente y voluntariamente se vive como un instrumento de maldad. Un instrumento de maldad, o un instrumento en las manos del diablo viene a ser lo mismo que aquella persona que se agrada de hacerle daño a otras personas, esto ataca directamente el segundo mandamiento que nos resumió nuestro Señor Jesucristo; el amar a nuestro prójimo.

Podemos ver estas personas actuando como instrumentos de maldad en nuestro vecindario, en nuestros empleos, en nuestras universidades, en los colegios, en muchas familias, cuando envidian, cuando mienten, cuando engañan, cuando estafan, cuando roban, cuando asesinan, cuando violan, cuando esclavizan a las personas laboralmente o sexualmente, cuando lastiman, cuando levantan chismes, cuando inventan falsos testimonios, cuando incitan a otros a los vicios o los incitan a hacer lo malo, dicho en otras palabras, se nota cuando se hace algo en contra de nuestros semejantes, de nuestro prójimo; pero la solución es volver a nuestro primer amor y permanecer en él.

Juan 8:44. Reina-Valera 1960 (RVR1960). Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

Nosotros somos quienes decidimos cual de esas tres clases de vida queremos llevar: la más importante y la que realmente nos edifica y nos conviene es vivir la vida que agrada a Dios, por eso es el centro de nuestro estudio el día de hoy; de las otras dos formas de vivir las referenciamos con el deseo de que el Padre Celestial nos de la capacidad de no vivir de esa manera, que a la larga lleva a la muerte y al infierno.

Dios nos tiene todo listo para vivir la clase de vida a la que hemos sido llamados; hemos sido rescatados y renacidos por el poder del Señor el Espíritu Santo para vivir la vida que agrada a Dios. Bendiciones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario